Retrato de relaciones familiares con un distanciamiento afectivo muy presente. «Vivo de aquello que los otros no saben de mi» – P.H. A partir un ejercicio de la facultad, Sebastián Muro comienza a filmar a su padre, Rafa, un extrovertido empresario organizador de eventos, mediante la consigna del retrato de un personaje, y termina fotografiando vínculos familiares ausentes que se repiten. Diversas son las situaciones que pueden llevar a un padre, a una madre, a salir de la vida de sus hijos, pero más allá de su presencia física, los ausentes emocionalmente son los que marcan cada pasaje de la vida de esos hijos, ¿cuántas emociones reprimidas pueden llegar a tener? Infinitas… Un origen desde el árbol genealógico, un antepasado que se refleja en el presente, circunstancias preexistentes marcadas por carencia muy presente. «Rafa, su papá y yo» es un documental en primera persona sobre vínculos entre padres e hijos. Muro nos sumerge a través de material de archivo en su historia personal, las memorias de su familia marcadas por las ausencias, donde en algún punto se busca reconciliar y soltar las sombras del padre de Rafa que existen en él, y las traslada a Sebastián. Un relato personal que puede ser colectivo, aquello que no se habla, sin embargo, está escondido, eso que no se dice, pero la incomodidad sale a flor de piel. Relaciones familiares que repiten patrones, y que nunca se rompen. La exposición del interior de una familia que lleva a reflexionar a aquellos vinculantes que siempre cargan con algo. En medio de un viaje como ritual simbólico se busca liberar enojos y así eximir aquellas partidas tomadas como abandono que aún se encuentran latentes impidiendo mejorar las relaciones humanas, delegando actos a terceros por el propio accionar. «La película puede funcionar como un espejo para que todos miremos hacia adentro nuestro y de nuestras familias. De las estructuras invisibles que no se cuestionan pero que sí influyen muchísimo en nuestra vida». Un documental nacido como un ejercicio audiovisual, donde su finalidad radica en terminar evidenciando la complejidad de los propios vínculos ante la interacción que surgen entre los mismos, donde se traslucen momentos de incomodidad los cuales explican dicha dificultad, así como la complicación que existe entre las relaciones de padre e hijo. En síntesis, «Rafa, su papá y yo» es un relato que abarca la paternidad, las ausencias emocionales, sus consecuencias, las relaciones familiares que vuelven a reincidir generación tras generación a modo de círculos sin romper el ciclo, y la búsqueda del reencuentro mediante el perdón para poder aceptar y soltar viejos rencores.
Cacería de brujas… «No hay nada más peligros que una mujer que baila»… «Akelarre» es una coproducción entre España, Francia y la Argentina. Dirigida por Pablo Agüero con un guion coescrito junto a Katell Guillou. Protagonizada por Amaia Aberasturi, Àlex Brendemühl, Daniel Fanego, Jone Laspiur, Daniel Chamorro, Iñigo de la Iglesia, Yune Nogueiras, Asier Oruesagasti, Elena Uriz, Garazi Urkola, Irati Saez de Urabain, Lorea Ibarra. La misma se centra en la brujería como representación de lo inmoral, marcada por el poder femenino, y las voces que no callan. Se convirtió en una de las grandes ganadoras en la 35 edición de los Premios Goya. La historia se inspira en notas escritas por Pierre de Lancre (inquisidor francés, autor en 1609 de «Tratado de brujería vasca: descripción de la inconstancia de los malos ángeles y demonios»). Ambientada en el País Vasco Francés del año 1609, Ana (Amaia Aberasturi) participa en una fiesta en el bosque con otras chicas de la aldea. El juez Rostegui (Àlex Brendemühl), encomendado por el Rey para purificar la región, las hace arrestar y las acusa de brujería. Decide hacer lo necesario para que confiesen lo que saben sobre el akelarre, ceremonia mágica durante la cual supuestamente el Diablo inicia a sus servidoras y se aparea con ellas. Un grupo de mujeres acusadas injustamente, a quienes se las condena sin juicio alguno y sin ser oídas para defenderse. Narra una historia de brujas vascas que representa el empoderamiento de la mujer frente al poder represor de la inquisición religiosa sobre ellas. La represión de las actividades lúdicas como expresión de las de emociones; mediante el baile y la música ocultan formas de revelación de Lucifer que se manifiestan a través de la mujer. Así se acapara una violencia machista impropia que aun hoy existe en nuestros días. La unión del grupo de mujeres acusadas será la clave de la defensa de sus derechos. Delinea magníficamente la conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano ante el intento de dominación del hombre, y la jerarquía natural e hipnótica que pueden tener sobre un individuo. Un guion minucioso de gran nivel al igual que su fotografía acompañada de un excelente reparto, muestra pasajes dramáticos y teatrales como un poema sobre la esencia y fuerza natural de la mujer. Una brillante y elocuente labor de Agüero que transmite una preponderancia visual cautivante de una congruencia narrativa genialmente eficaz. Evoca la ironía y sensualidad logrando un film mucho más que oportuno. Brendemühl nos ofrece una interpretación formidable en el papel de Rostegui y Fanego en un personaje secundario magnífico, donde entre ambos otorgan tanto intensidad como credibilidad junto a una atmósfera sombría y atrapante. En síntesis, «Akelarre» es una cinta atractiva que aborda la vulnerabilidad y a la vez el empoderamiento de la mujer, su fuerza natural ante la opresión y hostigamiento del hombre. La bruja como símbolo de una mujer revolucionara.
Un lugar que guarda hechos inexplicables, y un cuento que tal vez no sea solo una leyenda…. Ópera prima del director y escritor ruso Ivan Minin. La película es una reconstrucción sobre eventos sobrenaturales. Protagonizada por Viktotiya Potemina, Anastasiia Gribova, Margarita Bychkova, Ilya Agapov, Aleksey Aniskin, Konstantin Nesterenko y Oleg Chugunov. El 14 de octubre de 2017, un equipo de voluntarios salió al bosque, en la región de Leningrado, en busca de un adolescente desaparecido. Pronto, se perdió toda comunicación con ellos. Los lugareños creen que fueron capturados por el mismo espíritu oscuro que se llevó a los demás. Lo llaman la viuda coja. Al estilo found footage, la cinta nos introduce sobre el mito que rodea un sector de Rusia. En una zona densamente boscosa al norte de San Petersburgo, la gente ha estado desapareciendo durante tres décadas, y se han encontrados cuerpos desnudos sin signos de muerte violenta, por lo que los habitantes creen se los lleva un alma perdida. Sigue un camino similar a la película «The Blair Witch Project» (1999) y contiene varias referencias peculiares a los clásicos de culto de los 90’ tomados como base para la construcción del hecho sucedido. Un equipo de rescatistas voluntarios buscando a un niño perdido, terminan lidiando con un fenómeno sobrenatural. Historia de terror que pertenece al folclore ruso, delineada con demasiada templanza y poco sobresalto. Muy poco convincente, con una atmósfera oscura tan áspera que no logra su cometido, quedando solo en un intento de cinta de horror con golpes sin efectos, un guion simple y hasta un tanto precario, junto a un ritmo que por pasajes tiene una lentitud fastidiosa, acompañado de un suspense prácticamente como vaso a medio llenar. Una trama que parece al mismo tiempo banal, inexpresiva e ilógica. Pero vale destacar las correctas actuaciones, dándole un cierto equilibrio al clímax que a medias tintas logra cubrir lo que es el género de terror. En síntesis, «La Leyenda de la viuda» es un relato fallido ante una idea que pudo haber sido mejor aprovechada. Una intriga desabrida al igual que su desarrollo con giros obvios en la trama sin factor sorpresa para hacernos saltar del asiento.
El paso del tiempo y su vicisitud… «Charlotte» es una coproducción paraguayo-argentina, la tercera película de Simón Franco («Tiempos menos modernos», «Boca de pozo»), y una comedia dramática pintoresca y amena protagonizada por Ángela Molina, una de las actrices más destacadas del cine español. Charlotte (Ángela Molina) era una diva del séptimo arte. El director que la llevó a la fama está rodando su última película. Empieza para ella un viaje con su asistente personal Lee (Nacho Huang) para conseguir ese papel que ella considera que le pertenece. Una actriz de la época de oro olvidada en la actualidad lleva varias décadas alejada del mundo cinematográfico tratando de lidiar con sus recuerdos que de vez en vez vuelven y la dejan hechas pedazos, con el surgimiento de la melancolía por los tiempos pasados. Por otra parte se encuentra su eterno y fiel asistente oriental, quien acompaña la transición de aquella gran añoranza que la mueve para recuperar lo que considera que siempre fue de ella, pero que en ese camino la hará reflexionar sobre la aceptación de lo que ya no es y lo que hoy sí puede ser. Nos habla sobre la tolerancia que se debe adquirir con el correr de las épocas, soltando esa esclavitud a períodos remotos que aun abraza. Ambos emprenden un viaje hasta Asunción, Paraguay, con el fin de convencer al cineasta de protagonizar la cinta, donde los llevará a una aventura de aceptar, afrontar, y reciclar su desenlace. Una road movie, con un guion elocuente con tintes de humor negro que nos traslada a través de un viaje en escalas de afectos y apegos, ante personalidades opuestas. Una Molina que derrocha autenticidad y sensibilidad con un talento indiscutible junto a Ignacio Huang, dándole un equilibrio exacto a la cinta mediante el vínculo de sus personajes. La banda sonora (Mariano Barrella en la música y en la Dirección de Sonido Esteban Golubicki) es el otro recurso fundamental para marcar el tono y registro de la película En síntesis, «Charlotte» es un film agradable que aborda la majestuosidad del tiempo, donde tanto su belleza como fealdad delinea las situaciones negativas, y el aceptar lo ocurrido como primer paso para superar las consecuencias de aquella gran añoranza.
Los vestigios de un pueblo originario del norte argentino… La última sobreviviente de un paraje inhóspito del norte de Salta. La ópera prima de Juan Pablo Ruiz aborda la opresión sufrida por una comunidad con la llegada del ingenio (la recolección de caña) a la región de Cerro Quemado, siendo violentada y extorsionada. Muchos murieron y otros decidieron marcharse. Micaela y su madre Yurquina emprenden un viaje en busca de su abuela Felipa, última moradora Coya del olvidado, duro, pero extraordinario paisaje andino de Cerro Quemado. Un documental que ilustra la supervivencia de la ultima habitante coya, que relata el forzado éxodo que sufrió una de las tantas comunidades indígenas en nuestro país, en este caso, una de las familias coyas obligadas a dejar sus tierras en «Finca Santiago» tras la aparición de nuevos «propietarios» quienes los forzaban a pagar un alquiler o trabajar a destajo en el Ingenio San Martin del Tabacal. Con un ritmo pausado, pero no lento, con una bella fotografía de los paisajes como protagonistas hacen ver lo que hubo, su grandeza y su pérdida. El trayecto se convertirá no solo en el retrato poético de un mundo a punto de desaparecer, sino también en el encuentro íntimo, espiritual, de tres mujeres de generaciones distintas unidas por un pasado indígena. Tres generaciones de mujeres coyas a través de un viaje de conexión con las raíces, con el ser, el vínculo con la naturaleza y la magia que nos otorga mostrándonos nuestra propia esencia. Una narrativa más visual y sensorial sin pretensiones, que intenta plasmar mediante emociones tan naturales como los propios escenarios donde nos presentan este relato de huellas y ruinas de una cultura indígena. Pero en este intento de estampar cierta carga emocional del encuentro de dichas mujeres, creando una expectativa ante su unión, queda a medio hacer, sin llegar al punto de acercamiento emocional que se pretende delinear. En síntesis, «Cerro Quemado» es un interesante documental que queda a medias tintas mostrando la vicisitud del tiempo, las grietas que han quedado en sus vidas, intentando contar, mediante la pesadumbre, la historia sobre una comunidad oprimida y olvidada.
Cuando lo único que reina es el odio, simplemente nacen «monstruos»… Los largometrajes de susto nunca pasan de moda, sobre todo si están bien hechos. Tras «Verónica» y la franquicia del matrimonio Warren («Insidious» y «Expediente Warren»), la misma línea sigue «Malasaña 32». Incluso podemos encontrar algo de «Poltergeist». Dirigida por Albert Pintó y protagonizada por Begoña Vargas e Iván Marcos, llega esta cinta basada en hechos reales, teniendo como principal locación una casa en el barrio madrileño Malasaña en el año 1976. Está inspirada en los brutales asesinatos que han sucedido en un edifico del popular barrio madrileño durante los 70’, donde acontecían extraños sucesos aislados (el propio Botet contó en alguna entrevista que él vivió de pequeño en aquel edificio y sí que pasaban cosas extrañas…). Aquellos casos se han unido y magnificado para darle consistencia a la historia. Brevemente nos sitúan en 1972 donde todo empieza. Una anciana (Javier Botet) sola y recluida; y los anteriores vecinos del portal ubicado en la calle Manuela Malasaña número 32. Tras su muerte, cuatro años más tarde, ese mismo departamento vuelve a ser habitado por una familia, secuencia que nos sumerge de forma marcada al ritmo y la tensión constante a la que se verá sometido el espectador. Manolo (Iván Marcos) y Candela (Bea Segura) se instalan en el madrileño barrio de Malasaña, junto a sus tres hijos Pepe (Sergio Castellanos), Amparo (Bogoña Vargas) y el pequeño Rafael (Iván Renedo), y el abuelo Fermín (José Luis De Madariaga). Atrás dejan el pueblo en busca de la prosperidad que parece ofrecerles la capital de un país que se encuentra en plena transición política. Pero hay algo que la familia Olmedo no sabe: en la casa que han comprado, no están solos… Una cinta de terror solvente, la cual a pesar de tener un guion con puntos flojos, la atmósfera lo es casi todo en gran parte de las escena. A nivel técnico los sustos funcionan a la perfección junto a la tensión y el suspenso que permanecen en forma continua, ligados al clima de opresión creando una atmósfera ideal, llegando a su punto más alto en la recta final. Se logra un ambiente donde en todo momento causa una sensación de inquietud y malestar en el espectador. Una fotografía que favorece certeramente a la narración, por otro lado, el reparto cumple su función correctamente. Teniendo así una muy digna obra de horror español. En síntesis, «Malasaña 32» es una historia clásica del género, con capacidad para trasmitir lo sofocante del relato todo el tiempo y que no decepciona. Por otro lado, es un film que aborda la homofobia, el aborto y el machismo con giros de guion inesperados que se vuelve tan inquietante que su efectividad es indiscutible.
Una aventura vacacional, el amor y sus conflictos… «Los fuertes», un romance protagonizado por Samuel González y Antonio Altamirano, celebra la libertad del amor. Una cinta del director y guionista ganador de un Teddy Award Omar Zúñiga, que además cuenta con la producción ejecutiva de la cineasta Dominga Sotomayor. Lucas (Samuel González) viaja a visitar a su hermana Catalina (Marcela Salinas) a un pueblo remoto al sur de Chile. Frente al océano y la niebla, conoce a Antonio (Antonio Altamirano), contramaestre de un barco de pesca local. Cuando un intenso romance surge entre ambos, su fuerza, su independencia y su adultez se vuelven inamovibles ante la marea. La película se centra en un amorío que surge en la región de Valdivia cerca del mar, donde un joven arquitecto tranquilo y callado decide alejarse de sus padres tras el rechazo de los mismos por su condición sexual y buscar refugio en su hermana, que a su vez también debe lidiar con sus propios problemas, y un contramaestre marino de personalidad fuerte quien no oculta, pero en lo posible trata de omitir, su predilección por los hombres. Entre ambos de inmediato nace una atracción tan grande como la búsqueda de sí mismo en este mundo. Un romance pasional que solo resulta un amorío de vacaciones. Estas temáticas sobre la orientación sexual y la carga dramática que conlleva abordar estos relatos son un desafío para lograr dejar un mensaje sobre la aceptación de uno mismo y de terceros. En este intento de querer recrear un romance tan icónico como lo fue «Secreto en la montaña» (Ang Lee, 2005), «Los fuertes» se queda mucho más que a medio camino, donde la trama nunca termina de encontrar su identidad ni sello. Nos ofrece un romance que no se desenvuelve más allá de encuentros sexuales. Un drama romántico que podría haber sido ameno termina convirtiéndose en tedioso e indescifrable, con un guion con fisuras constantes que se enreda dejando un hilo narrativo con sabor a nada, y un ritmo que jamás encuentra su tiempo llevando al film a navegar en intentos continuos de un salvataje imposible. Hay que destacar las actuaciones correctas de Samuel González y Antonio Altamirano, donde la química entre ambos fluye de forma natural. Cuesta encontrar aquel mensaje que pretende dar en su totalidad, su fallida intencionalidad de crear un calado clima que sacuda al espectador, hace se vuelva superficial. En síntesis, «Los fuertes» es una historia con un propósito que no llega a su objetivo de ser un relato íntimo, romántico y conmovedor. Pero que sí puede verse claramente la conexión propia de dos personas que se gustan. Una historia sencilla que podría haberse explotado mejor y no se logró. Aunque sí podría decirse que al menos sirve en cuanto a la visibilidad sobre la condición homosexual. Nota importante: A partir de hoy se podrá ver la película en Puentes de Cine.
Cuando conectas finalmente con quien eres en realidad, las cosas nunca terminan siendo fáciles, pero aceptar todo lo que está pasando, es avanzar. «Cosas de Hombres» es de los productores de «Sin Filtro» y «No Estoy Loca» y está protagonizada por Marcial Tagle, Paz Bascuñán, Boris Quercia, Pablo Zúñiga, Felipe Braun y Mirella Granucci. Con el debut en la dirección de Gabriela Sobarzo Mierzo, es el remake de la exitosa película mexicana «Hazlo como hombre». Una comedia chilena divertida con un poco de drama que expone la amistad masculina y los prejuicios que surgen en ese mundo. Tres amigos inseparables llevan una larga vida juntos, hasta que Santiago (Boris Quercia) decide a sus 50 años confesar que es gay. El cambio drástico que tendrá lugar en sus vidas, sus amigos que reaccionan de distintas formas hasta descubrir que su amistad va más allá de cualquier preferencia sexual, son algunas de las temáticas que trata este film. Santiago comienza a cuestionarse su vida, su matrimonio, evidenciando malestar, pero nadie supone la verdad. Luego de colocar en eje sus sentimientos y sincerarse asumiéndose como gay, sus vínculos personales comienzan a verse envueltos en una rueda de conflictos que terminan desmoronándose. Sus amigos son Raúl (Marcial Tagle), que solo lo ve como un tránsito pasajero, Luciana (Mirella Granucci), esposa de Raúl que intenta que deje los prejuicios de lado, Eduardo (Pablo Zúñiga) de total mente abierta que acepta la elección, la mujer de Santiago, Nati (Paz Bascuñán), quien al enterarse toma casi una postura binaria con tal de recuperar al hombre de su vida. La cinta es un viaje que pone en escena los prejuicios cotidianos sobre las elecciones sexuales, los conceptos de la «masculinidad» entre aquel que, con una lealtad bordea la ceguera e insensatez cuestionando de forma ilógica lo que debería ser el «macho alfa», y sobre lo que se considera normal, expone al hombre machista como un negador rotundo a los cambios y su transición a la tolerancia sobre un tema que debe naturalizarse. Una historia clásica, junto a una fotografía que va en consonancia, llena de matices, con un guion prudente que sabe dar golpes de gracia, plagado de humor ameno sin ser agresivo en cuanto a la temática, con algunos toques de drama que llevan a la reflexión. Tiene una buena construcción de los personajes, entre los cuales se destaca la ortodoxa psiquiatra (Carolina Paulsen), que funciona de equilibrio y motor de la trama, enriqueciendo al papel de Tagle. La narración lleva un proceso que consta de etapas no solo de aprendizaje para el propio protagonista, sino también a su entorno, en cuanto a la empatía y aceptación del otro sea la elección que sea que tome para su vida. «Es una comedia extremadamente actual que se ríe de los prejuicios y el doble standard chileno». En síntesis, «Cosas de hombres» es una comedia muy atractiva sobre la amistad masculina y los ridículos prejuicios que retrata el tradicionalista «código de machos», la supuesta normalidad. Por otro lado, celebra el concepto de la amistad, el respeto, la comprensión y el amor, un hilo conductor de toda relación humana que hace uno conecte con lo verdaderamente importante al final de cuentas.
Caminos desencontrados que solo suman desdichas… Primer largometraje de la cineasta mendocina Luciana Bilotti, ganadora del Concurso Raymundo Gleyzer 2015, protagonizado por Diego Velázquez (quien interpretó a Erdosain en la versión de «Los siete locos» y «Los Lanzallamas», que dirigió Fernando Spiner en la Televisión Pública), Ivana Catanese, Martina Penaccio, Patricia Cristen y Zoe Gatica. «Camping» cuenta la historia de Sara y Marcos, un matrimonio que se encuentra en una etapa de crisis y decide ir de campamento durante un fin de semana con su pequeña hija Estefanía. Ni bien llegan, Marcos se mantiene recluido en su velero, mientras que Sara cree que en ese lugar podrá dedicarse por completo a su familia y así superar la crisis que atraviesan. Un drama intimista que intenta plasmar la crisis de una pareja con una hija en medio de ese desequilibrio, las consecuencias que genera esa tensión dentro del seno familiar, afectando a su pequeña, además de los efectos directos pero invisibles para el jefe de familia, pero tan latente y triste para su mujer. La cinta enfatiza perfectamente lo que sucede al prolongar la falta de comunicación en los vínculos afectivos y las carencias que se revelan del hecho de su inconciencia. Todos ocurre en un mismo escenario, un camping, el lugar adecuado para la narración, porque está creado para reconectarse y revivir el espíritu de unión. La fotografía es buena acorde a la tonalidad del film entristecido. Sin embargo, la cinta presenta una falta de conexión con lo que se intenta contar y lo que se percibe como espectador hace que no se llegue a un punto emotivo. Un guion que no convence, escenas que se dilatan de forma innecesaria, y en vez de potenciar la historia hace que se vuelva tediosa. Una buena intención, pero con varias fisuras donde en realidad no termina de ponerse de acuerdo en lo que quiere contar en sí, ya que el crecimiento/transformación de una niña en adolescente prácticamente no se ve quedando a medio camino. Por otra parte, las paletas de grises intensos que nos muestra el film de una pareja que trata de salvar lo poco que puede quedar entre ellos puede verse en total esplendor. En síntesis, «Camping» es un drama en el cual la ramificación de su idea se quiebra sin llegar a un lugar o a un fin concreto. La representación sobre la soledad, el dolor, la falta de entendimiento y los desencuentros carecen del punto emocional que debería desencadenar una mayor empatía en el espectador, pero queda un vaso a medio llenar. Una buena idea, pero con varias grietas. Una historia que no logran atraer al público.
Se dice que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. La amistad es quizás la forma más perfecta del amor. «Catorce» es un film que desembarcó durante 2019 en el Festival Internacional de Cine de Berlín de la mano del crítico y director Dan Sallitt (siendo este el quinto largometraje). Un drama poético de gran agudeza emocional sobre la relación de los vínculos que nos conectan a la vida. Dos veinteañeras que viven en Nueva York, Mara (Tallie Medel) y Jo (Norma Kuhling), son amigas desde su juventud. En el transcurso de una década, la joven Jo se vuelve cada vez más disfuncional. Su amiga Mara, de carácter más estable, desarrolla su vida mientras contempla el inexorable proceso. Jo, una trabajadora social, encuentra cada vez más difícil funcionar en el mundo, llegar puntual a sus citas o cumplir compromisos. El simple hecho de comprometerse le resulta complicado porque arrastra una inestabilidad desde su adolescencia que jamás logro resolver. Su aparente personalidad con ansiedad y rasgos depresivos junto a sus adicciones solo ayudaron a deteriorar aún más tanto sus relaciones personales como laborales, lo cual a lo largo del tiempo jamás pudo encontrar un equilibrio. Por otra parte, sus allegados sospechan que puede tener una enfermedad mental no diagnosticada, más allá del consumo de sustancias, tomando eso como la causa aparente de todos sus males. Su amiga Mara, que ha admirado a Jo desde la escuela, trata de ayudarla cuando puede y se aleja si el comportamiento errático de Jo se vuelve demasiado difícil de soportar, en un ciclo interminable. A lo largo de una década, a medida que los trabajos, novios, departamentos van y vienen, el poderoso vínculo entre ellas se estira, pero nunca se rompe por completo. Una película sobre la depresión, la amistad, los lazos y sus desencadenantes, aunque se tome su tiempo en dejarlo claro. A pesar de todos los ciclos que atraviesa dicha relación, en cuanto a la batalla con el abismo que sufre Jo, Mara jamás le suelta la mano. Mientras tanto, la cinta pone en cuestión tanto las concepciones que los personajes tienen de sí mismos como nuestra percepción sobre su psicología. En cuanto a los aspectos técnicos, como la iluminación, el tratamiento del color o incluso las sensaciones que deben transmitir, están perfectamente hilvanados para mostrar cada ruptura y cada caída, creando un clima afligido, tenso, apagado, pero con cierta luminosidad. Por momentos hay una leve brusquedad en el ritmo, aunque en otros pasajes lo nivela, concibiendo un buen puente para el relato. Tallie Medel y Norma Kuhling se fusionan de forma correcta en esta cinta llena de honestidad que contempla la ruptura de un lazo, pero jamás la desatadura de su conexión. En síntesis, «Catorce» es una profunda reflexión sobre la complejidad y la unión en las amistades, lo enredado que puede tornarse el ser humano ante la falta de contención emocional y cómo afecta consecutivamente todas sus relaciones ante la vida, y consigo misma, donde a veces en todo ese proceso de búsqueda jamás logran sobrepasar el abismo de las frustraciones y otros sí logran encaminar sus vidas. Nota importante: A partir de hoy se podrá ver la película en Puentes de Cine.