Encuentro explosivo es la película perfecta para las seguidoras de Sex and the City, o Crepúsculo que no tiene conexión con el cine de acción pero te miran una película cada tanto. La verdad que después de esto Joe Carnahan te banco a muerte con Brigada A. Que clara que la tenés maestro. James Mangold es un gran director que en los último años demostró una gran versatilidad en su filmografía al presentar muy buenas películas de distintos géneros como Copland (Stallone), Johnny y June (la biografía de Johnny Cash), Identidad (John Cusack) y la remake del Tren de la 3: 10 a Yuma entre otros títulos. Encuentro explosivo (que solo Dios sabe por qué la titularon Knight and Day) es la producción más grande en la que trabajó y al mismo tiempo su film más flojo. Esto no quiere decir que su labor sea mala, pero si lo venías siguiendo a Mangold no es complicado de percibir que esto no está para nada a su nivel y es un artista que puede dar mucho más porque realmente es un muy buen cineasta. Su nuevo trabajo es Misión Imposible con un toque de humor y una trama tonta. Me quedó la sensación que quisieron hacer algo como Mentiras Verdaderas (James Cameron) y no les salió. Es de público conocimiento que la producción de este estreno fue una auténtica odisea, ya que numerosos guionistas metieron manos en la historia y lo que quedó es un rejunte del laburo de muchos escritores. Vaya uno a saber cual sería la historia original. En la película esto se nota claramente y las presencias de Tom Cruise y Cameron Diaz no pudieron hacer demasiado. El personaje de Cruise arranca muy bien donde en principio se nos presenta como un sujeto que parece estar totalmente pirado, pero luego se convierte en un héroe de telenovela de Facundo Arana que termina siendo un bodrio. Roy Miller es prácticamente perfecto. No pifia un solo tiro, es brillante en el combate cuerpo a cuerpo y siempre sale bien parado en todo lo que hace, lo que genera que no tenga demasiada gracia. Todo lo contrario a Charlie Wax, el genial personaje de John Travolta en Sangre y Amor en Paris que estaba totalmente pirado de la primera a la última escena y por eso generaba empatía. No era un héroe inmaculado, era un psicópata con principios y eso lo hacía divertido. El director Mangold hizo lo que pudo con una historia refritada que vimos un montón de veces con el clásico agente secreto que encima se enfrenta a villanos pedorrísimos como los que interpretan Jordi Molla y Peter Saarsgard (La huérfana). El film tiene sus buenos momentos donde sobresalen las persecuciones automovilísticas que están muy bien logradas y algunos tiroteos pero no hay mucho más. La secuencia filmada en España está muy buena. Reitero, no es un película desastrosa y si no tenés nada mejor que hacer zafa para ver algo en el cine pero es muy importante destacar que no tiene nada que ver con los que suelen ser los trabajos de James Mangold. Si Tom Cruise quiere volver a lo grande en este tipo de propuestas tiene que jugarse con personajes distintos en el futuro porque con estos ya cumplió un ciclo.
Es extraño pero siempre me quedó la sensación que a Shrek le pegó mal el matrimonio. La primera película fue uno de los grandes estrenos animados del 2001 que sorprendió por su irreverencia y la manera original en que se narraba un atípico cuento de hadas. Cuando el ogro se casó y tuvo hijos sus historias de alguna manera perdieron cierto encanto y al sumarse más personajes en la saga las cosas no volvieron a ser las mismas. Es evidente que algunos de los realizadores de este estreno habrá pensado lo mismo porque en esta entrega final de la serie la encaminaron por un rumbo totalmente diferente. En consecuencia, la buena noticia es que Shrek para siempre es un film superior a la tercera parte y la clave de esto es que en esta historia el ogro vuelve a sus raíces. Si bien la magia ya no es la misma la verdad que es una película divertida con la que se cierra de manera correcta esta saga. La trama estuvo bien pensada. Las relaciones entre los personajes principales ya venían gastadas después de tres películas y acá le dieron más frescura al desarrollar el 90 por ciento de la historia en un universo alternativo donde Shrek debe construir su relación con su esposa y sus amigos nuevamente ya que nadie lo conoce. Es gracioso porque este tema que mencionaba al principio sobre la domesticación familiar del ogro es justamente el puntapié inicial del conflicto de esta cuarte parte. Es claro que el clásico de Frank Capra, Que bello es vivir, tuvo una gran influencia en esta historia, donde el protagonista a lo largo de la aventura va descubriendo la manera que afecta su presencia a la vida de sus amigos y como las cosas serían distintas si nunca hubiera rescatado a la princesa Fiona. El Gato con Botas una vez más es quien se roba los momentos más graciosos de esta película, que también hay que decirlo nunca llega a ser tan desopilante como las dos primeras. Al ser desarrollada desde su origen en 3D, que por cierto estuvo muy bien aplicado, en Shrek para siempre hicieron más hincapié en las escenas de acción y los efectos especiales que los filmes previos. Algo interesante para destacar es que Dreamworks delegó la dirección de este film en Mike Mitchell, quien no contaba con antecedentes en la animación. Entre sus trabajos anteriores hizo Escuela de Superhéroes para Disney y la comedia de de Rob Schneider, Deuce Bigalow. Lo cierto es que después de lo que fue la película anterior, que para algunos de nosotros, resultó una decepción, esta despedida del ogro superó las expectativas y merece ser disfrutada en el cine.
Está bien pero no termina de convencer. Verónika decide morir es una adaptación de la novela best seller de Paulo Coehlo. Es una muy buena historia que me dejó la sensación que no le explotaron a full el potencial que tenía. Cohelo en este caso ofrece una interesante reflexión sobre qué es lo “normal” y la locura en la sociedad que vivimos. Desde su temática creo que la adaptación del libro estuvo mejor trabajada en la versión japonesa del 2005 que protagonizó la actriz coreana Lee Wan. La versión norteamericana tiene sus puntos más flojos en el guión. De entrada se plantea la situación del suicidio y luego acompañamos a la protagonista en el hospital, pero nunca llegamos realmente a conocerla del todo. Sufre el efecto Crepúsculo de ir a los pedos, donde los conflictos se desarrollan demasiado rápido. Al ser la historia tan intensa es como que ese enfoque termina por afectar al film, sobre todo en lo que se refiere al desarrollo de los personajes. El director japonés Kei Horie me parece que trabajó mucho mejor este tema al igual que la relación entre Veronika y su doctor, que acá quedó relegada a un aspecto más secundario De todas maneras el mensaje de la historia, más allá de estas falencias quedó dentro de todo plasmado. Lo mejor es por lejos el trabajo de los actores, especialmente el de Sarah Michelle Gellar, quien brinda una de las mejores interpretaciones que tiene su filmografía. Acá demuestra que está para mucho más que las películas de terror y Scooby Doo. Es una actriz subestimada que con un buen material tiene mucho para dar. Lo mismo podemos decir de David Thewlis (el mago Lupin de Harry Potter) y Erica Christensen, quienes sobresalen en roles secundarios. No es para nada una mala película, pero me quedo con la versión japonesa.
Jacques Perrin es un conocido actor francés que en los últimos años se rebeló como uno uno de los mejores directores que trabajan en el género documental con peliculones increíbles como Microcosmos y Tocando el cielo, que tuvieron las suerte de pasar por las salas argentinas. Perrin nos sumergió en el mundo de los insectos y luego las aves con una intimidad que no había logrado el cine hasta entonces y este año creo que presenta su trabajo más ambicioso. Océanos es un documental bastante especial del sello Disney Nature, donde el director francés abordó el género desde una óptica distinta. El film es una experiencia para sentir. Lo que vas a vivir con este estreno sólo lo podés conseguir en una pantalla grande de cine y es imposible de recrear en tu hogar por más grande que sea el televisor que tengas o el sistema de sonido con el que cuentes. La película es un fantástico paseo por todos los océanos del planeta con la particularidad que vas a vivir y sentir el mundo de las especies marinas como nunca lo hicistes con anterioridad. Este es un filme especial de Perrin por dos motivos. En primer lugar lo hizo pensando en los chicos. De hecho, la historia arranca con un pibe que quiere saber qué son los océanos. Ese es el puntapié inicial del viaje. En la actualidad tenemos canales de televisión que emiten 24 horas documentales sobre estos temas. Sin embargo a diferencia de sus trabajos anteriores a Jacques no le interesó darle a los chicos una lección de biología, donde les llenara la cabeza de infomación, su intención fue que vivieran el mundo marino como nunca lo experimentaron en una película. La información técnica creo que se puede conseguir en otro lado. Ahí es donde entra en juego el talento de este maestro. Océanos recorre 50 países (incluido Argentina) y captura también las riquezas de los mares y las especies marinas como si la cámara fuera un ser vivo más que pertenece a ese ambiente. Muchos momentos espectaculares que a lo mejor duran segundos, como las secuencias de las ballenas, llevaron meses de planificación. Por supuesto, el film hace hincapié también en los desastres que el hombre genera con la pesca ilegal y la contaminación. Sólo hay una escena, bastante dura de ver, donde el director recrea las masacres que los pescadores hacen con los tiburones. Todo eso se hizo con animación computada pero es tan real que mucha gente piensa que toda la película es igual. Pobre Perrin con su equipo estuvieron cuatro años laburando en este ambicioso film y la gente después cree que todo son efectos especiales. Me pareció genial la manera en que se trabajó el mensaje ecológico. En lugar de llenarle la cabeza a la gente con lo mal que están las cosas y más mensajes apocalípticos, el director trabajó su mensaje haciendo hincapié en la belleza de los océanos y las especies que viven en ese ambiente. Es como que Perrín expresa “esto es por lo que vale la pena pelear y cuidar”. Esto es por lo que vale la pena comprometerse, esto es por lo que vale la pena hacer algo para detener el daño que generamos en los mares y océanos como humanos. De regreso en las casas o las aulas después se puede profundizar sobre las cuestiones técnicas de las especies, pero esa no es la intención del film. Como mencioné antes Océanos se hizo para sentir. La única crítica negativa que tengo con este estreno, pero no va afectar mi calificación, ya que no tiene que ver con el laburo del director, es que a la versión para el continente americano Disney le corto 20 minutos. En Europa la van a ver completa y es una pena porque la película es tan grossa y está tan bien realizada que genera intriga el material que quedó afuera. Más allá de eso Océanos es un gran estreno para no dejar pasar en los cines.
A fines del año pasado cuando surgieron las primeras noticias de La carretera se genéro una gran expectativa por esta adaptación de la novela de Cormack McCarthy. Inclusive se la mencionó como una de las grandes candidatas para los Oscars de este año algo que no llegó a suceder, ya que no tuvo repercusión en las entregas de premios y su estreno en Argentina se demoró varias veces. La película encuentra sus virtudes en el trabajo de fotografía y la interpretación de Viggo Mortensen, quien es el que más se destaca en el reparto. Al margen de estos puntos el film es un bodrio que califica entre las peores historias apocalípticas que se conocieron en el último tiempo. La trama no tiene tanto que ver con el fin del mundo, sino con el fin de la sociedad tal cual la conocemos. Una temática que George Romero y John Carpenter trabajaron en el pasado pero como hacían películas plagadas de acción o escenas violentas a la crítica tradicional le llevó una vida tomarlas en serio. Dentro de este estilo de relatos estos directores brindaron propuestas que al menos lograban engancharte con los problemas que atravesaban los protagonistas y el conflicto en general. El tema es como que no tiene acción o grandes momentos de suspenso para algunas personas es más artística, cuando en realidad es un embole pretensioso que te deja totalmente indiferente ante las situaciones que atraviezan los personajes principales. La carretera es una larga tortura de 111 minutos donde se presentan a los buenos, los malos (los caníbales) y una serie de situaciones que no tienen explicación, ya que la historia tampoco brinda mucha información sobre lo que ocurrió en el escenario donde se desenvuelven los aburridos personajes de McCarthy. Es una película que no va a ninguna parte. No es entretenida, tampoco aborda ninguna reflexión en particular y por eso desde lo emocional no genera nada porque es difícil conectarse con los personajes por la manera en que se encaró el relato. De todas maneras, para los que se enganchen con una historia densa y ultra deprimente esto es como pasar un día en un spa.
Karated Kid es un clásico memorable de John Avildsen (Rocky) que se destacó como uno de los filmes más populares de los años ´80 y dio pie a tres secuelas. La segunda estaba buena, el resto mejor olvidarlas. Cuando nos enteramos que Will Smith iba a hacer la remake con su hijo Jaden, muchos puteamos porque la idea sonaba ridícula. Lo cierto es que la nueva película es genial y me atrevo a decir que en algunos aspectos supera a la original. Una enorme sorpresa que yo por lo menos no esperaba. Si bien la trama es la misma, la película es totalmente distinta porque tiene otro enfoque y ahí es donde la pegó Smith, quien fue uno de los principales productores de este estreno. Tomaron un cuento conocido y lo convirtieron en una experiencia diferente en lugar de caer en el refrito burdo. Acá no existen Daniel Larusso ni en el señor Miyagi y los protagonistas son totalmente distintos y tiene otra relación entre sí. En realidad la película debió estrenarse con el título de Kung Fu Kid, como se va a conocer en Oriente, ya que en esta versión el karate no tiene nada que ver. La disciplina en la que se centra la historia es el Kung Fu, que se trabaja más allá de las secuencias de acción también desde lo filosófico. El protagonista aprende que todo es Kung Fu en la vida, más allá de las peleas. Supongo que debe existir alguna razón vinculada con el marketing que explique por qué Sony estrenó el film con el nombre de Karate Kid que es totalmente ridículo. Es lo único que puedo objetarle, ya que después hay un montón de cosas positivas donde superaron a la original porque más que le cueste reconocerlo a los fans del film de 1984. 1- La relación entre el protagonista y su madre: Acá tiene mucho más peso en la historia, tal vez porque el personaje es más chico, y hay muy buenas escenas dramáticas relacionadas con este tema. 2- El maestro. Jackie Chan es la razón por la cual no se puede dejar pasar esta película. Me encantó que no salió a copiar el memorable personaje de Pat Morita, sino que creó algo totalmente nuevo. Jackie brinda la mejor interpretación de su filmografía junto con su labor en The Shinjuku Incident, que no se estrenó en Argentina. Su personaje del señor Han es mucho más intenso y emocionante de lo que fue la primera aparición de Miyagi y la relación entre maestro y alumno acá está mejor desarrollada. Hay una escena muy emocional que tiene con el pequeño Smith que es memorable. Nunca lo vimos a Jackie de esa manera. 3- El villano. En este punto la remake humilla directamente a la original. Los malos de la película de Avildsen eran los Village People comparados con los pendejitos sacados y violentos que hay en esta historia. Zhenwei Wang, el villano principal, es una revelación absoluta. El pibe es una versión miniatura de Jet Li y no tengo dudas que tiene un carrerón en el cine por delante. Cuando lo ves en acción es imposible no reírte al recordar lo que eran los matones de la historia original. Este es realmente malo. Algo que me sorprendió de la película es el contenido de violencia que es mayor al de los episodios anteriores y el hecho que los personajes sean más chicos genera que este aspecto sea más intenso todavía. Por otra parte el trabajo de Jaden Smith es increíble. Más allá de tener carisma y moverse muy bien en escenas dramáticas, la manera en que se esforzó para no hacer el ridículo en las secuencias de acción es admirable. Hay un momento donde lo vemos extender las piernas en un entrenamiento a lo Jean Claude Van Damme que es sorprendente. Tenía 11 años cuando filmó esas secuencias de entrenamiento y la verdad que resultó mucho más convincente que Ralph Macchio (que tenía 23 cuando hizo la primera) en las escenas relacionadas con las artes marciales. No puedo dejar pasar el trabajo del director Harald Zwart quien le sacó el jugo a los fantásticos paisajes naturales de China. Hay un par de escenas en la Gran Muralla que son bellísimas. Teniendo en cuenta que este sujeto dirigió previamente Agente Cody Banks y La Pantera Rosa 2, esta película no parece filmada por él. Fui a verla con cero expectativa esperando que fuera un desastre y me sorprendí con uno de los mejores estrenos que tuvimos en los últimos meses que merece su visión.
Joe Carnahan (Narc, Smokin Aces) con muy pocas películas se destacó en los últimos años como uno de los mejores realizadores que trabajan en Hollywood dentro del cine policial y de acción y ya se hizo habitual encontrarlo en muchas ediciones especiales en dvd de películas clásicas de estos géneros, donde brinda sus opiniones en los documentales. Su último trabajo es uno de los grandes peliculones de acción que vamos a ver este año. Alguno les gustará más a otros menos. Lo que nadie le podrá objetar es que adaptó en la pantalla grande la clásica historia de los Magníficos. La película de Brigada A no sólo es un glorioso tributo a una de las mejores series de los años ´80 sino también a un estilo de cine que ya no existe más y que tuvo su pico máximo de popularidad en esa década. El trabajo del director Carnahan es una celebración del cine de Stallone, Schwarzenegger, Bruce Willis, Chuck Norris y todas los grossos que se destacaron en aquellos años. Es gracioso e interesante, porque las mismas críticas que recibió este estreno en Estados Unidos son exactamente las que le hicieron a Brigada A cuando apareció en la televisión. La serie se hizo famosa, entre otras cosas, por presentar todas las semanas secuencias de acción totalmente desquiciadas que eran imposibles de encontrar en otros programas. Todo era exagerado. Las persecuciones automovilísticas y las explosiones eran trabajadas de manera desmesurada por la sencilla razón de que el programa no se tomaba en serio a si mismo. Esa era la esencia de Brigada A que Joe Carnahan capturó a la perfección y lo desarrolló en este trabajo. El director se toma un tiempo bastante largo para presentar y establecer el conflicto principal, algo que puede ser una tortura para quienes no son fans del género. Sin ambargo, para el resto es una delicia porque el film es una locura absoluta, a tal punto que los últimos filmes de James Bond parecen documentales de Michael Moore a lado de las cosas que vas a ver acá. Hay una secuencia maravillosa donde a los protagonistas los derriban en un avión y los tipo caen en un tanque con paracaídas a la tierra, mientras combaten en el aire! Una belleza. Ni hablar de los vuelos en helicóptero de Murdock o el rescate de Mario en la cárcel que son un desquicio total y está perfecto que así sea. Si la película hubiera sido distinta, Carnahan hubiera fracasado miserablemente con esta propuesta. Reitero, es Brigada A no La caída del Halcón Negro. El elenco es buenísimo y todos los actores capturaron la esencia de los personajes al mismo tiempo que le aportaron cosas nuevas. El trabajo más complicado (y por eso lo banco) fue para Quinton Rampage que le tocó la dura tarea de interpretar a Mario Baracus. Mario era un personaje muy complicado porque en la serie estuvo a cargo de Mr. T, un tipo bastante carismático y excéntrico que básicamente se interpretaba a si mismo en el programa. Mr. T era Mario fuera de las cámaras y viceversa. Rampage no interpretó a Mr. T sino a Baracus y tuvo que trabajarlo desde otro lugar. El tipo es un deportista, campeón de artes marciales, cuyos antecedentes en el cine eran películas malas clase Z dirigidas por el argentino Héctor Echavarria (Brigada Cola, Extermineitors) y la verdad que su trabajo estuvo correcto. S bien el Mario de la película es menos colorido funciona bien en el grupo. El Murdock más border que interpreta Sharlto Coldplay (Distrito 9) es quien ser roba el film pese a los buenos trabajos que también brindan Liam Nesson y Bradley Cooper. Salvo para aquellos que se sientan a ver estas películas buscando mensajes sobre el significado de la vida, Brigada A es una gran película de acción que se destaca junto con Sangre y Amor en Paris entre las mejores cosas que pudimos ver en el género este año. Una gran antesala de lo que será The Expendables, de Stallone, que viene encarada por el mismo camino. El DATO LOCO: -Después de los créditos finales hay una escena extra donde aparecen Dirck Benedict y Dwight Schultz, los actores que interpretaron a Faz y Murdock respectivamente en la serie. Mr.T también iba a aparecer pero luego rechazó el cameo porque consideró que merecía más participación. Benedict hace poco también se quejó porque su escena aparece después de los créditos finales y lo consideró un insulto. -El hombre al que Liam Nesson llama “jefe” al comienzo de la película cuando llegan al hospital es el director Joe Carnahan.
¿Y dónde está el romance? La pregunta del millón relacionada con este estreno. New York, i love you, es una película insulsa y fría que no le hace justicia a la famosa ciudad norteamericana, que en el cine fue escenario de grandes historias de amor. El film es como una especie de secuela de Paris, Je Taime, estrenada hace unos años donde un grupo de directores presentan distintas historias relacionadas con el amor que tiene en común el escenario principal. Es raro que en una antología de cortos todos sean grandiosos, pero en este caso en particular el resultado es decepcionante por la cantidad de gente talentosa que participó de este proyecto. En You Tube, podés encontrar cortometrajes románticos mucho más emocionantes e interesante que los que vas a ver en este film. Los artistas que trabajaron en esta película tenían 8 minutos para contar un relato, que debía ser filmado en dos días. El límite de tiempo la verdad que no es excusa para justificar la falta de pasión que hay en la gran mayoría de las historias. Son muy pocos los directores que lograron contar un pequeño cuento que al verlo no te deje indiferente. Destaco la labor de la directora Mira Nair, quien brinda una linda historia con Natalie Portman, la última contribución del Maestro del Bodrio, Anthony Minghella (El paciente Inglés) con dirección de Shekhar Kapur (Elizabeth), que también presenta un buen relato protagonizado por Julie Cristie y el corto de Joshua Marston (María llena eres de gracia), probablemente el mejor y más emotivo, con Elly Wallach (Tuco de El Bueno, el Malo y el Feo) y Cloris Leachman ( El joven Frankenstein). Este último es una larga charla entre una pareja de ancianos donde podemos apreciar a dos grossos de la actuación en su esplendor. La revelación es el trabajo de Brett Ratner (Rush Hour) con James Caan, quien ofreció una de las historias más entretenidas. No es la mejor pero es divertida. Que la labor de Ratner se pueda destacar habla bastante de este estreno. La verdad que el resto de los cortos son una paja donde los guionistas brillaron por su ausencia. No son historias de amor sino encuentros sociales filmados (algo muy distinto) que en la gran mayoría de los casos ni siquiera resultan interesantes. Una diferencia con París es que los cortos no están segmentados en este caso y por momentos la película se vuelve confusa. Sobre todo con los cortos más flojos que no sabés cuando terminaron. Lo mejor de la película es el gran laburo de fotografia que hay en general en las historias y la tomas de la ciudad que son fabulosas. Cabe destacar que Scarlett Johansson debutó como directora en esta película pero su corto fue tan malo que los productores decidieron no incluirlo en los cines. Si se va a poder ver en la edición en dvd. La próxima parada de esta serie de antologías será Río de Janeiro, otra gran ciudad, que ojalá brinde mejores historias que las que hicieron hasta ahora.
EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO!! Luego de los melodramas que brindaron en el último tiempo con personajes aburridos que carecían por completo de carisma y la insoportable prédica de corrección política, el estudio de animación de la famosa lamparita volvió a las raíces con una propuesta divertida donde se animaron a jugar con chistes y guiños que hace 5 años atrás eran impensables de concebir en un film de esta compañía. Es un enorme alivio ver a Buzz y Woody otra vez en una aventura épica con muchísimo humor que tiene sus momentos emocionantes pero sin ser forzados con el objetivo de conmover al público a cualquier precio. Toy Story 3 es la película más graciosa que brindaron desde Monsters. Esto era exactamente lo que yo le venía pidiendo a Pixar. Relájense y hagan una buena comedia divertida con una historia bizarra y personajes locos. Toy Story 3 rompe desde lo argumental con varios esquemas de esta productora. Ya de por si la trama es un delirio absoluto. Los protagonistas se enfrentan a una mafia de juguetes que mantienen el control de un jardín de infantes. El malo de la película es el clásico osito cariñoso que en este caso es la versión peluche de Tony Soprano. Lo que hicieron con este personaje es maravilloso. A diferencia del clásico malo de Pixar que después en el final siempre encuentra la redención y descubrimos que no era tan terrible, porque dentro suyo había un buen corazón, el malo de esta película se mantiene fiel a su esencia hasta el final. El osito es un bastardo resentido y manipulador que no desea cambiar para nada su manera de ser. En esta ocasión incorporaron también a Ken, el famoso novio de Barbie, con el que Mike Amigorena se hizo un festín en el doblaje argentino. En la cultura popular ya sean cómics o series de televisión siempre se hicieron jodas con la sexualidad de Ken, quien nunca se vio muy masculino que digamos. La verdad que la vestimenta con la que lo vendían no ayudaba demasiado. En Toy Story 3 no paran de joder con este tema con mucha sutileza y hay escenas desopilantes donde Ken, por ejemplo, se enoja porque un robot lo tilda de ser un juguete para niñas o Barbie amenaza con destruirle su vestuario si no le da una información. La escena de la carta que lee Buddy al final es mortal. Son pequeños chistes que uno podría asociarlos más con Shrek que con esta serie y funcionan muy bien, además de darle un poco de aire fresco a la trilogía. La labor del guionista de Pequeña Miss Sunshine, Michael Arndt, quien colaboró con John Lasseter (creador de los personajes) en el guión y trabaja con un humor diferente al que suelen tener las producciones de Pixar, sobresale un poco más en esta historia y me parece que su participación en este film fue clave. En este caso la dirección corrió por cuenta de Lee Unkich (co director de Monsters y Buscando a Nemo) que trabajó más con el suspenso y la aventura. Los momentos finales de la trama donde la acción se desarrolla en un basurero son visualmente espectaculares y emocionantes. Unkich logra engancharte en la historia como si estuvieras viendo un thriller. Lo único que le puedo objetar a Tory Story 3 es la banda de sonido, donde yo por lo menos extrañé alguna canción nueva de Randy Newman. En este caso trabajaron con el mismo material de las anteriores y no hay novedades. Más allá de eso, el film es una gran comedia que mantiene la esencia de las primeras películas al mismo tiempo que exploraron nuevos territorios desde el humor. La función arranca excelente desde el corto, “Día y Noche” que precede a la película y expresa sutilmente un mensaje poderoso. Bienvenido a casa Pixar, te extrañé en los últimos años.
Cartas a Julieta es de lo mejor que llegó a los cines en lo que va del 2010 dentro del género de la comedia romántica. No es una película inolvidable pero comparada con los filmes que protagonizaron recientemente Jennifer Aniston y Jennifer Lopez es una propuesta superior. Si bien la historia es bastante predecible y no sorprende para nada con su resolución el director Gary Winick (Guerra de novias) que ya cuenta con experiencia en este estilo hizo llevadera la trama al apoyarse en los espectaculares paisajes de Verona y zonas rurales de Italia que son un importante personaje más de la película. Con semejantes escenarios enseguida quedás enganchado al cuento cuando el conflicto se traslada a Europa. Amanda Seyfried está muy bien en el rol protagónico pero su química con Christopher Egan es inexistente, algo que en este género es vital. Es muy difícil comprar las situaciones que vive en el film con Egan porque no hay chispa en las escenas que comparten juntos. De todos modos, en Cartas a Julieta la historia principal de amor no es la que vive el personaje de Amanda sino el de Vanesa Redgrave con el Gran Franco Nero, quienes en la vida real están en pareja desde 1967, algo muy extraño en el mundo del cine. Si querés saber de que se trata la química en este arte mirá las escenas que tienen ellos juntos en este film y en las otras 10 diez películas que hicieron en las últimas décadas. Ningún productor de casting puede crear eso. Nero en los últimos años se retiró un poco de la actuación y sólo trabaja en roles secundarios, óperas primas y cortometrajes de cineastas nuevos que recién arrancan con su carrera. En los cines argentinos no se lo veía desde Duro de Matar 2 que fue su último trabajo en Hollywood y es genial encontrarlo de vuelta en la pantalla grande. Me pareció un guiño divertido que el director Winick lo presente en esta historia montando a caballo en el campo, teniendo en cuenta que es uno de los máximo íconos del spaghetti western, donde sobresalió en clásicos como Django, Vamos a matar compañeros, Keoma y Viva la muerte tuya entre otros filmes memorables. No puedo dejar de destacar a Gael García Bernal, quien una vez más demuestra su capacidad increíble para crear personajes insoportables. En esta película no para de hablar de manera acelerada en cada maldita escena en la que aparece y te dan ganas de tener la entrada mágica de El último gran héroe (Schwarzenegger) para entrar en la historia y quitarle las cuerdas vocales. Insoportable el personaje. En fin, la verdad que la comedia romántica está en crisis en el cine norteamericano con cada porquería que se estrena últimamente, pero esta es una buena película y vale la pena si te gustan estas historias.