Tuvimos que esperar un largo tiempo para el regreso de Ana Piterbarg luego del impacto que produjo cuando logró contar con Viggo Mortensen para hacer la indie local "Todos tenemos un plan". Su nuevo trabajo es una película pensada para el circuito alternativo y los espectadores inquietos y curiosos: "Alptraum" es la historia de un actor (Andreas) recien separado de su novia, paranoico e inseguro, que atraviesa un conjunto de pequeños escenarios tratando de sobrellevar problemas con el sueño y obsesiones varias, entre ellas, sentirse víctima de la persecusión de una criatura siniestra. Entre ellas, sueña que hay una bestia mitológica que viene por él (el Krampus) y no logra entender que pasa realmente a lo largo de su día. A ver, en otras palabras: la verdadera trama aqui presenta un conflicto que pareciera apasionante: tenemos la mente torturada del personaje principal (algunos artistas tienen esa faceta), lo simbólico de la criatura que siente y además, un coqueteo sobre lo onirico cuando menos arriesgado. A eso le sumamos el relato de una posible conspiración, de la que suponemos más que afirmamos y listo. Todo, planteado en un borroso universo en el que nada es lo que parece. Dicho en pocas palabras, Piterbarg se anima a algo difícil de mostrar con efectivdad. Si bien su personajes principal (Germán Rodríguez), se le anima a todas las facetas, el guión es una apuesta jugada. Y no les dije aún que está rodada en blanco y negro... "Alptraum" puede ser leída como un thriller psicológico si te gustan las etiquetas. Para mí, hay demasiados elementos que se plantean y el primer problema que se percibe es que el sostén dialéctico del gran conflicto (algo no anda bien en Andreas) está deperdigado en varias pequeñas unidades que nunca terminan de conformarse con fuerza en la historia (la ex novia, ¿sólo se separaron porque el era celoso?, la profesora de alemán, ¿qué se esconde tras su silencio y extraña empatía?, los actores que ensayan con el, ¿por qué parecen ejercitar sin rumbo fijo?). No es que la película tenga que tener respuesta a los interrogantes que planteo (para nada). Pero sí que es más costoso pensar su estructura si esos pilares narrativos no dan forma al gran planteo paranoide de Andreas. En el lado positivo, me gustó la fotografía y el increíble esfuerzo de Rodriguez por llevar adelante la tarea más sacrificada de la cinta, hacer creíble su dolor y desconcierto. También la idea, aunque pueda observar que demasiados elementos son complicados para construir sentidos en poco tiempo fisico. "Alptraum" es una peli que busca su público y sigue abonando la tarea de una cineasta con inquietudes, plena de energía para arriesgar y salir de su zona de confort. Los resultados, al menos esta vez (su ópera prima me encantó), no son del todo satisfactorios aunque dejan el terreno abierto para transitar y aunar nuevas historias, desde la lente que maneja Ana Piterbarg.
Llega al Gaumont, luego de su paso por #BAFICI19, "Casa Coraggio", crossover entre una ficción casi experimental (o natural, arriesgaría), y un documental puro. Aquí Baltazar Tokman, luego de "Planetario" y "I am mad", nos trae una película sobre una familia en Los Toldos bastante particular En ese paraje, hay un emprendimiento familiar histórico, una casa de servicios fúnebres. En todos lados las hay. Pero esta "Casa Coraggio" despliega una historia real, es el retorno de la hija del dueño, a hacerse cargo del negocio de su papá. Y no cualquier hija, una artista. Plena de sensibilidad y abierta a experimentar con lo que desconoce. La cinta transita sutilmente por las preguntas más oscuras en relación a la integración de esos dos mundos, el de los vivos y el de los que ya no están físicamente. Porque aquí hay dinámica de trabajo y coqueteo con los universos materiales. ¿Qué es lo que realmente importa cuando desaparece lo que siempre fue parte de nosotros? ¿Genera algo en quienes lidian con ese previo paso a la despedida fina? Compleja y madura obra, Tokman apela a sus mejores armas para desconcertarnos. De a ratos, esperamos que la historia y el conflicto se haga visible, corpóreo, estructurado. Pero no. Aunque está ahí. Y lo sentimos en el cuerpo. Las anécdotas son pequeñas y coloridas, reconocibles pero a la vez, únicas. Y no sentimos que la historia cobra forma, pero habita. Se percibe. Y eso no sucede con la intensidad del mainstream, no. Sofía, nuestra principal protagonista, transita por escenarios con relajada presencia y deja traslucir la profundidad de un legado familiar que impacta. ¿En qué momento los sueños de nuestros padres se funden con los nuestros? ¿Cuáles son las estrategias para decir "no" a lo que nos es legado y avanzar con aspiraciones personales que marcan otros rumbos? Hay vida, no todo es Tanatos aquí, desde ya. "Casa Coraggio", para descubrir, un nuevo paso adelante de un realizador al que hay que mirar con detenimiento.
Terence Davies es un cineasta británico sutil, profundo y bastante prestigioso dentro del llamado cine arte. Tiene una gran sensibilidad para narrar historias intimistas pero a la vez entiendo como llegarle a la audiencia a través del humor y las anécdotas simples y emotivas de la vida diaria. Si bien las biopics son su expertisse, es un director que celebra las emociones y las batallas contra las relaciones sociales establecidas. Pueden ver "The Deep Blue Sea" y deleitarse con una Raquel Weisz increíble, en caso de que quieran empezar a explorar su filmografía (se deben mencionar también, "Sunset song" así tienen un mejor entendimiento de su perfil). Pero el tema que nos convoca es la biografía de Emily Dickinson, poetisa norteamericana, revolucionaria por su manera de entender la métrica, quien vivió toda su existencia, en su casa y con su familia. La encargada de corporizarla es la ex Sex and The City, Cynthia Nixon, quien se transforma en el centro neurálgico de una cinta particular. No abundan los escenarios y todo se resume a contemplar las charlas de la familia y la interacción entre los miembros en el día a día. ay que decir que Emily parece haber sido una mujer de carácter complejo, predispuesta al diálogo, pasional y melancólica, quien nunca da con lo que desea, por una u otra razón. Hay una trama de secundarios que viven este escenario con ella y se prestan para diálogos agudos y simpáticos, en los que accedemos a conocer la intimidad de una artista destacada de la poesía. De hecho al morir Emily, muy poco de su obra había sido publicada. Su hermana llevaría adelante el legado para mostrar el enorme potencial que evidenciaba la gran Dickinson. Daevis se siente cómodo rodando en lugres semi oscuros, lejos del campo abierto. Lo más rico del film se da cuando el personaje principal se conecta con su hermana y abren un espacio para la intimidad y el dolor, único y personal. "Una serena pasión" es un drama biográfico que sorprende desde su ejecución porque... convengamos que pasar 125 minutos en un solo espacio geográfico y con no más de cuatro personajes como sostén de la historia no es tarea fácil. Pero el cineasta británico se las ingenia para que conozcamos más de la vida de Emily Dikinson a la luz del contexto en el que creó esos poemas que la hicieron inmortal. Y lo hace con ingenio y ductilidad. Desde ese lugar, este debe ser de las pelícuas más logradas en la carrera de este director. Una ventana a la creación y a los corazones que viven ese proceso.
Esta cinta ecuatoriana (coproducida con Argentina) abrió el Festival Cordillera hace unos meses y es muestra de una expresión novedosa, lationamericana y por cierto, muy interesante. Hace foco en una especie de revisionismo histórico, vehículo que permite adentrarse con una historia que habla, de la guerra y el dolor, pero además, del fin de la inocencia en contextos complejos. Corre el año 1941 y Ecuador y Perú tienen un conflicto armado por temas de límites (dicen los que saben que el primero ha perdido territorios a lo largo de los años con otras naciones) que se vuelve intenso y crudo. Jorge (René Pastor) es un joven que se alista en el ejército porque las cosas en su casa no son lo que desea: es un hombre en ciernes, con pocas habilidades y muchas necesidades que van siendo típicas de su edad... El flamante soldado tiene su bautismo de fuego en un pequeño regimiento que combate en la selva. Y al poco tiempo de vivir la incómoda travesía por la frontera va a entrar en combate con los combatientes enemigos y caerá prisionero de los peruanos. La película se llama "Mono con gallinas" porque las dos fuerzas identificaban al rival con nombres de dichos animales. Los monos eran los ecuatorianos y las gallinas, los peruanos. Siempre vistos por los ojos de los rivales, por supuesto. La cuestión es que ese cautiverio es una situación dura y de aprendizaje. Pero encierra además un hecho fortuito que será aprovechado por el protagonista al trabar relación con una enfermera (Dolores, jugada por Melania Urbina) que lo atenderá por la herida con la que ha llegado a la hora de ser capturado. El escape del campo de prisioneros (como primera opción) o quedarse junto a Dolores, con quien posee una relación clandestina, serán las opciones que Jorge encontrará a medida que nos acerquemos al climax de la historia. Alfredo León León dirige con oficio y solvencia, en una película con claro corte indie. El drama es narrado en forma ajustada y precisa, aunque el ritmo de la trama es desparejo. Si bien el foco está puesto en el personaje principal y el micromundo que lo rodea, lo cierto es que un poco más de tensión en la primera parte le hubiese quedado mejor al film. Rodada con lo justo, se nota que el guión se plantea bastante más que una revisión sobre el hecho del conflicto, pero no hay demasiado despliegue en esa dirección y la sensación que nos queda es la de un comienzo interesante no del todo logrado a la hora de generar intensidad en el relato. Sabemos el gran esfuerzo del equipo técnico (el punto fuerte de este trabajo) para llevar adelante la producción y la ardua tarea por la distribución en el momento del estreno en su país. El cine ecuatoriano está en movimiento y esperamos que lleguen a este lado del cono Sur, muchos más ejemplos de su filmografía. "Mono con gallinas" cumple las expectativas y se ofrece, más allá de sus altibajos, genuina y valiosa como ejemplo de búsqueda histórica del hermano país.
Para los iniciados en estas lides, les cuento que ha llegado a nuestras salas lo nuevo del enorme Ken Loach. Seguramente debe ser el realizador con mayor sensibilidad social que yo recuerde en los últimos 20 años. Es inglés, patalea contra el sistema y desde hace años ha realizado películas donde retrata las luchas sociales silenciosas y febriles, de gente común enfrentada al gigante monstruo de la burocracia neoliberal moderna. Y como siempre digo, algo hay que aprender de los británicos. Sus films atacan al gobierno en la mayor parte de los casos y sin embargo, son financiados con fondos públicos. Increíble. Se imaginan algo así en este lado del mundo? Loach ganó con "I, Daniel Blake" la Palma de Oro de Cannes en 2016 y está bien. Es una cinta tremenda. Simple. Calida y humana. Y contundente en sus principios. Una producción destinada a concientizar y denunciar el destrato a que los gobiernos actuales someten a sus ciudadanos, amparados en su supuesto derecho a establecer reglas claras para evitar transgresiones al sistema. Esta es la historia de Dan (Dave Johns), viudo de 59 años, sin hijos, carpintero, que sufrió un accidente mientras trabajaba. Su corazón falló. Pero ahora está mejor y aguarda que pasen unos meses para volver a su empleo. El problema es que alguien hizo una evaluación incorrecta de su caso y ha perdido el seguro médico. Lo han declarado "sano". Y por consiguiente, para conseguir el subsidio que le permita sobrevivir, tiene que demostrar que está buscando empleo. Dan no entiende los principios de este perverso mecanismo y la cosa se complica porque todos los trámites que tiene que hacer, son online y él no tiene nadie que lo ayude con eso. Para peor, cada vez que pide ayuda en las oficinas esttales a las que acude, nadie lo escucha, y cuando lo hacen, es para sacarlo del edificio acusandolo de generar disturbios. En una de esas visitas para intentar que alguien lo ayude, Dan se cruzará con Katie (Hayley Squires) y sus hijos Daisy (Briana Shann) y Dylan (Dylan McKiernan), quienes vienen desde Londres a Newcastle, donde transcurre la acción. La mujer no tiene empleo y le dieron una vivienda social por su situación, pero a muchos kilómetros de su familia. Sin más ayuda que la que Dan pueda proveer, Katie intentará organizar su vida en la nueva ciudad, tratando de conseguir empleo para arreglar la casa que le dieron y garantizar la comida para sus hijos, cosa no tan simple como se verá. Harán una alianza tácita para acompañarse y enfrentar la adversidad de la subsistencia diaria en el frío invierno inglés. Loach pinta su aldea con furia. Asistimos al calvario de Dan, quien se va viendo atrapado en la red creada por el sistema, diseñada para que el valor de cada ciudadano, sea reducido a un conjunto de variables a comprobar desde un ordenador. El cineasta inglés muestra los dientes y arriesga a sus personajes a atravesar ese mar de dolor y resignación ante la fuerza de la cruda realidad económica europea (y mundial,desde ya) en un mundo que no tiene lugar para lo que no es digital y pragmático. Sensibiliza al espectador y le muestra una faceta cruda de este modelo económico: en este universo actual y en el que está delineandose, no habrá lugar para muchos y el rol del Estado estará a contramano de las expectativas de su pueblo... Lo que se ve aquí es una potente instantánea de un conflicto que se reproduce en todo el mundo. Pero Loach, voz autorizada en la materia, denuncia y exhibe en lenguaje artístico una realidad oscura y lacerante como pocas, la desidia de quienes gobiernan, frente al dolor de los excluidos. Extraordinaria lección de cine.
Antes de entrar a la sala, ya sabemos que todas las series importantes de los 80´, han tenido su remake. Y que las mismas, siempre fueron tratadas como comedias, lejos del espíritu original que las inspiraba (y hagan la lista..."The A Team", "Starky & Hutch", "The Dukes of Hazards", excepto "Swat" que se la quisieron tomar en serio y tampoco sirvió). Lo que sabíamos a priori de esta nueva recreación del gran clásico televisivo era que no iba a ofrecer demasiado nuevo, ya que los trailers anticipaban su dirección. Pero eso no es negativo per se. La hace previsible, eso si. Pero nada más. Yo no fui fan de la serie en su momento así que entre confiado y relajado a sala a ver que tenían para ofrecerme. Lo primero que sentí es que esta "Baywatch", es una excusa para el lucimiento personal de Dwayne Johnson ("The Rock"). Así como Vin Diesel, este muchacho pone toda la carne al asador para descollar con su físico como estandarte. Qué tiene para ofrecer? Algo de simpatía, mucha cara de buen pibe y una enorme predisposición para hacer el rídiculo, si el guión lo propone. Y eso es lo que sucede. A este cuadro se suma aquí Zac Efron, de quien no hay mucho para decir. Es un pibe (creo yo) con un potencial actoral interesante que siempre desbarranca. Le gustan las películas escatológicas y se exacerba cuando le ofrecen guiones de ese tipo: casi siempre acepta. La historia (en caso de que jamas hayan visto la serie, cosa posible por el cambio generacional, digamos) es la de unos guardavidas en una playa concurrida, que además de salvar gente y broncearse, resuelven crimenes o eventuales casos policiales. Aunque no deberían. The Rock comanda el grupo (el la juega de Mitch Buchannon) y la peli arranca con la elección de tres nuevos reclutas para el equipo. Siempre la vacante es una, pero esta vez (por pedido de los productores se ve), terminan siendo 3: ingresan Summer (Alexandra Daddario en franco ascenso), Ronnie (Jon Bass, el nerd de ahí en adelante del grupo) y Matt (Efron), un atleta ganador de dos medallas doradas en los Juegos Olímpicos como nadador, que está en probation y necesita recuperar algo de dignidad en su vida (es egoísta, le gusta beber y descontrol es su segundo nombre, digamos). Una vez que la peli nos puso en clima, pasaron las primeras bromas al estio NCA y hemos visto muchos cuerpos cuidados en la playa, será hora de abocarnos al misterio que nos convoca. Está apareciendo droga en el lugar y Mitch comienza a sospechar que un nuevo espacio exclusivo (una disco/restó) y su propietaria Victoria (Priyanka Chopra, la hindú más bella de Asia hace unos añitos, para favorecer su venta a ese mercado supongo) tienen algo que ver. Mucho más cuando comienzan a aparecer cadáveres en la bahía. Las pistas se suceden una a una pero ya desde el principio sabemos donde y cómo vamos a terminar. Seth Gordon (de quien vimos "Horrible bosses" y la tierna pero fallida "Identity thief") dirige sin demasiadas luces aunque se le nota que viene observando clips latinos en masa en los últimos tiempos. La película por momentos parece un video extendido de estos que hacen furor en YouTube. Luis Fonzi podría haber sido incluso inspiración para ciertos segmentos... Pero la respuesta a la pregunta que nos convoca es..."pero... es divertida?". Si. Lo es. Es infantil y se pasa de la raya varias veces... Pero tiene ritmo y algunos gags muy buenos (cuando Mitch le cambia el nombre a Matt varias veces, invita a reirse con ganas). Otros (como el de la morgue), son olvidables y desagradables de ver. Hay tiempo para un breve homenaje a los personajes originales de "Baywatch" y como siempre, música, playa, anteojos de sol espejados, mucha tabla de lavar en los hombres y cuerpos perfectos de las féminas a lo largo del camino. No sorprende. No estimula. Pero si vas relajado, la vas a pasar bien.
Lucas Distéfano nos invita a un documental enmarcado en la Salina cordobesa, zona Norte y en el poblado de San José, espacio que fuera de gran actividad décadas atrás pero que ahora, por razones naturales y de las otras, no ofrece mucho empleo para los lugareños. Allí, en 2005 tuvo lugar un crimen pasional atípico para esa comunidad. Un hombre, Ramón Cáceres, 80 años de edad, fue asesinado y arrojado su cuerpo a un pozo de agua por su mujer y su cuñado. La nota de color y la que convirtió a la noticia en un hecho curioso a nivel mediático era que la asesina tenía 36 años cuando decidió ponerle fin a la vida de su esposo. Motivos? La cinta no se ocupa de encontrar esas razones. Toma ese crimen como un punto de partida para girar y mirar en 360 grados al pueblo y su idiosincrasia. Retrata sus anehlos y frustraciones y deja fluir relatos que explican las características de como se vive cerca de la Salina. Pocos habitantes (infierno grande), un hecho recreado a través de los testimonios de familiares y vecinos y un trabajo de sutil análisis etnográfico es lo que trae este trabajo de Distéfano. El mayor acierto es el registro relajado y desprovisto de carga moral. La mayor debilidad es el tiempo y el devenir de algunas entrevistas, que aportan demasiado silencio y subrayan aquello que percibimos, la cadencia y letanía de vidas lejos de nuestro ritmo citadino. Se despliega una invisible red de emociones contenidas que apuntan a sostener un relato austero hasta desde el punto de vista fotográfico. "Crimen de la Salinas" ofrece una mirada al interior de nuestra gente, en un recorte particular donde el paisaje y las condiciones, promueven interacciones que se juegan en una perspectiva propia, incluso en momento donde las pasiones se vuelven oscuras y atentan contra la vida humana.
Los trabajos de Néstor Frenkel son documentales únicos. Exploran aspectos delicados y poco visibles de algunas actividades que parecen pasar desapercibidas a la gran mayoría. Frenkel muestra su percepción sagaz para adentrarse en el mundo de las entregas de premios con su humor habitual y nos vuelve espectadores de un universo particular, el del momento de la premiación y el triunfo, en escenas cotidianas y lejos de las grandes luces. Aquí acompañaremos a varios ganadores y estaremos presentes en las galas en que son reconocidos. Cenas elegantes (y no tanto), micrófonos, escenarios y locutores. Palabras leídas, a veces espontáneas, escuchadas o no, y aplausos forzados, entusiastas o casi inexistentes. Es importante el reconocimiento? Que negocio se instala para aprovechar esa necesidad? Cuánta energía hay puesta en ese evento? Qué se dispara en cada uno de los premiados? Muchas preguntas que surgen del desfile de material que Frenkel propone. Algunas serán contestadas, pero quizás la cuestión no sea mas que establecer ese encuadre para curiosear y adentrarse en la emoción de cada festejo. Con tintes de abordaje sociológico (aunque sea un documental de observación, duro y puro), "Los ganadores" es una buena muestra de lo divertido que puede ser mirar relajados y expectantes reuniones sociales en las que algo, se juega. Una nueva propuesta a descubrir,sin dudas. Aprobada.
Para los que no vieron "Seraphine", (y "Violette" de paso), les cuento que desde Francia tenemos a un director y guionista interesante por descubrir, Martin Provost. La primera de las mencionadas ganó arrasó hace unos años una entrega de premios en su pais (se llevo 7 Césars) y eso le dio prestigio y proyección internacional. "Sage femme" no es un salto cualitativo en su carrera como las anteriores, pero sí es una buena cinta para conocer más sobre el universo femenino en los tiempos que corren... Claire (Catherine Frot) es una partera muy eficiente en su trabajo. La gente la quiere y aprecia por sus excelentes cualidades profesionales. Vive en fuera del gran ruido y lleva una vida rutinaria. Todo eso va a terminar cuando reaparece en su vida, Beatrice (Catherine Denueve). Esta mujer fue la esposa de su padre muchos años, pero una vez que se separaron, se alejó de sus vidas. De hecho, no sabe que sucedió con el padre. Pero quiere transitar la ultima parte de su camno en paz. Tiene una enfermedad que amenaza con llevarsela y no quiere que le quede ninguna asignatura pendiente. Busca a Claire para conectar con esa parte que dejo hace tiempo y que puede ayudarla a afirmarse en el difícil momento que atravesa. Claro, Claire está en otro momento. Ella está comenzando un romance y además, pronto tendrá un nieto. Provost intenta con relativo éxito mostrarnos como el universo femenino se muestra a la hora de explorar la amistad y las relaciones familiares. Trabaja sobre la naturaleza del vínculo y explora algo de la rica vida interior de sus protagonistas. Sí, no todo se sabe (y nos gustaria que hubiera más de esto en el metraje) pero está bien. Hay algunos secundarios que aciertan el tono y sus lineas, otros que no aportan lo necesario. Pero lo que si impacta es la solidez de la relación en cámara que dan Denueve y Frot (qué más podemos decir de ella como actriz?) y el análisis de lo vincular. Es efectivo. Si Provost no logra conmoverte con lo que trae, esta bien. Quizás su perspectiva desnaturaliza algun aspecto de la narración, pero todo con fines aceptables. Logra contar una historia con soltura apoyado en dos grandes actrices.
Debo reconocer que me costó etiquetar a esta producción del realizador indie Nacho Vigalondo. De a ratos me sentí en la atmósfera de una típica Nueva Comedia Americana (estaba Jason Sudeikis haciendo lo que mejor sabe hacer) pero con saltos espasmódicos hacia lo que podría ser una típica cinta oriental de "kaiju" (monstruos al estilo Godzilla), en un mix particularmente original. Porque estoy seguro que lo que cautiva de "Colossal" es justamente ese absurdo que presenta. Ese conflicto divertido y loco que presenta, es el mejor acierto y la más pronunciada debilidad en la trama de la historia. Porque Vigalondo en este caso, elige nunca llegar a fondo con ninguno de los subgéneros que coquetea. Los provoca, los exhibe, pero no los hace explotar. No es que la cinta no funcione. Es divertida, a veces melancólica, y ciertamente despareja en su voltaje. La historia se inicia cuando el novio de Gloria (Dan Stevens) decide que ya ha tenido mucho de ella y la saca de su casa. La conflictiva treintañera (Anne Hathaway) ha ido demasiado lejos. Bebe y sale con amigos que no son de lo mejor y eso marca el final de la relación. Gloria vuelve a su pueblo natal y allí se queda en una casa que posee la familia, mascullando por su situación actual y por su fracaso personal. Consigue empleo en el bar de Oscar (Sudeikis), caballero con quien se conoce desde hace tiempo (a todo nivel) hasta que un día, después de una noche fuerte bebiendo, se da con un escenario increíble. Hay una criatura gigante atacando Seúl (en el otro lado del mundo) y destruyendola sin piedad. Al estilo Gozilla. Loco no? Esto derivará más que en un hecho curioso cuando nuestra protagonista descubra que la criatura que asola a los asiáticos responde a sus movimientos y acciones del otro lado del mundo. Una situación increíble de alter egos puestos al servicio de la destrucción. La banda de amigos locales de Gloria no podrá creer lo que sucede cuando intente dar con las razones del accionar del misterioso monstruo. "Colossal" ofrece algunos buenos momentos cuando se apoya en la falta de química de la relación Hathaway / Sudeikis. Sí, ese contrapunto extraño que tienen funciona. No seducen, pero sostienen la trama. El resto de los secundarios cumplen y los rubros técnicos están justos. No hay demasiado CGI y tampoco es necesario. El mix termina por ser una experiencia poco convencional. "Colossal", suma, es simpática y en cierta manera Hathaway logra despertar mucha ternura en el espectador, tanta que logra que la cinta se convierta en un intento casi exitoso de concreción de una idea arriesgada. A tener en cuenta como lo que es , una indie fuera de lo común, con sus aciertos y debilidades.