En general, las segundas partes no son buenas. UPA 2 (Una película argentina 2) es una excepción: la mirada irreverente, crítica y desopilante sobre el mundo del cine nacional y los vicios de actores y directores es brillante. Tamae Garateguy, Santiago Giralt y Camila Toker escribieron y dirigieron un largometraje en el que actúan junto a Nancy Duplaa y Martin Slipak, entre otros intérpretes que encarnan a actores con sus mismos nombres. Los egos, la falta de recursos económicos, la sexualidad, la ridiculez, la improvisación y la hipocresía de este universo artístico está contada con un guión pletórico de humor y un ritmo que nunca decae. Un ejemplo de la verdadera buena comedia argentina.
El estreno de “Una serena pasión” es algo casi milagroso, por tratarse de un film de una belleza poética, narrativa y visual fuera de lo común. Terrence Davis construyó un film con un guión minucioso, complejo, de una profundidad digna del personaje que retrata: la poeta Emily Dickinson. El amor, la religión, la poesía, el sufrimiento y la existencia son algunas de las temáticas de un film en el que la reconstrucción de época, la dirección de fotografía, el vestuario y maquillaje y la hondura encarnada por un elenco excelente. Cynthia Nixon (Miranda de “Sex and the city”) encarna a la poeta adulta, sus padecimientos y su frágil salud en un film que por momentos puede resultar tan envolvente como algo tedioso, aunque el resultado es un hecho artístico de excepción.
Otra vez (sí, la tercera en quince años) se estrena un film en el que la historia del hombre araña vuelve a comenzar. En este caso, con una temática entre adolescente y de superhéroes, el personaje de Spider-man celebra su ingreso a la liga de los Vengadores. Peter Parker no es más adulto y no trabaja más en la prensa gráfica. Ahora es un adolescente de quince años (Tom Holland, el chico de “Lo imposible”) que va al colegio, se enamora y se vincula con los otros superhéroes de Marvel filmándolos con su celular, en la primera escena del film. Luego, con la rebeldía adolescente, querrá derrotar al villano (Michael Keaton, esta vez del lado de la oscuridad) sin ayuda ni control de Iron Man (Robert Downey Jr.). El film, que tiene el habitual impacto de una megaproducción mainstream, no tiene otras virtudes que son primordiales: la historia que cuenta (por más que la unión del mundo teen y el del hombre araña convivan bien) es por demás chata, previsible, reiterativa, y recién la trama se permite una sorpresa, un giro, una tensión pasados los 90 minutos. La empatía que genera Holland y el atractivo de Keaton como antagonista no está nada mal. Pero los cinco guionistas (entre los que está el director Jon Watts) evidentemente no encontraron un rumbo ni fresco, ni original, ni levemente novedoso para una historia que ya promete una segunda parte para 2019.
(Replicada en Radio Rivadavia y www.partedelshow.com.ar) En el MALBA se estrenó ayer sábado el documental Los ganadores, de Néstor Frenkel, que desde el jueves exhibirá el Gaumont. El director de Amateur entrega aquí una irónica e irreverente revelación sobre un peculiar sistema de premios y premiaciones que sucede en nuestro país. Con agudeza, Frenkel da cuenta de cómo funciona un sistema en el que el ego, el negocio y la incompatibilidad lógica de un Jurado (algunos premian y son premiados al mismo tiempo). Un documental fascinante, desopilante que desnuda las operaciones más bajas (y habituales) de la desesperación humana por el reconocimiento. Notable.
(También emitida en AM 910, Radio La Red y en www.partedelshow.com.ar) Entre el drama, la ciencia ficción y la comedia navega este film atrapante e inteligente, muy bien actuado y con un ingenio bastante infrecuente en el cine: una mujer se separa de su pareja y se va de Nueva York a su pueblo natal en el que descubre que una monstruosa aparición en Seúl se vincula con algo que puede hacer ella misma, al otro lado del mundo. Anne Hathaway y Jason Sudeikis son los protagonistas de un film que tensa el verosímil pero funciona y no deja cabos sueltos, y que alterna con astucia el humor y el drama, con un dejo de misterio más que atractivo. Subyugante y colosal.
(También emitida en AM 910, Radio La Red y en www.partedelshow.com.ar) Protagonizada y dirigida por mujeres se estrena hoy (más de cuarenta años después del inicio de la serie original) este largometraje de una de las principales superhéroes de DC Comics. Gal Gadot (modelo y actriz israelí) encarna el rol que supo inmortalizar Lynda Carter, y lo hace apenas con corrección, porque no parece tener demasiado ángel ni destreza actoral. Sin embargo, la actuación de Chris Pine (“Star trek”, “Sin nada que perder”) y la participación de Robin Wright (“House of cards”), la vinculación del personaje con la mitología y la impresionante realización técnica y visual le ganan la pulseada a un film algo abrumador y dilatado, que sin embargo funciona como entretenimiento para el gran público.
(También emitida en AM 910, Radio La Red y en www.partedelshow.com.ar) Dos mujeres unidas por un hombre muerto hace tiempo (hija y segunda pareja) se reencuentran 30 años después de la desaparición de la última de ellas. Están en situaciones distintas: la hija es partera y tiene una vida gris y ordenada, y la otra tiene cáncer, es adicta al juego y está absolutamente sola. Catherine Deneuve y Catherine Frot (“Marguerite”), dos de las mejores actrices francesas, son las protagonistas de este film que transita el drama con pinceladas de comedia, y mucho de lo que sucede funciona como metáfora entre la vida y la muerte. La complejidad de la psicología de los personajes y las excelentes actuaciones son los puntos a favor en una película algo previsible y excesiva pero igualmente conmovedora y entrañable.
Después de haber batido récords de taquilla en Italia, se estrenó ayer este film de Paolo Genovese. Un grupo de amigos (tres parejas y un hombre que no quiere presentar a la suya) se reúnen a cenar en casa de uno de los matrimonios y alguien propone que durante la cena se pongan los celulares sobre la mesa y se compartan las llamadas y mensajes que cada uno reciba. Desde este planteo se construye un film que fluctúa entre momentos desopilantes, simpáticos y otros más débiles y menos verosímiles, pero que no deja de resultar atendible (si bien parece teatro filmado) por la calidad de su elenco y la temática que, con una excusa actual, indaga -aunque levemente- en la condición humana.
Julia Solomomoff (“El último verano de la boyita”) acaba de estrenar en nuestros cines un film conmovedor realizado con un nivel de excelencia poco habitual. Filmado en Nueva York, es la historia de un actor argentino que vive entre el desarraigo y el desamor mientras intenta trascender profesionalmente en la industria estadounidense. Con rubros técnicos impecables (fotografía y locaciones son exquisitos), un guión convicente y un muy buen elenco, este largo indaga en el ser humano con un nivel de verdad tan alto que consigue conmover y atrapar, propio de una directora de gran talento. La emoción no sería posible sin el soberbio trabajo de Guillermo Pfening, premiado en el Festival de Tribeca. De las mejores expresiones del cine argentino actual.
(También emitida por Radio La Red y publicada en www.partedelshow.com.ar) Un francés ve su vida quebrarse cuando se entera de que su padre, a quien no conoció, murió en Canadá y que allí tiene dos hermanos, por lo cual decide viajar a Montreal. Esta es la trama del film de Philippe Lioret, estreno de mañana, que cuenta con un elenco brillante, encabezado por Pierre Deladonchamps (El desconocido del lago). Buenos recursos técnicos y buenas actuaciones conviven con una historia sencilla, atrapante, que compromete lenta por firmemente al espectador, pese a que se pueda llegar a discutir algo de la verosimilitud o su leve condensación. Un largometraje que logra emocionar por su inteligente y noble retrato de los sentimientos humanos.