Milla Jovovich se despide del personaje que -durante 15 años y 6 películas- le encantó personificar y al que le debe mucho en su vida. En la sexta y última entrega de la exitosa franquicia cinematográfica de terror, acción y ciencia ficción basada en el videojuego creado por Capcom, Alice regresa donde todo comenzó, a Racoon City. La historia retoma inmediatamente desde el momento en el que terminó su predecesora, “Resident Evil: La Venganza” (Resident Evil: Retribution, 2012), con la protagonista siendo la única sobreviviente de la última batalla entre humanos y zombies, que tomó lugar en Washington D.C. Allí, en la destruída capital de los Estados Unidos, la heroína que ha pasado mucho tiempo huyendo y matando, deambula evadiendo zombies y monstruos de todo tipo. Tras recibir un mensaje de la “Reina Roja” (interpretada por Eve, la hija de la actriz con su esposo, el director Paul W. Anderson), Alice debe dirigirse hacia La Colmena de la Corporación Umbrella porque en 48 hs. la humanidad dejará de existir por completo cuando la última facción de sobrevivientes sean eliminados por la compañía biotecnológica que tiene un maléfico plan. Pero ésto puede evitarse, ya que existe la cura para el Virus-T y puede esparcirse de forma aérea. En una carrera contra el tiempo, ella se reencuentra con Claire Redfield (Ali Larter regresa con su personaje) y todo un nuevo grupo de sobrevivientes interpretados por Eoin Macken (Doc), el cubano William Levy (Christian), Fraser James (Razor), la modelo japonesa Rola (Cobalt) y la australiana Ruby Rose (Abigail). Junto a ellos, debe hacerle frente a los obstáculos que el Dr. Alexander Isaacs (Ian Glenn también reaparece) y Albert Wesker (Shawn Roberts) ponen en su camino para que no puedan recuperar el antídoto. El objetivo de esta conclusión dirigida por Anderson, responsable de todos los guiones de la franquicia -y de la dirección de la primera, cuarta y quinta entrega- es responder muchos interrogantes que se plantearon en la primera, exponiendo la verdad sobre los objetivos de Umbrella, destruir el Virus-T de una vez por todas y revelar quién es realmente Alice. Claro que algunos puntos del argumento sorprenden y otros no tanto, pero en el intento de dar un cierre, el guión expone algunas fallas que no son coherentes con el resto de las películas. A pesar de ello, la película es muy entretenida, repleta de increíbles escenas de acción y efectos visuales muy bien logrados. Más allá de algunos errores que no sabemos si pasaron por alto., nos encanta Milla como Alice y vamos a extrañarla… si es que de verdad se cierra un ciclo… pero… ¿Será éste el capítulo final? Saquen sus propias conclusiones…
Si no es fácil adaptar un libro o una obra de teatro, menos lo es un videojuego. El estudio y las compañías productoras involucradas en este proyecto dieron un verdadero “salto de fe” al decidir adaptar a la pantalla grande “Assassin’s Creed”, la exitosa franquicia desarrollada por Ubisoft y creada por Patrick Désilets, Corey May y Jade Raymond. Ahora… ¿el resultado fue bueno? Mmm… más o menos… El argumento no es su fuerte. Tal y como lo hizo en “Macbeth” (2015), el director Justin Kurzel vuelve a trabajar junto a Michael Fassbender y Marion Cotillard en esta producción que toma todos los elementos de las distintas entregas para desarrollar una historia alternativa centrada en un personaje creado especialmente para esta ocasión; aunque no tanto, ya que está basado en Desmont Miles. Los gamers se darán cuenta de ésto. El protagonista es Callum Lynch (Fassbender), un criminal condenado a muerte que, tras su ejecución, es “rescatado” por Industrias Abstergo y obligado a participar en el Proyecto Animus, una tecnología revolucionaria que libera su memoria genética. De esta manera es capaz de experimentar los recuerdos de su ancestro, Aguilar de Nerha, un miembro del Credo de los Asesinos durante la inquisición española (bien por Fassbender que dice muy bien sus líneas en español). Esta compañía biotecnológica con base en Madrid es la encarnación moderna de la Orden de los Templarios. El objetivo de Alan Rikkin (Jeremy Irons) y su hija Sophia (Marion Cotillard) es descubrir dónde se halla escondido el “Fruto del Edén” en la actualidad, un artefacto que contiene el código genético del libre albedrio y así controlar a la humanidad y eliminar la violencia. Conforme Lynch continúa conectándose a la máquina Animus, no sólo comienza a comprender su pasado traumático y su papel en el conflicto entre ambas facciones en disputa desde hace siglos (Asesinos y Templarios) sino que adquiere las habilidades de un Maestro Asesino. El desarrollo de la película se produce en dos períodos, la actualidad y la España de 1492, cada uno con su propio conflicto que interconecta una idea principal. Pero es durante los fragmentos de la época de la Inquisición donde se suceden las mejores escenas de acción y efectos visuales. Pero sin dudas, la historia tiene algunos puntos flojos, ya que faltaría ahondar un poco más en el desarrolo de alguno de sus personajes secundarios y dar un poco más de información acerca del enfrentamiento entre asesinos y templarios. Por desgracia, Charlotte Rampling, Brendan Gleeson y Michael Kenneth Williams aquí están bastante desaprovechados. Queda claro que el objetivo de los realizadores es dejar contentos a los fans del juego e invitar al cine a nuevas audiencias que no están familiarizadas con el mismo. “Assassin’s Creed” no está mal, tiene sus momentos y es un buen prólogo para lo que viene, ya que deja al espectador con un final abierto para lo que serán sus próximas entregas (al parecer, una trilogía).
Kate Beckinsale regresa como Selene (quizás por última vez) en esta quinta entrega de la franquicia que ahonda en la interminable lucha ancestral entre los vampiros y los licántropos, cuya historia y personajes fueron creados por Len Wiseman, ex-esposo de la actriz (y director de las dos primeras entregas) junto al actor Kevin Grevioux. En esta producción que llega a la Argentina un mes y cinco días antes de su premiere en los Estados Unidos, nos encontramos con la vampiresa cazadora tratando de ponerle fin al enfrentamiento entre ambos clanes y que ya lleva más de 600 años. Claro que para ella se tornó en algo personal, ya que todas las personas que ha amado han sido siempre perseguidas y capturadas. Recordemos que la clave para que se termine esta guerra cuyos orígenes fueron desarrollados en la tercera película, “Inframundo: La Rebelión de los Lycans”, recae en la sangre del humano Michael Corvin (personaje interpretado por Scott Speedman en las dos primeras películas), para que la especie derivada de los Hombres-Lobo pudieran engendrar una raza híbrida y así ser más poderosos para eliminar a las criaturas de la noche. Selene se defiende de los brutales ataques que recibe de los poderosos licántropos liderados por Marius (Tobias Menzies) porque éstos piensan que ella sabe el paradero de su hija Eve (India Eisley) cuya sangre contiene los datos genéticos para que el poder de los licántropos no tenga límites. Por otra parte, la facción de vampiros, actualmente dirigida por la ambiciosa Semira (Lara Pulver), que la quería eliminar por la tración que cometió cuando eliminó a Viktor (Bill Nighy) en la primera entrega, ahora le ofrecen un perdón a cambio de que entrene a los integrantes más jóvenes de la colonia para que puedan tener una oportunidad a la hora de enfrentar a sus enemigos, aunque no todo es lo que parece. Con David (Theo James) y Thomas (Charles Dance) como sus únicos aliados (estos dos personajes surgieron en “Inframundo: El Despertar”), que harán lo posible para protegerla, ella se dirige hacia una colonia nórdica (un poco mística si me preguntan) donde termina evolucionando como guerrera para concluír de una vez por todas este conflicto. Los espectadores notarán que el final del film dirigido por la debutante Anna Foerster, realizadora alemana que se ha desempeñado como directora de fotografía en producciones de Roland Emmerich y que tuvo a su cargo la dirección de varios capítulos de series como “Criminal Minds” y “Outlander”, deja la puerta abierta para nuevas entregas sin su personaje principal o bien para la serie de televisión que Len Wiseman quiere desarrollar en un futuro cercano. Lo más destacable de esta entrega, que no es la historia en sí, son las secuencias de acción, peleas y algunos efectos visuales (no todas las animaciones de las criaturas bestiales están bien logradas). Sin duda, los fans de la saga disfrutarán de ver nuevamente a Kate Beckinsale en su traje de cuero pateando los traseros de varios Licántropos.
Se trata de Stephen Strange (interpretado por Benedict Cumberbatch), un brillante pero sumamente arrogante neurocirujano que, tras sufrir un accidente automovilístico, pierde la precisión de sus manos debido a un problema neurológico. Por ésto, y muy a su pesar, se ve obligado a abandonar la medicina. En busca de una cura definitiva, y tras gastarse hasta el último centavo de su incontable fortuna, se dirige hacia el Tíbet, más precisamente a una comunidad aislada llamada Kamar-Taj, una especie de centro de sanación donde conoce a Mordo (Chiwetel Ejiofor) y a El Ancestral (The Ancient One). A diferencia del comic, en el film dirigido por Scott Derrickson (“Sinister”, “El Exorcismo de Emily Rose”) es una mujer (Tilda Swinton fue la elegida para este papel). Este personaje es quien introduce al protagonista en las artes místicas, el mundo oculto de la magia, las dimensiones alternativas (hay un par de escenas muy bien logradas que parecen salidas de “El Origen/Inception”). Con los nuevos poderes mágicos que ha adquirido, Stephen pronto se ve inmerso en la línea de combate contra fuerzas oscuras que amenazan con destruir nuestra realidad y deberá elegir si vuelve a su antigua vida de riqueza y estatus, o deja todo atrás para defender el mundo como el hechicero más poderoso del universo. El villano de turno, Kaecilius, está interpretado por Mads Mikkelsen (“Hannibal”), y el interés romántico de Strange, la Dra. Christine Palmer, está a cargo de Rachel McAdams. El film es muy entretenido y, como en todas las películas de Marvel, su argumento tiene muchas líneas de humor. Párrafo aparte merecen los espectaculares efectos visuales. Atención al final porque hay dos escenas post-créditos; una de ellas se conecta con la quinta producción de la fase en cuestión: “Thor: Ragnarok” (3 de Noviembre, 2017), la tercera película en solitario del ‘Dios del Trueno’.
Algunos se quedan sentados firmemente todo el día detrás de la puerta a esperar que sus dueños regresen de trabajar; otros prenden la batidora para darse masajes o asaltan la heladera de sus dueños para no comer su alimento balanceado; y hay quienes tienen gustos musicales muy particulares cuando se quedan solitos en casa. Porque nosotros queríamos saber, el nuevo film animado del estudio responsable de “Mi Villano Favorito” y “Minions” nos responde la siguiente pregunta: ¿qué hacen nuestras mascotas cuando no estamos? Dentro de este contexto, la trama de esta producción dirigida por Chris Renaud y Yarrow Cheney, se desarrolla en un edificio ubicado en Manhattan, Nueva York, en el cual vive un perrito llamado Max (voz en inglés de Louis C.K./voz en castellano de Andrés López), cuya vida como mascota mimada da un giro de 360 grados cuando su dueña, Katie (Ellie Kemper/Natasha Dupeyrón) trae a casa a un descuidado perro mestizo llamado Duke. En la versión original, presta su voz Eric Stonestreet de “Modern Family” mientras que en la doblada, el comediante argentino Martín “Campi” Campilongo le impregna al personaje su identidad argentina, detalle que cuesta escuchar porque estamos acostumbrados al castellano neutro. En medio de una salida junto a su distraído paseador, son capturados por Control de Animales, por lo que ambos tienen que dejar su rivalidad de lado porque descubren que un malvado conejito blanco llamado Bola de Nieve (Kevin Hart/Eugenio Dérbez) los libera a cambio de su trabajo en la conformación de un ejército de animales abandonados con el objetivo de vengarse en todas las mascotas felices y sus dueños. Con una premisa similar a la de “Toy Story”, “La Vida Secreta de tus Mascotas”, que tuvo una excelente apertura en los Estados Unidos (recaudó más 103 millones de dólares), resulta ser un entretenimiento asegurado para grandes y chicos. Tiene momentos muy logrados (en cuanto a historia, gags y animación) pero en otros decae un poco. Sin dudas, todos los que posean una mascota verán reflejadas situaciones de la vida diaria de sus amigos de cuatro patas. Corto “Mower Minions” Previo a la proyección del film, en todas las salas se proyectará el nuevo cortometraje de los Minions, titulado “Mower Minions”, dirigido por Glenn McCoy. En esta ocasión, los pequeños seres amarillos necesitan recaudar 20 dólares para comprar una licuadora para bananas que vieron en la televisión. Para ello, deciden cortar el césped en una residencia de ancianos. El resultado es hilarante.
Hace 30 años, cuatro amigos salvaron Nueva York. Ahora, un nuevo equipo responde el llamado. Tras varios comentarios negativos sobre su primer trailer (seamos sinceros, no se puede juzgar una película por su avance) por fin llegó esta esperada reboot de la franquicia -ahora en versión femenina- que se inició con el clásico y querido film de 1984, dirigido por Ivan Reitman. Las comparaciones con la original son inevitables pero aquí vamos a obviarlas porque se trata de una adaptación fresca para las nuevas generaciones. La trama del film dirigido por Paul Feig (“Damas en Guerra”, “Chicas Armadas y Peligrosas”, “SPY: Una Espía Despistada”) y co-escrito junto a Katie Dippold es muy entretenida, divertida y disfrutable. Erin Gilbert (Kristen Wiig) es una experta en física cuántica que aspira a tener su propia cátedra en la universidad de Columbia pero no sin antes encargarse de un asunto que desconocía y que puede arruinar su carrera. Es que sin su permiso, su antigua antigua colega y amiga Abby Yates (Melissa McCarthy) publicó un libro que escribieron juntas sobre teorías paranormales. Al confrontarla, vuelve a creer en aquello que la entusiasmaba y accede a investigar un caso en una mansión embrujada. A partir de ese momento, comienza a formarse este nuevo cuarteto de mujeres que cazan espectros y que también está compuesto por la ingeniera nuclear Jillian Holtzman (Kate McKinnon de “Saturday Night Live” se roba la película) y una empleada de un subterráneo de “La Gran Manzana”, Patty Tolan (Leslie Jones, también de “SNL”), que afirma conocer mejor que nadie la ciudad. Este equipo debe hacerle frente a un loquito (interpretado por Neil Casey) que está creando un dispositivo que incrementa la actividad paranormal. Además de estas cuatro graciosísimas comediantes, el elenco de esta película cuenta con las participaciones de Chris Hemsworth (otro que se roba los diálogos como un inútil recepcionista), Andy Garcia, Michael Kenneth Williams y Cecily Strong. Por supuesto que, si bien es un reinicio, hay guiños y cameos de los “Cazafantasmas” originales: Bill Murray, Dan Aykroyd y Ernie Hudson, y de fantasmitas, entre otros. Por suerte, Feig optó por no recaer en lo bizarro y guarro como en sus previas comedias.
Los espectadores volvemos a trasladarnos a un Estados Unidos distópico, país en el que una noche al año, toda actividad criminal, incluído el asesinato, es legal. “12 Horas para Sobrevivir: El Año de la Elección” (The Purge: Election Year) es la tercera entrega de la saga de terror y ciencia ficción conformada por “La Noche de la Expiación” (The Purge, 2013) y “12 Horas para Sobrevivir” (The Purge: Anarchy, 2014). James DeMonaco (guionista de los filmes “Masacre en la Cárcel 13” y “El Mediador”) vuelve a ser director y escritor del libreto de esta nueva película que toma lugar en el año 2025. El personaje central es el ex Sargento de la policía Leo Barnes (Frank Grillo), a quien conocimos en la segunda parte, que se desarrolló en el 2023. En aquella oportunidad, él estaba en busca del hombre que mató a su hijo en una “Depuración” anterior. Ahora, Barnes se ha convertido en el jefe de seguridad de la senadora Charlene Roan (Elizabeth Mitchell), candidata para la próxima elección presidencial y con altas chances de ganar debido a su compromiso para eliminar “La Purga”. Ella, fue la única sobreviviente de la masacre de su familia durante una de las purgas, 18 años antes. Claro que “Los Nuevos Padres Fundadores de Norteamérica”, cuyo principal candidato es el retorcido ministro Edwidge Owens (Kyle Secor), no quieren que la señora logre abolir la medida con la que el oficialismo elimina a las personas más pobres y sin hogar. Por eso, a diferencia de otros años, esta vez nadie esta exento de la misma, ni los privilegiados ni los políticos… eso la incluye a la rubia senadora. En la noche de lo que debería ser la purga final, una traición desde adentro del entorno de Barnes (muy buen desempeño de Grillo como héroe de acción), obliga a él y a Roan a salir a las calles de Washington D.C, donde éste debe protegerla a toda costa y así lograr sobrevivir durante 12 horas. Recordemos que la medida rige desde las 7 PM del 21 de Marzo hasta las 7 AM del 22 de Marzo. Simplemente tensionante. Durante la noche, la dupla se cruza con un hombre de raza negra que quiere proteger su pequeño negocio, Joe Dixon (Mykelti Williamson), y sus protegidos, un joven inmigrante mexicano llamado Marcos (Joseph Julian Soria) y una muchacha a la que considera su hija, Laney Rucker (Betty Gabriel Betty Gabriel), una paramédica que hace recorridos atendiendo víctimas de la violencia y la locura de la población que desea “expiar y purificar” sus almas. ¡Hasta viajan turistas desde el exterior para participar! También se encontrarán con un grupo revolucionario que busca acabar con el gobierno por la vía violenta mientras la senadora pretende ganarles a estas bestias en las urnas. En esta oportunidad, la película -cuya trilogía plantea una trama realmente perturbadora (así lo ha hecho en sus dos entregas anteriores, un poco menos violentas que ésta)- sube la apuesta y ahonda en el contexto político y social de esta historia concebida por DeMonaco, que ha sido efectiva, sólida y fuera de lo común.
No es fácil contar la historia de Luciana Aymar en poquito más de 90 minutos, pero la directora de este documental, Ana Quiroga (productora televisiva y amante del hockey sobre césped) logra un relato equilibrado sobre quien ha sido -y aún es aunque se haya retirado hace casi un año y medio- la mejor jugadora de todos los tiempos en esta especialidad. Junto con su amiga, la reconocida periodista Milagros Lay González (aquí productora ejecutiva del film y co-guionista), la realizadora ha decidido plasmar en pantalla grande la enorme trayectoria de “Lucha/La Maga”, líder indiscutida de Las Leonas, que ha sido doble campeona mundial (Perth 2002 y Rosario 2010), cuatro veces medallista olímpica (Plata en Sydney 2000 y Londres 2012, donde además fue abanderada de la delegación; Bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008), y ocho veces elegida la mejor del mundo por la Federación Internacional de Hockey. Esta producción toma como punto de partida el último torneo que la rosarina disputó luego de anunciar su retiro: el mundial de La Haya 2014, donde las cosas no salieron como ella lo había planeado debido a una lesión que la obligó a estar en el banco de suplentes durante gran parte del certamen. Y eso fue conflictivo para ella (la escena de la conferencia de prensa en la que se quiebra es muy emotiva). Pero meses después, decidió participar del Champion’s Trophy de Mendoza. Y ahí sí, dijo adiós para convertirse en una leyenda. A través de una serie de flashbacks, “Lucha: Jugando con lo imposible” muestra cómo esta mujer deportista fue construyendo su carrera, la cual comenzó con grandes sueños (que por aquel entonces ella creía imposibles) mientras dribleaba en las lonjas de pasto de los clubes de su infancia, el Fisherton y el Jockey de Rosario. La película, que en paralelo también desarrolla el surgimiento de Las Leonas y del hockey sobre césped como deporte popular, no sólo hace un repaso por los torneos, las victorias, los fracasos y las anécdotas de Lucha junto a sus compañeras y amigas sino también por la frustración que sintió -por momentos- al relegar tantas cosas personales para entregarle todo a este deporte que tanto amó y por el que estuvo lejos de su familia durante sus viajes a Buenos Aires para comenzar los entrenamientos en el seleccionado junior en el CeNARD, donde el hospedaje, junto a su amiga Ayelén Stepnik, fue duro, con cucarachas, frío y colchones tirados en el piso. Entre competencia y competencia, la estructura narrativa incluye testimonios en primera persona. De la propia Luciana, de su madre Nilda y de su hermana Cintia. Y de los ex directores técnicos de Las Leonas, Sergio “Cachito” Vigil y Carlos Retegui. Por su parte, la ex Jefa de Equipo Claudia Médici aporta palabras muy significativas para los aficionados al hockey. Sus compañeras, las ex Leonas Karina Masotta, Magdalena Aicega, Cecilia Rognoni, Mariela Antoniska, Rosario Luchetti, Vanina Oneto, Mercedes Margalot y Mariana González Oliva, entre otras, como las internacionales Alyson Annan (Australia) y Minke Booij (Holanda), cuentan lo que significó jugar con -y contra- ella y reconocen ese talento innato que pulió a base de muchísimo sacrificio, y algo de obsesión, y casi sin tomarse días libres. Si bien es un documental principalmente dirigido a la gente que forma parte del hockey y a la juventud que lo practica, creo que el espectador que no pertenece a este mundillo, encontrará en la historia de Luciana el verdadero significado de lo que es proponerse algo y luchar contra las cosas imposibles.
La historia de Michael “Eddie” Edwards no la conocía. El actor Dexter Fletcher dirige su tercer largometraje, en este caso inspirado en la vida de este inusual, pero valeroso saltador de esquí británico que nunca tuvo cualidades atléticas, pero que a pesar de ésto, y de la exclusión de sus pares, dedicó su vida, desde muy temprana edad, a conseguir un objetivo: convertirse en atleta olímpico. Taron Egerton, quien hizo su debut protagónico en “Kingsman: El Servicio Secreto” (2014), de la mano de Matthew Vaughn, aquí productor del film, interpreta muy pero muy bien a “el Águila”, apodo con el que se conoció a este deportista, célebre por ser el primero de la historia de nacionalidad británica en haber participado en un Juego Olímpico de Invierno, los de Calgary 1988 (en Canadá) en la especialidad. Es muy interesante ver cómo Eddie, convencido de que tiene que demostrarle a todos que se equivocan con respecto a él, especialmente a su padre Terry (Keith Allen), va superando las trabas que se le presentan en el camino. Una de ellas, son los requisitos que le imponen las autoridades de la mismísima Asociación Olímpica Británica. Pero nada detiene al testarudo Eddie. Y la mejor parte es cuando aparece el personaje de Hugh Jackman, quien interpreta a Bronson Peary, un talentoso ex-miembro del equipo norteamericano de salto de esquí, rebelde y entregado al alcohol, que ayuda a Eddie a entrenarse. Es muy divertido ver cómo es convencido por el protagonista. “Volando Alto” es una entretenida biopic que combina el humor con momentos emotivos y un gran despliegue visual con espectaculares saltos de ski en los paisajes de Alemania. La banda sonora, con la canción “You Make My Dreams Come True” de Hall & Oates incluída, acompaña muy bien el relato. Un film inspirador que, si bien está repleto de fórmulas y clichés que ya hemos visto en producciones de este tipo, tiene un claro mensaje: nunca permitas que te digan que no podes hacer algo.
Y finalmente, tres días antes de la ceremonia de entrega, se estrena en la Argentina la última película nominada al Oscar. Se trata de un excelente drama romántico dirigido por John Crowley (“Circuito Cerrado”) basado en la aclamada novela homónima escrita por Colm Toibin que además cuenta con otras dos nominaciones a Mejor Actriz Protagónica y Mejor Guión Adaptado. La historia, que se desarrolla en 1952, es la de Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una tímida joven irlandesa que vive con su madre, la Sra. Lacey, (Jane Brennan) y su hermana mayor, Rose (Fiona Glascott), en la pequeña ciudad de Enniscorthy, ubicada al sur de Irlanda. En la búsqueda de un futuro mejor, decide abandonar la comodidad de su hogar para viajar a los Estados Unidos e instalarse en Brooklyn (Nueva York), donde la espera una visa, un trabajo como vendedora en una tienda y estudio para recibirse de contadora, gracias a los arreglos de un cura irlandés, el padre Flood (Jim Broadbent), radicado hace años en el barrio que da nombre al film y donde radica gran parte de la comunidad del país británico. En medio de esta historia conmovedora sobre inmigrantes, la trama desarrolla un triángulo amoroso entre la protagonista, que sufre mucho el estar lejos de su tierra, el dulce Tony (Emory Cohen), un muchacho ítalo-estadounidense, y Jim Farrell (Domhnall Gleeson), un joven de familia acomodada que, cuando Eilis se ve obligada de regreso a Irlanda, trata de conquistarla. Su corazón debe elegir entre dos amores, dos países y las vidas que existen dentro. El drama se combina con algunas dosis de humor que toman lugar en la pensión para señoritas donde reside Eilis y que está regenteada por Madge Kehoe (una divertida Julie Walters). Allí entabla amistad con Patty (Emily Bett Rickards (Felicity de la serie “Arrow”), Sheila (Nora-Jane Noone) y Diana (Eve Macklin). Saoirse Ronan, nominada por segunda vez a un Premio Oscar (la primera fue en 2008, a los 14 años, por su trabajo en “Expiación, Deseo y Pecado”) se luce en este papel que tiene muchas similitudes con su propia vida, ya que la actriz nació en Nueva York y a los 3 años se fue a vivir a Irlanda para luego regresar a los Estados Unidos y desarrollar su carrera cinematográfica.