¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Algunos de los interrogantes que plantea el documental intimista sobre la desaparición de Marita Verón. Un caso que conmocionó a la sociedad argentina, abrió el debate y posterioriormente resultó en la aprobación de una Ley sobre la “trata de personas” gracias a la movilización de la incansable Susana Trimarco, su madre, quien no se detuvo en la búsqueda de su hija, secuestrada, drogada y mantenida según la información obtenida, en un círculo de trata de personas organizado con vinculaciones de orden policial, fiscales, políticos, en el interior de nuestro país. La cámara atenta, implícita, divide al documental en fragmentos con intertítulos cuyos puntos en común se enfocan en cinco personas, Susana, Daniel (padre), Micaela (hija), el comisario que ayudase en la búsqueda y la misma Marita, cuya ausencia se siente “presente” en todo el relato del film. El documental retrata algunas de las vivencias, recrea situaciones familiares, discusiones, planteos, y enérgicamente acompaña a Susana en descargos contra fiscales, policías, sin denunciar, una cámara atenta que por momentos en esa recreación no resulta convincente sino actuada, con recursos que bien podrían haberse volcado hacia la simple entrevista. La angustia que ocasiona el film yace en los sucesos ya de amplio conocimiento, con el añadido de poder doblar la apuesta al mostrarnos desde el otro lado, otro dolor: el de su propia hija, una niña, denimada en el film como una “niña grande”, presente en cada una de las situaciones que involucraron la búsqueda de su madre, consciente, y dentro de lo más lastimoso que afronta el film al marcar el incierto futuro de ésta niña, producto de su falta. Daniel es mostrado como un hombre que carece de la fuerza que tiene Susana, la falta de su hija lo desmoronó, vive al día, acompaña pero ya ha perdido la esperanza. Susana Trimarco accede a ser filmada, ella siente que aunque el tiempo ya transcurrido debilite las chances, ha de encontrar a su hija con vida, acompañada por el grupo de directores quienes han logrado una labor muy responsable, pasiva por momentos, sin desafío. Susana marca un ejemplo para la sociedad, desde su humilde experiencia propia y ayuda mediante la fundación que organizase a combatir nuevos casos similares o en relación a la trata.
Documental sobre el hasta ahora desconocido Daniel Burmeister, un director de cine aficionado muy particular. Su labor consiste en viajar a lo largo del país, visitando pueblos y ciudades donde en muchos casos el desarrollo de prácticas culturales es escaso. La labor del cineasta consiste en proponer ante su llegada a los municipios, el proyecto de filmación de una historia, donde los participantes técnicos y actores no sean otros que los mismos habitantes del lugar. Es así como Daniel logra con sus rústicos elementos técnicos, prestados en muchos casos, con historias sencillas y graciosas, involucrar a personas que viven en un mismo territorio, a veces sin interacción alguna. El pedido del cineasta a cada municipalidad consiste en que le brinden lugar de estadía y comida a cambio de su labor. Una vez culminado el proyecto, el film terminado se proyecta para todo el pueblo, unido como pocas veces para compartir un espectáculo cultural y de indentidad social.
Luego de la ovacionada en el pasado Festival de Cine de Mar Del Plata, El Artista, Gaston Duprat y Mariano Cohn vuelven a atacar contra el modernismo y el arte en una comedia efectista presentada en HD. Leonardo (Rafael Spregelburg) es un diseñador exitoso de sillones para hogar y oficinas, él vive junto a su esposa snob y aburrida hija en una mansión de moderna arquitectura ubicada en La Plata, específicamente la Casa Curutchet, única construcción de Le Corbusier en Latinoamerica. El conflicto surge cuando en la casa contigua, un nuevo vecino derriba parte de una medianera para construir una ventana, según sus propias palabras “para robar un poquito del sol que a su vecino le sobra”. El invasivo y a su vez manipulador inquilino (Daniel Araoz), inteligentemente y con un choque de culturas buscará todas las vueltas posibles para concretar su cometido, enfrentándose e iniciando una guerra de vecinos inigualable. Se hace una explicita y reiterada critica al nuevo mundo del arte, critica que ya habian realizado en El Artista con mayor sutileza y efectividad. El Hombre de al Lado juega aun mas con la comicidad, por ir deconstruyendo al personaje compuesto por Daniel Araoz, quien sobresale en su labor.
Es frecuente ver en cartelera films que insisten en contratar a estrellas en picada de Hollywood, de aquellas cuyos últimos proyectos han sido fracasos y jamás han podido repuntar de ahí en adelante, estrellas que tal vez se hayan tomado un tiempo para abandonar momentáneamente su carrera y realizar una gran vuelta, u otros que simplemente terminaron eligiendo los proyectos que les llenen sus billeteras sin darle mucha importancia guiones, trabajos por amiguismo, una especie de continuidad como para poder seguir solventando sus costosos modos de vida. Ahora, Michael Douglas ¿en cual de estos ejemplos encuadra? Creo que en ninguno. Fuera de ser hijo de Kirk, otro gran actor legendario, Michael comenzó su carrera actoral a los 25 y con tan sólo 31 años produjo un film extraordinario, aquel que su padre habría interpretado en tablas, bajo la dirección de una de las personas cuyo porcentaje de excelencia respecto de sus films (no recuerdo tan alto con director alguno), Milos Forman, el film: Atrapado sin Salida. Actoralmente, Michael fue apadrinado por otra leyenda hollywoodense, Karl Malden, con quien compartiera protagónico en la serie Las Calles de San Francisco. Eternamente agradecido, su carrera no pudo tomar otro rumbo más que el de crecer, como actor y productor (El Sindrome de China, Tras la Esmeralda Perdida y su continuación La Joya del Nilo, Starman, Línea Mortal y la próxima Wall Street2), su visión no era acotada. A mediados de los 80’s, Michael se convirtió en un ícono actoral no sólo por sus cualidades sino que se impuso, como una moda, en materia de thrillers que lo tenían involucrado en roles que contaban con un no menor tenor sexual, Atracción Fatal, por esos años, asustó a aquellos hombres que engañaban a sus esposas. Por interpretar al codicioso Gordon Gekko de Wall Street, el actor se alzó con un Oscar. Junto a su amigo de por vida, el actor Danny DeVito, quien tuvo un rol en Atrapado sin Salida, incursionó en diversas aventuras/comedias, la más destacada, La Guerra de los Roses, segundo film dirigido por DeVito. Con Bajos Instintos logró su momento cumbre como icono actoral-sexual, junto a Sharon Stone, se sacaron chispas. Y luego, llegó a otra cumbre, cual fuera su mejor trabajo actoral hasta el momento, un film que no funcionó comercialmente, pasó desapercibido y es de aquellos que dan lástima por el reconocimiento que debería haber tenido, Wonder Boys, quizas su título en inglés no ayudó, aquí se la tituló como Un Fin de Semana de Locos. En El Hombre Solitario, Michael logra su segunda mejor actuación, vence los tapujos de ser presentado solamente como un “ganador”, por más que el film se detenga en el primer cuarto a mostrárnos su faceta de caballero sesentón, irresistible y convincente en el arte de conquistar mujeres, camino por el cual bien podría haber seguido transitando el film, los siguientes tres cuartos son aquellos donde radica toda la afinididad y agudeza que los directores (Koppelman y Levien) quisieron proveer. Ben (Michael Douglas) no es más que un perdedor, ha perdido su hilo de conección con la vida, con el crecimiento, las oportunidades han pasado por sus ojos, y éste, no decidió más que dejarlas pasar. Su “Gran Buffalo Blanco” como destacaban en la reciente estrenada Un Loco Viaje al Pasado (Hot Tube Time Machine), haciendo referencia a aquella mujer que valía la pena y se nos ha escapado, en ésta caso ha sido Nancy (Susan Sarandon). Su hija, a quien le pide no lo llame “papá” en público, menos aún a su nieto decirle “abuelo”, es quien le brinda sustento económico, moral hasta el cansancio. El punto de quiebre donde pesa más el desgaste que el cariño. A su vez, en su carrera de ganador empedernido sin límites, emprende un viaje con motivo de realizar una recomendación universitaria para la hija de su actual y adinerada novia (Mary Louise Parker), allí conoce a Daniel (el creciente Jesse Eisenbeg), a quien como consejero de “levante”, fanfarronéa con sus tips y consejos. A Ben se la va la vida, es un hombre solitario, todas aquellas personas a las que se acercó, su familia, amigos, le terminan dando la espalda. Es allí donde el film rota, decide desarrollar al “ganador” en su “pérdida”, tarea mucho más rica. De Vito, su gran amigo, tambien en el film, interpreta a uno de los secundarios dentro de los cuales tambien se destacan Jenna Fischer, Imogen Poots y para tener en cuenta ya hace un tiempo, Olivia Thirlby (excelente en El Secreto y una participación destacada en un corto de New York, I Love You). A Michael pronto pueden verlo en Wall Street 2: El Dinero Nunca Duerme, aquí pueden leer una crítica del film en su reciente exhibición en el Festival de Cannes, fuera de competencia.
El crecimiento de un cineasta. Como cinéfilo siempre he encontrado/elegido distintos caminos en la elección de ver films a través de los años. Esas búsquedas las he visto relacionadas a las etapas mismas que uno vive a lo largo de su vida, los cambios de ánimo, la necesidad del momento. Los mapas de ayuda para empezar estos recorridos a veces se vincularon a ir conociendo el cine a través de las entregas de premios como lo ha sido en mi infancia, principalmente los Oscars, la llegada a mis manos de revistas especializadas en cine, video, las críticas de los diarios en sus dias jueves (de estrenos), secciones apartadas a espectáculos en revistas, los festivales de cine, hasta llegar a mi modo de autopiloto actual y más disfrutable hasta el momento, el seguir una filmografía de directores, en forma cronológica. Estos distintos caminos y forma de recorrerlos a su vez, generan nuevos lazos, algo así como las actuales redes sociales, donde uno termina enterandose que un amigo es a su vez el amigo de la amiga de otro amigo, los seis grados de separación. A qué quiero ir con esto? En el camino de recorrer la filmografía de Diego Lerman, uno denota un crecimiento exponencial en materia cinematográfica, desde el filmar con escasos recursos y obtener resultados más que satisfactorios, así llegaron Tan de Repente al BAFICI 2002, seguida de Mientras Tanto y ahora La Mirada Invisible. Tan de Repente abordaba un tema local como un despertar lésbico latente en la protagonista, una chica gordita de carácter pasivo, frente a otra completamente opuesta, marginal, autoritaria, rebelde, junto con una amante, y con un modo violento, terminan manteniendo una relación particular. Filmada en blanco y negro, poco convencional, Indie, bizarra. Con el salto a La Mirada Invisible, Lerman crece, muestra habilidad, un trabajo sobre un estilo completamente diferente a sus anteriores incursiones cinematográficas. ¿Es aquí donde puede perfilarse como una nueva promesa en relación al cine argentino que nos representa? La Mirada…va de una chica (excelente Julieta Zylberberg) que entra al Colegio Nacional Buenos Aires bajo la categoría de preceptora, el año es 1982, ya casi abandonando la dictadura militar, con Galtieri al mando del país, casi embarcándonos en la nefasta Guerra de Malvinas. Las esquelas de la época nefasta, se hacen ver en el cotidiano de la institución, jerarquizada y de renombre, con historia propia, lugar donde mismos próceres argentinos pisaron el establecimiento, un lugar donde hacer historia. Uno de los principales (Osmar Nuñez), es de aquellos a favor del régimen que quedaron al mando de la institución, los modales y conducta impuesta hacia el alumnado es característica de un orden militar, el tomar distancia, las reglamentaciones sobre el uniforme, el pedido de documentación frente a cualquier altercado o conducta sospechosa, denotan una modalidad que tanto internamente bajo las paredes que rodean la institución eran sostenidas en su exterior tambien. María Teresa (Zylberberg) se destaca por estar viviendo reclusa de sus pasivas actitudes, ve a los hombres tomando una distancia de represión tal que su vida sexual es nula, mira, observa desde un lugar voyerista para saciar su interrogante y necesidad. No encaja con sus pares, va a una fiesta y es distante, pasa desapercibida. La Mirada...está basada en la novela Ciencias Morales de Martín Kohan, y es de esos films cuya primer mirada deja al espectador analizando y repercutiendo por días, el poder digerir los acontecimientos visualizados. La experiencia de utilización de las miradas plasmadas con los fuera de campo son efectivas, una herramienta empleada minuciosamente. El film fue presentado en la sección de la Quincena de Realizadores del reciente Festival de Cannes, representando a nuestro país.
Cuando el límiite entre la realidad y los sueños se interpone. La nueva propuesta de Christopher Nolan, un director de filmografía impecable en su haber (Following, Memento, Insomnia, Batman Inicia, El Gran Truco, Batman: el Caballero de la Noche), lo consolida como uno de los directores clase A del momento, categoría dentro de la cual casi todo le es permitido, tiene el cast, dinero y elementos que se necesite. Sus proyectos no sólo dejan boquiabiertos tanto a crítica como espectadores alrededor del mundo, reinventándose con cada nuevo film, un par de éstos títulos de no tan larga data, ya bien podrían encontrarse entre los “clásicos” de todos los tiempos. El Origen, aborda temas ya vistos en otras, uno no termina de discernir sobre si son meras casualidades, homenajes o una revitalización de determinados temas y puestas escénicas. Encuentro puntos comunes con films como Matrix y Existenz principalmente, 2001: Odisea en el Espacio, El Ciudadano, El Vengador del Futuro, La Celda, La Quimera de Oro, el baile de Fred Astaire en Bodas Reales (Royal Wedding) y hasta las frias nieves de El Imperio Contraataca o Estación Polar Zebra. La experiencia cinematográfica es inmensa, el uso del sonido agresivo hacia el espectador como en la nueva saga de Batman es algo a lo que Nolan acude para crear climas, la dirección artistica en minuciosamente atrayente, tras constituir un thriller psicológico, tambien podría repensarselo como un film de acción, gracias a los elementos de contraste con una misión que no faltan. El Origen, funciona como las mismísimas figuras de mamushkas, un sueño dentro de otro. Leonardo Di Caprio extrañamente reitera una labor con similitudes a su reciente proyecto junto a Scorsese y sale ganando nuevamente. El cast se completa con actores que se han convertido en fetiches de Nolan, sean Cillian Murphy o Michael Caine. Eligió entre los mejores, actores que han tenido gran aceptación por sus últimos trabajos, a Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Marion Cotillard (evidentemente no sólo su actuación en La Vie en Rose lo sorpendió a Nolan sino tambien el tema célebre No me Arrepiento del gorrión Edith Piaf) y los reconocidos Pete Postlethwaite, Tom Berenger, Lukas Haas. Di Caprio interpreta a Cobb, un hombre aferrado a sus sueños, a quien la vida le ha pegado en los huecos más profundos de su ser, tiene como misión enfrentar a sus demonios, no siempre visibles o como fruto de su imaginación. Junto a un equipo, la premisa en meterse dentro de los sueños de otros y así encontrar aquellas búsquedas que en la realidad no son efectivas (algo similar al conectarse a la matrix). Aquí hay arquitectos, proyecciones, un ¿lider?. Escapatorias a la realidad, construcción de regiones, sectores, lugares, un desdoble de la realidad. Las amenazas intrínsecas, difíciles de reconocimiento alguno, deben analizarse puntillosamente para poder identificarlas. En El Orígen, Nolan comete un pecado, y es el de contar de más, hay una sobreexplicación subrayada que hace notar, no valorando la inteligencia del espectador, quizás por que se ha metido en temas que van complicándose contínuamente y en un momento debe él decir “basta”, “esto es a lo que apunto”, como para no desconcertar o enviar al espectador hacia una línea argumental equívoca.
Ya habían trabajado juntos en el drama Vanilla Sky de Cameron Crowe, remake de Abre los Ojos de Amenábar, en ésta lograron interponerse químicamente a la dupla principal del film. Ellos son Tom Cruise y Cameron Diaz, él interpreta a Roy, un agente secreto que por determinado motivo se encuentra en una especie de rebelión contra su Departamento, los integrantes del mismo, lo toman como si hubiese enloquecido (¿algo similar a lo que ocurriera tras la presencia de Cruise en el programa televisivo de Oprah?). Cameron es June, una chica un poco cursi, fierrera que está a punto de tomar un avión para llegar al casamiento de una familiar. El encuentro no todavía explosivo pero si chocante, se da entre un golpe entre ambos a minutos de abordar cada uno su vuelo, de ahí en mas, Roy y June no pararán de chocarse nuevamente, ser perseguidos, atrapados y cuanta acción se les ocurra dentro de una misión de espionaje. Lo atractivo de la propuesta constituída por Encuentro Explosivo yace en la dinámica de la puesta en escena, el timing es notable y la química entre Tom y Cameron es digna de comparación de una screwball comedy de las mejores parejas que haya presentado la silver screen. Cruise no abandona su arquetipo de hombre de las constantes muecas y cada movida de cabecera es digna de una propaganda publicitaria de shampúes. Cruise, ya convertido en un ícono cinematográfico a nivel mundial a mi entender está para producciones más atractivas que la comedia, donde no explota su fuerte. James Mangold, un director que ha incursionado en diversos géneros como el policial, drama, la comedia romántica, suspenso y el western, con variados resultados, puede considerarse un director digno de poder llevar un proyecto a cabo. Sus mejores trabajos han sido Cop Land, Walk the Line (sobre la vida de Johnny Cash) y la remake de El Tren de las 3:10 a Yuma. Mangold casuamente no imprime su sello en ninguna de sus obras, uno puede verlas y ni considerar la posibilidad que hayan pasado por sus manos. La calidad se encuentra, pero no su sello. Aviones, autos, motocicletas, los terrenos de persecución son diversos, las regiones tambien (Austria, Boston, Sevilla), el Festin de San Fermín con sus atractivos colores como pocas veces se ha visto. Popurrí entre Charade, la saga Bond y Bourne. Encuentro…cuenta con notables interpretaciones secundarias a cargo de la excelente Viola Davis (The Architect, La Duda), Paul Dano, Jordi Mollá (el villano español del momento), Peter Sarsgaard.
¿Qué ocurre cuando los planes se derrumban? Plan A: reconquistar a la convertida en reciente exnovia. Problemática: la ex ya sale con otro chico y se la ve muy bien con el. Según una amiga en común, el chico ha tenido alguna experiencia sexual con alguien de su mismo sexo. Se desmorona el Plan A. Sigamos con el Plan B. Plan B: seducir al chico que actualmente sale con tu ex para alejarlo de la misma. Con éste planteo de tan sólo 5 minutos iniciales, la premisa del film denotaría estar introduciéndonos a una vehemente comedia de intercambio de roles y orientaciones sexuales, amigos en común como en las mas frecuentes comedias románticas sirven de elementos de guión para aceitar los engranajes de una trama cada vez que ésta va improntando otros rumbos. Es así como Bruno conoce a Pablo (Manuel Vignau, Lucas Ferraro). Uno muy rudo y de barrio, futbolero vistiendo la 10 de Kempes con el logo del mundial ’78, el otro más sumiso, más fachero, más sensible. Las comparaciones al film de Ang Lee no son redundantes, y es Plan B quien se encarga de mostrar diferencias notorias, no tiene una intención secundaria u oculta, no juega con el facilismo abarcado sobre la temática sexual y sobre todas las cosas, tiene un ingrediente meramente faltante en Secretos de la Montaña, aquí surge una pasión, una atracción que en aquella, a mi entender, por más efecto de impacto musical, un esperado beso o relación sexual fugaz, no ameritaba semejante relación que duraría años por venir. La atracción inicial es visual, los intencionados avances de Bruno de a poco van despertando algo latente en Pablo, como dos amigos de niñez discuten sobre frivolidades vinculadas a la infancia, planteos Neverland (¿El País del Nunca Jamás o La Tierra sobre la cual nunca aterrizar?). La trama llega a un exponente tal, que los planes se derrumban y el film se convierte en un tour de force minimalista sobre la relación de ambos, todo el alrededor a ellos, sus amigos e inclusive la ex, quedan en otro plano insignificante, ellos abarcan todo. En éste momento es donde la dirección debe jugarse hacia un desenlace y he aquí el aspecto criticable del film en mi opinión, se optó por la linealidad, por subrayar la acahecido y cerrar argumentalmente todo. Plan B sobrepasa eufemismos y quebranta prejuicios sobre la homosexualidad, es más, en ningun momento el film siquiera me hizo recordar que estábamos hablando de dos personas del mismo sexo, en cierta manera otro de los logros del film, romper con los canones de la diversidad. Dos personas, dos amigos, un amor. Vignau y Ferraro establecen actuaciones convincentes. Marco Berger, el director, un talento a considerar, ya había exhibido su corto El Reloj en Cannes y ya en éste se vislumbraba su fascinación por los planos de campo, algo que en su visión reutiliza en Plan B, en exceso tal vez, denotando una brecha cercana entre personajes y alejandose del resto, inclusive del medio. El film acaba de ganar el primer premio en el pasado y útimo a realizarse Festival Diversa, exhibiéndose en Museo de Arte Latinoamericano Malba como “Film del Mes” los siguientes días y horarios:
Tropezándose otra vez con la misma piedra… Las sagas. Una vez más la maquinaria hollywoodense nos ofrece nuevos productos publicitarios como si vendieran un cosmético, crean gran expectativa, inundan los medios gráficos, visuales y carterlería. No lejano a otros productos que también han funcionado como podría encasillarse a la saga del mago con anteojos, las maldiciones de Sarumán y tantas otras. En carácter de espectador vuelvo a caer en la asistencia a éstos “denominados” y “vendidos” como eventos muy esperados, para después reprocharme una y otra vez el por qué he caído nuevamente en ésta trampa. No han sido muchas las experiencias de secuelas que han presentado algún aspecto realmente innovador o inclusive resultar superiores a sus antecesoras. Eclipse, en la lastimosa tarea de tener que compararla con sus dos anteriores entregas no es ni más ni menos, es igual, un desastre de película. ¿De qué va Eclipse? Bella y Edward continúan su romance entre tirones para uno u otro lado. Ella quiere ser convertida en vampiro por que no encaja en el mundo “normal”, no se considera una adolescente “normal” y debido a ello, desea ser convertida una vez celebrada su graduación. Ahora Edward impone una condición por que él es un hombre como los de antes, casarse, y menos aún pensarlo, mantener relaciones sexuales antes de hacerlo. Su personaje debería vestir gomina y frac. Mientras, el pobre Jacob, devenido hombre lobo, tiene todavía la corazonada de poseer al menos una chance con Bella. El está convencido de que ella lo aceptará luego de escuchar decenas de minutos avalando su posición de por qué él es mejor para ella, mejor que Edward. Uno es frío, el otro caliente. Uno vivo, el otro muerto. En cada encuentro se cruzarán empujones y discursos de enfrentamiento, pero en fin, la que tiene la palabra final, no es más que Bella, quien a ésta altura ya no sabe qué hacer salvo colocarlos a ambos en una licuadora y extraer a su candidato ideal. A diferencia de las anteriores entregas, aquí se contrató al director David Slade, con un trabajo notable como Hard Candy, film que sirvió para prestar atención sobre Ellen Page (Juno), y otro no estrenado en carteleras porteñas, 30 Days of Night, otra de vampiros en la nieve. No obstante el prometedor profesional, sea por encargo o qué, no logró desvincular al producto de sus anteriores en materia cinematográfica, no pudo desligarse cual lo hiciera Cuarón con la saga de Harry Potter, imponiendo una marca autoral, lo que permite evaluar hasta dónde éstos proyectos ya vienen ofrecidos con un “know how”, de manual o como quieran denominarlos. Sin ir muy lejos, Luna Nueva, al menos habia ofrecia una más acogedora estética y un más sombrío aspecto sobre algunos personajes, una revelación argumental con Jacob, cuyos abdominales tal cual tabla de planchar continúan intactos y explotados al máximo para suspiro de las adolescentes que han de ir a ver el film. Pattinson no es un galán a la altura de Kristen Stewart, ésta última ha demostrado en Adventureland estar para interpretar otros géneros más versátiles y adultos que éstas franquicias vacías, no obstante como en muchos casos de actores que consiguen éste tipo de roles vistos mundialmente por millones de personas, esperemos que no juegue en contra hacia la carrera de ésta prometedora actriz a quien noté por primera vez en La Habitación del Pánico de David Fincher. Por mi parte, la saga de Crepúculo bien podría terminarse aquí, dejar de tener que volver a resucitar el movimiento de fans dentro de los dos próximos años para ver Breaking Down Parte 1 y Parte 2, otro nuevo invento de seccionar novelas a manera de extensión (Harry Potter incluído…).
Oliver Stone visita Latinoamérica. A partir de entrevistas a distintos presidentes de la región, entre ellos principalmente Hugo Chávez (a quien el documental parece haber sido realizado a medida), Evo Morales, Lula Da Silva, Cristina Fernandez de Kirchner, Lugo, Correa y Raúl Castro, consolida demarcar una abarcativa idea de el denominado “movimiento bolivariano”, cambios y sentido de unidad entre líderes sudamericanos ante las históricas y contínuas intervenciones norteamericanas, financieras, políticas y abruptas campañas organizadas para derrocar gobiernos elegidos democráticamente, el uso de los medios de comunicación, la acción del FMI tomando a países de la región como conejillos de indias para los experimentos financieros de su autoría, las innecesarias guerras y asentamientos militares con el único e inobjetable objeto de adquirir recursos naturales (petroleo, gas, agua). El documental abarca una postura de Stone como observador, al lado de los líderes, invitado de honor de Chávez a quien el film intenta elevar a la altura de referentes como Castro o el Che Guevara, caracterizado como un monstruo latinoamericano y dictador, según los programas televisivos con formato de noticieros como en CNN y Fox, destinados a norteamericanos que no se involucran, que desconocen y ciertamente éstas emisiones no hagan más que alejarlos aún mas de la realidad. Chávez es mostrado desde su ascenso al poder, visitando las calles, su lugar natal y hasta jugando como un niño montado en una bicicleta, pero, Stone tambien hace una mirada al costado sobre muchos temas. No interioriza. Es cierto que el documental tiene un formato y duración donde hablar de cada presidencia y el proceso en que cada uno de éstos presidentes ha sido electo, sus políticas dentro de cada país dentro del cual están involucrados está ausente en el film. Si bien todos éstos presidentes tienen una visión en común, han generado evidentes avances en relación a la unidad de Latinoamérica como un bloque politico, sus métodos no son iguales, no todos ellos provienen de los mismos orígenes, uno militar, otro religioso, indígena, o como nuestra presidente actual tan errádicamente describe: “Los actuales gobernantes nunca hemos sido tan similares a los gobernados”. Sin embargo Stone es consciente de lo que ha significado Latinoamerica para los Estados Unidos a través de los años, conoce las operaciones militares, politicas y financieras que disimuladas para los norteamericanos han actuado y han procurado volver a hacerlo. Las mentiras evidenciadas en el archivo de programas televisivos son contundentes. Stone ha perdido algo a lo largo de su carrera cinematográfica, con Comandante, Looking for Fidel o Persona Non Grata, retrataba conflictos de Castro y Arafat, en largos subrayó la conspiración y asesinato de JFK, poniéndose en contra a gran parte de la sociedad Norteamérica a partir de ese gran film polemico y quizas uno de sus mejores, dejó de ser visto como el veterano que estuvo combatiendo en Vietnam mostrando la guerra que vió con sus propios ojos. Nixon y recientemente W., lo notaron interesado nuevamente sobre presidentes norteamericanos, sobre ésta última sin reparar al instante de jugarse con un guión liviano. En breve llega Wall Street: Money Never Sleeps, recientemente presentada fuera de competencia en Cannes, otro film olvidable donde destruye al excelente personaje de Gekko interpretado por Michael Douglas. Al Sur de la Frontera tuvo un estreno atípico en Argentina, las salas más importantes no han albergado al film, una conferencia en la UBA mediada por Jorge Lanata donde Stone cuidó sus comentarios. El film es presentado por dos productoras locales y la participación del Centro Cultural Caras y Caretas.