Acción pura y dura es el leit motiv de "Misión imposible 6", la nueva entrega de la saga protagonizada por el eterno joven Tom Cruise. La historia retoma la caótica y secreta vida del agente del MIF, Ethan Hunt, que regresa para enfrentar a un viejo enemigo, mientras debe lidiar con la intervención de la CIA liderada por una nueva directora. Lo primero que vale la pena destacar de este filme es su duración, son dos horas y media, que valen la pena cada minuto, ya que el dinamismo constante mantiene la expectativa sin descanso. Por otro lado, son de gran atractivo las locaciones elegidas: la oscuridad de Berlín, los túneles del Sena en París, los grandes museos de Londres, Cachemira y los fiordos noruegos despiertan fascinación y le aportan color a la historia. Además de la compleja trama que se desarrolla de principio a fin, hay un factor emotivo, ya que Ethan se va a reencontrar con su ex, Julia, por lo que es necesario hacer memoria sobre los filmes anteriores. Lo cierto es que esta historia, que focaliza en recuperar unas bombas que amenazan el orden mundial, es una producción de excelente calidad que invita al espectador a sumergirse en escenas adrenalínicas literalmente imposibles, en un filme donde todo es posible.
Después de dirigir "La teoría del todo", la biopic multipremiada sobre Stephen Hawking, el cineasta James Marsh se aventuró una vez más a mostrar la vida de un héroe. En esta oportunidad, cuenta la vida de Donald Crowhurst, interpretado por Colin Firth, un hombre en busca de un sueño tan difícil como atractivo: dar la vuelta al mundo en yate, en lo que se denominó la Golden Globe Race. Este joven, padre de tres hijos, decide dejar a su familia para probarse a sí mismo. ¿Una decisión valiente o egoísta? Este tipo de dilemas dispara este filme, que pasa casi 120 minutos mostrando al náufrago en medio del océano, perdido y desesperado. De pronto, una esperanza cambia el rumbo de este héroe, pero no voy a spoilear el final. Aunque claro, la historia real, conocida por unos pocos, está en internet. Por lo tanto, el que decida ver esta película tiene que esperar un relato elegante, clásico, con la impronta londinense de la época, pero sin ningún sobresalto ni enfoque emotivo. ¿El gran mérito? La interpretación de Firth logra momentos muy interesantes dignos de destacar. Si bien la historia podría haberse explotado de una manera más dramática y apuntar más a la acción, esta producción resulta insípida.
¿Cómo se sana un trauma con origen sobrenatural? El documental "Testigo de otro mundo" intenta responder a esta incógnita a través del viaje interno de su protagonista. Juan, que en la actualidad tiene 52 años, a los 12, fue testigo de un suceso ovni. Y a partir de ese día, el hombre de Venado Tuerto vive recluido en el campo, preso de la angustia y la incomprensión de lo que vivió. Ante este panorama, el director Alan Stivelman realiza un trabajo documental con las voces de sus protagonistas, de chamanes y de especialistas en el fenómeno. Lo cierto es que el fenómeno Ovni se presenta como un hecho sobrenatural moderno, y las películas se encargan de mostrar que los extraterrestres son seres que vienen a conquistar el planeta. Por eso, lo valorable del director es que propone apuntar en otra dirección e ir hasta el fondo. Así, se van tejiendo puentes a través del relato en primera persona del cineasta, de Juan, de las regresiones junto a su psiquiatra Néstor Berlanda y el análisis del famoso astrofísico Jacques Vallée. Si bien el tema es complejo de ser mostrado y que resulte verosímil, el filme mantiene el clima y conecta el fenómeno con las raíces aborígenes y los antepasados. Ubicado en pleno campo, este relato indaga en la naturaleza y más allá de las estrellas.
A veces la fama resulta cruel y desoladora, como lo que le sucedió a la estrella del Hollywood de los años 50, Gloria Grahame. Y justamente este filme biográfico se encarga de retratar la vida de la diva después de la fama. Peter Turner vivió una historia de amor con la clamada actriz de "Cautivos del mal" (1952) más allá de diferencia de edad; mientras que Grahame pasaba los 40 años, él tenía 28. Cuando la actriz se enferma y rechaza cualquier tipo de tratamiento, el joven decide llevarla a su casa de Liverpool para cuidarla. De este modo, este filme va tejiendo historias de amor y desamor, de alegría y frustración, de éxitos y fracasos, a través de flashbacks a tiempos pasados. Ambientada en Liverpool en los años 70, esta historia resulta el cine contándose a sí mismo y develando la magia que hay detrás de las máscaras que desfilan en la pantalla grande, donde todo parece ser perfecto. Lo interesante de este drama, que se asemeja al estilo de otras del género como "Mi semana con Marilyn", es que muestra el humanismo de una estrella, sus momentos de oscuridad y de dolor. En ese aspecto, la interpretación de Annette Benning es la clave para que ello se vea con tanta verosimilitud, logrando así calidez y ternura.
Enigmática y tenebrosa, "Perdida" nada a las oscuros recuerdos de un grupo de adolescentes que viven una tragedia que marcará sus vidas para siempre. Una de ellas desaparece sin dejar rastros y 14 años después, Manuela (Luisana Lopilato, que interpreta el rol con gran éxito), decide ser policía e investigar el caso de su mejor amiga. El filme está basado en la novela de Florencia Etcheves "Cornelia", donde una profesora de un prestigioso colegio de Buenos Aires realiza un viaje de estudios con cinco de sus alumnas, pero sólo regresa con cuatro. Es Cornelia Villalba, la hija de un reconocido médico quién desaparece misteriosamente. A lo largo de esta historia se entrelazan temáticas densas como la trata de jóvenes y la explotación sexual, la mafia, las drogas y la connivencia policial, lo que transforma al filme en un thriller psicológico con elementos perversos que mantiene la tensión hasta el final. Otro gran acierto del filme es su elenco, que además de contar con Lopilato, destaca a Amaia Salamanca, famosa por sus roles en las series de Netflix "Gran Hotel" y "Velvet". Oriana Sabatini también demostró que le espera un gran futuro en la pantalla grande. Además, es clave destacar el trabajo del director Alejandro Montiel ("Un paraíso para los malditos") que coloca elementos y giros a la trama para hacerla más laberíntica aún, dignos de los mejores policiales negros escandinavos.
Basada en el videojuego del mismo nombre, “Rampage: devastación”, trata sobre el primatólogo Davis Okoye, quien comparte un vínculo con George, un gorila al que cuidó desde su nacimiento. Pero un inescrupuloso experimento genético mutó al simio en una furiosa criatura gigante. Pero no es el único: también hay lobos voladores gigantes. Sí, voladores. Y un cocodrilo del tamaño de una manzana completa de Chicago. Estos depredadores están bajo el efecto de genes violetos que los obligan a destruir todo Norteamérica. Pero Okoye realiza un equipo con una ingeniera en genética para obtener un antídoto. Así, deberán luchar contra estas criaturas para salvar a la gente de una catástrofe mundial. Con escenas que recuerdan a los clásicos “Godzilla” o “King Kong”, el filme es uno más para quienes gustan de la ciencia ficción. Si bien el filme mantiene la intriga y la acción de principio a fin, y los efectos especiales son realmente brillantes, la dosis de ridiculez es tan grande que transforma esta producción en una película más. El mayor crédito se lo lleva Dwayne Johnson, el amo de las películas de acción de los últimos años, como la saga de “Rápido y furioso” y la recientemente estrenada “Jumanji”.
El amor es la frecuencia. Esa por la cual dos átomos se encuentran, se unen y se empoderan hasta lograr traspasar el universo. Con esa premisa, “Un viaje en el tiempo” narra una historia de superación y milagros. Con la ayuda de tres guías celestiales, una niña realiza un viaje transformador en el que descubre que la fortaleza interna se logra al aceptar los defectos y al usar la propia luz. Se trata de una película que toca temas fuertes y que deja como moraleja que todo depende del cristal con que se miren las cosas pasadas, presentes y futuras. Además, hace hincapié que el amor y la bondad le ganan a los celos, la envidia, la ira y la violencia. Con un elenco de estrellas entre las que se destacan Reese Witherspoon y Zach Galifianakis, está la debutante en cine Oprah Winfrey. No es casual su presencia en esta película de Disney y mucho menos lo es su rol, ya que interpreta a una guerrera de la luz que lucha contra la oscuridad del universo. ¿Una connotación política contra el actual presidente de Estados Unidos, quizás? Lo cierto es que es un filme que más allá de su lentitud, resalta que “todo aquel dispuesto a enfrentar la oscuridad y a ofrecer lo mejor de sí mismo a la luz, logra detener el mundo”.
La reina de la seducción Intriga, sangre y misterio son los ejes de esta película protagonizada por Jennifer Lawrence. Dominika Egorova es una patriota rusa que vio un crimen que no debía ver, y deberá pagar para seguir viviendo. Para ello, es enviada a un centro de entrenamiento de espías para convertirse en una "sparrow" ("Red Sparrow, gorrión rojo, es el título original en inglés) experta en seducción y espionaje. Sin embargo, su estadía no será tan fácil y cambiará de rumbo para emprender la operación de espionaje más compleja de su vida. Así, la agente del gobierno viajará a Budapest, Viena y Londres tratando de atrapar al más buscado. Lo cierto es que el filme lleva un hilo de suspenso bien logrado y momentos de mucha sangre y acción, pero al mismo tiempo, la trama resulta confusa y por momentos se torna lenta. En el marco de la carrera armamentista rusa, la realidad supera la ficción, que no hace más que reivindicar una vez más, los estereotipos de los rusos malos asesinos y torturadores y los estadounidenses salvadores y justicieros. Luego de haber sido el artífice, junto a Jennifer Lawrence, de uno de los éxitos más grandes de la industria como fue la saga de "Los juegos del hambre", el director Francis Lawrence incursiona ahora en un nuevo género y con resultado dispar.
El laberinto del deseo Amor del bueno, amor sincero, amor real. Amor a medias, amor de engaño, de incredulidad. Amor mentiroso, meticuloso, peligroso. Con un guión intenso y punzante, “Hablemos de amor” pega justo donde más duele. Y justamente su característica más sobresaliente es que es 99 por ciento dialogada ya que está basada en la obra teatral “Provando... Dobbiamo parlare”. Y así, resulta un estilo similar al de “El nombre” o “Perfectos desconocidos”, en la que nada es lo que parece y donde los conflictos empiezan y se resuelven entre cuatro paredes. Esta comedia italiana hace una oda a las relaciones de pareja, de los conflictos maritales y los intereses económicos. ¿La locación? La mejor para una película de amor: Roma, la ciudad de los atardeceres más bellos del mundo. La trama de este filme protagonizado y dirigido por Sergio Rubini se centra en dos parejas totalmente opuestas: una formada por los intelectuales progresistas, Vanni y Linda, en la que él es escritor de los libros que en realidad ella, con veinte años menos de edad, le escribe a él; y la que forman los médicos Alfredo y Constanza, ambos de derecha, agarrados a su dinero y un poco vulgares. Pero de pronto, una infidelidad lo cambia todo, por lo que la propuesta reside en reflexionar si en la vida de pareja, ¿conviene siempre decir la verdad?
Un exorcismo poético Una palabra no dicha, un abrazo no dado, una charla postergada, un destino perdido. Un corazón fragmentado, una vida truncada por el espanto. Un sueño roto, una mirada desesperanzada, un cuerpo deteriorado. El filme de Pablo Solarz, basado en su propia historia familiar, resulta un exquisito exorcismo poético en el cual el nazismo y sus consecuencias cobran vida. Protagonizada por el argentino Miguel Angel Solá, que lleva a cabo una performance impecable, este filme indaga en la catástrofe más terrible de la historia. Abraham es un judío que huye de su familia argentina en busca de su pasado en su tierra natal, Polonia. Allí perdió todo: su familia, su casa y su mejor amigo. Es un hombre muy fuerte que logra sobrevivir al maltrato, la tortura, el hambre y el horror. Odia a todos los polacos, salvo al amigo que lo salvó, y piensa que todos los alemanes son nazis, sin excepción. Pero a partir del viaje que emprende a los 90 años se cruzará con personas que poco a poco, le harán cambiar la visión del mundo. La película se rodó en Las Palmas de Gran Canaria, tras pasar por Buenos Aires, Madrid, París y Lodz (Polonia). El director logra un relato conmovedor, con toques sutiles de humor que logra tocar las fibras íntimas del espectador. Un abrazo puede compensar mil años de espera.