Liam Neeson nuevamente en el papel de vengador. En alguna de las últimas películas debía rescatar a su hija de las garras de un secuestrador, lo mismo le pasaba con "Vientos de justicia", sólo que debía averiguar la muerte de su hermano y vengarla. La diferencia es que tenía treinta años menos. Sin embargo, acá lo tenemos con toda la energía de sus 66 años, armando nuevos trucos para cortar en pedacitos al que le desarregle el nido. "Venganza" es un policial como tantos, bastante bien hecho, con la única particularidad de que lo hizo un nórdico, Hans Moland, el de los créditos. Basado en "Por orden de desaparición", con Stellan Skarsgaard, filme que realizó en 2014, el director volvió a Nels Coxman, un personaje simple, ciudadano modelo, dedicado a quitar la nieve de los caminos en un lejano pueblo cerca de Denver. Y esta característica, la nieve, la naturaleza como lucha continua para abrir caminos, es lo que caracteriza un filme que no por nada está hecho por un director que vino del frío (es noruego), se basa en la clásica novela negra nórdica, que si hay algo por lo que se caracteriza es por la violencia y la sangre en ámbitos que suelen ser nevados y silenciosos. El bueno de Coxman se entera de la muerte de su hijo, dosis de heroína mediante, y decide vengarlo. Cuando se entera que hay un tal Viking, el malo muy malo de turno, traficante famoso por su sadismo, decide que por algo lo premiaron como "el rey de los quitanieves". El es capaz de dejar libre el camino de cualquier yerba mala. Y así, entre humor negro (herencia del director Moland), sofisticación de las formas de muerte y mucha pero mucha violencia comienza la ola de asesinatos de la corte del traficante, que nadie podrá impedir. Ni su dulce esposa (Laura Dern) ni ninguno de los que fueron asignados para la investigación. Filme clásico, policial negro, con un sofisticado nimbo de humor que remite en algunos momentos al recuerdo de "Fargo", aunque sin la magia de los Coen.
Zaim parece tener doce años y, recluido en una cárcel libanesa, es llevado a juicio. Acusa a sus padres de haberlo traído al mundo. Inmediatamente, una serie de flashbacks, recursos que remiten al pasado, cuenta el porqué del pedido. Una vida de pobreza y explotación, rodeado de hermanos tan presionados como él y destinados al trabajo en las calles, y la negación a la educación que les corresponde, se unen al detonante que precipita a Zaim fuera del hogar. Viendo el asedio de un vecino a su hermana de 11 años decide escapar con ella, pero sólo él alcanza a hacerlo, ante la oposición de los padres, que ya arreglaron el casamiento. La segunda parte del filme habla de su vida como cuidador del bebé de una joven etíope, inmigrante ilegal, que le da alojamiento a cambio del cuidado de su hijo. El filme de Nadine Labaki, Premio del Jurado en el último Festival de Cannes, está estupendamente contado, con una verosimilitud que lastima y sobrecogedoras actuaciones de niños como Zain Al Rafeea en el personaje protagónico; un bebé increíble, Boluwatife Bankole, y la pequeña Haita Izam, mientras que el resto del grupo está a la altura de los niños (Kawsar Al Haddad como la madre y Jordanos Shiferaw, la etíope). CREDIBILIDAD El problema es que si sobrevivimos a la presión emocional que todo el filme promueve con su carga dramática, nos damos cuenta de que algunas costuras crujen. El excesivo melodramatismo de la música, la implacable ola de desgracias (pedofilia, venta de niños, tráfico de personas y, sobre todo, la poca credibilidad de un impostado juicio llevado adelante con las declaraciones de un niño educado en la calle). Más aún, tampoco se sabe de dónde saca el pequeño la dignidad con que defiende a su hermana, cuando sus padres son incapaces de cualquier conducta ejemplificadora. O sea que ciertas fallas en el diseño de los caracteres quitan credibilidad a ciertas acciones. A pesar de todo, el filme deslumbra por la notable dirección de actores, todos refugiados reales sin experiencia profesional. Desde el bebé de origen africano hasta la chica nacida en Eritrea (Rahil en el filme) y el niño sirio, Zain Al Rafeea, que recuerda el "Pixote", de Héctor Babenco, filme que con una temática similar demuestra que la miseria tiene el mismo rostro en cualquier lugar del mundo.
La película de ciencia ficción que inicia la temporada 2019 es este filme inspirado en una historieta japonesa (manga) de nombre "Gunnum", adaptada a partir de cuatro de los libros de Yukito Kishiro. La historia es una aventura tradicional que se entronca con la de "Pinocho", de Carlo Collodi. Su protagonista es una heroína cyborg que un científico, el doctor Ido (Christophe Waltz), encuentra en un basural (primero será una cabeza) y luego va armándola en base a otros elemento. El universo sobreviviente después de guerras galácticas es parecido al de la película "Mad Max", se llama Iron City y todos los que habitan el lugar están formados por alguna pieza mecánica que los convierte en seres diferentes. El filme tiene una protagonista que ha sido creada en base a efectos especiales y su interpretación se logra gracias al sistema de captura en pantalla. La historia fue ya tomada como proyecto en los "90 por el creador de "Avatar", James Cameron, por sugerencia de Guillermo de Toro, pero el exceso de trabajo de Cameron postergó su creación. Al final, Robert Rodríguez ("El mariachi", "Sin City") tomó la dirección. EMOCIONALIDAD "Battle Angel..." no sale de las tradicionales aventuras cyborg (seres mejorados biotecnológicamente) y se ambienta en 2563, con pintorescos personajes, "los cazadores de recompensas" y el amplio ámbito de la ciudad convertida en mercado persa donde la venta de ""repuestos tecnobiológicos" desata una feroz batalla. Lo que distingue a "Battle Angel. La última guerrera" de cientos de narraciones similares es la emocionalidad de la protagonista, convertida en una heroína casi humana, con gran capacidad para manejarse en el mundo de la lucha con variados enemigos y multiplicidad de armas. Es que la característica de este cyborg es justamente su conocimiento y manejo de las armas y la estrategia de la lucha. Que Alita ignora su pasado y trata de descubrirlo, que se apoya en Hugo (Keehan Johnson), un partenaire poco expresivo que la acompaña en el conocimiento de mundos y personajes distintos en espacios ocultos de la ciudad, es otra historia. El filme, flojo en cuanto al argumento pero rico en efectos especiales, centra toda su atención en Rosa Salazar, su singular protagonista de origen peruano, con su atractiva personalidad y sus ojos animé. En el impecable desarrollo técnico del largometraje y en estos seres y sus luchas se centran los 200 millones de dólares del presupuesto de la película. En cuanto a la clásica mano de Robert Rodríguez, no se aprecia demasiado. Eso sí, la inclusión del Motorball, el deporte de los gladiadores, que centraliza los muy buenos momentos de la acción, es uno de los destacados de la película, junto con su administrador, el ya popular Mahershala Ali, en el papel de Vector.
"El libro verde del conductor negro" era una guía de lugares que atendía sin problemas a los afroestadounidenses. Escrito por un cartero de Harlem, luego convertido en cronista y guía, fue de suma utilidad en la época en que la segregación en los Estados Unidos alcanzaba altos niveles. Se utilizó entre 1936 y 1967. Este libro es el que usa Tony, un italoamericano que trabajaba como guardaespaldas en el hotel Copacabana. Lo hace en su nuevo empleo con un prestigioso músico negro que emprende una gira por el sur del país en 1962. Precisamente sobre la relación entre estos opuestos, un exquisito artista negro de formación superior, el doctor Shirley, y su guardaespaldas y chofer, rudo e intolerante, trata esta película, basada en hechos reales. ¿Amistad posible luego de un viaje de más de un año? El libro de Nick Vallelonga en que se inspira la película dice que sí. Los parientes del músico dicen que no. Vallelonga afirma que su padre le contó lo que se ve en la película, Shirley lo apoyó y ningún pariente del músico estaba allí; tampoco ninguno de los familiares. Y para más datos, ninguno figuró entre sus herederos. DUPLA IMPECABLE Con una fiel reconstrucción de lugares en que el músico realiza sus recitales, desde casas coloniales a hoteles y moteles en que la dupla debe alojarse, el filme evoca otro clásico del cine, "Conduciendo a Miss Daisy", en el que otros dos opuestos se enfrentaban: una señora sureña (Jessica Tandy) y un chofer negro interpretado por Morgan Freeman. Real o no tan real, el choque de temperamentos y culturas en territorio sureño donde la ley del más fuerte estaba del lado de los segregacionistas, es una presión que se siente a lo largo de todo "El libro verde". Si la violación de los derechos humanos era una premisa en lugares en que osaba aparecer un negro, ahí está nuestro guardaespaldas y chofer estrella, Tony Lip, dispuesto a hacer entender que la libertad es sólo sentido común y debe ser respetada aunque sea a trompada limpia. Road movie a través de los prejuicios sociales de la sociedad americana de los años "60, domados efímeramente por el arte, "El libro verde", que acumula cinco nominaciones para los Oscar, es una comedia con humor, surgida de esa pareja protagónica, la integrada por Tony y el doctor Shirley. Las interpretaciones de estos actores superan la química habitual y se enredan en una relación positiva para ambos. Por un lado, la élite, representada por los conocimientos del doctor Shirley, reconoce la autenticidad de un insulto bien dado por su ocasional compañero. En cuanto a éste, ajeno hasta entonces a cualquier manifestación artística, luego de una convivencia que va más allá de lo laboral, logra percibir, por primera vez, la emoción ante la ejecución musical. Convencional a veces, poco verosímil otras (el intercambio de cartas con la esposa de Tony, la encantadora Linda Cardellini), el filme, más allá de cualquier traspié, permite apreciar la ductilidad de Mahershala Ali ("Luz de luna") y esa mezcla de calidez humana y socarronería que emparenta a Viggo Mortensen con Clint Eastwood. Una dupla impecable.
Ellos son tres y juegan a "la Mancha". Fan, Tino y Clara (nueve la mayor, cinco la menor, siete el del medio) viven en una casona en el campo. Coco es su perro fiel y vamos viéndolos cantando, bailando, jugando, bañándose y durmiendo. El día siguiente será más o menos así. A su alrededor, el bosque. Por las noches la hermana mayor que les lee "Hansel y Gretel", el clásico cuento infantil con bruja caníbal incluída. Cuando los juegos se suceden y los padres no aparecen, pensamos que algo se viene. Pero lo único que acompañará a los chicos será la ausencia, y poco a poco el deterioro anímico. La casa se cubre de premisas extrañas "No abrir a extraños. No ir al bosque" las mismas consignas que, seguramente, la madre les indicaba. A medida que el tiempo pasa, se multiplican las actitudes intolerantes de los chicos, rebeldías inexplicables ante la figurita mínima que ejerce el poder, la hermana mayor. Pero no le hacen caso por más que quiera imitar a la madre y endurezca la voz y la mirada. Tendrá que hacerse fuerte y autoritaria para que la respeten. Ni siquiera esa Fiesta de Caramelo que propone (inspirada por la casita de la Bruja de "Hansel y Gretel"), tiene el deseado efecto. LOGRADA ATMOSFERA Alessia Chiesa logra construir una historia casi mágica, donde la naturaleza asume planos de belleza pero también de amenaza, donde el fuera de campo es el misterio y la pintura de atmósferas se convierte en el mayor hallazgo junto a la increíble actuación de los niños. En ningún momento podemos dudar de esa realidad y de las actitudes de los chicos, tan espontáneas son. Canturreos, rimas antiguas e imágenes que recuerdan filmes como "Nadie sabe" del mismo director o "Todas las noches a las 9" de Jack Clayton. Un filme de cuidada elegancia formal y donde todos los rubros se dan la mano. "El día que resistía" es la primera película de una interesante directora que crea atmósferas y climax con misterio y delicadeza y que se llevó el premio a la mejor ópera en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Secuela de la exitosa "La película de Lego" (2014), el filme de Mike Mitchell vuelve con sus clásicos personajes de ficción. Los ladrillitos de plástico con encastre se humanizan e interactúan, haciendo honor a su marca creada en 1918 por un carpintero danés utilizando madera. Nuevamente Emmet va a tratar de defender a su gente, raptados por galácticos, los impresionantes Duplo (grandes bloques con nuevos colores rosados). Hasta la increíble Lucy es consciente de que su ciudad ha sido amenazada de muerte. La cosa se va a complicar, habrá nuevos personajes y el mundo Lego seguirá desarrollándose como puede. Similar en la estructura, brillante en las animaciones, la aventura de "Lego 2" a pesar de estar bien contada, de exaltar como siempre la cultura pop, no está a la altura de su original. Sobran los gags, las situaciones humorísticas de humor directo abundan, pero la sorpresa del 2014, su creatividad ya no es la misma. Es entretenida y los chicos siguen con atención a los invasores que odian Bricksburg. En el filme todo se multiplicará, las persecuciones, la violencia, hasta los dinosaurios y las canciones. Habrá como siempre un llamado a la paz, a la no violencia, luego de exhibir bastante de ella, y a la necesidad del trabajo en equipo y la integración. También se ampliará el número de mujeres superpoderosas y aparecerá la reina Watevra, que se sumará luego a la lista de nuevos personajes como R. Dangervest, que deberá ayudar a Emmet a convertirse en un héroe. Una aventura para los más chicos.
Adolescentes que están probando qué hacer con la vida. Ahora residen en Uruguay, se llaman Galaxia y Peetee, y decidieron vivir juntos. Chicos sin padres alrededor, libres. Peetee se mueve con la televisión y se supone que hizo todo lo posible para adaptarse a la vida. Ahora con su amiga sólo se ocupa de fumarse la marihuana que está por transformarse en una sustancia de venta libre en el país. Galaxia y su amigo están esperando que alguien venga y ya se negaron a concurrir a una de las tantas fiestas (esas "nibiru" que las llaman) a las que son invitados los jóvenes, sólo por el hecho de serlo. Comedia zafada de humor negro. Filme de absurdos incontrolados y donde todo puede pasar, hasta el mal gusto. Con momentos para el terror, bien dosificado y con pocos recursos (creativos y baratos). CHICOS SOLOS Manuel Facal se especializa en la trama negra y sabe cómo tejer y destejer los hilos del horror. Sabe cómo un cuenco de gelatina puede desencadenar problemas y que ubicado solo en una habitación vacía puede despertar horror. El filme tiene un ritmo efervescente, logra atraer el interés con su cúmulo de adversidades y tiene en el humor negro su mejor complemento. Película de exageraciones, de venganzas retenidas y en la que un grupo de adolescentes se juntan para declararse las mejores y las peores cosas. Aunque el lenguaje es bastante grosero, muchas modalidades lingüísticas la hacen más disfrutable y accesible para los adolescentes. Un largometraje de miedo que hace reflexionar sobre chicos solos en la gran ciudad y la necesidad que tienen de emprender vuelo.
La recordada y original "Mary Poppins" interpretada por Julie Andrewx es de la década del "60. Logró trece nominaciones al Oscar, entre ellos a la famosa canción "Chim Chim Cheree". Por supuesto que este regreso no será tan nominado pero trae también un mensaje de felicidad, auténtica ingenuidad y el encanto de una nueva protagonista. Si aquel filme se desarrollaba en la Londres edwardiana de 1910, este lo hace 24 años después, durante la Depresión del "30. Los personajes están unidos por lazos de parentesco, también son Banks. El joven Michael trabaja en el mismo banco en el que trabajaba su padre, y sigue viviendo en la misma casa con sus tres niños, Annabel, John y Georgie, y su ama de llaves Elllen (la divertida Julie Walters). La enfermedad se llevó a su esposa y la niñera Mary Poppins (Emily Blunt) aparece mágicamentes desde el cielo traída por un cometa familiar y dispuesta a proteger a la familia y darles un baño de creatividad. El filme se detiene en el estado de insatisfacción y angustia de todos luego de la muerte de la madre. Incluso en el padre, que dejó sus inquietudes artísticas para dedicarse a un rutinario empleo bancario que no impide que estén al borde del desalojo. Apoyados por la hermana de Michael, que defiende los derechos laborales, la familia intenta superar su angustia pero la presencia de la Maga o Bruja Poppins logrará lo imposible. Ella sabe cómo despertar esperanzas cantando, como les dice a los niños ante la ausencia de la madre: "Nada se ha ido para siempre, sólo cambió de lugar". MUSICA Y ANIMACION Con una cuota de optimismo, con las bellas secuencias compartidas por actores en vivo y animados (la escena del tazón mágico), con una excelente coreografía y vestuario, el filme conserva su encanto, al que agrega el efervescente encuentro con la prima de Poppins, Topsy, una excéntrica mentalista interpretada por la polifacética Meryl Streep. Escenas como las de la plaza (la vendedora de globo es Angela Lansbury, gran actriz de 92 años, integrante de aquella "Mary Poppins") o la aventura submarina en la bañera, deslumbran. Esta Mary Poppins mantiene la magia de hacer a los vecinos volar llevados por globos y dar unos pasos de baile a Dick Van Dyck, el intérprete original, también de 92 años y ahora devenido en presidente retirado del Banco. Una secuela donde aquel deshollinador ahora convertido en farolero (el dúctil Lin-Manuel Miranda) sigue ocupándose de una ciudad de juguete a la que Mary Poppins decide visitar una vez más.
Casi treinta años es el período que abarca esta singular biografía que Adam Mckay diseña cinematográficamente. Desde el momento en que Dick Cheeney no puede controlar su adicción al alcohol y parece hundirse en la temida lista de "perdedores" que forma parte del "nunca más" de la filosofía norteamericana, hasta que su "pesca con mosca", verdadera metáfora del filme, se ve satisfecha, ya jubilado, millonario y feliz en compañía de su familia. Nada parece molestar sus logros que lo llevaron, desde una juventud apuntalada por esa esposa férrea y dominante que con dureza lo increpa al comienzo, hasta un estar cómodo lejos de todo temblor, luego de haber pasado por la vicepresidencia con George Bush. El hombre del que no se pensaba en los comienzos que escondía tanta dosis de ambición, iría sopesando los pros y los contra de su ascenso al poder a partir de su unión con su mentor Rumsfeld, el brillante republicano que de alguna manera modeló su accionar. Quién podría imaginar que alguien al que en algún momento se considerara pusilánime y hasta ingenuo podía detentar el poder total en una situación límite como durante los ataques del 11 de septiembre. Representante de Wyoming, salvado por una mujer fuerte como Lynne Cheeney que le ayudará a ganar un escaño en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Cheeney demostrará, a pesar de su ataque al corazón (que se repetiría), que no sólo su mente elucubradora era de acero. HUMOR Y CINISMO Con un desarrollo que no se caracteriza por su prolijidad, desalineado en la alineación, hasta algo confuso en el contar la historia, el director Adam Mckay narra a horcajadas entre la seriedad, el humor, el cinismo y la sinergia de un matrimonio casi televisivo, la historia del manejo del poder. Con recurrencia a los medios, secuencias de noticieros, titulares de diarios, entrevistas de tevé y hasta acotaciones al público que rompen la cuarta pared, el director confía en la soberbia edición para hacer comprensible un casi caótico desarrollo. En su transcurso se pasa por voces en off anónimas, aparición del locutor en inverosímil situación (Jeff Plemons), que mezcla la negritud y la sorpresa de escenas de tortura en Guantánamo que el maquiavélico Cheeney apoyó. Promotor de la guerra contra el terror, crítico del pacifismo y enemigo de una política ambientalista que permitía una "política de envenenamiento" al no tratar las grandes empresas una tecnología que destruyera lo que perjudicaba la capa de ozono, no es extraño que el director lo presente con párrafos que lo acercan a "Ricardo III", de William Shakespeare, en la entrevista del final. GRANDES ACTUACIONES Chiristian Bale, con una poderosa caracterización y un manejo del silencio más que de los diálogos, logra un Cheeney recordable, que sorprendentemente el picoteo de recursos formales del director atempera en su crudeza, ganándole en simpatía. Amy Adams es la esposa ideal del empresario exitoso, dura en las acciones pero aterciopelada en las ejecuciones, aunque algunas de ellas fueran familiares. La dual actitud de Cheeney al aconsejar a su hija política la traición ante el inicial apoyo al matrimonio de parejas del mismo sexo (su hija menor era lesbiana y constituyó una de esas uniones) en una clara actitud de conveniencia electoral, remata su política acomodaticia y desleal. Sam Rockwell (Bush) y Steve Carrell (Secretario de Defensa de Bush), en una combinación homogénea, trabajan sus personajes combinando credibilidad y frescura. Impecable el diseño de producción y la música.
Se trata de un documental filmado en Moisésville, provincia de Santa Fe. Allí, en el pequeño pueblo rural, un grupo de descendientes de los "gauchos judíos" que evocaba Gerchunoff en su libro, intenta mantener el ""tesoro"" inmigrante en un museo que impide el olvido y donde se rememoran situaciones que acompañan objetos y tradiciones. El pueblo se aglutina esperando la Fiesta de la Integración Cultural en el 125º aniversario de la ciudad. En 1899, más de ochocientos inmigrantes judíos de Ucrania bajo el dominio del Imperio Ruso, llegaron al puerto de Buenos Aires en un vapor alemán. Unas 136 familias que querían instalarse para trabajar la tierra. En Santa Fe fundaron "La villa de Moisés" o Moisesville. Su fundación incentivaría la creación de la Asociación Judía de Colonización, financiada por el Barón de Hirsch, que traería al país 30.000 judíos. El filme muestra algunos de los 150 descendientes de los pioneros, ancianos y fieles a sus costumbres, recordantes del período en que las sinagogas estaban llenas, en que se inculcaba la enseñanza religiosa y en las escuelas se enseñaba "yiddish", idioma que servía de lazo de comunicación entre paisanos, hoy convertido en idioma extraño para el nietito de cinco años de una de las señoras de la comunidad, Inge, con el que suele hablar por Skype, residente con su familia en España. TIEMPOS MEJORES Fragmentos de un viejo documental sobre las Colonias Judeo Argentinas, actividades del Museo del Pueblo, una visita al viejo teatro, donde luego nos enteraremos se representaban obras y musicales de la colectividad y donde la madre de uno de los visitantes de la Fiesta de la Integración Cultural tocaba el piano acompañando las películas mudas que se exhibían. Allí nacieron la primera sinagoga, el primer cementerio judío, el primer rabino, un embrión de la primera cooperativa, luego ejemplo de integración y convivencia para otros pueblos. Distintas religiones conviven hoy en el pueblo, lejos quedaron los tiempos de sinagogas llenas (cuatro). Los jóvenes se fueron a la ciudad, a otras provincias o al exterior. Sólo quedan esos 150 habitantes que se enorgullecen de vivir en Moisesville, un proclamado "poblado histórico nacional", ese que se manifiesta a través de fotos de los pioneros cuando celebraban en la sinagoga, asistían al colegio, recogían ricas cosechas, se fotografiaban con chiripá y botas, o compraban en el almacén de ramos generales. Evocativo documental que celebra la integración y la convivencia.