Propuesta fallida disfrazada de comedia política Parece que el pobre de Cameron Crowe viene en bajada con sus últimos trabajos, que no solo no están gustando demasiado a la crítica especializada sino que además tampoco están seduciendo al público en general. Desde "Vanilla Sky" que se le viene pegando. Personalmente disfruté bastante algunos de sus más recientes trabajos como "Zoológico en casa" y "Pearl Jam 20", pero es verdad que este último no cierra por ningún lado. En primer lugar hablemos de la trama. Brian Gilcrest (Bradley Cooper) es un experimentado piloto que luego de haber sufrido un colapso nervioso que prácticamente arruinó su carrera profesional se vuelve a topar con una oportunidad inmejorable personificada en Carson Welch (Bill Murray), un empresario que desea poner en órbita hawaiana un moderno satélite. Para esto se le solicita volver a su Hawaii natal, lo que significa encontrarse con el pasado y situaciones que dejó inconclusas. Una de estas situaciones se personifica en Tracy Woodside (Rachel McAdams), una ex novia con la que estuvo a punto de casarse pero arruinó todo al último momento. Actualmente la ex está casada con un amigo de él y tienen dos hijos. En el interín le asignan a una joven y linda oficial (Emma Stone) para que trabaje en equipo con él durante el proyecto. Sí, ya adivinaron, triángulo amoroso. Sabemos que a Cameron le gusta las tramas complejas, o mejor dicho, le gusta complejizarlas con elementos fantásticos, diálogos floreados y reflexiones existenciales. En "Aloha" estos elementos se presentan pero de manera muy irregular, atentando contra la fluidez y verosimilitud de la trama en lugar de potenciarla. Su andanzas se mezclan con mitos folclóricos hawaianos que no tiene razón de ser, que sólo fueron incluidos para darle un aire más profundo a la historia, cuestión que no se logra. Y no se logra porque la esencia de la trama es bastante básica e infantil. Así mismo los diálogos parecen incluir cuestiones filosóficas, pero en realidad son conversaciones simples y funcionales al romance que se nos impone, que no traen nada demasiado interesante como para reflexionar. Puro floreo. En cuanto a los actores, Cameron logra ensamblar un cast envidiable, pero lo desperdicia entre tanto auto bombo. Si hay algo rescatable de este film es el talento y carisma de sus protagonistas, que se cargan la propuesta al hombro pero así y todo no logran levantarla. Hay demasiadas subtramas, muchos nudos que se atan y desatan como por arte de magia y sobre todo hay poco sentido del entretenimiento. Una comedia romántica mal ejecutada que se llenó de leis hawaianos (collares de flores) para tratar de ocultar sus fallas narrativas. Poco recomendable.
La secuela precuela que debería poner en alerta la franquicia Vuelve la saga "Insidious" con un capítulo 3 que en realidad debería haber sido capítulo 1... una cuestión extraña que no tiene demasiada explicación. Esta tercera parte, que en realidad es una precuela de las anteriores, cuenta el inicio del terror, un inicio que me quedó con un gusto un poco más desabrido que el de sus antecesoras. Para empezar el cast seleccionado para esta entrega no tiene el mismo carisma que los anteriores que incluían nombres como Patrick Wilson ("Hard Candy"), Rose Byrne ("Bridesmaids") y Barbara Hershey ("El Cisne Negro") entre otros. Acá la protagonista es una screem queen que si bien hace bien su laburo, nunca llega a enganchar lo suficiente como para que la banquemos y nos preocupemos realmente por su persona. Lo mismo me sucede con el padre interpretado por Dermot Mulroney ("La boda de mi mejor amigo"), que tiene un rol bastante ambiguo, entre padre sobreprotector e irresponsable... un tanto raro. La que sí hace un muy buen trabajo y se roba el protagonismo del film es Lin Shaye ("La noche del demonio" 1 y 2), que ya venía laburando en la saga, pero acá realmente se apropia de su rol y sobresale por sobre todo el reparto. Por otro lado, si bien se vende como una historia de inicio, no se explica demasiado el origen de la entidad malévola que vemos en las otras dos entregas, el demonio de la cara roja. En cambio se nos presenta una entidad nueva, que hace un buen laburo asustando al espectador, pero nada del otro mundo que merezca mención especial. Hay buenos momentos de terror y otros que no surten demasiado efecto, como los que tienen que ver con la suerte de exorcismo que se produce en un momento cúlmine del film. En cuanto al despliegue técnico no hay mucho que reprochar, ya que mantiene una buena calidad como sucedió con las dos entregas anteriores. Buenos efectos visuales y sonoros. El único que quizás me pareció medio trucho fue la parte del accidente automovilístico. Creo que esta tercera entrega marca un "parate" en la franquicia, o al menos debería, ya que si siguen por el mismo camino van terminar por aburrir al espectador. En mi opinión debería parar, al menos hasta que se les ocurra una idea mucho más innovadora que seguir mostrándonos posesiones. Un entretenimiento bueno pero efímero, que será recordado bastante menos que sus antecesoras.
El Pixar que más nos gusta ¡Wow! Pixar tiró toda la carne al asador a nivel creativo y la verdad es que logró una película inolvidable, un clásico instantáneo que disfrutarán al máximo tanto grandes como chicos. Me arriesgaría a decir que es de esas películas que marcan la adolescencia de un espectador. "Inside Out" es un film más bien concebido para el público de 12 años en adelante por el tratamiento de se temática principal, las emociones humanas y el funcionamiento del cerebro. Desde el comienzo los primeros vistazos vendían muy bien la historia: Las emociones de una persona como personajes con marcadas personalidades conviviendo en el interior de la misma. El constante intento de coordinación de emociones que por momentos se entienden y por otros batallan entre ellas. En este caso Disney y Pixar simplifican la amplia gama de emociones y nos ofrecen cinco de ellas bien marcadas en las personas, Alegría, Tristeza, Disgusto, Enojo y Miedo. La fortaleza de "Intensa-Mente" reside principalmente en su originalidad. Explorar en una película cómica de target familiar el funcionamiento de la psiquis, la importancia de emociones como la tristeza en la infancia y el subconsciente, entre otras cosas, no es tarea fácil, pero Pixar se las arregla para salir triunfante. Lo que más maravilla es la exposición del funcionamiento del cerebro, que por más de que sea una exposición básica, es lo suficientemente inteligente como para hacer que el espectador se sienta totalmente identificado con los procesos mentales que viven los protagonistas desde el minuto uno. La forma es que discuten o se ponen de acuerdo las emociones es muy tangible. La narración de la historia es compleja. Incorpora varias aristas además de la interacción de las emociones, como por ejemplo los pequeños mundos que ocupan la mente de Riley, la niña protagonista, como son El Juego, La Familia, La Amistad, o los espacios más lejanos como el subconsciente, la memoria de corto y largo plazo, las pesadillas. Se nota que es una trama compleja pensada y repensada para que la cohesión cierre y el entretenimiento salgo victorioso. Hay momentos muy divertidos y otros muy emotivos, tanto que hicieron soltar un par de carcajadas y lágrimas varias a quien escribe. Y si no vamos buscando este tipo de reacciones al ir a ver un film de animación para toda la familia al cine, ¿a qué vamos? Hay una secuencia en particular con un personaje secundario llamado Bing-Bong que es sencillamente fabulosa, desde lo intelectual y lo emotivo. El mejor personaje es el de Tristeza... lejos! En conclusión "Intensa-Mente" es una gran película de Disney-Pixar que aborda temáticas originales e interesantes para todos los públicos, dirigida excelentemente por Pete Docter ("Up", "Monsters, Inc.") y el debutante Ronnie Del Carmen ("Fenomenoide"). Una casi segura ganadora del Oscar en la terna de "Mejor película animada" que vale la pena disfrutar más de una vez.
La vuelta triunfante de los dinosaurios Esta es una de las pocas secuelas que esperaba con ansias, por lo que "Jurassic Park" significó para mí en mi infancia. Fue una de las primeras películas que realmente me hizo amar el cine. "Jurassic Park: The Lost World" y "Jurassic Park III" si bien me parecieron entretenidas y mucho mejores de lo que la crítica las tildó en su momento, no estaban a la altura de la primera entrega del maestro Steven Spielberg. Es por esto que siempre esperé que se mejorara la saga. Con esta vuelta renovada del parque jurásico debo decir que me siento muy satisfecho, ya que si bien ha perdido un poco de la magia y el impacto que tuvimos en los 90s al ver esos majestuosos dinosaurios cobrar vida, el espíritu de aventura, la grandilocuencia de las bestias y la acción se mantuvieron intactas. Algo muy positivo que se suma a esta entrega es la inclusión de algunas cuestiones nuevas que se notan fueron concebidas para deleite de los fans, como el enorme Mosasaurus que la juega de orca en el acuario del Jurassic World, la aparición de una nueva especie creada con manipulación genética y los Velociraptors adiestrados que ayudan a Owen, el personajes de Chris Pratt, a mantener el orden en el parque. Esta nueva entrega es puro homenaje a la película original, desde la apertura nuevamente al público del parque, el reemplazo de las camionetas 4x4 para viajar dentro del mismo por unas cápsulas modernas y resistentes, la estatua del creador John Hammond, el uso de bengalas, los niños protagonistas en peligro y más. Creo que tanto el director Colin Trevorrow ("Safety Not Guaranteed") como los guionistas Rick Jaffa, Amanda Silver y Derek Connolly supieron entender lo que el fanático de esta franquicia quería disfrutar nuevamente al ir al cine. Ese espíritu de aventura que nos hace sentirnos como niños por dos horas. Esto es algo difícil de lograr en la actualidad, sobretodo con tanta secuela falta de corazón y emociones. ¿Por qué se dará este fenómeno de que la mayoría de las secuelas que vuelven luego de muchos años de estrenadas las primeras partes resultan ser medias vacías? En gran parte creo que se debe al enfoque erróneo sobre los efectos audiovisuales, pero creo que también hay un cuota grande de pérdida de sorpresa y originalidad. Esta "Jurassic World" creo que logra equilibrar bien trama con despliegue audiovisual, tratando de emular las sensaciones que produjo "Jurassic Park" en los 90s aunque por momentos se presenta esta sensación de falta de impacto o sorpresa. El nuevo casting es muy bueno y carismático, sobretodo Chris Pratt ("Guardianes de la Galaxia", "La noche más oscura") que ya ha demostrado que se puede poner una película al hombro prácticamente solo y salir triunfante. Un verdadero entretenimiento que ha sabido mantener muchos de los mejores elementos de sus predecesoras e incluir algunos nuevos para justificar su existencia. Una vuelta recargada de tensión, aventura, acción, dinosaurios y grandes momentos cinematográficos. Ojalá las entregas que vengan sigan ese sendero de mejora continua.
McCarthy en su esplendor "Spy" es una de esas sorpresas gratas que lo agarran a uno desprevenido. La verdad es que cuando vi el poster promocional no pensé, "ah, mirá vos, seguro es una peli espectacular. Voy a ir a verla urgente al cine". Por el contrario, me imaginé que luego de algunas fallidas comedias con Melissa McCarthy en el rol protagónico como "Ladrona de identidades" o "Tammy", esta nueva propuesta no sería la excepción. Lo que me despertó un poco de interés fue el hecho de que la dirigiera Paul Feig, ese buen director que nos regaló la divertidísima "Bridesmaids". Con este nuevo film confirma que tiene mucha mano y timing para hacer que la comedia funcione, y eso no es nada fácil por estos tiempos. La película se enfoca en Susan Cooper (McCarthy), una analista de la CIA que siempre ha querido trabajar en campo, pero nunca se le dio la oportunidad. Un buen día, luego de la desaparición en acción de un importante espía llamado Bradley Fine (Jude Law), Susan es reclutada para seguir a la hija (Rose Byrne) de un traficante de armas. La comedia se apoya justamente en la experiencia (o falta de la misma) de la novata Susan en el mundo sofisticado, complicado y peligroso del espionaje. En esto cobra muchísima importancia el rol de McCarthy como capocómica, que realmente se carga la propuesta al hombro y la hace funcionar fluida y efectivamente, algo que no había podido lograr con los títulos ya nombrados. Feig por su lado, combina muy bien la comedia con la acción, resaltando los personajes y sus vetas cómicas que son el plato fuerte de "Spy". Hay momentos realmente divertidos, que hacen soltar carcajadas genuinas y la trama, por más de que sea un cliché tremendo, mantiene al espectador interesado por lo que va sucediéndole a cada personaje. No es un peliculón, pero si es un producto super entretenido, que sabe lo que el espectador espera cuando va al cine a ver una parodia de espionaje. Lo más flojo es sin dudas la trama, cuyo objetivo es estar al servicio de los gags de McCarthy. La historia es liviana y hasta por momentos infantil, pero los responsables del film son totalmente conscientes de esto y juegan con esa falencia saliendo airosos del proceso. Una película tonta pero irresistible. De las más divertidas que vas a ver este año sin dudas. Si no te gusta McCarthy, abstenete, si te divierte, esta es su mejor comedia.
Amor vampiro con neuronas "Only lovers left alive" es una película independiente del cineasta Jim Jarmusch ("Dead Man", "Broken Flowers") que llega a nuestras salas dos años después de su realización y con una cantidad de pantallas muy limitada. La película aborda la bastardeada temática vampira, pero lo hace con visión, realismo y una vuelta de tuerca que nos permite darnos cuenta que cualquier temática o sub género en el cine puede ser bueno si el tratamiento que tiene es serio y con ideas originales. Dicho esto, resulta inevitable hacer la comparación con lo último que hemos visto sobre amor vampiro en la gran pantalla, "Crepúsculo", saga que parece aún más banal y vacía cuando la ponemos al lado de un trabajo como este. Se podría decir que "Only lovers left alive" es una historia de amor vampiro pero con neuronas. Jarmusch nos cuenta la historia de Adam y Eve, interpretados por Tom Hiddleston y Tilda Swinton, dos amantes vampiros centenarios que sobreviven en estos tiempos revoltosos, en los que parece que la humanidad está más determinada en acabar con su mundo que en mejorarlo. Nos llaman "zombies", para que se den una idea. Los que vagamos por la Tierra destruyéndola. ¿Mensaje ambientalista de fondo? Sí, claro. Ambos tienen personalidades opuestas pero complementarias, se aman pero viven separados, están enfocados en las cosas simples pero importantes de la vida. Son bastante raros para la lógica social, algo que interpreto es consecuencia de haber vivido tantos años y haber pasado por demasiadas experiencias, buenas y malas. En este sentido Jarmusch nos regala varios guiños, como por ejemplo un vampiro llamado Marlowe (John Hurt) que vendría a ser en realidad quien escribió las famosas obras de Shakespeare. La película es un híbrido de drama/comedia existencial, que se centra en el amor que se tienen los protagonistas y cómo este los mantiene vivos a pesar de las adversidades, como por ejemplo la escasez de sangre pura y sana para alimentarse que es muy difícil de conseguir sin tener que dañar a los seres humanos, o la severa depresión que sufre Adam al ver que nosotros, los "zombies", no hemos aprendido mucho y vamos rumbo a nuestra lenta pero segura extinción. Es una peli melancólica, oscura y un tanto lenta, que se toma su tiempo para mostrarnos detalles cinematográficos que hacen al arte de la misma. La secuencia del inicio con los planos cenitales de los protagonistas girando al ritmo de un vinilo es muy buena. La musicalización también es virtuosa, con sonidos de White Hills, Black Rebel Motorcycle Club y Yasmine Hamdan entre otros. Los aspectos cinematográficos son realmente exquisitos, aunque Jarmusch podría haberle puesto un poquito más de ritmo a la trama. Un film independiente que surfea por reflexiones existenciales con el atractivo de ofrecernos como protagonistas vampiros románticos en el siglo XXI, no románticos cursis como los de "Crepúsculo", sino vampiros más realistas, enigmáticos y copados que te van a hacer querer ver más historias de este tipo en el cine.
Robot a la Blomkamp "Chappie" es el nuevo trabajo del director sudafricano revelación, Neill Blomkamp ("Sector 9", "Elysium"). El film se sitúa en un futuro no muy lejano en el que la fuerza policial humana ha sido reemplazada por una fuerza robótica en manos de capitales privados. Dentro de esa empresa, ingenieros y profesionales de otros rubros compiten entre ellos para lanzar a mercado el mejor producto robótico para proteger a la sociedad. Entre ellos encontramos a Deon (Dev Patel), un joven ingeniero cuyo invento ha sido seleccionado como el mejor protector y es el que actualmente custodia las calles de Sudáfrica (sí, a Neill le gusta elegir su país natal como escenario para sus películas). Como buen inventor, Deon es un tipo inquieto y ha estado trabajando en un software cuyo objetivo es darle conciencia de sí mismos a sus robots, algo parecido a la trama principal de "A.I. Artificial Intelligence" de Steven Spielberg. Si bien no recibe la autorización de su superiora, Michelle Bradley (Sigourney Weaver), para finalizar su investigación, el hurto de uno de sus productos en manos de un grupo de criminales bastante especial, acelera el proceso y logra dar "vida" a Chappie, un robot niño que está consciente de sí mismo, siente y razona como una persona. En un afectado giro de la trama, Deon debe compartir la educación de Chappie con un grupo de criminales que le enseñan estafas, a disparar y a ser un gángster, a la vez de que se debe cuidar la espalda de Vincent (Hugh Jackman), un compañero de trabajo extremadamente envidioso que quiere verlo arruinado. Pasando a la crítica, se le agradece a Blomkamp que siempre esté pensando en tramas distintas, políticas y que se animen a salirse de los cánones del mainstream. Sus guiones, que la mayoría de las veces los arma con su colaboradora Terri Tatchell, ponen sobre la mesa temáticas interesantes. En este caso en particular, siento que se les fue un poco de las manos. Quisieron mezclar demasiadas cuestiones y el resultado final se percibió desparejo. También se pueden ver algunos elementos inverosímiles que le quitan credibilidad a la propuesta. Hay personajes que están de más, como por ejemplo el de Sigourney Weaver (Michelle Bradley) que no aporta nada a la historia, o el villano interpretado por Brandon Auret (Hippo) que no termina siendo el villano principal del film. Por otro lado, nos presentan un mix de géneros que también resultó irregular, pasando por momentos en los que tiene tintes de comedia, luego de thriller, luego de acción fuerte, drama, aventura... Quiso abarcar mucho y se quedó corto con la profundidad de la historia y personajes. En una escena podemos ver a la pandilla criminal divirtiéndose de manera inocente, como una familia, y a los segundos aparecen armas, golpes y mucha tensión entre ellos. No digo que esté mal combinar géneros, pero sí me pareció que acá no se lo hizo de manera natural y con total coherencia. Esto creo que afectó las sensaciones del espectador que termina mareándose un poco en una montaña rusa de géneros que se chocan entre sí. Una película que en términos generales resulta entretenida y original aunque deja una sensación de irregularidad en el desarrollo de su trama y la presentación de personajes. Se deja ver.
Redención a la turca "The water diviner" o "Camino a Estambul" es una película de época dirigida por el debutante en largometrajes, Russell Crowe ("Gladiador", "Una mente brillante"). Es su primera incursión en la dirección de una película. Anteriormente había dirigido dos documentales y un corto. La historia que nos presentan es la de una familia australiana que ha sufrido lo horrores de la guerra en carne propia. Connor (Russell Crowe) y Eliza (Jacqueline McKenzie) perdieron a sus tres jóvenes hijos en la batalla de Gallipoli, en Turquía. Luego de cuatro años desaparecidos en el campo de batalla, Connor ha perdido la esperanza de que alguno de sus hijos pueda haber sobrevivido. Eliza por su lado, ha perdido completamente la cordura y se suicida. Luego de esta otra tragedia, Connor decide viajar a Turquía para encontrar los cuerpos de sus hijos y poder llevarlos de vuelta para enterrarlos en su Australia natal. En su viaje, que implicará una transformación a nivel espiritual, conocerá de cerca al "enemigo" y se dará cuenta de que en realidad no son tan distintos a él o su familia. Sólo son componentes en la guerra de unos pocos que no quieren pelear sus propias batallas. La trama se centra en la transformación de Connor, yendo y viniendo en el tiempo entre la época en que la familia vivía unida en una granja en Australia, los últimos y fatídicos momentos que vivieron los jóvenes tras quedar atrapados en líneas enemigas y el presente de búsqueda y redención de un padre que lo perdió todo. Creo que en general está bien construida la historia, pero hay momentos en los que se vuelve bastante aburrida. El aura de drama y melancolía constante que hay durante el metraje produce que por instantes viajemos mentalmente a otro lugar para relajar y poder seguir, luego de unos minutos de escape, con el relato. Entre medio de la búsqueda se produce también un amorío entre Connor y Ayshe (Olga Kurylenko), una turca que trabaja en el hotel en el que se hospeda. Acá se le añade el componente amoroso a la película, que de a ratos resulta un poco exagerado y descolgado para con la trama principal. Se quiso abarcar mucho y de a momentos el engranaje funciona, pero en otros termina encajando menos de lo que se propuso. Es una película con personalidad épica pero con pocos ingredientes comerciales. Se nota que hay mucho corazón y esfuerzo en la puesta en escena, pero también se nota que Crowe se olvidó un poco del espectador y lo abruma con tanta seriedad y drama. Una propuesta para el espectador paciente y sensible a las secuelas de las guerras. No es de lo mejor que se verá en el año, pero se deja.
Más desastres naturales flojos de trama Llega un nuevo tanque cinematográfico sobre desastres naturales y esta vez nos trae como protagonistas al ascendente Dwayne "The Rock" Johnson y a la falla de San Andrés en la costa oeste de California. Lamentablemente esta nueva propuesta de desastres naturales cae en los mismos lugares comunes que la mayoría de estos films, aunque por suerte no se toma tan en serio como la han hecho "2012", "El día después de mañana" o "Armageddon". En primer lugar tenemos a la familia de nuestro protagonista, compuesta por su ex mujer Emma (Carla Gugino) y una de sus hijas, Blake (Alexandra Daddario). La otra hija lamentablemente murió en un accidente de rafting y ese acontecimiento fue causa de la separación con Emma. Esta cuestión me da la sensación de que se podría haber explorado un poco más, no desde el morbo de repasar como murió la hija, sino desde cómo esto moldeó el carácter de nuestro héroe. Se quedaron a mitad de camino. Las consecuencias de la muerte de una de sus hijas sólo se percibe en algún que otro recuerdo distribuido a lo largo del metraje y en algunas caras de Ray (Dwayne Johnson). Esta situación está concebida para que el público empatice más rápido con el protagonista y no por una razón interesante o que enriquezca la trama. Luego tenemos cosas ridículas a lo Michael Bay, como por ejemplo a Emma sorteando las grietas del terremoto más fuerte del mundo en tacones de 10 cm, un helicóptero que vuela por debajo de edificios colapsando y coincidencias inverosímiles (cuando ambos padres están buscando a su hija la encuentran por casualidad en un edificio) para una gran ciudad como San Francisco. Otra cuestión que me pareció pobre y que no aportó casi nada fue el rol que le dieron al pobre de Ioan Gruffudd ("Los 4 Fantásticos", "Forever") que no la viene pasando bien profesionalmente. Lo hicieron figurar como un villano de manual básico, forzado y sin ningún tipo de contribución a la historia. Si no hubiera estado era prácticamente lo mismo. Por el lado técnico, sí, los efectos especiales están bien elaborados y son espectaculares, aunque como suele pasar con este tipo de film, por momentos resultan demasiado exagerados al punto de que pierden fuerza y credibilidad. La destrucción es tal que termina siendo algo normal dentro del contexto y esto significa que el impacto acaba desvaneciéndose. Un entretenimiento menor, con mucha pirotecnia visual pero poco corazón puesto en la trama. Lo bueno es que no se da aires de apocalipsis dramático como otros exponentes del género y es consciente de su esencia pochoclera. Sólo para fanáticos de los desastres naturales cinematográficos.
Una remake sin alma Es realmente una lástima cuando se largan a hacer remakes de grandes películas sin un trabajo previo serio, porque bastardean títulos clásicos como este de Tobe Hooper ("The Texas Chainsaw Massacre"). Lo peor es que la dan la razón a los tremendistas que apenas se enteran de que habrá una nueva remake empiezan a despotricar a diestra y siniestra. Como ya lo he dicho en otras reseñas, no estoy en contra de rehacer una película, siempre y cuando tenga al menos 15 años de diferencia con la primera entrega, algo que este proyecto respetó; el problema es cuando la remake es sólo una mera excusa para ganar unos billetes extras aprovechando la fama de la película original y no se le pone nada de ganas al guión. Es simplemente muy decepcionante. La "Poltergeist" de Gil Kenan ("Monster House", "City of Ember") es bastante floja. Le falta el alma aventurera y terrorífica que tenía la versión original. Todo está muy cuidado estéticamente, como suele pasar con estas remakes, pero cuando nos ponemos a analizar un poco el guión, la peli se va para abajo estrepitosamente. Eligieron desestimar los detalles que hacían especial a la primera para darle paso lo más rápido posible a las secuencias de "terror", las cuales surtieron muy poco efecto finalmente. Se le quiso incluir más humor y terminó siendo menos divertida que su antecesora. Por otro lado el grupo de actores también le jugó en contra. ¿A quién se le ocurrió poner a Sam Rockwell como el padre de familia? Lo banco a Sam, pero acá estaba totalmente fuera de su elemento, en piloto automático. La nueva nenita que tenía el clásico rol que originalmente interpretó Heather O'Rourke no logra convencer tampoco. Es mucho mejor la labor y la presencia del nene que hace de su hermano, Kyle Catlett. Técnicamente también le faltó cancha. Más allá de los buenos efectos audiovisuales, Kenan está lejos del manejo de planos y la anticipación de los momentos de terror que tenía Hooper. Tampoco logra los ambientes espectrales que tenia la "Poltergeist" de 1982. Basta con buscar en YouTube alguna escena famosa de la original para notar la diferencia de calidad entre un trabajo y otro, entre el verdadero entretenimiento y un mero producto comercial. Un ejemplo claro de esto, es la secuencia del niño y el payaso. La de Hooper hipnotiza y da miedo, la de Kenan busca impactar con saltos y golpes de sonidos que son totalmente inútiles. Una decepción más para sumar al conjunto de remakes fallidas de los últimos años.