Por un Puñado de Sueños Detrás de la concreción y el conseguir de derechos para llevar una obra literaria al cine, siempre hay mucha tela por cortar.Y de eso viene esta comedia agridulce, más apuntada a un drama de infancia, que casualmente retrata la hechura de un clásico infantil, sueño que por otro lado le ha deparado al Productor Walt Disney -un sobrio y ajustado Tom Hanks-, unos 20 años en busca de los derechos del cuento "Mary Poppins" de la autora P.L. Travers -genial creación de valía insuperable de la gran Emma Thompson-, mujer que por otro lado ya acorralada por algunas deudas y necesidades monetarias, accederá a viajar a Los Angeles desde Inglaterra para decidir si finalmente el viejo creador de "Mickey Mouse" se podrá salir con la suya. Los excelentes diálogos entre ambos personajes centrales son algo antológicos, ella hosca e intransigente, ahogada por un pasado agobiante y marcado, que odia los dibujos animados y las canciones edulcoradas, él un maestro de la adulación y el convencimiento, ganado por una genuina industria de sueños fílmicos, irán generando los contrastes necesarios de los cuales suele Hollywood alardear cuando intenta narrar su propia leyenda. En cuanto al Mr. Banks que se cita en el título original es el dueño de casa y padre que contrata a la institutriz voladora, y con el cual se va concatenando, y a manera de "flashbacks" la (otra) historia que ofrece el relato donde Colin Farrel interpreta al padre en el pasado de la autora. Este cruce de historias paralelas por ratos se hace engorroso y quizás eso le juega en contra al filme, el cual no obstante está bien hecho, sin olvidar a Paul Giamatti en un rol tan querible como simpático.
Crímenes y Pecados Se sabe que habitar en un country no significa estar mas seguro que afuera de él, y sino recordar el caso García Belsunce. La trama de este intrigante policial pasa precisamente por ello, adaptando al cine la novela de Claudia Piñeiro. Tres periodistas investigan el crimen de un hombre importante sobre quien recaía una sospecha de asesinato a su esposa muerta, ellos son: un calificada escritora llamada Nurit Iscar, apodada "Betibú" -una Mercedes Morán correcta-; un viejo sabueso con influencias -Daniel Fanego, magnífico y superando todo- y uno joven con menos experiencia y conocimiento -un flojo Alberto Amman-, ellos conforman una suerte de desenredantes de una madeja de sospechas, abusos, dudas, más un agregado de personajes variopinto, y una calidad fílmica calificada, es decir se trata sin dudas una producción de altísimo nivel en fotografía y producción, una meritoria música de Federico Jusid, y una inversión monetaria de producto bien terminado. Si bien la película de Miguel Cohan suma todo esto a favor, se hace muy llevadera y entretenida, sobre el final se desmerece un poco en su resolución final, esto igualmente no desacredita su visión muy recomendable para los amates de los intringulis policiales.
Nada más cercano a la realidad futura He aquí un alegato futurístico a la gran epidemia mundial: la soledad. Theodore (un Joaquin Phoenix notable)es un hombre que vive en el mundo venidero, nada menos que escribiendo cartas personales, tarea que parece además de obsoleta muy poco aprovechable en un inmenso marco de vacías cotidianidades. El tipo viene de una relación afectiva que lo ha dejado bastante enclenque y lastimado, y como si nada en su nada misma, hay que agregar que sus horas vacías se complementan con juegos hogareños con unos hologramas o la curiosa practica de sexo telefónico. Así llegará a la instalación de un sistema operativo, que promete ser una entidad intuitiva con cada usuario, y allí se dará una misteriosa relación sostenida por un voz graciosa, envolvente -jugada nada menos que por Scarlet Johansson-, la más loca cosa es que de a ratos en esta relación vacua, parece Theodore más máquina que su deseable compañera de la nada misma, que si muestra más vida que éste. Spike Jonze, el director se juega a un relato con alguna que otra banalidad en el guión, pero logra mostrar una verdad genuina, hay que observar en el mundo ese, escenas multitudinarias tan vistas hoy día: gente que camina colgada o se mueve siempre con su celular o con los varietales tecnológicos de hoy, llámese Instagram, Twiteer, Msj de textos etc etc, o sea el más absoluto y total frío anexo del ser humano de hoy. A su vez la propuesta tiene a favor, además de sus actuaciones -un ejemplo es la estupenda amiga que interpreta Amy Adams-, la dirección de arte, buena fotografía, una significativa música, y cada uno de los planos y puestas de cámara que son de exacta calidad.
La Cuerda del disfrute cinematográfico Hoy por hoy el señor Wes Anderson resulta ser uno de los mas acabados, personales y extraordinarios narradores con capacidad y talento para ver y gozar en el cine. Con algunos mejores y otros menores títulos, el tipo aprovecha su capacidad convocatoria para llenar de buenos y geniales actores sus obras, aún a sabiendas que algunos apenas cruzarán ante la cámara para disparar alguna cosa. Aquí abreva en contar tres historias que tienen un hilo entre si en tres épocas distintas -1985, 1968 y 1930-, y cuyo fondo es el pintoresco hotel del título que esta situado en un improbable sitio montañés de la no menos inexistente República de Zubrowka, con la historia de un conserje (estupendo Ralph Fiennes) y su discípulo casi niño, y tomando como basamento alguna idea del escritor Stefan Zweig (1881-1942). Mezcla de disparatada comedia negra, con algún crimen por resolver, con equívocos del voudeville francés, o cierto toque refinado a la "Ernst Lubitsch", y hasta arrimándose a fuentes como pueden ser: Buster Keaton, los fantásticos enredos de Blake Edwards o los Hnos. Marx. En su multitudinario elenco se pueden mencionar la relevante caracterización de Tilda Swinton, las máscaras de Harvey Keitel y Willem Dafoe, la sobriedad de Jude Law y F. Murray Abraham, y casi ningún otro hay que desentone, pero repetimos el gran protagónico es el de Fiennes, marcado más arriba. Que Anderson siga filmando, zarpándose, probándose, mintiéndonos de manera tan gentil, que buena falta hace en este planeta fílmico donde la repetición y la copia barata sigue estando a la orden de la claqueta.
Atrapados sin salida Basada en una historia real acaecida en 2005, la operación "Red Wing", donde cuatro miembros del equipo SEAL se ven en medio de una misión imposible en las montañas de Afganistán buscando capturar a un líder talibán, y que deberán enfrentarse a una encerrona donde un ciento de guerrilleros los acosarán, es obvio que su titulo impuesto en estos lares denuncia una suerte de "spoiler", es decir se adelanta a cual sera el resultado de esta contienda que sin dudas el director Peter Berg supo narrar y dotarla de acción y extrema tensión cinematográfica, y que con un protagonista como Mark Wahlberg cierra sola. Ejemplo de cine bélico montado con la pericia necesaria que debe tener este tipo de producto, que reúne acción y suspenso necesario, como así tambien alguno que otro momento de dureza realista. Película digna dentro del género bélico y que sus amantes estarán de parabienes con esta muestra de correcto filme en su propuesta, por que en cuanto a lo político se sabe que las intervenciones ajenas de Usa esas si son incorrectas. En muchos aspectos se emparenta con aquella joyita de igual género: La Bestia de la Guerra (The beast, 1988, Kevin Reynolds).
Cowboy de Medianoche Basándose en la vida real de Ron Woodroof, típico vaquero tejano de rodeos con una vida en excesos que van de abusos con tabaco, drogas, alcohol y mujeres, a quién se le diagnostica un mes de vida a mas tardar, y que al conocer una droga llamada AZT, aparente medicamento que contrarresta el efecto del virus del Sida, el tipo opera un cambio difícil, sobrevivir hasta contrabandeando medicinas antivirales de cualquier parte del mundo, aún aquellas que no están permitidas ni disponibles en los Estados Unidos. Algo así como enfrentar al mercado farmacéutico, nada menos. De hecho crea ayudado por un transexual, el "Club de compras" para promover tratamientos alternativos. Así...siendo portador y arrebatado de a ratos, inicia su carrera contra el tiempo, contra su enfermedad, sus creencias y prejuicios; y sufrirá una transformación a casi héroe. Filme muy bien narrado, con su peso mayor en el grado de las actuaciones, el protagónico de Matthew McConaughey es tan sorprendente como formidable, y Jared Leto como el frágil "Rayón" no se queda atrás. Por ello sabemos se adueñaron de sus Oscars recientes. Aquí no hay golpes bajos al espectador, ni sentimentalismos baratos, pese a la crudeza del tema resuelve una historia con cierto humor negro, un filme querible, honesto por sobre todas las cosas, o sea valedero.
El Hombre del Millón de Dólares Como describir un filme maravilloso? Solo recomendarlo...? Sugiriendo que no hay que perdérselo..? Alexander Payne -el director- hasta el momento ha hecho filmes de calidad, filmes queribles y memorables para algunos cinéfilos: "Las confesiones del Sr. Schmidt", la genial "Entre copas" o "Los descendientes", por citar algunas vistas. Ahora la emprende con la historia de un viaje a Nebraska, por parte de un anciano disperso y gruñón junto a su hijo menor, ambos hay que agregar no han llevado una buena vida de afectos entre ellos por ejemplo o de entendimiento mutuo. Verdadero canto a a la vida, plagado de paisaje gris, de postal de frío invierno, sin embargo a la melancolía que rodea el argumento le cabe una historia con mucho humor, agudo, cínico y estupendo. Nos cala honda y demasiado auténtica la situación del viejo intentando reclamar algo que desde el vamos es imposible, nada menos que un millón de dolares surgidos en alguna carta de propaganda inútil. Hay otros personajes de gravitancia que se unen al hilo narrativo: una madre obsesiva, terrible, y con algunos de los mejores momentos de humor del filme, y un hermano mayor exitoso. Una inmejorable "Road-movie" que en cierto punto puede emparentarse con otras pelis sobre la vejez inolvidables como "Umberto D" (1956, Vittorio De Sica) o "Una historia simple" (1998, David Lynch), sumando una galería impagable de secundarios personajes -los miembros de la familia que van frecuentando a lo largo de la trama- que dan acabada formalidad a la propuesta. Bruce Dern esta magnífico en su viejo Woody, un papel que se dice en un primer momento se ofreció a Gene Hackman -que está retirado ya-, y que da de marcada, increíble manera con sus gestos, su caminar y sus largas miradas, el hijo que hace Will Forte es un perfecto soporte, y la brillante June Squibb, que como la esposa del protagonista se roba cada escena suya terriblemente.Y hasta hay un villano Stacy Keach que sobresale, es decir nadie desentona, todos estan formidables. Payne parece decirnos que la vida es un camino, no una meta, así que debemos disfrutar de ella, lo que el viaje nos depare siempre será lo de menos.
Algo está por explotar El cine ha cubierto varias veces el entramado histórico de la explosión del volcán Vesubio durante la antigüedad, los mismos hacedores de "King Kong" (1933)es decir Ernest Schoedsack y Merian C. Cooper, estrenaron en 1935: "Los últimos días de Pompeya" con Preston Foster, Basil Rathbone, en 1959 la "remake" provino de Italia ("Gli ultimi giorni di Pompei") dirigida por Mario Bonnard y un joven Sergio Leone -sin acreditar-, allí actuaban el musculoso Steve Reeves y el español Fernando Rey. Finalmente también existió una miniserie para TV en 1984 de 5 horas de duración dirigida por Peter Hunt con Franco Nero, Ernest Borgnine, Laurence Olivier y la nativa argentina Olivia Hussey. Ahora la propuesta llega del director Paul W.S. Anderson, y toma otra historia donde la línea argumental pasa por Milo, un joven esclavo que será destinado a morir en la arena de Gladiadores, y que ha quedado prendado en un primer encuentro ocasional de la bella Cassia, hija del gobernador de la ciudad. Pero el amor casi imposible de estos tortolitos y los choques de luchadores del Coliseo donde el chico demuestra gran capacidad combativa, son pequeños inconvenientes comparados con la amenazante espectacularidad trágica de la inminente explosión volcánica -muy bien lograda en lo cinematográfico con excelentes efectos-, y al medio la soberbia maldad del senador Corvus -un divertido Kiefer Sutherland- que empeora la situación desesperante. Casi, casi toda una historia de amor trágico, algo así como un "Titanic" dentro del "Peplum", que por otra parte admitamos revitaliza este casi desaparecido género que se da en el cine histórico de aventuras, con filmes ambientados en la Antigüedad, fundamentalmente greco-romana. Otro atractivo para degustar este entretenido filme es su realización en 3D que le da toques fluídos en su narración. Nada mas ni nada menos que eso: puro cine de entretenimiento.
Pecados de Juventud: Siempre decimos que la santa Madre Iglesia alguna vez deberá expiar, confesar y hacerse cargo de sus horrendos pecados. La trama argumental de este filme de Stephen Frears (Relaciones peligrosas, Alta Fidelidad, La reina, etc) cuenta el caso real de Philomena Lee, una joven irlandesa que a mediados de los años 50 es obligada a ser desterrada de su familia a un convento por ingrato pago de haber sido madre soltera y joven, y a entregar su bebé a las monjas del convento de Roscrea, quienes luego lo venden -como a tantos otros niños- a acaudalados estadounidenses. Media década más tarde, la mujer hoy ya sexagenaria intentará salir de su negación -se puede llamar también resignación- y buscará a su hijo, ayudada por un periodista tan ateo como cínico, y en su arrogancia la cara opuesta de la mujer. La relación entre estas dos personas tan distintas, tan peculiares, ofrece otra significativa extraña pareja que también quedará imborrable para el cinéfilo y/o el espectador común. Los diálogos a veces medidos, llenos de ternura y con humor -pese a todo-, quedan al decir de la inmensa Judi Dench, que extiende otro papel mayúsculo a su carrera fílmica como la protagonista. Simplemente magistral! En tanto su aliado a cargo de Steve Coogan -coautor del guión también- es magnífico. El filme no llega en ningún momento a ser sensiblero afortunadamente, sino conmovedor, casi una "road-movie" de búsqueda, en la cual no se sabe bien cual será el final. Toda una gran película, honesta y necesaria.
Teatro como en el Cine Es común a la industria del cine que exitosas obras teatrales lleguen a la pantalla, algo que va desde el bagaje de las de Tennessee Williams a más contemporáneas como "Un Dios salvaje" de Yasmina Reza, sin olvidar hitos del escenario nacional que también pasaron al cuadro grande como "Un guapo del 900", "La Nona", "Esperando la carroza", "Made in Argentina", "Convivencia", o "Yepeto". Ahora es el turno de "Agosto: Condado Osage" que hace unos años se conociera en nuestro país con un elenco donde sobresalían: Norma Aleandro, Mercedes Moran, Juan Manuel Tenuta, Andrea Pietra, y elenco. El dramaturgo Tracy Letts aquí se ha encargado de adaptar su exitosa pieza, y vemos los avatares de la familia Weston, que ante la desaparición del padre, se reúnen en una casa tan llena de luz en Oklahoma, aunque sus moradores posean su oscuridad y cinismo que los llevara a un sinfín de tensiones, y pasadas de facturas. Cada hogar un mundo, y dentro de una cuantiosa guerra dialéctica, la madre enferma (estupenda Meryl Streep, quién sino podía hacer mejor este papel..??), recibirá pues a sus tres hijas, y será ácida, irritante, déspota y resentida, despertando un genuino compendio de ruindades familiares, que harán que la propuesta a mitad de la historia pegue el volantazo hasta casi convertirse en un "culebrón" digno de telenovela mejicana. Sin embargo si hay algo que atrae, que hace recomendable la visión de esta peli es la suma de buenísimas labores de actuación de un reparto significativo y elogioso, con una Julia Roberts en la hija mayor en perfomance maravillosa con gestos, miradas, que dicen mucho, Margo Martindale como la hermana, Sam Shepard el desaparecido marido, Dermot Mulroney un tarambana novio de la hermana del medio que interpreta una reaparecida Juliette Lewis, Abigail Breslin como esa nieta que crece y observa un mundo poco atractivo en los adultos, Chris Cooper en el cuñado, y que como siempre la borda y Benedict Cumberbatch que también destaca en su Charlie sobrino. Quizás en menor grado y bastante desaprovechado, no luzca tanto, el otro cuñado que hace Ewan McGregor. Lo dicho, en su totalidad un ejemplo claro de esa miserabilidad en cooperativa denominada: familia.