El peor cierre para un mal año en el genero terror Varias cosas convierten a Regreso del Infierno en el estreno más innecesario del año. Antes que nada hay que aclarar que es la secuela de una película estrenada este mismo año con el nombre de El Pacto. Aquella no era realmente una buena película. Tenía algunas ideas interesantes que finalmente quedaban en la nada por una enorme torpeza en la realización. Su fotografía sobria y su ritmo lento intentaban (como ya es costumbre) darle a un proyecto chato el mote de “obra de arte”. Regreso_del_Infierno_EntradaPareciera que si un film tiene un look similar al 90% de las películas que transmite el canal I-Sat eso ya es suficiente para confundir a algún trasnochado y convencerlo que existe una calidad superior en el producto sólo por el uso de estos dos recursos técnicos. Entonces, Regreso del Infierno es la secuela de una película que no merecía tenerla y mucho menos el mismo año que la primera parte. Sumémosle a esto que se eligió para su distribución un titulo que la aleje completamente de aquella para que el espectador desprevenido entre a verla pensando que es una obra a la que puede abordarse sin conocimientos previos. Este engaño me lleva al punto crucial, lamentablemente la mala noticia es que si no viste El Pacto vas a entender sólo la mitad de la película. Eso es llanamente una estafa. De todas formas si hay una buena noticia y esa es que la película es mala aunque se haya o no visto el titulo del que parte. Regreso del Infierno es la secuela más innecesaria del año. Regreso del Infierno continúa con el color I-Sat y con ese ritmo cansino que sigue sin aportarle nada a la película. Esta vez hay un poco de gore (apenitas) y siguen estando ausentes el terror, el suspenso y la construcción dramática, carencias que una vez más intentan solucionarse desde el sonido. Las actuaciones son bastante pobres pero como la dirección en general lo es no sé si la culpa es del equipo actoral o de la dupla de directores (Dallas Richard Hallam y Patrick Horvath). En resumen el film tiene un avance lento hacia un giro argumental que se ve venir a dos cuadras y la amenaza de una tercera entrega. Esto es lo más aterrador que vamos a conseguir. Este es el último estreno de una película de terror del 2014 y una condensación de lo que fue el género este año.
De Haunted a Haunter: La casa embrujada de Natali Un Pasado Infernal (pésima traducción de Haunter, título original, por lo que no voy a usarla más a partir de acá) es el nuevo film de Vincenzo Natali. Medio estadounidense, medio canadiense y de descendencia italiana e inglesa, puede afirmarse que es recién en esta obra en donde finalmente une todas las influencias de su origen de manera consciente. La película nos presenta a Lisa, una joven que un día antes de su cumpleaños 16 cae junto a sus padres y su hermano en un loop temporal, viviendo una y otra vez el mismo día. Lisa es la única que tiene consciencia de esto y no tarda en descubrir que tanto ella como su familia están básicamente muertos. Esta información y la decisión de qué hacer con ella son los motores que impulsan la trama.Podemos decir que es una clásica película de casas encantadas, pero existe una variante, la focalización no está sobre el mortal que habita la casa sino sobre el espíritu-espectro-fantasma y sobre todo, ese no es el giro final sino el planteo inicial (El título Haunter en lugar de Haunted como uno esperaría en obras de este tipo es un juego respecto a la focalización también). El director hizo su debut con El Cubo en 1997. Aquel film se destacaba por su visceralidad, no tanto en cuanto a gore sino porque era una de esas operas prima en donde se traduce con claridad la pasión del realizador por hacerla. Entre aquella y Haunter se traza un diálogo continuo. En ese dialogo lo importante no son las similitudes entre ambas sino sus diferencias ya que ahí está el sentido de tal comparación y el mensaje que quiere trasmitirse. Natali abandona aquello sanguíneo de su primera obra para sumergirseen un ambiente estilísticamente propio del Romanticismo, en una historia que se ubica en 1985 según su diégesis. La habitación de la protagonista está decorada por los rostros de David Bowie y Siouxsie Sioux, dos músicos que llevaron el punk desde lo minimalista y visceral a los climas casi operísticos. La referencia, por supuesto, está puesta para que no queden dudas de que la película es un camino desde un punto a otro del propio cine del director y de la tradición del subgénero. Vale recordar que las casas Victorianas y Románticas (aunque a veces se utilizan erróneamente las Neogóticas) solían ser escenarios de estas historias porque representaban el estancamiento del aristócrata dedicado a la vida cortesana y alejado ya del campo, o sea, con mucho tiempo libre y melancólico. Esa misma angustia por el tiempo libre es representada por Lisa con la misma precisión con la que lo hace el personaje de Vincent Price en La Caida de la Casa Usher. La diferencia es clara, Lisa está encerrada no sólo espacialmente sino además temporalmente. Natali realiza en Un Pasado Infernal un dialogo con su opera prima y con las obras clásicas del genero de casas embrujadas llevándolo a un lugar difícil de superar para los que vengan detrás. Haunter comienza donde las demás obras terminan, sea chiste interno o defensa para no correr con la misma suerte que con El Cubo, lo cierto es que permite una experiencia novedosa en más de un sentido. Natali entiende que a estas alturas el espectador promedio que se acerca a ver films de esta clase ya tiene una cierta conducta cinéfila y usa esto para explicar tomando referencias de los clásicos. Es así como una espesa niebla rodeando la casa (Los Otros) alcanza para mostrar que la protagonista es un espectro y un padre violento sin razón (The Amityville Horror) expresa mejor que ningún dialogo que hay una fuerza maligna manejando sus acciones. También están Poltergeist y Al Final de la Escalera pero puede decirse que ambas están presentes en la gramática misma de cualquier exponente de este subgénero. Una vez terminado el film puede hacerse el ejercicio de correr la focalización desde Lisa hacia su padre o hacia Olivia e imaginarse la película a través de ellos. En ese ejercicio puede verse lo sólido del guión de Brian King que no sólo muestra un buen pulso narrativo sino además un conocimiento sustancial (y superior a la media de los casos) sobre embrujos e imágenes egregóricas. Natali maduró su cine con su última obra, esta vez de verdad. Dejó de lado su absurda pretensión de combinar la clase B con el mainstream (Cypher, Splice) y aposto por el rumbo de las buenas ideas como en Nothing, esta vez concretándolas en una narración coherente y repleta de significaciones que la desbordan (más de las que se pueden analizar en este espacio). Un film en apariencia menor que merece varios visionados que refuten esa primera impresión.
Secuela de manual En el 2011 se estrenaron buenas comedias y Quiero Matar a mi Jefe no fue una de ellas. El film de Seth Gordon no tenía muchas pretensiones pero su mayor falta radicaba en un guión que no sabía resolver orgánicamente ninguna de las premisas que planteaba en su inicio. Con una segunda parte en manos de otro director (Sean Anders) un poco más experimentado en esto denominado nueva comedia americana (si es que puede seguir definiéndosela así o si acaso alguna vez existió tal cosa) quedaba la esperanza de dar un giro completo respecto de la original y tener una buena película. No fue el caso tampoco. Quiero Matar a mi Jefe 2 resulta mirable, la duración de la película no pesa y encuentra un buen ritmo en su narración. Nada más. Tal vez para muchos eso sea suficiente y en ese caso deberían ver esta nueva entrega porque no van a salir defraudados. Personalmente creo que la película de Anders no busca aportar nada respecto de la anterior más allá de esa estúpida regla de las secuelas de potenciar al cuadrado las mismas situaciones que la entrega anterior. Siguiendo esa regla, se opta por un absurdísimo que, al no estar bien construido, hace temblar el verosímil del relato todo el tiempo. El absurdo es quizás de las técnicas más complejas de usar en una comedia, la construcción de ese tipo de gag lleva una elaboración meticulosa previa para dejar al espectador servido y preparado para cualquier cosa. En el opus de Anders eso no pasa, quedando entonces, una compilación de situaciones que se podrían encontrar con mejor resultado en YouTube ya que el audiovisual web permite otras licencias a la hora de establecer la cohesión y la coherencia. Quiero Matar a mi Jefe 2 no funciona y lo peor es que, al igual que la primera, tiene todas las herramientas necesarias para hacerlo. Por supuesto se apuesta por la referencia hacia la obra anterior y muchos de los enredos dependen pura y exclusivamente de la relación del espectador con la película estrenada en el 2011. El grupo de amigos sigue sin generar la química necesaria para mantener el desafío dramático de compartir escenas con las figuras invitadas. Hacia el final, después de ver ese desenvolvimiento hacia el absurdo o, dicho más claramente, la manera en que las cosas se van cada vez más al carajo uno ya percibe que la resolución no va a poder estar a la altura en que el relato la puso. Finalmente esas sospechas se cumplen y el tercer acto defrauda. Quiero Matar a mi Jefe 2 es una película para ver en un largo viaje en micro (no en avión) aunque también sería muy bueno que la emitan mientras haces la fila en el cine para ver una buena comedia. Con tan floja previa cualquier película parece ser un buen plan después.
El trauma de la hoja en blanco El Examen, opera prima de Stuart Hazeldine, es una película del 2009 que por uno de esos avatares de la distribución llega a nuestras carteleras 5 años después. La premisa es clara. Ocho personas encerradas en una habitación por 80 minutos, una prueba y una finalidad. El examen en cuestión será el obstáculo que los separe de una ansiada meta, el ganador se quedará con un importante puesto en una aún más importante corporación. Siguiendo el vicio cinéfilo de la comparación podríamos decir que está cerca de El Metodo (2005). Sin embargo, el film de Marcelo Piñeyro decide reservarse la información sobre el puesto por el que luchan los competidores y sobre la empresa para la que van a desempeñarse. En El Examen, por su parte, esas dos aristas son los pilares de toda la diégesis. Por supuesto no puede compararse con El Cubo, en la obra de Natali los individuos están cautivos y la tensión está trasladada justamente al desconocimiento de los motivos. Si seguimos con el juego de similitudes y diferencias podemos llegar hasta El Ángel Exterminador, obra maestra de Buñuel, en donde ni los protagonistas ni el espectador saben (porque no importa) las razones por las cuales aquellas personas no podían salir de la habitación luego de la cena. Lo que une a todos estos films es que, por un lado, todas las victimas anhelan mejorar su posición social, pero ademássiguen como línea evolutiva (al ver el contexto en el que cada uno fue estrenado)la premisa “Burgueses encerrados en una habitación”. Cabe aclarar que utilizo la palabra burguesía en referencia a aquella primera de Buñuel y entiendo que el lector va a comprender las actualizaciones del término según la época de cada obra. Será motivo de análisis entender las razones por las cuales las clases altas de los diversos tipos de capitalismo son siempre las víctimas de estos laberintos virtuales. La inversión del tópico de la ciudad sitiada, que en cine alcanza su máxima expresión en el cine de John Carpenter, da como resultado los relatos de laberintos virtuales en los cuáles los grupos pertenecientes a las clases altas parecen ser las victimas favoritas. El Examen se gana un cómodo lugar como ejemplo de esta tipología. La inversión del tópico de la ciudad sitiada da como resultado los relatos de laberintos virtuales. Esta estructura es sólida en la opera prima de Hazeldine por la información que se entrega al espectador sobre el afuera. Con sólo algunas líneas de diálogo se boceta un exterior post apocalíptico, una pandemia y una supuesta cura que está en manos de una mega empresa farmacéutica. El fin de la entrevista laboral es justamente conseguir un puesto en esta corporación lo cual justifica cualquier acto extremo de selección de personal ya que lo que está en juegopara algunos de los postulantes es, en última instancia, su propia vida y la de sus seres queridos. De esta manera asistimos a la lucha entre personas que comparten el mismo objetivo individual pero que son motivados por diversas razones. El Examen comienza con una premisa simple. ¿Qué hace el habitante del mundo positivista, criado en el pensamiento vertical, acostumbrado a las órdenes concretas y a las respuestas inmediatas, cuando se le pone delante una hoja en blanco en la cual debe contestar un interrogante nunca planteado? La respuesta son 100 minutos de una trama que no decae y a la que vale la pena darle una oportunidad.
La saga del edificio REC 4: Apocalipsis es la primera secuela formal de la saga comenzada en 2007 por Jaume Balagueró y Paco Plaza. Como se sabe, las anteriores jugaban con un eterno presente paralelo en un llamativo continuum (en cuanto a término matemático más que dialectico) no sólo desde lo formal-narrativo sino también desde lo simbólico. Las dos primeras [REC] juntas son de lo mejor que dió la tercer ola del cine zombie (el tòpico traspasó las fronteras del género) junto a El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead) de Zack “La-voy-a-romper-con-Batman-vs-Superman” Snyder. La tercer parte, dirigida únicamente por Paco Plaza, pateaba en una dirección totalmente diferente y eso resintió el destino de la serie. De esta manera, con menos expectativas hacia esta nueva entrega que con las que ví la tercera parte llegamos al episodio final (o al menos eso dicen), el último retorno (o partida) al edificio. Teniendo en mente que con las dos primeras entregas sus directores habían comenzado a crear un universo, es decir, un contexto mítico para el desarrollo de la acción, puede decirse que el argumento en [REC] 4: Apocalipsis no sólo no aporta a esta construcción sino que la delimita gruesamente y luego la reduce. Si bien el desarrollo de las tramas y el pulso narrativo son virtudes notables en el cine de Balagueró el cierre de su saga es bochornosamente linealista y encorsetado en el dictamen del género. En una obra que se distinguió por el uso de la temporalidad un cierre como este merece un análisis aparte. Las cuatros [REC] juntas son un gran homenaje a buena parte del cine y sus géneros. El soporte operativo-estético mediante el cual elige contarnos el final de las aventuras de Ángela Vidal también cambia. Balagueró reduce considerablemente el uso de la cámara diegética planteando una puesta de cámaras formalista que por momentos se quiebra en una cámara que pretende moverse como la del found footage. Con este temblequeo se intenta compensar torpemente la falta de ritmo. A pesar de estas fallas que tienen que ver con el pulso en cuanto a relación narración- trama el director se permite llenar la puesta en escena de referencias a clásicos del cine. Puedo decir en este aspecto, que a pesar de lo desparejo de las entregas, los cuatros films juntos son un gran homenaje a buena parte del cine y sus géneros. Podemos encontrar terror, comedia, épica (mágica e histórica en [REC] 3), drama, aventura y en gran medida la historia misma del cine español. Esta unión cerrada por este último film resignificó para mí varias escenas en apariencia aisladas o de ruptura de la coherencia interna en varios pasajes a lo largo de toda la serie. REC 4: Apocalipsis es un final demasiado correcto y contenido para una saga que arrancó a lo grande. A pesar de su irregularidad, las [REC] forman uno de los conjuntos más dignos del género de los últimos años.
Nada por aquí Voy a comenzar la crítica previniendo al espectador que se acerque al cine movido por aquel hermoso halo que El Conjuro (The Conjuring) dejó en los amantes del terror. Annabelle, que se supone un spin off, sólo mantiene del el film de James Wan a la muñeca en cuestión y a un tal John R. Leonetti, director de fotografía en la primera y director general en esta. Annabelle es sobre todo una película aburrida. Esta aclaración significa que no existe ni el clima de la obra de Wan, ni su nivel actoral, ni la calidad técnica de su desarrollo. Cuando sacamos estos factores lo que queda es la historia de una pareja feliz que se muda a una nueva casa + una rubia embarazada + un marido escéptico que cree que todo lo que le pasa a su esposa de algún trauma referente a su embarazo + un cura abierto de mente que cree en demonios + una negra (que por serlo claramente sabe sobre demonios porque parece que así es estados unidos). Todos ellos girando alrededor de una muñeca poseída. Este panorama argumental que se aclara a los primeros minutos no evoluciona dramáticamente en ningún momento y eso da como resultado que la mejor forma de catalogar a Annabelle sea decir que es muy aburrida. Cualquier cosa puede estar mal en una película pero que cueste mantener la atención en ella es algo grave. Me resulta difícil aceptar que la película está dirigida por una persona que se desempeñó como director de fotografía ya que se ve realmente muy mal. Por momentos la elección de los planos me recordó a aquellas directo a DVD que andan dando vuelta por las esquinas. La diferencia es notable, las directas a DVD se hacen cargo de eso e intentan compensar por otro lado, argumento políticamente incorrecto, gore, o aunque sea en actrices voluptuosas. El film de Leonetti, por su parte, carece de esta consciencia. Annabelle es sobre todo una película aburrida. En una de las primeras escenas la película hace emerger el tema de los crímenes de la “Familia” Manson para luego irse completamente para otro lado subestimando esa acción y la carga que generan en el espectador. Con esa misma falta de criterio a la hora de hacerse cargo de los elementos que se exponen se maneja la película en todos sus otros ámbitos. Si tenemos una muñeca poseída tenemos que hacer algo con eso, no necesariamente que corra como Chucky pero por favor, algo, que la muñeca maldita haga algo!! La baja calidad de Anabelle me hizo investigar un poco a su director y al ver entre sus productos anteriores estaban El Efecto Mariposa 2 y Mortal Kombat Aniquilación entendí que es un hombre al que le pagan por arruinar películas haciendo sus secuelas. Se ve que, cansado de eso, decidió dar un vuelco a su carrera arruinando spin offs. No puede decirse mucho de un producto así, más allá de advertir sobre su nocividad para un cine de terror que va intentando (a los tumbos) acercarse a eso que alguna vez fue.
La consagración Días después de haber visto Perdida sigo con la misma sensación que al salir de la sala la primera vez. El nuevo opus de David Fincher es lo que Vértigo fue a la filmografía de Hitchcock. Es lo que Ángel Faretta denomina la “obra solar” en la carrera de un director. Es la película que condensa todos los tópicos y los traumas abordados por las obras anteriores para ubicarse como cumbre en el camino trazado hasta el momento. Por supuesto es una Fincher clásica, y como tal, hay personajes que cumplen la figura del director de cine, que manipulan al ingenuo a su antojo y desarrollan una puesta en escena. Estas características, en mayor o menor medida disimuladas en sus trabajos anteriores, nunca fue tan obvia y eso no tiene que ver con un realizador agotado o dedicado al trazo grueso en el ocaso de su carrera sino con algo más que la ubica en el podio de su filmografía. Su cualidad autorreferencial. En otras entradas de esta web fui siguiendo e intentando desmenuzar algunas de sus películas, por lo tanto, y considerando que adelantar más acerca de estas referencias a su propia obra sería revelar datos de la trama arruinando la experiencia, no voy a ahondar más en este punto por ahora y será motivo de algún otro escrito en otro momento. Luego de presentarnos el espacio social en donde se va a desarrollar la historia (recesión, cierre de fábricas y shoppings, desempleo, etc) el film comienza con un primer acto en donde nada podría resultar más estereotípico. Desde el pedido de matrimonio más ridículamente creativo de la historia hasta el detective que aparece en la escena de la investigación con su vasito de café en la mano. Todo está dado para que nos deslicemos por la superficie de una narración en donde la representación está continuamente a la vista y en donde llegado el momento, con la unión de dos planos (no más) acompañados de la música correcta, esa red de seguridad va a desaparecer brutalmente. Ahí empieza Perdida, la retorcida historia de un cineasta juguetón y un espectador que cae dando tumbos por el hoyo del conejo sin poder agarrarse de nada. Perdida tiene madera de clásico del cine. Ben Affleck no podría haber encontrado un personaje más a la medida de sus condiciones actorales y lleva adelante este rol casi de taquito. Rosamund Pike está hermosa. Representa toda la belleza gélida y la capacidad de no transmitir confianza con su mirada que tienen las chicas Fincher pero el tratamiento que recibe su figura está más cerca del que recibían las rubias de Hitchcock. En algunos pasajes de Perdida, Pike luce etérea. Técnicamente la cinta es impecable. David Fincher repite Director de Fotografía con Jeff Cronenweth, que trabajó con él en El Club de la Pelea, Red Social y La Chica del Dragón Tatuado. Vuelve a contar con la edición de Kirk Baxter como en El Curioso Caso de Benjamín Button, Red Social, La Chica del Dragón Tatuado y House Of Cards. La música está a cargo de Trent Reznor como en Se7en, Red Social y La Chica del Dragón Tatuado. Estos tres roles son los más destacados de la película. Perdida es la más ambiciosa y también la obra maestra del director que lejos de descansar en el lugar de comodidad del Oscar y los productos por encargo que trae consigo decide no sólo mantenerse por el mismo camino sino redoblar la apuesta.
Queremos la tercera temporada de The Lost Canvas Los Caballeros del Zodiaco es una película que está a la mitad de todo. No es una película para (nosotros) los fans porque la historia, si bien intenta plantearse como reboot no sólo no aporta nada nuevo sino que además está carente de todo lo que un amante de Saint Seiya quiere ver en pantalla grande. A pesar de estar extremadamente lavada en argumento y violencia tampoco es una película que logre encajar comercialmente en la búsqueda de la masividad y que pueda ser digerida o entendida en su totalidad por aquellos que no conocen el hermoso universo de Masami Kurumada. A veces suelo escribir sobre tecnicismos (a favor o en contra) que se relacionan a un fetiche con el producto audiovisual y una obsesión que debería tratar en una terapia. Esta vez no voy a hacer uso de ellos y me voy a limitar a decir que, sacando las animaciones, todo el resto de la película está mal hecho. El sonido estaría bien si la finalidad del producto fuera YouTube pero no está a la altura del espectro de una sala de cine en donde lo que importan son los detalles. La narración está estimulada por una total falta de criterio por parte del montaje y eso la convierte en una historia mal contada, en un cúmulo de acciones, no sólo incoherentes sino que perdieron, por priorizar la velocidad del corte, toda estructura dramática. En Los Caballeros del Zodiaco las cosas suceden y como espectadores, a pesar de haber seguido las aventuras de estos muchachitos desde hace 20 años como en mi caso, no sentimos empatía alguna. La película es un picadito entre los momentos más dramáticos de la saga y eso hace que el efectismo simplemente se pierda. Por hacer un resumen de 70 capítulos en 90 minutos la película nos priva, entre otras cosas, de una construcción de los personajes que nos permita acompañar su recorrido exterior e interior. Los Caballeros del Zodiaco es una película que está a la mitad de todo. Hay cambios de la historia que son interesantes y demuestran que cuando se tiene un universo tan sólido hay que poner mucho esmero en arruinarlo. Hay otros que por el contrario, dan ganas de violentarse con la pantalla. Algunos ejemplos son el giro “Disney” que le dan a Mascara de Muerte o los anteojos sin sentido de Mu de Aries, entre muchos otros. Sólo puedo rescatar dos cosas: Spoiler -El final, en donde se alcanza un interesante sincretismo. El falso Patriarca deviene en hombre- serpiente, el santuario se oscurece y el Partenón Griego se convierte en una catedral gótica. La oscuridad de la Edad Media comienza a apoderarse de la “iluminación” del periodo clásico. Es ahí en donde el héroe (más centauro que nunca) pelea hasta destruirlo, volviendo a la estructura cultural anterior. Fin del Spoiler -El doblaje latino que, a diferencia del japonés, mantuvo las voces originales de la emisión de los 90´s y que al menos en los primeros 10 minutos de película me hizo sentir niño nuevamente. Esas dos cosas y las animaciones pueden llegar a valer la entrada dependiendo del nivel de nostalgia que mantenga cada uno. Lamentablemente la mejor película de Saint Seiya sigue siendo La Obertura del Cielo y la OVA The Lost Canvas que nos dejó con sólo dos temporadas. Perdón Seiya por mis palabras, puedo asegurarte que me duelen mucho más a mí que a vos. De todas formas siempre voy a ser un santo de Atena. Nota: Nunca aparece ninguna de las canciones originales, ni las niponas, ni las españolas, ni las latinoamericanas. Eso no se hace.
Anton Corbijn logra ganar en clima en este film, a costa de separarse (letalmente para mí) de las posibilidades narrativas que ofrecía el relato. En la mirada comparativa con esa gran película que adaptaba también una novela de John le Carré que fue El Topo (Tinker Tailor Soldier Spy) se ponen en evidencia las grandes habilidades que tiene Tomas Alfredson para estas cosas. En El Topo se desprende un ritmo denso que envuelve al espectador hasta absorberlo por completo. El Hombre más Buscado, en cambio, se pone irremediablemente lenta por momentos. Esta característica no tiene que ver con una mera técnica de montaje sino con un distanciamiento del autor (Corbijn) con el lugar en donde están el espesor y el foco dramático para trocarlo por enredos interpersonales que no terminan de estar bien conducidos. La premisa de El Hombre más Buscado atrapa y cuenta con momentos recordables. La premisa atrapa, cuenta con momentos recordables y tiene excelentes decisiones en la puesta de cámara que mantienen el interés aún durante los baches antes mencionados. Sin embargo, en el relato no pasa mucho y queda la sensación que con Hoffman y Dafoe compartiendo reparto, la flexibilidad para exteriorizar el mundo interno de sus personajes y enfrentarlo al conflicto de la historia era amplia, y fue desaprovechada. La intriga es la piedra angular del cine de espionaje pero cuando no está dosificada correctamente sucede lo que se percibe en el film de Corbijn. La tensión desaparece. El Hombre más Buscado es una buena película de este género de neo-espionaje que podemos disfrutar desde hace algunos años pero lamentablemente se excede en frialdad tanto desde la pantalla hacia el espectador como del director hacia su obra.
Relativización de una obra maestra Es dificil expresar lo mala que es Oldboy. Uno podría para ejemplificar decir que su director Spike Lee mancha esta remake con toda esa moralina que ya había empleado como columna vertebral de 12 Años de Esclavitud. Este aspecto se hace mucho más evidente al compararla con la obra maestra de Chan-Wook Park porque la mayoría de los cambios que tiene el argumento de esta nueva versión están relacionados con la necesidad de explicarle al espectador la diferencia entre las actitudes honradas y las conductas socialmente reprobables. Sobre este punto resalto el verbo explicar porque el señor Spike Lee aún no encuentra la manera de delinear sin resaltar todo con un fibrón hipergrueso. Otro punto interesante en la comparación es la falta de huevos del director a la hora de definirse a sí mismo a partir de su obra. Esta, llamémosla “falta de coraje”, ya había intentado ser suplida en su película anterior por escenas que se regocijaban en el torture porn para establecer ideas que no podía expresar de otra manera con su cámara. En Oldboy repite la misma técnica, intentando que funcione de la misma manera pero esta vez parece ser consciente que no le alcanza y opta por borrar todas las aristas y dimensiones personales del personaje. Esto, repito, sólo puede clasificarse lisa y llanamente como falta de huevos. Por esa misma carencia elimina la poética del film original, por eso mismo tortura a su protagonista haciéndolo comer comida china durante 20 años pretendiendo que el espectador crea que esto es angustiante por si mismo y le saca todo el desparramo formal de la original. Cree que alargando el plano secuencia de la escena del martillo supera a la obra de Park, pobre hombre. Que el director haya torcido la narrativa para que pueda ser estructurada en una inanimada linealidad, que la haya empaquetado en una suerte de Cine Coreano For Dummies para que a su público le agrade y que los elementos argumentales adicionados hagan agua por todos lados en el guión son la sintomatología de un deficiente análisis del guión de la propuesta original. Spike Lee empaquetó en una suerte de Cine Coreano For Dummies esta historia para que a su público le agrade. Hace un tiempo escribí en esta web un análisis sobre el uso de “Lo Trágico” en el film de Park y su proyección hacia la actualidad. Spike Lee opta (esto fue decisión consciente) por eliminar todo ese potencial argumental y reemplazar al destino como entidad por una fuerza moral y totalizadora que castiga el estilo de vida de su protagonista. Esta diferencia (que si se quiere, puede considerarse dialéctica) no es menor, ya que en última instancia sustituye el poder inmaterial de lo inevitable por una figura casi teológica que decide, basándose en una norma, sobre la vida de otro. Esto no es negativo o positivo por sí mismo, pero revela una postura que el director mantiene en varios de sus películas. En cada composición de cámara y de montaje, en cada decisión de la puesta en escena impera el tedio como norma. Hay un desprecio absoluto por la historia que se está narrando y sobre todo por su protagonista y eso se refleja tanto en el ritmo interno de cada cuadro como en la curva argumental trazada para ser recorrida por el personaje de Josh Brolin. El metraje, entonces, se hace extraño, ya que uno se pregunta qué motivo a los responsables a reversionar una obra con tanto desprecio. Este juego de las diferencias que expongo no tiene una finalidad caprichosa. Considero que en estas decisiones tomadas por el director está su punto de vista acerca del mundo y por ende la génesis de su cine. Me gustaría valorar alguno de los aspectos del film pero no encontré ninguno destacable. Es por eso que aconsejo tomar esta oportunidad para ver por primera vez la cinta de Chan-Wook Park si nunca se lo ha hecho o reverla ya que es una obra que siempre tiene algo nuevo que contarnos.