Miguel Angel Molfino es escritor, narrador y cuentista, asi como también periodista. MIembro de una familia de muchos hermanos, hacia fines de la década del 60' y principios de los 70', llevado por el fragor de sus ideas comenzó a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y fue detenido y torturado por la última dictadura militar. Miguel venía de una familia muy extensa (eran 6), y su historia es una de las más duras que recuerdo en fílmico sobre el tema. Porque al tener una sensibilidad especial, el hecho de haber resistido a la página más negra de nuestra historia institucional desde la cárcel y poder volver a constituirse para alcanzar su vocación, no es algo corriente. Ahora, a la distancia, su relato adquiere ribetes emocionantes, no sólo por las terribles condiciones que pudo superar sino también el cálido relato de un grupo familiar comprometido con la militancia en todos sus integrantes. El registros que hace Liv Zaretzky es dedicado y respetuoso. Los hermanos de Miguel cuentan los vaivenes de la militancia en esos años, las formas de comunicación entre ellos y la naturaleza del increíble vínculo que los sostuvo a lo largo de estos duros años. "Extramuros" habla del poder de la palabra y la mente de un hombre singular. Habla de la resilencia, el amor por la familia y la fortaleza en la defensa de las convicciones. De cómo la psiquis de un sujeto se reinventa para salir adelante en condiciones lacerantes e iluminar un nuevo destino. Los relatos que se escuchan y ven son terribles (la anécdota del torturador que tiene el kiosko y las víctimas que van a comprarle caramelos es fortísima). Es difícil permanecer a lo largo del film sosteniendo la emoción por lo que se ve. Hay en cada pequeña anécdota un sendero de dolor que cada espectador recorre y descubre, mientras va integrando la imagen de un hombre de letras que se vuelve combatiente para enfrentar un difícil momento político. "Extramuros" es un clásico documental que se construye en base al relato del protagonista y su medio. Miguel es un hombre que explica claramente lo que sucedía en ese tiempo y es interesante verlo y conocer una historia más de las tantas que caracterizan un momento histórico que ya no queremos volver a atravesar. El ejercicio de la memoria es esencial para la sociedad y "Extramuros" contribuye con un relato emotivo, áspero pero necesario, para conocer más sobre aquel oscuro y siniestro período de nuestra historia que no debe volver nunca más.
Los amantes de la danza, clásica y moderna, de parabienes. Hoy llega a la cartelera porteña, "Polina, danser sa vie", producción francesa dirigida por el respetadísmo coréografo Aneglin Preljocaj (y su esposa), que muestra la evolución de una bailarina rusa, desde su niñez hasta la consgración en la adultez. Libremente basada en una novela gráfica del 2011 (de Bastien Vives), "Polina..." es un film donde lo central es la danza. Si bien las emociones y el camino que realiza la protagonista para acercarse a su sueño y realizarse como artista es vasto y lleno de contratiempos, lo más destacable del film, no es su costado dramático, sino las increíbles coreografías que vemos. Hay en el recorrido que realiza la protagonista (Anastasia Shevtsova, elegida entre más de 600 postulantes para el rol), una permanente apelación a la superación. Sea por la adaptación a cada escenario que transita, sino por la reformulación de los mismos, una vez alcanzado ese estadío. Polina, nace en una famlia corriente y su primera ambición es ingresar a las filas de uno de los ballets más prestigiosos del mundo, el Bolshoi. Desde su exámen de ingreso hasta su estadía en ese lugar, conoceremos su enfoque personal del mundo y las preguntas que se repiten una y otra vez en su cabeza, en cuanto a las condiciones que debe tener un artista para innovar y ofrecer algo distinto al público. Luego, París será el destino de Polina (con su novio francés, porque amor y arte van juntos), donde iniciará una búsqueda distinta, en la que la danza clásica irá dando paso a la contemporánea, con su consiguiente sensación de ruptura y avance. Pero no todo es color de rosa. Y si bien hay en "Polina" una preocupación por fortalecer su perfil desde lo corporal, esos intentos no logran atravesar al espectador. Lo mejor, sigue siendo la danza y el soundtrack. No es que la historia no esté bien contada, sencillamente se ofrece demasiada fría y esa distancia, conspira contra el destino final de la cinta. Se instala curiosidad también sobre ciertas escenas que son esperadas y no llegan a ser hitos en la misma, de forma curiosa y elusiva. Concebida como un vehículo para mostrar como una artista desafía al sistema, "Polina" es una película que busca su público entre todos aquellos que sienten curiosidad por conocer la interioridad de los artistas revolucionarios (aunque no sea un caso real, hay mucho de la vida de Preljocaj y Valerie Muller que se desliza aquí) y quienes disfrutan de la danza, clásica y moderna.
Voy a decir algo (y digamos que pensé mucho antes de traerlo), que todos han dicho de esta película... "Dos noches hasta mañana" comparte mucho (de alguna manera ) con el universo de "Before sunrise". Tiene su mayor acierto cuando comparte con acidez la mirada sobre las relaciones en los tiempos que corren, y flaquea cuando no ofrece demsiada originalidad ni respuesta emocional, merced a la escasa química de sus protagonistas. "Dos noches..." es la mirada de un finés en ascenso, Mikko Kuparinen (de quien no conocieramos aquí la simpática rom com "Body fat index of love"), un hombre que parece estar muy influido por el género dramático pero a la vez, inquieto y en búsqueda de un lenguaje más directo y contemporaneo. Intenta llevar una historia de las miles que nos representan, de encuentros ocasionales y aperturas amorosas, y logra parcialmente ofrecer un film entretenido, de a ratos agudo que pone en foco los problemas que trae hoy en día sostener parejas en el atribulado mundo que vivimos. La historia transcurre en Lituania, en ciudad capital, donde Caroline (Marie-Josée Croze), una arquitecta francesa, en la noche de cierre de un viaje de negocios se encontrará accidentalmennte con un DJ finés, Jaakko (Nikko Nousianen), quien está en la ciudad para dar un concierto. Ambos se comunican en inglés,y lo que al inicio parece una "one-stand night", se complica cuando en la segunda noche (hay una nube volcánica que impide que los vuelos salgan de la ciudad) el vínculo se vuelve raro y comienzan a aflorar frustraciones y expectativas, quizas desmedidas para la naturaleza real de lo que allí sucede. ¿Están ellos preparados para llevar a otro punto la relación?¿Cuáles son sus expectativas personales a la hora de articular el nacimiento de una relación? ¿Qué hay detrás del pasado de cada uno de ellos para la constitución de este nuevo lazo? Kuparinen instala cuestiones muy de esta Europa, clásica y a la vez transgresora. Acierta en las irónicas notas sobre lo que cada protagonista desea aunque no logra llevar a cabo, pero muestra debilidad al generar la tensión necesaria entre los amantes. La película se deja ver y si te gustó "Before sunrise", seguramente a pesar de sus desniveles es una interesante opción en cartelera. Más teniendo en cuenta que accedemos a realizadores poco conocidos para nuestro mercado (aquí sólo hay llegado Aki Kaurismaki, recordemos) y que representan nuevas corrientes que vale la pena explorar como espectadores.
La carrera de Daniel Espinosa, director de "Life", ha tenido altibajos. Sin embargo, su actitud de explorar los costados íntimos de cada personaje, siempre le han funcionado ("Child 44", sin ir más lejos) bien, hasta hoy. Luego de trabajar apadrinado por Martin Scorsese en "Easy money" y esperando jugar en las grandes ligas, Espinosa comete el error de creer que la gente no vio "Alien" y que hay mucho público por ganar en esa brecha. Y digo esto porque más allá de los superficial, esta acotada producción en términos económicos (sólo 55 millones de dólares para un elenco que encabezan Jake Gyllenahall y Ryan Reynolds), sorprende la falta de ideas y las premisas sin emoción a lo largo del film. Y digo esto porque más allá de los superficial, esta acotada producción en términos económicos (sólo 55 millones de dólares para un elenco que encabezan Jake Gyllenahall y Ryan Reynolds), sorprende la falta de ideas y las premisas sin emoción a lo largo del film. "Life" es la historia de una tripulación de la Estación Espacial (que todos conocemos), en la que reciben material de territorio marciano. Ansiosos por hacer descubrimientos científicos y probar además que no estamos solos en el universo, el científico del equipo (son seis, como ya te imaginarás), se pone como tarea estimular electríca y químicamente a un grupo de organismos celulares que encuentra en esa muestra, con la idea de "despertar" al posible habitante de Marte. Y lo logra. Una vez que esto sucede (en la Tierra están tan exultantes con la noticia, hasta incluso bautizan a ese grupete de células, "Calvin"), comienza lo que ya todos imaginamos. Este ser es más peligroso de lo que aparenta y no sólo eso. Crece y evoluciona de manera exponencial. Ahí es cuando la cosa se pone fea y comienzan a romperse todos los protocolos hasta que Calvin se libera del laboratorio central y se dispone a hacer su vida a lo largo y ancho de la Estación Espacial. "Life" es un clon de "Alien", sin mucho de la estructura dramática que sostenía la misma. Un elenco que hace poco (y si no vean el paso de Reynolds por la peli) y que ni en los momentos más complicados logra dotar a la trama de verdadera tensión. Es previsible. Y si no fuera porque Gyllenhall es un actorazo, tampoco el final valdría la pena. Lavados trabajos de Rebecca Ferguson y Hiroyuki Sanada, con algo de emoción para las líneas de Ariyon Bakare (el primer responsable de todo lo que sucede con Calvin) y poco más para destacar (incluso Oga Dihovichnaya tampoco tiene demasiadas luces aquí). Una peli que sólo amarán los fans de la ciencia ficción, chiquita y que sólo agiganta la dimesión de la original "Alien" de Ridley Scott. Desempolvala, mirala y después me contás.
Sergio Acosta es un realizador misionero que va construyendo en sus documentales, un registro de vida de su provincia natal. "Piray 18" junto a "El viento respira" y "Puerto Paticuá" conforman episodios que reflejan la vida de la gente en la provincia de tierras rojas, humedad y tereré. Este cineasta tiene una marcada sensibilidad para captar pequeñas grandes historias y acercarlas al público a través del ojo de su lente. Hoy, nos toca el fútbol. Pero no cualquier partidito. El encuentro del año para la ciudad de Piray: el superclásico. Davalos versus Mercado. Toda una sana rivalidad. La historia es la de dos clanes de esa ciudad, que se conocen desde la década del 50´y que han logrado mantener una curiosa tradición. Todos los años, juegan un partido entre las dos familias, en el que sólo pueden participar los miembros de cada una. Sin extraños ni jugadores prestados. Solo los Davalos y los Mercados. Una canchita (sin tribunas), un árbitro (para que no haya suceptibilidades a la hora de los fallos) y mucha pasión por un partido que representa no sólo un desafio futbolero, sino el encuentro entre dos familias amigas que eligen compartir el afecto a través del deporte. Acosta ha hecho un extenso trabajo de investigación informal para conseguir el material que vemos en la película. Hay entrevistas con familiares y vecinos, extractos pequeños de la realidad cotidiana a la espera del gran evento, todo presentado en forma correcta a la hora de crear la expectativa por el gran match que cierra el documental. "Piray 18" retrata, con efectividad, cómo es el ser misionero. Pone en relieve que la amistad y el volver al terruño, son elementos fundamentales en esa construcción. Los Davalos y los Mercados pueden estar viviendo en otros lados, pero a la fecha del partido, todos vuelven y sacuden la vida pueblerina con un partido de gran valor emocional. Los últimos veinte minutos, Acosta logra un plus extra. Sabemos que los Dávalos han perdido los últimos 7 partidos y los Mercado buscan revancha. La respuesta, la veremos en la cancha, junto al pueblo de Piray que respira fútbol y se emociona a cada instante por el evento. Buena realización para un director que sigue sumando a la hora de compartir con el gran público lo que sucede en su tierra.
Jean Hegland en 1996 ya advertía que algo no estaba funcionando bien en nuestra sociedad. Y eso que ni imaginaba un escenario como el actual, donde es común que la tecnología, derivada de la electricidad, defina la naturaleza de cada pequeño evento que vivmos. "Into the forest" fue su obra literaria debut y se convirtió en un hit independiente de ventas en su tiempo. Allí es donde Patricia Rozema encontró un relato que la conmovió, de tal manera, que decidió guionar la adaptación para no perder ni un detalle de lo que ella quería contarnos a través de la historia de estas dos hermanas... Porque sí, aquí tenemos dos jóvenes mujeres frente a la inmensidad de un apocalipsis poco imaginado por nosotros. Una existencia, sin electricidad, que empuja a las sociedades a replantearse sus usos y costumbres. Que nos vuelve al mundo de lo físico, de las necesidades primarias insatisfechas y de la lucha por marcar el territorio, como manera de sobrevivir en un universo hostil, cuyas reglas se vuelven a escribir a cada momento. Nell (Ellen Page) y Eva (Evan Rachel Wood) son las hermanas que se quedan solas, pronto, luchando contra el mundo. Cierto día lo que conocemos, termina. Un gran apagón es la única señal de una forma de entender la vida, que termina. Y luego, un devenir de intentos rudimentarios, para poder seguir adelante. Ellas, serán forzadas a dejar sus cómodas y confortables vidas para luchar por la supervivencia más básica que puedan imaginarse. Este no es uno de esos thrillers donde los extraterrestres o zombies atacan a la población para aniquilarla. Aquí, las reglas de juego cambian y el ser humano tiene que redefinir su manera de relacionarse y seguir adelante con el escenario planteado. Rozema hace un film político, adulto y potente. Tiene a dos intérpretets fabulosas en franco ascenso. La nayor dificultad que si se desprende del relato es que e ciertos tramos adolece de ritmo y tensión. Pretende crear espacios de reflexión y confunde el abordaje de los mismos, generando tramos donde la peli se desinfla y se vive sin sobresaltos ni emociones, a pesar de lo peligroso del universo donde discurre la acción. Probablemente su espíritu independiente le resta fuerza a la hora de concretizar objetivos, pero más allá de eso, "Into the forest" es un buen intento por transmitir algo distinto en un momento donde nadie se imagina un futuro de esas características. Muy interesante, y aunque su ritmo desaliente es el texto de la narración de a ratos, hay mucho material valioso aquí para el espectador. Vale la pena.
Roschdy Zem, prolífico actor francés devenido en cineasta en los últimos años, nos vuelve a traer al consagrado Omar Sy ("Amigos inseparables") en otra película donde los vínculos interraciales dominan el cuadro de situación. "Monsieur Chocolat" es la historia del primer payaso negro de circo, allá por principios del siglo XX en territorio galo. Y si bien entra de lleno en el estereotipo de biopic al que estamos acostumbrados (vida en el llano, ascenso, gloria, dinero, malas decisiones y...) en los últimos tiempos, la altura como actor de Sy, le aporta bastante colorido a esta megaproducción francesa. El cubano Rafael Padilla (Sy) abre el film buscando trabajo en un circo donde nada parece ser de primera línea. Parece dispuesto a hacer de todo, dada su precaria situación económica. Es allí donde encuetra a quien será su compañero de aventuras durante toda la cinta, el payaso Foottit (James Thierrée), un hombre que también busca generar un acto nuevo y que ve rápidamente en Padilla, la oportunidad de hacer un dúo de payasos distinto. Y vaya que lo era. Para la época, eran dos comediantes de avanzada a pesar de que ahora no luzcan asi. Luego de arribar a París y ponerse al público en el bolsillo (cahetada va, cachetada viene), todo parece encaminarse para los dos colegas... Pero el color de Chocolat le trae muchas complicaciones para desarrollar su vida diaria. Hay racismo, persecusiones, violencia...No se lo respeta como artista, a pesar del éxito que obtiene haciendo dúo con Foottit... Ahi es cuando Zem comienza a bucear un poco en la manera en que Sy se vincula con la mayoría blanca parisina. Las relaciones personales también tienen su lugar aquí, siendo que Padilla es un hombre carismático que atrae la mirada femenina y en particular la de una mujer, con la que intentará desarrollar una especie de relación, de alguna forma posible enfrentando las connvenciones de la época. El problema mayor de "Monsieur Chocolat" es que desde el inicio, sabemos hacia donde nos dirigimos. La película está bien actuada, cuenta con un talentoso Sy, que es el centro de las miradas todo el tiempo y posee además una cuidada reconstrucción de época. Pero no tiene sorpresa. No logra un voltaje que nos arrastre hacia ese drama personal. Por momentos coquetea con el estilo biopic de tevé y si no fuera por algunas escenas violentas (el encarcelamiento de Chccolat seguido de la tortura que deja marcas en su espalda), seguramente podría ir en una grilla de sábado a la tarde. Está bien, es políticamente correcta (destila enojo y moral a cada fotograma) y sigue sumando a la carrera de Omar Sy, cada día un actor de mayor relieve internacional.
Para quienes no conozcan a Asghar Farhadi, les cuento que es el primer director ganador del Oscar iraní. Cineasta de vasta trayectoria, el mundo se rindió a sus pies con "A separation" (2011) que fue premiada en cuanto festival haya sido exhibida. Ahora, regresa con otro relato intimista y de pareja, en línea con lo que es su fuerte, el indagar y describir las emociones desde dentro de los vínculos maritales en el contexto de su tierra. Emad (Taraneh Alidoosti) y Rana (Shahab Hosseini) son una pareja que tiene problemas de viviencia. Su departamento tiene algunos problemas y deben mudarse a la brevedad. Uno trabaja y la mujer es ama de casa, pero ambos son actores aficionados y por la noche realizan el ensayo de una obra teatral ("La muerte de un viajante" de Miller). En ese devenir, alguien del grupo les ofrece un nuevo lugar, en otro espacio. Y lo que al principio se presenta como una solución esperanzadora, se oscurece cuando descubren que en ese departamento vivía una supuesta prostituta. Eso genera cierto resquemor pero a sabiendas de la cuestión, deciden quedarse y establecerse ahí. La inquilina anterior aún tenía todas sus pertenencias en la vivienda, y al parecer esperaba volver a retirarlas... Cierta noche, accidentalmete, Rana deja su puerta abierta mientras espera a su marido y es atacada y sometida por alguien en una situación de la que sabremos poco, en principio. Rana no quiere hablar del tema y su marido desespera ante la búsqueda del culpable. El relato avanza lento y los protagonistas se lucen en sus interpretaciones. El enigma de la entrada y las razones del mismo, sumada a la pesquisa que Emad comienza a hacer, profundizan la crisis de la pareja. Farhadi tiene una puesta austera pero sabe obtener el máximo de sus actores y el medio en que filma. Esta caracterización de lo cultural en Irán, apoya la tensión del relato y empuja al espectador a aferrarse al sufrimiento de esta pareja. Hay identificación y desconcierto, verguenza y tristeza, todo, dentro del marco de una pareja que también parece tener mucho por trabajar puertas adentro. Si bien el final, a mi gusto, no está a la altura de lo previo, esta película es sólida y exótica. Vibra en la dirección correcta y vuelve a poner a Farhadi en los primeros planos, luego de ganar el Oscar y además, debatir con Trump acerca de su posible visita a EEUU (por el tema de los visados). Muy recomendable.
Ezio Massa es un cineasta con mucho talento y podría decirse que es, además, uno de los promisorios exponentes de género del indie local. Sorprendió allá con su primer gran realización (en 1996), "Mas allá del límite", un policial muy interesante y con un elenco de primeras figuras locales, todo un logro para un director novel y luego siguió con algunos trabajos potentes que señalaban su ductilidad para moverse con presupuestos acotados y efectivizar al máximo sus propuestas. De hecho, a mi en particular me gustó mucho "2/11 El Día de los Muertos" y esperaba con ansias este "5 AM" a ver cuál era el enfoque para abordar una temática muy común en el género (las invocaciones por copa o tablero). Sin embargo, a pesar de contar con muchos puntos a favor en esta realización (que iremos desgranando), "5 AM" no logra el voltaje que Massa nos tiene acostumbrados en anteriores propuestas. Si bien el escenario que monta promete desde el momento cero, lo cierto es que algunas deficiencias del guión empujan al film a transitar caminos poco favorables y en los cuales no alcanza los buenos aportes de algunos protagonistas y la realización técnica para avanzar en pos de una trama sólida que apele al espectador. Aquí tenemos dos historias en puntos geográficos distintos. Por un lado, está Mercedes (una recuperada y solvente Cristina Alberó), una mujer atrapada por el dolor y la angustia que vive en La Plata, cuidada por una sobrina (bien Ximena Fassi) y personal doméstico. Ella siente atracción por pasar tiempo en el altillo de su casa, donde abundan los recuerdos de alguien que ya no está... En el otro lado, en nuestra ciudad, hay una reunión extraña convocada por un jóven productor en una oficina (Adrián Spinelli) en la cual cada invitado compartirá una historia que será el nexo para completar el pedido del anfitrión de conectar con algo que él, siente que tiene que hacer esa noche. El pibe quiere que cada amigo / colega traiga una historia relacionada con el juego de la copa (o alguna variante) para una invocación un tanto extraña y su gente, responde en consonancia con su pedido. "5 AM" ahí se vuelve algo así como una pequeño cuadro teatral donde lo que prima es la palabra. Ambas historias parecen que no tienen relación aunque uno sospecha cuál podría ser la conexión ya desde los primeros minutos. A contramano del inicio (excelente la intro del film y las tomas áereas de La Plata), en lugar de que cada historia sea contada con imágenes, se elige hacerlo desde el relato, lo cual hace que la tensión nunca termine de absorber al espectador. Y el juego de misterio que se propone, parece mostrarse más verbal que efectista. Con una austera puesta en escena, a medida que la historia avanza, la convicción de las interpretaciones se van quedando cortas para dar voltaje al clímax. Se valora el hecho de dar batalla en el género con los recursos que se poseen dentro de los cánones de nuestro cine independiente, desde ya. Pero eso no entra en el análisis del público corriente, más acostumbrados al mainstream americano, que maneja otra filosofía y tiene otro poder de fuego. Dato, a tener en cuenta. Quizás la mayor debilidad del film es centrarse en escenificar desde la voz, (y vuelvo al tema porque me parece central) los relatos que van preparando el estallido del juego de la copa, a cinco minutos de la medianoche. Eso no quita que haya que valorar el esfuerzo de la realización pero si señalar que quizás este guión necesitaba otra vuelta de tuerca para brllar. No lo hace y cuando cierra la cinta, nos queda una sensación agridulce al salir de sala. No termina por ser "5 AM" una historia que apasione, lo cual es extraño, viniendo del gran laburante que es Massa.
Entiendo el entusiasmo de algunos por el estreno de este "resumen" de la legendaria producción televisiva de la Rede Record brasileña. En Argentina, así como sucediera en su país de origen, el producto funcionó muy bien, haciendo foco en un público ávido de conectarse con esta clásica historia religiosa. Buscando extender el lucro de alguna manera (no le encuentro una explicación artística, realmente), nos llega un compendio de 2 horas de duración que compilan lo mejor de ese recorrido (254 capítulos) en caso de que quieras revivirlo o sumarte a la experiencia. No se mucho que decirles. Conozco gente en mi familia que amó esta novela. A mi en particular me parece que es súper televisiva y que no tenía demasiado sentido llevarla a la pantalla grande. Y menos así, cortando y editando a diestra y siniestra tramos e intentando que haya algo de coherencia y cohesión en el relato. Sin mucho para amplificar (aunque haya ahora narrador que explique y connecte los eventos), ya sabemos de que va la historia de Moisés (Guilherme Winter), en su camino por darle a su pueblo libertad y llevarlo a la Tierra Prometida. Su rival es Ramsés (Sergio Marone) quien oprime a los judíos (ya conocen la historia) y tiene un tema personal con su hermanastro... Si, las secuencias más impactantes de la serie se ven mejor, y hay algunos díalogos que también se volvieron a grabar para hacer lucir un poco más al producto en este formato comercial. Ojo, que quede claro que me parece un producto muy jugado que en su tierra funcionó a pleno y hay que reconocer. Lo que si, la película que resume toda esa legión de capítulos, no logra convertirse en una buena alternativa cinematográfica para el público que no fue fan de la novela. Como espectador neutral, la sentí bastante desordenada en su narración, los eventos iban demasiado rápido (menos es más?) y no logré desprenderme de sentirla televisión. Incluso con el dolby taladrándome a full los oídos. No se. Quizás les guste ver una novela así. Lo dudo pero... Debe haber público para este "Moisés y los Diez Mandamientos" y seguramente ellos se podrán reencontrar con aquello que ya han visto y disfrutado en la pantalla chica...