Cuenta la leyenda que todo comenzó como un juguete que alcanzó la categoría de "Specialty Toy of the Year", en USA, durante el año 2006. Este set de muñequitos de peluche creados por el ahora matrimonio de David Horvath and Sun-Min Kim (era novios cuando comenzaron por accidente con el proceso creativo de estas creaturitas), fueron un hit de ventas y volvió millonaria a la pareja y era casi inevitable, pensar en una realización cinematográfica sobre ellos... Illumination Entertainment adquirió los derechos (la compañía detrás de "Despicable me") y le ofreció la dirección a Kelly Asbury (quien llegó a los Oscar con nominaciones para "Spirit" y "Shrek 2"), quien eligió un camino directo, simple, con la premisa de sostener el metraje apoyado en un mensaje visible potente y una veta musical atractiva. Con esas premisa, "Uglydolls" presenta una historia de discriminación y dificultades para aceptar la "otredad". En el universo que presenta, encontramos a Moxy (Tini, en la versión doblada, Kelly Clarkson en la anglosajona), quien no está contenta con lo que le tocó en la vida: su lugar de residencia es el mundo de "Uglyville", donde terminan los "desechados" o "marginados" físicamente, por algún tipo de defecto, a quienes no se les permite relacionarse con los niños por esa condición. Claro, hay otro mundo, donde residen los juguetes hermosos, impolutos. Moxy junto a sus amigotes, intentarán entonces romper esa lógica (¿superar la grieta?) y lograr que ámbos mundos se conecten en forma natural, respetando las características que cada uno de los peluches posee. Menuda tarea! La cinta es una clásica propuesta familiar, llena de colores brillantes, clips musicales, plagada de líneas de autoestima postiva y con una mirada más bien sencillita de los eventos que implica, unir dos estructuras diferentes y ponerlas en diálogo. Tiene una lógica para el tratamiento del color interesante (la relaciono con "Inside Out" en ese aspecto) y sus aspectos técnicos son lo esperable: sólidos y confiables. En pocas palabras (y volviendo al argumento), "Uglydolls", puede entretener de acuerdo a modestos parámteros de análisis. Creo que esta cinta no pasará a la historia como uno de los grandes hits de Illumnation, pero para que los chicos disfruten en sala, está bien. No es transgresora ni despierta grandes pasiones, pero se deja ver.
Nos encontramos frente a uno de los acontecimientos cinéfilos esperado por décadas. Pacientemente construído por Marvel a lo largo de diez años. Con muchísimos títulos, grandes personajes y un legado que ha logrado conmover al público de todo el mundo y de todas las edades, basado en una simple premisa: impulsar los valores del heroísmo, el trabajo en equipo y la resilencia. Y hoy, parte de ese universo comienza un proceso de reconfiguración. Lo que implica, tristeza, por lo que ya no estará. Y renovada esperanza, por los que seguirán haciendo leyenda (en términos cinematográficos, por supuesto), dentro del MCU. La "fase 3" ha llegado a su fin, y eso implicará, necesariamente partidas. Y nuevos escenarios. La pregunta es, ¿está a la altura este "juego final" de todo lo construído hasta hoy? ¿Logrará satisfacer a sus fans y a los seguidores de los comics con este cierre? En principio, la factoría tiene claro como generar productos de alto impacto. Desde ya que para esta cinta, han invertido una cantidad de dinero impresionante y se nota en todo momento. El reparto incluye a actores jóvenes, maduros y hasta adultos mayores, todos de prestigio y gran recorrido... y todos dan el presente. La cantidad de estrellas que verás difícilmente puedan estar presente en una misma cinta si no fuera una creación colectiva potente, en la que nadie dudaría sumarse, por la popularidad y el prestigio que le ofrecerá...No te los nombro a todos, pero estremece. Claro, la primera pregunta se da en forma natural: ¿Se complementan bien? Ahí ya entramos en un terreno difícil de resumir. Me atrevo a decir de a ratos. No es simple que tantas primeras figuras compartan escenario. Hay un recorte en los de primera línea, pero todos, juegan en función de equipo y más allá de algunos desniveles, la trama genera sus escenarios, sin problema. La unidad (podría decirse) es más fuerte que los egos. Sin embargo, algunos personajes se toman las cosas en serio, y otros, no tanto. Eso lo sabemos y le da sabor al producto. Pero ofrece un costado débil en ciertos momentos álgidos de la trama. Desde ya, si no tenés toda la información previa, el film puede costarte. Esta es la frutilla del postre pero para llegar hasta aquí hay que haber cursado unas cuantas materias en la última década... Desde el punto de vista técnico, todo se encuentra en el nivel esperado. Hay que tener en cuanta que sin contar "Captain Marvel", el MCU ha facturado más de 17 mil millones de dólares. La franquicia que ha barrido con todo, no se detiene en los números finos. Resuelve. Argumentalmente, no se puede discutir mucho sobre "Avengers: Endgame". Más que nada porque los debates, a esta altura, deberían estar con información centrada en la trama y como bien entendemos, en esta oportunidad, el secreto los ayudará a conectarse mejor con la película. Conexión que implicará tres horas de duración y un poco más. Que se les pasarán volando, por supuesto. Sí, puedo decirles, que por lo que significa, emocionalmente, hay en ella mucho espacio el sentir. La trama, inicia justo en donde habíamos quedado en la entrega anterior. La secuencia ofrecida, que presenta a Hawkeye, en familia, indica la dirección que tomará el film desde el instante cero. Creo que este fragmento marca a fuego el tono del film. Thanos dejó a la tierra sin la mitad de sus habitantes y en consecuencia, el dolor que atraviesan aquellos que quedaron con vida es infinito. Ellos están quebrados, dolidos en grado extremo y encontrandose con un vacío existencial, terrible. Ya vimos el poder del gran villano en la cinta anterior, destruyendo y modificando el planeta con su decisión. Thanos, el ahora gran verdugo de la humanidad, posee todas las gemas y todo el poder. Los Avengers, desconcertados ante lo sucedido, apenas logran juntarse para sobrevivir juntos a semejante trauma. Algunos, han tenido suerte, otros, han sido separados de sus seres queridos y deambulan erráticos por el mundo. Hasta que encuentran una luz de esperanza, en una serie de hechos fortuitos que podría abrir una posibilidad loca, para reestablecer, lo que el villano de turno, desbalanceó. Es importante también decir que "Avengers: Endgame" explora el sentir de manera distinta a todas sus predecedoras. Trae tristeza, dolor, impotencia, pero también, como toda cinta del MCU, hay arrojo, compañerismo, solidaridad, humanidad en grado extremo. Busca equilibrarse todo el tiempo, con las dosis habituales de humor, pero no se engañen. Es una cinta muy nostálgica y eso define el tono general de la historia que presenta. Es más, si bien el peso de las actuaciones recae en los viejos conocidos, esta es una cinta donde todo está permitido. Las licencias, caen, y es probable que vean situaciones novedosas que en entregas anteriores no hubiesen podido tener lugar. Porque aquí, los hermanos Russo (Anthony y Joe), desde la silla principal, tiene claro que esta en la cinta en la que todo puede suceder. Soltamos las riendas y que la batalla, elija su mejor escenario. El carisma de sus personajes centrales hará el resto. Para contrarrestar el desastre que armó Thanos, todos sabemos que se se necesita uno mayor. Y de eso trata "Endgame". De apostar a lo imposible. Conectarse con quienes luchan codo a codo por los mismos ideales y no dejarse llevar por los enemigos gigantes y poderosos. Si son seguidores de la franquicia, ya tendrán su entrada, día y hora para la ceremonia. Saben lo que van a ver. Pero recuerden, que como todo cierre, a veces las cosas no salen como uno espera. Quizás la resolución del conflicto medular les guste, pero no se puede negar que los últimos veinte minutos, apelarán a todo el capital obtenido en los últimos años, para dejar el listón, lo más alto posible. No es una obra maestra, pero significa tanto para una generación, que podría llegar a serlo.
Anna Renee Todd nació en Ohio, y era una escritora aficionada. Escribía en la plataforma online Wattpad, historias relacionadas con su banda favorita, los One Direction. Más específicamente, decidió escribir una ficción con Harry Styles, del grupo, como protagonista. Sus textos fueron un hit y de allí saltaron al papel. Anna firmó contrato con un importante grupo editorial y desde allí realizó cuatro lanzamientos para "After", la obra que nos convoca. De ellos, cuatro son el recorrido puro, y hay un último libro que narra la historia desde el punto de vista del protagonista. Es, muy parecida a la historia de "50 shades of Grey". Incluso con este detalle del final. Con un presupuesto discreto (alrededor de 14 millones de dólares), y bajo la dirección de Jenny Gage, "After" es la primera (y tal vez, si la taquilla no acompaña, la única) de las entregas de una historia de amor, entre dos jóvenes en sus primeros años de universidad. Es, la historia soñada por cualquier adolescente (quizás no, y eso es un cliché), de dos personajes unidos por un fuerte lazo sexual y amoroso, enfrentados a problemas que no deberían ser tan graves, pero a la luz de las posibilidades y los niveles de aprendizaje de los miembros de la pareja, pueden ser infranqueables. Tenemos a Tessa (la bella Josephine Langford), una estudiante de facultad que siempre vivió en una caja de cristal. Es conservadora, recatada, y tiene su vida ordenada en forma metódica. Parece fría, pero no lo es. Simplemente, no encontró alguien que la encienda. Eso sucede cuando aparece Hardin (Hero Fiennes Tiffin), un británico que es el típico modelo de rebelde del que la gran mayoría de las chicas se enamora: tatuajes, vehículos, actitud desprejuiciada. Y encima es lector de obras clásicas!! ¿Qué más se le puede pedir al chico? Con eso, más que suficiente. Pero claro, hay temas familiares, padres molestos o incapaces de avanzar con una vinculación sana (ahí anotame a Peter Gallager, Jennifer Beals -rescatada del olvido, Selma Blair...) y todos los pormenores de un romance que tiene todos los condimientos esperables. Menos uno. Es una cinta que promete sexo (convencionalmente cinematográfico), y que ofrece poco. Hay demasiado cuidado en lo que se exhibe y eso le resta energía para hacer fluir un relato, en el que, como en "50 shades..." no sucede demasiado. Es decir, lo central es su proceso de enamoramiento. Y ahí es donde, más allá de todo, hay flaquezas de estilo, resueltas como es habitual en la cultura del video clip, con mucha sugerencia, velocidad y recato. No me parece ni bien ni mal, si creo que es algo para señalar. Desde el punto de vista del conflicto en sí, entiendo que Tiffin podría dar más de lo que da, siendo que es el rol más comprometido de los dos (ya verán porqué). Pero hay cierta química con Langford (no demasiada), y algunas notas de color en los padres, que son secundarios de trayectoria y están aquí para ver si se prenden a una franquicia naciente. Discreta. Sí, desde ya, para el público adolescente, esta es una propuesta que quizás interese, pero no ofrece gran interés dramático ni ningún rasgo que la destaque del resto. Es simplemente, una historia de amor adolescente convencional.
Luego del relativo éxito del documental de 2012 (pueden verlo en https://vimeo.com/205508370, ya que está liberado aunque en inglés) sobre la vida de Paige, luchadora estrella de la WWE, Film4 (gente que produce el prestigioso Channel 4 en Inglaterra) pensó que era una buena idea llevarlo a la pantalla grande. Para ello, se asociaron con la empresa responsable de los shows de lucha y buscaron algunos apoyos promocionales y de dinero. Ahí apareció Dwayne Johnson para darle más estatura al proyecto. Ese fue el génesis de la versión ficcionalizada de "Fighting with my family", film que presenta el ascenso de Paige, la primera luchadora británica en la WWE a la cima. Quizás el problema principal del film es que todo es demasiado previsible y jugar con las cartas visibles, probablemente no ayuda a generar la incertidumbre sobre el valor de lo que hay en juego. Y el guión tampoco ayuda a darle esa dimensión. A no ser (puede suceder) que estés buscando un relato de autoayuda, caso en el que esta cinta tiene una historia potente para ofrecerte. De todos los elementos que se juegan en "Fighting...",sólo me sorprendió el trabajo de Vince Vaughn (el reclutador de la WWE que se encarga de viajar y descubrir talentos para el show), recuperando su calidad extraviada en este último tiempo, en un rol que le pone algo de color a la historia y marca su regreso como actor versátil a este tipo de proyectos. Nada sorprenderá demasiado. Desde ya, les digo esto porque realmente tenía expectativas de ver algo más interesante. Solamente pensando en el cast (Nick Frost y Lena Headey como los padres de Paige!!), creí a priori que podíamos ver un camino de ascenso más áspero, complejo, lleno de matices. Cosa que no sucede con este trabajo del director de "Logan", Stephen Merchant. El tono general de la cinta es demasiado familiar. El cineasta utiliza un esquema narrativo tan simple, que no hay nada que nos haga dudar del derrotero del film de principio a fin. Nada, incluso los agudos problemas que atraviesa el hermano de Paige y que genera algo de ruido en la familia, alcanzan el voltaje para sacudir el amperímetro. Todo se ve, fácil. Paige tiene que soportar los nuevos desafíos, y superarlos. Tiene con qué así que el resultado final se anticipa fácil. "Fighting with my family" ofrece un camino lineal, livianamente actuado, en el que Paige (aceptable trabajo de Florence Pugh, dicho sea de paso) aprenderá que hacer y cuándo hacerlo, para sostener el duro precio de volverse una figura estelar de la actividad que anheló toda su vida. Una historia clásica de superación personal. No está mal ni bien, pero no verán aquí mucho más que la trastienda de la WWE para generar la estructura que monta para asegurar su semillero de nuevas luchadoras. No esperen demasiado tampoco de The Rock, tiene algunas escenas pero sólo aportan un toque de humor y no mucho más. Sí, Pugh y Vaughn tienen interesantes contrapuntos y sostienen el discreto interés del film a lo largo de todo su metraje. En términos generales, "Fighting with my family" está por debajo de las expectativas y cumple sólo si tu intención es curiosear un poco sobre cómo se organiza el detrás de escena del mundo de la lucha libre televisiva en USA o presenciar una historia de éxito y superación personal. Eso sí, todo en un marco de narración sencillo y sin sorpresas.
Un nuevo trabajo de Alex Tossenberger llega a salas locales. Cineasta preocupado por mostrar el impacto de la naturaleza y la responsabilidad en su cuidado, vuelve a rodar en Tierra del Fuego, lugar áspero y fértil para historias de encuentros e introspección. "La guarida del lobo" nos presenta la historia de Vicente (Gastón Pauls), un inversionista que un poco perdido (en todo sentido) en la vida, ha sufrido un accidente en un valle de montaña en Ushuaia y es rescatado por Toco (José Luís Gioia). Este hombre es un típico habitante de esos terrenos: tiene habilidades únicas para ese tipo de vida. Contrastan con el modo de vida que tiene Vicente, y él rápidamente se da cuenta que para agradecer el gesto de cuidado que tuvo Toco con él. La propuesta será entonces que el visitante comenzará a aprender manejo de trineos (su tobillo no se recupera rápidamente), y forjará una vinculación con quien dedicó su tiempo a su cuidado, profunda e interesante. Todo este aprendizaje será mutuo, y cada uno se enriquecerá con ese poderoso intercambio. Un hombre de ciudad, plenamente tecnologizado, y un sujeto criado y pragmático que vive en un clima helado y agresivo. Dos perfiles distintos que pueden convivir, y pueden generar una cultura de colaboración distinta. Unica. La relación con los perros es muy importante y el respeto por el ambiente y el cuidado, se señala con claridad. Tossenberger aprovecha a fondo el paisaje, pero pone en cada personaje una carga de humanidad profunda y honesta. Potente. Pero este proceso será interrumpido por alguien que intentará alterar esa paz (Víctor Laplace) al querer comprar los terrenos que posee Toco. Vicente y su cuidador tendrán entonces un desafío para resolver, a la hora de resolver la delicada cuestión. Toco le dice a su nuevo amigo en un momento: "No está cansado de la vida que lleva allá, agobiado...?" Y eso resume un poco la esencia de la cinta. ¿Cuánto nos hemos alejado de la naturaleza?¿Qué poco valoramos ese contacto íntimo con ese marvilloso medio? La cinta intenta explorar esa cuestión, en el marco de una historia, previsible y con ciertos desniveles narrativos (vemos venir algunas definiciones temprano, promediando el film), pero es destacable su valor por el lugar donde se rodó y el espíritu puesto en la labor. Gioia hace un gran papel. Sorprende con su ternura y su carisma compensa todo lo que necesita para llevar adelante su rol. Pauls también hace lo suyo, más cerca de lo que le conocemos como su habilidad natural. Ellos sostienen la intensidad con una conexión fluída, que se complementa en la segunda mitad, con apariciones de Laplace, quien también suma su oficio para dar altura dramática a un conflicto que atraviesa la trama hacia su cierre. Todos los rubros técnicos son austeros pero correctos, destacándose la fotografía, sin dudas. En definitiva, "La guarida del lobo" es una película sólida y un avance en la carrera de Tossenberger. Una ficción que tiene cierto peso propio en el corazón de su propuesta.
Opera prima debut para la directora artística del legendario Donmar Warehouse en Londres, Josie Rourke, "Mary Queen of Scots" es un film que pone en relieve las relaciones de poder entre mujeres, tema bastante en boga en este tiempo. La realeza británica, siempre ha ofrecido historias interesantes para el público a lo largo del tiempo, y han mostrado las complejidades de la política en una época donde la diplomacia y la guillotina hacían estragos en las clases dirigentes. Puedo arriesgar sí que esta producción podría definirse como una versión cuasi teatral de la pieza literaria de John Guy en la que está basada, subrayada por un guión fuerte políticamente escrito por Beau Willimon, responsable, entre otros hits, de "House of Cards". Ofrece dos perfiles opuestos de actrices (Saorise Ronan y Margot Robbie) y una trama en la que la intensidad, está dada por los manejos espúreos en los núcleos de poder de la realeza británica. Es fácil percibir que en estos tiempos, historias entre mujeres que han hecho historia, comienzan a hacerse visibles. Mary (Ronan) ha sido reina de Francia a los 16 e inicia la cinta, enviudando hacia los 18. Si bien sus asesores le aconsejan casarse, ella prefiere volver a su tierra natal a hacer oír su legítimo reclamo al trono. Claro, el problema es que Inglaterra y Escocia están bajo el reinado de Elizabeth I (Robbie), quien no quiere ni oir del tema. La pretendiente al trono comenzará un derrotero de búsqueda de apoyos políticos y militares para intentar negociar con la reina, pero todo este proceso estará plagado de traciones y complejidades que sostendrán el interés del espectador a lo largo de todo el metraje. Las dos son mujeres enfrentadas a circunstancias de emorme presión, consumidas por sus propias fantasías y agudas en el entrenamiento de conspiraciones y falsas pasiones. Rourke aporta el pulso teatral, se expone a pocas batallas y trata de que la acción sea dramática, puertas adentro. Willimon, es especialista en darle estatura a este tipo de conflictos (su vasta trayectoria lo acredita) y el film se vuelve entretenido, aunque tiende a ser repetitivo en cierta manera, por la dinámica propia de lo que presenta (que no anticiparemos aquí). "Mary Queen of Scots" es un ejercicio de reflexión sobre el poder femenino, en tiempos hostiles, enmarcado en un escenario interesante (vestuario, arte, con nominaciones técnicas en la pasada entrega del Oscar), que puede resultar de interés para todo tipo de espectador que quiera explorar esta temática.
A veces algunos publicistas deberían analizar con detenimiento sus estrategias para provocar el mercado. "The Prodigy" fue noticia a fines del año pasado, al conocerse que tuvo que ser reeditada luego de los primeros screenings y ese material fue utilizado por la gente de marketing de la película para mostrar el potencial del material con el que contaban. Al parecer produjo muchas reacciones en el púbico asistente, con gritos mayores que la media y sustos varios que impedían seguir la trama en algunos segmentos (nota publicada por ThisIsInsider y reproducida por múltiples portales). Este elemento de prensa invitaba a adentrarse en ella como si fuera un producto fuera de lo común. Pero vaya a saber uno porqué, eso no sucede. Sí es cierto que "The Prodigy" es prolija y sencilla. Sabe lo que quiere contar y se toma su tiempo (demasiado para mí gusto) en hacerlo. Nicholas McCarthy (su director) es un tipo que entiende mucho del género y busca darle una vuelta de tuerca al género de los "niños malvados", procurando con varios elementos efectivos que intenta potenciar con adecuados rubros técnicos y un casting desparejo pero con algún rol destacado. "Maligno", debía mostrar muchas cartas nuevas para hacer una jugada original. Y si bien por momentos se tienta en transitar algunos caminos novedosos, todo se va estructurando en una construcción lineal, que establece casi lo mismo que vemos en todos los productos de este tipo. Sí, no es la típica historia de fantasmas, apariciones y demás, aunque coquetea con el thriller de suspenso, más que proponer un auténtico desfile de cadáveres como el género procura (y si no, miren cualquier clásico y cuenten las muertes antes del clímax final). La trama comienza con un secuestro, del que no debemos anticipar mucho, que se da en el mismo momento del nacimiento del primer hijo de Sarah (Taylor Schilling) y John (Peter Mooney). En dos lugares del Estado, se viven situaciones distintas, las cuales aparentemente podrían tener alguna relación. Miles, el bebé recién nacido es un nene esperado y llega a la vida de este matrimonio, con toda su carga de ruptura natural. La pregunta es... ¿Cuánto de esto es normal y cuánto no? Miles (un buen proyecto de actor, Jackson Robert Scott) es el niño en cuestión. Pasan los años y él va evidenciando una evolución compleja de su personalidad. Tiene los ojos con heterocromía y una mirada distante, sus predilecciones y hobbies no son los que imaginaríamos en un niño de esta edad.. Distintos sucesos van oscureciendo el clima en su hogar y en todos él se encuentra involucrado. Claramente, no es un chico normal. A la edad de 8, transcurre la historia propiamente presentada. Miles, quien ostenta una maduración intelectual superior a la de sus pares, debe ser atendido en forma particular, dado que posee una capacidad singular para el aprendizaje. Parece, a todas luces, un chico adorable, pero por momentos, actúa de manera peligrosa e imprudente y confirma todo lo malo que nos imaginamos de él. Al principio sospechamos algo de su conducta, pero con el correr de la trama, vamos descubriendo que en su vínculo con su medio y su familia, hay un secreto escondido que impulsa en sentido de estos actos descarnados en los que Miles participa... Y eso ecolsiona cuando comienzan a experimentarse situaciones difíciles, en la casa, la escuela y con la familia. "The Prodigy" tiene en el haber, una correcta ambientación y una distribución de jump scares limitada, pero justa. Ofrece cierta atmósfera de misterio (pero no demasiado) y su OST se muestra delicada y sugerente. Sí sorprende que el guión no sea tan visceral viniendo de un consagrado como Jeff Buhler ("The midnight meat train", la nueva versión de "Pet Sematary") a quien le gusta mucho ir más allá de las propuestas mainstream del género. Pero no. "Maligno" a priori tenía muchas condiciones para intentar un camino distinto (tiene un sólido cast), pero inexplicablemente elige transitar senderos ya recorridos en muchas oportundiad... Abandona rápidamente la sorpresa y alinea sus ideas en torno a explotar en el cierre con muchos fuegos artificiales. La discreta dirección de McCarthy y el poco imaginativo guión de Buhler sepultan el camino de la transgresión y llevan a "Maligno" a que no alcance todo lo que promete. En definitiva, todo lo que verás aquí, ya lo has visto antes. Si la anécdota del principio es cierta en su totalidad, ¿por qué no haber seguido esa línea en vez de la que primó para su realización? Mirando el resultado de cierre, hubiese sido otro tipo de experiencia. La que se proyecta, es una más en un cuantioso universo de productos similares. Lo cual no deja de ser una gran pena.
La película comienza con la imagen de una mujer recibiendo flores, en un evento familiar o escolar, por parte de sus niños. Esa mujer es la madre de la cineasta, Mara Avila, quien fuera asesinada en la zona de Puerto Madero, en julio del 2005 por su pareja de ese entonces, Ernesto Jorge Narcisi. El hecho es, a nuestros ojos en 2019, un femicidio. Pero en esos años, la prensa lo catalogó como un simple crimen pasional. No lo era. Avila comienza su relato con recuerdos de fotos, reflexiones y videos caseros de su mamá Ella era profesora de inglés, y se había reunido con Ernesto para decirle que había tomado la decisión de terminar la relación. María Elena tenía 53 años y su partida dejó a Mara sola, (estaban sus padres separados), enfrentando no sólo la subsistencia, sino el proceso legal para obtener justicia. A lo largo de este tiempo, Avila partió de su propio dolor e hizo un proceso de reformulación, abriéndose al trabajo colectivo, aprendiendo mucho y elaborando lentamente, su duelo personal. Mara narra con gran sentimiento, todo este camino de ausencias y dolor, en el que dio con amigos, colegas y mujeres, que luchaban para hacer visible esto que hoy en día es una demanda del colectivo femenino. Su madre, fue víctima de un femicidio, pero para el momento en que fue, las leyes no recaían con fuerza sobre el victimario. Ni siquiera estaba la discusión de género que hoy nos convoca hace un tiempo. Avila realiza un documental que tiene su fortaleza en mostrarla resilente, conciente y vital. No se ha dejado vencer por todo lo sucedido y ha encontrado la asistencia y el acompañamiento adecuado para colaborar con la visualización de su caso, buscando siempre una reflexión crítica ciudadana, con miras a cuidar mucho más a las mujeres en todos los estratos del cuerpo social. Valida como ejemplo de transformación y documento para fortalecer la visibilización de un tema que debe estar en la agenda pública, sin lugar a dudas.
Desgraciadamente el tema de la distribución y encontrar exhibidores para el material independiente de nuestros realizadores, lleva a veces que las producciones tarden muchos años en encontrar un estreno comercial. Esto sucedió con "Callcenter", la ópera prima de Sergio Estilarte y Federico Velazco, ganadora del concurso de largometraje digital del INCAA con este proyecto. Realizada en 2014, ha sentido el paso del tiempo en la ambientación y la escenografía (ya no hay callcenter que funcione así) pero conserva rasgos reflexivos interesantes, sobre todo para la generación de los adultos que dejan de ser jóvenes, y están expuestos a la complejidad laboral y de crecimiento profesional que ofrece Argentina. Este "Callcenter" es una muestra de lo que sucede cuando el dólar está alto y prestamos asistencia de productos y servicios a todo el mundo, por un bajo costo. El sistema de trabajo es muy sacrificado. Estás enclaustrado y con horarios que quitan mucho de tus mejores horas, siendo además la tarea del trato interpersonal, otro elemento que puede desgastar rápidamente a quienes no logren adaptarse al modelo de trabajo de la empresa. Aquí, la historia es la de 5 personas que van a trabajar, como siempre, al callcenter, pero en horario nocturno. Se reunen como siempre, en sus boxes, y comienzan una jornada más, como las que realizan todos los días. Sin embargo, algo sucede y el sistema "se cae". Los trabajadores toman sus bolsos e intentan buscar la salida pero la jefa dice que nadie se irá, y que en cuanto se solucione el problem técnico, volverán a la actividad. Esto produce que el ocio comience a tomar forma y los obligue a relacionarse y poner en juego, que cosas los atraviesan a cada uno. Vanina Balena, Alejandro Lifschitz, Demián Salomón, Thelma Fardín, Silvina Diez (la encargada) y Emiliano Adissi son el elenco completo de quienes vivirán ese encierro como una circunstancia fortuita, que impulsará una vinculación distinta entre ellos. Cada uno tiene un conflicto, una ambición, una carga que lo agobia, y la posibilidad de compartir eso, de visibilzarlo, de ponerlo en movimiento con otros. En ese sentido, Estilarte y Velazco comienzan su construcción de manera demasiado convencional, con muchos estereotipos para cada personaje, con los típicos perfiles que encajarían en una construcción que impulse la fricción. De hecho, el film parece hasta tener un origen teatral en su concepción, por lo cual siempre estamos esperando conflicto, cosa que sucede, pero no como lo anticipamos. Hay una visión de desesperanza e incertidumbre que atraviesa los personajes, pero por otro lado son jóvenes, y no pueden resignarse a que su futuro los encuentre en ese mismo lugar. Sí reconozco (y me gustó mucho), los diálogos que aparece en los últimos 20 minutos de metraje. Creo que ahí los directores logran establecer la visión necesaria para darle perspectiva a lo que vienen presentando y derraman humanidad, en la cantidad necesaria para obtener un buen cierre de propuesta. Más allá de los desniveles de narración, lo cierto es que "Callcenter" aporta algo que no debatimos en el cine argentino, que le pasa a los de 30 que están en trabajos precarios. Cómo viven esa realidad y cómo proyectan un futuro superador. No está en debate y las historias que la producción local trae, no elige este tema como un centro de interés. Los tópicos giran en torno a crímenes, ídolos populares y dramas coproducidos con otros países. Pero si lo piensan bien, hay poco de ficción que se centre en las historias de lo que sucede hoy, en el campo del trabajo. Solamente por eso, deberíamos probar la visita a este "Callcenter". Como ópera prima, cumple con creces como carta positiva de presentación para sus responsables.
A Leo (Facundo Cardosi), la suerte lo esquiva. O quizás sea él, que sin darse cuenta se ha conformado como un sujeto autodestructivo que repele asistencia y vínculos saludables. Se encuentra en el exacto momento de su vida en todo cruje, está en crisis con su pareja (separándose), con problemas económicos serios y sin lugar donde vivir. Para peor, desde esa visión, todo lo que ve se ve mal. El no puede darse cuenta que con su accionar establece lazos complejos con el mundo que lo rodea. Incómodos. Débiles. Está parado en el medio de un sismo y no logra reaccionar ante esa amenaza. Nacho Sesma vuelve luego de una interesante ópera prima ("Noche de perros") con un drama de esos que podemos definir como de búsqueda interna. Cavilaciones, diálogos internos, enojos, dolor, sensaciones que fluyen y generan altos y bajos emocionales capitalizados por la correcta actuación de Cardosi, quien pone lo mejor de sí para encarnar a este solitario hombre perdido. Sabemos que nadie salvará a Leo hasta que él mismo se de cuenta de cómo detener el espiral de descenso a los avernos que está transitando. El guión ofrece un recorrido no demasiado turbulento en cuanto a violencia, pero sí vehículo de incomodidad permanente para el espectador. Queremos que Leo entienda algo de lo que le pasa y que sea amable con la gente que trata de ayudarlo. Pero no nos escucha y sigue su camino, con el único faro que a veces ilumina la pantalla, la bella y amistosa alumna que lo necesita (Alilín Salas) y que puede darle, tal vez, el cobijo que él necesita. Sesma viene de traernos una comedia y vira hacia el drama melancólico y urbano del sujeto en crisis. De un hombre que llega a un nuevo punto de inflexión y se encuentra sin cartas para dar de nuevo y avanzar. De alguien que no sabe, donde está, pero puede percibir que no es donde quiere estar. En esa línea, la idea se cumple y el producto llega a buen puerto. Tiene lo que se necesita para ser una película honesta y directa. Modesta, pero aceptablemente construída y abierta a la emoción.