La nueva película de Todd Field se centra en Lydia Tár (Cate Blanchett), una directora de orquesta mundialmente famosa y reconocida por haber ganado distintos premios antes de estrenar una nueva sinfonía con la Orquesta de Berlín. Pero como todo erudito habrá cuestiones de su personalidad que serán difíciles de tratar y un pasado que amenaza con salir a la luz y dejarla mal parada frente a colegas, familia y público. «Tár» comienza con escenas muy extensas, donde podemos conocer un poco más sobre la protagonista, cómo es y cómo piensa, a través de diálogos y monólogos bien desarrollados. Sin embargo, a medida que la obra va avanzando se va volviendo un poco más dinámica. Tal vez pueda sentirse un poco pesada, ya que dura más de dos horas y media, pero logra atraparnos al mostrar a esta figura interesante, que bien podría ser una persona de la vida real, y darle un misterio alrededor. Además, consigue tratar temas como el acoso; el abuso, tanto sexual como de poder; los vínculos, el mundo del arte, el desempeñarse en roles liderados habitualmente por hombres, entre otras cosas. Sin dudas la labor de Cate Blanchett es de lo más relevante del film y no por nada ya lleva ganados un Globo de Oro y un Critics’ Choice Award, posicionándose de una muy buena manera en su camino a los Oscars. La actriz ya ha demostrado ser muy versátil con sus trabajos anteriores y, una vez más, acá consigue interpretar a una protagonista compleja y llena de matices. Es seria pero tiene sentido del humor, es estricta, obsesiva y tiene un comportamiento algo extraño con la gente a su alrededor. Muchos pueden esperar algo a cambio de su relación pero ella se rige por otras reglas. También sobresale la actuación de Nina Hoss como su pareja y compañera de orquesta y la de Noemí Merlant como su asistente; dos mujeres que deben lidiar con el temperamento y la imprevisibilidad de la protagonista. Dentro de los aspectos técnicos sobresale la fotografía de Florian Hoffmeister y la banda sonora a cargo de Hildur Guðnadóttir, quien también se llevó dos galardones y se perfila como candidata a los Oscars. A pesar de que la protagonista es una directora de orquesta no existen demasiadas secuencias musicales donde la veamos en acción, sino algunos ensayos donde se pone a prueba su personalidad más que otras cosas, pero sí tenemos un acompañamiento musical que se destaca. En síntesis, «Tár» es una cinta interesante que bien podría estar basada en hechos reales para retratar a una figura reconocida pero que es una ficción atrapante por los temas e inquietudes que plantea. Se destacan los buenos aspectos técnicos y, principalmente, la lograda actuación de Cate Blanchett.
M. Night Shyamalan es un director que se caracteriza por aportar conceptos interesantes a la pantalla, mantener al espectador atrapado y sorprenderlo con un giro inesperado y potente hacia el final. Nos cautivó con «Sexto Sentido» (1999), «Señales» (2002) y «Fragmentado» (2016), por eso cada nueva propuesta que nos trae es digna de ver, a pesar de que los resultados no siempre sean los mejores. Con «Llaman a la Puerta» («Knock at the Cabin» en su idioma original) nos ofrece una historia atrapante y original pero que se queda a mitad de camino entre lo que propone y lo que termina siendo. La misma se centra en una familia compuesta por dos padres (interpretados por Jonathan Groff y Ben Aldridge) y su pequeña niña (Kristen Cui) quienes se fueron de vacaciones a una cabaña en el medio del bosque. Cuando un hombre (Dave Bautista) y sus tres compañeros (Rupert Grint, Abby Quinn y Nikki Amuka-Bird) llegan al lugar, los obligarán a tomar una drástica decisión: deben elegir quién de ellos se va a sacrificar para que no se desate el fin del mundo y de la humanidad tal como la conocemos. «Llaman a la Puerta» nos ofrece un thriller lleno de tensión y misterio que se sostiene a lo largo del tiempo, donde no sabemos qué es lo que puede llegar a suceder. A partir de los diálogos entre los protagonistas, es difícil discernir si lo que dicen es real o si existe algo más detrás de todo el planteo. Sin embargo, con el correr del metraje la trama se va volviendo un poco repetitiva y sobreexplicada, haciendo que podamos prever algunos de los giros finales de la historia y que tampoco quede demasiado espacio para la imaginación o la interpretación propia. Se plantea un concepto interesante y reflexivo pero cuya ejecución no termina de cerrar del todo. Tenemos buenas actuaciones por parte de Jonathan Groff y Ben Aldridge como aquellos que tienen que luchar contra los invasores y Kristen Cui resulta ser una gran revelación como la pequeña hija de ambos, con diálogos inteligentes y una actitud carismática, como también de Dave Bautista y Rupert Grint como quienes llegan con una misión misteriosa y de dudosa procedencia. Tal vez se podría haber profundizado un poco más en algunos personajes y no quedarnos con cuestiones tan superficiales. Para contar la historia de los protagonistas se recurre a pequeños flashbacks que nos permiten conectar con ellos a pesar de no sumar detalles tan sustanciales para la trama o algún agregado extra a lo que ya sabíamos de ellos. Sin embargo, con los invasores directamente conocemos algunas pocas características. Incluso, los papeles de Abby Quinn y Nikki Amuka-Bird están un poco desdibujados. Los aspectos técnicos están bien logrados. Utilizan una cabaña aislada en medio de la nada y aprovechan cada espacio para crear un clima de opresión y tensión del cual es difícil escapar. También usan algunos efectos especiales que resultan sumamente creíbles. Además, la banda sonora también ayuda a generar esas sensaciones. En síntesis, «Llaman a la Puerta» es un film atrapante, que te mantiene alerta y tensionado a lo largo de toda su duración, pero con algunas cuestiones como la repetición de situaciones o demasiadas explicaciones sobre lo que sucede que no permiten que la obra sea memorable dentro de la filmografía de este osado director.
En 2017 la directora Carla Simón apareció en nuestro radar luego de haber debutado con su película «Verano, 1993», la cual fue seleccionada para representar a España en los Oscars. El film ahondaba en la pérdida y el duelo desde la mirada de una niña que debía adaptarse a una nueva familia. Y no es casualidad que su nueva obra esté corriendo la misma suerte, recibiendo críticas positivas en cada festival en el que se presentó el año pasado, desde el de Berlín hasta el Festival de Cine de Mar del Plata. Es una muestra más de la pericia de la directora para contar historias reales y sentidas. Con «Alcarrás» la directora retoma su interés sobre los vínculos familiares para contar la historia de una familia que vive del cultivo del durazno. Sin embargo, al haber adquirido esas tierras simplemente de palabra y no tener ningún contrato es obligada a abandonar su hogar cuando finalice la cosecha. Los diferentes puntos de vista sobre el tema, la tensa relación entre los miembros del clan y el inminente desalojo servirán como punto de partida para un drama familiar más que satisfactorio y honesto. Es así como se va a ahondar en el arraigo, las relaciones de sangre, la mirada del otro, la necesidad de satisfacer a los padres, el volver a empezar, entre otras cuestiones, a partir de una historia universal contada desde distintos puntos de vista. Si bien es un drama por todas las situaciones que tienen que atravesar los protagonistas, el humor está presente en gran parte del film, desde el comportamiento de los más pequeños hasta la reacción de los adultos. Esto permite que, como todo en la vida, obtengamos momentos agridulces. La película presenta una gran cantidad de personajes, pero lejos de generar confusión o no darle a todos el mismo tratamiento, se toma el tiempo para construir subtramas interesantes y equilibradas. Tenemos la mirada de los jóvenes, con una mentalidad más abierta y con problemas propios del crecimiento; los más pequeños que toman todo como un juego y muchas veces no saben la magnitud de lo que dicen; los tíos que están dispuestos a seguir otros rumbos y adaptarse a la situación actual; y los más reacios que no consiguen superar el conflicto y están empecinados en continuar en el lugar. El elenco está muy bien seleccionado, haciéndonos creer que se trata de una verdadera familia, con sus discusiones cotidianas y sus momentos de ocio. Además, los actores hacen un buen trabajo para componer a sus personajes. Son muy naturales y tienen buena química entre sí. Sin dudas el terreno en donde viven y cultivan es fundamental para que la historia se desarrolle. Es el principal foco de conflicto pero también donde están los recuerdos y momentos familiares. Además, permite generar una crítica entre la agricultura y la industria, el avance de la tecnología y la puja entre los que cultivan y los terratenientes. Todo está apañado por un aire nostálgico presente en cada escena. En síntesis, «Alcarrás» es una de esas historias particulares pero que en algún punto todos nos podemos sentir identificados, por los vínculos familiares, los conflictos y el amor. Un drama con tintes de comedia que nunca deja caer a la trama en golpes bajos, y que además presenta un gran desarrollo de personajes y un elenco que los lleva a buen puerto.
Casi podríamos decir que las películas sobre accidentes aéreos, aterrizajes forzosos y cualquier otra situación que pueda ocurrir dentro de un avión son una especie de género en sí mismo. Sin embargo, «Alerta Extrema» (o «Plane» en su idioma original) es una cinta que logra no caer en lugares comunes de este estilo de films y brindarnos un momento de puro entretenimiento y acción. «Alerta Extrema» se centra en Brodie Torrance (Gerard Butler), un piloto de avión que frente a condiciones climáticas extremas se ve forzado a aterrizar la aeronave. Pero esto no será lo peor. Lo que los pasajeros ignoran es que la isla donde terminaron está gobernada por un grupo de rebeldes peligrosos que verán en su llegada una oportunidad para su negocio. Para sobrevivir y ayudar al resto de la gente, el piloto deberá aliarse con un preso (Mike Colter) que va arriba del avión. La película nos propone buenas escenas de acción que se dan constantemente y que se resuelven de manera creativa, mezcladas con un clima de tensión y misterio. En todo momento los personajes están en peligro, sin saber qué va a ocurrir con ellos. Tal vez en su contra podríamos decir que no se profundiza en la vida de cada integrante ni se desarrolla a todos por igual, por lo que algunos secundarios que caen como consecuencia de los enfrentamientos no llegan a importarnos demasiado, generando una desconexión con los mismos. Pero sí tenemos un mayor acercamiento a los protagonistas, conociendo su pasado, la razón por la que toman las distintas decisiones y parte de su personalidad. Pueden haber algunos momentos un poco predecibles, pero esto no impide el disfrute del film. Gerard Butler encontró en el cine de acción una buena veta y una vez más nos regala una buena y creíble interpretación con un hombre dispuesto a todo por sus pasajeros y el deseo de reencontrarse con su familia. Mark Colter hace lo suyo a la hora de ponerse en el papel de aliado de Butler y tomar las armas para cumplir con el objetivo de sobrevivir. A ellos se le suma un grupo variopinto de secundarios, algunos que sobresalen más que otros. Los aspectos técnicos también están logrados, tanto los efectos especiales durante la turbulencia y el aterrizaje forzado al que tienen que recurrir como también la ambientación de esta isla misteriosa y apabullante, donde los protagonistas no saben con qué se encontrarán. Para los que disfrutan de películas sobre aviones, historias de acción y viajes hacia lo incierto, «Alerta Extrema» cumple con los prometido. Un film lleno de suspenso, buenos combates y creativas resoluciones que hacen que esta cinta sea digna de ver.
El cine de terror sigue reinventándose, ofreciéndonos todos los años películas interesantes, efectivas y que valen la pena descubrir, por encima de otros géneros que tal vez no vienen avanzando tanto. «M3GAN» se suma a esta lista de films de manera orgánica. La misma se centra en Cady, una niña de 9 años que queda huérfana tras un accidente de auto, y que empieza a vivir con su tía Gemma, la cual no solo no esperaba hacerse cargo de una sobrina sino mucho menos convertirse en madre. Sometida a un intenso estrés laboral y para darle una mejor calidad de vida a Cady, decide construir un prototipo de muñeca llamada M3GAN que le puede ofrecer a la pequeña la atención que ella no puede darle. Sin embargo, el juego, la escucha y la protección pronto se va a transformar en algo mucho más aterrador. Al igual que varias películas o series que abordan temáticas relacionadas a la tecnología, «M3GAN» explora la falta de límites de los seres humanos para experimentar con cuestiones que se les van de la mano, el abuso de la tecnología en nuestras vidas, el entretenimiento en la infancia actual, las formas de crianza, cómo lidiamos con el duelo, entre otros asuntos. Tal vez los temas que trata no sean de los más creativos pero logra proponer un punto de vista interesante y reflexivo sobre el lugar que le brindamos a la tecnología y sus consecuencias. A pesar de no generar miedo, más allá de algún que otro jumpscare que provoca el efecto deseado y consigue asustarnos, la película se enmarca más en un tono de suspenso con momentos llenos de tensión pero también con un humor bastante particular por lo bizarro o cringe que estamos viendo, pero sin caer en el absurdo o el sinsentido. Dentro de este universo se siguen reglas claras y coherentes. En cuanto a los aspectos técnicos tenemos una buena construcción de esta muñeca que tiene una estética bastante realista y creepy. Sus movimientos están bien realizados y las actrices que ponen su voz hacen un buen trabajo. La banda sonora y la ambientación (con varias escenas nocturnas, en lugares pequeños y espeluznantes) también ayudan a crear este clima de terror. En este sentido, también debemos destacar que en la producción se encuentran James Wan y Jason Blum, quienes dejan su huella marcada: desde esperar el momento adecuado para generar sustos hasta traer una historia aggiornada a los tiempos que corren y la construcción de un clima propicio. El dúo protagónico compuesto por Allison Williams y Violet McGrow, tía y sobrina respectivamente, realiza un buen trabajo actoral, principalmente en cuanto a su relación con la muñeca y las sensaciones que van teniendo a lo largo de su desarrollo. Pero también la dinámica entre ellas está bien construida; la dificultad que existe de vincularse luego de una tragedia, las prioridades que existen en la vida de cada una y cómo lo que una necesita no es lo que termina obteniendo. Con una secuela ya confirmada para 2025, «M3GAN» resulta ser un film de terror que no solamente busca asustar o generar miedo, sino también plantear la problemática de la tecnología a través de una historia interesante, un tono que nos provoca tanta tensión como risa por la incomodidad y buenas actuaciones de su elenco. Una muestra más de que el género sigue creciendo a pasos agigantados.
«Un Vecino Gruñón» («A Man Called Otto», en su idioma original) es una remake norteamericana de la película sueca de 2015 llamada «A Man Called Ove». La misma se centra en Otto Anderson (Tom Hanks), un viudo malhumorado que solo quiere cumplir con su rutina sin que nadie lo moleste. Sin embargo, una familia se mudará enfrente de su casa y le cambiará la vida para siempre. Sin haber visto la película original ni poder hacer comparaciones al respecto, «Un Vecino Gruñón» es una comedia dramática efectiva que logra equilibrar de buena manera tanto el humor como los momentos más emotivos (aunque podemos tener algunos golpes bajos para recurrir a este sentimiento sobre todo hacia el final de la historia). A través de distintos flashbacks vamos conociendo más sobre el pasado del protagonista y por qué es cómo es. Por instantes esto está bien tratado, generando cierto misterio dentro de la trama, y por otros este recurso se siente un poco repetitivo, siendo una forma fácil de explicar ciertas cuestiones, pero también corta un poco el ritmo de la trama. A su favor, seleccionaron a Truman Hanks para que interprete a un joven Otto, siendo bastante parecido a su padre real. En cuanto al humor, los chistes consiguen sacar varias risas en los espectadores, no solo por el guion que presenta un buen timing para la comedia, sino también por las buenas actuaciones del elenco. No solo se destaca Tom Hanks como un hombre atormentado por su pasado y distintas situaciones dolorosas por las que tuvo que atravesar pero que en el fondo se preocupa por la gente y las cosas importantes; sino también otros personajes secundarios como Mariana Treviño, una de las vecinas que se muda la comunidad de Otto, que es muy simpática y el polo opuesto al protagonista. Incluso, la química que tienen ambos y las interacciones entre ellos nos ofrecen algunas de las mejores escenas. Pero todos los personajes tienen algo atractivo que nos harán reír o emocionar, aunque algunas subtramas tal vez se sientan un poco forzadas solamente con el objetivo de ofrecernos una historia un poco más moderna y aggiornada que la original, ahondando en temas como la sexualidad, el género en la infancia, el aumento de las construcciones por temas económicos, entre otras cosas. Sin dudas vamos a poder empatizar con ellos por su simpatía y ocurrencia. En síntesis, dejando de lado que es una remake, «Un Vecino Gruñón» es una película que entretiene y emociona por partes iguales gracias a tener un guion ingenioso, una buena construcción de personajes y logradas actuaciones de todo su elenco, donde se destacan los protagonistas Hanks y Treviño.
Luego de que su madre saliera del hospital por un infarto, Sergio, Mali y Luz, sus tres hijos, aceptaron a regañadientes ir a pasar la Navidad al campo junto a ella, un poco por culpa, un poco para escapar de sus propios problemas que incluyen infidelidades, soledad y desempleo, y un poco pensando en una futura herencia. Es así como compartirán unas fiestas llenas de tensiones, peleas, fiestas, comidas y paseos que mostrarán cómo son individualmente y como familia. «Las Fiestas» es un drama familiar de esos en el cual una simple reunión o encuentro es un detonante para sacar a relucir los conflictos individuales de cada uno de los protagonistas y los vínculos que existen entre ellos. En este caso, se aborda el tema de la maternidad, la culpa, la identidad, la sexualidad, la infidelidad, el lugar que ocupa cada persona dentro de una familia, el paso del tiempo, entre otras cuestiones, a través de distintos diálogos que viran entre el tono del drama y de la comedia. La historia de los distintos personajes y las relaciones entre ellos se desarrollan de buena manera, aunque por momentos parece no haber un rumbo muy marcado ni un destino al cual llegar, sino que solamente se plasman estas cuestiones recién mencionadas. Incluso, su final se siente un poco abrupto y abierto, dejándonos una sensación un poco agridulce, porque es muy difícil concluir una trama de la vida misma. El elenco está compuesto por Cecilia Roth como la madre y Dolores Fonzi, Daniel Hendler y Ezequiel Díaz (quien también participa del guion junto a Esteban Lamothe, Julieta Zylberberg, Alberto Rojas Apel y el propio Ignacio Rogers) como los hijos. A cada uno de ellos se los siente cómodos con sus personajes y, principalmente quienes hacen de hermanos, tienen una buena química entre sí. Son tan naturales y cotidianos que hasta algunas escenas parecen improvisadas por esa sensación de realidad que transmiten. Además, se realiza un buen aprovechamiento del espacio. Se utiliza prácticamente una sola locación, donde predomina la naturaleza, el aislamiento y el despojo. No hay nada alrededor que nos distraiga y que capte nuestra atención más que los conflictos personales y familiares. En síntesis, «Las Fiestas» cae en un terreno bastante convencional de esas historias que se dan dentro de un marco de reunión donde salen a flote todas las miserias, pero que gracias a las buenas actuaciones de su elenco y a manejar un tono de comedia dramática bastante equilibrado nos hace pasar un buen momento. Cuenta una trama universal en la cual el espectador se puede ver reflejado a pesar de por momentos no saber cuál es su rumbo o tener un final un tanto abrupto.
Después de su ópera prima «Mañana Tal Vez» (2020), la directora cordobesa Florencia Wehbe nos presenta «Paula», la cual retrata a una adolescente de 14 años que deberá transitar un solitario camino en busca de la aceptación propia. En una sociedad en la que los estereotipos femeninos de belleza resultan inalcanzables, la anorexia promete peligrosas soluciones para su vida. «Paula» es una película que ahonda en los problemas alimentarios desde un costado bastante sutil pero no por eso menos efectivo, fuerte o doloroso. Tal vez no nos enfrentemos a escenas donde el rechazo de los demás sea directo pero sí se plasman palabras o comentarios hirientes sobre la figura femenina que pueden resonar en la mente de una persona y generar consecuencias perturbadoras. Probablemente no sean con mala intención e incluso quieran ayudar a la protagonista a superarse, pero terminan provocando el efecto contrario. Acá podemos ver también los modelos de belleza que están instaurados en nuestra sociedad desde hace tiempo y la dificultad que existe para cambiarlos. Además, la historia se centra más en la mirada sobre uno mismo, los prejuicios y tratar de adaptarse a ciertos modelos que en el bullying. Lucía Castro está muy bien en su rol, retratando todos los estados por los que puede pasar una adolescente a partir de diferentes temas como el primer amor, la necesidad de pertenecer, los miedos, las inseguridades, y la búsqueda de aceptación. Su interpretación resulta carismática y podemos empatizar con ella. El resto del elenco la acompaña muy bien, tanto el grupo juvenil como quienes se ponen en la piel de la familia de Paula. Todas las interacciones se sienten naturales y creíbles, y con sus actitudes y comentarios provocan diferentes reacciones en la protagonista. La música, el vestuario y el maquillaje cumplen un rol muy importante dentro del film, creando el ambiente propicio para mostrar el mundo femenino actual, narrando las fiestas y las salidas de las chicas. Lo mismo ocurre con ciertos elementos que aparecen en pantalla para plasmar conversaciones o notificaciones de algunas aplicaciones. En síntesis, «Paula» es una película que logra plasmar el mundo femenino moderno y las problemáticas en torno al cuerpo desde un lugar mucho más sutil y sugerido que explícito y violento pero que consigue el mismo resultado: retratar los padecimientos adolescentes a partir de la percepción de uno mismo y de querer encajar en la sociedad. Un trabajo interesante detrás y delante de cámara.
Tommy Wirkola es un director de cine noruego que fue creciendo durante los últimos años, a partir del éxito que fueron teniendo sus films, no solo en cuanto a números o difusión sino también por la solidez de su trabajo. Algunos de ellos son «Hansel y Gretel: cazadores de brujas» (2013), «¿Qué le pasó a Lunes?» (2017) y «El Viaje» (2021), obras que tienen como característica una inventiva particular, como también un manejo de la acción y la violencia que deja contentos a los fanáticos del género. En esa misma línea nos encontramos con su última película, «Noche sin paz» («Violent Night») que llegó a las salas argentinas el año pasado. La cinta sigue a una familia adinerada y con varios problemas internos que durante la noche de Navidad será atacada por un grupo de delincuentes en busca de su gran fortuna. Sin embargo, no cuentan con que la familia será defendida por el mismísimo Santa Claus, que lejos de ser un bondadoso señor con barba blanca, tiene varias habilidades sorprendentes para enfrentar a quienes fueron niños traviesos durante el año. Homenajeando a varias películas como «Die Hard» (1988) o «Mi Pobre Angelito» (1990), íconos de esta época festiva, «Noche sin paz» es una divertida historia navideña que a pesar de presentarnos algunas situaciones o escenas bastante conocidas, consigue entretenernos y sorprendernos. Según el momento lo requiera recurre al humor o al suspenso/la tensión, con peleas bien coreografiadas y creativas, apelando al recurso de la sangre y el gore. Santa Claus está muy bien encarnado por David Harbour («Stranger Things»), logrando equilibrar esa mezcla entre un hombre bonachón, que se preocupa por los demás, y uno de armas tomar, con un pasado más oscuro. El film nos propone un personaje hiper conocido pero lo redefine para convertirlo en un superhéroe. Nunca nadie imaginó a un Papá Noel violento. Su contraparte, el líder de los delincuentes, es John Leguizamo, que se mete en un rol de villano creíble y temeroso. En ambos casos los personajes están bastante desarrollados y podemos conocer su vida; lo mismo ocurre con el resto del elenco, donde tenemos un acercamiento no demasiado profundo pero sí lo suficiente como para empatizar o no con ellos. En cuanto a los aspectos técnicos, debemos destacar la elección y la utilización de la música. En todo momento podemos escuchar reversiones de canciones navideñas para acompañar todas las escenas, ya sea de manera irónica o para mostrar el verdadero espíritu de las fiestas. Y el hecho de utilizar una sola locación logra aumentar el clima de tensión y claustrofobia que requería la historia. En síntesis, a pesar de tener algunas reminiscencias a otras películas ambientadas en el mismo contexto, «Noche sin paz» aprovecha esos homenajes para brindarnos una historia que mezcla el entretenimiento con el suspenso y la acción. Buenas interpretaciones y un guion ingenioso terminan de redondear esta obra divertida.
Joseph Haffmann es un reconocido joyero de la ciudad de París en 1941. Su origen judío y las consecuencias que vivió el pueblo en otros países del mundo le hacen tomar la decisión de mandar a su familia a una zona liberada ante la ocupación alemana. Su idea es dejar en su negocio y casa a François Mercier, su empleado de confianza, con su esposa Blanche, para recuperar todo a su regreso. Sin embargo, las cosas se complican más de lo debido y tendrán que trabajar en conjunto para poder sobrevivir. «El dilema de Mr Haffmann» está basada en una obra teatral de Jean-Phillipe, amigo de Fred Cavayé hace más de 20 años. Pero en vez de realizar una copia fiel, el director decidió tomarse ciertas libertades, usando solo la premisa inicial y llevando a los personajes a diferentes direcciones. Es así como estamos ante una película que lejos de apelar a las grandilocuencias o al alto impacto de las historias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial nos ofrece una historia mucho más contenida, cercana y sensible que busca mostrar las distintas reacciones y decisiones humanas frente a situaciones complejas donde el bien y el mal se desdibujan. Si bien la trama se enmarca dentro de un contexto muy explotado, no se ha tratado tanto en el cine el tema de la cuestión moral. En este caso, el film logra indagar en las acciones de aquellas personas que estaban en una difícil posición entre ayudar al prójimo o salvarse a sí mismo; entre la solidaridad y la ambición. Ambas posturas eran complejas, porque también su propia vida estaba en riesgo. Si bien es una adaptación de una obra de teatro, el traspaso a la pantalla grande le sienta bien, no se nota demasiado dramatizado. Solo se usa prácticamente una única locación para contar la historia pero logra utilizar cada uno de sus espacios para no generar una monotonía o aburrimiento. Al contrario, consigue crear ese clima opresivo y tensionante que busca la trama. El protagonista se encuentra en peligro todo el tiempo, principalmente cuando ingresan personas no deseadas a la joyería. Por otro lado, es interesante el uso que le dan a los reflejos, tanto los que se muestran en vidrios como espejos, donde muchas veces muestran a todos los personajes en un mismo escenario para ver sus interacciones o lo que produce uno en el otro. El elenco también tiene mucha importancia dentro del relato. Daniel Auteuil se pone en la piel de Joseph Haffmann; Gilles Lellouche en la de François Mercier y Sara Giraudeau hace de su mujer Blanche. Los tres realizan maravillosas interpretaciones, que van generando en el espectador distintas sensaciones. Lo interesante es que siempre están expuestos a tomar decisiones difíciles y según lo que hagan podemos empatizar con ellos o rechazar sus acciones. Todos evolucionan de una manera diferente a la que comenzaron. Es así como vemos bien plasmadas la degradación moral de algunos personajes, el deseo, la ambición, el conformarse con la situación actual, la manipulación, entre otras cuestiones. En síntesis, «El dilema de Mr Haffmann» es una película que busca indagar en el comportamiento humano en contextos adversos y cómo según la moral o la ambición se puede reaccionar de una manera determinada. Gracias a las buenas interpretaciones de su elenco, el clima lleno de tensión que se mantiene a lo largo de todo el film y la decisión de contar la historia con sutilezas tanto en la narración como en su estética, la cinta francesa nos propone algo diferente a lo que solemos ver en relación a la Segunda Guerra Mundial. Una historia más contenida, humana y sentida.