"Recordar quienes somos" Este film comunica de manera tácita y poética. Emociona por su sencillez, transita por varios tópicos: lazos familiares, abandono, la no aceptación y los senderos de la vida. Magalí (2018) co-escrita y dirigida por Juan Pablo Dibitonto relata un momento de Magalí (Eva Bianco), una enfermera que vive en una ciudad y debe regresar a su pueblo porque su madre falleció. Allí se enfrentará a antiguos traumas que dejó atrás al abandonar a los suyos y a su lugar de procedencia. Pero el tapar ni desaparece los hechos que nos afectaron de manera profunda, en algún momento hay que afrontarlos. En la verdad de su pasado, se encuentra además, su hijo Felix (Cristian Nieva) y la leyenda del cerro que involucra a una niña y a un león al acecho. Magalí y Felix son personajes construidos de manera impecable por Dibitonto y Daniela Seggiaro, con solidez y muy bien interpretados, entre ellos existe una conexión profunda y genuina. A través de miradas, pequeños gestos y sobre todo, de silencios, comprendemos cómo es su relación; la distancia que existe entre ellos, una madre y un hijo que no se conocen pero se necesitan. Mérito de los actores y del Director. Los contrastes de la ciudad con el real hogar de la protagonista, son un reflejo del interior de Magalí, en donde el pasado y el presente confluyen. Un guion tranquilo y seguro, con tiempos atinados y melodioso; sin pretensión de agradarnos, sino que nos incluye en la historia y sin espacio para el aburrimiento, a pesar de su ritmo diferente y sugerente. Se destaca la fotografía, que destaca lo imponente de los paisajes y los pequeños detalles. Es una película hecha de momentos que cuentan parte de la historia y justifican la personalidad de la protagonista, como cuando se mira al espejo por un reducido y eterno tiempo, connotando un pronto acercamiento a ella misma. "Nos sentiremos identificados con la inocencia que une a todos los seres humanos con la naturalidad contaminada por el devenir de la vida. Este film hace foco en el poder de transformarnos a través de la superación de las complejidades de la vida, aceptándonos como somos y desarrollarnos como personas."
De la muerte a la vida Un árbol, una casa, un avión que aterriza, un entierro, un reencuentro entre primos, la prostitución, la corrupción, la política, un cruce de miradas que dicen mucho, una historia de amor... elementos que separados no significan nada y juntos conforman una historia que le otorga voz y verdad a tanto silencio y mentiras. La motivación: un hijo que busca a su padre, luego de recibir una crucial información. La búsqueda dará movimiento a un desafiante y oscuro thriller, relatando dos historias en paralelo, una ocurrida hace veinte años y otra en el presente. El desentierro (2018), ópera prima del valenciano Nacho Ruipérez (co-director de Blue Lips, 2014), quien ahora dirige y escribe este arriesgado thriller, una Coproducción Española-Argentina, que sucede en un pueblo de Levante. Jordi (Michel Noher) llega de Argentina para asistir al entierro de un importante político. A partir de la inesperada aparición de Vera (Jelena Jovanova) decide investigar el pasado de su padre Pau (Leonardo Sbaraglia), desaparecido hace 20 años, quien tuvo una relación con una prostituta, Tirana (Nesrin Cavadzade). Cuenta con la ayuda de su primo hermano Diego (Jan Cornet), hijo del político fallecido y ahora convertido en un escritor errante que vive retirado. Entre ellos existe una especial complicidad fruto de un fuerte pasado compartido, juntos comenzarán una investigación en búsqueda de Pau. Nacho Ruipérez debuta con un guion diferente y dinámico. Su estilo es simbólico e impredecible, se relata más desde lo implícito, otorgándole forma a una película interactiva, una experiencia que excede la historia y una invitación para el espectador aburrido de lo explícito. El director tiene muy claro lo que quiere contar, qué detona la motivación del protagonista y dará movimiento a la historia con un ritmo muy personal; lo interesante es que incluye al espectador de manera permanente, con lo cual debemos prestar especial atención a la trama principal. El color del film está trazado por la voz del autor presente en cada secuencia. El estilo del cine español está fluctuando y este cineasta nos lo anticipa. Trama principal, subtramas que describen a una sociedad corrupta, miserias y secretos de cada personaje, recurriendo a flashbacks para relatar el pasado situado en 1996, muy bien representado. Quizás la historia sea algo dificultosa de seguir, pero sólo si no se presta atención y se observa de manera relajada. En las locaciones naturales predominan el color amarillo y sus matices, las tomas aéreas connotan una mirada más elevada en ciertas situaciones asfixiantes, la música cumple un rol fundamental y la complicidad entre los protagonistas, descomprime con momentos que nos sacarán una sonrisa; es de destacar que no fueron necesarios el morbo ni la violencia explícita en los subtramas delicados que toca, en especial la trata de personas, prostitución infantil y las escenas de acción muy bien logradas y dirigidas. Todo esto sólo se puede conseguir con una comunión entre lo que quiere comunicar el director y las creíbles interpretaciones de los actores. El director supo construir de manera atinada, la esencia de cada personaje. Toda familia esconde secretos por diferentes motivos, siempre una búsqueda externa, es un camino a reencontrarse con nuestro interior y reconciliarse con uno mismo. Este film habla de lo transgeneracional, de ordenar piezas y completar vacíos de nuestro árbol genealógico. Son cuestiones que el director comprende como fundamentales para que cualquier ser humano continúe su camino, otorgando liviandad a esa mochila que arrastramos, desde un lugar íntimo y respetuoso.
Sabiduría universal Volver a la niñez, a Paternal, el barrio que vió crecer a Adolfo Roitman y en donde nació su fanatismo por Maradona. Lo familiar y lo universal, lo social y lo religioso, se conjugan en una experiencia humana en Paternal (2019). El orgullo de un hijo de familia trabajadora e inmigrante que pudo estudiar y desarrollarse profesionalmente. De allí es Adolfo Roitman, quien desde niño fue atraído por la historia. Se graduó en Antropología en la Universidad de Buenos Aires. En 1987 emigró a Israel donde realizó su postgrado en estudios interreligiosos. Y en Jerusalén se fascinó con el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX, los Rollos del Mar Muerto, la Biblia más antigua jamás hallada. Desde 1994 es el curador de ese tesoro, el intérprete y divulgador de los mensajes contenidos en esos trozos de piel animal de más de dos mil años de antigüedad. Este documento tiene un valor antropológico e histórico incalculable para poder comprender la época en la cual los primeros cristianos y antiguos judíos empezaban a convivir. Todo esto exhibido con un estilo atractivo por Eduardo Yedlin (La fidelidad), contando con una fotografía interesante, contrastes encantadores y discretos e imágenes costumbristas típicas de cada locación en un viaje relacionado con la procedencia de Roitman que comienza en San Juan, el barrio porteño de Paternal, pasando por Brasil hasta llegar a Israel. Cabe destacar que tanto los diálogos, la voz en off, la cámara en mano y la participación del protagonista son de carácter espontáneo, fluido y tienen correlato con la pacífica imagen inicial del mar. El director interviene en algunas oportunidades en los diálogos, que incluyen algunas personalidades sacerdotales. Conocemos aspectos de la vida ceremonial judía, además de otras culturas que conviven entre sí desde hace miles de años. Millones de personas de todo el mundo concurren a Israel para conocer el lugar donde estos Rollos fueron encontrados y admirar a los que se encuentran exhibidos en el Museo del Libro, del cual Adolfo Roitman es el reconocido curador argentino y apasionado futbolero. Otro tesoro que conserva y lo enorgullece, es una carta que escribiera su padre, en la cual revela su sueño de ser cineasta, aunque sin lograrlo. Roitman siente a este documental como un homenaje hacia él.
Triángulo amoroso francés. El cine francés supo explorar el amor y mostrarnos todos sus matices. L'homme fidèle (2018) se presenta como una comedia dramática con una muerte ya anunciada en el tráiler y nos conecta más con la comedia que con la pasión típica de los franceses. Sí con una propuesta de concebir a las relaciones amorosas de otra manera, aunque nada novedosa para cierto público. El hipnótico actor francés Louis Garrel, hijo del nombrado director Philippe Garrel, además de protagonizar esta película, es el director y guionista junto a Jean-Claude Carrière. Abel (Louis Garrel) y Marianne (Laetitia Casta), son pareja. Ambos muy seductores, se separan luego de una noticia que involucra a un amigo que tienen en común; luego de una década, se reencuentran y él decide recuperarla. Sin embargo, el panorama ha cambiado: Marianne es madre de Joseph (Joseph Engel) y su tía Eva (Lily-Rose Depp) ha crecido. Joseph confronta a Abel con un secreto impactante. Con participación en festivales y premios otorgados en el 2018 Festival de San Sebastián al Mejor guión, Premios César Nominada a Mejor actriz revelación (Depp) y 2019 BAFICI - Festival de Buenos Aires al Mejor director, los cinéfilos pueden estar intrigados por el coguionista de Garrel, el legendario guionista francés Jean-Claude Carrière. Ambos lograron un guión ligero y contar una historia en el tiempo justo sin convertirla en un melodrama; en el que cada protagonista de la historia articula sus perspectivas individuales a través de la voz en off, alternando el relato desde todos los puntos de vista, lo que otorga dinamismo y participación al espectador. En cierto sentido, todos están apegados a un hombre muerto que el espectador nunca llega a conocer, pero estará presente durante el desarrollo del film. Garrel sugiere de manera permanente, manteniéndonos en un estado de intriga en donde todo puede suceder y cada suceso es imprevisible. Sin embargo, esta confección agradable, más divertida que romántica tiene poco que decir sobre el dolor, la muerte, el arrepentimiento, la atracción y el compromiso, tópicos con los que se puede profundizar, pero no fue la idea aquí; debido al estilo novedoso del humor travieso, logra ser encantadora, aunque carente de emoción. El público que espera una comedia romántica parisina ingeniosa quedará satisfecho. Una invitación ocurrente para reflexionar sobre cómo los asuntos del corazón consumen a las personas y a veces, perseguir a alguien puede ser más gratificante que realmente poseerlo. En verdad nadie es dueño de nadie. El mensaje más importante quizás sea recordarnos que amar a una persona implica respetar su libertad, desvelar el misterio del significado del amor, con una opinión actualizada y desafiante.
Piedra santa Es así la naturaleza y la de aquellos que supieron interpretar y respetar las enseñanzas de la tierra; ellos nos abren las puertas de sus hogares y de su corazón. Ellos son mapuches, es una gran oprtunidad aprender de ellos que la respuesta siempre estará en los cuatro elementos: la tierra, el fuego, el aire y el agua y en el mejor de los casos, mimetizarnos con su pureza y honestidad. Paso San Ignacio (2019) es una película documental escrita y dirigida por Pablo Reyero que narra la vida cotidiana, cultura y creencias de los descendientes del lonco Juan Calfucurá, principal líder espiritual, político y guerrero de la Nación Mapuche al este de la cordillera de los Andes, y cuyo padre fue guía del general San Martín en el cruce de los Andes. La tribu de Calfucurá habitó las pampas, controló la extracción de sal de Salinas Grandes. Luego de la conquista del desierto, quedaron asentados en el estratégico Paso San Ignacio, en la precordillera neuquina, su hijo Manuel Namuncurá y unos pocos sobrevivientes de la tribu salinera con su cultura, los restos del beato Ceferino Namuncurá, y una antigua piedra sagrada - el Newen - a la que le atribuyen poderes sobrenaturales y haberlos salvado del exterminio del blanco. Planos en su mayoría fijos, en donde prepondera el sonido ambiente, -viento patagónico-, o el silencio que describe la hostilidad de los lugares en donde se desarrollan las historias relatadas por sus protagonistas, con testimonios desde sus hogares mirando a cámara, mirándonos, que connotan sufrimiento y franqueza, es lo que consiguió Pablo Reyero, quien no pretende alejarse del alma mapuche y sus valores necesarios en nuestra sociedad, inconsciente y desagradecida con lo que nos brinda la naturaleza. Con un contraste interesante y buscado. Esto se constituye en un acierto, ya que existe una conexión entre lo que se relata y lo que se imagina el espectador. Respeta la monotonía del pueblo, de los imponentes paisajes y la armonía familiar; sentir que tomamos mate junto a ellos, sin interrumpir sus rutinas es muy agradable. A través de las imágenes y sonidos naturales, logró estimular nuestros sentidos, además de provocar en nosotros, impotencia, rabia, entre otros sentimientos que nos conectan con nuestra parte más humana y despertar. Una muestra de una tierra en donde nada parece crecer ni suceder, sin embargo acontece todo lo contrario. Mucho tenemos que aprender de los mapuches, quizás lo más importante sea que debemos seguir su ejemplo, respetarnos entre nosotros y no dividirnos. Esto es un gran logro de personas que comprenden el paso del tiempo a través del punto de vista de sus ancentros quienes dejaron un camino marcado como resultado de la experiencia. Es lo que escuchamos de estos pueblos sinceros, ellos toman desiciones a través de sus sueños, confían en sus intuiciones, sienten que existe algo más allá de lo que observamos a primera vista y tienen fe en la santa y poderosa piedra Newen.
¿Y el suspenso? Un típico caso de relación tóxica entre dos personas, por un lado la psicópata y por otro la inocente que se encuentra en un momento de vulnerabilidad, manipulable. Sin embargo, y a pesar del talento de sus protagonistas, la película presenta dificultades confundiéndonos. Esta vez, un buen comienzo no auspicia una gran historia. En La viuda (Greta, 2018), Frances (Chloe Grace Moretz) es una joven afligida por la reciente muerte de su madre que encuentra una cartera en el subte de Nueva York y la devuelve a su dueña Greta (Isabelle Huppert). Ellas entablan una amistad inusual ya que el interés de Greta por Frances puede ser más siniestro de lo que parece. Un film que contando con todos los recursos para ser una original película de suspenso hitchcockiana, -el elemento que atrae a la presa, la excelente premisa, actrices realmente talentosas y la dirección de Neil Jordan-, desaprovecha sus recursos y se convierte en una decepción. Quizás el mayor desconcierto, sea la enorme dificultad que presenta un guion tan desordenado e incoherente, que a medida que transcurre la narración intenta tapar errores, con situaciones que no aportan sustento dramático a la trama. El recurso que bien utilizado en este tipo de films como es la música, aquí se desaprovecha y no está en sintonía con la historia. Todos los elementos son muy interesantes, pero tienen otro ritmo, cierta independencia que consigue confundir al espectador. Muy pronto se desvela la verdad a la antagonista, otro error y quizás, este sea el mayor, puesto que a partir de allí, la estructura dramática se hunde en una meseta, consiguiendo aburrir en vez de mantenernos tensos. Queda claro que son todos intentos y no logros. La construcción de los personajes no es correcta, grave desacierto contando con una actriz como Isabelle Huppert, cuyo talento se desperdicia resultando en una interpretación forzada, lo mismo sucede con Chloe Grace Moretz. Cuando se anuncia un film de estas características, dirigido por el irlandés Neil Jordan ganador del Oscar al mejor guion original por El juego de las lágrimas (Crying Games, 1992), las expectativas aumentan y la decepción es mayor. No estamos pendientes de lo que pueda ocurrirles a los personajes ni atentos al desarrollo del conflicto. El director olvida al espectador y no lo incluye en la historia. Algo para destacar quizás es el claro mensaje que transmite: no confíes en los extraños. De manera tibia se vislumbra un paralelismo entre el monstruo que significa una gran ciudad como Nueva York para una persona de un pueblo, con la bestia que encontró esta joven en una viuda de aspecto inofensivo. Lo que describe a la protagonista, su lado psicópata y el miedo de la chica pueblerina, no están explotados en absoluto para que este film funcione.
Naturaleza criminal. Basado en hechos reales, este film nos presenta a uno de los asesinos más salvajes de la historia. Su caso se convirtió en mediático y si bien es del mismo creador de la serie de Netflix Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy, aquí se aleja de la parte intrínsicamente criminalística. Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile (2019) es una biopic sobre Ted Bundy dirigida por Joe Berlinger y adaptada del libro “The Phantom Prince: My Life with Ted Bundy” de Liz Kloepfer. Se trata de la vida del conocido asesino serial relatada desde el punto de vista de su novia Liz (Lily Collins), una madre soltera que se enamoró de Ted Bundy (Zac Efron), quien se niega a creer en sus crímenes durante años. Entre el reparto también se encuentra John Malkovich que interpreta a un juez del estado de Florida. Bundy se defendió a sí mismo debido a sus estudios en Derecho, habilidad e inteligencia, ridiculizando al sistema, burlándose usando un enorme moño y realizando un show de su caso. El director utiliza imágenes de archivo mezcladas con las ficcionadas y también fotografías. Los primeros planos sólo transmiten frialdad, las interpretaciones son correctas. La reproducción de la época está bien lograda, desde la música, vestimenta, escenarios y utilería. Los pequeños flashbacks aportan algunos detalles; sin embargo, pecan de superfluos. Según el libro, este asesino fue capaz de amar y de no dañar a esa mujer, aunque la pulsión siempre estuvo presente. Sin embargo, la construcción del personaje es muy débil, no conocemos su trasfondo, siendo esto lo que más nos interesaría saber… ¿qué hay detrás del personaje? ¿Cómo llegó a cometer esas atrocidades?, lo cual increparía al espectador de diferentes maneras. Por ese motivo, la adaptación también carece de sustento dramático. No nos sucede nada con los protagonistas y eso no es positivo. Considero que el final es el mejor logro de este film, cuyas escalofriantes palabras del propio Bundy que habla con real conocimiento rezan: “Los asesinos no aparecen de la oscuridad con dientes largos y salivando… la gente no se da cuenta que las personas que conocen, la gente a la que quieren, con la que viven, trabajan y admiran, podrían ser las personas más demoníacas que se puedan imaginar…”. Explorar esa perfecta doble personalidad faltó aquí, quizás el mayor inconveniente en el tratamiento; después de conocer la parte criminalística y horrorosa en tantos documentales y series sobre este asesino, conocer y profundizar lo que se esconde, lo que nunca se contó, es lo que mínimamente esperábamos de este director.
Lucha de gigantes Una mujer marcada por la desgracia ya desde que estaba en el vientre de su madre. Su existir relacionado con la muerte. Su vida tiene que ver con la lucha de los hombres más importantes de su vida, su hermano en Argentina, su hijo en Nicaragua y su padre en España, cuyo denominador común es: la lucha por la libertad, dejando como herencia la dignidad en la lucha de los pueblos. Porque al mundo también se lo puede cambiar contando historias... los índalos son un rayo de sol, tan eternos como el mar... Los Indalos (2019), es un documental que nos relata una valiente historia inspiradora y digna de ser contada, se trata de la lucha de Aurora Sánchez, “La Cachorra”, heredera de una estirpe de revolucionarios, que aquí evoca su vida. Una historia que se inicia con la lucha de sus padres en la España republicana y su posterior arribo a la Argentina. Todo un siglo de militancia, de sangre derramada y de vidas ofrendadas a la revolución. Roberto e Iván, su hermano e hijo, comparten el exilio en las salvadoras tierras francesas, comparten trinchera en la triunfante Nicaragua sandinista y, como un capricho del destino, comparten su desaparición durante el intento de copamiento al cuartel militar de La Tablada. Hoy la lucha de Aurora pasa en conseguir justicia para sus “Indalos”. Los cineastas de este documental, Gato Martínez Cantó, Santiago Nacif Cabrera y Roberto Persano, lograron contar esta delicada historia de una manera muy creativa, con un estilo didáctico, simbólico y visual que se destaca, además del sumo respeto a la protagonista y a quienes descansan en paz. Nos trasladan a España, Buenos Aires, Nicaragua y Francia, lugares de diferente idiosincrasia, en donde estos héroes silenciosos dieron batalla. Conservan la naturaleza de cada lugar a través de la música, imágenes, animales, movimientos y miradas de personas, diferentes planos y ritmos, brindándonos un respiro ante la carga emotiva del relato. Cambian nuestro estado de ánimo con música alegre, sonido de bombardeos y con la recurrente imagen del mar, combinando playas alegres con la localidad Miravet en España, el cementerio sin cruces del que sobrevivió el padre. La historia es acompañada con planos fijos cuya composición es muy interesante, fotogramas que contrastan colores y formas de la naturaleza, connotando vida con frutos por un lado y por otro, imágenes duras de lugares destrozados por la guerra aún abandonados que gritan dolor. Es de destacar la armoniosa alternancia de los sucesos relatados por Aurora, las viejas cartas que intercambiaron con su hermano desde la cárcel como documento sustancial, fotos viejas y testimonios muy emotivos, en especial el de Leandro, sobrino de Aurora, que creció visitando a su padre en la cárcel. Maira, la hija de Aurora, cree en la memoria celular y que no es casual tener tres hombres en su familia que hayan dado batalla, considera que tiene que ver con sus ancestros y en cierta forma, con ella misma y su madre. En un viaje que realizan juntas cierra un ciclo, una vida marcada por recuerdos, olores, sabores y música. Todos estos elementos, representados de manera impecable por los realizadores. Hasta el día de hoy, Aurora sigue buscando a su hijo Iván... a él, a su hermano y a su padre les debemos mucho... hombres con convicción y fortaleza, que convirtieron a ese monstruo enemigo e invisible, en pequeño... son los indalos de Aurora, sus protectores, los que no permiten que ingresen los de mal ángel, los que sostienen un arcoíris... los que soñaron con un mundo mejor... esos que fueron capaces de dar su vida por lo que creyeron justo y ayudar a los demás. Ellos, son nuestros indalos también.
Cachorros recargados En el mes de los niños llega a los cines la tan esperada película de los cachorros encargados de salvar a los habitantes de Bahía Aventura. Es importante remarcar que está dirigida al público infantil más pequeño y los adultos que los acompañen deberán tener esto muy presente, puesto que si bien, los que estén acostumbrados y familiarizados a ver dibujos animados con ellos deberán tener en cuenta que es diferente verlos en pantalla grande, lo cierto es que los chiquitos se asombrarán al ver a sus cachorros preferidos en acción. Paw Patrol: Mighty Pups (2019) es un mediometraje dirigido por Charles E. Bastien e inspirado en la exitosa serie televisiva Paw Patrol. En esta ocasión, Humdinger quiere ser el primer alcalde en pisar la luna. Para llevar a cabo su plan, construirá junto a su sobrino Harold (Chance Hurstfield) un cohete que viaje hasta el satélite. Pero como era de esperar, algo saldrá mal, el artefacto saldrá volando hacia el espacio y terminará desviando la ruta de un meteoro que ahora chocará contra la tierra. Los cachorros Chase, Marshall, Rocky, Rubble, Zuma, Skye y Everest se convertirán en superhéroes con poderes súper especiales, demostrando que están siempre listos a la hora de cumplir una nueva misión junto a su líder: el niño Ryder (Jaxon Mercey). La patrulla está preparada para una nueva aventura, donde deberán hacer uso de sus nuevos poderes para convertirse en los héroes de Bahía Aventura. La música entretiene, es pegadiza y acompaña una historia simple que funciona, con los condimentos para mantener intrigados a los niños y divertir a ciertos adultos. Los niños están acostumbrados a los relatos predecibles y no esperan algo diferente. Los pequeños cambios en una historia de más duración son correctos, diferentes a un capítulo televisivo en otra acertada elección. Lo admirable de estas series de animación es justamente eso, el trabajo de animación bien logrado y que capta la naturaleza de estos animales. La película deja abierta la puerta a una secuela mientras promociona a los Migthy pups. Lo más destacable de Paw Patrol: Mighty Pups son los mensajes universales: para los niños: Trabajar en grupo siempre es mejor; creer en la capacidad de nuestros amigos que no confían en sí mismos; conseguir lo que nos propongamos enfrentando nuestros miedos y creyendo que podemos hacerlo. El encanto de los cachorros está presente de principio a fin, depende de los adultos permitir que esa magia no se rompa, respetando así su universo infantil. Quizás de esta manera, logremos conectarnos con la inocencia que existe en ellos y que escasea en la vida adulta.
Perderse y reencontrarse. El último film de la cineasta argentina Natalia Smirnoff se podría describir como honesto; a su vez, esconde una búsqueda íntima y profesional: la de la protagonista y de la cineasta que realmente conmueve. Captura nuestra atención ya desde el nombre, lo cual es un gran auspicio. Cuando salís del cine con más energía de la que tenías antes de ingresar, eso significa que el film está pensado para generar algo positivo en el espectador, lo que considero, un gran acto de amor, completamente desinteresado y un aporte al ser humano. La afinadora de árboles (2019) último y esperado film de Natalia Smirnoff, nos relata un momento de crisis de Clara (Paola Barrientos), una prestigiosa ilustradora y autora de libros infantiles que hace años viene publicando su material con éxito. Es elegida para recibir el premio internacional más importante de literatura infantil en México. Sin embargo, el contexto de Clara pareciera no acompañar este momento tan importante. Se muda a una casa de campo aislada del ruido y movimiento de la ciudad, en el barrio de su niñez, junto a su marido Francisco (Marcelo Subiotto) y sus hijos Violeta (Violeta Postolski) y Lisandro (Oliverio Acosta). Allí se reencuentra con un antiguo novio Ariel (Diego Cremonesi) y su familia. Esto provoca un cambio sustancial en demanda de tiempo y compromisos externos para Clara, además del interés y presión de una importante editorial a nivel mundial para editar su próximo libro. Tendrá como desafío conectarse con su lado lúdico que parece haber perdido y nosotros también. El estilo de Smirnoff es muy personal, ya en Rompecabezas (2009) y El cerrajero (2014) podemos vislumbrar su estilo sincero e idea de dejarle al espectador mensajes universales, un cine para sentir, más que para pensar. Conoce los tópicos que quiere explorar, realizándolos desde un lugar auténtico y dejándose llevar por lo que siente a medida que suceden los hechos, las escenas y secuencias, como si la historia la buscara a ella. Es de admirar la simplicidad y libertad que transmite, traspasando la pantalla e increpando al espectador con suavidad. En este film tan personal, se destaca el guion que cuenta con una estructura dramática “desestructurada” y sin buscar un resultado seguro. Haciendo un paralelismo con la protagonista de la historia que, de manera impredecible, busca su camino dejándose llevar por señales e impulsos, casi sin pensar. Algo casi imposible de conseguir que funcione la directora lo logró y la historia simplemente fluye. La música, los sonidos, su manejo particular de cámara y fotografía se constituyen en un cine de autor con un registro personal, que elije qué contar y cuándo. Raro de verse en la pantalla nacional, alejándose de lo comercial. Acompañamos a la protagonista en su recorrido, empatizamos con ella desde la primera escena hasta el final. Cabe destacar la excelente interpretación de Paola Barrientos en este personaje que parece hecho para ella y el reparto importante que responde de manera correcta logrando una película armoniosa. La actitud “burguesa” o dormida con la que convivimos desde el momento en que abrimos los ojos, puede desorientarnos y para un artista en especial, esto se torna hasta peligroso. Perderse en el camino, perder la inspiración, es muy desalentador. Esta bella película nos deja un mensaje maravilloso y es que todos nos perdemos en el camino de transitar la vida; sin embargo, depende de nosotros el continuar buscando, buscándonos y al parecer, cuánto más nos perdamos, cuánto más miedo sintamos, tanto mejor, ya que el reencuentro con nosotros mismos será como enamorarnos por primera vez, el enfrentarse ese miedo e incertidumbre total, irremediablemente nos llevará hacia un solo camino. Y sin pensar, dejándonos llevar nos encontraremos, sentiremos una explosión interna con certeza como motor para continuar de manera natural, por siempre buscándonos y reencontrándonos.