Este es uno de los films en donde los actores son todo, dado a que si los papeles los hubiesen interpretado otros nos encontraríamos ante algo diferente. Por ello, en la química entre Al Pacino y Chritopher Walken radica lo genial de la película y como el espectador se encariña y se mete con los personajes. Estos dos viejos sabuesos junto a otro grande, Alan Arkin, realizan un viaje de redención para limpiar sus pecados del pasado (a su manera) y generar unos nuevos pero con un deadline. Y es ahí cuando, a través de ricos diálogos, nos enteramos de sus miserias y bondades. Humor bien puesto y alguna escena de acción acertada resaltan el trabajo del actor devenido en director, Fisher Steven, quien genera un clima muy disfrutable y aprovecha esa nueva tendencia nostálgica que parece que se está asentando en Hollywood sobre los viejos estandartes que todavía pueden estar vigentes y no solo eso, sino que también pueden ser mejores que antes. Tres tipos duros es una película para disfrutar donde la nostalgia abunda y donde los personajes logran compartir algo muy bueno con el público: una buena aventura más.
Una FIESTA! Esa sería la manera más acertada para condensar en una palabra este estupendo film que tiene todo y no le sobra nada. Aunque solo comparte el género y uno de sus actores, vale la pena aclarar que los que van a disfrutar esta película al máximo serán los mismos que lo hicieron con las dos entregas de Los Indestructibles, el resto de los espectadores pueden recurrir a una cuestión de gustos (que está perfecto y es lo que se debe) o a una postura intelectualoide que ni vale la pena analizar aquí. Pasado esto hay que remarcar que nos encontramos con la gran vuelta de uno de los mayores exponentes del cine de acción de la historia: Arnold Schwarzenegger. Porque si bien tuvo participaciones en otras cintas (como la ya nombrada The Expendables) este es su primer protagonico desde que dejo el cargo de Gobernador del Estado de California. Aquí lo encontramos con la simple historia que se puede leer en la sinopsis pero tan bien filmada que deja de ser simple para convertirse en una seguidilla de secuencias de acción y humor que luego de un comienzo tranquilo no da tiempo para que se pueda respirar. El director Coreano Jee-woon Kim acierta con gran tino todas las decisiones que tomó en su primer trabajo para Hollywood y logra sacarle el jugo a todos los elementos utilizados tanto como el elenco, los efectos y la forma en la cual se plasma el guión. Así es como nos encontramos con situaciones irreverentes dignas del cine de acción de los 80s y las secuencias más logradas que comenzaron en los 90s. Homenajes (incluso uno muy bueno hacia Conan) y humor aplicado sin tapujos al volar cabezas y acribillar gente hacen que el reparto se luzca. Al viejo Arnold lo acompañan Forest Whitaker, quien está muy bien en el papel del indeleble agente el FBI al que se le va la situación de las manos, al igual que el español Eduardo Noriega en el rol del estereotipado “druglord” mexicano. Este último sortea con creces los puntos débiles del personaje. Mención aparte merecen Johnny Knoxville y Luis Guzman cuyos personajes y las situaciones que generan son épicas. Por todo ello, pero más aún por lo que no se puede expresar en palabras: si les gusta este tipo de películas vayan al cine a participar de una verdadera fiesta.
Mentiras mortales es una de esas películas que viene muy recomendada (y nominada) y eso es algo que le juega en contra porque genera una cierta expectativa que le es muy difícil satisfacer. Algo para destacar de entrada es que no es para el público en general dado que espectadores adolescentes o veinteañeros seguramente se aburrirán en la sala. En cambio, los mayores sabrán disfrutarla un poco más. El primer largometraje del director Nicholas Jarecki logra que uno se meta en la historia pero que por momentos esta no le interese y apuesta todo en su personaje principal y única razón por la cual esta película es muy comentada: la excepcional actuación de Richard Gere. Muchos señalan que es la mejor interpretación de su carrera y pueden que estén en lo cierto dado que con algunas miradas y diálogos muy bien entregados hace que el espectador se preocupe por este nefasto personaje. Por su parte, Tim Roth y Susan Sarandon lo acompañan muy bien con actuaciones bastante correctas pero eclipsadas por el protagonista principal. En lo que a los aspectos técnicos refiere, ni la fotografía ni la edición y ni siquiera la música están a la altura del elenco y del sólido guión. Es una película que solo genera apreciación por las buenas actuaciones y ahí es donde está su falla principal porque un film tiene que ser mucho más que eso…
Jack Reacher es una buena película de acción y una gran opción para el verano. Sobre todo para un grupo de amigos que quieran ir al cine en sus vacaciones. Si bien tiene varios elementos ya usados en otras cintas similares y realmente no aporta nada nuevo en lo que es este tipo de films, sale totalmente airosa y se deja disfrutar bastante. Tom Cruise aporta todo su carisma y lo que sabe hacer mejor para darle nacimiento a este personaje que, salvando las distancias, vendría a ser un especie de Jason Bourne para un público más pochoclero. En un principio los amantes de One Shot, best seller publicado en 2005 y del cual esta película se basa, se quejaron bastante porque en el libro Jack Reacher es un tipo muy grandote y poseedor de una estatura considerable, caso contrario al actor que terminó interpretándolo. Pero ni bien se anunció el casting, el autor del libro, Lee Child, dijo para calmar las aguas que Cruise aportaba todo lo necesario y no se equivocó. El resto del elenco no se destaca salvo por la intervención de Robert Duvall, aunque a algunos les puede resultar un cliché. La puesta en escena y las secuencias de acción están muy bien logradas por Christopher McQuarrie, gran guionista ahora devenido en director y que conoció a Cruise en la última Misión Imposible. Otra cosa para destacar es la dosis de humor justa que posee y bien esparcido a lo largo de una historia que no solo se trata de persecuciones, explosiones y peleas cuerpo a cuerpo bien coreografiadas sino que también nos encontramos un par de giros interesantes que rodean la trama central en lo que es la investigación de Reacher sobre quién es realmente el francotirador qué mató a los civiles, lo cual sirvió como desencadenante de toda la película. Por último, lo que siempre hay que tener en cuenta al entrar a la sala para ver este tipo de films es no buscar una verdad reveladora y/o una enseñanza divina. Es una película de acción donde cosas imposibles van a suceder. Por ello mismo, si se deja la intelectualidad de lado se va a disfrutar mucho más.
Además de todos los elementos que hacen que Una aventura extraordinaria sea una muy buena película, los cuales serán analizados en las próximas líneas, la grandeza de este film recae simplemente en la sensación que uno puede tener cuando comienzan a correr los créditos finales: o lo sentís o no lo sentís. Cualquier apreciación que se pueda hacer después de eso va a ser la sumatoria de toda la magia creada por Ang Lee. Cada fotograma está especialmente cuidado y tranquilamente podría ser un cuadro para colgar en un living o museo dado a que el director puso toda su impronta en la estética y un uso excelente de lo digital y el 3D. Si bien la historia es simple y el espectador no se va a llevar demasiadas sorpresas, es la manera en la cual se encuentra relatada donde la empatía, emoción y adrenalina saldrán a flote. Y si de flotar hablamos, esa metáfora se esparce a lo largo de todo el film donde la espiritualidad juega un rol fundamental camuflada en una película de aventuras y naufragio. Tanto los primeros años de vida de Pi como sus vicisitudes en alta mar con el tigre Richard Parker conforman una seguidilla de hechos que sacarán sonrisas y alguna lágrima. La interpretación de Suraj Sharma es excepcional más teniendo en cuenta que buena parte de la cinta tiene que sostener él solo la dinámica. También hay que mencionar a Adil Hussain quien hace de su padre, cuyas escenas son memorables. En lo negativo vale destacar que la banda sonora acompaña pero no estremece ni está a la altura de tan magna producción y eso lamentablemente le resta. Lo mismo sucede con las ganas con las que uno se queda de saber más sobre la vida del personaje principal en sus años post naufragio. El resto es genial y puede ser análogo con lo que sucede al principio de la película cuando el personaje que entrevista a Pi para que le cuente su historia de vida le dice: “Me dijeron que tenías algo para contar que me haría creer de nuevo en Dios”, lo que llevado a un terreno cinéfilo puede traducirse en creer en el buen cine, de ese que te acompaña aún cuando la película terminó.
Primero hay que aclarar que ésta es una crítica y un análisis cinematográfico y no proclamación a favor o en contra del Gobierno ni una carta de admiración o denostación pública hacia la figura de Néstor Kirchner ya sea como personalidad política o líder de un movimiento. Aclarado esto solo queda usar este espacio para desglosar un poco el trabajo de la directora Paula de Luque. Los espectadores que disfruten este documental van a ser los que tienen una clara postura -de admiración- tomada sobre el ex presidente ya que el relato lo pone en una posición de cuasi santo. Por lo tanto si hay algún desprevenido que espera encontrarse con un trabajo audiovisual donde se van a escuchar voces a favor, voces en contra y voces indiferentes tendrá que buscar eso en otro lado. Como documental falla y se nota a simple vista. No cumple con el abc básico de este tipo de trabajos periodísticos: identificar las voces que uno escucha tanto cuando se ve a una persona hablando hacia la cámara o en off, así como también la carencia de fechas y lugares para ubicarse en el tiempo. O sea, no están identificadas ninguna de las decenas de personas que prestaron su testimonio ni los lugares en las cuales fueron tomadas las imágenes de archivo. Estos tendrán que ser reconocidos por el espectador de acuerdo a su conocimiento sobre la política argentina de las últimas décadas y que tanto sepa de las personas del círculo íntimo de los Kirchner. Ese grave error (obviamente hecho adrede) se siente bastante y limita mucho al público así como también lo poco atemporal que es el guión, dado que nos encontramos con una película muy emparentada con la coyuntura actual y que con el tiempo quedará posdatada. Para destacar tenemos que todas las imágenes -conocidísimas- se pueden ver desde otro punto de vista ya que se utilizó material de archivo diferente al que se vio en los noticieros. Por ello hay una buena variedad de planos y de secuencias con otros enfoques. Algo que resalta mucho en el film es la excelente banda sonora hecha por el dos veces ganador del Oscar, Gustavo Santaolalla, quien imprime un sello bastante nostálgico. Sin duda alguna esta película dará mucho que hablar y todas las voces darán cátedra sobre lo narrado y no sobre cómo se narró, estas líneas pueden ser una de las pocas excepciones y una muestra de algo que ha quedado en el olvido: el periodismo imparcial.
La última entrega en la saga de James Bond es probablemente la mejor de la nueva era cinematográfica del famoso espía inglés (a partir de GoldenEye) en lo que refiere a una construcción de guión y desarrollo de personajes, sobretodo de su villano. Es por eso que el director Sam Mendes debe agradecer a Christopher Nolan, de hecho ya ha declarado en entrevistas que The Dark Knight fue su fuente de inspiración para crear el mundo de Skyfall y eso se puede apreciar a simple vista. El personaje creado por Ian Fleming en 1953 regresa al cine por tercera vez en la piel de Daniel Craig, amado por unos y odiado por otros. Es ahí donde radicará si a los puristas del 007 les gustará la película o no, o sea, los que no disfrutaron las entregas anteriores tampoco lo harán con esta. Asimismo es una gran propuesta para disfrutar en la pantalla grande para cualquier tipo de espectador, sobretodo de aquel que sabe tomar este tipo de películas como son y no buscar verosimilitud en escenas de mucha acción donde miles de balas son disparadas y el héroe no solo sale ileso sino que también tiene tiempo para seducir a la chica Bond de turno. Hay grandes secuencias y la producción es realmente impresionante, todo enmarcado por una soberbia fotografía que no solo captura explosiones y persecuciones de autos sino que también a los actores en una labor destacable. Por ello el trabajo de Mendes con el reparto es realmente para aplaudir porque si bien Craig vuelve a interpretar al mismo personaje en esta oportunidad logra darle más profundidad y en un par de escenas con Judi Dench crea un ambiente espléndido. Por esa misma senda el personaje de M llega a su máximo esplendor, y hay que hacer una mención aparte para el trabajo de Javier Barden quien logra robarse la película por momentos. Para completar las dos horas y cuarenta minutos que dura el film el amante de Bond se va a encontrar con todos los elementos clásicos del personaje (más que en las dos anteriores) incluso el mismo Aston Martin DB5 que manejó en Goldfigner. 007 invade las pantallas por vez número 23 y ese es motivo más que suficiente para que cualquier cinéfilo festeje, más aún cuando al finalizar se leen las clásicas palabras: “James Bond will return”.
Días de vinilo es sin dudas uno de los mejores estrenos argentinos del año y todos los elementos que conforman el film merecen ser analizados y destacados por separado. Pero primero hay que centrarse un poco en su creador, Gabriel Nesci, dado a que ésta es su ópera prima y aún así logra que el espectador con ojos y oídos avispados reconozca su trabajo y su sello dado a que la identidad de su producto televisivo (la genial serie Todos contra Juan) está impregnada a lo largo de la cinta. Así es como se pueden encontrar pequeños homenajes y referencias al cine a través de comentarios de los protagonistas y detalles para ser descubiertos. Pero la grandeza de la película recae en otro lado: la música. Ya desde el título se puede vislumbrar una identidad retro y hasta nostálgica que acompaña la historia de dos formas, por un lado con temas originales de artistas internacionales (una rareza en el cine nacional) tales como Queen, Rod Stewart, Morrisey, INXS, Phil Collins y temas que hacían The Beatles (no originales de ellos) quienes aquí están gracias a la banda tributo The Beats. Además hay música original donde se destaca el tema escrito por el director e interpretado por Emilia Attias. La otra forma en la cual la música acompaña es en la narrativa en sí misma porque hay continuas referencias hacia íconos del rock y sus leyendas con principal hincapié hacia el mejor cuarteto de todos los tiempos. De esta manera es como nos adentramos en una historia de amistad y amor a través de las vivencias de cuatro amigos que se conocen de toda la vida y que ahora están en sus treinta y pico y que se encuentran en un momento crucial: uno de ellos se casa. El argumento se desglosa en cuatro historias que confluyen en una. Y así es como conocemos a Damián (Gastón Pauls) que es un guionista que busca reinventarse mientras intenta superar la separación con su ex (Carolina Peleretti), al mismo tiempo que intenta adecuar su nuevo trabajo a las exigencias de Leonardo Sbaraglia, quien se interpreta a sí mismo, y conoce a Vera (Inés Efrón) quien le dará a su vida un giro bastante interesante y situaciones muy graciosas. También nos encontramos con Luciano (Fernán Mirás) un locutor radial un tanto obsesivo que está de novio con Lila (Emilia Attias), una cantante pop que no tolera sus celos y que le escribe una canción que cuenta sus peores defectos. Ella también complicará la vida de otro de los amigos: Facundo (Rafael Spregelburd) quien siempre soñó con ser compositor, pero trabaja en un cementerio privado. Él está a punto de casarse con Karina (Maricel Alvarez). Por último tenemos a Marcelo (Ignacio Toselli) que lidera una banda tributo a The Beatles sin ningún tipo de éxito y es muy especial con sus relaciones sentimentales. Un día llega a su vida Yenny (Akemi Nakamura) dentro de lo que es un muy inteligente guiño para cualquier beatlemaníaco. Tanto los cuatro actores principales como el resto del reparto se lucen en sus respectivos personajes y arrojan con gran elocuencia las líneas de un guión ingenioso y que da lugar a la reflexión sobre las relaciones y la vida así como también por momentos hace descostillar de risa. Mención aparte para Fernán Mirás cuya actuación probablemente sea la mejor de su carrera hasta la fecha. Lo último para señalar es la rápida fotografía propia de un videoclip que genera un relato visual muy dinámico, lo que hace una vez más que el director deje bien puesta su marca. Es casi imposible salir de una proyección sin que Días de vinilo te genere algún sentimiento positivo, es una de esas películas que nos recuerdan el por qué nos gusta ir al cine y pasar un buen rato dentro de la sala. Y como si esto fuera poco Gabriel Nesci logra lo que muy pocos realizadores han conseguido: transformar una nota musical en un fotograma, convertir una canción en una película. La verdadera magia del cine, el más completo de los artes.
Durante mucho tiempo el eje temático del cine argentino fue la cruenta dictadura militar que desgarró a nuestra sociedad desde 1976 hasta 1983, y esta repetición cinematográfica ha sido muy criticada. Una crítica un poco injusta porque con ese parámetro también habría que quejarse de la infinidad de films que hizo Hollywood sobre temas relacionas con la guerra de Vietnam o ahora con el conflicto bélico en oriente, y eso no sucede. La década de los 70s y principios de los 80s marcaron con fuego al país. Es historia reciente y es lógico que realizadores tomen esos elementos para desarrollar sus ideas, y la realidad es que ha habido muy buenas películas que se basaron en este tema y muy malas también. Y hace unos años surgieron historias llevadas al cine en donde el Golpe Militar estaba ahí como satélite pero la historia pasaba por otro lado. Infancia clandestina se mete de lleno en el tema pero en uno que aún no ha sido muy analizado cinematográficamente: los militantes y la guerrilla. El director Benjamín Ávila logra retratar de manera muy ingeniosa (basándose en hechos reales) las vivencias de una familia Montonera pero bajo la vista de un chico de 11 años, Teo Gutierrez Moreno quien interpreta a Juan y su álter ego Ernesto. Sería muy acertado catalogar a esta película como una coming of age movie (subgénero cinematográfico sobre el descubrimiento del amor y el pasaje de la niñez a la adultez) dado que el protagonista quiere aferrarse a su primer amor y dejar esa doble vida pero también encuentra un debate ideológico interno. Este joven actor que se luce en su papel se encuentra muy bien acompañado por César Troncoso, quien interpreta a su padre y líder Montonero; Ernesto Alterio (su tío) quien le da alma y enriquece al film; y Natalia Oreiro (su madre) que finalmente logra desprenderse de sus personajes de las novelas de la tarde. Otra cosa para destacar es la fotografía que en momentos es adornada con elementos de pseudo animación en escenas claves. Primeros planos y planos detalle (a veces un poco excesivos) dan cuenta con acierto a la mirada del chico. Uno de los problemas que tiene la película es que no es mainstream y que seguramente muchos no la disfrutarán y hasta dirán que es medio lenta. Sobretodo un público joven que no esté muy interesado por la política y la historia. Otra cosa para criticar es el final un tanto anunciado pero lógico y entendible. No es ni la primera ni va a ser la última película nacional que retrate las vivencias de una generación que luchó y murió por sus ideales. Lo que se destaca en Infancia clandestina es que no juzga ni rectifica. Es una historia que te pega duro en lo sentimental y que puede llegar a angustiar, pero también llama a la reflexión y eso siempre es algo bueno. Cine argentino bien realizado y plagado de identidad y memoria argentina.
Una cosa que hay que tener en cuenta cuando uno entra a ver una película cuyo eje temático es el boxeo es que Rocky Balboa hay uno solo y no es argentino. Por ello no hay que buscarle épica ni una banda sonora que perdurará por generaciones, más aún en esta producción nacional. Sin embargo, La pelea de mi vida tiene otros puntos para destacar (pero muchos para criticar). Lo primero que se puede observar a simple vista es que su fotografía y edición son de un programa televisivo digno de una producción de Adrián Suar. De hecho el director Jorge Nisco (Comodines, High School Musical: El Desafío) hizo carrera en Pol-Ka dirigiendo muchos de sus hits. Pero aquí avanza un poco más y hay que destacar un buen trabajo tanto en la coreografía como en la manera en la cual las peleas están rodadas. Si bien no son reales tampoco son absurdas. Otro aspecto técnico para remarcar es el uso del 3D, el cual salvo por algunas escenas en las cuales se le tiran objetos al espectador en la cara (incluida la transpiración de los boxeadores) es totalmente intrascendente y da la sensación que se la estrenó de esta manera por el marketing. El relato es simple, se cuenta la historia de Alex (Mariano Martínez) un boxeador exiliado en el extranjero por algo de gravedad y que se nombra sin especificar a lo largo de la película pero que se revela muy al pasar, cosa que descoloca un poco. Cuando regresa a Buenos Aires se entera que tiene un hijo y que este vive con el actual campeón del mundo (Federico Amador). A lo que el protagonista le dice a su entrenador (Emilio Disi): “Voy a ir por todo”, y así es como se embarca en la búsqueda del título mientras intenta ganarse el corazón del chico y ya que estaba de paso el de su niñera (Lali Espósito). La actuación de Martínez no cumple y solo se le puede destacar su entrenamiento. Caso contrario es el de Amador que es la persona que realmente le da a la cinta una tridimensionalidad y logra que el espectador genere empatía con su personaje. Unos cuantos clichés, chivos groseros (una mala costumbre en el cine nacional), algunos chistes poco graciosos y un guión sin corazón pero efectista terminan por dar identidad a esta producción que será disfrutada por los que consumen este tipo de productos en la televisión, y eso no es poco decir porque el rating siempre acompaña. Matías Lértora Periodista y crítico de cine. Trabaja en “Casting” (Radio Rivadavia), “Servicio Completo” (Radio LK), y “Conflictuados” (Radio Palermo) Twitter: @mlertora