Probablemente la mejor película de terror que vamos a ver este año. En realidad esta película es tan grosa que excede al cine de horror y no se la puede catalogar en un solo género. Hansel y Gretel es otra clara muestra del buen momento que atraviesa el cine de Corea del Sur, donde no paran de brindar propuestas de gran calidad en diversos géneros. Muy especialmente en lo que se refiere a policiales e historias de suspenso donde hoy están por arriba de las cosas que se hacen en Hollywood y Europa. Hanzel y Gretel es la segunda película del director Pil-Sung Yim, quien en el 2005 se destacó con el thriller de horror Antarctic Journal, donde demostró un gran dominio de la narración a la hora de establecer atmósferas aterradoras y de suspenso. Este director todavía no la pegó en su país con un éxito comercial pero creo que va a ser cuestión de tiempo para que pueda combinar los filmes interesantes que brinda con el suceso en la taquilla. Hoy mucho se llenan la boca elogiando a Chan Wook-Park (Old Boy) por su últimos filmes cuando la realidad es que sus primeros trabajos fueron horribles y no llevaban gente a los cines. Cuando estaba a punto de dedicarse a otra cosa la pegó en el 2000 con esa gran historia que fue Joint Security Area y su carrera no volvió a ser la misma. En el caso de Pil-Sung Yin con sólo dos filmes se convirtió en un cineasta muy interesante para seguir que recibió más elogios de la prensa internacional que la de su propio país. El relato de Hansel y Gretel es una joya literaria de los Hermanos Grimm, que aunque siempre se presentó como un lindo cuento de hadas es un relato que tiene todos los elementos de una buena propuesta de terror. Dos niños descubren una casa hermosa fabricada con dulces donde en su interior reside un macabro secreto. Es la residencia de una bruja caníbal. Este estreno no es una adaptación literal de ese cuento pero brinda un gran film aterrador que toma los elementos clásicos de la famosa obra de los Grimm. La película presenta un gran combo de cosas que últimamente no se ven en Hollywood en este género. En primer lugar tenemos un director que sabe narrar una historia y enganchar al espectador con grandes climas de suspenso de manera creativa, sin caer en clichés vistos miles de veces. Como mencioné antes Hansel y Gretel es difícil de clasificar en un solo género ya que atraviesa por distintas etapas durante su desarrollo. Si bien gran parte del film se centra en el terror psicológico, tiene algunos momentos de humor e inclusive el final resulta muy emotivo, cuando se revelan todos los secretos. Se trata de una película que está emparentada con lo que hizo Guillermo del Toro en El laberinto del Fauno, que tampoco se enfocaba exclusivamente en el horror y la historia generaba distintas emociones. Los actores son increíbles, especialmente los niños que son protagonistas de algunos momentos escalofriantes que hacen que este film sea fascinante. Desde los aspectos técnicos la película es excelente. El trabajo impresionante que presentó el diseñador de producción Ryu Seong-hee (The Host, Memories of murder) es alucinante, y te deja sorprendido con esa casa supuestamente idílica que luego se convierte en una pesadilla para el protagonista. En una época donde el cine de terror, especialmente el norteamericano, se volvió artificial con efectos visuales pedorros generados por computadora, ver escenarios tan artesanales como los que presenta Hansel y Gretel que llevaron meses de laburo es un placer que se celebra. Lo mismo se puede decir de la espectacular fotografía y los efectos especiales y una muy buena banda sonora que por momentos nos recuerda a los trabajos de Danny Elfman. No es otra historia de fantasmitas vengativos de Asia. Hansel y Gretel brinda un cuento original, que tiene sus sorpresas al final donde se tocan temas serios y jodidos que no voy a mencionar para no adelantar nada de los personajes. No cierro la puerta para alguna sorpresa que se pueda estrenar de acá a fin de año, pero dudo que Hollywood ofrezca en este género algo a este nivel. A mi me encantó y definitivamente la recomiendo.
Agente Salt es un thriller pochoclero bien realizado que presenta en la pantalla grande a la hermana de Jason Bourrne. El director Philip Noice, quien en los ´90 fue el cineasta que mejor adaptó grandes novelas de Tom Clancy, relacionadas con el espionaje, como Juegos de Patriotas y Peligro Inminente acá desarrolló una propuesta muy entretenida donde tipo estuvo en su salsa. Orginalmente (lo comentamos en el blog de Próximos Estrenos) este film escrito por Kurt Wimmer (director de Ultravioleta, con Milla Jovovich) iba a ser protagonizado por Tom Cruise, quien se bajó del proyecto porque sentía que iba a repetir un rol muy similar a lo que hizo en Misión Imposible. Finalmente decidieron hacerla con Angelina Jolie, quien ya había trabajado con Noice en ese entretenido film que fue El coleccionsita de huesos, y el guionista y director Bryan Helgeland (Corazón de Caballero) se encargó de adaptar la trama original para Angelina. Si bien la historia es un poco absurda y queda la intriga de cómo habrá sido el argumento original, la verdad que la película es muy divertida gracias a la narración de Noice y la interpretación de Angelina, quien es la figura que se carga todo el film a sus hombros. Ponerse a analizar en serio la historia o los agujeros que tiene la trama en Salt es tan ridículo como analizar los filmes de James Bond por sus conflictos. Con esta película se puede apreciar la enorme influencia que tuvieron los filmes de Paul Greengrass en la saga Bourne dentro de este género, donde sentó un precedente desde la realización en el último tiempo y Salt proviene de ese lugar. Especialmente por la manera en que se encaró la acción. Sin grandes escenas artificiales generadas por CGI, el director presenta secuencias de tiroteos y persecuciones muy bien elaboradas, donde algunas acrobacias de Angelina pueden ser un poco exageradas, pero visualmente quedaron espectaculares. Otro punto que no es menor es que en roles secundarios Salt se da el lujo de tener grandes actores como Liev Schreiber y Chewitel Ejiofor que son esa clase de artistas que siempren quedan bien parados en cualquier film que participen. Es evidente que los productores le tenían mucha fe a la protagonista en este film, ya que se arriesgaron a cortar de manera abrupta el final de la historia dejando todo el escenario preparado para la secuela. Veremos si se concreta. Por lo pronto esta primera entrega de Salt es un film entretenido y bien realizado que se disfruta.
Chloe ofrece un ameno reencuentro en el cine con ese buen director que es Atom Egoyan, que hacía rato que no teníamos novedades de él en las salas argentinas. Su último trabajo que pasó por los cines locales había sido Ararat, en el 2002, una muy buena historia sobre el genocidio armenio. Los tres trabajos que hizo luego de esa producción no consiguieron distribución en nuestro país. Esta nueva película de Egoyan entra en la categoría de lo que muchos críticos suelen etiquetar como “thriller erótico” que es un término que nunca me terminó de cerrar del todo. La verdad que se tendrían que haber dado muy mal las cosas para que un film que reúne a Liam Nesson, Julianne Moore, Amanda Seyfried y Egoyan resultara decepcionante. Chloe es la clase de película que se disfruta por la interpretación que entregan los actores y en este caso la narración del director. La historia no es un cuento de Hitchcock precisamente pero esta bien contada y engancha hasta su conclusión. Amanda Seyfried, quien este historia está más atractiva que nunca, se luce por componer un personaje que en otra actriz (digamos Jessica Alba) hubiera resultado un culto al cliché. La enigmática prostituta que interpreta está muy bien cuidada y nunca cae en lugares comunes. Es muy loco ver que se trata de la misma actriz que hace poco vimos en Cartas para Julieta en un rol totalmente diferente. Pero bueno, eso es lo que generan los grandes actores de verdad y Amanda claramente es una de las mejores de su generación. Es importante destacar que Chloe es una remake de Nathalie, la película de Anne Fontaine, protagonizada por una inolvidable Emmanuelle Beart que acá se estrenó en el 2004. La diferencia con el film original es que en la versión de Egoyan la tensión sexual entre los personajes principales está mucho más marcada y el final se podría decir que lo hicieron más hollyoodense. De todas formas es una buena película, que no está a la altura de otros laburos superiores de Egoyan como Ararat, El dulce porvenir o Exótica, pero los que no hayan visto Nathalie se pueden enganchar.
Muy buen regreso de los extraterrestres rastafari. Después de lo que fue la última entrega de Alien Vs Depredador, esta producción de Robert Rodríguez le devolvió la dignidad perdida a estos personajes. Depredadores es una entretenida y correcta propuesta de acción que sobresale principalmente por la dirección del cineasta Nimród Antal. Desde Control, su ópera prima del 2003, el directo pulió muchísimo su trabajo como narrador y acá se luce durante gran parte del film. La película de alguna manera regresa un poco a la raíces de lo que fue la historia original que hizo John McTiernan con Arnold Schwarzenegger. En esto tuvo mucho que ver Robert Rodríguez que como productor definió el enfoque por el que debía encaminarse esta historia. Depredadores fue filmada con el estilo de la vieja escuela, principalmente el cine de acción de los años ´80. Si bien trabajaron con muchos efectos digitales, como suele ocurrir con las últimas producciones de Rodríguez, la animación computada la usaron para pulir o mejorar cosas pero no abruman a los espectadores con escenas artificiales que parecen salidas de un video juego. Algo que particularmente me sorprendió de este film es la narración del director. Antal se toma bastante tiempo para desarrollar el conflicto y la aparición de los Predators se hace esperar más de lo pensado. Lo grosso de todo esto es que mientras tanto la trama te engancha por completo desde la primera escena donde la historia no te da respiro. La presentación de los protagonistas, que no voy a adelantar en este comentario, es genial porque construye un clima de tensión y suspenso desde los primeros minutos. El espiritu de Lost se pasea por momentos en este film. Por supuesto al director Antal no se le hace fácil sostener toda la película con esta intensidad y hacia el final la trama flaquea un poco. Por ejemplo, toda la secuencia en la que aparece Lawrence Fishburne, se podría haber quitado y no cambiaba un ápice la película. Es un momento al pedo cuya funcionalidad es justificar el sueldo de Fishburne que no aporta absolutamente nada. Por otra parte, Adrien Brody vuelve a demostrar por qué es un actorazo de verdad. Al flaco lo podés ver en un dramón tremendo como El Pianista y después te lo encontrás acá como héroe de acción y es totalmente creíble. La antítesis de Jake Gyllenhaal, quien no hubiera podido llevar este rol protagónico de la misma manera por más que se matara haciendo abdominales. Es una cuestión de actitud y cuando lo vemos a Brody en este film parecería que el tipo se dedicó a este género toda la vida. Depredadores está buena como propuesta de acción y si sos seguidor de estos personajes no la vas a pasar mal en el cine con esta nueva historia.
Sería fácil ponerme la capucha y la túnica blanca que usan lo miembros del Ku Klux Shyamalan y con mi garrote en llamas pedir por la cabeza del director. La haría mucho más corta todavía si me pusiera a repetir como un lorito lo que opinan lo demás para estar en sintonía con Rotten Tomatoes y lo que la manada de la crítica determina. Sin embargo, pese a que siempre banqué a este director (y sigo hacíendolo), tampoco puedo mandar fruta y defender lo que a mi entender no se hizo bien. Avatar (el verdadero nombre de esta historia, que tuvo que ser modificado por la última película de James Cameron) es una obra maestra de la animación occidental de los últimos años que representa por lejos la mejor producción de dibujos animados que surgió en la última década. Una historia brillante plagada de filosofía oriental y espiritualidad que logró capturar la atención del público de distintas edades en todo el mundo. La adaptación cinematográfica deja cierto sabor amargo porque no le sacaron todo el jugo al material que tenían disponible y algunas decisiones del director no fueron las más acertadas. Para el Ku Klux Shyamalan todas las películas que hizo M .Night desde El protegido en adelante son las peores obras filmadas en las últimas décadas. Yo que no comulgo con el grupo y sigo reivindicando (aunque me hay gustado a mi solo) La dama del Lago, creo que El último maestro del aire es un trabajo regular de un artista que puede dar mucho más. Ahora bien, sólo un trasnochado puede pretender también que el director adapte a la perfección una historia de 480 minutos (eso es lo que dura la primera temporada de Avatar que adapta este film) en una película que dura 103 minutos. Es sencillamente imposible. Peter Jackson necesitó tres horas para narrar bien La Comunidad del Anillo y pese a todo no faltaron algunos idiotas que lo destrozaron en su momento porque había eliminado un par de personajes secundarios. Todavía recuerdo las críticas por la ausencia de Tom Bombadil. Dentro de todo Shyamalan siguió bastante de cerca el conflicto principal pese a algunos cambios inevitables. La historia la hizo más seria y le quitó el humor tonto que tenía por momentos el dibujo que principalmente estaba dirigido a los chicos. De todas maneras, el gran problema de este film creo que pasa por otro lado, más allá de los detalles que seguramente van a reclamar los fans del dibujo. No se puede esperar una gran película cuando el estudio Paramount se empacó en contar toda la historia en menos de dos horas. Me quedó la sensación después de ver este estreno que los productores (entre ellos los creadores del dibujo) consiguieron los 150 millones de dólares de presupuesto a cambio de comprometerse a contar todo en un poco más de 100 minutos, que es algo ridículo para la clase de propuesta que estaban adaptando. De hecho Shyamalan llegó a filmar más material que quedó afuera. Si entran en You Tube van a encontrar avances para televisión con escenas que ni siquiera se ven en los cines. El gran problema que tiene este estreno pasa por la masacre que hicieron en la edición. La historia va demasiado rápido y te queda la sensación que estás viendo un gran trailer extendido más que una película en serio. Es como la primera entrega de Crepúsculo, pero con un cambió más. La narración no permite el mínimo desarrollo de los conflictos que enfrentan los protagonistas y durante la trama desfilan sin sentido personajes secundarios totalmente desaprovechados. El otro tema con el que yo disiento con el amigo M. Nigth es el reparto, pese a que no hicieron un mal trabajo. Esta idea supuestamente progre de Shyamalan de armar un elenco Benetton con actores norteamericanos, asiáticos e indios, en esta historia en particular, me pareció un cambalache. O sea, en un cuento que está relacionado principalmente con la cultura asiática reunir actores de diferentes continentes se ve forzado, como cuando John Wayne interpretó al Gengis Khan. Era cualquiera. Ahora bien, pese a estos puntos que le jugaron en contra al film hay un montón de cosas para destacar de este estreno también. Visualmente El último maestro del aire es deslumbrante. La labor más destacada pertenece al artista argentino nominado dos veces al Oscar, Pablo Helman, el supervisor de efectos especiales. Helman hace años que viene colaborando con grossos como George Lucas (en Star Wars Episodio 2) y Steven Spielberg (en la Guerra de los Mundos) y acá me parece que brindó su trabajo más ambicioso hasta la fecha. Todo el manejo de los elementos naturales en las peleas, que dominan los personajes, son increíbles y se nota que el laburo que hubo detrás de cada escena fue infernal. Por otra parte, las secuencias de artes marciales resultaron espectaculares con movimientos muy estilizados que no tienen nada que envidiarle a las buenas producciones de Oriente. Lo mismo se puede decir del equipo a cargo del diseño de producción que presentó escenarios impresionantes que te dejan con la boca abierta cuando los ves en la pantalla grande y la fotografía de Andrew Lesnie (ganador del Oscar por la trilogía del Señor de los Anillos) que es hermosa. El compositor James Newton Howard volvió a ofrecer otra gran banda de sonido. Desde lo visual el film es fantástico y Shyamalan reunió excelentes colaboradores. No te podés sentar a ver esta película en el cine y cagarte en todas estas cosas como si nada. Decir que hicieron todo mal y es la peor película del año como aseguran los locos fundamentalistas de la capucha, no sólo es falso, sino que además es un concepto ignorante que desconoce el gran trabajo que hicieron muchos artistas, pese a que el film no es perfecto. Con respecto al 3D, la conversión fue mucho más decente que en Furia de Titanes y el sistema se luce de manera notable en la primera parte del film y en la batalla final. Después no hay gran diferencia con verla en el formato común. En términos futbolísticos, para las dos secuelas que faltan, yo no cambiaría al DT sino el planteo de juego. No podés contar esta historia en una hora y media. Hay que darle más aire a los personajes y al conflicto para que puedan ser bien desarrollados sin la locura de tener que entregar un corte de 100 minutos en los cines. Sino ¿para que invierten 150 millones de dólares? Los colaboradores de Shyamalan son muy grossos y los actores protagónicos hicieron un laburo decente dentro de todo. Especialmente Nicola Peltz como Katara. A diferencia de la Brújula Dorada que quedó trunca (entre otras cosas) porque fue un fiasco comercial, El último maestro del aire, por más que le pese al Ku Klux Shyamalan funcionó muy bien en la taquilla y en pocas semanas alcanzó los 181 millones de dólares, sólo en los Estados Unidos. Hay una oportunidad para remendar las cosas pero va a depender que Shyamalan mejore el enfoque de la narración y la edición (sobre todo) y los creadores del dibujo, Michael Dimartino y Bryan Konyestko, productores ejecutivos, cuiden mejor su creación. Ojalá que se de porque la historia se pone mejor. Ah, una cosa más a los interesados. La vi dos veces la película, en castellano y en inglés. Por favor busquen como sea la opción con subtítulos porque el doblaje es patético.
Un loco viaje al pasado volvió a reunir al guionista de Alta fidelidad, Steve Pink, con John Cusack. En este caso Pink debutó como director en una buena película que brinda una comedia del estilo de ¿Qué pasó ayer? con la particularidad que esta tiene elementos fantásticos. El director presenta rápidamente a los protagonistas y enseguida se mete de lleno en el conflicto principal, que tiene la gracia que todo se desarrolla en 1986, cuando los personajes principales viajan al pasado. Es una película nostálgica ideal para quienes vivieron su adolescencia en los ´80. La película está plagada de referencias a todo lo que era la cultura de esa década. Desde películas como Red Dawn o la serie de Johnny Depp, Comando Especial hasta la música de Poison, el humor juega mucho con este tema. Inclusive hay un cameo de Chavy Chase, quien para 1986 era uno de los actores mejores pagos que hacía exítos taquilleros y hoy participa en filmes que casi ni llegan a los cines. Otra miembro del elenco que se destaca en un pequeño papel es Crispin Glover (Volver al Futuro), quien acá tiene un rol secundario y la verdad que debieron darle un rol más importante porque es genial para este tipo de propuestas. Un loco viaje al pasado es una comedia retro que emula lo que eran los filmes de este género en los ´80, donde la referencia a Volver al Futuro es más que obvia por los inconvenientes que enfrentan los protagonistas. La verdad que la película es más entretenida de lo que vendían los trailers. John Cusack es quién se carga toda la producción al hombro y representa lo mejor de este estreno. No es un peliculón memorable pero después de ver lo último de Adam Sandler esto por lo menos entretiene y no te hace tirar la plata en el cine.
El origen es una historia que en manos de otro director probablemente hubiese resultado uno de esos bodrios pretenciosos que a muchos críticos les gusta ensalsar simplemente porque su producción lleva la banderita de Francia o Rumania. Christopher Nolan brinda un thriller fabuloso que no sólo presenta una historia compleja e interesante, sino que además ofrece un espectáculo visual sorprendente. Parecería que Nolan es un genio super perfecto que sacó este proyecto de la galera, pero la realidad es que le llevó más de una década de esfuerzo concretar este film. Sólo el guión lo creó y reescribió durante diez años hasta que encontró la historia que quería llevar a la pantalla grande. La trama fue inspirada por los cuentos de Jorge Luis Borges, “El Milagro Secreto” y “La Ruinas Circulares” y de acuerdo a lo que declaró en una entrevista después de hacer los filmes de Batman recién se sintió capacitado para contar esta historia en el cine. El tema de los sueños lúcidos es sumamente fascinante y en el pasado dio pie a muy buenos filmes como El vengador del futuro o Abre los ojos. Acá Nolan trabajó la temática desde una óptica sumamente original donde pudo desplegar toda su creatividad como cineasta. Si bien no coincido para nada con los trasnochados lectores de IMDB que votaron a este film como la “tercer mejor película en la historia del cine”, lo que habla claramente del nivel de estupidez e ignorancia que reina en la web por estos días, sin duda estamos ante una de las mejores producciones que brindó el cine norteamericano en el terreno de la ciencia ficción en la última década. Pero tampoco hay que exagerar. El tema de la invasión del subconsciente y el sueño, dentro del sueño, dentro del sueño es un concepto muy difícil de trasladar en el cine y el director sorprende por la manera en que narró esta historia a través de un thriller que captura tu atención en las primeras escenas y no pierde interés hasta que termina. Como propuesta de suspenso es fabulosa porque no tiene baches. De hecho si prestan atención desde el comienzo van a notar que la excelente banda sonora de Hanz Zimmer arranca desde los créditos iniciales y no deja de sonar durante todo el film. Es como que Nolan se las ingenió para mantener a la trama, la música y los personajes constantemente en movimiento. Otro punto fuerte del film es el increíble trabajo que hicieron con los efectos especiales. La película está plagada de escenas digitales pero cuando las estás viendo ni te percatás de eso, inclusive en las secuencias surrealistas. Nolan subió la apuesta con los efectos especiales y obliga a los resto de los estudios a que se pongan las pilas con este tema. No se pueden seguir estrenando súper producciones con efectos digitales paupérrimos como los que vimos en Príncipe de Persia. Como si todo esto no fuera poco, El origen además presenta un elenco impresionante que reúne a un grupo de los mejores actores jóvenes que tiene el cine norteamericano en este momento. La verdad que Joseph Gordon Levitt es un comando de la Fuerza Delta. El pibe es un actor todo terreno. No importa el rol que agarre, su trabajo nunca pasa desapercibido, ya sea con un villano de G.I Joe o el misterioso personaje que interpreta en este film. Me encantó que Nolan, fiel a su esencia, continuara con su Cruz Roja Cinematográfica dedicada a rescatar actores olvidados en Hollywood. Así como lo hizo con Rutger Hauer y Eric Roberts en los últimos filmes de Batman acá resucitó a Tom Berenger (Pelotón), quien llegó a ser una figura de renombre en los años ´80, para luego convertirse en una figura del cine clase B. La última vez que los vimos en la pantalla grande había sido en el 2002 con D-Tox, una película con Silvester Stallone que terminó directamente en dvd, salvo por nuestro país que llegó a los cines. Lo que mejor de este estreno es que como los grandes filmes de Terry Gilliam o David Lynch, El origen le propone al espectador una experiencia cinematográfica fascinante que no queda en el olvido cuando salís del cine y ofrece un gran cuento que permite descubrirle cosas nuevas en visiones posteriores.
Acá tenemos la contracara perfecta de lo que fue ese bodrio pseudo que se tituló La carretera. Un historia apocalíptica con muchos puntos en común con ese trabajo de Viggo Mortensen, con la particularidad que esta contó con dos directores en serio que supieron narrar con precisión un buen cuento. Infectados presenta la misma premisa que La carretera. Por razones que nunca se llegan a explicar en detalles la raza humana se encuentra en jaque debido a una peligrosa epidemia que no para de cobrarse víctimas. Un grupo de sobrevientes, al igual que Viggo, deciden viajar a una zona costera para alejarse de la enfermedad. Parece que las playas y el mar son el destino preferido de los personajes que viven este tipo de conflictos. Los directores españoles Alex y Davis Pastor brindan una clase de lo que se puede hacer con poco presupuesto y un poco de imaginación. En lugar de presentar un collage de situaciones que se repiten una y otra vez sin sentido, acá mantuvieron muy bien el ritmo del relato con un cuidado manejo del suspenso. Los directores logran que el espectador se conecte con las situaciones que viven los personajes. En lo personal no la ubicaría dentro del género de terror que es como se vendió este estreno, ya que la película estuvo más encarada por el género del thriller, que no es lo mismo. Otro punto para destacar es que a diferencia de los personajes chatos y aburridos de Cormac McCarthy (escritores inflados si los hay) que se dividían en buenos heroícos (el papá valiente y sacrificado) y los villanos diabólicos (los terribles caníbales), Infectados nunca cae en esa pendejada. No hay héroes ni villanos, sólo personas que intentan sobrevivir como pueden a un mundo que llegó a su fin. Eso es algo que me gustó mucho de esta película. Los protagonistas no se enfrentan con zombies o infectados asesinos sino con una enfermedad a la que tratan de escaparle. Si bien no es un film con escenas de acción cada cinco minutos y mucho menos secuencias sangrientas, los directores se las arreglaron para hacer llevadera la historia al mantener el suspenso a lo largo del film al mismo que tiempo que desarrollan los personajes. No es una obra maestra dentro de las historias apocalípticas pero sí es una película bien hecha que por lo menos logra engancharte con el cuento que propone.
Esta es la clásica película donde los actores la pasan mejor filmándola que los espectadores viéndola. Adam Sandler es un artista extraño que cada tanto te sorprende con excelentes interpretaciones como la que brindó en Embriagado de amor, Reign over me y recientemente en Funny People, de Judd Apatow, pero después te sale con estas mediocridades que no tienen explicación. Acá se juntó con su grupo personal de amigos con lo que hace años trabaja y seguramente el rodaje debe haber sido una fiesta, pero el resultado del film no es bueno. Ya de por si a la película la aniquilaron desde el trailer donde pusieron todas las escenas graciosas. Si viste el avance entonces ya conocés la película y vistes los mejores momentos. El problema de Son como niños es que no tiene una trama concreta y vende un concepto equivocado. El título no hace creer que se trata de un grupo de amigos inmaduros que se comportan como chicos cuando todos lo que vemos es a un grupo de borrachos inadaptados que se juntan para bardearse entre sí. El filme es como un rejunte de escenas supuestamente graciosas al que el editor luego le intentó dar el formato de un largometraje. Rob Schneider es quien tiene algunos buenos momentos que no quemaron en el trailer, pero no hay mucho más. Para la clase de film que hicieron los 102 minutos se hacen eternos. Después de las buenas películas que hizo en el último tiempo, donde pudo mostrar otra faceta como actor, Adam Sandler ya está viejo para estas comedias que hacía cuando recién arrancaba en su carrera. La verdad que hay mejores propuestas en la cartelera a la hora de comprar una entrada al cine.
La historia del aprendiz de brujo es un clásico emblemático de la obra de Walt Disney que trascendió con ese gran segmento de la película Fantasía protagonizado por el Ratón Mickey. El viejo Walt creó esa secuencia inspirado en el poema de Paul Dukas, de fines del siglo 19 y la balada de Goethe de 1797. Nicolas Cage siempre fue fan de esa historia y a él se le ocurrió la idea de hacer una película basada en este relato. Al Rey del Pochoclo, Jerry Bruckheimer que no deja pasar una, le pareció interesante la propuesta y decidió desarrollarla a través de una fórmula con la que tuvo éxito en los últimos años. Me refiero al buen equipo que integraron el director John Turtelaub y Cage, responsables de La Leyenda del Tesoro Perdido. Desde todo punto de vista Bruckheimer ofrece una producción superior a lo que fue El Príncipe de Persia, muy especialmente en lo que se refiere al trabajo con los efectos especiales. El director Turtelaub trabajó con más cautela la animación computada y no llenó la historia de secuencias artificiales que se ven truchas en la pantalla. Acá todas las escenas digitales están muy cuidadas y las batallas entre los magos se ven espectaculares junto con la gárgola que cobra vida. Es interesante que en este film el gran protagonista es un personaje que por lo general siempre obtiene un rol secundario en los filmes de Bruckheimer. Me refiero al nerd que suele aparecer como el amigo del héroe. Jay Baruchel, quien se había destacado en Tropic Thunder, hizo un muy buen trabajo con el rol del aprendiz y tuvo muy buena química con Cage que acá tiene un papel secundario, pero no por eso menos importante. La película capturó muy bien la esencia de lo que solían ser las viejas películas familiares de Disney de los ´80 que combinaban a la perfección la fantasía con la aventura y generaban un buen entretenimiento. Otro caso reciente fue Encantada. Al igual que La leyenda del Tesoro Perdido el director Turtelaub vuelve a demostrar su maestría para sacarle el jugo a las locaciones en la que trabaja. Acá convierte a la ciudad de Nueva York en un personaje más de la historia que no pasa desapercibido y suma bastante en esta propuesta. Por supuesto no falta el esperado homenaje al segmento de Fantasía que está muy bien logrado. La verdad que es una película muy divertida que está bien llevada y cumple claramente con lo que se propone ofrecer, que no es más que pasar un buen momento en el cine con un buen cuento de fantasía. Si se quedan a ver los créditos finales cuando terminan hay una escena extra con un guiñó loco al trabajo de Disney.