Se trata de uno de esos filmes que se destacan por su contundencia y no por su originalidad, con un tema tan desagradable como importante. Encima, basado en un hecho real. Kathryn Bolkovac es una policía de Nebraska que sirvió en las fuerzas de pacificación en la posguerra de Bosnia, a cargo del adiestramiento de las fuerzas de seguridad locales. Pronto se entera de oscuras prácticas que salpican a altos funcionarios de las Naciones Unidas y que tienen que ver no sólo con un caso de tráfico sexual sino también la historia de un grupo de jovencitas reducido a un estado de esclavitud lacerante que avergüenza a la especie humana. Una gran actuación de Rachel Weisz y un minúsculo rol de la sensual Monica Bellucci, Lejos del morbo, un relato duro que no decae en ningún momento.
La saga de catástrofes "predestinadas" regresó con la película número 5, pero tras el primer cuarto de hora uno se pregunta si a esta película ya la había visto. En este caso, una vez más, un joven cocinero tiene una visión de su muerte al derrumbarse un puente colgante en obras de remodelación. Y el lema es el de siempre: no importa cuánto corras, no importa dónde te escondas, no puedes engañar a la muerte. Una película que ya tiene su legión de fans desparramados por todo el mundo y que, como era de esperar, repite aciertos y vicios típicos de la franquicia. Precisamente las situaciones predecibles, las mismas que le permitieron sobrevivir todos estos años y convertirla en un subgénero en el cine de terror. Sólo cabe esperar un "Destino final 6".
La nueva "balada" bizarra de Alex de la Iglesia parece decir que el amor, a veces, puede detonar una locura aún mayor que la propia guerra. O mejor: una víctima de la guerra puede desatar una sangrienta carnicería tomando como excusa una historia desgraciada de amor. El filme arranca en 1937 con el payaso tonto reclutado a la fuerza por los milicianos en plena Guerra Civil y su hijo viéndolo todo desde atrás de sus anteojos. En los 70, el hijo, siguiendo el camino paterno, entra a un circo como el payaso triste y así arranca una historia compartida entre dos payasos apocalípticos, enfrentados por el ambiguo amor de una bailarina. Una mezcla de novela gótica, comic de humor negro y gore. Una arriesgada propuesta no apta para todo público y con 20 minutos finales donde el lado más salvaje hace explotar a todo por el aire.
Hollywood exprimió hasta dejar seco el caso de “matrimonio con pequeños hijos se muda a caserón antiguo y empiezan a pasar cosas raras”. Una verdad de Perogrullo. Otra: en los tiempos que corren asustar es una tarea harto difícil para el cine. Espantarse en una sala de cine es casi algo inaudito. Por todo esto “No le temas a la oscuridad”, la película producida por Guillermo del Toro, a pesar de tener un comienzo a puro terror gótico y a contar con un desarrollo más que aceptable de la intriga, la historia pierde convicción y cae en un pozo que rebalsa de efectos especiales pero que no llegan a meter miedo. El osado final levanta el puntaje de este filme que cuenta la historia de cuando Sally Hurst, una niña retraída, se traslada a Rhode Island para vivir con su padre y su nueva novia, en una mansión del siglo XIX que están reformando.
Combinación perfecta El "nuevo" César está más cerca de King Kong que de los monos civilizados de la saga de "El planeta...", lo cual tiene cierta lógica ya que se trata de la precuela de la historia, es decir, como bien indica su título en español, "El planeta de los simios (r)evolución", es la primera revolución de los primates en la sociedad humana moderna, la evolución de los monos. Claro que las precuelas, por principio, no deberían existir. ¿Qué derecho tienen de contarnos el origen? ¿Por qué acabar con el misterio de cómo se volvieron inteligentes los simios y llegaron a esclavizar a los humanos? El filme de Wyatt da esa respuestas y, olvidándonos de lo anteriormente escrito, es una gran película: la combinación perfecta de efectos especiales, calidad de guión, trepidante ritmo, gran pulso emotivo y un mensaje ecologista y pacifista. ¡Si hasta dan ganas de tener un amigo como César!
La nueva película del director de “El maquinista” narra la historia de cuatro personajes que, tras un extraño incidente que hace desaparecer a toda la población de una ciudad, se refugian en el mismo bar, el único lugar seguro que queda. El cuarteto trata de escapar de un ente tan abstracto como la oscuridad misma que se ha apoderado de la ciudad. Aquí, parece ser que la ausencia de luz el enemigo principal. Una película apocalíptica, con el misterio instalado en el origen mismo de esa extraña oscuridad y el suspenso derivado de si los personajes lograrán escapar de esa pesadilla. Lo destacable es la atmósfera de suspenso y lo reprochable que esa intensidad se vea menguada con el correr de la narración. Un intento en desmarcarse de la reiterativa y ya tradicional línea apocalíptica-adolescente de algunas películas.
La historia sucede en un pequeño pueblo de Ohio, en 1979. Seis chicos quieren rodar con su cámara una película de zombies. Cuando se encuentran rodando en una vieja estación de trenes un camión choca violentamente contra una locomotora y el largo convoy descarrila ocasionando un espectacular siniestro.La cuestión es que en el accidente descarrila también un vagón de la Fuerza Aérea, del que escapa una extraña criatura de procedencia desconocida. Inevitable comparar "Súper 8" con "E.T", tanto porque se trata de las aventuras donde un grupo de niños se topa con un peculiar visitante y también porque, como Spielberg, a través de los ojos de los chicos protagonistas captura el genuino sentido de la maravilla y la imaginación de lo desconocido, así como la inocencia infantil. Un regreso encantador a los tiempos inocentes.
Un mundo melancólico Jorge vive con sus padres y trabaja en una cinemateca de Montevideo desde hace 25 años. Desempeña tareas técnicas, de programación, y conduce un ciclo radial sobre cine. La cinemateca está en una situación cada vez más crítica y Jorge, que nunca trabajó fuera del cine, se queda sin empleo, por lo que tiene que cambiar su forma de vivir. Una narración gris, melancólica y sencilla. Un pequeño cuento de cine a través del cine, sobre un ámbito, el de los cine clubes, que vertiginosamente ha ido perdiendo terreno en los últimos años. También, es un homenaje a ese mundo, sus hacedores y sus espectadores. Sorprendente protagónico de Jorge Jellinek, un crítico de cine uruguayo, y la inclusión de la canción "Los caballos perdidos" de Leo Masliah junto a la secuencia de los fotogramas de los jinetes. Una producción pequeña y en blanco y negro. Un filme para cinéfilos.
2011: odisea en el tren Un hombre despierta en un tren. Según su memoria, debería estar combatiendo en Afganistán para el ejército estadounidense. Pero no. Está sentado en el tren, y frente suyo se encuentra una bella joven quien asegura conocerlo. El tren está entrando a Chicago. Enseguida, el tren explota en medio de una bola de fuego y el mismo hombre despierta en una gélida cápsula. Desde una pantalla una mujer intenta hacerle entender quién es él y por qué no ha muerto con la explosión, qué está haciendo allí, cuál es su misión. El escenario de "8 minutos antes de morir" es acotado: el interior de un tren y de una cápsula espacial o algo así y pocos exteriores. Parece inspirada en las series futuristas de los 80 basadas en relatos de Asimov o Philip Dick. Lo mismo la película logra seducir y atrapar, a partir de la trama, de la creíble actuación de Gyllenhaal y desde la dirección del desconocido Ducan Jones, hijo de David Bowie.
Sencilla y universal No hay historia más universal que la de dos personas que cruzan sus caminos de forma inesperada pero que termina siendo definitiva. De esto se trata "Mis tardes ...", además de ser un relato sencillo y delicioso. Germain deambula por el parque cada día y cuenta las palomas. En uno de sus paseos conocerá a Margueritte, también asidua observadora de las aves. La película centra la atención en contar con naturalidad el descubrimiento mutuo del hombre tosco y bruto y la adorable anciana sin detenerse en detalles de sus personalidades y vidas, lo cual le da agilidad al relato pero, al mismo tiempo, envuelve a las escenas de un tono caricaturesco. Al final el dolor refleja una puerta entreabierta a la felicidad, que en el fondo es lo que propone el veterano director con esta simple historia.