Un buen homenaje a Moby Dick "In the heart of the sea" es la nueva película del gran director Ron Howard, responsable de títulos clásicos como "Splash", "Willow", "Apollo 13" y "Una mente brillante". En esta ocasión nos cuenta la historia que supuestamente inspiró la famosa novela de Herman Melville, "Moby Dick". El film es un claro homenaje al escritor e incluso a la película de 1956 de John Huston que protagonizó Gregory Peck. La trama comienza con un joven Melville (Ben Whishaw) yendo a visitar a Tom Nickerson (Brendan Gleeson), uno de los sobrevivientes de la tragedia del Essex, un barco pesquero del siglo XIX que fue destruido junto con gran parte de su tripulación por uno de los monstruos marinos más imponentes, una ballena blanca asesina. La película tiene una dinámica cercana al cine de aventuras con muchos toques de dramatismo, quizás más de los que una película del género aventurero puede soportar. Es decir, creo que Howard y el guionista Charles Leavitt no logran conciliar totalmente estos dos géneros, lo que deriva en que por momentos el espectador se sienta un poco agobiado y hasta aburrido con la solemnidad de la propuesta, y en otros se emocione y compenetre con las situaciones que los protagonistas se ven obligados a vivir. Creo que se les fue un poco la mano con el drama, o mejor dicho, con la suntuosidad de la propuesta. Además si analizamos un poco más a fondo la esencia de la trama, no tiene la profundidad suficiente como para ponerse tan seria. En "Moby Dick" se tocan temas trascendentales como la condición del ser humano, la política y las diferencias sociales, en cambio aquí estos mismos temas son repasados de manera un tanto superficial para darle más protagonismo a la épica de supervivencia. Por el lado de las interpretaciones, el cast es muy sólido y logra que el público realmente los vea como los personajes a los que dan vida. Para resaltar las labores de Chris Hemsworth ("Thor", "Rush") y Brendan Gleeson ("Troya", "Corazón Valiente") que aportan talento y mucha presencia en pantalla. Por el lado de los aspectos técnicos, los efectos audiovisuales están muy bien logrados, ofreciendo secuencias de acción y desesperación cada vez que la ballena decide arremeter contra los náufragos. El monstruo que inspiró Moby Dick aquí cobra vida y nos atemoriza con sus intenciones violentas. En conclusión, creo que "In the heart of the sea" es una buena propuesta de aventuras a la que por momentos se le pasa de rosca el drama solemne. Si pueden superar esta cuestión, van a poder disfrutarla bastante.
El director de la orquesta La película "Steve Jobs" del afamado director inglés Danny Boyle ("Slumdog Millionaire", "Trainspotting") y el excelso guionista Aaron Sorkin ("Social Network", "The West Wing") es un excelente trabajo que fue menospreciado por las audiencias mundiales, no por ser malo, sino seguramente por una deficiente promoción y falta de interés en la temática central, un pedacito de la historia de vida de Steve Jobs. Recordemos que anteriormente ya se había estrenado una película bastante más inferior acerca de la vida del genio de Apple protagonizada por Ashton Kutcher, que no era mala, pero sí muy inferior a esta obra de Boyle. Acá la trama se centra un período más corto de la vida del magnate, desde que da sus primeros pasos a la inmortalidad presentando la Macintosh, pasando por su período de exilio de Apple en el cual presentó Next, hasta su consagración total con la iMac. Durante todo el film la historia es abordada desde los momentos previos a estas grandes presentaciones, en los que se pueden disfrutar de diálogos de otra galaxia construidos de manera magistral por Sorkin. Esta dinámica también permite al espectador conocer más acerca de las relaciones interpersonales que llevaba con las personas más cercanas que tuvo en su vida, como su amiga y jefa de marketing de Apple, Joanna Hoffman, interpretada de manera excepcional por Kate Winslet, o su complicada relación con su socio y amigo Steve Wozniak, también muy bien llevado por el actor Seth Rogen. Por otro lado, la parte más humana la saca a relucir el personaje de su hija, Lisa Brennan, a quien negó como descendiente durante muchos años. En realidad todo el cast hace un trabajo magnífico, destacándose por supuesto el del mismo Michael Fassbender en la piel del Jobs, demostrando que no hace falta imitar para traer a la vida a una personalidad tan mítica como la de Steve Jobs. Sin el parecido físico o los gestos más característicos de su persona, Fassbender de todas maneras logra resucitar a este icono moderno y nos regala momentos maravillosos de humanidad, mostrándonos los ángeles y demonios que regían la vida del personaje. El magnate de Apple era una persona muy compleja, despreciable e increíblemente carismática a la vez, capaz del desamor más desgarrador y también del amor más puro, podía ser el más apasionado o el menos. Nos muestra todas las facetas de un ser humano que revolucionó el mundo, nos guste o no. La banda sonora es muy buena, ayudando a crear la atmósfera de momentos intensos y que emocionan como la secuencia final de Jobs con su hija Lisa. Por su lado, los planos y los lugares que selecciona Boyle para filmar son absolutamente acertados, manteniéndose lejos del temido cliché. En esta película baja un par de cambios con respecto al tipo de filmación frenética que suele llevar a cabo, pero le imprime el ritmo y la intensidad necesaria cuando así lo requiere el guión pensado por Sorkin. En mi opinión estamos ante uno de los mejores estrenos del año que lamentablemente va a pasar sin mucha pena ni gloria por las salas de cine del mundo. Ojalá con el tiempo se puede valorar más lo que hizo este tridente de talentos formado por Boyle, Sorkin y Fassbender.
Espectacular versión de un clásico "Macbeth" del director australiano Justin Kurzel ("Snowtown") es una nueva versión cinematográfica que logra captar el espíritu de la tragedia original del célebre dramaturgo William Skakespeare y a la vez le adiciona belleza visual e interpretativa. Una aclaración para el espectador: La película es una adaptación de la obra que de por sí es compleja y que respeta varios de los diálogos originales en ese inglés antiguo y poético que la caracterizaban. Por lo cual uno debe estar predispuesto esta dinámica cuando se siente a verla, sino se le va a hacer cuesta arriba y probablemente le resulte pesada. Dicho esto, creo que el trabajo de Kurzel fue muy bueno. No sólo logra captar la esencia de la historia sino que ofrece una versión épica, visualmente hipnótica y desgarradora. El trabajo de cámara y fotografía es para resaltar. Logran grandes momentos de cine, con paletas e imágenes que van tiñendo el avance inevitable de la tragedia. Por el lado interpretativo también es para destacar la labor de todos los actores, pero sobre todo la de la pareja protagonista, Michael Fassbender ("X-Men: First Class", "Steve Jobs") como Macbeth y Marion Cotillard ("Inception", "La vie en rose") como Lady Macbeth. Acompañan David Thewlis, Jack Reynor, Sean Harris y Elizabeth Debicki entre otros. Un gran elenco realmente. En cuanto a la trama, los que hayamos leído la obra sabemos de qué va y es realmente un tragedia oscura y psicológica, que en esta ocasión es respaldada por escenas de gran ferocidad y crudeza. Para los que no están familiarizados con la historia, trata sobre la decadencia de un noble escocés que fue una vez un héroe de guerra, pero luego, obsesionado con profecías de grandeza y poder con las que envenenaban su mente un grupo de "brujas" e incluso su misma esposa, asesina a su rey y ocupa su lugar instalando un reinado de crueldad, traición y oscuridad, hasta su trágico final. Si no te gusta Shakespeare, no te va a gustar la película ya que "Macbeth" es juntamente una de sus más emblemáticas e icónicas obras, donde se despliega de manera muy palpable la forma de escribir y contar historias del dramaturgo. Creo que es un muy buen producto cinematográfico que va a ser recordado como una de las mejores versiones adaptadas, con buen cine para disfrutar. Eso sí, con la mente abierta y a sabiendas de que estamos viendo Shakespeare en el cine.
Un despertar moderado Lamento no compartir la euforia de muchos fans (me considero uno), los vítores y alabanzas sobre este nuevo episodio dirigido por JJ Abrams. ¡Ojo! Me parece una buena película de aventuras y ciencia ficción que retoma y respeta el espíritu de la primera trilogía de George Lucas, algo que luego de la segunda trilogía se manifestó como prioritario, pero no me parece que sea la gran película del año o que sea tan fantástica como se viene diciendo. En general me parece que se planteó al episodio VII como una película de transición, de inicio, previendo milimétricamente qué mostrar y qué no para seguir obteniendo espectaculares resultados de recaudación con sus entregas futuras. Desde el punto de vista comercial es muy bueno, pero desde el punto de vista cinematográfico es medio mezquino. Se incluye un gran número de personajes nuevos de los cuales al final del film seguimos sin saber casi nada. Ejemplos: Maz Kanata (Lupita Nyong'o), Lor San Tekka (Max von Sydow), Poe Dameron (Oscar Isaac), Líder Supremo Snoke (Andy Serkis), Capitana Phasma (Gwendoline Christie) y algunos más. Sus intervenciones son esporádicas, casi de relleno y no aportan a la trama principal. Desperdiciar a actores como von Sydow y Christie para personajes tan secundarios me parece un despropósito. Por otro lado, se nota que el film fue bastante recortado en su edición final ya que se pueden evidenciar ciertas torpezas narrativas, como la aparición y desaparición de personajes que perfilaban más importantes para la trama. Dicho esto, sí creo que JJ Abrams tiene un muy buen entendimiento de las sagas que se le encargan y del significado de la palabra entretenimiento. Con "Star Trek" demostró que podía recuperar una saga que estaba freezada, en "Super 8" nos hizo volver a la infancia por casi dos horas y con series como "Alias" y "Lost" nos mantuvo enganchados. "Star Wars: The Force Awakens" es una buena película, pero no es lo mejor de su repertorio. Es muy lindo volver a ver personajes míticos como Han Solo (Harrison "me cobré la vida para esta peli" Ford), Leia (Carrie Fisher), Luke (Mark Hamill), Chewbacca (Peter Mayhew) y más. Hace a la mística de la saga, nos hace volver a la niñez y hasta nos emociona. Es interesante ver también la incorporación de nuevos personajes, sobre todo el de Rey (Daisy Ridley) que se come la película y cuyo carisma eclipsa las intervenciones de Poe Dameron (Oscar Isaac) y Finn (John Boyega). Creo que la incorporación de Daisy Ridley es el mayor acierto de la película. Lo de Kylo Ren me convenció parcialmente, no por la composición del personaje, sino porque al final sólo quedan dudas sobre él en lugar de deslizar algunas certezas importantes. En fin, en mi interior batalla la alegría de volver a ver personajes y vivir aventuras que me hicieron enamorar del cine cuando era chico, ver algunos aciertos importantes como la incorporación del personaje de Rey y la vuelta al verdadero espíritu de Star Wars, con la contracara que incluye torpezas narrativas, desperdicio de talentos y mezquindad en cuanto al desarrollo de la historia. Un buen comienzo, que pienso podría haber sido más fantástico de lo que terminó siendo. Que la fuerza los acompañe!
La remake yanqui con menos potencia Comencemos respondiendo algunas preguntas que se hacen todos los espectadores argentinos: ¿Es buena esta versión yanqui de "El secreto de sus ojos"? Es entretenida, pero no es algo memorable para nada. ¿Es parecida a la versión de Juan José Campanella? Sí, salvo por algunos cambios de roles en los personajes, la esencia de la historia es la misma. Claro que le faltan dos elementos muy importantes desde mi punto de vista. En primer lugar creo que le falta la mística, el alma que se puso en la producción original argentina. Los personajes de Campanella son mucho más complejos, más atractivos. En segundo lugar, no tiene el impacto que tuvo la primera versión. La poesía, las imágenes fuertes y el final que tuvo "El secreto de sus ojos" nos impactaron mucho en su momento. Acá ese efecto sorpresa se pierde. Creo que alguien que no haya visto la película argentina probablemente disfrutará más de esta remake estadounidense que alguien que sí pudo ver la primera. A nivel interpretativo creo que los actores hacen un buen trabajo, pero les falta potencia. Chiwetel Ejiofor ("12 años de esclavitud") está bien como el equivalente de Ricardo Darín, pero le falta polenta, le falta esa personalidad filosa y obsesiva del personaje que compuso el argentino. Nicole Kidman ("Los otros") en lugar de Soledad Villamil está correcta y Julia Roberts ("Mujer Bonita") como Guillermo Francella y Pablo Rago juntos, se queda corta. Desde que sucede el acontecimiento principal, en lugar de llenarse de venganza parece llenarse sólo de depresión, y eso no es lo que se pretendía con el personaje de Rago en la versión de Campanella. El director Billy Ray ("Breach", "Shattered Glass") hace un trabajo correcto, que no viola lo realizado por nuestro equivalente argentino, pero que tampoco logra captar la esencia de la historia. Desde los histórico incluso pierde fuerza, ya que en la original se sitúan los hechos en los comienzos de la dictadura militar mientras que en el versión estadounidense la mano militar es suplantada por la CIA, algo que ya resulta cliché en el cine. Una película entretenida para ver la visión del país del norte sobre una historia made in Argentina. Si nos la pasamos comparando, no la vamos a poder disfrutar demasiado (aunque esto resulta casi inevitable). Para los que no vieron la versión argentina, probablemente les parezca una peli buena que los mantendrá interesados aunque seguramente a las semana ya hayan olvidado la trama.
El lado B de la Navidad "Krampus" es una original película acerca de la Navidad dirigida y escrita por Michael Dougherty ("Trick 'r Treat") que combina terror y humor negro para ofrecer una experiencia distinta y menos melosa de lo que nos tienen acostumbrados en estas épocas festivas. La historia cuenta que en la noche buena previa a la Navidad, una entidad maligna de la mitología nórdica llamada Krampus acecha y castiga a las familias que no han sido buenas durante el año o que han perdido su fe en Papá Noel. Por supuesto esto ha sido oculado por la cultura occidental moderna y nadie cree actualmente en el relato... al menos hasta que les toca vivirlo en primera persona. El director Dougherty hace un buen trabajo combinando situaciones terroríficas con momentos bizarros de diversión y humor negro. El cast ayuda bastante a esta mezcla, con nombres experimentados en el campo del humor como Adam Scott ("Parks and Recreation"), Toni Collette ("Little Miss Sunshine"), David Koechner ("Anchorman") y Conchata Ferrell ("Two and a half man") entre otros. Siempre está latente ese humor a lo SNL pero sin abusar demasiado del recurso para que la parte de terror no quede totalmente en segundo plano, aunque por momentos esto resulta inevitable. El Krampus está bien diseñado y se impone cuando aparece en las secuencias que lo incluyen, aunque creo que me hubiera gustado ver más de este monstruo y quizás algunas escenas más crudas y jugadas. Todo el tiempo amaga con salirse del la senda segura, pero nunca lo hace por completo. Para ser un film de bajo presupuesto está bastante logrado en lo que a aspectos técnicos se refiere. Tiene buenos efectos audiovisuales que acompañan a la trama, que si bien es un tanto básica, permite que el espectador se entretenga y pase un buen momento de aventura y magia mitológica. Una propuesta de clase B que consigue posicionarse como una opción entretenida y original en una época de estrenos festivos y azucarados.
Policial negro en una Sudáfrica dividida "Zulu" es uno de esos thrillers que transitan por vías independientes, festivaleras, alejado de los estrenos rimbombantes y las grandes promociones. Es por esto que la dinámica que presenta es también un tanto distinta a la que el espectador acostumbra a ver normalmente en cine. Si esto no es un impedimento, es una película que se deja ver y resulta por momentos bastante intensa y atractiva. La trama se centra en la vida de dos detectives que deben enfrentar día a día la corrupción y delincuencia de una Ciudad del Cabo asediada por la violencia y las grandes diferencias sociales y raciales. Ali Sokhela (Forest Whitaker) y Brian Epkeen (Orlando Bloom) se topan con un asesinato misterioso. A medida que van investigando y llegando al centro de la cuestión, se encuentran con un entramado mafioso muy peligroso que pone en riesgo no sólo sus vidas sino las vidas de las personas que los rodean. Ambos detectives pasan por situaciones personales complicadas, sombrías, que los hacen atractivos para el espectador y dan un tono oscuro a esta historia policial negra. Tanto Bloom como Whitaker hacen un buen trabajo de actuación y suben el nivel de la propuesta. Si analizamos un poco más en detalle la trama, no aporta nada demasiado nuevo al género y toca el tema de las diferencias raciales en Sudáfrica, algo que ya hemos visto. Lo que la hace una película potente es la forma en que el director Jerome Salle cuenta el relato, con muchas situaciones de tensión y violencia que no repara en demasiadas autocensuras. Una cuestión que resulta un tanto negativa es el planteo de subtramas que no tienen mucho que ver con el desarrollo principal, que parecen haber sido incluidas para que nos agraden un poco más los personajes principales, lo cual no está mal en sí, pero cuando se nota que están medias colgadas y no tienen una buena cohesión con la trama troncal pierden fuerza y naturalidad. Ejemplos de esto son la relación de Epkeen con su hijo adolescente, las relaciones sentimentales de ambos detectives, la dura infancia de Sokhela. Son aspectos de los personajes que se tocan muy por arriba y no se profundizan cuando en realidad son de los aspectos más atractivos que presenta cada uno. Cuidad de Cabo como locación de la filmación me pareció interesante al igual que la estética sofocante que le imprimieron a la propuesta para hacernos sentir atrapados por este entramado de maldad y corrupción. Una propuesta entretenida que más allá de algunas fallas resulta buena en el redondeo. A los que gustan de los policiales oscuros y con buenas situaciones de violencia, creo que les va a gustar bastante.
Otro hijo bobo de la falta de ideas Ya desde el trailer promocional se podían vislumbrar varios elementos que nos indicaban que esta nueva versión del clásico de Mary Shelley era innecesaria y que su objetivo era plantear una aventura moderna y pop con aspiraciones de franquicia. Bueno, por los resultados de recaudación obtenidos y las críticas negativas generalizadas, no creo que esto último pueda resultar viable. En esta entrega del director Paul McGuigan ("7, el número equivocado") y el guionista Max Landis ("Poder sin límites") abunda la pompa y la exageración, tanto que hace que grandes actores como James McAvoy (Victor Frankenstein) y Daniel Radcliffe (Igor) por momentos se vean ridículos tratando de dar vida a los científicos locos que plantean. Los personajes de esta propuesta son demasiado afectados y exuberantes, lo que indefectiblemente deriva en la pérdida de credibilidad del público, que si bien sabía que se iba a encontrar con una versión más efervescente del clásico, no creo que esperara una puesta en escena tan aparatosa y artificial. Lo original si se quiere es que esta película se centra más en el personajes de Igor que en el Dr. Frankenstein, es decir, Radcliffe guía la trama mientras que McAvoy acompaña en el rol de amigo-villano. McGuigan y Landis introducen un interés amoroso para nuestro protagonista, una trapecista que trabaja con Igor cuando éste vivía con una compañía de circo, algo que en mi opinión no estuvo muy bien manejado y le agregó burbujas a una propuesta que supuestamente pregonaba más oscuridad y humor negro. En general la propuesta se queda en sendas seguras sin arriesgarse demasiado, sin ofrecer algo verdaderamente interesante o nuevo. Está más enfocada en hacer un despliegue visual con algunos toques de drama, como para maquillar esa intención principal que es enganchar desde la pirotecnia. Finalmente no lo logra y se convierte en otra entrega fallida, insulsa y olvidable. El monstruo que crean los dos protagonistas queda en un total segundo plano y aparece recién sobre las secuencias finales de acción que son tan pomposas como aburridas. Un nuevo producto defectuoso de la parafernalia actual que está falta de ideas originales. Prefieren revisitar y destruir clásicos que ponerse a pensar en algo innovador. Un fenómeno de los últimos 10 años que esperamos toque fondo y de lugar a un movimiento de nuevos talentos y gente con ganas de aportar algo nuevo.
Final con gusto a poco El esperado final de la saga cinematográfica de "Los Juegos del Hambre" cumple con el espectáculo visual y cierra los capítulos de nuestros protagonistas preferidos, aunque debo decir que me dejó un gusto a poco, con ganas de un final más potente y emotivo. La primera entrega de la saga a cargo del director Gary Ross ("Seabiscuit"), si bien tenía algunas carencias propias del lanzamiento de una saga de la cual no se tenía certeza de que funcionara, me pareció fantástica, fresca y con mucho entretenimiento para ofrecer. Luego vino la segunda parte ya a cargo del director que se responsabilizó por todas las demás secuelas, Francis Lawrence ("Soy Leyenda", "Constantine"). Esa segunda parte en mi opinión era también muy buena aunque ya comenzaba a mostrar signos de sacrificio de integridad cinematográfica en pos del negocio en el que se convirtió la saga. Ya con la tercera y última parte dividida en dos, quedó muy claramente a la luz que se estaban concentrando más en ofrecer un producto correcto, sin demasiados riesgos y con poca creatividad, que les asegurara una buena recaudación más allá de que el público se fuera realmente satisfecho de la sala de cine. La primera parte, "Sinsajo 1", fue prácticamente una vergüenza. Dos horas de un chicle estirado que no tenía casi nada de interesante. Una preparación del terreno para la llegada de la segunda parte. En "Sinsajo 2" se resuelve la epopeya y se ofrece mucha más acción y emotividad que en la primera parte, aunque se nota de nuevo que el foco estuvo puesto en salirse con la suya en términos de recaudación en lugar de ofrecer algo realmente innovador e interesante. La acción es buena pero no llega a ser épica. Los momentos dramáticos y de emotividad son correctos pero no llegan a poner contra las cuerdas al espectador. Las actuaciones de los protagonistas son adecuadas y profesionales, pero nada del otro mundo que nos deje una gran frase o una imagen espectacular grabada en la mente. ¿Termina bien? Sí, termina bien. Resuelve los cabos sueltos de las películas anteriores. ¿Es el final que se merecía la saga? Mmmm... creo que se podría haber hecho algo mucho mejor. Para los fans más acérrimos, están todos los personajes más queridos y tienen su momento destacado, aunque creo que el final de algunos quedó desdibujado por la vorágine del cierre. Para los demás espectadores que notaron el decaimiento de la saga, este va a ser un cierre poco recordado, correcto, pero con gusto a poco.
Una historia que reivindica la humanidad "Infinitely polar bear" es un dramedia de corte independiente que trata acerca de cómo una familia de cuatro miembros, marido, mujer y dos hijas, sobrelleva la enfermedad psiquiátrica de uno de ellos, el hombre de la familia, que es interpretado por el siempre placentero Mark Ruffalo. Cam (Ruffalo), es un simpático maníaco depresivo que de vez en cuando pierde los estribos y hace sufrir a su esposa e hijas momentos de mucha inestabilidad (prácticamente lo despiden de todos lados por su condición) e incluso de miedo físico. El tema es que dentro de todo es una persona que tiene bastante controlada la enfermedad, aunque a veces tiene fuertes recaídas que hacen prácticamente imposible la convivencia. Su esposa Maggie (Zoe Saldana) es una mujer fuerte que durante mucho tiempo relegó sus capacidades laborales en pos de su familia y cuidar específicamente de su marido. La mala situación económica de la familia los lleva a tomar decisiones duras que sacarán sonrisas y sollozos por igual al espectador. La escritora y directora Maya Forbes nos regala el viaje de esta familia disfuncional, que con todas las diferencias que puede presentar con respecto a la familia del espectador, toca temas universales que atañen a todos. El sacrificio, la paciencia, la madurez, la ponderación de las cosas realmente importantes en la vida de una familia y sobretodo el amor, ese fenómeno que arregla todo y hace del mundo un lugar mejor para vivir. "Infinitely polar bear" es una película positiva, que sin golpes bajos nos pasea por la esencia de ser humano. Creo que todos los protagonistas hacen un buen trabajo, sobretodo Ruffalo y la más pequeña de sus hijas, la joven actriz Ashley Aufderheide, que le aporta frescura y ternura a la historia. El film cuenta un relato simple pero potente, quizás endulzado un poco de más, pero que de todas maneras logra el propósito de transmitirle al espectador la humanidad de sus personajes.