Tom Hopper, ganador de un premio Oscar en 2011 por "El Discurso del Rey", dirige espléndidamente la adaptación cinematográfica del musical creado por el compositor Claude-Michel Schönberg y el libretista Alain Boublil para la puesta original francesa estrenada en Paris en 1980, la cual -años después- fue adaptada al idioma inglés por el productor teatral británico Cameron Mackintosh junto a Herbert Kretzmer. A partir de ese momento, "Los Miserables" -basado en la novela del poeta y escritor francés Victor Hugo- ha causado sensación mundial, ya que ha sido visto por más de 60 millones de personas en 42 países (ha sido adaptado a otros 20 idiomas alrededor del planeta) y continúa rompiendo todos los records de taquilla desde su estreno en 1985 en el Barbican Centre de Londres. Enmarcada en la Francia post-Revolución Francesa, esta producción nominada a 8 premios Oscar y que ya se ha alzado con otras tantas estatuillas durante la actual temporada de premios, nos cuenta la historia de un grupo de personas que sufren las consecuencias políticas, sociales y económicas de aquella crisis que los llevó a vivir en la más absoluta miseria. El relato comienza en Toulon en 1815 donde conocemos al principal protagonista, Jean Valjean (Hugh Jackman), un prisionero -conocido como el convicto Nº 24601- al que le conceden la libertad condicional tras 19 años de ser sometido a trabajos forzosos por haber robado un pan. Durante su búsqueda de trabajo honesto, alojamiento y comida descubre que, por culpa del papel que se le entrega al momento de su liberación y que lo acredita como ex-convicto, siempre será un marginado... hasta que conoce a un obispo (encarnado por Colm Wilkinson, actor que interpretó a Valjean en la puesta teatral londinense) que le muestra compasión. Eventualmente Valjean, con una nueva identidad, inicia también una nueva vida que obviamente lo lleva a violar su libertal condicional, por lo que comienza a ser perseguido por un inspector de policía sin escrúpulos llamado Javert (Russell Crowe) que durante años se obsesiona con cazar al infractor. Ocho años después, la trama se traslada a Montreuil donde Valjean, convertido en dueño de una fábrica, conoce a Fantine (Anne Hathaway), una humilde empleada que se ve forzada a prostituirse para poder mantener a su pequeña hija Cosette (interpretada por Isabelle Allen en su niñez y por Amanda Seyfried en su adolescencia), a quien dejó al cuidado de un matrimonio dueño de una posada, los Thénardier (Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen). Valjean, sintiendo pena por esta madre enferma, le promete encontrar a la niña y hacerse cargo para que no le falte nada. Ya en París en 1832, los pobres expresan su miseria en las calles de la ciudad, entre ellos un niño llamado Gavroche (Daniel Huttlestone, actor que interpretó este mismo papel en la puesta de Londres) junto a un grupo de estudiantes idealistas, liderados por Marius Pontmercy (Eddie Redmayne) y Enjolras (Aaron Tveit), que buscan el apoyo del pueblo para prepar la revolución y -las posteriores barricadas- en busca de un cambio político. Para los que no están muy familiarizados, no vamos a revelar los giros de la historia que -a lo largo de 2 horas y media- nos conmueve con este relato social (de sueños rotos y amor no correspondido, sacrificio y redención) que es expresado 100 por ciento a través de la música (aquí no hay diálogo a diferencia de otras películas del género), con canciones como "Look Down", "I Dreamed a Dream" (una especie de himno de esta obra en la que Anne Hathaway despliega todo su talento al transmitir la degradación de su personaje), "Who Am I", "Bring Him Home", "Do You Hear the People Sing?", "A Heart Full of Love", "One Day More" y "On My Own". Las interpretaciones de todo el elenco son excelentes. Comenzando por el multifacético actor australiano Hugh Jackman, quien tiene una vasta experiencia en musicales de Broadway, pasando por un Russell Crowe que nos sorprende con sus dotes para el canto (de hecho ha participado en la puesta del musical "Grease", es cantante, compositor y tiene una banda). A ellos les siguen Amanda Seyfried, quien tiene un musical en su haber tras participar en "Mamma Mía - La Película", y vuelve a deleitarnos con su dulce voz, y Anne Hathaway, sobre quien no me alcanzan las palabras para describir semejante desempeño, así como Samantha Barks como Éponine, quien también participó en la puesta teatral en Londres con este mismo papel. Presentando una innovadora técnica en lo que respecta a un proyecto musical de esta envergadura, mediante la cual el director decidió que los actores cantaran en vivo en el set utilizando un auricular en sus oídos, a través del cual escuchaban la música en piano que más tarde sería reemplazada por una orquesta, "Los Miserables" es una experiencia visual con una lograda recreación de época, diseño de vestuario, maquillaje y efectos visuales y sin dudas, una propuesta para pocos (los amantes del género musical, salvo excepciones) que ha sido aclamada por muchos.
Bajo las órdenes del gran Steven Spielberg, el actor británico Daniel Day Lewis se pone en la piel de Abraham Lincoln en esta superproducción cinematografica nominada a 12 premios Oscar y que se centra en los últimos cuatro meses de vida y gobernación del décimo sexto presidente de los Estados Unidos. Basada -en parte- en el libro "Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln" de la autora ganadora del premio Pulitzer, Doris Kearns Goodwin, este drama biográfico brinda un análisis íntimo de los momentos más reveladores del líder estadounidense haciendo foco en sus efuerzos por conseguir que la Cámara de Representantes aprobara, en Enero de 1865, la 13ra. Enmienda a la Constitución que finalmente abolió la esclavitud. Con la Guerra Civil (o de Secesión) como telón de fondo, el director de "E.T" retrata a un Lincoln calmo que empleó todas sus habilidades políticas y conocimiento de las leyes para lograr su objetivo. A lo largo de las casi 3 horas de metraje, la película nos muestra el arduo trabajo de este genio político, visionario y narrador de historias que estaba determinado (entre medio de internas del partido republicano y luchas por conseguir unos cuantos votos demócratas), a dar por finalizado el conflicto bélico que dividió a una nación y cuyo origen fueron las disputas por la cuestión de la igualdad racial. Durante ese mismo tiempo, Lincoln debió lidiar con conflictos familiares, por lo que el film también dedica varias secuencias a este plano. Su vida junto a su esposa Mary Todd (Sally Field), una mujer cuestionada por malgastar parte de la recaudación pública en la remodelación de una deteriorada Casa Blanca, estuvo marcada por la tragedia, ya que su segundo hijo Edward había fallecido a la edad de 4 años. Además, tuvo que enfrentarse a los deseos de su hijo Robert (papel a cargo de Joseph Gordon-Levitt) de enlistarse en el ejército y a las objeciones altamente emocionales de Mary a dichos planes. A pesar que la película está muy pero bien lograda técnicamente (realmente los realizadores han logrado transportarnos excelentemente a esa época), el relato decae en varias ocasiones debido a su extensión y a sus diálogos políticos densos. En cuanto al desempeño actoral, Daniel Day Lewis nos brinda una genial interpretación con sabor a Oscar al darle vida a un estadista moral como pocos... o casi ninguno.
Robert Zemeckis ("Náufrago"), director que comenzó a ser reconocido por haber dirigido la trilogía "Volver al Futuro" y por alzarse con un premio Oscar por su labor como tal en "Forrest Gump", regresa al cine de acción en vivo tras una seguidilla de películas animadas entre las que se destacan "El Expreso Polar" (2004), "Beowulf, la leyenda" (2007) y "Los Fantasmas de Scrooge" (2009). "El Vuelo", que definitivamente en el contexto general no representa lo mejor de este director, introduce al espectador en la historia del Capitán Whip Whitaker (Denzel Washington), un experimentado y más que arrogante piloto de una arolínea comercial que padece serios problemas de alcoholismo y drogadicción sobre los que, de ninguna manera, se hace cargo. Ya desde los primeros minutos, somos testigos de eso y de los problemas que ésto ha provocado en su entorno familiar, ya que está divorciado de su esposa y su hijo, a quien casi no ve, prácticamente lo odia. La cuestión es que, a pesar de haberse emborrachado -y aspirado cocaína- la noche anterior, además de pasar la noche junto a su novia la azafata (papel a cargo de Nadine Velázquez), toma los mandos del vuelo cuyo trayecto le fue asignado, pero tras despegar y lograr atravesar una violenta turbulencia -que Whip sobrelleva de una manera chocante y poco convencional- consigue evitar, más adelante, que la aeronave se estrelle a causa de una serie de fallas mecánicas que surgen a 9000 pies de altura; yendo en picada y con una maniobra nunca antes vista... una que sólo él podría haber hecho. Pero claro, gracias a sus habilidades se salvan 96 de las 102 vidas que iban en ese vuelo. Luego del accidente, Whip se convierte en un héroe, pero a medida que avanza la investigación sobre las causas del siniestro, llevada a cabo por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, surgen más dudas que respuestas. Mientras tanto, al permanecer en tierra tras salir del hospital, se traslada a una cabaña familiar, es aconsejado por un abogado (Don Cheadle) que intenta ser lo más honesto posible y conoce a Nicole (Kelly Reilly), una joven en proceso de desintoxicación con la se involucra en una relación y que lo ayuda a luchar contra sus propios demonios. Sin duda, la película promete, pero sólo al comienzo. Las secuencias de "el vuelo" que "milagrosamente" el protagonista logra aterrizar son las que más tensión generan y las más captan nuestra atención. A partir de ese momento, promediando la media hora de film, el relato (guionado por John Gatins) comienza a decaer y a tornarse tedioso. Igualmente, logra salvarse, por momentos, gracias a la destacada interpretación de Denzel Washington (nominado al Oscar como Mejor Actor Protagónico por este papel), quien se carga el peso de una historia laaaaaarga que bien podría haber concluído a los 45 minutos.
Y Tarantino lo hizo de nuevo. Con su particular estilo cinematográfico, el realizador de "Perros de la Calle", "Tiempos violentos", "Kill Bill Vol. 1 y 2" y "Bastardos Sin Gloria" nos fascina, una vez más, con una obra típica "tarantinezca" influenciada por el spaghetti western, género que lo ha inspirado durante su carrera como director. Pero a diferencia de aquellas obras predecesoras a las que sólo les añadía elementos característicos, la violencia y la técnica visual de Sergio Leone, aquí lo explota al 100 por ciento. Aunque poco tiene que ver con la original, "Django sin Cadenas" es su primer película del Oeste, pero mantiene la estética creada por el italiano Sergio Corbucci, quién dirigió la "Django" de 1966 que protagonizó Franco Nero, el cual tiene una pequeña participación en este film. La historia, cuyo telón de fondo es el tema de la esclavitud, se desarrolla en 1858, dos años antes de la Guerra Civil estadounidense y en algún lugar de Texas, donde un dentista alemán devenido en cazador de recompensas, el Dr. King Schultz (un impecable trabajo del austríaco Christoph Waltz) compra a Django (Jamie Foxx), un esclavo para que lo ayude a identificar a los hermanos Brittle con la promesa de liberarlo después de capturarlos vivos o muertos. Pero tras lograr cazarlos, ambos siguen juntos en la tarea de capturar a los más buscados del Sur. Pero la principal razón es porque Shultz se siente responsable por el propio esclavo que liberó, por lo que le ofrece ayuda a Django cuando éste le menciona que tiene una esposa, Broomhilda (Kerry Washington), a la que tiene que encontrar y rescatar, ya que tiempo atrás fue vendida por un traficante de esclavos. Su búsqueda los dirije a "Candyland", una plantación de algodón que pertenece a Calvin Candie (un Leonardo DiCaprio cada vez más y más consolidado como actor). Explorando los campos bajo falsas intenciones, el dúo de pistoleros levantan las sospechas de Stephen (Samuel L. Jackson), el esclavo/asistente de confianza del hogar de Candie. La estructura de la película por supuesto que es similar a los trabajos previos de Tarantino (quien se da el gusto de ejercer como actor cerca del segmento final del film) pero a la vez se diferencia. Hay flashbacks (cuando Django se recuerda a él y a su esposa siendo sometidos por los blancos) pero no tantos. Hay humor, violencia extrema, diálogos inteligentes y filosos. Y obviamente hay sangre, mucha sangre que brota exageradamente y que es el elemento principal en todas sus películas. En cuanto a lo estrictamente técnico, los close-up shots que abruptamente cierran el plano hacia los ojos de los personajes, están a la orden del día. Y la banda de sonido, como es habitual en los proyectos de Quentin, es otro personaje más. Las canciones originales, algunas compuestas especialmente para el film (las del argentino Luis Bacalov y del italiano Ennio Morricone nunca están ausentes), sumadas a una bonita fotografía típica de western, hacen de ésta una verdadera obra maestra. Quien gusta de esta fórmula, va a disfrutar muchísimo de "Django sin Cadenas", excelente producción que ha sido cuestionada por el alto nivel de racismo y por la gran cantidad de menciones a la palabra "negro". A pesar de ello, se alzó con un Globo de Oro como mejor guión original y está nominada a cinco premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actor de reparto por la labor de Christoph Waltz, quien -recordemos- ya tiene una estatuilla en haber en el mismo rubro por su trabajo previo en "Bastardos Sin Gloria".
Tras diez años alejado de su carrera como actor para cumplir con su labor como gobernador de California (su último protagónico fue en 2003 en "Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas"), Arnold Schwarzenegger regresa a la pantalla grande con "El Último Desafío", película con la que el director surcoreano Kim Jee-woon debuta en Hollywood. Si bien había realizado pequeñísimas participaciones en "La Vuelta al Mundo en 80 días" (2004), y las dos entregas de "Los Indestructibles" (2010 y 2012), su gran retorno es en esta divertida comedia de acción en la que el actor de origen austríaco interpreta a Ray Owens, un veterano sheriff de la ciudad de Sommerton Junction, donde su día a día transcurre sin sobresaltos. Pero la paz y la tranquilidad del pueblo se ven sacudidas cuando el lugar se convierte en el paso obligado de un narcotraficante llamado Gabriel Cortéz (intepretado por el actor español Eduardo Noriega), quien se fuga de un convoy del FBI que lo trasladaba de un tribunal desde Las Vegas, y cuyo objetivo es, con la ayuda de una banda de mercenarios liderados por Burrell (Peter Stormare), atravesar la frontera con México. El criminal emprende su camino hacia la "libertad" en un Chevrolet Corvette especialmente equipado para alcanzar grandes velocidades y con una rehén a bordo, la agente Ellen Richards (papel encarnado por Génesis Rodríguez, la hija del cantante "el Puma"), quien pertenece al equipo de operativos del FBI a cargo de John Bannister (Forest Whitaker). El asunto es que Owens se termina convirtiendo en el último recurso para atrapar a Cortez antes de que el violento fugitivo se deslice a través de la frontera para siempre, por lo que toma las riendas de la situación junto a su staff de inexpertos policías (Jaimie Alexander, Luis Guzmán y Zach Gilford), un coleccionista de armas (Johnny Knoxville) y un prisionero inofensivo que se encuentra en la comisaría local (Rodrigo Santoro). Repleta de tiros, golpes de puño, explosiones, persecuciones y muchos chistes que hacen del film un relato ameno y entretenido (el guiño a "Conan, el Bárbaro" y la situación con la señora mayor que se hace de uno de los malhechores son las más sobresalientes), "El Último Desafío" marca un gran regreso para un Schwarzenegger que va por más, ya que tiene varios proyectos cinematográficos por delante, entre los que se destacan la reciente confirmación de una nueva entrega de "Terminator".
Continuando con la tendencia de adaptar los clásicos cuentos de hadas y darles un giro más oscuro y no tan infantil (así ocurrió con "La Chica de la Capa Roja" y "Blancanieves y El Cazador"), llega a nuestras salas la adaptación de "Hansel y Gretel", el relato creado por los hermanos Grimm que, de la mano del director noruego Tommy Wirkola y el guionista Dante Harper, nos los presentan de adultos y como cazadores de brujas. El argumento de la película toma la premisa del relato (los niños, interpretados por Cedric Eich y Alea Sophia Boudodimos, son abandonados por sus padres en el medio del bosque, motivo por el cual se pierden y terminan entrando a una casita hecha de dulces) y plantea qué sucedió después de que los niños matan a la perversa bruja que los había raptado allí para engordarlos y comérselos. De esta manera, esta producción transforma un antiguo cuento en una moderna narración épica de acción y aventura sin límites cuya historia se desarrolla 15 años después de esa experiencia que cambió las vidas de Hansel (Jeremy Renner) y Gretel (Gemma Arterton) para siempre... y que les dio un gusto por la sangre, ya que se han convertido en feroces y hábiles cazadores de recompensas dedicados a rastrear y eliminar brujas en cualquier oscuro bosque, plenamente decididos a impartir el justo castigo a estos seres con poderes sobrenaturales. Cuando una cierta cantidad de niños comienzan a desaparecer en el poblado de Augsburg, lo cual está relacionado con un ritual que la Gran Bruja Muriel (Famke Janssen), la villana de turno, debe llevar a cabo bajo la Luna Sangrienta, los protagonistas, repletos de un arsenal de armas y artilugios, afrontan la búsqueda de los pequeños (muy a pesar del Sheriff Berringer, encarnado por Peter Stormare) a la vez que descubren el secreto de su propio pasado. La revancha sabe mejor que un dulce. La película es super entretenida y su estética es muy parecida a la de "Van Helsing", en la que el personaje que interpretaba Hugh Jackman cazaba monstruos. Además de incluir los aspectos típicos del cuento, los realizadores se tomaron la libertad de añadirle a la trama otras peculiaridades como que Hansel es diabético por haber comido demasiadas golosinas que la bruja le obligó a ingerir. En cuanto a la utilización de la tecnología 3D, podemos decir que se hace un buen uso de la misma y de manera justificada, ya que la sangre salta a través de la pantalla.
Inspirada en hechos reales, y a su vez basada en la novela homónima escrita por el periodista Paul Lieberman, "Fuerza Antigangster" llega a las salas de nuestro país una semana después de su estreno en los Estados Unidos (11 de Enero) y luego de que el film haya sido postergado hasta esta nueva fecha debido a la matanza sucedida en Denver en Julio de 2012 cuando un hombre entró a una función de "Batman: El Caballero de la Noche Asciende" y disparó contra los espectadores. La decisión del estudio Warner Bros. de atrasar su exhibición se debió a que una de las secuencias de éste película contenía un tiroteo en un cine (la cual fue suprimida), por lo que el elenco tuvo que volver a reunirse tiempo después para filmar una nueva escena que la reemplazó. Dirigida por Ruben Fleischer ("Zombieland", "30 Minutos o Menos"), esta producción es una elegante nueva mirada sobre los eventos vinculados a los esfuerzos del Departamento de Policía de Los Ángeles durante la década del '40 por retomar la ciudad de las manos de uno de los jefes de la mafia más peligrosos de todos los tiempos: Mickey Cohen, interpretado formidablemente por Sean Penn. El ex boxeador devenido en criminal llevaba las riendas de la ciudad, cosechando las ganancias ilícitas del tráfico de drogas, de armas, de prostitutas y de los centros de apuestas telefónicas de Chicago, lo cual hacía con la protección no sólo de sus propios matones, sino también de la policía, de los jueces y de funcionarios de alto mando que se vendían para mirar hacia otro lado. Pero no todos eran corruptos. El film le presenta al espectador con recursos visuales realmente muy atractivos, cómo un honesto Jefe de la Policía (papel a cargo de un Nick Nolte cada vez con menos voz) le encarga al Sargento John O'Mara (un impecable Josh Brolin) la creación de un pequeño escuadrón secreto de agentes para tratar de detener a Cohen y destruir su imperio saboteando, uno a uno, todos sus negociados. Prácticamente comportándose como criminales para derrocar al mafioso en cuestión. El grupo está liderado por el propio O'Mara y está conformado además por el sargento Jerry Wooters (Ryan Gosling) y los oficiales Coleman Harris (Anthony Mackie), Max Kennard (Robert Patrick), Navidad Ramírez (Michael Peña) y Conway Keeler (Giovanni Ribisi). Otro personaje clave en la película es Grace Faraday (encarnada por Emma Stone), una aspirante a actriz y "novia" del mafioso que se ve involucrada románticamente con el interpretado por Gosling. Esta dupla de jóvenes y talentosos actores vuelven a conformar pareja luego de "Loco y Estúpido Amor" (2011), así como también Penn y Brolin tras "Milk" (2008). "Sin nombres. Sin placas. Sin piedad" resume el lema de esta película repleta de acción, tiroteos y violencia en la que estas personas de ley arriesgan todo y no por obtener reconocimiento sino por la vocación de servicio y por una ciudad mejor. Con buenas actuaciones, un excelente guión y una interesante banda sonora compuesta por Steve Jablonsky que mezcla sonidos de los años '40 con música moderna, la entretenida nueva producción de Fleischer (la primera que no es una comedia) combina, en su impecable recreación de época, la estética cinematográfica contemporánea con la de la glamorosa Edad de Oro de aquella Hollywoodland.
El realizador Nicholas Jarecki dirige su segunda producción cinematográfica (la primera fue el documental "The Outsider") sobre un guión original propio. "Mentiras Mortales" (cuyo título original -Arbitrage- responde a un término económico conocido como la Teoría del Arbitraje) es un thriller dramático que sitúa al espectador en el turbio y complicado mundo de las altas finanzas, signado por el poder, la ambición y la doble moral. "Todos los eventos mundiales giran en torno a una palabra de seis letras: DINERO...", afirma el personaje central de esta historia, Robert Miller (interpretado Richard Gere), un adinerado magnate, especialista en inversiones, que a los 60 años se encuentra disfrutando de las mieles del éxito profesional así como de una privilegiada vida personal junto a su esposa Ellen (Susan Sarandon), quien dedica sus días a la filantropía, y su hija Brooke (Brit Marling), colega y heredera del negocio famliar. Pero tras las apariencias, el empresario está con el agua hasta cuello, ya que -al borde de la quiebra- está desesperado por completar la venta de su vasto imperio, fusionándolo con otra compañía antes de que se descubran una serie de fraudes y manejos ilegales que van saliendo a la luz a medida que los secretos personales de Miller (mantiene un romance con una joven francesa encarnada por la actriz y modelo Laetitia Casta) amenazan con acabar con todo lo que ha logrado. Para complicar aún más las cosas, un accidente fatal (sobre el que no vamos a adelantar nada pero que puede apreciarse en el avance del film) lo implica en un caso policial que, de salir a la luz pública, pondría en riesgo esa tan codiciada transacción, así que el protagonista se dispone a pedirle ayuda al hijo de un ex-empleado suyo (Nate Parker) y a mantener lo más que se pueda la fachada del "éxito". Claro que el detective Michael Bryer (a cargo de Tim Roth) capta su atención y se empeña en encarcelar a Miller a toda costa. A pesar de no contar con demasiada experiencia como guionista y director, el film de Jarecki es un proyecto cuya complicada trama cumple al mantener la tensión hasta el mismísimo final. El tema es que hay que seguir con mucha atención los diálogos relacionados con la temática financiera, ya que por momentos pueden aburrir. Pero aquí lo más interesante es ver cómo el personaje de Gere trata de sostener y "equilibrar" no sólo su doble sino su triple vida como empresario, esposo y sospechoso. Está claro que la mentira tiene patas cortas.
"Si piensas que conoces la historia... piensa de nuevo" señala el lema de esta película de terror que traslada al espectador a un nivel totalmente diferente en lo que respecta a la típica trama desarrollada en infinidad de producciones de este género, especialmente en aquellas en las que una casa "embrujada" es la principal protagonista. Para nuestra sorpresa, la cabaña en el bosque a la que hace referencia el título original del film promete mucho más que eso. Co-escrita y producida por Joss Whedon ("The Avengers: Los Vengadores"), la mente detrás de los éxitos televisivos "Buffy, La Cazavampiros", "Angel" y "Dollhouse", "La Cabaña del Terror" (cuyos primeros minutos son iguales a los de cualquier otra película de esta clase, y con los mismos personajes estereotipados) cuenta con la dirección del debutante Drew Goddard, quien ha sido guionista de algunos capítulos de estas mencionadas series, además del filme "Cloverfield: Monstruo". La historia arranca con un grupo de cinco estudiantes universitarios (encarnados por Chris Hemsworth, Kristen Connolly, Anna Hutchinson, Fran Kranz y Jesse Williams) que deciden pasar un fin de semana de pura diversión en una aislada cabaña situada en las afueras de la ciudad, la cual -supuestamente- pertenece al primo de uno de ellos. A medida que estos jóvenes comienzan a comportarse como uno espera (tenemos al atleta y su novia, la chica fácil; la virgen; el nerd y el que se pasa con la marihuana), un grupo de técnicos en una sala de control (papeles a cargo de Richard Jenkins, Bradley Whitford y Amy Acker) examinan y ocasionalmente hasta controlan cada movimiento que los aterrados estudiantes hacen, lo que nos lleva a pensar si lo que sucede tal vez sea parte de un reality show, pero... no lo vamos a decir para no arruinarles el argumento. Lo que sí podemos decir es que son atacados por horripilantes criaturas sobrenaturales en una noche interminable de terror y derramamiento de sangre. La historia detrás de la participación de estos "titiriteros", como dice uno de los personajes, es sólo la punta del iceberg en una fantástica e increíble odisea que explota las convenciones del género del horror en un excitante y sangriento caos lleno de imaginación y humor astuto. Por fin una cinta que renueva y replantea un género que hace años, salvo algunos casos contados con los dedos de la mano, se había convertido en algo sumamente predecible. Al elenco, compuesto por algunos actores amigos de Whedon (ciertos espectadores sabrán reconocerlos), se suman las pequeñísimas participaciones de la ya no tan pequeña actriz Jodelle Ferland ("Kingdom Hospital", "Terror en Silent Hill", "Caso 39") y Sigourney Weaver.
Aún sigo impactada tras ver este conmovedor y extraordinario film, principalmente por su nivel de realismo, que traspasa la pantalla como nunca antes vi en una producción del cine catástrofe. El director español Juan Antonio Bayona ("El Orfanato") es el responsable de este film (100% producción española) que recrea la tragedia del tsunami que el Domingo 26 de Diciembre de 2004 azotó toda la costa Oeste de Tailandia al producirse un terremoto submarino de grado 9 en el Océano Indico que se llevó consigo 230.000 vidas. "Lo Imposible", cuyo título -según propias palabras del realizador- hace referencia a lo desconocido en general, a aquello en lo que te supera y cuesta enfrentarte, no es la típica película dentro de este género, aquella que nos muestra el proceso de espera a la llegada de un desastre natural, sino que se centra en la historia real de una familia de origen español (los Álvarez-Belón, pero aquí son norteamericanos) que se encontraba vacacionando en un complejo hotelero cuando no una sino varias olas que alcanzaban los 30 metros, los sacudió junto a miles de extraños, los arrastró violentamente, los lastimó y finalmente, los separó. A partir de ese momento, y en medio de la desesperación por lo ocurrido, los miembros de esta familia, encarnados por Naomi Watts (nominada a un Globo de Oro por este papel y no me alcanzan las palabras para describir semejante desempeño actoral), Ewan McGregor, Tom Holland (nominado a un Critics' Choice Award como mejor actor joven), Oaklee Pendergast y Samuel Joslin, emprenden la búsqueda mutua. La primera mitad de la película, tras presentarnos a los personajes y la posterior escena del tsunami (rodada en un plató acuático ubicado en Ciudad de la Luz, Alicante), está contada desde el punto de vista de María y su hijo mayor Lucas, mientras que la segunda mitad está centrada en su esposo Henry, y sus otros dos pequeños hijos. Es a través de los ojos de todos ellos que el espectador ve la destrucción y el sufrimiento que hay a su alrededor, la bondad y también la maldad (por suerte en menor porcentaje) que generan este tipo de situaciones en la que el ser humano no significa nada cuando la naturaleza se impone ante nosotros; y finalmente también el sufrimiento y el dolor físico de las heridas (algunas de ellas en carne viva) que experimenta especialmente el personaje de Watts. Un drama impactante que nos arranca las lágrimas pero no desde lo melodramático, brillantemente actuado y con increíbles aspectos técnicos (fotografía, efectos, planos) que hacen que la historia nos atrape aún más. Si hay algo sumamente poderoso es la furia de la naturaleza, pero como bien señala el lema de la película, no hay nada más poderoso que el espíritu humano.