Mapuzungun, el hablar de la tierra En Para los pobres piedras (2013), el realizador francés radicado en Argentino Mathieu Orcel registra los pasos de una familia mapuche a través de los hermosos paisajes neuquinos y deja entrever la dura realidad a la que se enfrentan día a día para sobrevivir en una sociedad que parece haberles dado la espalda. Ernaldo y sus hijos son mapuches y año tras año emprenden un viaje a la “veranada”. Esto consiste en llevar a las ovejas a alimentarse en la cordillera durante tres meses en donde no hay sequía. En tanto su esposa Cecilia los espera mientras cocina y transforma la lana en hilo que luego se venderá. El director de la serie documental Salida de emergencia, emitida por el canal Encuentro, se sumergió en la meseta patagónica, aprendió el idioma mapuche Mapuzungun y vivió un total de tres años con la familia de Ernaldo. El resultado es inmejorable: consiguió testimonios crudos sobre una realidad que golpea tan fuerte como el viento en la cara de estas personas que enfrentan adversidades no sólo de la naturaleza sino de la mano del hombre y su codicia. De esta manera, Orcel y su equipo lograron captar lo desolador del paisaje que se traducen en secuencias prolijas en las que el movimiento de la cámara se hace imperceptible. Reservará el uso de la cámara en mano para escenas en las que se hace imposible utilizar un trípode como una cabalgata o seguir de cerca el sacrificio de un animal para el almuerzo. La música extradiegética quedará relegada a un segundo plano ya que Orcel dio relevancia a los sonidos propios de la naturaleza. El grito ahogado de un animal o el sonido del viento que se mezcla con el balar de las ovejas son el acompañamiento ideal de un documental sincero que no permite una segunda lectura. Para los pobres piedras es una bofetada al espectador que, sin apelar a golpes bajos, desconoce una realidad que afecta a personas que vieron pisoteados sus derechos desde que los primeros colonizadores pusieron un pie en nuestro territorio. El título del documental hace referencia a un dicho que tienen los mapuches. Mientras las empresas se quedan con las mejores porciones de tierra, los crianceros deben atravesar improvisados caminos repletos de piedras. Orcel dio el primer paso al documentar con precisión quirúrgica estos hechos. Ahora la responsabilidad quedará en el espectador que ya no podrá alegar desconocimiento sobre las injusticas a las que están sometidos nuestros hermanos de los pueblos originarios.
En ¿Qué pasó ayer? Parte III, Todd Philips decidió dar un giro y focalizar toda la atención hacia los personajes de Alan y Chow. Y, aunque esta cinta es mejor que la segunda, no alcanza a ser tan divertida como la primera parte. La película comienza con un motín en la cárcel de Bangkok que aloja al personaje más loco de toda la trilogía. Chow escapa y este será el detonante de una cadena de eventos desafortunados que deberá afrontar el Wolf Pack. Luego veremos a Alan transportando a una jirafa que ha comprado. Por un error de cálculo la situación se le va de las manos y genera un caos que se imprimirá en la tapa de todos los diarios. Doug (Justin Bartha), Phil (Bradley Cooper) y Stu (Ed Helms) ofrecen llevarlo a una clínica para que pueda recibir un tratamiento adecuado. Pero en el camino se cruzan con un mafioso (John Goodman) que tomará como rehen a Doug hasta que encuentren a Leslie Chow, quien le ha robado unos lingotes de oro. De esta manera, los tres amigos volverán a Las Vegas y se reencontrarán con Jade (Heather Graham), la prostituta con la que se casó Stu en la primera parte, y su hijo Carlos. Esta vez no hay resaca ni pérdida de memoria por ingerir drogas. Philips ha optado por el lado del arco emocional y por concentrarse en Alan y su recuperación que se verá interrumpida por el maniático de Chow. Y, si bien ellos dos conservan la misma intensidad en la interpretación de sus personajes, parece que Ed Helms y Bradley Cooper han elegido continuar con la saga por una cuestión monetaria. ¿Qué pasó ayer? Parte III no está a la altura de la primera parte pero supera a su antecesora ampliamente ya que ésta era prácticamente un mala copia de la película estrenada en el 2009. Philips ha decidido cambiar un poco las cosas y ofrecer una comedia suave que opta por lo emocional y no por lo zafado y lo incorrecto. La participación del gran John Goodman como el mafioso que quiere recuperar el oro robado por Chow contribuye al resultado final. Asimismo, Melissa McCarty da sobradas muestras de su talento en las dos escenas que comparte con Zach Galifianakis. En fin, parece ser la despedida de este trío que a fuerza de estupefacientes y alcohol ha arrancado más de una carcajada. Pero esta continuación demuestra que, con el paso del tiempo, las franquicias tienden a hacerse obvias e inexorablemente repetitivas. No obstante, luego de los créditos hay una escena que rescata el espíritu de aquel film estrenado hace cuatro años que traía de regreso a un género que Hollywood parecía haber dejado atrás. 3/5 SI Ficha técnica: Dirección: Todd Philips Guión: Todd Philips & Craig Mazin Género: Comedia Estreno (Argentina): 30 de Mayo de 2013 Origen: Estados Unidos Duración: 100 minutos Clasificación: AM 16 Reparto: Zach Galifianakis, Ed Helms, Bradley Cooper. Melissa McCarthy, Heather Graham, John Goodman, Ken Jeong, Justin Bartha.
En Planetario (2011), Baltazar Tokman (Tiempo Muerto, 2010) eligió a seis familias de distintas partes del mundo para retratar el crecimiento y la educación que recibieron los hijos a través de las filmaciones caseras realizadas por los padres. “La primera generación que será grabada desde su nacimiento” dice uno de los padres de los protagonistas del documental. La premisa es más que interesante: seis padres de distintas partes del mundo decidieron filmar a sus hijos desde el primer momento. De esta manera, individuos de Estados Unidos, Polonia, Rusia, India, Argentina y Egipto siguieron minuciosamente a sus niños y grabaron cada momento de su infancia. Baltazar Tokman realizó un gran trabajo al compilar y visualizar cientos de horas de material que provino de puntos distantes del mundo. En la casi hora y media de duración, temas tan diversos como la muerte, la religión, la política y la guerra son abordados por personas que un día decidieron tener hijos y cambiar su vida para siempre. Al estar filmada directamente por los padres de los chicos, se consiguieron testimonios muy íntimos en los que se reflejan de forma privilegiada su crecimiento y formación. Desde el parto hasta los primeros pasos, pasando por el primer baño, filmaron cada momento en la vida de los pequeños protagonistas. En el caso de la familia argentina es interesante ver cómo el padre, con cámara al hombro, acompaña a su esposa al baño para lavar la cara de Ignacio y por momentos llega a ser fastidioso. Además hay minutos para el humor cuando el padre de Anton responde siempre lo mismo ante la insistente pregunta: ¿dónde está mamá? Los padres respondieron un minucioso cuestionario enviado por el director que servirá como hilo conductor a lo largo del documental. Las respuestas evidenciarán la necesidad común de registrar todo lo que concierne a sus hijos para ellos mismos y para los pequeños cuando sean mayores. Tal vez de esta manera puedan comprender por qué vinieron al mundo y qué se esperaba de ellos cuando apenas comenzaron a vivir.
Dirigida por Shane Black, Iron Man 3 (2013) es la película con más humor de la trilogía pero no descuida las grandes secuencias de acción, que tienen a un Robert Downey Jr. en su mejor momento. En esta tercera parte el multimillonario Tony Stark debe lidiar con las secuelas del incidente que protagonizó en Nueva York. El conocimiento de la existencia de dioses y de vida inteligente en otro planeta y la experiencia cercana a la muerte se manifiestan en ataques de pánico e insomnio. Pasa día y noche trabajando en su taller hasta que el terrorista conocido como El Mandarín comienza con una cadena de ataques a objetivos estadounidenses. Pero cuando destruye su mansión y acaba con casi todos sus recursos, emprende una cruzada para encontrar respuestas. Iron Man 3 es la mas cómica de las tres entregas. Es un show completo de Robert Downey Jr., quien sabe manejarse y logra que cada escena sea graciosa e inteligente al mismo tiempo. Por supuesto que no todo es gracias a él, ya que el director y escritor Shane Black (guionista de la saga Arma Mortal) hizo un gran trabajo detrás de cámaras y le dio a Tony Stark un rasgo de humanidad del que carecía hasta este momento. Vemos a un Tony angustiado y desesperado que debe luchar contra reloj para recuperar lo que más quiere. Y es esta la mejor parte de la película, donde lo veremos despojado de su traje y siguiendo la pista de El Mandarín al mejor estilo detectivesco, valiéndose de partes mecánicas para luchar contra los enemigos que se cruzan en su camino. Disfrutaremos de la mejor faceta de un Robert Downey Jr. que, acompañado de un niño, irá tejiendo la trama de un complot que amenaza a Estados Unidos y, por qué no, al resto del mundo. Si bien Shane Black se permite una licencia con el personaje de El Mandarín que tal vez sea imperdonable para los fanáticos del cómic, para el espectador en general será una salida divertida y permitirá mostrar a un Ben Kingsley delirante. Además de enfrentarse a este nuevo enemigo, deberá vérselas con un científico interpretado por Guy Pearce al que Tony había rechazado en el pasado y que ahora vuelve para vengarse. Pepper Potts toma un rol protagónico y Gwyneth Paltrow demuestra que además de ser una gran interprete dramática puede hacerle frente a una película de acción sin ningún inconveniente. Asimismo, Don Cheadle vuelve a poner el cuerpo a James Rhodes y a War Machine, Jon Favreu interpreta a Happy Hogan que se encarga de la seguridad de la Industria Stark y Paul Bettany es Jarvis, el asistente robótico de Tony. Se suma al elenco Rebeca Hall como una científica que influyó en el pasado de Tony y que ahora regresa a su vida con una verdad reveladora. En fin, Iron Man 3 es la culminación de una trilogía que significó el renacimiento de un gran actor como es Robert Downey Jr. El mismo que cuando salió al mundo a los 27 años y protagonizó Chaplin (1992) no dejaba ninguna duda de que nos encontrábamos ante un actor descomunal. Ahora, a sus 48 años, ha manifestado que sería feliz de continuar con la saga y se deprimiría en caso de no hacerlo pero que igualmente sacaría provecho si decidiera colgar el traje. El tiempo y el dinero dirán si esto es verdad pero podemos estar seguros de que este es un cierre perfecto (con una escena imperdible después de los créditos finales) para una saga que ha cosechado fanáticos alrededor de todo el mundo. 4/5 SI Ficha técnica: Dirección: Shane Black Guión: Jon Favreau & Shane Black. Estreno (Argentina): 25 de Abril de 2013 Género: Cómic, Aventuras, Acción. Origen: Estados Unidos Duración: 129 minutos Clasificación: AM 13 Distribuidora: Buena Vista Reparto: Robert Downey Jr., Don Cheadle, Gwyneth Paltrow, Jon Favreau, Ben Kingsley, Guy Pearce, William Sadler.
La fiesta olvidable Jon Lucas y Scott Moore, guionistas de las dos primeras partes de ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009), escribieron y dirigieron 21, la gran fiesta (21 & over, 2013) y demuestran que algunas fórmulas no deben ser exprimidas hasta el hartazgo. Jeff Chang cumple 21 años y sus dos amigos de la infancia deciden ir a visitarlo a su casa y llevarlo de gira toda la noche. El problema es que al otro día Chang debe presentarse en una entrevista para ingresar a la escuela de medicina y debe estar listo a primer ahora de la mañana para que su padre, un controlador insoportable, lo acompañe y se cerciore de que cumpla con el mandato familiar. Además, Chang resultó ser un fiestero terrible y lo que empezó como una salida exprés terminará con un tour que se extenderá toda la madrugada. Luego de ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009), cuya tercera parte arribará a los cines el próximo 30 de mayo, los productores decidieron exprimir una fórmula que parecía inalterable. Primero fue Proyecto X (Project X, 2012) que con producción de Todd Phillips, el director de la trilogía ¿Qué pasó ayer?, contaba las desventuras de un grupo de amigotes que salían de parranda y por poco inician una revolución. Ahora llega el turno de 21, la gran fiesta y el resultado es el mismo: una comedia repleta de gags sin gracia que terminan en lo burdo y asqueroso. Y esa es la gran diferencia con ¿Qué pasó ayer?. Aquí no hay reparos a la hora de mostrar los acontecimientos de una noche descontrolada pero sin ningún filtro. Una secuencia que incluye a un toro mecánico y fluidos corporales, la ingesta de un producto femenino pensando que se trata de una golosina y otros secuencias de este estilo que no causan una sola carcajada y demuestran poca inteligencia por parte de los guionistas que supieron hacer reír con sus dos películas anteriores. Esto deja al descubierto una metodología por parte de Hollywood que se repite a lo largo de los años en Hollywood: no sólo hacer secuelas hasta el cansancio sino también realizar otras películas que abordan el mismo tema pero que en el camino se degeneran hasta terminar siendo malas copias de la original. En tan sólo cinco años, cinco producciones de este tipo que incluyen alcohol, mujeres y reviente llegaron a las salas. Y si bien ¿Qué pasó ayer? y su secuela eran buenas y graciosas, esto no sólo demuestra una falta de ideas preocupante sino una continua repetición que deja fuera de juego a muchos talentos nuevos que no tienen lugar en una industria que tiende a la reiteración.
El director Joseph Kosinski (Tron: el legado) dirige a Tom Cruise en Oblivion: El tiempo del olvido (Oblivion, 2013) y consigue impactar desde el punto de vista visual pero deja mucho que desear desde lo narrativo. La acción transcurre en el año 2074; la Tierra quedó devastada luego de que los seres humanos utilizarán su poderío atómico para repeler una invasión extraterrestre. Y si bien la raza humana ganó la batalla, la mayoría de los habitantes perdieron la vida y los pocos sobrevivientes escaparon hacia Titán, una de las lunas de Saturno. El personaje de Tom Cruise es un ex comandante cuya misión consiste en reparar unos drones encargados de mantener unas máquinas gigantescas responsables de extraer agua, el único recurso útil del planeta. Los sabotajes por parte de unos seres llamados "carroñeros" se vuelven frecuentes y para colmo, una nave cae y uno de sus tripulantes (Olga Kurylenko) pone de cabeza todas las creencias del protagonista del film. La película se puede dividir en dos partes bien distinguibles. La primera se hace entretenida principalmente desde el despliegue visual y por la espectacular fotografía a cargo Claudio Miranda, ganador del Oscar por Una aventura extraordinaria (Life of Pi, 2012). Todo el tiempo sobrevuela una sensación de que cualquier cosa puede pasar en este planeta desolado que parece estar habitado por el personaje de Cruise y por Vika (Andrea Riseborough), su compañera y amante que lo asiste constantemente desde la base. A su vez estos dos son monitoreados desde Titán por Sally (Melissa Leo). Ya en la segunda parte, cuando aparezcan los personajes encarnados por Morgan Freeman y Nikolaj Coster-Waldau, de los que no conviene adelantar demasiado ya que se arruinaría la vuelta de rosca que propone el director, es cuando la película comienza a derrapar y decae el ritmo que se venía manteniendo a fuerza de imágenes impresionantes, efectos visuales muy bien orquestados y un Tom Cruise que aparece en casi todas las escenas. El principal problema subyace en que el camino elegido por el director resulta demasiado previsible y de la ciencia ficción clásica del estilo de 2001: Odisea del Espacio, Blade Runner, THX 1138, y hasta Wall-E de Pixar, se cae en una película de acción que busca dejar una tibia moraleja en los espectadores. De un tono serio pasamos a una película de acción bastante liviana que puede defraudar al espectador que tenía otras expectativas. No obstante, la cinta logra sobresalir entre tanta superporducción y entrega varias secuencias realizadas en escenarios naturales y una puesta en escena muy bien lograda. Y si bien no se convertirá en una cinta de culto, Oblivion: El tiempo del olvido merece ser rescatada como un exponente más del género. 3/5 SI Ficha técnica: Dirección: Joseph Kosinski Guión: Karl Gajdusek & Michael Arndt Año: 2013 Estreno(Argentina): 11 de abril de 2013 Distribuidora: UIP Reparto: Tom Cruise, Morgan Freeman, Olga Kurylenko, Nikolaj Coster-Waldau, Melissa Leo, Andrea Riseborough.
El diablo no pasa de moda Con dirección del uruguayo Federico Álvarez y producción de Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert, Posesión Infernal (Evil Dead, 2013) es la remake mejor lograda que se haya visto hasta el momento. Con guiños a la original y con interesantes aportes esta nueva versión tiene como destino convertirse en un nuevo clásico del género. Cinco veinteañeros se trasladan hacia una cabaña para pasar el fin de semana y cumplir un objetivo: tratar que Mia deje las drogas. Cuando uno de ellos descubra un misterioso libro y lea un pasaje, despertará una fuerza demoníaca que irá tomando el cuerpo de cada uno y el fin de semana se convertirá en una lucha por la supervivencia. Federico Álvarez logró lo que otros realizadores no pudieron. Luego de que su corto Ataque de Pánico! (Panic Attack!, 2009) se dispersara por todo el mundo a través de YouTube, Sam Raimi lo convocó para que realice una nueva versión de aquella película que renovó a un género que venía derrapando hace rato. Este film está a la altura de las circunstancias y también irrumpe en un momento en el que las películas de terror estaban reservadas solamente para el terror psicológico, que en lugar de causar temor termina ocasionando el efecto contario. Luego de una primera secuencia que dejará con la boca abierta a más de uno por lo cruda y explícita, Alvarez se permite una licencia y junto a los guionistas Rodo Sayagues Mendez y Diablo Cody, ganadora de un Oscar por La joven vida de Juno (Juno, 2007), incluyen una subtrama que se aleja de la original pero que no altera el resultado final. En esta versión el grupo de amigos no se aloja en la cabaña para drogarse y pasarla bien sino para desintoxicar a uno de ellos. Diferencia nada al azar que aporta un elemento que podría considerarse irónico: la joven que lucha para expulsar las toxinas de su cuerpo termina siendo poseída por un demonio. El humor también es una parte importante en Posesión Infernal y tanto en la original como en esta versión hay escenas que asombrosamente logran sacar una carcajada al espectador. Además de esta particularidad, Federico Álvarez homenajea con ciertas elecciones de planos y objetos que, desparramados por todo el campo visual, remiten a la película dirigida por Raimi. Y en algunos puntos es superadora de esta ya que contó con un presupuesto más abultado que los 350.000 dólares que tuvo el director de la trilogía de Spider-Man allá por la década del ochenta. En conclusión, Posesión Infernal logró lo que otras remakes como por ejemplo la malograda Masacre de Texas (The Texas Chainsaw Masacre, 2003) no pudieron. Además de homenajear a un clásico, reinventarlo y dejar satisfechos a los amantes de la cinta original, el público que no tenía conocimiento de aquella joya seguramente, luego de ver Posesión Infernal, no parará hasta conseguirla. Aquellas limitaciones técnicas que se habían convertido en virtudes fueron retomadas por Federico Álvarez para demostrar que todavía siguen asustando.
G.I. Joe: El contraataque G.I. Joe: El contraataque (G.I. Joe 2: Retaliation, 2013) contó con un elenco renovado casi en su totalidad en un intento de convertir a la segunda parte de la saga basada en los populares muñecos en una película de acción más atractiva. El resultado es decepcionante y no hace otra cosa que continuar en la misma dirección que su antecesora. Los G.I Joe siguen dando la vuelta al mundo cumpliendo las órdenes del presidente de Estados Unidos. El problema principal es que en la cinta anterior el jefe de Estado había sido suplantado por Zartan, un miembro de la organización Cobra. Luego de recuperar armamento nuclear, los G.I. Joe serán traicionados por el impostor y eliminados. Sólo tres sobrevivirán y buscarán ayuda de su fundador para restablecer el orden y terminar con la organización Cobra de una vez por todas. La participación de Dwayne Johnson en Rápidos y Furiosos 5: Sin control (Fast Five, 2011) hizo de esta película la mejor de la saga. Con un Channing Tatum relegado a un segundo plano, se podía suponer que su incorporación a G.I. Joe, sumada a la participación de Bruce Willis resultaría en una película de acción que supere a su antecesora. Pero no es este el caso. Con producción de Stephen Sommers, director de la primera parte, esta vez la dirección recayó en manos de Jon M. Chu, cuyo último trabajo fue Justin Bieber: Never Say Never (2011), el documental sobre el ídolo adolescente. Con semejante antecedente, el realizador tuvo la responsabilidad de contar las desventuras de estos soldados de élite que deben desenmascarar a una organización que pretende llevar al mundo al cataclismo nuclear. Al igual que la primera parte, G.I. Joe: El contraataque es una sucesión de escenas de acción que no aportan nada a un argumento al que no puede exigírsele demasiado si tenemos en cuenta que está basada en unos muñecos cuyo único objetivo era terminar con los malos. El conflicto principal tarda en aparecer y hay dos secuencias de acción que podrían haberse eliminado para imprimirle un ritmo más dinámico a la narración. Más allá de algún gag de Bruce Willis o de una mayor presencia en pantalla de Jonathan Pryce que en la película anterior, esta secuela sigue la misma línea que su antecesora. Además, el uso del 3D no agrega nada a una película pensada para un público adolescente que no exige demasiado. Como en cualquier superproducción hollywoodense, la última palabra la tendrá la taquilla, que determinará si hay una tercera parte o si estos muñecos vuelven a la vitrina de la que nunca deberían haber salido.
Como dos gotas de agua En Los días (2012), la ópera prima de Ezequiel Yanco, se ofrece una mirada realista sobre la vida cotidiana de dos hermanas gemelas. Con un minucioso registro y una naturalidad sorprendente logra captar el paso de la niñez hacia el mundo de las responsabilidades adultas. Martina y Micaela son hermanas gemelas. Viven en Quilmes con su madre Norma y su padre Alejandro. Los días transcurren y la rutina parece inalterable: despertarse, almorzar, realizar las tareas escolares, concurrir a las clases de catequesis y hasta acudir a castings para publicidades; prioridades en la vida de estas pequeñas de nueve años hasta que un hecho cambia por completo su universo. La mamá debe ayudar en la remisería del papá y ellas deben aprender a valerse por sí mismas. Presentada en la sección oficial del 14 Edición BAFICI (2012), Los días es un pequeño documental que logra convertirse en el paso de los minutos en un registro íntimo y claro sobre el paso de la niñez al ingreso de la pre adolescencia. Con cámara en mano pero con movimientos imperceptibles, Yanco es un privilegiado testigo de la vida de estas pequeñas que no se distingue mucho de la de miles de chicos del conurbano bonaerense. Con una economía de planos, Yanco logra que las protagonistas y su entorno familiar, centrado exclusivamente en la madre, no noten la presencia de la cámara y la vida cotidiana transcurra con naturalidad. La ausencia de música privilegia el sonidos ambiente que se traducen en extractos de programas televisivos que Martina y Micaela observan mientras desayunan o la caída de una leve lluvia que indica el paso del tiempo. Los días es un interesante debut que demuestra la madurez de un cineasta que está dando sus primeros pasos. Con una cámara casi estática registra de manera inmejorable las peleas, los avances y retrocesos en la vida de estas dos hermanas. Al mismo tiempo, revela un espectro mucho más amplio para los que no están familiarizados con los gemelos quienes, pudiendo parecer dos gotas de agua, en la intimidad encuentran sus diferencias bien delineadas.
En The Master (2012) Paul Thomas Anderson, el realizador de Juegos de Placer (Boggie Nights, 1997), Magnolia (1999), Embriagado de Amor (Punch-Drunk Love, 2002) y Petróleo Sangriento (There Will Be Blood, 2007), entrega una gran obra que se apoya en las interpretaciones de sus protagonistas. Freddie (Joaquin Phoenix) es un reciente veterano de la Segunda Guerra Mundial que no puede reinsertarse en la sociedad. Alcohólico, desesperado y psicótico, pasa sus días desempeñándose en diferentes trabajos hasta que conoce a Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), el “Maestro” del título (personaje inspirado en L. Ron. Hubbard, fundador de la polémica iglesia de la Cienciología). En Dodd, Freddie encuentra a su opuesto: un hombre carismático y seductor capaz de persuadir y someter a sus seguidores. Los personajes construidos por Anderson son las dos caras de una misma moneda:un alma perdida que no encuentra su lugar en el mundo y el líder que le dará cobijo y lo utilizará como conejillo de indias para reencauzarlo y a la vez lograr que sea útil al movimiento. La interpretación de Joaquin Phoenix es magnífica: ese hombre deprimido, encorvado y a punto de estallar es de lejos su mejor actuación hasta el momento. Asimismo, Philip Seymour Hoffmann realiza un trabajo monumental. Por momentos calmo y reflexivo y en ocasiones al borde de la locura, el actor ganador del Oscar por Capote (2005) funciona como un contrapunto ideal en esta relación de poder y sumisión que desarrolla Anderson en The Master. Amy Adams hace su aporte al movimiento que lidera su esposo desde las sombras. La elección de Anderson de filmarla en el anacrónico formato de 70mm hace de The Master una obra magnífica. Todo es grandilocuente en la cinta: lo infinito que parece el desierto o la extensión del océano y hasta las escenas que tienen lugar en los espacios cerrados dan la impresión de encontrarnos ante escenarios enormes. La fotografía a cargo de Mihai Milamare Jr. y la banda compuesta por Jonny Greenwood son elementos fundamentales. Los primeros planos adquieren una relevancia significativa y los cambios en la luz manifiestan el estado de ánimo de los personajes. Paul Thomas Anderson dejó nuevamente su marca en una industria acostumbrada a entregar productos que no requieren de una participación activa por parte del público. Realizó una película incomoda que, si bien no busca la identificación del espectador con alguno de los dos protagonistas, establece claramente que será este quien tenga la última palabra. 5/5 SI Ficha técnica: Dirección: Paul Thomas Anderson Guión: Paul Thomas Anderson Estreno (Argentina): 28 de Febrero 2013 Género: Drama Origen: Estados Unidos Duración: 144 minutos Clasificación: AM 16 Distribuidora: Diamond FIlms Reparto: Joaquin Phoenix, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Laura Dern.