La tercera entrega de Los Indestructibles se debate entre fantásticas escenas de acción y la auto-parodia. Barney (Stallone), Christmas (Statham) y el resto del equipo se enfrentarán cara a cara con Conrad Stonebanks (Gibson), quien algunos años atrás fundó The Expendables junto con Barney. Stonebanks se convirtió en un despiadado traficante de armas a quien Barney se vio obligado a matar… o al menos eso pensaba. Stonebanks, quien ya engañó una vez a la muerte, pretende llevar a cabo su misión de destruir a The Expendables… pero Barney tiene otros planes. Este decide que la mejor forma de luchar contra un viejo oponente es sumando a nuevos reclutas a su equipo. Estos nuevos reclutas son mas jóvenes, rápidos y con conocimientos técnicos. Esta nueva misión propondrá un choque entre la vieja y nueva escuela y será la batalla mas personal que les haya tocado pelear hasta el momento. Reload Stallone siempre tuvo muy en claro lo que quiso hacer con su franquicia de Los Indestructibles y, les guste o no, lo consigue una y otra vez, película tras película. Creo que a esta altura del partido, con la tercera entrega estrenándose en cines, nadie entra a la sala esperando algo muy distinto a lo que va a terminar viendo. Es cierto que en esta oportunidad algunas cosas cambiaron, pero el resultado final no se termina alejando demasiado de lo que ya pudimos ver. Para algunos eso puede ser algo bueno, y para otros no. Es que al fin y al cabo, el disfrute de Los Indestructibles pasa en gran medida por recordar el cine que uno veía de chico, o ya de grande si tenías la suficiente edad en la década del 80 o 90. Si nunca en tu vida disfrutaste con una película de Stallone, Schwarzenegger, Wesley Snipes o Dolph Lundgren, solo por nombrar algunos, seguramente esta no sea la mejor manera de empezar. Es que acá “los expandables” ya rozan el retiro y estas películas se sienten como un fuerte abrazo y un gracias por todo que se va extendiendo en el tiempo. Así como un grupo de amigos se junta en un bar a tomar una cerveza, Sylvester Stallone y compañía hacen una película. Y es exactamente ese el sentimiento con el que uno se queda cuando las luces de la sala se encienden y los créditos empiezan a correr en la pantalla, que acaba de pasar un lindo rato con amigos. En esta oportunidad Los Indestructibles convocan sangre joven y bajan un cambio en lo que a violencia respecta. Eso no quiere decir que haya menos tiros, explosiones y combate cuerpo a cuerpo (hasta es posible que sea el film que más tiene de eso en toda la saga), pero aquí la violencia es menos gráfica que en la segunda parte y sobre todo en la primera. No les voy a mentir y voy a admitir que todo eso le juega un poco en contra a la película. Expendables siempre se basó en la idea de revivir una época y aquí pareciera que quieren darle un giro hacia el nuevo milenio y ganar jóvenes adeptos. Los nuevos reclutas, entre los que se destacan Kellan Lutz (La Leyenda de Hércules) y la luchadora profesional Ronda Rousey, no hacen más que servir de carnada a pesar de su participación en algunas de las mejores secuencias de la cinta. Por el lado de los veteranos la cosa viene mucho mejor, aunque se empiezan a notar las complicaciones de juntar a todos estos actores en una misma película. Tan es así que a veces se hace demasiado obvio que dos actores que están manteniendo una charla no la filmaron juntos ni en el mismo momento. Esto también se hace sentir en algunos detalles de la trama cuando, de repente, un personaje deja de aparecer por el resto de la película. Pero lo cierto es que todos los actores hacen su trabajo como es debido. De las nuevas incorporaciones vale la pena destacar a Mel Gibson como el villano de turno, quien tiene uno de los momentos más memorables de la película gracias a un genial monólogo. También es digno de celebrar el regreso de Wesley Snipes, quien a pesar de los años en prisión no perdió ni una pizca de su carisma y habilidad. Arnold Schwarzenegger tiene mayor participación en este película que en las dos anteriores y es su personaje quien tira uno de los mejores latiguillos de la película y que hace eco de otro de sus clásicos. Y si esperaban ver a Harrison Ford en acción… buena suerte con eso. En lo que a temas de guión respecta, no voy a entrar mucho en detalle. Si uno va a ver Los Indestructibles 3 esperando que todo tenga sentido, entonces debes replantearte algunas cosas. Lo importante del caso es que cumple su función de mantener la acción ágil e interesante. La mayoría de los chistes van por el lado de la auto-parodia y obviamente ayuda conocer sobre los actores y sus viejos personajes para poder entenderlos todos. Conclusión Los Indestructibles 3 es una película que en muchos sentidos queda en el medio de sus antecesoras. No es tan brutal como la primera parte ni tan graciosa como la segunda (y eso lo digo como algo bueno). Podríamos decir que el fuerte de esta nueva entrega está en la secuencias de acción que fácilmente se ubican entre las mejores de la saga. Si te gustaron las anteriores, muy probablemente también disfrutes de esta.
La nueva aventura de las Tortugas Ninjas resulta un film básico y sin alma. Destructor y su "Clan del Pie" aterrorizan Nueva York. Las Tortugas Ninjas, con la ayuda de April O’Neil y su compañero Vern Fenwick, deberán acabar con sus planes y salvar a la ciudad antes de que sea demasiado tarde. Kawabosta! La pre-producción del nuevo film de las Tortugas Ninjas estuvo plagada de entredichos entre los realizadores y los fanáticos. No vale la pena enumerar la cantidad de cosas por las que se cruzaron, pero después de haber visto el producto final no hay dudas de que muchos de los seguidores del cómic y/o dibujo animado que hizo furor entre los jóvenes de los años 80s y 90s, terminarán indignados. No solo porque se cambiaron cosas claves como el origen de nuestros héroes o tanto sus motivaciones como la de los villanos, algo de lo que hablaré un poco más adelante. Resulta tambien indignante que la gente detrás de la película haya planeado un producto tan básico y mal intencionado, luego de repetir miles de veces en comunicados de prensas cosas que pretendían calmar a las masas como: "Tranquilos, las tortugas están en buenas manos. Nosotros amamos a estos personajes". Déjenme decirles que no. Las tortugas no están en buenas manos. Las tortugas están en manos de gente a la que solamente le interesa contar los billetes que la película seguramente les hará ganar. No hay otra explicación. Sino al menos se hubieran buscado la forma de entregar un producto digno. Podía fallar, claro, nadie tiene la formula para hacer una película perfecta, pero ni siquiera lo intentaron. En su lugar, Michael Bay y compañía, prefieren imponer su estilo antes de presentarnos un guión que nos desafíe por lo menos en el más básico de los niveles. Como cualquier joven que se crió viendo cine "pochoclero" desde la cuna, hay cosas a las que nunca le voy a renegar: Un buen gag, una escena de acción bien filmada o buenos efectos especiales. Esta nueva versión de las Tortugas Ninjas tiene todos esos elementos (bueno, lo de los gags es discutible), pero el problema reside en que esos elementos son la única arma que tiene la película para conquistar al espectador. Y si alguna vez vieron una película de Michael Bay, créanme que ya vieron todo lo que Tortugas Ninjas tiene para ofrecer. Y si bien es Jonathan Liebesman (Furia de Titanes 2) quien figura en los créditos como director, la mano de Bay se nota horrores. Por favor no vayan a pensar que esta opinión se basa pura y exclusivamente en destrozar a Bay. Yo creo que el hombre supo hacer varias de las mejores películas de acción de los años noventa (el que me discute La Roca, lo encuentro a la salida!), pero pareciera que con el tiempo se fue diluyendo hasta que quedó solo lo que se ve en la superficie: Montaje a lo video-clip, secuencias de acción en las que no sabemos muy bien que es lo que está ocurriendo, héroes filmados desde abajo y parados a contra luz, chicas lindas y mucho sexismo. Incluso se da un chiste que involucra al culo de Megan Fox y que parece robado de Bañeros 4. Entre los tres guionistas que están acreditados por esta película, no lograron si quiera dotar de carisma o personalidad a ninguno de los personajes. Las mismas tortugas, a pesar de que se sienten más ninjas y adolescentes que nunca gracias a la magia de la computación, no logran transmitirnos absolutamente nada. De hecho diría que por momentos hasta resultan irritantes. Se podrán imaginar que si los héroes del título no logran movernos un pelo, mucho menos lo harán los personajes humanos que acompañan. Megan Fox como April O'Neil no tiene ninguna razón de ser en esta película. Su personaje podría no existir y las cosas se darían exactamente del mismo modo. Pero como los guionistas se dieron cuenta de esto, decidieron involucrarla de una forma muy (con el perdón de la palabra) estúpida en el origen de los héroes, algo que pondrá los pelos de punta a los fanáticos. Otro que no pincha ni corta es Will Arnett (Gob Bluth de Arrested Develpment!) quien interpreta Vernon Fenwick, compañero de Fox. Su personaje sería algo así como el descanso cómico de la película. Pero dado que ese puesto ya lo ocupan las propias tortugas, no se entiende muy bien su presencia aquí. Y llegamos a los villanos, Eric Sacks y Destructor, encarnados por William Fichtner y Tohoru Masamune respectivamente. Fichtner, que supo interpretar a varios "malosos" en el cine durante los últimos años, no tiene absolutamente nada de donde agarrarse para hacerse sentir, como mínimo, amenazador. Lo mismo sucede con Destructor, quien está totalmente desaprovechado al punto de que ni siquiera se trabaja sobre ese personaje. Simplemente está y no pregunten por qué. Claro que tampoco ayuda que la principal motivación detrás sus fechorías sea, cuando no, el dinero. Ah, me olvidaba! También aparece Whoopi Goldberg! Se ve que pasaba por el set cuando volvía de hacerse una permanente y fue lo suficientemente copada como para filmar un par de escenas. Visualmente la película cumple. El diseño de las tortugas es muy realista al igual que sus movimientos. Las secuencias de acción están elegantemente filmadas, pero que no les parezca raro encontrarse algún momento intentando adivinar que es exactamente lo que está sucediendo en pantalla. El 3D está solamente para sacarles unos pesos extra a los espectadores, ya que solo se aprovecha al máximo durante la secuencia de créditos del principio y la del final, durante la película poco y nada. Si prestan atención encontrarán incluso auto-chivos que se hace el propio Bay, promocionando su próxima producción Project Almanac (anteriormente conocida como Welcome to Yesterday), la cual veremos dentro de algunos meses. Conclusión Si lo tuyo es la acción y poco te importa lo que ocurre con la trama mientras haya explosiones y peleas, entonces puede ser que le saques algo de jugo a Tortugas Ninjas. Caso contrario, ni lo intentes. Quedate con el recuerdo del dibujo animado o de las viejas películas y ahorrate el enojo y la plata. Incluso Las Tortugas Ninjas III, aquella en la que viajaban al Japón feudal, tiene más sentido, alma y corazón que esta nueva versión reptiles karatekas.
Una comedia que intenta transgredir, pero apenas raspa la superficie. A primera vista, Adam (Ruffalo) es un consultor de cuestiones relacionadas al medio ambiente, Mike (Robbins) es un hombre casado dueño de un negocio, y Neil (Gad) es un médico de guardia. Pero todos ellos tienen algo en común; son adictos al sexo. Al mismo tiempo, llevan su adicción de distinta manera. Mientras que Adam es un exitoso profesional, no se permite volver a enamorar hasta que Phoebe (Paltrow) se cruza en su camino, Mike deberá lidiar con la reaparición de su hijo (Fugit) en su vida y Neil deberá aprender a aceptar y convivir con su enfermedad. Serio pero no tanto Gracias por Compartir es el último trabajo de Stuart Blumberg, guionista de Mi Familia (The Kids Are All Right), quien en esta oportunidad se para también detrás de las cámaras para hacer su debut en la dirección. Para este primero trabajo en solitario (Mi Familia la co-escribió con Lisa Cholodenko, quien también la dirigió), Blumberg mantuvo a Ruffalo en uno de los papeles protagónicos y buscó repetir la misma formula que funcionó tan bien en la anterior película y que le terminó valiendo unas cuantas nominaciones al Oscar, incluyendo la de Mejor Guión y Mejor Película. La formula de la que estoy hablando es la de tratar con la mayor naturalidad posible temas que aún se consideran tabú o transgresores en Hollywood. Con Mi Familia se logró contar una cálida historia al rededor de los hijos en parejas del mismo sexo pero en Gracias por Compartir el tiro salió por la culata, ya que esta historia de amor en todas sus formas entre personajes adictos al sexo o pacientes recuperados de cáncer, apenas raspa la superficie de las cosas. Si tenemos que darle la derecha en algo a Gracias por Compartir, es que hace un muy buen trabajado marcando un punto y dejando en claro que hoy por hoy vivimos en una sociedad "sexificada", con estímulos visuales constantes. La cinta tiene a favor que habla sobre una adicción no muchas veces explorada en el cine comercial, pero siempre se siente que lo hace desde lejos, sin verdaderamente sumergirse en la dura realidad de lo que debe ser. El film nada tiene que envidiarle a aquellas ágiles y vacías románticas que suelen estar protagonizadas por gente como Sarah Jessica Parker, Kate Hudson o, hace algún tiempo, Matthew McConaughey. No es que tenga nada en contra de ellas, incluso dentro de lo que intentan contar hacen un mejor trabajo que Gracias por Compartir. El problema aquí es que Blumberg se toma a la ligera un tema que nos pinta con la mayor seriedad en un comienzo. Rápidamente comenzamos a desentendernos de la historia ya que pareciera nunca encontrar un equilibrio en su tono. Incluso su benevolente mensaje de aceptación y entendimiento pone a prueba nuestra paciencia por lo reiterado y explícito que resulta. Lo mejor que Gracias por Compartir tiene para ofrecer está en la parte actoral. Mark Ruffalo y Gwyneth Paltrow entregan actuaciones muy frescas y convincentes que desgraciadamente se ven limitadas por el desarrollo de la historia. Algo similar sucede con el desaprovechado Tim Robbins quien, aunque hace un trabajo correcto, el guión le juega una mala pasada. Nunca se le presta la suficiente importancia a la sub-trama centrada en su personaje y en el de su hijo interpretado por Patrick Fugit (Casi Famosos), incluso el verdadero conflicto aquí aparece a muy poco minutos de concluir la cinta. Por su parte, Josh Gad hace un aceptable trabajo como Neil, quien es quizás el personaje más complejo de la película, y al que desgraciadamente le tocó compartir la mayoría de las escenas con Alecia Moore (a.k.a. Pink), quien como actriz es una buena cantante. Conclusión No puedo decir que haya disfrutado de Gracias por Compartir, pero tampoco es una película que dejaría de recomendar si lo único que están buscando es una comedia romántica para matar el tiempo. En lo personal, nunca me pude conectar completamente con los personajes ni con las situaciones, y para ser sincero uno se ve venir el desenlace paso por paso de las tres historias. Para hacer algo más gráfica mi opinión de la película, les diría que Gracias por Compartir es como Shame, pero a cargo del director de Como Perder un Hombre en 10 Días. Una película que pide a gritos que nos la tomemos en serio, pero que dada su concepción eso es algo casi imposible de hacer.
Una divertida y sangrienta sátira sobre el mundillo de los estudiantes de cine. Un grupo de jóvenes estudiantes de cine se propone comenzar a filmar la tesis final de la carrera cuando la directora y uno de los protagonistas aparecen asesinados salvajemente en un baño. Mientras comienza la investigación por parte del detective Caligari, el resto de los estudiantes sobrevivientes se proponen finalizar el cortometraje en tan solo una noche convocando a un nuevo y vanguardista director. Pero lo que no saben es que el asesino está entre ellos y es uno de los misteriosos actores del proyecto: Ricardo B. De cine y de loco Estamos de suerte. Durante la 13° edición del Festival Buenos Aires Rojo Sangre se presentó Making Off Sangriento: Masacre en el Set de Filmación y, siendo una sola persona la que cubre todo el festival para Alta Peli (quien les escribe estas lineas), se nos pasó de largo a pesar de las ganas que teníamos de verla. Pero este próximo 31 de Julio la película de los hermanos Quintana (caras visibles de El Desquicio Producciones) llegará al Espacio INCAA Km 0 Gaumont para que pueda ser vista por todos aquellos que disfrutan de la sangre y tripas con una buena cuota de humor. Somos varios los que en Alta Peli estudiamos cine. Nuestro amor por el séptimo arte nos llevó a aprender este oficio en distintas facultades de nuestro país. Y si bien no creo que sea necesario haber pasado por esto para disfrutar de Making Off Sangriento, sin lugar a dudas potencia aun más la experiencia. La cinta se ríe en la cara de aquella gente que disfruta de ver y hacer películas “poéticas” o “contemplativas”, hay guiños por doquier y algunos son más fáciles de captar que otros (como por ejemplo el nombre de los directores: Lucrecia Bureman y Lisandro Acuña). Lo mismo sucede con los homenajes al género, cosa que deja en evidencia que los Quintana están haciendo exactamente lo quieren y también poco les importa quedar bien con muchos de sus pares. Making Off Sangriento es ágil y divertida. La historia arranca bien rápido como una suerte de “found footage” y luego de una psicodélicamente genial secuencia de títulos conocemos a Ricardo B., el asesino serial más carismático del cine argentino interpretado por Marcelo Pocavida. La trama avanza a tres puntas: tenemos por un lado a los estudiantes intentando terminar el corto, tenemos al detective Caligari (encarnado por Valentín Javier Diment, director de La Memoria del Muerto) dedicado a la investigación del caso, y por último acompañamos a Ricardo B. mientras lleva a cabo una masacre por el barrio que inevitablemente concluirá en el set de filmación. Es cierto que la cinta tiene sus errores, pero nada que no suela encontrarse en otras obras hechas a puro pulmón. Incluso, y a pesar de contar con un presupuesto por demás de acotado, hay cosas sorprendentemente muy bien realizadas, como por ejemplo los efectos especiales prácticos. Otra cosa que es digna de mencionar es que la mayoría del elenco está compuesto por actores jóvenes y ninguno desentona. También debo reconocer que me encontré riendo a más no poder en una escena en particular donde el detective Caligari lucha contra un hombre de importante contextura física que lo confronta al grito de “¿¡Querés pija!?”. Conclusión Making Off Sangriento: Masacre en el Set de Filmación es una película que sabe exactamente lo que quiere y como lograrlo. Sin demasiadas pretensiones e incluso resaltando en algunos aspectos, la diversión está asegurada si aceptan sumergirse en lo que nos proponen aquí los hermanos Quintana. Párrafo aparte merece el hipnótico y carismático Marcelo Pocavida, quien es una de las principales razones por las cuales Making Off Sangriento funciona. No me tiembla el pulso a la hora de afirmar que Ricardo B. entra en la historia del cine argentino como uno de sus mejores asesinos seriales.
Una aventura espacial es la mejor película de Marvel hasta el momento. Peter Quill, un humano aventurero, se vuelve el blanco de unos implacables caza-recompensas cuando roba una misteriosa esfera que es codiciada por Ronan, un enemigo que solo quiere destruir planetas y amenaza al universo. Pero las cosas no salen tal como Quill lo imaginaba y termina en prisión con tres de sus perseguidores: Rocket, un mapache armado con un rifle, Groot, un humanoide con forma de árbol y la letal y enigmática Gamora, a los que se les unirá el vengativo Drax El Destructor. Cuando escapan de prisión se encontrarán con que la esfera que llevan con ellos es más poderosa de lo que imaginaban, y deberán hacer todo lo posible para luchar contra quienes quieren poseerla para destruir la galaxia. Hooked on a feeling Si me preguntaban hace dos años quienes eran los Guardianes de la Galaxia, les hubiera respondido que no tengo la menor idea. Pero cuando me empecé a familiarizar con los personajes y sobre todo cuando se anunció el director y elenco, supe que teníamos algo especial entre las manos. Esta especie de anonimato entre quienes no somos aficionados al mundo del comic o la historieta, le da a Marvel la posibilidad de salirse con la suya, entregando una película que en nada se parece a cualquier otra cosa que hayan filmado hasta la fecha. La primer gran diferencia está en que Guardianes de la Galaxia no es una película de superhéroes. Si, están nuestro heroes pero no hay nada de súper en ellos. De hecho, y a pesar de sus habilidades físicas, la galaxia alberga otros seres similares o hasta peores que ellos. La verdadera habilidad de este grupo pasa por otro lado, por la de meterse en problemas y salir de ellos con la misma facilidad y a veces sin siquiera tener la necesidad de usar la fuerza. Como ya habrán adivinado, estos Guardianes de la Galaxia, son mal vivientes. La escoria del universo: chantas, ladrones y asesinos. Y nosotros estamos de su lado. Simpatizamos con ellos. Y esto se debe al gran trabajo que hicieron James Gunn y Nicole Perlman a la hora de presentar a los personajes. Todos bien delineados con sus luces y sombras y sobre todo una motivación en común, la cual los acompañaremos a cumplir a los largo de 120 minutos de diversión. Y que no les parezca algo extraño llegar a derramar algún lagrimón por ellos. Aunque ninguno de los actores verdaderamente desentona, hay dos que en mi opinión son los que quedan mejor parados. El primero de ellos es Chris Pratt como Peter Quill/Star-Lord, una mezcla perfecta de Indiana Jones y Han Solo que sin dudas debería transformalo en una estrella. Y el segundo es Bradley Cooper como Rocket. Si alguno (como yo) se pensó que un mapache que habla podía llegar a restarle en algo a la película, ni se imagina con lo que se va a encontrar. Gracias a la excelente interpretación de voz de Cooper, Rocket ocupa un lugar en el panteón de los grandes personajes generados por CGI, junto a Gollum de El Señor de los Anillos y Cesar de la saga de El Planeta de los Simios. Como les dije, el resto del elenco acompaña como es debido. Incluso Zoe Saldana, que pareciera que siempre interpreta a una exención del mismo personaje, tiene sus momentos para brillar. Dave Bautista como Drax El Destructor hace una buena labor como el fuerte del grupo y Vin Diesel queda bien parado como Groot, a pesar de su limitado dialogo. Por el lado de los villanos es Lee Pace como Ronan quien hace un mejor trabajo, sobre todo porque Nebula y El Coleccionista (interpretados por Karen Gillan y Benicio del Toro) no tienen demasiada oportunidad de brillar. Más allá de todas las flores que le podamos tirar a la película, hay una realidad. Guardianes de la Galaxia le debe su existencia por sobre todo a Star Wars, e incluso tambien a las dos entregas de Star Trek que filmó J.J. Abrams, y eso se nota en la pantalla. Pero lo importante del caso no es a que se parece o a que se deja de parecer, acá lo importante es como se usa. Y James Gunn fue lo suficientemente inteligente como para tomar solo algunos elementos de esos dos universos y mezclarlos con su visión para hacer algo que se siente único. Como toda película que se centra en los orígenes de sus héroes, la acción puede tardar en arrancar. Pero una vez que Guardianes acelera, nada la detiene hasta que empiezan los títulos. No solo por las secuencias de acción que están filmadas con muy buen ojo, incluso el relato se mueve rápido, con mucha ironía, humor y emoción. Gunn se despacha con una buena cantidad de planos que nos dejan con la boca abierta por su fantástica construcción. Y por sobre todo,me alegra mucho decir que el 3D funciona! Es esencial a la relato? No, pero sacando Hugo de Scorsese y los documentales de Herzog y Wenders, cuando lo fue? Conclusión Acción, aventura, ciencia ficción, humor y mucho corazón. Guardianes de la Galaxia tiene todo lo que se puede esperar de una ópera espacial y mucho más. Marvel mete un interesante giro de timón con esta película que debería dejar contentos a grande y chicos, fanáticos y no fanáticos por igual. Guardianes de la Galaxia definitivamente es la razón por la cual vamos al cine!
Sin ser un producto novedoso o ambicioso, Socios por Accidente cumple con lo mínimo e indispensable que se espera de una comedia para toda la familia. ¿Le gustooo o no le gustoooo? Matías (José María Listorti) es un traductor de lengua rusa, que según su hija Rocío, lleva una vida rutinaria y aburrida. Rody (Pedro Alfonso), actual pareja de la ex mujer de Matías, trabaja como agente secreto de Interpol y por una investigación requiere los servicios de un traductor de ruso. Inesperadamente Matías es el elegido para esta tarea, que acepta sin dudar para demostrarle a su hija que puede ser tan valiente y tener una vida llena de acción como la de Rody. Su inexperiencia y miedos complican el caso y de un momento a otro, se verán envueltos en una huida intentando salvar sus vidas. Yo no soy partidario de medir a todas las películas con una misma vara. Obviamente detrás de producciones como El Padrino o El Ciudadano hay diferentes ambiciones a las que podemos encontrar en un proyecto como Socios por Accidente. La nueva película de los directores Nicanor Loreti (Diablo) y Fabian Forte (Malditos Sean!, La Corporación) parte de una idea original de una de sus figuras, José Maria Listorti. El humorista surgido de Videomatch, junto a dos guionistas que se sumaron en el camino, dieron forma a esta comedia de accción que siempre tuvo en claro su objetivo: ser un entretenimiento para toda la familia. En los años setenta y ochenta en Argentina, hubo un "boom" en lo que a comedias familiares con toques de acción respecta. Titanes en el Ring llegó al cine y se fueron sumando propuestas como Los SuperAgentes, Brigada Explosiva y Los Extermineitors. Todas ellas dieron una gran cantidad de secuela que hicieron furor entre los mas chicos e incluso ese amor se mantiene hasta el día de hoy. Pero mientras el espectador argentino crece, ya no se permite disfrutar de ciertos placeres, y las comedias familiares son uno de ellos. Uno se empieza a fijar mas en el presupuesto, en el guión, en las actuaciones, etc. Lo permisivo que fuimos con ciertas obras durante nuestra infancia se deja de lado cuando somos mayores. Y si bien es cierto que la comedia familiar se puede salir con la suya mas libremente en ciertos aspectos que otros géneros, el problema está cuando los realizadores toman conciencia y abusan de esto. Socios por Accidente es una comedia de acción familiar, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Quienes gusten criticarla y destruirla, sin dudas encontrarán razones para hacerlo. Y quienes se permitan sentarse a olvidar sus problemas y divertirse por 90 minutos, también lo podrán hacer. La película parte de guión simple pero cumplidor, que nunca se aparta de lo que quiere contar y que tiene siempre presente su temática. Es cierto que no estamos ante la presencia de un guión de hierro y que no resistiría el mas mínimo análisis, pero dentro de sus pretensiones es suficiente. Como dijo el compañero Santiago Balestra: "Es Tiempo de Valientes escrita por los guionistas de Exterminators". Una especie "buddy movie" o de camaradería entre hombres, con buena química entre sus protagonistas (de la cual hablaremos un poco mas adelante) y que se apoya en el tipo humor que supo convertir en un éxito a aquellas cintas que mencionábamos anteriormente, hace ya casi tres décadas atrás. El problema aquí es que, mientras que por el lado de la nostalgia sin dudas es un lindo mimo por parte de los realizadores, los chistes no siempre funcionan. Ya sea por que no estén bien trabajados o simplemente ya no nos reímos como solíamos hacerlo, la realidad es que fallan más de los que concretan. José María Listorti y Pedro Alfonso hacen su debut cinematográfico como actores con esta película. Es cierto que el guión nunca los exige demasiado, pero aun así sus interpretaciones son el punto mas flojo del film (para ser sinceros, Alfonso queda un poco mejor parado). Ya sea sobreactuando o simplemente haciendo todos los diálogos en un mismo tono, pareciera que nunca lograron encontrar un punto medio. Pero la falta de capacidad actoral sin dudas la complementan con la buena química que hay entre ellos. Si bien no es suficiente para salvar sus interpretaciones, sirve es a la hora de hacer funcionar el puñado de chistes que nos logran sacar alguna carcajada. Pero con todo lo que podemos criticarle a Socios por Accidente, tambien es digna de que mencionemos sus puntos mas fuertes. Como dijimos antes, las comedias familiares (en la gran mayoría de los casos) terminan siendo productos descuidados, que se ven y se sienten baratos, en el peor sentido posible de esa palabra. Pero nada de eso sucede aquí. La cinta en todo momento se ve cuidad, tanto desde la dirección como desde la producción. Pareciera que nada está librado al azar. Incluso hay un gran trabajo de la gente de dirección de arte. La casa donde vive el personaje de Listorti -y acá le robo la frase a un amigo- parece un consulado de la vieja Unión Soviética. Detalles como esos abundan y demuestran que hubo un genuino interés por parte de los realizadores de un entregar un producto digno. Por su parte, Loreti y Forte le imponen su estilo a la cinta. La acción se mueve rápido y hasta se dan el lujo de recurrir a recursos que recuerdan al cine de Edgar Wright con sus mini-montajes (cosa que me puso muy contento de ver). Sumando a eso algunas muy buenas ideas visuales, la película logra salirse con la suya y resulta justamente lo que su afiche afirma: Diversión para toda la familia. Conclusión Socios por Accidente no le dará el gusto a aquellos que esperaban encontrarse con un producto improvisado para deshacerse en agravios. Pero tambien es cierto que no es un producto perfecto. A pesar de las limitaciones actorales de sus principales figuras y con un guión por demás de simple que no guarda demasiadas sorpresa, la película termina dependiendo casi en su totalidad del buen pulso narrativo que le imponen sus directores, quienes hacen malabares para que nunca termine de caer. Dentro de lo que la comedia familiar argentina tiene para ofrecer, cosas mucho peores que Socios por Accidente han llegado a la pantalla grande. Pero incluso con sus problemas, la cinta logra su cometido y resulta una buena opción para los chicos durante estas vacaciones de invierno, seguramente ellos le saquen mayor provecho.
Rodrigo Guerrero y un interesante ejercicio de contemplación Después de conocerse por chat, Fede llega a un edificio céntrico de la ciudad para tener un encuentro intimo con una pareja gay mayor que él. En el devenir paulatino de esa noche, Fede vive una experiencia intensa y reveladora. La mañana siguiente lo descubre diferente, como si de repente hubiera descubierto una nueva forma posible de amar. El momento de tu vida Lo nuevo de Rodrigo Guerrero definitivamente no es para todo el mundo. No por su temática gay, la cual en pleno 2014 no debería espantar a nadie y mucho menos “herir susceptibilidades” como alguien escribió por ahí. Si no mas bien su simpleza y monotonía, ya que el relato está construido a base de un puñado de planos. Me arriesgaría a decir que Psicosis, en solo los 4 minutos que dura la famosa escena de la ducha, tiene mas planos que El Tercero en todo su metraje. Esto, en una época donde muchos directores cortan y pegan al mejor estilo video-clip, ya es motivo suficiente para alejar a muchos espectadores de la sala. Pero quienes decidan arriesgarse y darle una oportunidad a la película, tendrán su recompensa. El Tercero es una obra contemplativa de una situación. Hay una historia, pero no lo que solemos llamar una trama. La cinta, a primera vista, bien podría servir como un manual audio-visual sobre como concretar un trió. Pero la verdadera belleza de El Tercero está en lo que no se dice. Escondido en el subtexto de algunos diálogos banales que se van dando y que sirven para “ablandar” Fede, el “tercero” en cuestión al que hace referencia al título. Al mismo tiempo estos diálogos nos van diciendo mucho sobre la pareja que invita al joven a su casa para concretar esta fantasía. De mas está decir que el cumplimiento de esta fantasía no termina significando lo mismo para todos. Mientras que para la pareja es un juego de seducción más, es un hecho importante en la vida de Fede que lo ayuda a seguir moldeando su identidad. Con una duración por pocos minutos superior a la hora de película y dividida en tres claros episodios, El Tercero es una película sobre la pasión, el sexo y el amor que inesperadamente termina resultando hasta tierna. Conclusión Cortita y al pie, El Tercero es una obra cuasi voyeurista que espía por una noche la vida de una pareja que concreta un trió. Mucho dialogo y pocos cortes de montaje ayudan a construir un relato donde no siempre lo que se habla es lo que realmente se quiere decir. Aunque definitivamente no es un film para todos los gustos, Guerrero se las ingenio para contar una pequeña historia de una forma poco tradicional, algo que por lo menos desde mi punto de vista es siempre digno de ser festejado.
Un discreto entretenimiento que resulta un grandes éxitos de otras cintas destinadas al publico infantil y adolescente. A los siete años, Iván Dragó participa en el concurso de invención de juegos auspiciado por La Compañía de los Juegos Profundos, del que resulta ganador. El único detalle fuera de lo común es que no se anuncia cuál es el premio. Lo que sí sabe es que a partir de ese momento empezarán a sucederle las cosas más extrañas: un viaje en globo de impredecibles consecuencias, un colegio que se hunde en la tierra, una niña invisible, un laberinto que esconde pesadillas... Se abrirá para él un mundo de aventuras y misterios en el que nada le resultará fácil y donde cada paso, lo mismo que en un tablero, será un desafío. El juego de tu vida El Inventor de Juegos es un libro publicado en el año 2003 por el autor Pablo de Santis. 11 años después de su primera edición nos llega la película, una co-producción entre Argentina, Canadá e Italia que contó con un presupuesto cercano a lo $6 millones de dolares. Me saco el sombrero ante los diseñadores de producción y otros responsables de áreas claves, ya que el film nada tiene que envidiarle a Hollywood y sus super-producciones que buscan atraer al mismo público pero con una cantidad de dinero que fácilmente (y como mínimo) quintuplica la previamente mencionada. Sin lugar a dudas este es el punto mas fuerte de El Inventor de Juegos, ya que se ve y se escucha como pocas cosas lo han hecho dentro del cine nacional. Si bien muchos de los actores involucrados son del exterior, detrás de cámara hay una gran cantidad de talento argentino que da prueba una vez mas que aquí también podemos hacerlo. Desgraciadamente, El Inventor de Juegos también parece buscar en producciones extranjeras algo de inspiración. Es inevitable trazar paralelismos entre Iván Drago y Harry Potter, no solo como personajes si no que también a nivel historia: Desaparición de los padres, una escuela particular, la aparición de una figura paterna, un villano que es total opuesto de nuestro héroe. Aunque muchas de estas cosas son "gajes del oficio", la forma en que decidieron presentarlas invita a la comparación. Nuestro pequeño héroe Iván Drago (no, nada que ver con el boxeador soviético de Rocky IV) está interpretado por David Mazouz, a quien quizás recuerden de la serie de poca duración Touch, con Kiefer Sutherland. Mazouz tiene la suficiente habilidad y carisma para llevar adelante la película al igual que su co-protagonista Megan Charpentier (la temible niñita de Mama). Ambos están bien acompañados por un elenco de figuras nacionales e internacionales entre los que se destacan Edward Asner (la voz de Carl en Up!), nuestro querido y todo terreno Alejandro Awada y Joseph "Hermano de Lord Voldemort" Finnes, quien interpreta a una suerte de Willy Wonka de la industria del juguete. La película obviamente está destinada a un público en particular pero tiene los suficientes elementos como para que cualquiera pueda identificarse y disfrutarla mas allá de la edad. La dirección de Juan Pablo Buscarini (Condor Crux, El Arca, El Ratón Pérez) es por demás de correcta, aunque el guión por momentos se siente que depende mucho del dialogo. Conclusión Incluso a casi dos semanas de haber visto la película, todavía no estoy en condiciones de afirmar si realmente me gustó o no. De lo que sí estoy seguro es que los mas pequeños y/o seguidores del libro (del cual tengo entendido que es una adaptación bastante fiel) la van a disfrutar. En lo personal, me resultó por momentos aburrida y que se queda a mitad de camino cuando pretende emocionar e impresionar. Y si bien es una co-producción y el 3D no aporta demasiado, hay un gran trabajo de producción como pocas veces se vio en el cine argentino.
El director argentino Marcelo Piñeyro vuelve al ruedo con Ismael, un drama familiar producido íntegramente en España. Ismael es un niño de 8 años que se toma solo un tren a Barcelona para conocer a Felix, su verdadero padre. La única pista que tiene es una vieja carta que este le envió a su madre y donde figura su dirección. Una vez allí Ismael logra llegar hasta el departamento, pero se encuentra con la sofisticada Nora, la madre de Felix. Ella desconocía la existencia de Ismael y prontamente accede a llevarlo a conocer a su padre hasta Costa Brava. El perdón, la moral y todo lo demás El director Marcelo Piñeyro supo hacer la opera prima más exitosa del cine argentino con Tango Feroz. Con el pasar de los años nos fue entregando productos por demás de interesantes como Caballos Salvajes y Cenizas del Paraíso, aunque estuvo cerca de derrapar con Plata Quemada y Kamchatka. En Europa haría la co-producción argentino/española El Método , que si bien fue un éxito en dicho país, no terminó de convencer a los espectadores locales. Tampoco lo terminaría de hacer su adaptación del best-seller de Claudia Piñeiro Las Viudas de los Jueves, aunque en mi opinión es de sus mejores trabajos. De esta forma Piñeyro partió hacia España donde filmó Ismael, bancada íntegramente por inversores ibéricos. La cinta es un drama familiar visto a través de los ojos de un niño de 8 años, y que a pesar de algunos vaivenes de su relato, termina siendo una conmovedora historia sobre las segundas oportunidades. Ismael está interpretado por el pequeño Larsson do Amaral, quien debuta delante de las cámaras con esta película y lo hace de la mejor manera. A pesar de estar rodeado de un elenco de grandes actores de renombre, es el muchacho quien inevitablemente debe cargar con la cinta sobre sus hombros. Sin dudas uno de los puntos mas interesantes de esta historia es el hecho de que transcurre a lo largo de poco mas de 24 horas. Esta decisión de Piñeyro hace que el relato se mueva con una buena dinámica pero, al mismo tiempo, algunas cosas no terminen de convencernos. Principalmente el comportamiento de ciertos personajes y algunas decisiones y cuestionamientos que se sienten por demás de apresurados y hasta contradictorios por como se venían desarrollando hasta el momento. Resulta tambien algo cansador que el catalizador de casi todos los conflictos de la trama partan de Isamel escapando, algo que solo funciona la primera vez y cuando se vuelve a repetir es inevitable no sentirse algo manipulado por los realizadores. Y si de manipulación se trata no podemos dejar de referirnos al afán de Piñeyro por dejarnos en claro que prejuzgar a las personas, está mal. Por si no lo entendimos la primera vez (o no lo sabíamos ya), el director lo remarca una y otra vez y aunque sin dudas está hecho con las mejores intenciones, la necesidad de tener que subrayar esto a todo momento hace que una vez mas se note la mano del director guiándonos por donde quiere que vayamos. Mas allá de que estos inconvenientes son moneda corriente en los dramas familiares y esperables en una cinta que aprovecha y se centra en la diversidad cultural que hay en España hoy por hoy, lo cierto es que Piñeyro termina armando un convincente retrato sobre una familia dividida que se ve obligada a saldar sus diferencias gracias a la curiosidad de un niño. Esto se logra principalmente a la buena labor del anteriormente mencionado Larsson y los "grandes" del elenco: Mario Casas (Las Brujas), Belén Rueda (Séptimo), Sergi López, Juan Diego Botto (Martín Hache) y Ella Kweku, quienes en todo momento resultan honestos y creibles, incluso cuando el guión le pone traba a sus personajes. Conclusión Dicen que las buenas películas son aquellas que logran producirnos emociones sin que notemos la presencia de alguien guiándonos. Y aunque siempre sentí presente la mano de Piñeyro en Ismael, mi impresión final fue de que se trata de un film bien intencionado y hasta emotivo sobre la moral y las segundas oportunidades en la vida, no solo las que le damos a otras personas, si no que tambien las que nos damos a nosotros mismos.
El nuevo trabajo de Drake Doremus (Like Crazy) cumple, pero lejos está de impresionar. Shopie es una estudiante británica que llega de intercambio a la casa de los Reynolds, en una pequeña ciudad a las afueras de Nueva York. Keith, Megan y Lauren componen la familia que acogerá a la joven. Pero lo que no saben es que la convivencia con su nueva inquilina alterará la rutina y sus vida para siempre cuando Shopie y Keith comienzan a enamorarse perdidamente. Relato inocente Hace unos pocos años Drake Doremus sorprendió con lo que es, a mi parecer, uno de los mejores dramas románticos adolescentes que se pueden encontrar hoy en día. Claro que estoy hablando de Like Crazy, cinta que ni siquiera se asomó por los cines de nuestro país a pesar de cosechar grandes críticas por todo el mundo y tener en su elenco a jóvenes actores consagrados como Anton Yelchin, Felicity Jones y Jennifer Lawrence. Aquí Doremus vuelve a reunirse con Jones para contar una historia de amor un tanto diferente, la de un padre de familia enamorándose perdidamente de una joven estudiante de intercambio. A pesar de sus buenas intenciones, Pasión Inocente nunca termina de convencer por completo y esto se debe en gran medida al tratamiento que Doremus le da al material. El director decide dejar de lado todo lo que uno puede esperar de una película en la que se retrata un amor prohibido centrándose únicamente en como estos personajes inevitablemente comienzan a enamorarse a pesar del esfuerzo que ponen en no hacerlo. Si bien esta historia de amor funciona de lo mas bien durante la primera media hora del film, poco a poco comienza a desinflase cuando nos damos cuenta que, en realidad, no tiene mucha mas para ofrecer. Aunque Doremus de manera consciente decide escaparle a todo tipo de situaciones fuertes o escandalosas, uno debe reconocer que hace un gran trabajo retratando el surgimiento de este amor entre los personajes, algo que no siempre resulta creíble en películas sobre amores prohibidos. A primera vista, el matrimonio de Kieth (Guy Pearce) y Megan (Amy Ryan) parece de lo mas feliz, pero sabiamente el director nos va dando pequeñas pistas (algunas explicitas y otras a través de simbolismos) de que no es tan así. Kieth es un hombre insatisfecho en casi todos los aspectos de su vida que se ve flechado inmediatamente por Sophie (Felicity Jones), la estudiante de intercambio que llega a la casa que comparten con Lauren (Mackenzie Davis), la hija de ambos. Pero eh aquí el gran problema de Pasión Inocente. Esta historia de amor, con sus idas y vueltas, se extiende durante casi todo el metraje, y cuando por fin surge un conflicto, Doremus pareciera restarle importancia, reservándolo para los últimos minutos y con una resolución por demás de abrupta e insatisfactoria. El gran atractivo de Pasión Inocente está en sus interpretes, principalmente en Guy Pearce y Felicity Jones. Ambos llevan adelante la película con la suficiente credibilidad y sensibilidad que requiere una historia como esta y manteniendo siempre un interesante tono emocional . Pearce demuestra, una vez mas, que es uno de los actores mas subestimados de nuestros tiempos y Jones confirmar que es una joven promesa para tener en cuenta. De esta manera Doremus ratifica que su gran fuerte está en la dirección de actores. Conclusión Pasión Inocente es una película que si bien no reinventa un género, busca darle una interesante vuelta de tuercas a una historia que no termina de convencer. Quizás esto se deba mayormente a que los amores prohibidos necesitan un chispa para ser realmente prohibidos, algo que aquí no encontrarán por ningún lado. Mas allá de eso, las buenas interpretaciones de Guy Pearce y Felicity Jones ayudan a llevar a buen puerto este relato que, aun con sus carencias, resulta un mas que digno esfuerzo.