No es el año de los live-action más felices para Disney. Luego de lo difícil que fue la aceptación de la crítica para "The Lion King", volvemos con una segunda parte a aquella taquillera historia de "Maleficient", quien allá por 2014 recaudara más de 750 millones de dólares en todo el mundo. Robert Stromberg, el director de la primera parte, no es de la partida en esta oportunidad y para esta entrega, el estudio eligió al prestigioso Joachim Rønning (KonTiki) para su reemplazo. ¿Razones? Creemos que el trabajo en esta producción implicaba mostrar más de un universo íntegramente conectado con la naturaleza y el conflicto de poder que se da entre sus criaturas, impulsado por el ansia de poder de una mujer que realmente, es el rostro del mal. El cast se repite (salvo en el caso del príncipe Phillip donde sale Brenton Thwaites y lo reemplaza Harris Dickinson) y en él, tenemos a enormes actrices de distintas generaciones. Anotá, Angelina Jolie, Michelle Pfeiffer, Elle Fanning. Y sumale a Chiwetel Ejiofor, quien también aportará calidad al trío principal que lleva adelante la historia. "Maleficient 2: mistress of evil" nos lleva a unos años después de su capítulo anterior. Aurora (Fanning) está feliz en el trono que le legara Maléfica, conviviendo con hadas en plena armonía. Pero como toda joven mujer, está predispuesta al amor y a forjar la convivencia pacífica de los pueblos que lidera y conoce. Es así que piensa que un compromiso con el príncipe Phillip (Dickinson) podría funcionar (más allá de sus sentimientos), como elemento de vinculación poderosa entre los humanos y las hadas en eventual reinado juntos. Luego de un mágico momento en el cual Phillip le pide a Aurora que sea su esposa, vendrán las primeras diferencias con Maléfica. Ella no está demasiado de acuerdo, pero entiende que la felicidad de Aurora está en juego y acepta a regañadientes. Así es que se dará una reunión para que se conozcan y confraternicen las dos familias y en ese lugar, Ingrith (Pfeiffer), comenzará a mostrar sus intenciones de quedarse con todo, alejandose de atender a los deseos de la joven pareja. Habrá entonces un incidente en el que se acusará a Maléfica de hechizar al rey John (Robert Lindsay) y lo que vendrá es una especie de exilio forzoso para nuestra protagonista, en el cual se instalará un escenario de conflicto, difícil de resolver por el diálogo. Jolie aporta todo su carisma, Pfeiffer hace lo propio con su interpretación, sólida y divertida y Fanning es la típica actriz joven del universo Disney, lugar que ostenta a la perfección aquí. El tema principal de la cinta, es claramente la lucha de poder silenciosa que se da en los cuadros dirigentes y cómo las decisiones que toman, afectan la vida de todos los ciudadanos de sus regiones. Sí, hay otros subtemas. Pero se distingue que Rønning quiere destacar este rasgo del guión, como centro. El problema que sí detenta, es que el tono de la historia varía de los combates mágicos a campo abierto, a escenas que parecen extraídas de una sitcom cualquiera. En el afán por ir de un extremo al otro, "Maléfica 2", por momentos desconcierta. O se la percibe muy violenta y oscura (porque la temática impulsa esto, sino piensen en que la peli fue calificada sólo apta para mayores de 13 años) o pasa por estadíos simpáticos y melosos, coqueteando con el espíritu de los viejos clásicos del estudio. Hay ahí un tema que no termino de entender. Es como si la propuesta impulsaba a entregarse a desentrañar este conflicto, pero por otro lado, ofreciendo mucho espacio para consolidar a su nueva princesa. Tanto es así que si se fijan, verán que no hay demasiado tiempo compartido entre Jolie y Fanning esta vez. Me da la impresión de que el film intenta explorar otra mirada del cuento clásico e incorporar problemáticas adultas, contemporáneas. Pero en ese camino, en esa construcción, aparece toda la estructura natural de este tipo de films, que tiene que ver con el candor, la música, las hadas, la heroína, la magia... que tiene que estar, casi por defecto. Ahí es donde la película se pierde un poco, y desconcierta al espectador no casual. Para cerrar, le damos la derecha al trabajo técnico de "Maleficient 2" porque es lo mejor del film, superando incluso el trabajo actoral de las tres mujeres que conducen el ritmo de la historia. Verán detalles de mucho desarrollo en batallas y desplazamientos, sutiles cambios de iluminación en mazamorras y espacios cerrados... supera el promedio del estudio para este año, me atrevo a decir (y eso no es poco!). Volvió Angelina y todo sigue igual para los pequeños de la familia. Irán por ella y esta segunda aventura de "Maléfica". Para los más analíticos, hay inconsistencias narrativas que podrían haberse trabajado mejor. Y de cara a un universo que parece seguir en próxima expansión, este tema del guión es una cuestión a poner bajo la lupa. Más allá de eso, se deja ver, aunque aporte poco a lo que podríamos esperar en un film de tanto presupuesto.
Es difícil de explicar la propuesta de Joaquín Maito para quienes no son afectos al cine experimental o de autor. Me permito decir que no es este un documental puro, a pesar de que posee mayoritariamente, segmentos de observación en campo. Maito busca en "Retrato de propietarios" crear una historia a partir de una serie de escenas curiosas que encuadran una posible trama que implica a gatos, transmitiendo desde una isla "un mensaje libertarario" hacia el mundo. Los perros, afectados por la transmisión, comienzan a ser afectados por el mismo y proceden a buscar entre ruinas y escombros, un lugar distinto para vivir. No se si puedo decirles mucho más, porque siento que la película es un compendio de imágenes bellamente filmadas, rodadas en distintos países (las de Japón son destacadísimas) que se intentan ofrecer como "conectadas" de alguna manera para ofrecer cierta sensación de unidad temática. Está bien filmada pero si no entraste en sintonía, se hace un poco monótona pasados al promediar la proyección. Es evidente que el recorte que hace Maito establece la vinculación necesaria para que esto que él plantea, tenga su correlato en las imágenes. Creo que "Retrato de propietarios" es una película que cada uno arma de acuerdo a su interpretación y si bien esto es un universal para el cine, en este caso, si no te dejás llevar por la atmósfera, esta no termina siendo una cinta cómoda para ver. Más allá de que podamos coincidir en la trama básica (por así decirlo), todo es sensorial. Lo cual, desde ya, no está mal. Habla de un poder de creatividad importante, componer desde lo que se tiene e invitar a una experiencia distinta. Maito tiene condiciones para eso. En cierta manera, arriesgo a decir que "Retrato..." podría ser un inicio de una gran carrera. Se nota al jóven director como un hombre que tiene ideas claras y busca condensar lo que percibe, ofreciendo su visión del cine para interpretar algún aspecto de la realidad que le interesa poner en relieve. El formato y los recursos, pueden ser discutibles. Y como siempre digo (y los documentalistas se enojan), algo hay que hacer con respecto al género: o educamos al espectador para que lo valore y pueda entenderlo y disfrutarlo (y esto es todo un tema complejo en sí) o seguimos proyectando para 20 espectadores films que no duran dos semanas en cartel. Creo que el tiempo para tomar este tipo de decisiones, es hoy. Volviendo a "Retrato de propietarios", podría decirse que es un documental de observación que bucea dentro de una presunta historia de animales enfrentados. Pero que busca, a la vez, no ser leído como tal. Pienso, además, que su visionado no es accesible si no estás totalmente abierto a sintonizar con la historia y el marco creativo que presenta. No me terminó de cerrar "Retrato...", más allá de esto, porque creo que necesita un público abierto, fresco y dispuesto a tener paciencia en su degustado. Y no doy el perfil para disfrutarla, amo la ficción. Me reconozco además, perezozo como espectador, lo se. Pero tengo en cuenta aquí, el valor experimental de la propuesta y creo que es original y es una interesante carta de presentación para su director.
Hay que empezar diciendo que esta película ("After the wedding") es una reescritura de un clásico de Suzanne Bier, (candidata al Oscar a mejor película extranjera en 2006 por Dinamarca y protagonizada por la estrella global Mads Mikkelsen ) realizado por el esposo de Julianne Moore, Bart Freundlich. El tándem creativo "familiar" modificó algunas cosas (el rol masculino central es cambiado por el femenino de Michelle Williams) pero mantuvo bastante la esencia de la original en los giros y estilo de trama. Le dio, claro, un aire más citadino, con más rascacielos, hoteles y salones de lujo, estableciendo un estilo más bien frío, impersonal en los ambientes. En ese encuadre, el juego es el mismo que en la historia original y lo primero que hay que decir, es que sabemos que pase lo que pase, la historia tiene que estar bien actuada, a Moore, le sumamos Michelle Williams y Billy Crudup para establecer la tríada dramática central. Para quienes no conocen de que va "After the wedding", podríamos definirla como un drama familiar intenso, lleno de marchas y contramarchas que impiden que el espectador se sienta cómodo y lo instalan en un lugar expectante todo el tiempo, esperando nuevas revelaciones que terminen por definir el sentido de las acciones. La trama presenta a una joven (bueno, no tanto) llamada Isabel que trabaja en India, con niños en situación de carencia extrema. Le llega el pedido de una posible filántropa, para viajar a USA y definir los alcances de una donación que podría ser muy beneficiosa para los chicos. En ese contexto, y sin demasiadas ganas de viajar, pero anticipando que ese viaje es muy importante, Isabel (Williams) llega a Nueva York. Allí, conocerá a Theresa (Moore), quien rápidamente le dirá que no hay nada cerrado y que está aún evaluando el proyecto. Pero en la espera de su decisión, la invita cordialmente a una boda familiar y le deja la promesa de seguir pensando el desembolso. Isabel entonces no tiene más alternativa que seguir el juego de la empresaria, y pronto se ve en una ceremonia de casamiento de la alta sociedad, donde dará con una ex pareja suya, Oscar (Crudup), con quien parecen haber quedado cuentas sin saldar... Como el guión tiene varias sorpresas, no podemos anticipar demasiado. Sí decirles, que el film intenta una construcción de atmósfera basada en el agregado de información discrecional a cada paso del camino. Y todo ese proceso de incorporación de material, que impulsa cambios y emociones en los protagonistas, desconcierta al espectador porque sucede de forma intempestiva pero además, sostenida. Va en gustos, quizás eso sea interesante para cierto tipo de espectador, pero puede no serlo para otro. La cuestión familiar que los une (ya verán porqué), hace que las conversaciones entre el trío protagónico sean crudas y movilizantes, pero generan extrañamente poco movimiento físico y actitudinal. Parece cine europeo (por el escaso movimiento que se da, y el alto nivel de reflexión personal) pero no lo es. O parece desfazado. Se habla de cuestiones muy sensibles para todos: los afectos primarios, los hijos, la responsabilidad por ellos, el compromiso por los que menos tienen, la herencia... pero con cierto racionalismo que parece hasta... impostado? Si nos queda claro que el perfil que Freundlich quiere darle a su adaptación es acercar la potencia del guión original a un estilo cuasi teatral donde el carisma y la actualidad de los protagonistas impulsen la historia. Curiosamente, el efecto no se logra en su totalidad. Ya sabemos que Williams es una actriz tremenda, y aquí, la tenemos contenida y con poco desarrollo de personaje, a pesar de que es una intensa historia de tres. Crudup acompaña y muestra su porte de galán maduro y Moore explora el límite entre la intolerancia y el dolor, con armas que ya le conocemos de sobra. Pero química, no hay. La película además tiene esta cuestión extraña de posicionarse sutilmente dentro de la clase alta, lo cual le da más distancia con el público en nuestro contexto actual. Es lejana, y la historia, intrincadísima. La versión danesa es más colorida y cercana, con lo cual volvemos a abrir debates sobre la conveniencia de hacer remakes de pelis que sinceramente a los americanos no les interesa ni siquiera, en su idioma original... Siento, en definitiva, que esta versión de "After the wedding", no supera ni se acerca al nivel de la original. Es un producto más gélido, que no fluye de forma natural y su aporte final intenta una reflexión moral abierta, pero no se condice con el camino recorrido. Es cierto que aquí hay actores y un guión de lujo que alguna vez funcionó pero... con eso alcanza para traspolar y generar interés? No siempre. Hollywood intenta hacer digerible algunos temas que le parecen globales pero que indudablemente, le sientan mejor a ciertas geografías cinematográficas que a otras...
¿Quién no ha jugado con algún Playmobil de niño? Bueno, ahora y en estos años, quizás no. Pero si tenés de veinte para arriba, probablemente recuerdes con cariño a estos juguetes (que eran un hit en la segunda mitad de los 70'). Han sido, sin dudas, parte de nuestra infancia, como otros elementos que perduran en nuestra memoria hoy. La propuesta de STX Nabs Animatic Pic creemos que se centró en atraer a priori a los fans de la franquicia "Lego", y ofrecerles el mismo ritmo de acción y humor, pero con otros personajes. Tal vez creyendo que esto les abriría la puerta a más facturación y más películas. ¿Es "Playmóbil, la película" un producto capaz de abrir esa veta del mercado? Probablemente no. Si bien hay que reconocerle que el aspecto visual de la cinta es prometedor y luce muy bien (por algo el film costó arriba de 70 millones de dólares), lo cierto es que el guión es plano y repetitivo. Y lo que es peor, parece calcado de clichés de todas las cintas similares de juguetes en los últimos 5 años, lo cual no le aporta para nada al público adulto que acompaña necesariamente, en sala. Con "Lego", (si bien no en todas las entregas) los papás nos reíamos mucho, pero debo anticiparles que esto no fuirá con la misma energía. "Playmobil, la película" está pensada para un universo de chicos de 4 a 8 años y fuera de ese rango... se ve difícil disfrutarla. Veamos porqué. La historia inicia con el racconto breve de dos hermanos (Gabriel Bateman y Anya Taylor-Joy), quienes han quedado huérfanos y solos en la vida. Marla (Joy) es la mayor y la que cuida a su hermano, lo cual le produce las contradicciones típicas de la edad, es muy chica para tener que ser tan responsable pero... ¿quién más podría hacerlo? Cierto día, Charlie (Bateman) se escapa en una exposición de juguetes y termina en un cuarto lleno de maquetas de Playmóbil. Su hermana, Mara, corre a buscarlo y en una confusa circunstancia, ambos son trasportados (?), mágicamente (?), a un nuevo universo donde serán separados (a Charlie lo secuestran un grupo de bulliciosos piratas) y en el cual, las reglas, difieren bastante de las que ellan conocen. No pidan una explicación porque sencillamente, no la hay. Vaya a saber uno porqué. Mara, vuelve en sí en un mundo donde ella ya es una Playmóbil con todas las de la ley (?) y tiene que rescatar a su hermano, quien por su lado, vive una aventura bastante... particular. La trama entonces propicia el pasaje de la protagonista por los distintos "universos" de juguete, cada uno con su peculiaridad. Hay escenarios con las clásicas maquetas (el barco!!) y un humor que es básico y forzado. Sí, hay cuadros musicales (el del inicio es el único que me gustó) y está detrás toda ese impulso de "tu puedes hacerlo", que distingue a los productos familiares en este tiempo. Nada nuevo bajo el sol. Sí desde ya que el entorno es divertido, el detalle puesto en los diferentes espacios y la velocidad de la animación es excelente. Desde el punto de vista técnico, no hay nada que decir. Lino DiSalvo, el director de la cinta (que viene del departamento de animación de Disney responsable de "Frozen") pone toda la energía allí y el resultado visual es atrayente, sin dudas. Donde el film falla, es en ofrecer un argumento sólido, una historia lineal, con cierta unidad y coherencia, que le den al producto una estatura distinta. El resultado es un conjunto de gags inconexos sin una vinculación significativa con el sentido lógico de la trama. En síntesis, sólo es una alternativa para los chicos que aman estos juguetes. Lo cierto es que ellos tienen una vara de calificación, distinta y está bien. Desde el mundo adulto, este es un producto que no despierta mayor interés. En definitiva, los padres y familiares que acompañan este peregrinar a salas, deberán seguir esperando algún título para disfrutar, en el que encuentren contenido a dos vías (grandes y chicos). "Playmobil, la película", entonces, se ubica por debajo de nuestras expectativas. Seguimos creyendo y valorando, buenas historias, por sobre todo.
En lo personal, amo a Richard Linklater. Creo que "Boyhood" (2014) es una obra maestra y que nadie pudo caracterizar a la vida de pareja a lo largo de los años como él, en su trilogía "After / Before Midnight /Sunrise". Está dentro de mis cinco directores favoritos y sin dudas, creo que es uno de los pocos cineastas cuyas películas discuten temas serios, con una acidez y humor únicos. Dicho esto, tenemos un nuevo opus entre manos que es "Where'd you go, Bernadette?" y lo primero que hay que decir es que se inscribe dentro de la línea de películas en las cuales hay algo disfuncional en la vida de la/ el protagonista y se describe el proceso de trabajo de dicha pulsión. Al estilo Linklater, es decir, con mucho humor negro, secundarios que tienen cosas que decir y un ambiente vincular con cierto voltaje en cuanto a la energía. Aquí, la protagonista es la Bernadette del título (Cate Blanchett), arquitecta que dejó su trabajo hace unos cuantos años y que vive prácticamente recluída en un barrio acomodado en las afueras de Seattle. Ella una gran figura del medio (la arquitectura) pero al parecer un evento particular (la demolición de uno de sus edificios) la hizo focalizarse en la crianza de su hija, su gran amor y objeto de devoción absoluta: Bee (Emma Nelson). Bee es todo para ella. Sí, está casada con Elgie (Billy Crudup que esta semana también está en cartelera con el estreno de "After the wedding") pero eso no es central en su vida. Se lleva mal con los vecinos (Kristen Wiig entre otros!), sus arranques pueden ser incómodos y nadie la quiere bien, porque se nota, que su límite para controlarse es difuso. Su hija comienza a planear un viaje a la Antártida y ahí es donde ella termina por exteriorizar una crisis que ya venía subterránea: Bernadette decide romper con esa estructura y se toma un tiempo para evaluar su vida, sus intereses, sus espacios. De la peor manera, como podrán anticipar... Linklater recrea esta historia desde una obra literaria del mismo nombre (autoría de Maria Semple) pero hace sus cambios. El ha contado en entrevistas que la situación del escape de la madre en el libro le remitió también a su propia historia personal con la suya, fallecida hace unos años. Por eso, hay mucha potencia en ese rol. Entonces, la gran pregunta es entender cuánto hay del director en la construcción del perfil de Bernadette y cuanto eso se modificó y cobró vida merced a la capacidad interpretativa de Blanchett. ¿Una síntesis compartida o la potencia del carisma de la actriz principal? Arriesgo que la actriz elegida trascendió el texto y le dio una corporización al rol principal, quizás distinta a la esperada. Blanchett es un tornado de energía y es verdad que entra en la piel de Bernadette de una forma tan personal que es difícil imaginar a otra actriz en ese rol. Su voz y su lenguaje corporal explican tan bien los procesos que atraviesa, que el film llega a ser casi una excusa, para su lucimiento profesional. Tal vez, porque no hay una contrafigura que le permita equilibrar esa atención (teléfono Linklater!). Sí podemos reconocerle el gran trabajo que hizo Bruce Curtis desde el diseño de producción para dotar al personaje central del bagaje de materiales e intereses en relación con la arquitectura. En eso, se nota una gran tarea que debe destacarse (Bernadette debía ser un faro en su actividad vital y lo es). Volviendo a la historia, ella también representa, a los artistas en su relación con su pulsión creativa. Eso permite un cierto interjuego reflexivo sobre que importa, cuando y qué te impulsa a renovarte y generar nuevos proyectos cuando algunos ya cerraron sus etapas de desarrollo. Y más allá, también trae esta definición de que sucede cuando uno deja sus zonas de confort y se adentra en desafíos nuevos. Esa sensación de pérdida y desconcierto, se plasma perfectamente aquí. Ahí, cuando ella baja sus pulsaciones y abre el juego de su interioridad, se nota también el sello del director. Aunque hay que decir que la locura y el vértigo forman parte del repertorio de la protagonista y esos segmentos, van y vienen en un orden poco predecible. Por eso, siento que "Where'd you go, Bernadette?" está atada a cómo te acerques a la protagonista. Sí de inmediato empatizás, hay espectáculo garantizado. Si no, la peli se vuelve de a ratos un poco caótica y disonante, pero siempre con su destino marcado y previsible. Podría decirse que es una cinta interesante, pero quizás no tan dedicada y artesanal como otros casos de la vasta filmografía de uno de los mejores directores de esta generación. Sí, no es de las más luminosas aunque tiene lo suyo. Pero seguro, vale la pena.
Seguramente "It 2", es la película de género más esperada del 2019. La primera parte de este proyecto, fue un suceso en 2017: multiplicó por diez (sólo en USA) su inversión (recaudó allí más de 300 millones de dólares), lo cual llevó al argentino Andy Muschetti ("Mama" y antes de ella, "Historias breves 3"!!!) a convertirse en un prestigioso director de género, con muy pocas escalas previas. Pero los estudios saben detectar talento y Andy deslumbró en sus primeros pasos. Hay que decir (para quienes no son muy afectos al mundo literario), que el libro original que se aborda en esta mini-saga de dos films, es uno de los mayores clásicos de Stephen King (un escritor que superó los 350 millones de copias de sus 62 novelas) y posee una extensión interesante: posee más de 1100 páginas. Tanto material fue lo que provocó dividirlo en dos, y la primera parte, es una pequeña obra de arte: casi perfecta en todos sus aspectos, dejó al público con mucha expectativa para ver como cerraba la historia del payaso asesino y la banda de amigos que dejaría todo por detenerlo. Para quienes están familiarizados con la historia, ya saben a que escenario se los invitará: pasaron unos cuantos años (27) y Pennywise, ha reaparecido en Derry. Mike (Isaiah Mustafa), el único del grupo "de los perdedores" de aquellos lejanos años que ha quedado viviendo en aquel perdido pueblito, llama a cada uno de sus amigos para decirles que tienen que volver al lugar de su niñez, para enfrentar un desafío extremo: poner fin a los asesinatos del cínico payaso. Obviamente, con alguna resistencia, el grupo va respondiendo de distinta manera a la convocatoria. Ya en los primeros minutos, Pennywise comienza a hacer de las suyas y anticipa que la cuestión, aquí no será tan sugestiva como en el primer film, sino que habrá mucha más sangre y violencia en cámara. Esta "It" es más ¿desinhibida?, y se percibe, hay carta blanca para transitar caminos más fuertes desde lo emocional. Y los recorre. El viaje llevará a un mundo que tiene dos espacios temporales: por un lado, vuelven los chicos de la banda que nos deslumbraron en la primera parte, para recrear algunas escenas y secretos del pasado; por el otro, el presente donde cada uno de los "Perdedores" tiene una pequeña tragedia personal que los impulsa a terminar con este recuerdo sombrío que es el payaso de las cloacas, de una buena vez y para siempre. El elenco es impactante. Una selección. Los chicos son ya figuras de las series americanas y ya sabemos que la rompen. Entre los adultos tenemos a Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Jay Ryan, James Ransone y el ascendente Bill Skarsgård quien juega muy bien su rol del delirante payaso. No se puede decir nada del cast, ya que todos actúan con un sereno profesionalismo, sin dejar demasiado librado al azar. Quizás el más jugado y el que todos festejan es Hader, quien le pone mucho humor a sus intervenciones, pero yo rescato a Chastain, quien es la única mujer del grupo y nivela todo el tiempo la supremacía masculina en número: Jessica es un frágil objeto de deseo para el grupo y sabe cómo posicionarse en el lugar. No quiero contar mucho de la trama, sí decirles que hay varias licencias con respecto al libro original (pero Stephen está tranquilo y le puso "me gusta" a la peli en sus redes sociales, no se preocupen) y hay sí, mucho más "gore" que en la primera entrega. Acá no hay demasiado freno inhibitorio y cuando hay que mostrar, se muestra. Desde ya que hay sobrada solidez en todos los rubros técnicos, Andy hace lo suyo súper relajado (hay muchas escenas en el pueblo que explican lo que siento) y maneja los hilos de un film amplio (por esta cuestión de doble temporalidad), con solvencia. Si la pregunta (que se que quieren hacerla) es "¿te gustó?", debo decirles (humildemente), que creo, sin embargo, aquí bajamos unos peldaños con respecto al film del 2017. Pero quiero explicar por qué. "It 2" elige tratar de ir y venir en el tiempo todo el tiempo para fortalecer las construcciones de la personalidad de cada personaje. Eso hace que la película sea demasiado extensa y que en tanto armar desde los recuerdos que se actualizan, la tensión baje y por ende, se viva menos inmersiva que la anterior. Hay mucha menos construcción de atmósfera cerrada (también por la exploración que hace del pueblo), y eso le da al film, otro tono. Ya saben que Hader aporta mucho de su humor y carisma natural a la cinta, pero distiende a veces demasiado la prolija tensión establecida en el devenir de los hechos. También puedo decir que hay alguna historia lateral que no termina de desplegarse y que podría haber sido mejor aprovechada (la del líder de la banda de acosadores), que también suman minutos que podrían haber sido quizás, utilizados para otro fin, que el establecido aquí. Detalles, que son desde ya discutibles, pero que La entrega uno, era un film excepcional. La dos, es más elocuente y directa. Aquí creo que hay demasiados elementos, mucha proliferación de construcciones personales y grupales (y no quiero decir más para no caer en ofrecer spoilers) y cuando hay tanto en juego, perdés focalización. "It 2" sobresale en cada rubro, por separado, (la música, el arte, las actuaciones, etc), pero curiosamente, es menos que la suma de sus partes. Creo que eso se debe al guión y elecciones que fueron definidas por el equipo que la llevó adelante. No debe perderse de vista que es una mega producción de gran presupuesto y seguro que administrar ese escenario no debe haber sido tarea fácil para Muschetti. Es una buena película, en definitiva. Para mí, un par de escalones que la anterior. Pero si quieren saber si vale la pena, desde ya que no duden en vivir la experiencia en sala.
Netflix produjo "Extremely Wicked, Shockingly Evil, and Vile", ficción basada en hechos reales para complementar y potenciar el documental sobre las cintas de Ted Bundy, el asesino serial más importante de la historia de los Estados Unidos. A partir de esta semana, entonces, podremos acceder a un drama biográfico sólido, dirigido por el debutante Joe Berlinger (un productor ejecutivo que viene de la TV), que nos trae a dos figuras populares en los roles principales (Zac Efron y Lili Collins) y una historia, que no deja de llamar aún hoy, la atención. Cuando hablamos de Ted Bundy, hablamos no sólo de un vicioso criminal. Sádico y perverso. También hablamos de un sujeto encantador, inteligente, sutil y audaz. Capaz de manipular y desorientar a las autoridades, víctimas y gente del medio en que se encontraba, en múltiples ocasiones, todas con total desparpajo y cinismo. Esta película viene a poner en relieve, todas esas características. Y para ello se eligió a Zac Efron, un encanto de pibe que muestra que es un gran actor. Siempre digo que lo que Efron no tiene es capacidad para leer que proyecto le conviene seguir, pero condiciones posee de sobra (un poco como Robert Pattinson, pero el cantante no acertó casi ninguno hasta ahora). Y aquí, despliega toda su capacidad histriónica para dar vida al legendario asesino: sólo le falta cantar y hacer coreos, pero todo lo demás, lo pone al servicio de potenciar su personaje. La historia nos presenta la breve e íntima relación de Bundy con su novia oficial (Liz), en la piel de la dúctil Lili Collins. Accedemos a su primer encuentro y los momentos posteriores, donde Bundy se muestra paternal con la hija de Liz y nada hace suponer su perfil monstruoso que saldrá a la luz en tiempo y forma. Bundy está mal pero lo increíble es que logra vivir casi 6 años en pareja, portándose como un sujeto normal. Efron decide encarar su rol con todas sus herramientas de seducción y deja claro sobre que aspecto Berlinger quiere dejar su marca: no hay mucho de los terribles asesinatos de Ted, pero sí un prolijo y hasta divertido derrotero que muestra como Bundy logra escaparse de la ley, miente, miente y hasta se transforma en un gran suceso mediático, hacia el final de la cinta. El aporte principal de la cinta, me parece, es mostrar cuan poderoso puede ser un engaño, cuando quien lo comete es dueño de una presencia seductora y carismática. La elección del director, de no mostrar casi nada de los crímenes, abona la construcción de una fabulación que encubre la verdadera naturaleza del perfil asesino. Es en busca de potenciar efectos, pero como opción, no me convenció. "Ted Bundy: durmiendo con el asesino" es una película laboriosa e intensa, que nos permite ver a un Efron renovado, acompañado por la siempre dulce y eficiente Lily Collins. No es para tomarsela muy lineal en algunos tramos (aunque hay documentación que sustenta la mayor parte de la película), pero está bien, entretiene y... en cierta manera, aterroriza.
Luego de ser premiado en Cannes, llega la última producción del gran François Ozon, "Grâce à Dieu"(Gran Premio del Jurado en la edición 2019), drama basado en hechos reales, que aborda la relación pedófila entre un sacerdote de Lyon y un grupo de niños que concurría a campamentos de verano en la iglesia católica local. El tema es de actualidad potente, ya que sus crímenes fueron denunciados y Bernard Preynat, el hombre detrás de los abusos, finalmente fue encontrado culpable el mes pasado (julio 5). El proceso judicial terminó, pero la historia que Ozon trae no sólo se ocupa de la denuncia de los hechos producidos (terribles), sino del daño emocional provocado a esos niños, ahora hombres de familia, y la irracionalidad de la iglesia francesa, dispuesta a defender al sacerdote y sabotear todo intento de que la cuestión salga a la luz. Ozon cuenta que quedó afectado y conmocionado, cuando un día buscando en internet, dio con el sitio "La Parole Libérée", espacio donde hombres contaban como habían sido abusados durante su infancia en las iglesias. En esa web, hasta incluso hay archivos y correos entre algunos responsables del grupo y las altas jerarquías de la iglesia, incluso algunas dedicadas a prestar apoyo psicológico a las víctimas en los casos presentados. También sabemos que al principio, Ozon quiso plantear un documental, pero finalmente decidió darle su propio sello personal y armar una ficción fuerte, que genere debates y sirva a esa causa. Recordemos que este cineasta es reconocido por su sensibilidad particular para describir la personalidad del sexo femenino ("Double lover", "Young & beautiful", "Potiche", "8 femmes", "Swimming pool", etc), por lo cual era interesante a priori su enfoque para un universo masculino... La trama presenta tres partes, cada una destinada a un personaje principal . El primero es Alexander, jugado por Melvil Poupaud, hombre de unos 40 años, devoto católico y practicante, quien se anima a narrar que fue abusado por Preynat, cuando concurría al grupo de scouts de la iglesia, más de 30 años atrás. Todo esto se dispara, cuando increíblemente ve que el sujeto en cuestión, sigue en contacto con niños. Inaudito. Luego aparecerá François (Denis Ménochet), quien no cree en Dios y no tiene hijos, y ha elegido no recordar ese pasado común con Alexander, a pesar de haber sufrido el mismo destino. Sin embargo, su medio familiar ofrecerá una visión compleja cuando estas estructuras se muevan a revisión, ya que no es un tema que esta familia desee desenterrar. Y finalmente aparecerá Emmanuel (Swann Arlaud), quien parece el menos favorecido económicamente de estos tres hombres, pero el que mayor poder de fuego interior posee. Una vez que la chispa se encendió, veremos en acción a las autoridades eclesiásticas de Lyon proteger al sacerdote y anticipar un manto de olvido (mediático, que es una dimensión de este suceso), que los protagonistas no aceptarán de ninguna manera. El caso se armará y conmocionará no sólo a los medios franceses, sino también impactará de lleno en la vida de los abusados, quienes enfrentarán etapas de dolor, alivio y sed de justicia, que tendrán su resultado en hechos concretos, aunque no será un camino sencillo. La película recuerda a "Spotlight" en la temática, pero en particular "Grâce à Dieu" me parece más física, menos impostada. Ozon le da cierta altura dramática palpable y presenta las escenas más ásperas (la de Preynat cuando confiesa a Alexander que hubo muchos chicos abusados por él y se niega a hacer pública la situación, es notable, las discusiones en el seno de la familia de François, entre otras) con una sensibilidad destacada. Este es un film lleno de tensión pero aún en sus instantes oscuros, no deja de mostrarse honesto y esperanzador. La denuncia importa, pero el viaje emocional que significó para ese trío de hombres avanzar sobre esa tarea, es todo en la cinta. Las interpretaciones son correctas, los secundarios ofrecen las máscaras necesarias (algunos) y la empatía justa (otros) y se ofrecen como andamiaje de situaciones que de sólo verlas en pantalla, nos afectan en nuestro fuero íntimo, mucho más a quienes hemos transitado grupos infantiles o juveniles en las iglesias de nuestras comunidades. Necesario e íntimo, "Por gracia de Dios" es un Ozon distinto, pero como siempre en este cineasta, en la dirección correcta para explotar sus enormes habilidades narrativas. Muy buena.
Segundo largo de la documentalista y montajista Cláudia Varejão, primero que llega a la Argentina en forma comercial y probablemente, el más interesante de su carrera. Hablamos de "Ama-San", una mirada silenciosa y paciente al universo de las mujeres que se sumergen día a día, en las profundidades del mar para conseguir moluscos, pero también perlas, habilidades que las distinguen entre los pescadores de la región. Estamos en la península de Shina, en Japón. Allí, las mujeres "Ama-San", muestran su valor, día a día, al sumergirse en el mar, a hacer esta compleja tarea. Y las vemos, entrando ellas en su etapa de adultas mayores, pero ejerciendo la actividad sin pausa y con gran confianza en sí mismas. Siguen nadando, buscando respetar y honrar sus tradiciones y continuar el legado que las ha convocado por más de 2000 mil años de antiguedad. Además, lo llevan adelante, (y esto también motiva la observación), a la vieja usanza. Bucean sin toda la parafernalia (en cuanto a equipamiento), sosteniendo la costumbre ancestral de búsqueda bajo el mar, realizada de generación en generación y sin grandes cambios, a pesar de los avances tecnológicos actuales. Varejão presenta un registro atractivo, a pesar de su austeridad. Estas mujeres son observadas no sólo en el momento en que realizan su actividad principal, sino también en sus ratos de ocio, con sus familias, compartiendo rutinas, fuera del mar. Y ahí es cuando "Ama-San" se vuelve vistoso: todas son féminas de edad avanzada, pero transitan la vida con felicidad, sin importarles la posible incomprensión directa de la gente que las rodea. Esto se precibe en el relato y su silenciosa fuerza, ofrece un delite particular para aquellos espectadores acostumbrados a las experiencias diversas. Eso le da una dimensión al film, distinta. "Ama-San" puede parecer un típico documental de observación, pero describe una realidad cultural, digna de verse. Y promueve debates, acerca del rol de la mujer y su fortaleza, para continuar una tradición milenaria, aún en nuestros días. Su formato puede no ser amistoso para los que buscan emociones estruendosas, pero tiene un ritmo propio que invita a la reflexión sobre la cultura nipona que se ve, pocas veces en nuestras salas.
Debo reconocer que a priori, tenía una sana y curiosa expectativa con esta producción francesa. Cara, con muchísimo trabajo de arte, vestuario y fotografía, y con una historia ya recreada en varias oportunidades en el cine: la vida de François Vidocq, un criminal de alto vuelo parisino que, irónicamente, sería uno de los creadores de la lógica de infilitración en grupos delictivos organizados. Del otro lado de la ley, por supuesto. El recorrido que Jean-François Richet (quien está detrás de las cámaras) nos propone, es bastante cercano a un thriller casi de acción, urbano, violento y directo. Para eso, hay que reconocerle que tenía una lista corta de nombres si ese era el perfil buscado por el protagonista. Se ve que los productores no dudaron demasiado al proponerle a Vincent Cassel un rol así. Sin dudas, era el actor a jugarse en esta piel de Vidocq, un hombre que hizo (aparentemente) de la ética y su capacidad de adaptación, un lema de vida, bastante particular. Cassel tiene esa impronta hosca, potente, incómoda y le va bien a este personaje, sin dudas. En "L'Empereur de Paris" la propuesta será, impactar, de principio a fin. Muchos recursos puestos a enmarcar la acción dentro de un contexto histórico bien delineado y al que el espectador accede rápidamente: Vidocq inicia su recorrido escapando de un barco en el que se encontraba encadenado (cae en alta mar). Pero al poco tiempo lo tenemos reiniciando una actividad nueva, como vendedor textil, sin sospechar que pronto vendrían por él. El plan fracasa y nuevamente la policía lo captura. Es ahí cuando, ante la probabilidad cercana de ir a parar a prisión, el hombre decide ofrecer su vasto conocimiento del bajo mundo y hasta se ofrece para infiltrarse en la mafia e identificar y capturar criminales. Nada que sorprenda (hoy en día vemos que es muy frecuente), pero en tiempos napoleónicos, y con una fuerza policíaca con poca idea, lo que hace Vidocq es audaz: se pasa de bando, literalmente, y comienza una tarea de captura de delincuentes, que va siendo estructurada primero con casos aislados y luego como producto de un equipo que se integra especialmente para lidiar con esta problemática, sentando las bases de lo que en la actualidad serían las unidades especiales que vemos en todas las series y películas americanas... En lo personal, siento que Richet no ofrece nada demasiado original. Instala a Cassel, que es un actor con gran presencia física, y lo sumerge en escenas fuertes, donde la sangre brota quizás, un poco más de la cuenta. Sí, está bien. Esta vez Vidocq tiene intereses amorosos (Annette, jugada por Freya Mayor) y políticos (Roxanne de Giverny vía Olga Kurylenko) y eso busca ofrecer enriquecer en un flanco donde la personalidad del protagónico no es del todo empática... "L'Empereur de Paris" es una propuesta cuyo envase es lujoso (los rubros técnicos, impecables, ver las reconstrucciones digitales de algunos escenarios, como la construcción del Arco del Triunfo en esa época es genial) pero no logra hacer vibrar al espectador fuera de las escenas de acción. Lo sacude en la butaca, por el ritmo trepidante que posee en su trama policial, o lo atrae por la lograda reconstrucción de la Ciudad Luz, pero no mucho más. Se siente que hay un campo a recorrer (el del conocimiento profundo de la cada personaje), que es dejado de lado y sintetizado a algunos trazos, sin desviar la dirección del guión. Hay que decir también, que Cassel hace lo que siempre esperamos de él, confirmando que es un gran intérprete. Nunca le pedimos sutilezas y aquí cumple como casi siempre. El resto del cast se lo siente un par de escalones abajo, tal vez por no igualar la intensidad dramática y voraz del protagonista absoluto de la historia. Recorrido lineal, personajes con pocos matices, intrigas palaciegas de previsible resolución... Insistimos, la fuerza la da Cassel. Y el hombre siempre la da en exceso. Intensa, discutible, despareja, pero con valores que justifican su visión.