La hoguera de las vanidades Si bien el relato conserva la estructura básica del clásico infantil y toda su axiología mas o menos implícita: una separación absoluta entre el Bien y el Mal, una actitud condenatoria hacia personajes que muestran una sexualidad activa y natural, etc. no obstante se permite ciertas libertades que resultan interesantes y de gran eficacia en el resultado cinematográfico. En este campo, caben destacarse, por un lado, la competencia entre la madrastra y Blancanieves por la atención sexual del príncipe y, por el otro, una propuesta estética altamente sofisticada en cuanto al diseño de los vestuarios, los decorados, etc. Uno de las grandes ideas que ha tenido la producción ha sido la de contratar a Julia Roberts para el personaje de la muy malvada, pero bellísima, madrastra de Blancanieves. La actriz norteamericana tiene la virtud de hacer del personaje un ser creíble y patético, y al ser una actriz de tremenda popularidad, no es difícil para el espectador identificarse conflictivamente con ella y con sus objetivos. Su propia belleza la hace creíble, y su simpatía y naturalidad la hacen querible. Es interesante, además, contrastar la caracterización que se hace de la reina como una persona de compleja y avasallante sexualidad, en oposición a la candorosa e ingenua Blancanieves e incluso en oposición casi del mismo príncipe. De allí que el comienzo de la película se plantea como la historia de la madrastra. Caben destacarse, por supuesto, todas las labores secundarias, particularmente las de Nathan Lane y las troupe de los enanitos que acompaña a Blancanieves en su intento de enfrentar a la madrastra para recuperar la felicidad del reino y salvar al príncipe. El relato está muy bien logrado y matizado con pequeñas situaciones cómicas de gran eficacia que mantienen entretenidos tanto a los niños como a sus acompañantes.
Anexo de crítica: -Si uno pretende echar un piadoso manto de olvido sobre la malograda remake del clásico de los años ´80, la segunda parte se encarga de mostrarnos hasta el cansancio el esfuerzo de los realizadores mediocres por arruinar doblemente al film de referencia y a la mitología griega en su conjunto. Las actuaciones –si cabe el eufemismo- son peores incluso (lo cual no parecía posible) que los de la primera parte. La estructura narrativa y el ritmo del film son tan pobres, que Inmortales se nos presenta como un relato de proporciones shakesperianas, en comparación. Decir que el film está organizado en torno a los efectos visuales es una obviedad, pero incluso en este rubro el film resulta pobre, aburrido, estereotipado, en otras palabras: carente de ideas.-
Anexo de crítica: -Lamentablemente la producción de Burman no ha estado a la altura de las expectativas. El film presenta un sinnúmero de situaciones, personajes y elementos gratuitos y antojadizos que no terminan de relacionarse de modo orgánico alrededor de una trama, de por sí inconsistente en su conflictividad narrativa. Es inentendible que la presencia insistente del tema del poker (que está incluso presente en el afiche publicitario) no haya sido incorporado más estructuralmente el relato, dejándolo meramente como un escenario de fondo. Por otra parte la muy pobre actuación de Drexler, no tanto debido a la ausencia de dotes actorales sino por no haber estado a la altura de la expresividad que el personaje requiere, empaña las muy buenas labores de los actores secundarios como Brandoni y Aleandro e incluso la de la propia Bertuccelli. Los personajes que encarnan Salo Pasik y Tomás Sala, que podrían haber tenido mejor consideración en el guión, terminan teniendo menos peso en la trama que los músicos de la trova rosarina, quienes aparecen en ese especie de deus ex machina a los efectos de resolver un conflicto que nunca pareció haber empezado y que no resulta claro que se haya resuelto completamente.-
La desigualdad de los sexos en el cine Esto es guerra plantea en su relato un esquema narrativo verdaderamente simple: dos amigos (Tuck y FDR) se enamoran de una misma mujer (Lauren) y pasarán por situaciones más o menos divertidas hasta que uno de los dos logre conquistar a la indecisa muchacha. Sin embargo, la trama agrega una serie de elementos que complejizan –y mejoran levemente- la historia inicial: por empezar, se ha tomado la buena decisión de no explotar como situación cómica el desconocimiento de los amigos de estar cortejando a la misma chica. Dicha situación lleva el conflicto a un segundo nivel que detonará la pregunta ¿cómo organizarse en este cortejo simultáneo sin destruir la amistad que han forjado y valoran por sobre todas las cosas? Esto los lleva inmediatamente a establecer una serie de reglas de caballerosidad, las que, obviamente, serán transgredidas una tras otra por ambos. Como contrapartida, esta no explotación en el terreno de los varones será trasladada al de las chicas; son Lauren, y su amiga Trish, quienes desconocen hasta el final la relación de los dos hombres y el pacto de caballerosidad entre ellos. El segundo elemento favorecedor de la trama está vinculado con el juego intencional de Lauren y de su amiga (una mujer casada y con una vida sexual un poco rutinaria) de probar a los dos hombres como quien prueba prestaciones de electrodomésticos; esta cosificación grosera, no obstante, da sus frutos en una serie de gags verbales de cierta eficacia. Creo, sin embargo, que al conservar la explotación del secreto hasta el final en las dos chicas, el realizador McG se pierde la oportunidad de agregar un elemento extra que hubiera otorgado al relato otro nivel de conflictividad. Se podría haber jugado narrativamente con un doble descubrimiento (como ya se ha hecho en la serie norteamericana Friends) de estos juegos de seducción, otorgando a las mujeres un tratamiento simétrico, el cual hubiese brindado al relato un contexto narrativo favorable para situaciones cómicas diversas. Este hecho, en particular, es el que se ve más flojo en el film, y el que revela una perspectiva excesivamente masculinizante en la enunciación. Se hubiese ganado bastante incluyendo en la escritura del guión a alguna mujer, sobre todo teniendo en cuenta la metáfora de cosificación propuesta al inicio, aunque –lamentablemente- no desarrollada como prometía. No obstante, y a pesar de tratarse de un relato excesivamente previsible, la película logra su objetivo de entretener al espectador con buenas dosis de comedia y momentos de acción muy bien logrados y con buen ritmo. Las labores femeninas son buenas, sobre todo si se las compara con la exigua pobreza de los desempeños masculinos, repletos de clisés y con diálogos menos felices.
Anexo de crítica: -La propuesta recuerda bastante a los experimentos de Hitchcock en La Soga (Rope) respecto de plantear una situación de alto dramatismo en una única locación y prácticamente sin rupturas formales, es decir, un relato tratado en continuidad como si fuese una enorme toma-secuencia. (Por supuesto, no lo es, como tampoco lo era realmente el film de Hitchcock, que presentaba cortes enmascarados sobre las espaldas de los protagonistas). Como toda obra de Polanski, impecable desde el punto de vista formal y poniendo en escena una temática recurrente en su filmografía: los encierros involuntarios de personajes que no desean otra cosa que escapar de una situación y un lugar del que no pueden salir. Magistrales actuaciones de los actores. A mi gusto, el final está un poco deslucido. Pero el film en su conjunto retoma como estrategia cómica un recurso excesivamente raro en la actualidad, aunque muy frecuente en el cine mudo, que podemos denominar "lógica paroxística". Esto consiste en llevar una situación ya de por sí insostenible hasta sus consecuencias más absurdas, como quien infla un globo hasta que explota.-
Anexo de crítica: -La idea no es mala, pero el desarrollo de la trama y de los personajes es tan torpe que malogra toda lo que podría haber de entretenido en la propuesta. El concepto del sujeto común con superpoderes ya se había ensayado en la muy rara e interesante Hancock. El problema en este caso es que aquello que más prometía, la gradual corrupción que otorga el poder en cada uno o en alguno de ellos, exigía un desarrollo psicológico de los personajes que brilló por su ausencia. Sin ese componente, el film es insostenible, previsible y torpe.-
Anexo de crítica: -Podría comenzar diciendo que el film vuelve a retomar la estrategia ya demasiado agotada del falso documental, como si dicha estrategia fuese garantía de un terror mayor y más impactante. La única emoción que me producen los "falsos documentales" es el aburrimiento, y la desazonada intuición de que el realizador no sabe componer con la ficción hecha y derecha, núcleo decisivo de todo horror auténtico. Pero no vale siquiera la pena adentrarse en este terreno. El film no lo vale, es sencillamente una mala producción, mal realizada, con un desarrollo torpe y un final insultante. Lo único entretenido de ver la película fue la experiencia en la sala, oír las risotadas del público, que gracias a Dios no es idiota, y oír a la masa de espectadores expresar en voz alta sus insultos ante el imprevisto final del film, que más que un desenlace inesperado, da la impresión de que el director se quedó repentinamente sin ideas, pero enseguida se advierte que esto no es posible, no pueden terminársele las ideas a quien no ha ensayado ni una sola.-
Anexo de crítica: -La comicidad de Adam Sandler no tiene medida; es un actor desaforado. Ocurre con esta película en particular lo mismo que con el resto de la filmografía del cómico: resulta notablemente despareja, con momentos de genuina comicidad, hallazgos brillantes, y momentos de clichés, humor grosero y reiterativo hasta el cansancio. El film se agota en sí mismo debido a su reiteración mecánica de ideas y gags previsibles dada la circunstancia principal que desarrolla la trama: la llegada a la casa de Jack de su hermana gemela (el mismo Sandler disfrazado de mujer).-
Anexo de crítica: -Hermoso homenaje al cine silente y a los artistas mudos que se tuvieron que enfrentar a la contundente tecnología del sonoro. Con imágenes que recuerdan a las películas de King Vidor (The Crowd), este extraño y hermoso film narra las vicisitudes de una estrella del cine mudo en los albores de la sonorización. George Valentin es un galán maduro y bien compuesto, orgulloso y autosuficiente, que se enamora de "Pepi" Miller, una actriz principiante que salta al estrellato precisamente cuando la estrella de George comienza a apagarse. La estrategia enunciativa del relato, narrada con la técnica silente y en blanco y negro, es impecable, así como su musicalización. Una excelente oportunidad para aquellos que jamás han visto una película con este tipo de técnica representativa y narrativa.-
Anexo de crítica: -Muy lograda propuesta de género. De extraño tono y carácter, el film de los hermanos Bogliano supera los cliches típicos del género de terror, jugando más con los climas y un humor rayano en lo grotesco, que con las sorpresas y el suspense característicos de estas estructuras. El espectador ya sabe a qué atenerse casi desde el inicio; no hay sobresaltos ni revelaciones fabulosas en cuanto a quiénes son los asesinos. En todo caso, el placer, perverso si se quiere, está puesto en disfrutar el calvario del antipático personaje de Marga, una abogada hipócrita, insensible y racista. Excelentes actuaciones.-