Háblame para que yo te conozca Viendo El discurso del Rey, un film a modo de biopic sobre la vida de Jorge VI de Inglaterra, no puedo dejar de pensar qué fantástico sería si la historia se enseñara en las escuelas desde una mirada similar a la de Tom Hooper. Este joven director de 38 años toma la figura de un monarca que no sólo fue uno de los primeros en su dinastía en llegar al trono tras una abdicación, sino que además sufría de un trastorno más que tormentoso para una figura pública a la que se supone impoluta: la tartamudez; y con un delicado equilibrio entre el drama y la biopic, nos cuenta sobre su incapacidad de hablar correctamente pero sin dejar de lado el aspecto humano e histórico de la cosa. Un poquito de historia: Rey George VI Albert Frederick Arthur George nació en York durante el reinado de su abuela, la reina Victoria, en 1895. Como era típico en las familias nobles de la época, su crianza y la de sus hermanos estuvo bastante alejada de sus padres, quedando en manos de una institutriz. Fue un niño débil de salud y descrito como sumamente emotivo, frágil y asustadizo. Cuando en 1901 fallece la reina, esta fue sucedida por el padre de Albert y este quedó entonces segundo en la línea de sucesión luego de su hermano Edward. Finalmente ingresó en la marina con la cual participaría en la 1º Guerra Mundial. Pero fue en 1920 cuando al ser nombrado Duque de York comenzó con los deberes propios de la realeza entre las que se hallaban, por supuesto, los tan temibles discursos públicos cuando representaba a su padre en distintos eventos. Como estos mayormente tenían que ver con inauguraciones varias- fábricas, redes ferroviarias, minas, etc- se lo llegó a apodar "El príncipe industrial". En el mismo año en que fue nombrado Duque conoció a Elizabeth Bowes-Lyon, quien a pesar de descender de familia nomble no contaba con título ninguno. Luego de tres años finalmente contrajeron matrimonio y tuvieron dos hijas: Elizabeth y Margaret. Lionel Logue Pero no fue sino hasta 1925 cuando el Duque conoció a Lionel Logue, un fonoaudiólogo australiano con quien practicó diferentes técnicas terapéuticas con las que felizmente pudo casi deshacerse de su afección. Cuando en 1936 fallece el rey, su hermano mayor lo sucede pero abdica un año después ante la imposibilidad de casarse con la mujer que realmente amaba, y entonces muy a su pesar según cuentan, Albert toma el mando del reino. Su mayor desafío fue cruzar la crisis de la 2º Guerra mundial de la forma más pacífica posible. Finalmente tanto él como su esposa Elizabeth se convirtieron en símbolos de la resistencia gracias al continuo apoyo y aliento que mostraban para con su pueblo. Para terminar, fue lamentablemente por un cancer de pulmón que la salud del rey terminó debilitándolo hasta que falleció en 1952 por una trombosis coronaria. ¿Pero y la peli 'ta buena? Extraordinaria!, con toda la pulcritud inglesa aunque no fría y desalmada, se nos cuenta la historia de este monarca, sus dificultades de comunicación, su timidez extrema y su amistad con Lionel Logue, de la manera más sensible y emotiva. Son esos films en que no faltan las escenas memorables, los toques de humor, las actuaciones sobresalientes- en especial la de Firth interpretando al rey y la de Rush como su nada ortodoxo terapeuta; todo junto a una fotografía impecable y un histriónico manejo de la música. Son esas películas en las que uno como espectador engancha y se indentifica al momento, sin necesidad de golpes bajos y a pesar de que las ambientaciones son muy alejadas de la realidad de cualquiera. Hay que saber contar una historia "de época" con personajes que pocas cosas comparten con nuestras costumbres y poder lograr esa identificación. Hooper logra bajar la historia de este peculiar personaje histórico para mostrarnos que al fin de cuentas el dolor, el sufrimiento, las inseguridades, el amor, la amistad, y todo ese largo etc puede darse por igual en cualquier ser humano. Es que si uno tiene que adjetivar de alguna manera este film es así: un film humano, donde la grandeza y las aureolas de las jerarquías no tienen lugar. Los diálogos son cautivantes y la narrativa dinámica fuera de todo alarde de presunción, se disfruta y mucho. Un film que sería una gran injusticia que no se hiciera con más premios de los que se hizo en la- ahora entiendo- patética entrega de los Globos de oro, ignorada hasta la indignación la tuvieron. En fin, no recurriré al tema de nuevo. Si aun no la ven, háganlo porque no se van a arrepentir y si ya la vieron, véanla de nuevo porque esta es una de esas cintas de las que volveremos a hablar prontamente en un post más analítico desde lo técnico. Ahora los dejo con una galería de imágenes y con el trailer.
Contemplativa y aburrida mirada sobre la fama ¡Qué misterioso es el cine y cuánto más el ser humano! No dejo de pensar cuánto me gusta el cine contemplativo, ese en el cual parece que no pasa nada. Pienso en incontables títulos que me han fascinado como El Custodio, el cine de Martel con su Ciénaga o la misma Shirin que tanto nombro últimamente. Sofía Coppola es una de esas jovenes directoras que con apenas 4 títulos en su haber- sacando los cortos de la lista- ha dado que hablar y tiene sus adoradores y detractores, un poco como todos los directores en sí. Pero en su caso mucho se le ha machacado esa cadencia de imágenes casi estáticas y de escenas silenciosas que acompañan historias donde los protagonistas vagabundean por una vida aparentemente vacía. Somewhere en este sentido no es algo muy distinto. En esta última cinta, Sofía nos presenta la vida de un popular actor de cine que no encuentra su lugar en el mundo, vive sumido entre mujeres, festicholas y momentos de soledad en los que no sabe qué pomo hacer y su vida parece una pista de carreras que da vueltas y vueltas sin llegar a ningún lado, como la genial escena con que abre el film, el primer símbolo obvio de toda la cuestión. Entonces, me pregunté a mi misma cuando llegaron los créditos finales (o quizá bastante antes) : ¿por qué adoré films como los que mencioné antes y detesté este? ¿por qué si a mí Coppola me encanta y la considero una muchacha que ha sabido sacarse de alguna manera el peso de su apellido haciendo cosas con una marca personal, logró que me aburriera como un hongo? La respuesta podría ser variada, pero diría básicamente que esta vuelta Sofía no me contó nada de forma extraordinaria. Dentro de su sencillez extrema, el film tiene unos cuantos momentos interesantes que siempre terminan siendo elisiones de otros momentos que no acaban de cerrarse. Si a eso le agregamos que utilizó unos cuantos tópicos recurrentes en esto de las estrellas de existencias vacuas, cartón lleno. Como espectadora me sentí inundada de una ansiedad suprema por ver reaccionar al protagonista de alguna manera, que pasara algo de alguna maldita vez y que al menos hubiese un diálogo, al menos uno solo, que valiera la pena ya el visionado entero. Y cuando parece que ese momento llega, tenemos a un hombre que se pone a llorar- muy convincentemente eso sí- con frases hechas del tipo: No soy nada, no soy ni siquiera un hombre... WTF? Si puntualizo un poco más, me quedé con la sensación que Sofía utilizó grandes espacios de tiempo en escenas obvias- como las bailarinas de caño o los momentos de soledad del actor- y apuró la narrativa de otras que de ahondarse un poco más hubieran sido estupendas- como los momentos que pasa con su hija y el después de esos "días de felicidad". Así, los casi primeros 40 minutos de esta hora y media de film, salen sobrando por su interminable dilación. Así y todo hay que reconocer que la joven Coppola tiene un manejo de cámara y de la escena excelente. La fotografía y las tomas, largas sí, pero muy bien hechas, son una delicia y la elección de la maravillosa Elle Fanning en la piel de la hija de este inmaduro protagonista, es inmejorable. Su delicadeza y la madurez nada exagerada que demuestra en contraposición con su padre, es lo mejor del film sin dudas y la escena de la pileta, en que simulan tomar el té, la más lograda de todas. Asique ya están avisados, es un film lentísimo, con un final de esos que dan ganas de rasgar la pantalla con una vitorinox a pesar de haberse hecho con un León de Oro el año pasado.
Disney renace "No tenemos que avergonzarnos ni inventar excusas para hacer un cuento de hadas" Esto expresaba Glen Keane, productor y jefe de animación de "Enredados", un film que había sido pensado en su momento como una secuela de Encantada con la técnica de mezclar animación y actores reales como aquella. Pero si Disney repuntó su calidad al apostar volver a aquellas animaciones que nos vieron crecer con La princesa y el sapo, en Enredados apuesta a la nueva tecnología 3D y al humor que nos tuviera acostumbrado Pixar y Dreamworks para convocar tanto a grandes como a chicos. De hecho también cuentan, que la película mantendría el título original de Raspunzel pero la Disney, ni corta ni perezosa, sabía que seguir centrando la figura en una princesa acotaría probablemente el público a las niñas y decidió dar tanto protagonismo al galante ladronzuelo como a la protagonista de esta historia, haciendo de la pareja un conjunto de tanta química como aquella de los ogros verdes. Basada en el relato de los hermanos Grimm, esta es la historia de una princesa arrebatada a sus padres por una vieja anciana que la cría encerrada en una alta torre para aprovecharse de la extensísima cabellera de la niña que tiene propiedades de curación y rejuvenecimiento. Pero un día un fugitivo termina escalando la torre mientras es perseguido por las autoridades y aquí comienza la aventura en sí, cuando ella le pide- extorsión de por medio- salir apenas por un par de días (aprovechando la ausencia de su falsa madre) para ver unas extrañas luces que sólo aparecen en el cielo en el día de su cumpleaños. Con mucha sagacidad, Disney, reconstruye la historia de esta princesa desconocedora por completo del mundo de una manera divertida y muy atractiva, llena de esas cosas que nunca faltan en un film de animación de estas características: gags autoparódicos, aventura y sobretodo personajes secundarios que hacen a la delicia del espectador. Enredados es una película que no deja indiferente a nadie, que apunta a ganarse la risa y el corazón de grandes y chicos y que se disfruta sobretodo en familia. En este punto también vale destacar la visión con que el 3D fue utilizado en la cinta, una herramienta al servicio del dibujo base, un conjunto que desde el vamos simplemente buscaba la claridad visual de los personajes, la verosimilitud de los movimientos del cabello y no el mero entretenimiento de los efectillos visuales típicos de otras películas que se agarran del 3D como una forma de venta anticipada. Así tenemos una ambientación excelentemente lograda con una profundidad de campo exitosa y unas escenas grandiosamente logradas que la apuntalan como un rotundo éxito técnico. Algo que por otra parte no podría achacarsele a la Disney que al menos a esta humilde servidora nunca defraudó desde lo visual. Enredados me recordó bastante a aquellas aventuras por las que pasara La Sirenita, con un padre por igual controlador, quien- aunque con diferentes miedos y propósitos- trataba de excluirla del mundo exterior. Aquí también, la joven Raspunzel deberá conocer los peligros del afuera para conocer a su vez sus propias fortalezas, algo que ya muchos psicólogos- como Bruno Bettelheim por ejemplo- se encargaron de cargar con importantes significados en el crecimiento de los infantes. Nominada a dos Globos de oro por mejor canción y mejor animación, habrá que esperar si se hace con alguna nominación de la Academia, lo cual me parece casi inevitable. Llena de romanticismo, humor y aventura, Enredados es una muy buena fórmula para abrir el verano de estrenos porteños y de la que esperamos no se queme en posteriores e incontables secuelas.
Viaja, compra, aburre No leí el libro de Elizabeth Gilbert en el que se basa este film de Ryan Murphy por lo que no sé si es mejor o peor que la película. Lo que sí sé es que voy a dudar profundamente de todo film que venga de una u otra manera de la mano o recomendación de Oprah Winfrey. Esta vez la popular conductora americana lo listó como su favorito por lo que acabó en la pantalla grande luego que la propia Roberts lo leyera y comprara los derechos para llevarlo al cine. La historia no es otra que el repaso en tres capítulos por la vida en crisis de esta americana promedio (?) -Liz Gilbert- quien luego de darse cuenta que no quiere estar casada, o que no quiere tener hijos, o que su marido es un inestable inmaduro, o que siempre quiso conocer el mundo viajando pero no puede ahora que está casada, o que se aburre con un adonis como James Franco, o que no sabe querer, en fin, por algo que la tiene insatisfecha, se divorcia y se embarca en una decisión personal de ocuparse de sí misma. Y en vez de hacer terapia le parece mejor viajar- que desde ya será más caro pero es más divertido- y su vida después de mucha chorredera de espiritualidad y frasesita de autoayuda cambiará. Bueno suponemos que cambia, pero como en todo cuento de hadas, no lo sabremos porque nunca nos cuentan el después. Salvo en Shrek, pero eso es otra historia. El film cuenta con dos únicas salvedades que la reponen un poco: tiene una magnífica fotografía y un Richard Jenkins que hace maravillas con un papel secundario tópico, tan tópico como toda la película. Todo lo demás aburre y realmente no conmueve. Es como esas tarjetas de buena onda que te regalan cuando andás medio depre y tiene frases más deprimentes de lo que te sentís. No quito que para muchas mujeres sea importante conocer la historia de una mujer que achatada y aburrida haya decidido dejarlo todo en el momento oportuno para encontrarse a sí misma en búsqueda de la espiritualidad. No quito que para la propia Gilbert no haya sido suficiente encontrarse y cambiar después de comerse todo en Roma, hacer chicle la American Express, fregar los pisos en un templo de la India y conocer un bombón como Bardem en Bali. Pero vamos, que poner eso en una película es lo mismo que llevar al cine una comedia con mis intentos de pasar las fiestas en paz y armonía. O sea, no le importan a nadie. Pero no importa porque el film divaga en un mar de escenas que no sabemos muy bien qué nos quiere contar. Tenemos un primer paso por Roma donde se nos intenta- vía tópico insufrible de cómo es el pueblo italiano de gritón, gesticulador y hedonista- una Liz que hace un montón de amigos que la "ayudan" a darse cuenta que el "dolce far niente" es parte de la vida, un mensaje similar al "carpe diem" del profesor Keating (salvando las distancias claro); luego un paso por la India donde- también el tópico de las calles sucias, los niños desesperados por una moneda que se cuelgan como monos del taxi, etc- la protagonista casi en un ataque de nervios por darse cuenta que lo suyo no es la meditación ni el servicio misional, conoce a un hombre que le "ayudará" a entender que en la vida hay gente que está peor que uno, que a veces realmente uno se queja de lleno y por último, aterrizará en Bali que es un verdadero paraíso y allí gracias a la ayuda de un Gurú, shaman, o como gusten llamarlo, terminará conociendo lo que ya de por sí nos contaron en los primeros 5 minutos del film, que conocerá un brasilero precioso con el que finalmente aprenderá a amar. El mayor problema de la peli es que además de ser tópica y aburrida, te cuentan todo en el título del film y encima te lo reafirman en los primeros 5 minutos !, o sea si ven estos 5 primeros minutos, ya está saben todo lo que va a pasar!!. En fin, como verán la película me resultó totalmente indiferente, no engancha y me aburrió. No obstante, como dice el dicho, sobre gustos colores... veanla si gustan del turismo. Porque eso sí, da unas ganas de viajar!!. Frases del film para regalar... * Estoy harta de la gente que me dice que necesito un hombre. * Operación autoestima- un día de mierda. * Tener un bebé es como tatuarte la cara, tenés que estar muy segura de que lo quieres antes de decidirlo. (esto es una gran verdad!). * Quiero que Dios juegue en mi sangre como la luz del sol juega en el agua (WTF?) * Algunos días fueron hechos para contarse, otros, para pesarse.
Más vale la gracia de la imperfección que la perfección sin gracia El mundo del Ballet de una u otra manera siempre ha sido representado como un símbolo de la perfección y la delicadeza. Cualquiera que haya pasado por una clase de Ballet puede dar fe que si hay algo que no se concibe es la improvisación absoluta. Gestos, movimientos, posturas, deben ser manifestaciones perfectas de la interpretación musical. Que por esto mismo el mundillo del tutú y las zapatillas de raso sea competitivo en el camino a la "Prima Ballerina", tampoco es secreto. Y si Aronofsky nos contaba con su "The Wrestler" la decadencia de un otrora ídolo, con Black Swan nos pasea por la rocosa subida al estrellato, mostrándonos un mundo ya no difícil sino hasta terrorífico. Con el nuevo film del director newyorkino uno respira tensión, aflige y desconcierta en una historia que tiene como protagonista a una inocente Natalie Portman que lucha sobretodo con la obsesión por la perfección. Nina es una frágil muchacha que vive con su madre, una madre que es absorbente y controladora; pertenece a una compañía de ballet que está a punto de sucumbir por completo y como último manotazo de ahogado estrenará "El lago de los cisnes" con una versión nueva que requiere una protagonista capaz de interpretar tanto a un ángel (el cisne blanco) como a un demonio (el cisne negro). Nadie duda que Nina es la perfecta representación del cisne blanco, dulce y virginal, pero cuando Thomas Leroy (Vincent Cassel), director de la compañía, pone en duda su capacidad para interpretar al cisne negro, comienza la verdadera tortura. ¿Cómo sacar de nosotros mismos aquello que no somos o que al menos creemos no ser?. La infaltable antagonista de Nina, Lily (Mila Kunis), es una muchacha desenfadada y suelta. Ella sí parece tener todo lo que le falta a Nina, espontaneidad, gracia, un natural disfrute por la danza y de inmediato se convertirá en la amenaza perfecta para nuestra protagonista. Entre las presiones impuestas por Leroy- un Cassel impresionante que odiaremos por momentos y entenderemos por otros- la madre, desquiciante a veces realmente, y la propia Lily de la que no sabemos para qué arco juega; Nina terminará hundida en una pesadilla que agota emocionalmente al espectador. La locura va dominando la escena. Y Aronofsky se muestra inmensamente sólido para llevarnos por los recovecos más tormentosos de una mente desquiciada. El espectador se asusta, se pasma, se desespera. Es que si bien la lectura pareciera fácil, "temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo" decía Giovanni Papini, las escenas manejadas por este director corren y vuelan causando confusión y susto sobretodo hacia los últimos 40 minutos del film donde el climax es realmente tenso y conmovedor. Black Swan, tal como reza el título de este artículo, no es un film enteramente perfecto. Tiene cosas reprochables, sí, pero se disfruta horrores, impacta y el resultado final, suma de música, coreografía y fotografía, hacen del film un producto que es por lejos uno de los mejores de este año. Portman, además se consolida como una actriz a la que hay que premiar de una bendita vez en la próxima entrega de la Academia. No creo que este sea el mejor papel de su vida, lo digo claramente, pero sí que es innegable la fuerza y la maravilla que despliega con un personaje lleno de claroscuros. Es que a tal punto derrocha talento que se pone frente a un espejo- otro gran protagonista del film- y ya causa inquietud. # Lo reprochable del film podría ser el final. Esa escena final en que Nina lucha contra una Lily que cambia en apariencia entre la propia Nina y ella misma, el asesinato final que termina por ser suicidio y que por ende es el broche concordante con el término de la historia ficcional del cisne blanco, puede sonar facilón. No puedo negar que me ha decepcionado un poco; sin embargo me pongo a pensar más claramente y me pregunto cuál hubiera sido el otro final, el adecuado. El salto final de Nina me recuerda al salto final de ese luchador que deja todo en escena. Ambos prefieren la muerte antes que la desdicha del no ser. Así mismo concuerdo con el amigo Sean Bauer en que la relación con la madre podría haber estado mejor dibujada, es cierto que unas escenas un diálogo nos bastan para tener idea del conflicto central entre madre e hija, pero hay cosas que nos dejan flotando en la ignorancia, como los autoflagelos que se nos insinúan en el pasado de Nina. No obstane el film brilla, es redondo y apasionante En Argentina se espera el estreno en Febrero, será un film que no hay que dejar pasar. Recomenable, maravilloso, lleno de escenas impactantes y que ciertamente se convertirá en El estreno del año.
Veintiocho años después de TRON, dirigida por Steven Lisberger (quien aportó aquí para el guión y producción), llega la secuela TRON, el legado dirigida por Joseph Kosinski y en 3D como no podía ser de otra manera según la onda del momento. La historia nos ubica en la casa de Kevin Flynn (Jeff Bridges), protagonista de la primera Tron, quien le cuenta a su pequeño hijo de 12 años las aventuras pasadas dejándole para próximos encuentros los nuevos descubrimientos que ha hecho en materia digital; algo que ya adelanta como revolucionario para todas las esferas de la vida. Pero este nuevo magnate del video juego y la computación termina desaparecido y su empresa tomada por manos ajenas que, por supuesto, barren con toda la filosofía montada por su creador. Quince años después, tras un enigmático mensaje y casi diríamos que hasta por accidente, su hijo de ahora 27, el bombonazo de Garrett Hedlund (Ay lo dije en voz alta?) terminará buscando a su padre en un mundo digital que ni imaginaba. Impactante cambio entre Clu y su creador Tron es un excelente embrujo visual y entretenido que se nota concebido desde el vamos en 3D. Pese al que le pese, la nueva tecnología acá engrandece el film, le da magnetismo y energía y deja en más de una oportunidad con la boca abierta. Un ejemplo claro de ello es el personaje de Clu, un programa que no envejece y por lo tanto vemos a un Bridges joven en contraposición del avejentado. Lo mismo para la banda de sonido que cuenta con algún que otro recuerdo ochentoso y una estridente musicalización de Daft Punk que por momentos me recordó a H.Zimmer- bueno particularmente a Inception hay que decirlo claro. Luego desde lo argumental no esperemos nada novedoso a una historia que tiene ingredientes al mejor estilo matrix y Star Wars, si hasta pensé que en un momento alguien diría "Luke I'm your father". No obstante se agradece que aquellos que ya vamos pisando el freno y no nos acordamos mucho la precuela (o sobretodo aquellos que directamente no la vieron) se nos explique lo suficiente para entender a la perfección lo que sucede y porqué; y todo sin sobrecargar la película de extensiones innecesarias o parlamentos agobiantes. Tron, el legado es un fim bien pochoclero que gustará a grandes y chicos, tiene mucho dinamismo, escenas de acción muy bien armadas y un entramado que engancha aunque no sea una obra maestra. Son esos films que se disfrutan y que tienen muchos guiños que los amantes del género apreciarán más que ningún otro. Es un film que abrirá posiblemente las aguas entre fantáticos y no tanto y que realmente entra por los ojos y seduce todo el tiempo como Garrett (ups, perdón otra vez). Para ver sin pretenciones desmedidas y con ganas de pasar un buen momento en el cine, porque si hay algo para destacar es que aunque pesen los lentecitos a esta hay que verla ante todo en cine y si es en el IMAX mejor!. Lo que sí me llamó la atención y aún estoy procesando si es algo a favor o en contra de esta película, es esta estética que tiene por momentos cercana a lo que yo llamo "publicidad Gillette". Es que ya cuando la vean no me digan si no parecen varias de esas escenas inspiradas en la típica propaganda futurista de las razuradoras!. En fin, una nimiedad que no podía dejar pasar.
Cuatro años después llega esta segunda parte que aquí en Argentina se estrenó apróximadamente un par de meses atrás; esta vuelta escrita por un grupito entre los que se encuentra Marshall aunque fuera de créditos y dirigida por John Harris, un editor que debuta con nada más y nada menos que la segunda parte de una peli que tuvo su éxito. Y si bien se suele decir que las segundas partes son flojas, acá no pasa. Tenemos un film que sigue manteniendo la misma tensión que la primera parte, que engancha muy bien desde lo argumental siendo fiel a lo que primero se contó. Veamos, la peli arranca unas horas después del final de la primera con la pobre Sarah en el hospital, sin memoria de lo que ocurrió y con la policía interrogando a medio mundo y buscando al resto de sus compañeras que están dadas por desaparecidas. Acá ya entra el personaje del típico policía encargado de la investigación que es un nabo absoluto que lo único que le importa es dar con las muchachas y sospecha que Sarah en un arranque de locura las mató a todas, asique descubriendo una vieja mina por la que podian acceder a las cavernas arma un grupo de rescate y se la lleva a Sarah con ellos para ver si así se despabila un poco y suelta dónde están todas y qué pasó. Obviamente no tardará mucho para que a la pobre muchacha se le vengan imágenes a la cabeza, para que el policía nabo se mande un moco que los divide a todos en grupos de dos y para que descubran finalmente la cámara de video con la que se ayudaban a ver en la oscuridad y que además filmó lo que pasó en la realidad de la primera parte. Acá les observo que yo quiero una de esas cámaras porque después de tanto golpe y horas filmando ¡sigue andando!, una masa de cámara. En fin, la película ya apela un pilín más a lo conocido en cuanto recursos narrativos pero eso sigue sin quitarle fuerza. Harris se muestra sólido y fiel a lo que fue la primera, tiene sorpresas que se conectan con la primera y unas escenas finales de antología. Un poco más sangrienta e impresionante que la primera- al menos para mí- pero igual de entretenida y buena. Asique si no vieron ninguna de las dos, dénse sin culpa el panzaso que lo vale y nos dejan picando que puede haber una tercera entrega en el futuro. Los dejo con los trailers de ambas partes.
Harry Potter y las reliquias de la muerte I, el innombrable y el indeseable en guerra. La saga del mago va llegando a su fin. Para los que los seguimos se nos estruja un poquito el corazón y seguramente quedaremos luego como cuando Lost: agarrando palitos por la calle y murmurando alohomora, bombarda o expecto patronum. Y es bueno volver a sentir esto después de una espantosa entrega anterior donde evidentemente David Yate quizá no estaba en su año. Pero esta Harry Potter y las reliquias de la muerte parte 1, un film que dicen que se partió en dos para abarcar todo el volumen de acontecimientos del libro final, es una película digna a lo que fue la saga en general. Los chicos han crecido, lo percibimos aun más que en aquel baile de salón que se diera en el colegio. Harry, Hermione y Ron ahora se ponen serios porque son tiempos oscuros donde el innombrable ha desatado vía aquelarre tras aquelarre una persecución mortal del pobre Harry. La saga ahora se pone oscura, mucho más que cualquier otra, si hasta hay escenas en las que me arrepentí de haber llevado a mi pobre hija de 7- aunque las pasó sin drama la muy fanática- e intrigas y guiños que hasta rozan lo político. Ingredientes que ahora me dejan con sabor de querer leer los libros. Pero no les voy a contar de qué va ni nada. Vayan así, sabiendo lo mínimo posible. Además si no leyeron como yo los libros y vieron la 6 no habrán entendido ni jota tampoco. Asique no se inquieten porque esta sí se entiende y hasta se digna a explicar un poco algunas cosas. Voy directamente a decirles qué disfruté de esta peli. Así, concreto y puntual: * Excelente factura. Se disfruta mucho todo lo referente al montaje, la fotografía, los espacios, la iluminación, etc. Es un film muy cuidado donde lo oscuro de la trama no se ve contaminado con la oscuridad de la cinta visualmente hablando, algo que por momentos me pasaba con la anterior. * La madurez de los personajes como tales, donde veremos a tres amigos que no son perfectos, son humanos y capaces de pelearse e insultarse. Son amigos que tienen una relación real como cualquier hijo de vecino (ya verán por qué lo digo) * Muy buen timing en general. La peli se toma el tiempo de darte acción y suspenso sí, pero también su tiempo de contemplación. * No deja de perder el humor, hay momentos en los que la comicidad se deja ver de alguna manera. Vamos que siempre que usan la posión multijugos uno termina siempre desesperado y mirando el reloj por las dudas. * Por último, lo mejor de la peli en años y creo que lo que la eleva sobremanera: El relato de los tres hermanos y las reliquias de la muerte, un corto que nos van pasando a medida que se nos lee la historia, un corto dirigido y diseñado por Ben Hibon. Una delicia visual que de pronto llena de magia la pantalla. Uno se siente niño otra vez y puede sentir la fuerza brutal que tiene un buen relato. Así como en la literatura se da lo del cuento dentro del cuento, acá tenemos algo así como el cine dentro del cine. Esta animación, plástica, fantástica, acompañada por una música acorde y sensible termina agregando al film una mixtura difícil de definir y la engrandece. Ahora entiendo porqué todos la alababan tanto, porqué había gustado de esa manera. En fin, que este relato además tiene la importancia que seguramente veremos en el final de la segunda entrega. Un relato que dice mucho sobre cómo las cosas habrán de solucionarse. Asique si aun no la vieron pues no esperen más. Por las dudas háganse de un día y horario atípico en un lugar infrecuente a las masas como el Norcenter (Domingo 12:15 va genial, no llegabamos ni a 10 a la sala) y no se la pierdan.
Vade retro Satán! Solomon Kane (James Purefoy) es un hombre que habiendo abandonado su familia de origen noble se ha convertido en un verdadero mercenario y el mejor guerrero, violento y cruel. Pero un día irrumpe en un oscuro castillo donde luego de perder a casi todos sus hombres se le revela lo peor: el mismísimo demonio reclama su alma. Solomon logra huir, en ese entonces, y promete enderezar su vida para remediar semejante persecución, pero la oscuridad ha tomado la Tierra y se expande ferozmente llamándolo a la lucha. Michael J. Basset se sirve de un personaje creado por Robert E. Howard, aquel que nos contara sobre Conan el bárbaro por ejemplo, y nos lleva con un presupuesto que dicen fue tan escaso como un film independiente por una historia que no será la más original del mundo pero es ciertamente entretenida y muy bien lograda. Son esos films oscuros que remedan un poco a lo más negro de El señor de los Anillos, con peleas que el mismo Van Helsing envidiaría y con una puesta en escena y unos efectos bastante bien logrados para un film de bajos recursos. La historia atrapa desde el primer momento, es dinámica y llevadera con escenas llenas de adrenalina y terror. Guarda momentos que a más de un desprevenido hará saltar de la butaca y no da descanso a la acción. En ningún momento se achata, no hay mesetas argumentales aunque sí algún que otro bache que se agradecería de haberse explicado mejor, como el supuesto trato que entabla con el demonio que luego lo reclama. También podría criticarsele algunas revelaciones finales un tanto previsibles y melodramáticas, pero lo cierto es que el espectador terminará pasando por alto estos detalles en servicio de una satisfactoria muestra de gran despliegue fantástico. Es que en Solomon Kane no hay lugar para haditas ni magos edulcorados, la historia se planta sólidamente oscura y violenta en un época post medieval donde la espada es un arma cotidiana y todo es a matar o morir. Cabe destacar que es un film que superó mis espectativas desde lo musical y desde la fotografía, cuestiones que salvo por alguna que otra trilogía evidente, no suele destacarse en este tipo de películas. Las actuaciones también son correctas y ya me asombra el parecido físico que en este film lleva Purefoy con Hackman, que hasta podría haberselo convocado y quizá el film hubiera sumado más puntos aún. Solomon Kane está pensada para formar por supuesto una trilogía, algo que el final nos adelanta de alguna manera. Después de todo los relatos de Kane originales son varios, aparecieron en las páginas de la revista Weird Tales. El primer relato que Howard dedicó al personaje llevaba por título Sombras rojas (Red Shadows), y fue publicado en agosto de 1928. El último relato protagonizado por Kane fue Alas en la noche (Wings in the Night), que Weird Tales incluyó en su número de julio de 1932. No hay que ahondar demasiado para encontrarle a la historia la típica dicotomía del bien y del mal en enterna lucha, pero lo bueno es el personaje principal, un tipo duro, carcomido por las culpas, peleado con Dios y por ende con una fuerte crisis existencial. No por ello diríamos que es un film profundo pero muchas de las líneas de diálogo poseen buenas referencias cristianas y planteamientos que agregan sensibilidad y algo de profundidad a algo que podría ser meramente "de acción". Uno podría encontrar algunas lecturas importantes como aquella obvia en que nos pone a pensar que el verdadero demonio se encuentra en uno mismo, que la expiación del alma se lleva a cabo desde casa, que todo acaba donde empezó. Pero ciertamente hay que recurrir a la sala de cine con la expectativa que ante todo se verá un film entretenido, pochoclero o palomitero, con buena dosis de acción, buenas peleas y un entorno visual bastante sólido. Para ver en pantalla grande sin dudas.
Scott Pilgrim vs. los siete ex de la chica de sus sueños, título con el que será estrenada en Argentina sólo en el Festival de cine de Mar del Plata este mes, es uno de esos films que realmente no se entiende porqué no tiene estreno en salas. Es cierto que el antecedente de Kick Ass que pasó un tanto inadvertida por nuestros cines podría ser un referente pero si hay algo que hay que establecer desde el principio es que esta película se disfruta el doble viendola en pantalla grande. No sólo porque tenga muy buenos efectos especiales y elementos de sonido considerables, sino porque es además divertida y muy atractiva desde que utiliza un sinfín de recursos para contar esta historia de amor basada en el comic de Bryan Lee O'Malley. Scott Pilgrim (Michael Cera) es un muchacho de 22 años que pertenece a los Sex Bob-Omb, una banda de música compuesta por amigos y una ex novia. Un día sueña con una muchacha a la que posteriormente conocerá en la vida real y con la que logrará salir en paz siempre que destruya a la Alianza de los EX, siete ex novios que se han propuesto no verla feliz a la pobre Ramona (Mary Elizabeth Winstead). Así arranca entonces un interminable camino de enfrentamientos que veremos desarrollarse entre una mezcla de comic y video juego. De hecho es fabuloso escuchar en el comienzo del film la sintonía de la productora Universal en versión maquinita de arcade. La película se podría describir como loca, arriegada, refrescante, innovadora, divertida, dinámica y hasta surrealista; pero preferiría agrupar todos esos adjetivos en uno solo: "fumada". Sí, Edgar Wright, aquel que nos brindara la locura zombie de Shaun of the dead, incursiona por primera vez en América con una película que no ahorra en recursos de todo tipo: partes del comic original, música estridente, efectos especiales, indicadores típicos de video juegos (como el detalle genial de las moneditas que caen al derrotar a un ex), etc. Y si bien algunos de estos recursos podrían no ser originales- recordemos en Ben X en la que se usaba el recurso del video juego dentro del relato de la "realidad"- están todos muy bien estructurados, incluso las onomatopeyas o fracturas de cuadro típicas del comic que ya se utilizaran también por ejemplo en Kick-Ass. Entre comedia, acción y fantasía- ¿por qué no?- Scott Pilgrim vs The world es una cinta con un lenguaje netamente juvenil, que de tan loca quizá no atraiga a todos los públicos y que dentro de su comicidad tiene muchos referentes a los que hay que conocer de antemano, por ejemplo en la utilización de la música de Seinfield para marcar un tono de escena "sitcom". Por otra parte se destaca Michael Cera realmente creíble dentro de su personaje, un fisic du rol que no sé si se condice con el original pero que ciertamente contrasta con lo que uno espera de un flacucho muchachito y un verdadero rompecorazones que tendrá que aprender después de todo que en la vida el que las hace las paga. Otro para aplaudir es Jason Schwartzman cuyo Gideon realmente se torna odiable al punto de pedir a gritos que le partan la cabeza. Les cuento que el primer novio al que debe combatir el pobre protagonista está representado por Satya Bhabha, Matthew Patel, quien al mejor estilo Hugh Laurie para DR. House pasó el casting gracias a su preparadísimo acento americano. Edgar Wright parece que no quería actores con acento inglés o canadiense para pegar mejor en las salas americanas. Fue después de varios días de filmación que Satya reveló ser originario de Londres. La música es otro punto a favor de una película que quizá como crítica podría decirse que en algún momento se nos hace larga pues se toman el tiempo necesario de contarnos la historia de los protagonistas sumado a las batallas de estos 7 adversarios- a modo de siete niveles de juego- que tiene que destruir Scott. No obstante el film es sumamente divertido, llevadero, muy pochoclero pero bien original y fresco para las comedias románticas adolescentes que pululan en la historia del cine. Una película que, repito, quizá no guste a varios y que de seguro tendrá tantos seguidores como detractores. Así y todo me parece una enorme injusticia que no se le de la oportunidad de pasar por los cines de nuestro país sean las razones que sean y esperemos que suene fuerte en el Festival de Mardel a ver si por ahí... cambian de idea.