Delirium es una divertida, aunque algo errática, sátira sobre los medios y la sociedad. Federico necesita plata. Su trabajo en el kiosko no va para ningún lado. De repente cree descubrir la solución a todos sus problemas: filmar una película por poco dinero con la ayuda de sus amigos Mariano y Martín, y recaudar millones. Para eso contarán con la ayuda de Ricardo Darín, quien confunde a Federico con el hijo cineasta de un amigo y se suma al rodaje como un favor. Delirium Argentinum En la linea de lo que fue la genial Bowfinger, Delirium busca indagar en que sucedería si tres amigos sin ningún tipo de conocimiento sobre como filmar una película, tuvieran a su disposición a un actor de la talla de Ricardo Darín. Aunque con algo más de acidez y crítica social, el film no termina estando a la altura su delirante concepto, pero eso no significa que el resultado final no haya sido, por lo menos, divertido. Por si hay algún desprevenido leyendo esto, creo que sería justo aclarar que la película no está protagonizada por Ricardo Darín, pero si tiene una importante participación. Quienes sí protagonizan Delirium son Miguel Di Lemme, Ramiro Archain y Emiliano Carrazzone. El trío protagónico es sin dudas un interesante descubrimiento por parte del director Carlos Kaimakamian Carrau y compañía, ya que a fuerza de simpatía y buena química hacen que el relato, incluso en sus momentos más ridículos, sea siempre creíble. No hay mucho más que podamos decir de Darín a esta altura, un hombre que incluso en proyectos cuestionables (no es que sea este el caso), siempre es un placer de ver. En esta oportunidad su interpretación es sin dudas interesante ya que encarna a una versión muy divertida de si mismo y en un género como la comedia, esta vez en su estado más puro. Pero aunque a nivel interpretativo la película cumple, no podemos decir lo mismo de su guión. Da la sensación que toda la historia fue construida al rededor de su divertido concepto. Esto se termina notando en los momentos en que Ricardo Darín está en pantalla, ya que es exclusivamente ahí mismo cuando Delirium funciona, y lo hace de gran manera. Los mayores problemas llegan durante el tercer acto que comienza cuando, tal como anuncia el trailer, Darín desaparece. Allí la película hace honor a su título y se vuelve un completo delirio mostrando la situación de un país acongojado por la desaparición de su máximo idolo. Las coberturas de la TV son ridículas y hasta la presidenta Susana Gimenez da unas palabras. El dilema aquí es que, aunque divertido de ver, hacen que la película se estanque. La historia pareciera ir hacia ningún lado y si bien vemos las repercusiones por lo sucedido, nunca obtenemos una resolución a la historia y la sátira termina quedando algo desdibujada. Conclusión Con un Ricardo Darín desopilante y como pocas veces vimos, Delirium termina siendo una aceptable comedia que, si bien podría haber funcionado mejor, logra sacarnos una buena cantidad de carcajas.
Necrofobia, lo nuevo de Daniel de la Vega y el primer film nacional de terror en 3D, reafirma que el cine de género argentino está en su mejor momento. Necrofobia: f. Temor a la muerte o a los cadáveres. Dante es un sastre con serios problemas. Su hermano gemelo se suicidó hace algunas semanas, su mujer lo dejó y, para hacer las cosas peor, sufre de necrofobia. Pero todo esto es tan solo el inició de su pesadilla. Alguien está perpetrando una serie de asesinatos entre su circulo mas íntimo. Con la policía interviniendo, Dante queda en el ojo de la investigación. Todo apunta a que es el principal sospechoso, y mientras se cuestiona su sanidad mental, deberá tambien encontrar al verdadero asesino antes de que sea demasiado tarde. Sin dudas, un terrible momento para sufrir de una fobia tan particular. De Argentina con amor En Alta Peli veníamos esperando ver Necrofobia desde que nos enteramos de ella hace ya algunos meses. Mas específicamente cuando entrevistamos a Daniel de la Vega, su director, en vísperas del estreno de la brillante comedia negra Hermanos de Sangre. No les vamos a mentir. Teníamos nuestras reservas. Mas allá de que el cine de género nacional viene creciendo en número y calidad desde hace algunos años, esta era una apuesta fuerte y aun somos algo así como unos bebés de pecho en lo que a terror respecta. O eramos. Con Necrofobia me animaría a decir que entramos a las grandes ligas. Hay que ser justo y nombrar otros films como Malditos Sean! o La Memoria del Muerto (solo por nombrar algunos), films que comenzaron a pavimentar el camino para que nuestro cine tenga la seguridad de estrenar una cinta de horror puro, con actores de primera linea y en 3D, algo impensado hace unos 10 años. Necrofobia es algo así como el sueño húmedo de todo amante del terror. Tiene algo de cine slasher, tiene algo de giallo, tiene algo de terror gótico que remite a las películas de la factoría Hammer en los sesentas y setentas, tiene algo de David Lynch en Carretera Perdida e, incluso, guiños a obras menos conocidas, como la cinta española de horror y ciencia ficción Los Cronocrímenes (una favorita de quien escribe). Pero lejos de sentirse como una mera amalgama de sub-géneros y homenajes, Necrofobia usa todo a su favor. De la Vega crea un entorno onírico para contar esta historia, y a medida que Dante desciende más y más en su locura se va transformando de a poco en una pesadilla. Con una factura técnica impecable y una fotografía pocas veces explotada en nuestro cine, Necrofobia es pura atmósfera. El horror y la locura están presente en cada plano, con interesantes ideas desde lo visual y una acertada interpretación de Luis Machin (Destino Anunciado), nos pone fácilmente al borde de la butaca durante sus momentos mas perturbadores. El film también tiene un gran trabajo de producción, a la sobresaliente factura técnica ya mencionada se suma un diseño de vestuario inspirado y escenarios que se adecuan perfectamente a la historia y hasta la ayudan a encontrar su máximo potencial. Luis Machin se carga la película al hombro caminando sobre la cornisa de su sanidad mental, y con una actuación que va de menor a mayor tranquilamente podemos posicionarlo entre los personajes mas interesantes que se vieron dentro del cine de género nacional. Todo elenco secundario, encabezado Julieta Cardinali, Raul Taibo, Gerardo Romano y Vivana Saccone, hace un gran trabajo acompañando y entregando una necesaria cuota de cordura. Cuando vimos la película por primera vez allá en el lejano mes de Abril durante el BAFICI, no habíamos podido apreciarla a pleno. La banda sonora aun no había sido compuesta y por problemas técnicos la proyección no fue en 3D. Acompañada también de una pulida de post-producción, la versión de Necrofobia que llegará a las salas comerciales es sin lugar a dudas la mejor versión que podemos esperar. El apartado sonoro a cargo de una leyenda como lo es Claudio Simonetti (compositor de gente como Dario Argento, Ruggero Deodato y otros nombres importantes de la era de oro del cine de terror italiano) es una verdadera delicia. Enfatiza todavía más que estamos en presencia de un giallo y ayuda a crear climas de locura y desesperación. Por otro lado la tercera dimensión también resultó una grata sorpresa. La cinta se ve sumamente beneficiada por esta sobre todo en determinadas secuencias como las que trascurren en el cementerio, la morgue o la propia sastrería de Dante. De la Vega nunca utiliza ese ya viejo y aburrido recurso de arrojar cosas hacia la audiencia, en cambio la aprovecha para otorgarle una interesante profundidad de campo a ciertos planos muy bien compuestos. Conclusión Necrofobia es una carta de amor al terror. Es un thriller psicológico con altas cuotas de sangre que perturba y entretiene por igual. Gracias a un guión interesante y complejo, una factura técnica impecable y acertadas actuaciones, el nuevo film de Daniel de la Vega es una apuesta arriesgada, pero que tiene todo para ser un verdadero éxito. Por mi parte, no tengo dudas de que el cine de terror nacional se dividirá en un antes y un después de Necrofobia.
Una secuela divertida y original a su manera, pero que no logra alcanzar el nivel de su antecesora. Los agentes Jenko y Schmidt están listo para una nueva misión. Luego de terminar el secundario por segunda vez y habiendo atrapado a un peligroso traficante, los oficiales toman el siguiente paso lógico y ahora se infiltran en una universidad. Nuevamente para atrapar a otro peligroso traficante. Pero esperen! Hay más! Segunda parte y orgullosa “A nadie le importaba la resurrección del proyecto 21 Jump Street, pero tuvieron suerte. Así que este departamento invirtió mucho dinero para que Jump Street continúe”, dice el Jefe Hardy, interpretado por el comediante Nick Offerman, durante los primeros minutos de Comando Espacial 2. Ese es tan solo el primero de muchos chistes auto-referenciales que se reserva esta secuela, que en definitiva son una parte importante de que la película funcione y termine demostrando que, a veces, las segundas partes tambien pueden ser buenas. La idea de los guionistas fue bien clara desde el principio: No intentemos arreglar lo que no está roto. Así es como dieron con esta historia que aunque en lineas generales es igual a la de la primera parte (acá se infiltran en la universidad en lugar del secundario para atrapar a un traficante de drogas), intenta compensar con una relación más rica, compleja y divertida entre Channing Tatum y Jonah Hill. Sin dudas Comando Espacial 2 funciona en gran medida gracias a eso, la buena química entre sus protagonistas. Algo que ya se había dejado ver bien claro en la primera entrega y que acá no hace más que llevarse a un nuevo nivel. Los directores Phil Lord y Christopher Miller, que vienen bien frescos del éxito de The Lego Movie, optaron recorre un camino bien parecido al de las películas de Sherlock Holmes que dirigó Guy Ritchie y encabezaron Robert Downey Jr. y Jude Law, y donde se trata a la pareja protagónica como una suerte de matrimonio, básicamente un “bromance”. Nuevamente esto funciona gracias a la ya mencionada buena química de sus protagonistas, aunque en algún un momento algunos de los chistes pueden llegarse a volver algo repetitivos o se extienden más de lo que deberían. En lineas generales uno siento que todos los involucrados se están divirtiendo con el material. Y aunque eso no es sinónimo de que las cosas vayan a funcionar, es un gran aditivo cuando lo hace. Son muchos los actores que se lucen en pequeños papeles e incluso Ice Cube, que probablemente hizo uno de los mejores roles de su vida en el film anterior, hace un buen trabajo esta vez con un papel algo más importante.Tatum demuestra nuevamente que tiene sentido del humor y juguetea con su condición de “sex symbol”. Hasta se da el lujo de reírse de si mismo y de algunas de las malas decisiones de su carrera (si, El Ataque, se están riendo de vos). La cinta se reserva uno de sus mejores momentos para los créditos finales, algo que no les voy a arruinar pero que resume a la perfección el sentimiento detrás del film. Conclusión Comando Espacial 2 es una película que si bien no difiere tanto de su antecesora, se reserva una buena cantidad de carcajadas ya que los chistes en su gran mayoría funcionan y la pareja Tatum – Hill está mejor que nunca. Algunos la podrán encontrar superior a la primera parte y otros inferior, pero lo cierto es que esta segunda entrega de 21 Jump Street nos deja con ganas de ver más.
El cine catástrofe vuelve a la gran pantalla con En el Tornado. Una cinta básica y con personajes insoportables, pero con imponentes escenas de destrucción. El pequeño pueblo de Silverton está a punto de ser golpeado por un feroz tornado. Esta es la historia de algunos de sus más estúpidos habitantes y unos aburridos cazadores de tormentas. La Tormenta Imperfecta PrintDurante los años 70, el cine catástrofe supo ser uno de los géneros más exitosas de Hollywood gracias a producciones como Infierno en la Torre, Terremoto, Hindenburg o Aeropuerto y su gran cantidad de secuelas, una más impresentable que la otra pero siempre divertidas y con grandes estrellas haciendo el ridículo por un rato. Más adelante en el tiempo llegaron cintas como Twister, Dante’s Peak, Impacto Profundo, Armaggedon y hasta la remake de uno de los grandes clásicos de este género; Poseidón. Los resultados fueron dispares, tanto artísticamente como económicamente. La cruda realidad es que el cine catástrofe, salvo marcadas excepciones, nunca se caracterizó por contar grandes historias pero mostró sus mejores armas a la hora de crear escenas de destrucción. Incluso varias películas del género fueron pioneras en materia de efectos especiales en Hollywood. Hago esta pequeña salvedad porque justamente ilustra a la perfección la mediocridad de En el Tornado, una película espectacular cuando es hora arrasar con escuelas o edificios, pero que falla en la historia humana. Las películas de desastres naturales venían medio relegadas durante los últimos años y para los que disfrutamos de este género es sin duda una buena oportunidad de ver destrucción por doquier. Pero así como el tornado destruye hasta las cenizas a la pobre comunidad de Silverton, es el mismísimo guión lo que destruye todas las posibilidades de En el Tornado de ser esa tan ansiada diversión clase B que esperábamos ver. John Swetnam es el responsable de esta historia original que de original justamente no tiene nada. Hijos en peligro luego de tomar estúpidas decisiones y padres dispuestos a hacer cualquier cosa por rescatarlos está muy lejos de ser algo nunca visto en Hollywood y sobre en películas de esta índole. La cinta no guarda absolutamente ni una sorpresa, al punto de que todos los personajes que creemos que van a morir, mueren. El elenco tampoco hacen demasiado como para mantenernos interesados. Sin bien las actuaciones son lo suficientemente creíbles, los personajes parecieran dividirse en estereotipados o insoportables, con los insoportables ganando la pulseada por poco. La película está contada al estilo found footage o material encontrado (a la Blair Witch, bah!). Pero por alguna razón en determinados momentos, cuando es hora de mostrar el espectáculo natural que se está dando sobre el pueblo de Silverton, no duda en largar el formato y meter algunas tomas para nada “amateurs” que no tienen ninguna razón de ser e incluso se contradicen con la idea básica del falso documental. Pero como dije antes, las escenas de destrucción funcionan. Entre el buen uso de efectos generados por computadora, el buen ojo del director Steven Quale a la hora saber donde poner la cámara para lograr mayor espectacularidad y una interesante mezcla de sonido, son más de una oportunidad en las que podemos sentirnos realmente cerca del tornado. Conclusión En el Tornado es sus escenas de destrucción, ya que ni su historia ni sus personajes resultan, como mínimo, llamativos. Si buscas una película para matar el rato, quizás sea suficiente.
Una película despareja, que nunca termina de caer por obra y gracia de su elenco. Diciembre de 1995. Seis amigas, compañeras de una clase de Salsa, se juntan a tomar sol en una terraza y a planificar un viaje de ensueño a Cuba. Protagonizada por Luisana Lopilato, Carla Peterson, Violeta Urtizberea, Marina Bellati, Elisa Carricajo y Maricel Alvarez. Cuando calienta el sol Hace un par de años Gustavo Taretto estrenó lo que a mi parecer es una de las comedias románticas mejor logradas del cine argentino contemporáneo: Medianeras. La película se centraba en dos seres solitarios (Javier Drolas y Pilar López de Ayala) que vagan por la ciudad, cada uno con sus problemas, hasta que se da el inevitable y esperado encuentro entre ambos. La cinta logró sobresalir gracias a su original propuesta narrativa y también gracias al buen ojo de su director, quien le prestó mucha atención al aspecto visual y terminó rindiendo sus frutos. Las Insoladas tiene algunos puntos en común con Medianeras, sea quizás el más importante que ambas están adaptadas de unos cortometrajes filmados tiempo atrás por el propio director. Mientras que en Medianeras esto difícilmente fuera un problema, en Las Insoladas desgraciadamente le juega un tanto en contra. Para poder entender donde falla Las Insoladas, tenemos primero que entender cual es la intención de un cortometraje. Allí hay poco tiempo para establecer una historia, es por eso que en la gran mayoría de los casos los propios personajes y lo que les pasa son la historia. Y algo debe sucederse a estos personajes para poder finalizar con una suerte de “punchline” o remate. Queda en evidencia con esta película que Las Insoladas es sin lugar a dudas una muy buena idea para tratar en formato de corto (incluso si logran encontrarlo por la web está más que recomendado), pero difícilmente logre trascender cuando se expande a un largometraje de 90 minutos. Al finalizar la película me quedó una extraña sensación en la cabeza. Sentí que Taretto regaló la primer mitad de Las Insoladas para finalmente enderezar el barco durante la segunda mitad. No es que la primera parte sea un completo desperdicio, de hecho la introducción de los personajes es sumamente divertida. Pero luego de esto la cinta comienza a naufragar en un mar de charlas banales, chistes que se sienten un tanto adelantados de su tiempo (recordemos que la película transcurre durante Diciembre de 1995) y otras yerbas que, cuando está todo dicho, se sienten como un mero relleno para sostener el guión hasta que entra en escena el verdadero conflicto.Ya con el sol y el agobiante calor haciendo estragos en las muchachas, la cosa va tomando otro color. Surge la posibilidad de viajar todas juntas a Cuba, el viaje comenzó como una simple idea pero con el correr de los minutos irá poniendo a prueba la amistad del grupo. Y es recién ahí cuando la película se vuelve interesante, pasado los 45 minutos. Debemos destacar la gran labor de Taretto otra vez cuidando al máximo el aspecto visual de la película. Los fondos de la terraza están incorporados por computadora y sinceramente eso nunca se nota. También hay un muy buen trabajo del departamento de arte y en la corrección de color, algo que le da a Las Insoladas una estética propia y especial. Por el lado de las propias “insoladas” lo cierto es que todas cumplen su función como es debido, ninguna llega a desentonar completamente y hay una muy buena química entre todas ellas. Mención aparte merece Violeta Urtizberea quien es sin dudas la que verdaderamente sobresale de todo el elenco. Con mucha soltura y frescura (y también con la ayuda de un personaje muy bien construido desde el guión) es una verdadera revelación y alguien debería darle de una vez por todas un protagónico absoluto en cine! Conclusión Las Insoladas es una película que, aunque no llega a funcionar completamente, siempre resulta simpática gracias a la buena labor de su elenco y sobre todo una muy divertida actuación de Urtizberea. Sumando a eso una interesante propuesta visual, quizás quienes tengan el hábito de pasar horas bajo el sol se sientan identificados y le puedan sacar un mayor provecho.
Luc Besson está de regreso (en el mejor de los sentidos) con Lucy, una película cuanto menos se analiza mejor funciona. Lucy vive en Taiwan y es convertida en “mula” a la fuerza. Su trabajo es transportar una bolsa de una nueva droga sintética que fue escondida quirúrgicamente dentro de su abdomen. Pero cuando la bolsa se rompe y la droga entra en contacto son su organismo, comenzará a desarrollar la habilidad de aumentar capacidad cerebral mucho más allá de lo que es posible en un ser humano. Bienvenido otra vez, Monsieur Besson Mi primer pensamiento al segundo que se prendieron las luces de la sala y comenzaron a correr los títulos finales fue: ¿Cuanto hace que no veía una buena película de Luc Besson? No me refiero a una película espectacular en la linea de El Perfecto Asesino, pero sí a una que me entretuviera desde el primer plano hasta el último. Tuve que hacer memoria, y mucha. En los últimos años el director francés se dedicó a escribir guiones de cintas como Búsqueda Implacable y El Transportador (y de todas sus secuelas y derivados) pero su faceta como director parecía ir para otro lado. Dedicó su tiempo a dirigir varias películas de Arthur y los Minimoys que nunca llegaron a nuestro país, así como tambien la fallida comedia negra Una Familia Peligrosa con Robert De Niro y la “no-tan-fallida-pero-aflojale-al-golpe-bajo” La Fuerza del Amor. Recién en el año 2005 podemos encontrar la particularmente hermosa Angel-A y antes de eso, en 1997, El Quinto Elemento, quizás la obra más cercana en espíritu pochoclero a Lucy, la cinta que nos importa aquí. En un año donde en mi opinión vimos algunos interesantes tanques llegar desde Hollywood como Capitán América: El Soldado de Invierno, Guardianes de la Galaxia y Al Filo del Mañana, Lucy viene a patear el tablero. Luc Besson entrega una película como ningún otra. Pero al mismo tiempo, esta singularidad de seguro le jugará en contra con mucha gente. De hecho creo que recomendar Lucy es una tarea bastante complicada. La realidad es que a pesar de una historia que no resistiría ningún tipo de análisis, Lucy funciona por varias razones. El guión parte de un giro interesante que lentamente comienza a irse al demonio, y eso no lo digo como algo malo. Besson sabe exactamente lo que tiene entre sus manos y en todo momento se adelanta a la reacción del espectador, dejando en claro que, al fin y al cabo, esto es cine pochoclero y no una versión violenta de El Árbol de la Vida de Terrance Malick. Acá venimos a divertiros. Por otro lado, la dirección de Besson es sencillamente brillante y sin temor al ridículo. El director inserta breves analogías que representan el destino de los personajes en medio del relato y hasta se da el lujo de despacharse con escenas sumamente imaginativas, incluyendo una persecución por las calles de París que no tiene desperdicio. Lucy llega tambien para confirmar que Scarlett Johansson es una de las mejores heroínas que tenemos hoy por hoy y que merece un film en solitario de Black Widow ya mismo. Su interpretación es siempre creíble sobre todo en el momento de quiebre de su personaje, tambien hace un buen trabajo cargandose la película sobre sus hombres y brilla en esos momento de acción que son los que en definitiva terminan vendiéndonos la película. El actor coreano Choi Min-shik (el mismo de Oldboy y I Saw the Devil) es sin dudas otra de las joyitas que se reserva Lucy y su actuación como el villano de turno, Mr. Jang, es sádicamente divertida. Por otro lado Morgan Freeman se pone en modo piloto automático y rinde de la mejor manera como lo hace usualmente. Conclusión Con acción constante y buenos toques de humor, Lucy es pura diversión garantizada siempre y cuando no se tomen muy en serio su mensaje “new age”y hagan la vista gorda a ciertas inconsistencias del relato. Besson entrega una película sumamente visual, ágil y entretenida, como ninguna otra que puedan ver este año. Pero aun con esta crítica positiva, estoy seguro de que Lucy es un film que va a dividir las aguas.
Si bien otras películas antes que The Blair Witch Project habían coqueteado con la temática de "material encontrado", no fue hasta el rotundo éxito de aquel falso documental que el género del terror tomó ese nuevo estilo como propio. Sin dudas este "realismo" que entrega la cámara en mano, donde el espectador y los personajes exploran al mismo tiempo ese ruido extraño o aquella sombra rara, hizo que se abusara de manera indiscriminada del formato hasta el punto de perder el sentido. Pero la gente detrás de Sin Señal hizo los deberes. El formato tiene una razón de ser (algo que queda claro con la resolución) y sobre todo está bien utilizado cuando es momento de atrapar e estremecer al espectador. Es cierto que dentro del cine nacional, sobre todo durante los últimos años, han aparecido una buena cantidad de película de terror que, más allá de su calidad, no siempre logran asustar. Y si bien tampoco soy partidario de que ese deba ser el único requisito que debe cumplir una película de dicho género para ser considerada buena, sin dudas es un plus cuando lo logran y este es uno de esos casos. Son varias las secuencias en las que Sin Señal logra estremecernos y todas gracias al buen uso del formato. Ya sea desde una interesante idea visual o simplemente con sonidos fuera de campo, la película juega con nuestra sugestión y se divierte con eso. También debemos destacar que una historia interesante, con actuaciones lo suficientemente creíbles y un buen desarrollo de la trama, ayudan a la hora de buscar el susto. Mi único verdadero problema con Sin Señal es el final, la resolución. Obviamente que no lo vamos a "spoilear", pero siento la necesidad de decir una pocas palabras al respecto. Si bien comprendo la intención de los realizadores -y de hecho hasta funciona perfectamente para hacer llegar el mensaje que pretende la película- no se hasta que punto será aceptado por el público. Sin dudas es un giro interesante el que buscaron los realizadores, pero descoloca. Y a la hora de cerrar una historia eso no siempre es algo bueno. Pero como constantemente decimos en Alta Peli lo mejor es ir al cine y juzgar por uno mismo, ya que no todos vivimos las películas de la misma manera.
Arrebato parte de una idea interesante, pero falla en su ejecución y a la hora de transmitir cualquier tipo de sentimiento. Luis Vega es un escritor de novelas policiales que trabaja como profesor de literatura. A través de su editor le llega la propuesta de transformar el mediático caso de asesinato de un dentista llamado Grotzki en un libro. Mientras arranca su investigación comenzará también a involucrase con su viuda, Laura Grotzki, una mujer que servirá como puerta de entrada a un mundo de sexo, celos y sangre. Tesis sobre un arrebato Arrebato se siente como dos películas al mismo tiempo. Una es la que queremos que sea y otra la que realmente es. Lo que nosotros como espectadores esperamos es un thriller sexy, teñido de algo de esa paranoia que supo caracterizar al cine de los 70 y que explora los recovecos más oscuros de la mente de un escritor de novelas policiales. Lamentablemente, otra muy distinta es lo que terminamos obteniendo en realidad: una cinta donde la construcción del suspenso es casi nula y donde su interprete falla a la hora de transmitir cualquier tipo de sentimiento o emoción. Sin dudas el arranque de Arrebato es prometedor. Echarri, ya en la piel de Luis Vega, escritor y profesor de literatura, da una charla a sus alumnos sobre los principios del relato de ficción. Este afirma que una historia, sea verdadera o no, capta nuestra atención cuando comenzamos a comprender lo que pasa por la mente de los personajes u simplemente a través de hechos banales. Esta suerte de auto-conciencia que tiene la película para con su discurso, hace que Arrebato esté frente a una posibilidad única: la de desdoblar y divertirse con ese concepto. Pero, sorprendente, termina siendo todo lo contrario. El film falla en la construcción de sus personajes desde el vamos y, como una especie de efecto dominó, también en todo lo que le sigue. Por lo menos desde mi punto de vista, esta falla no se encuentra totalmente en el guión. El gran problema de la película tiene nombre y apellido y es ni más ni menos que Pablo Echarri. El actor, que supo interpretar buenos papeles en otras cintas como Crónica de una Fuga, El Método o Cuestión de Principios (una joyita pesonal), es el responsable aquí de que nos importe poco y nada la vida, los problemas y el destino de Luis Vega. Toda su interpretación se siente monótona e inexpresiva, incluso en los momentos dramáticos o de tensión. Ese concepto del que se habla durante los primeros minutos, donde los lectores o espectadores se llegan a relacionar con los personajes la ficción, es imposible de aplicar aquí ya que todo el desarrollo queda completamente opacado. El resto del elenco hace un trabajo justo, aunque sin exigirse demasiado. Mónica Antonópulos da una correcta interpretación como la sufrida esposa de Vega y lo mismo sucede con Leticia Brédice como Laura Grotzki, una enigmática mujer que sabe más de lo que dice sobre el asesinato de su marido. Gustavo Garzón tiene también una pequeña participación llegando al final y, como de costumbre, es un placer de ver por más chico que sea su papel. Obviamente no es solo por la interpretación de Echarri que la película no termina de cerrar. A pesar de contar con una buena banda de sonido, la construcción del suspenso es casi nula incluso en sus momentos claves. Se siente como si la música, los planos y el montaje estuvieran yendo todos para lugares distintos. Por otro lado, el guión hace un buen trabajo esquivando los lugares comunes y por momentos logra tenernos adivinando, aunque la resolución sea algo predecible. Conclusión Arrebato es un thriller psicológico que nunca logra generar tensión a pesar del atrapante punto de partida de su historia. Lamentablemente, a la película le termina pesando (y mucho) que nunca podamos conectarnos con su protagonista, quien es el eje central de todas y cada una de las escenas. Todo esto hace que, en definitiva, peque de aburrida. Y eso es mucho decir cuando tu película dura tan solo 85 minutos.
Philip Seymour Hoffman y una interpretación para el recuerdo, el gran atractivo de El Hombre Más Buscado. Un joven, hijo de padre ruso y madre chechena, entra a Alemania de manera ilegal y las agencias de inteligencia de distintos países creen tener frente a sus ojos a un terrorista. Mientras se lleva a cabo una investigación secreta a su al rededor, una abogada se involucra más de la cuenta cuando comienza a ayudarlo a reclamar una fortuna que su padre tenía guardada en un banco de Hamburgo. Pero ¿cual es la verdadera identidad de este "hombre más buscado" y para que necesita ese dinero?. Espionaje, burocracia y cero glamour Las dos partes restantes de Los Juegos del Hambre y la comedia negra God's Pocket. Esas serán las últimas tres oportunidades que tendremos de ver al gran Philip Seymour Hoffman en acción. Pero más allá de lo buena que puedan resultar esas películas, todo parece indicar que será en El Hombre Más Buscado donde Hoffman entregó su gran actuación final. El gran atractivo de las novelas de John le Carré -y por extensión también sus adaptaciones cinematográficas- están en como despoja de todo glamour y acción al mundo del espionaje. Difícilmente se puedan encontrar con un personaje "a-la-James Bond" en toda su obra. Y El Hombre Más Buscado, la nueva película del director Anton Corbijn (Control, El Ocaso de un Asesino), no es la excepción. Tal como sucedió hace algunos años con El Topo, la película pareciera centrarse en las peripecias que deben sortear los protagonistas para resolver un caso, más que en el caso mismo. Sin dudas esto es algo que puede llegar a alejar a muchos espectadores de la sala, pero quienes estén dispuestos a dejarse llevar por una historia que avanza de forma lenta pero segura, encontrarán que la película tiene muchas cosas interesantes para ofrecer. El Hombre Más Buscado se centra en la investigación de un joven musulmán que llega a Hamburgo, y del cual distintas agencias de inteligencia Alemanas y Estadounidenses sospechan que podría ser un terrorista. Pero esta investigación prontamente se transformará en una lucha de poder. Para decirlo mal y pronto: una lucha para ver quien la tiene más larga. El mundo de los espías que nos pintan Corbijn y le Carré, como dije antes, no tiene ningún tipo de glamour. Nunca vemos a ninguno de los personajes pasarla bien en pantalla, todo es trabajo de escritorio, algún ocasional trabajo de campo y burocracia, mucha pero mucha burocracia. Incluso la investigación que es el eje central de la trama pareciera nacer por las razones equivocadas. Todos los personajes llevan vidas oscuras y melancólicas, que inevitablemente impregnan a la historia y también a su entorno. En ese sentido, El Hombre Más Buscado me recordó mucho a Sin Lugar para los Débiles de los hermanos Coen. La búsqueda de este supuesto terrorista mitad checheno mitad ruso abre también algunos interesantes interrogantes en la trama sobre la impregnada xenofobia que hay dentro de estas agencias gubernamentales, pero es una lastima que Corbijn no haya decidido recorrer un poco más a fondo este camino. El punto más alto de la película lo pueden encontrar en las interpretaciones. Philip Seymour Hoffman encarna al Agente de Inteligencia alemán Gunter Bachmann, un espía abatido por los errores de su pasado que lo terminaron llevando a ejercer un puesto de menor importancia, el cual que magnifica. No sería extraño que Hoffman logre alguna merecida nominación póstuma a comienzos del próximo año cuando arranque la temporada de premios. Por su parte, la siempre correcta Rachel McAdams interpreta a la abogada idealista Annabel Richter y logra sobresalir dentro de un elenco que completan Willem Dafoe y Robin Wright. Ambos, como de costumbre, un deleite. Como también suele suceder con todas las obras de Corbijn, la fotografía a cargo de Benoît Delhomme es sobresaliente (cosa que es de esperar, ya que Corbijn es también un gran fotógrafo y suele prestarle mucha atención al aspecto visual). A través de filtros y colores apagados, la historia se continua contando y completando a través de la imagen. Conclusión El paso de las novelas de John le Carré al cine no suele ser una tarea sencilla. Pero a fuerza de buenas interpretaciones y una correcta dirección de Corbijn, El Hombre Más Buscado va de menor a mayor y siempre nos mantiene interesando, ya sea por su trama o por sus personajes, pero rara vez son las dos cosas al mismo tiempo. Decir que merece ser vista solo por contar con una de las últimas (grandes) interpretaciones de Philip Seymour Hoffman, es una obviedad.
El Ardor resulta un violento, y al mismo tiempo poético, “western amazónico” El río lleva a Kaí (Bernal) hasta una finca en donde un padre y su hija (Braga) plantan tabaco. Ellos se ven amenazados por un grupo de mercenarios que quieren quedarse con las tierras a toda costa. Cuando estos asesinan al padre y raptan a la joven, Kaí saldrá en su búsqueda para enfrentarlos. Once upon a time in the Paraná La nueva película del director Pablo Fendrik (responsable de las brillantes El Asaltante y La Sangre Brota) es un proyecto por demás de ambicioso tanto desde el punto de vista comercial como desde el artístico. La cinta está protagonizada por dos de las más grandes estrellas de los dos mercados más fuerte de América Latina: Gael García Bernal de México y Alice Braga de Brasil. Al mismo tiempo el nivel de producción (de lo que hablaremos más adelante) es algo pocas veces visto dentro de nuestro cine, cosa que debería ser suficiente para llamar la atención de los espectadores locales. El Ardor es un híbrido perfecto entre lo personal y lo comercial. En ese sentido la película me remite a una época (digamos hasta fines de los 70 principios de los 80) en donde los autores podían trabajar dentro del sistema de géneros de Hollywood con total libertad, entregando productos bien personales pero al mismo tiempo dentro de los cánones de la industria. Aquí Fendrik juguetea con los géneros, pero nunca se deja encasillar. El film es una suerte de western revisionado con algunos toques de thriller y hasta cine de acción, muy en la línea de clásicos como A la Hora Señalada de Fred Zinnemann (High Noon, 1952), Amarga Pesadilla de John Boorman (Deliverance, 1972) o Perros de Paja (Straw Dogs, 1971) de Sam Peckinpah. Fendrik no tiene miedo de pasar de un extremo a otro y de hecho cuando lo hace es con total naturalidad. Podemos haber soportado las escenas más tensas, violentas o gráficas que se imaginen y pasar directamente a un plano fijo, poético, de varios segundos y hermosamente compuesto, donde tan solo vemos rayos de luz solar atravesando las ramas de los arboles en plena selva. Sin dudas El Ardor es una película en la que se dice poco, pero se observa mucho. Más allá de que habrá que afilar la oreja para entender todas y cada una de las pocas lineas de dialogo, lo cierto es que la imagen está captada con un fuerte sentido de lo cinematográfico y es tan poderosa que podríamos verla sin sonido y así y todo entenderla a la perfección. Obviamente aclaro eso para marcar un punto, ya que el apartado sonoro en todos y cada uno de los departamentos es sencillamente fantástico. Desde la edición de sonido hasta la música, que parece salida de una película de Alfred Hitchcock. Por el lado de las interpretaciones debemos destacar el gran trabajo de Gael García Bernal, el actor mexicano logra trasmitir una gran gama de emociones a través de una caracterización que a veces no necesita de palabras para hacerse entender. La brasileña Alice Braga se luce con uno de esos personajes vulnerables que se ve obligada a hacerse fuerte para sobrevivir. Y tambien debemos mencionar la labor de Claudio Tolcachir como uno de esos villanos clásicos, que no tienen ni una gota de bondad dentro. Conclusión El Ardor es un western exótico y violento, pero a la vez poético y sumamente cinematográfico. Fendrik vuelve a entregarnos un producto original y diferente. Esta vez los niveles de producción pueden estar muy por encima que el de sus anteriores films, pero lejos está eso de comprometer su visión como autor. De la mano de fanáticas interpretaciones y una historia que te atrapa desde el primer plano, El Ardor es uno de los grandes estrenos del año que no deberían dejar pasar.