El amigo de todo el mundo no es un amigo "El amigo de todo el mundo no es un amigo" decía Aristóteles así como Luc De Clapiers decía que el odio de los débiles no es tan peligroso como su amistad. Dos grandes citas que durante añares supe tener resaltadas en mi cuarto de adolescente. Y es que viendo Red social uno no puede menos que hacer la primera gran asociación paradójica: cómo un hombre que es tan sociable como el Alceste de Molière pudo dar con una idea que revolucionó justamente la forma de relacionarnos todos. Y aquí es donde la película, basada en la obra de Ben Mezrich "The accidental billionaires", cuece sus nueces contando el cómo surge la idea de facebook, cómo causó una seguidilla de tufos legales y cómo- en definitiva lo más importante de la cinta- una amistad única termina haciéndose añicos. No sé cómo retratará específicamente Mezrich al joven Zuckerberg o a Sean Parker (aquel que diera en su momento con la idea del Napster) en su libro, ni mucho menos cómo habrá sido la cosa realmente, lo que sí sé es que este film- dirigido por David Fincher y producido entre otros por Kevin Spacey - los destroza. Mark (Jesse Eisenberg) es un muchacho super inteligente, de perfil bajo, el típico nerd universitario al que la novia lo ha abandonado por desubicado. En un acto de despecho termina posteando en la web una verborrágica arremetida contra la pobre muchacha y las mujeres en general, seguido de una página a modo de juego que causa gran revuelo y por lo que llamará la atención de los hermanos Winklevoss (ambos interpretados por Armie Hammer) quienes según el film traen el germen de lo que luego sería Facebook y, posteriormente, los primeros en demandarlo. Pero la cosa no queda en meros enredos legales. Lo que tiene justamente de valor esta película es la forma segura y eficaz en que Fincher nos cuenta el asunto con una estructura narrativa que ya hemos visto antes pero que no por eso se desmerece. Es una historia que vende desde el vamos, que interesará siempre desde que apunta a contarnos cómo un muchachito casi casualmente- al menos en apariencia- da con una idea multimillonaria y termina cumpliendo lo que para muchos sería algo así como el sueño americano: chasquear los dedos y que surja petróleo gracias a una idea que no solo da réditos casi ad infinitum sino que ha cambiado los hábitos del mundo entero. Fincher muestra gran soltura con una historia de poder y ambiciones que parece sencilla pero que da para varias lecturas; no será su obra maestra ni mucho menos el gran estreno del año (espero) pero sí es una película que merece verse sobretodo para desmitificar lo que muchos en esta sociedad parecerían valorar: que el dinero hace a la felicidad ( alguien nombró a Fort?). El reparto incluye actuaciones correctas y momentos muy lúcidos que muchos apuestan a ver nominados por la Academia; por mi parte no lo creo aunque con esta gente nunca se sabe, después de todo Fincher es Fincher pero las comparaciones con trabajos anteriores- como el Club de la pelea o incluso Benjamin Button- seguramente serán inevitables. No obstante destaco a Mr. Timberlake, el otrora estrella de la música, que cada vez se afianza más como un gran actor y a Andrew Garfiled quien más polenta le agrega al elenco. En ambos es donde mejor recae la esencia dramática de la obra, mientras que Eisenberg sigue empantanándose con los mismos tipos de personajes aunque hay que reconocer que este papel en particular le asienta indiscutiblemente. Un film entretenido, bien contado, nada sensacional pero muy bien armado y vendido para no dejar pasar.
El primer día del resto de tu vida Rémi Bezançon es un director francés que realmente no conocía y después de ver El primer día del resto de tu vida me provoca visionar uno y cada uno de sus trabajos. El cine francés es uno de mis preferidos, debo reconocerlo, pero hacía mucho que no veía un fim de una profundidad tan evidente utilizando hechos, situaciones, personajes y detalles tan sencillos y cotidianos. El primer día … no es otra historia que la historia de cualquier vida, de la historia del ser humano inmerso en una familia. Con cinco personajes puntuales, un matrimonio y sus tres hijos, Bezançon quien también realizó el guión, nos lleva por doce años en la vida de estos, contándonos sus gracias, penurias, fortalezas y debilidades. Virtudes y defectos de cualquier familia sin por ello ser disfuncional. Historias particulares que se transforman a nuestros ojos en historias universales: la falta de comunicación entre padres e hijos, las diferencias de personalidad entre los hermanos, la evolución para mejor o peor de la relación entre estos desde niños hasta adultos, el crecer, el madurar, el perdonar, el creer, la salud, la enfermedad. Una comedia dramática que cuando tiene que hacer reír sabe cómo y cuando llorar o emocionar lo hace, sin golpes bajos, sin escenas desbordantemente lacrimógenas. Una maravilla imperdible de guión y dirección, impecable, astuta, magnífica. El film talentoso que evidentemente sólo se puede ver con el corazón, donde prácticamente todos hallarán un reflejo identificatorio en algún pasaje de la historia, con alguno de los personajes. Quizá con los años uno pueda apreciar mejor de qué se habla realmente en este film, qué hay que buscar, qué se nos dice. La historia es una historia de amor diferente donde en la interconexión entre cada personaje vemos las distintas facetas del amor, las distintas formas de querer. La película es difícil de resumir, como es difícil resumir una vida, un mundo. Y es que creo que la clave está en la famosa frase: “cada familia es un mundo” pero sin embargo aquí comprobamos que esos mundos son iguales, que todos en la vida pasamos por lo mismo de alguna manera y que todos sentimos igual. Brillantes las actuaciones en general de todos, a pesar de que haya quienes vean en la hija adolescente o en el hijo mayor cánones establecidos y trillados. Así somos, así incurrimos por la vida, algunos siendo rebeldes y otros responsables. Pero se destaca para mi gusto la actuación de Jacques Gamblin, el padre de familia que lucha por darle a sus hijos lo que parece no haber tenido él por parte de su padre, pero como siempre pasa, todos tenemos cosas que reprochar a los padres por mucho que ellos se esfuercen. Un film que da para hilar mucho, para analizar terriblemente todo. Recomendable, sincera, sencilla y profunda. Electrizante la banda de sonido que recurre a muchos temas que se nos quedarán en la memoria: David Bowie, Lou Reed, The Doors!. Un maná para el alma.
Me encantan las historias sencillas, me gusta el cine contemplativo y las historias cercanas y verosímiles. Me encanta que Gigante cuente una historia de amor en la que está involucrada gente común y corriente, gente como uno, esas historias de amor que no son de telenovela y que podría ser la historia de cualquier vecino. Y odio ser tan rara. Sí, porque no entiendo cómo me pudo encantar films como El custodio o El perro y sin embargo Gigante me dejó un tanto indiferente. Quizá sea porque el film de alguna manera se queda en eso, en mostrar a un hombre común, Jara, custodio nocturno de un supermercado que termina obsesionado con Julia, una de las muchachas de limpieza. Y nada más. No es que esté mal ese "y nada más"; de hecho Adrián Biniez muestra una mano segura a la hora de dirigir a los actores y de crear escenas que sin necesidad del diálogo dicen mucho, describen, apuntan. Pero el guión me dejó con ganas de más, me dejó con el deseo de alguna vuelta de tuerca que no tiene porqué ser tremendamente original pero que al menos le de un climax diferente al film. Es como si la historia de a poco se inflara para luego desinflarse sin más. No tiene elementos que dentro de su sencillez despierten empatía o emotividad, es en definitiva casi una historia más. Como meterse invisiblemente en las noches de un supermercado y descubrir su vida, común, nada sorprendente. Horacio Camandule, no obstante, brinda una actuación creíble como este solitario y tímido sereno que descubre en su monitor a Julia una noche tras un accidente mientras limpiaba. Se transforma a partir de entonces en una especie de héroe anónimo, un ángel custodio que la seguirá incondicionalmente a todas partes.Leonor Svarcas como Julia se muestra correcta dentro de un papel que no se lo destaca demasiado salvo por lo que representa en la vida del protagonista. Un personaje que apenas tiene alguna línea de diálogo, que la veremos como una figura que va y viene entre la realidad y la "ficción" del monitor. Un film minimalista como la describiera mi amigo bloggero Xavier Vidal, y ciertamente lo es; quizá demasiado minimalista para mi gusto. Recomendable para aquellos que quieran ver una historia de amor distinta, una historia de amor sin los fuegos de artificio a los que estamos acostumbrados. No olvidemos que después de todo es un film que ha ganado en tres categorías en el Festival de Berlín además de otros incontables festivales por los que ha pasado como el de La Havana, Lima o Chicago.
Derribando muros Uno podría hacer muchas lecturas con respecto a El hombre de al lado. Podría por ejemplo interpretar desde el título algo tan obvio como aquel que tengo a mi lado, el prójimo, el otro o simplemente podría tomarlo como la cotidiana denominación de mi vecino sin demasiadas reflexiones posteriores. Pero de una u otra manera todo se limita a lo mismo: vivimos en un mundo, en una ciudad, en un barrio donde no sólo se convive con la familia o los amigos, sino también con gente que conocida o extraña hacen a la sociedad en la que nos movemos. Una sociedad muchas veces alienada por ritmos, rutinas y sobretodo prejuicios. Por esto es fácil asimilar la idea básica, punto de conflicto, en este film. Leonardo es un joven diseñador industrial, exitoso y de clase media alta, que vive con su esposa e hija en un exclusivo edificio de la ciudad de La Plata. Una casa única en latinoamérica, la casa Curuchet. Es un tipo realmente desagradable, egocéntrico, soberbio. Todo parece una vida perfecta hasta que un día su vecino, Victor, decide abrir una ventana en uno de los muros linderos. Una acción ilegal pero entendible: quiere un poco de luz solar que a Leonardo parece sobrarle. La preocupación del diseñador, por otra parte, también es comprensible: la casa no solo se desvaloriza sino que el vecino ahora tiene acceso a una intimidad antes resguardada. A partir de entonces se enciende el horno que da sustento al drama; porque no se confundan, lo que nos han vendido como una comedia realmente no lo es, a pesar de las incontables ironías que de pronto aparecen en la historia, sobretodo en relación al contraste de dos mundos completamente diferentes. Lo que esta película nos ofrece no es algo nuevo, es una problemática que uno puede hallar en otros films, pero la forma en que esta joven dupla de directores que ya en El Artista habían planteado algo similar (al menos en cuanto a esta mirada crítica de cierta parte de la sociedad) es magnífica y muy solvente a la hora de crear tensión. Ante todo cuentan una historia de dos personajes muy bien armados, con dos verdaderos profesionales de la actuación: Rafael Spregelburd, quien además de actor es dramaturgo y director teatral (y ya que estamos si pueden alguna vez ver su Acassuso es imperdible) y Daniel Aráoz quien a pesar de ser un actor multifacético uno asocia particularmente con la comedia. Aráoz aquí descolla sopresivamente llevando la película al tope con la construcción de Victor, un tipo ordinario, directo, al que uno intuye que le chifla el moño por momentos, un "grasa" total como lo define su fino vecino en una cena con amigos paquetes. El tira y afloje continuo de estos dos personajes, uno por el cierre de la ventana, otro por su construcción, conforman el hilo argumental de este guión escrito por Andrés Duprat. La tensión está genialmente armada desde que uno no termina mucho por definirse de qué lado se pone. Entiende a Leonardo, se entiende sobretodo ese temor hacia un hombre que desde el vamos oscila entre la cálida simpatía y la agresividad disfrazada que logra someter en más de una oportunidad al diseñador. Pero por momentos uno termina odiando las actitudes insolentes y hasta desmedidas de Leonardo que miente cobardemente y hasta es capaz de dejar que su abogado "apriete" a su vecino o maltratar a un anciano pariente de aquel. El clímax crece, las escenas van adelantando que el final no será del todo feliz, uno comienza a pensar si Víctor no tendrá razón en que es mejor hablar las cosas mates de por medio y hasta se enternece con los regalos que ofrece a su vecino, regalos que por otra parte uno no termina de entender si son reales o un medio para entregar mensajes encubiertos, amenazas disfrazas que acrecientan el temor y la tensión. Es ahí donde mejor brilla el film, en la construcción de situaciones cuyos personajes hacen a la tensión, al enigma de un final que se presenta totalmente impredecible, impensable, sorpresivo e impactante. Uno de los mejores finales posibles. Y en esto debo destacar el armado del trailer al que yo prejuzgué terriblemente por los spoilers que eventualmente nos demuestra que uno piensa lo que no debe, que uno también es un Leonardo más que termina enjuiciando de antemano, que la piedra en la mano la tenemos todos. El hombre de al lado es una crítica feroz a dos bandos muy definidos de la sociedad, a dos mundos diferentes e incomprendidos uno del otro, pero que finalmente nos llevan a la premisa elemental de que el hombre es un animal violento por naturaleza, un ser que podrá tener un lenguaje, una norma, una ley pero finalmente es un Caín o un Abel. Un ser que no importa en cuántas categorías pueda dividirse, al final se es bueno o se es malo, se es animal o se es humano- en el sentido moral del término. El film se planta entero sin moralismos baratos, sin moralejas finales definidas pero muy corrosivo a la hora de mostrar uno u otro mundo.
Los guardianes de Ga’Hoole es una serie de novelas literarias de Kathryn Lasky que los estudios Warner han decidido llevar a la gran pantalla de la mano de Zack Znyder, aquel de Watchmen o 300, y de los mismos productores de Happy feet, la historia del pingüino bailarín cuyos rasgos uno puede asociar fácilmente al protagonista de esta historia. Historia bastante más oscura de lo que cualquier niño pueda estar acostumbrado para el género, quedando honestamente recomendada quizá para los mayores de 10 años. Ga’Hoole tiene tintes épicos donde se enfrentan una vez más las fuerzas del bien y del mal con algunas semejanzas con Films de esta línea como El señor de los anillos- salvando distancias sí, no se me enojen- donde se nos cuenta la historia de un joven búho, Soren, que cada noche escucha fascinado las historias que su padre le relata a él y sus hermanos sobre la leyenda de los guardianes, búhos guerreros que otrora han luchado con valentía en guerras pasadas. Soren sueña con alguna vez convertirse en uno de esos guardianes hasta que finalmente el destino lo pone en el camino necesario para pelear con ellos contra “los puros”, un grupo de búhos oscuros liderados por un malvado rey que intenta apoderarse de todos los reinos. Que Znyder es un entendido extraordinario para brindar lujos visuales es innegable, Ga’Hoole derrocha excelentes escenas de luchas con los infaltables movimientos ralentizados, escenas violentas muchas de ellas para un género más bien siempre encarado para el público infantil y con escenarios muy bien logrados al igual que el puntilloso detalle de los rasgos de los personajes. Es un film que se nota pensado para el 3D logrando muy buenas profundidades de campo y una inmersión en la acción por parte del espectador como aquella que lograra Cameron con su Avatar. Pero Ga’Hoole queda en meros artificios visuales dejando en segundo plano un guión por momentos manido y aburrido donde la moraleja es bien conocida haciendo del film algo previsible. Los personajes no llegan a enganchar del todo y la espectacularidad estética no hace más que disfrazar una historia mil veces contada y poco entretenida.La leyenda de los guardianes es una película para ver ciertamente en cine, para disfrutar de un regodeo visual y para ir acompañado de los más grandecitos de la familia.
Dicen que este film no se estrenó en EE.UU (salvo por el Festival de Sundance) por su temática gay y sus pocas escenas "atrevidas"; sin embargo sabiendo que está basada en la historia real de Steven Russell, uno de los mayores estafadores y escapistas norteamericanos, a uno le queda la duda sino será porque la película destapa increíblemente la ineficiencia de un sistema que realmente siempre se autoproclamó como uno de los mejores. Russell fue capaz de hacerse pasar por abogado, llegar a asesor financiero de la North American Medical Managment para posteriormente desfalcarla y escaparse incontables veces de prisión con métodos evidentemente irrisorios y hasta ridículos; todo lo cual lo llevó finalmente a una condena desmesurada: prisión de por vida con 23 horas de encierro con una sola hora para aseo y recreación!. Suena a mucho para un criminal que nunca ejerció la violencia, su única arma fue la astucia y la inteligencia suficiente para encontrar el bache por donde poder escurrirse gracias a un coeficiente intelectual que dicen es sorpresivamente altísimo. La película es una ópera prima de los guionistas Glenn Ficarra y John Requa, quienes decidieron tomar el toro por las astas cuando finalmente quedaron sin director (dicen que Gus Van Sant fue el que se bajó del proyecto) . El argumento está basado en el libro del periodista Steve McVicker quien atraído por la figura de Russell se encargó de contar su historia interpretada por Jim Carrey, Ewan McGregor por su parte encarna a Phillip Morris, su amante. Y acá es donde me parece que el film hace un poco de agua ladeandose de un lado a otro entre la comedia pasatista y el drama que nunca se atreven a contar en profundidad. La película tiene escenas muy bien logradas, una narrativa dinámica pero por momentos no me convence, me deja con ganas de más y su atrevida visión que otros le han endilgado no me parece para nada impresionante como para excusar su prohibición. Es que al fin de cuentas no es más que una correcta comedia romántica que por momentos pierde el foco centrándose inquietantemente en el estafador dejando en segundo plano su relación con aquel que al fin y al cabo le da el nombre al film. Pero ¿de qué va el argumento?: Steven (Carrey) es un agente de policía aparentemente feliz con su matrimonio y una hija. Como de pequeño ha sido adoptado intenta localizar a su madre biológica quien una vez frente a él lo rechaza olímpicamente, compungido y posteriormente accidentado, la perspectiva de Steve sobre cómo vivir la vida cambia por completo y sale disparado del placard, se muda a Miami y para solventar los gastos con su novio empieza con sus primeras estafas. Finalmente termina en la cárcel donde conoce a Phillip (McGregor), y caen perdidamente enamorados. Pero Steven logra salir de prisión y para sacar a Phillip también se hace pasar por abogado con tanto éxito que sus proyectos de estafa comienzan a apuntar cada vez más alto. Si hay algo que destaca en esta obra es la actuación de los protagonistas, fuera de todo cliché y tópico exagerado. Convencen gracias a la química entre ambos y gracias, también, a los gestos excesivos que esta vez Carrey ha dejado de lado para brindarnos un personaje cómico, sí, pero creíble con escenas donde claramente se muestra capaz del drama más emotivo. Y si bien como dijera la película no se muestra tan sólida como quisiera, no puedo dejar de valorarle sus aciertos que hacen de la cinta un producto entretenido, nuevo dentro de lo que cuenta aunque por momentos realmente inverosímil.
Quentin, no te escondas... Machete se te nota. Machete auguro que será un batacazo de esos que a fuerza del laburo le llega a Danny Trejo , ícono del mexicano malo, del bravo, del badass como dirían los yanquis y ahora su nombre ya no pasará inadvertido aun cuando seguramente se lo comience a llamar "Machete" antes que Danny. Seré sincera al decir que vi el film porque me invitaron, no tenía grandes expectativas aun cuando en su momento todos se alborotaban con la salida de las primeras imágenes o el trailer, y a pesar de que Sin City me pareció muy buena, el resto de títulos que venían de la mano de Rodriguez me habían dejado un tanto tibia como para esperar con ansias este film. Pero qué va, es genial y se disfruta horrores. Surgido de un falso trailer que apareció cuando Rodriguez lanzara Grindhouse y Planet terror, parece que los seguidores del director habían quedado tan prendidos que comenzaron a exigir un largometraje real, cosa que Rodriguez no desoyó y hasta se lo comentó al propio Trejo quien luego hizo su parte, dicen, persiguiendo con llamadas al pobre Robert. “Por qué no me envías un mensaje y lo charlamos”, le habría dicho un día al actor, a lo que Danny respondió lo que se convertiría en una frase de la película memorable: “Machete don’t text” (Machete no mensajea). En fin, que finalmente Rodriguez y Ethan Maniquis trajeron a la pantalla grande este film de estética setentosa escrito por el propio Rodriguez y su primo Alvaro, y producida -hiper evidente aunque esté fuera de los créditos- Quentin Taratino. Es más, sepan disculpar mi maldad pero yo diría que no solo produjo sino que metió bastante mano a la dirección porque aunque Rodriguez haya heredado bastante de la estética tarantinesca, el sello personal es obvio y Machete derrocha tarantinidad por donde se lo mire. ¿Pero de qué va?, imaginense un policía federal mexicano (Machete /Danny Trejo) de los buenos, al que obviamente nadie quiere dejar hacer su trabajo, un traficante de droga perverso y sanguinario (Torrez/ Steven Seagal), un senador corrupto que odia a los inmigrantes (McLaughlin/ De Niro), una bella policia federal yanqui de raíces latinas y una latina rebelde y de temer (Jessica Alba y Michelle Rodriguez respectivamente), lo adicionamos con un policìa de frontera más frío que El Chaltén en pleno invierno protagonizado por el otrora sex symbol del que recuerdo haber estardo enamoradísima, Don Johnson - que el tiempo es implacable es cierto, eh?. Todos sazonado con un rico condimento de venganza, mezclamos y tenemos un argumento que de por sí, sépanlo se ríe de sí mismo. El film es un genial tributo al cine de clase B de los '70, con errores de continuidad puestos adrede, con escenas hiperbólicas y hasta bizarras y manejos de cámara típicas de aquellas épocas que ya nos mostrara Kill Bill; y es que Machete vendría a ser el alter ego masculino de esta heroína pero con machete y cuchillo en vez de katana. Pero, atención, si uno se separa un poco de la forma del género y se pone a ahondar en las gracias de muchas escenas uno se encuentra con un film realmente crítico sobre la situación de los inmigrantes en EE.UU. En forma de sátira con el propio tono discursivo que usan los yanquis a la hora de enfrentar sus miedos y amenazas, sus fobias y sus intolerancias, Rodriguez da vuelta la tortilla y expone a la propia sociedad norteamericana sus trapitos y les pone un espejo enfrente para advertirles sobre ciertos exesos. Es que inmagínense lo alarmistas que son a veces los "del norte", lo paranóicos que son y que venga un tipo de apellido Rodriguez y les muestre que los inmigrantes- gente que les cocina, les limpia, les corta el pasto y les cuida los hijos- están organizados en una especie de red operativa capaz de alzarse ante la injusticia y decir basta con armas en la mano. Además, muestra las paradojas de quienes son capaces de denigrar lo que luego adoptan culturalmente- por ejemplo el mano derecha del senador desayunando tacos y burritos. Así y todo el film no deja de ser ante todo divertido, con tópicos exagerados que hacen el honor a los clichés que el propio cine de Hollywood ha usado por años en films de acción y que causa tanto hilaridad como estupor. La película es blasfema y políticamente incorrecta por donde se la mire, con actuaciones que destacan- De Niro nunca defrauda y Jeff Fahey asombra- y con escenas que se convertirán, insisto constantemente, en culto inmediato. Si gustaron de Kill Bill, Sin City o la última de Stallone- salvando diferencias claras- esta la van a adorar. Divertida e impactante por momentos, con líneas de diálogo que varios quedaremos citando por décadas y con escenas realmente hilarantes. La guerra que se desata al final es impagable y si bien el film fue pensado para salir directamente en DVD como una extensión del trailer original, el haber pasado con éxito por festivales como el de Venecia traerá la alegría de verla en las salas, y espero sobretodo por el propio Danny Trejo, con éxito de taquilla. Ya que estamos, verlo a Trejo en la "alfombra roja" del Festival sacando fotos con su cámara mientras a su vez el periodismo lo fotografiaba junto a Jessica Alba y Robert Rodriguez... me conmovió. Es que se agradece cuando un actor, siempre secundario, finalmente se hace con su momento de gloria, y sobretodo alguien con la estética de Trejo que- seamos sinceros- siempre lo limita al malo de turno. Destacable también la música de John Debney y Carl Thiel que acompañan excelentemente la ambientación y estética del film. Un film del que se prometen al menos un par más aún cuando suene a chiste la forma en que se anuncian sus secuelas. A continuación les dejo el falso trailer del que nació el film y el del film en sí.
Cuando los años no vienen solos y te haces padre y abuelo todo en uno! Seré honesta, cuando estrenaban Igualita a mí y a pesar de contar con uno de los guionistas de Un novio para mi mujer (Juan Vera), el hecho de estar protagonizada por Florencia Bertotti me echaba para atrás. No es que la considero una mala actriz, muy por el contrario creo que ha demostrado muchas veces tener grandes dotes de actuación; pero luego de su “Floricienta”, me ha costado mucho volver a valorarla pues los tics y tonos del personaje como que se le han pegado. No obstante le di una oportunidad y afortunadamente este es un film donde su personaje, aunque aun con algunos que otros puntos y señales reconocibles del personaje de la tira, se desenvuelve correctamente y al menos no son tan estereotipados. Esta es una comedia liviana que apela a muchos de los clichés ya vistos, con las reflexiones pertinentes al caso; pero que al menos se disfruta sobretodo en familia. Como diría la publicidad de la conocida gaseosa: "Totalmente olvidable", pero no por ello menos efectiva. Freddy (Adrián Suar) es el típico cuarentón anclado en la adolescencia, solterón, de esos que le tienen alergia al compromiso y por ende a salir con mujeres de su propia edad. Una noche conoce en un boliche a una carismática joven de unos 23 años llamada Aylin (Florencia Bertotti) quien finalmente y tras una infructuosa tentativa de seducción por parte de él, le suelta la noticia de que podría ser su hija. Pero eso no es todo porque el día que les dan el resultado del ADN no sólo le confirman su paternidad sino que además ella está en la duce espera por lo que de un solo golpe termina siendo padre y abuelo al mismo tiempo. De aquí en más se desenvuelve la trama dirigida por Diego Kaplan con escenas infaltablemente emotivas, alguna que otra simpática aunque no sumamente hilarante y con actuaciones correctas. Si hay algo que hay que agradecerle a Patagonik es el rescatar actores que hace un tiempo uno no veía en pantalla como es el caso de los padres de Freddy con Juan Carlos Galván y Ana María Castel o de esas presencias que uno siempre disfruta- aun cuando también suelen hacer el mismo tipo de papeles- como es el caso de Claudia Fontán como Elena, la peluquera. Así mismo y aún cuando se lo suele ver a Suar mejor como productor que como actor, su personaje es creíble, bastante patético por momentos como todos aquellos hombres que nunca terminan por madurar. Es que el film apunta mayormente a eso, a mostrar que la vida tiene etapas y aunque hay ciertos mandatos sociales impuestos que podrían fácilmente ser cuestionados- como que todos debieramos estar casados y con hijos para una determinada edad- la vida tiene etapas a las que no es bueno aferrarse como tampoco quemarlas. Hacerse cargo de las responsabilidades es parte del crecer, los afectos son los que realmente cuentan. Un final más bien predecible pero si hay algo que no se le puede machacar al film es que esté mal hecho o sea aburrido, realizado en forma más que correcta y prolija se disfruta aun cuando hemos visto mejores con este tipo de temáticas. Y como siempre digo, por muy liviana y parecida a otras, es siempre bienvenido que en el cine nacional siga habiendo quien apueste a la comedia familiar y, aunque a esta que escribe no le haya parecido una maravilla, es bueno saber que ha sido muy bien recibida por el público . Aunque de los números de taquilla siempre dudo, sepan disculpar, en este caso me guío por los comentarios de parientes, amigos y compañeros de trabajo que la han visto. Asique ya saben, si gustan de las comedias esta es una de esas películas que uno termina siempre viendo en la tele esos fines de semana en que la programación no destaca.
Alabada en el último festival de Cannes con el premio del jurado, Fish Tank es un film intimista que nos expone en forma real y creíble la vida de una adolescente quinceañera que vive con su madre- de actitud tan adolescente como ella, o más- y una hermana menor a la que no soporta. Y si bien es aberrante esto de las comparaciones, no puedo menos que pensar en la última Precious de Daniels con la cual este film inglés guarda algunos puntos de contacto: la pésima relación con su madre, problemas de aprendizaje (de hecho durante el film aparece también la idea de una educación especial para la protagonista) y una especie de ensoñación o evasión que viene de la mano de la música. Pero lo que en la primera parecía una saturación ya de contratiempos, en esta el realismo con el que se presenta es soberbio. Cabe destacar acá la estupenda labor de Katie Jarvis, que personifica a Mia, una actriz novel a la que la directora- Andrea Arnold- vio discutir en la calle con su novio e inmediatamente le ofreció el papel. Es que es impresionante ese gesto siempre adusto, enojado, sombrío de la quinceañera a la que la vida la está criando sola. Fish tank, como su nombre lo indica, sumerge al espectador en una inmensa pecera donde 1 solitario pecesito va y viene perdido y aburrido en un mundo escueto. Sofoca por momentos y hasta molesta ciertas actitudes de la protagonista, nos molesta tanto como las actitudes de muchos jóvenes que como ella, van por la vida como pueden usando la agresión como único lenguaje posible para hacerse entender. El film se presenta con una narrativa lineal, pausada pero entendible. Si ha algo que no se le puede achacar a este film es que sea pretencioso o retórico. Aquí el conflicto y cómo se mueve su protagonista es el ojo de la tormenta que se desatará más tarde sin dramatismos histéricos ni golpes innecesarios. Desde ese punto de vista, la película de Arnold es inmejorable. Aquellos que gusten del cine independiente a rajatabla, este es uno de esos films donde pareciera que no se cuenta nada, que lo evidente está a la vuelta de la esquina todo el tiempo, que no vemos nada interesante, su ritmo lento pareciera exasperar por momentos. Sin embargo a diferencia de El silencio de Lorna- hoy estoy con ganas de comparar sepan disculpar- este film tiene ciertamente actitud inglesa pero con mucha vena, mucha fibra que le faltaba a esa Lorna inexpresiva a la que no podía (yo al menos) llegar a indagar como quería. Fish tank es un film simple que por momentos aburre, hay que admitirlo, pero su simpleza nos conduce por la vida de Mia de forma precisa, sin alardeos vacuos ni estereotipos aberrantes. Es lenta, es simple, pero es humana a más no poder. Uno de esos films que uno termina de ver un poco indiferente y de pronto va procesando hasta quedar pegado.
Dame la E, te doy la E...hip hip Expendables!!! Sí señores. La abuela se calzó las porras y desde que se anunciara una película donde se conjugaran muchas de las estrellas de acción con las que me he criado sabía que no tardaría en verla. No tenía ningún tipo de expectativas significativas y quizá por ello y tomándolo por donde viene, Género testosterónico, no puedo más que agitar y cantar Hurray Hurray!. Ya Primo en su magnífica columna AntiTrailer nos había adelantado de qué va y qué tal está; pero acá vengo yo a aportar mi visión femenina de la cosa. Seamos honestas, chicas, esta película de machos bien machotes dandose tundas y soplamocos a destajo nunca nos llamaría la atención al menos que nos guste el género de acción o se conjuguen adonis cinematográficos. Las que pintamos algunas sotas en el DNI no dejaremos de reconocer que Statham y Willis pueden ser excusas suficientes para ir al cine a ver Los mercenarios (acá en Argentina Los indestructibles) pero déjenme decirles que al menos en esta ocasión dejaré babosidades de lado y apelaré a mi lado masculino (que cuando manejaba era donde más se manifestaba :P) para contarles tanto a ustedes como a ellos que esta peli la rompe. Siempre me gustó el buen cine de acción y siempre disfruté como marrana cuando esos films son exagerados, esos que tienen escenas que nos arrancan una carcajada y un andaaaaaaaaaaaa difícil de contener; films que se consumen con varios baldes de pochoclo de por medio y que empachan de adrenalina. Los indestructibles es un film para nada pretencioso, ni siquiera diría que es original, que tiene un reparto que podría haber sido mil veces aún más llamativo si no hubiese habido tantos conflictos de agenda y legales de por medio- o menos testarudez de otros- para contar con nombres que no pueden faltar en próxima entrega como Kurt Russel, Steven Seagal, Van Dame o Wesley Snipes. No obstante no es para nada invaluable nombres como el del mismísimo Stallone,quien dirige el film, Jet Li, Dolph Lundgren, Steve Austin y Jason Statham con dos bolos en una escena bastante irónica y memorable con Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger de por medio. Ya fantaseo yo cómo habrá surgido la idea de este film. Lo veo a Stallone meditando sobre una buena forma de volver un poco más llamativa que su última Rambo y de pronto, así como quien habrá soñado con juntar a los Beatles, preguntarse qué tanto le gustaría al público ver en pantalla grande el rejunte de personajes que siempre alimentaron el género. Lo demás sería fácil: pongamos unos latinos malos, droga y CIA de por medio, una buena minita- que después de todo es lo único por lo que vale pelear como buen macho- mucho tiro, explosiones, patadas y trompadas, alguna escenita emotiva para que no nos llamen insensibles, más tiros y listo. Todo el combo que el fiel expectador espera encontrar. Pero ingredientes así hay en muchos films que han hecho agua; enconces ¿porqué estos indestructibles la habrán pegado tanto?. En mi humilde opinión la pegaron porque ante todo se cargan a sí mismos. Quien quiera tomarse este film en serio irá por mal camino y las incontables autoreferencias y auto emulaciones pesarán al ojo demasiado crítico. Ante todo Stallone quizo hacer un homenaje al propio cine de acción, el entretenido, el bien hecho, el que representa el peso invertido; pero para ello- humildad mediante- deja de lado su figura y aun cuando es protagonista de la historia asume que muchos nombres tuvieron tanto peso como el suyo y se merecían estar. Agradezco las vueltas del destino de este film para que en vez de Forest Whitaker- actor que nunca me gustó no sé porqué- reemplazando a Snipes haya terminado Terry Crews a quien adoro profundamente. The expendables es un derroche de testosterona, acción, adrenalina y buena realización. Hay escenas realmente muy bien logradas y la música acompaña en forma destacable. Asique si no la vieron, dénle una oportunidad antes que la saquen de cartel porque, eso sí, en pantalla grande es impactante.