El director Rupert Goold no tiene un gran repertorio de películas, pero en 2015 dirigió "Falsa identidad", protagonizada por James Franco y Jonah Hill, un film de misterio y drama que tuvo una buena recepción. En este caso nada se compara a ella, vuelve a la pantalla grande con una biopic que lo ayudó a volver a posicionarse. Últimamente hay un auge por ver la biografía de grandes artistas, ya lo vimos en "Rocketman" y "Bohemian Rhapsody". Ahora es el turno de la gran actriz y cantante Judy Garland, interpretada por Renée Zellweger. Una trayectoria intachable, una voz y actuación súper aclamada en El mago de Oz que encandiló a todos y la pone en el ojo de los medios. Con 2 hijos pequeños debe ingeniárselas para poder seguir con su carrera y cuidarlos - pero lamentablemente le toca elegir por uno de las dos. La carrera de cantante es muy exhaustiva - conciertos, viajes y sacrificios. A Judy nada la detiene y su amor por este arte hace que luche por mantener sus dos amores juntos. La vemos pasar por todo este camino de logros y la búsqueda de refugio en su familia en sus momentos más difíciles, que es cuando el cuerpo te pasa factura. Los efectos especiales y vestuario son simples pero bien usados. El foco está en el sonido, el drama y sin dudas en Renée, quien se lleva todos los aplausos por esta gran actuación. Tantos son los aplausos que es la gran candidata a ganar el Oscar como mejor actriz. El resto del elenco, entre los que se encuentran Rufus Sewell y Jessie Buckley, está muy bien elegido pero no logran un destaque. Sinceramente, es necesario ver este film, conocer la historia de una gran estrella y ver una gran interpretación - un combo estupendo. Piel de gallina al escucharla cantar y saber que todo su talento fue heredado a Liza Minnelli. Calificación: 8.5/10 Sofía Valva para Es la Cuarta Pared
El libro “Mujercitas” de Louisa May Alcott fue parte de la adolescencia de varios. Tuvo su primer adaptación al cine en 1917, en total tuvo seis de ellas y ahora se le suma otra más, la definitiva. Esta vez fue el turno de dirigir fue de Greta Gerwig, quien ya nos deleitó con “Ladybird” (2017) con 5 nominaciones en los premios Oscar. De allí saco a sus dos protagonistas para formar parte de este nuevo trabajo. Marmee March (Laura Dern) es madre de cuatro mujercitas. Jo (Saoirse Ronan) sueña con ser escritora y que el mundo la conozca, Meg (Emma Watson) quiere encontrar al hombre ideal y casarse, Amy (Florence Pugh) busca perfeccionarse en el arte y Beth (Eliza Scanlen) contagia su amor por tocar el piano. Cada una tiene su carácter y sueños distintos, pero su madre les inculcó una filosofía de vida hermosa en la que hay momentos que les cuesta mantener. Los años van pasando, ellas crecen y deben pensar en su futuro y enfrentarse a él a pesar de varios momentos difíciles y barreras que se les cruzan. El cast es extraordinario. Volvemos a ver en la pantalla grande a Emma Watson y también tenemos a Meryl Streep en el papel de la tía de estas chicas, el cual le queda genial porque tiene momentos muy pícaros. Además, hay un dúo que nos encanta ver otra vez: Ronan y Chalamet. Con el grandioso trabajo que hicieron, nos aseguran que pronto volveremos a verlos juntos. El guión y sonido es excelente, se nota que hay un muy buen trabajo detrás y por eso lograron estar nominados en 4 categorías en los premios Oscar: mejor película, mejor guión adaptado, mejor diseño de vestuario y mejor actriz secundaria por Florence Pugh. “Mujercitas” es una muy linda película que no hay que perderse. No es deslumbrante, pero es acertada la manera en que está contada y de esta manera te atrapa desde el primer minuto.
“Espías a escondidas”, con dirección de Nick Bruno y Troy Quane, es otro film de Disney que estrena este año, luego del éxito de “Frozen 2”. En este caso, las princesas quedan apartadas mientras que los protagonistas son los espías. Lance Sterling (Will Smith) es un espía acostumbrado a misiones de alto riesgo y a estar en peligro. Para defenderse, usa artefactos de última tecnología que son fabricados por el científico Walter Beckett (Tom Holland). Todo iba bien hasta que el mundo comienza a estar en peligro y ellos dos deben unirse más que nunca a pesar de sus diferencias de carácter. Esta relación profesional empieza con el pie izquierdo ya que accidentalmente Lance se convierte en una paloma. En esa forma debe salvar al mundo y obvio que va a ser más difícil, pero ellos dos se la rebuscarán para lograrlo. Las animaciones no defraudan, siempre se mantienen en primera línea. Por su parte, la trama es concluyente, tiene muy buenos momentos de comedia que no caen en lo infantil pero, como suele pasar en este tipo de films, hay momentos de bache innecesarios que te hacen perder el clima logrado y termina convirtiéndose en algo sencillo. Sin dudas, lo que suma a esta película es que dos actores que están en su mejor momento sean las voces de los protagonistas.
El género suspenso/terror cada vez tiene que innovar en historias ya que siempre se vuelven repetitivas, y definitivamente con “La Hora de tu Muerte”, dirigida por Justin Dec lo lograron. Quinn (Elizabeth Lail) es una enfermera que está recién comenzando y se destaca entre sus compañeros. Todo iba normal hasta que un paciente a quién ella se volvió allegada, le muestra una aplicación llamada Countdown, la cual te dice cuando vas a morir. Lamentablemente, la protagonista cae en este juego y la descarga en su celular. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando te quedan solo pocas horas de vida? A este enigmático se va a enfrentar Quinn – deberá descubrir cómo eliminar esa predicción y que no afecte a sus más queridos. Este film tiene todo lo que una película de suspenso requiere. Hay humor, que en este último tiempo el incorporarlo en ciertas escenas queda genial, y también tiene momentos inesperados que te hacen saltar de la butaca. Además, los efectos especiales en las escenas clave de pelea son buenas, y el sonido acompaña muy bien. En cuanto al cast, está muy bien elegido y todos concuerdan con su personaje. Tenemos a Jordan Calloway, Peter Facinelli, Charlie Mcdermott y P.J. Byrne, actores a quienes ya hemos en la pantalla grande varias veces. Si bien la trama se vuelve un poco incoherente por el hecho del poder que llega a tener una aplicación, nos deja un poco “panicosos”, por lo que el director cumplió su objetivo con esta película.
Los hermanos Russo vuelven a la pantalla grande este 2020, pero no con un film del mundo Marvel sino produciendo un clásico de acción, ésta vez agregándole esos componentes que sólo ellos saben que el público ama. Todas las ciudades son víctimas del delito y en Nueva York está Andre Davis (Chadwick Boseman) para revertirlo. Es un joven policía con una vocación marcada por un hecho ocurrido en su niñez. Ocurre un robo en dOnde varios policías resultaron muertos y esto sacude a todos, hasta las autoridades de alto rango. Davis tiene que encargarse de encontrar a los culpables utilizando esa intuición tan peculiar que lo diferencia de sus colegas. Allí conoce a Frankie Burns (Sienna Miller), quién lo ayudará en esta interminable búsqueda porque hay más culpables que inocentes en todos los escenarios. Y tal es así que cerrarán todos los puentes que acceden a Manhattan para que nadie se les escape. “Nueva York sin salida”, dirigida por Brian Kirk, cuenta con un cast excelente en el que se encuentra el gran J.K. Simmons – sabemos que él siempre participa de films que valen la pena. Por su parte, luego de romperla en “Black Panther”, Boseman vuelve en un rol distinto que le sienta bien y que hace querer verlo más en la pantalla grande. Tal como dije al principio, los Russo ya son expertos en como atrapar al público y más allá de que no sean los directores, dejaron una huella notable. El sonido y los efectos especiales hicieron que este film se luzca más allá de que la trama no sea intrigante y menos obvia. Consiguieron darle un giro distinto para que no se convierta en una clásica película de policías, especialmente por el personaje de Andre.
La segunda entrega del film basado en el libro de Stephen King ha llegado finalmente. Le tomamos cariño sabiendo que quienes están a cargo de la dirección y producción del mismo son nada más ni menos que los hermanos argentinos Andy y Bárbara Muschietti, respectivamente, quienes ya con la primer entrega lograron un éxito. Luego de que el Club de los perdedores viviera una total pesadilla de niños, 27 años después vuelven a reencontrarse – no por un motivo feliz sino por la vuelta de Pennywise (Bill Skarsgard) a Derry. En el pasado, el grupo había hecho una promesa y llegó el momento de cumplirla. Bill (James Mc Avoy), Bev (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Mike (Isaiah Mustafa), Eddie (James Ranzone) y Stanley (Andy Bean) se complementarán para luchar contra el temido payaso y que nunca más vuelva a aterrarlos, que es lo que él busca y de lo que se alimenta. Cada uno se enfrentará a varios momentos que no creían recordar que marcaron su niñez; momentos tristes y difíciles de afrontar, pero los protagonistas se dan cuenta que es fundamental en el presente porque funcionará para combatir sus miedos. Pennywise ha vuelto a atacar y con más recurrencia, por lo que todo se vuelve una bomba de tiempo. Un film de 170 minutos de duración con apariciones geniales y que van a dar que hablar. El mismo mezcla mucha comedia con terror y eso hace que la visión en general, a comparación con la primer película, sea muy distinta y reste un poco. Los efectos especiales son extraordinarios, hay escenas donde se luce por completo todo el trabajo que han realizado los especialistas y en cuanto a la estética por el cambio de época, es acertado. Sí o si hay que ir al cine a verla. Estén atentos a cada momento de la película y, aunque tenga varios flashbacks de la entrega anterior, tienen que haberla visto antes porque ver el trabajo final da otra mirada interesante.
“La música en mi vida”, con dirección de Gurinder Chadha, es una historia basada en hechos reales, que tiene como protagonista a las sublimes canciones de Bruce Springsteen. Javed (Viveik Kalra) es un adolescente que viven con su familia de origen paquistaní. Ahora, viven el gobierno de Margaret Thatcher, bajo mucha discriminación y guerras y llegó un momento en el que Javed creía que ya no podía seguir sus sueños. El clima en su casa era bastante complicado, ya que prácticamente el protagonista no tiene voz para opinar ni decidir. Su padre le decía lo que debía hacer, su madre se desvelaba trabajando como costurera, la hermana adolescente vivía en una burbuja y la hermana mayor con matrimonio arreglado. Su único escape a todo era escribir, desde muy pequeño. Inesperadamente, todo da un giro cuando se cruza con un chico en la escuela y lo escucha hablar sobre “El Jefe”. La intriga comienza a inquietarlo y luego descubre que se refería al cantante Bruce Springsteen. Al momento de escuchar sus canciones, su vida parece convertirse en videoclips de ellas. Algo en él se rompe y comienza a ir por sus sueños, a enfrentarse a aquello que lo frena. Época de los ochenta. ¿A quién no le gusta el mejor momento de la música y vestimenta? Este film habla mucho de la vida y es difícil no conectar con ello. Más fuerte es todavía saber que la historia de Javed es una historia real. La única contra de todo esto es que no se logró interiorizar más con la historia, porque todo termina siendo una serie de videoclips. Es por esto que el nudo de la historia no se aproveche al máximo, sabiendo el contexto histórico que es interesante. No sólo la historia sino también ciertos personajes aparecen muy poco y podría haber sido muy enriquecedor que aparezcan más.
Del director Joe Berlinger, llegó “Ted Bundy: Durmiendo con el asesino” a los cines. La historia del asesino en serie más famoso de los Estados Unidos fue una total vorágine por lo que generó en los medios de comunicación y en el país. Zac Efron interpreta a Ted Bundy, un joven que aparentaba ser un estudiante, sencillo e inteligente. En uno de sus viajes conoce a Liz Kloepfer (Lillly Collins), una joven madre soltera que da todo por su hija. La conexión entre ellos fue instantánea, los años fueron pasando y ellos vivieron felices – hasta que una noticia en el diario lo cambia todo. Unas jóvenes estudiantes aparecen asesinadas y se llega a la conclusión de que en varias ciudades también había de estos casos. Una sobreviviente reconoce a Bundy como su agresor y con el correr del tiempo empiezan a aparecer más pruebas que lo involucran a él cada vez más. Liz nota la ausencia de Ted en su casa y la lleva a sospechar un poco, pero para ella las pruebas no son suficientes para estar certera. El film muestra la historia de la pareja, de cómo lo viven las dos partes, desde sus propias perspectivas. Por un lado una madre con culpa que creía ya tener todo hasta que su compañero de vida no era quien parecía ser, y por el otro un demente asesino que se empeña en demostrar que es inocente y todos los comentarios en contra parecen resbalarle del cuerpo. Es difícil ver a Efron y no recordar a Troy Bolton, pero en este caso el cambio fue rotundo y acertado. Lo que se destaca del personaje es la seriedad y frialdad en cada escena, pero lo malo es que no fue mostrado como se esperaba porque se centraron mucho más en cómo lo veía la gente, es decir mostraron más una parte exterior y no tan interior, lo cual hubiera sido un poco más interesante. Por ciertos momentos, el film comienza a sentirse largo y tosco, lo cual no ayudó a la participación de Collins, quien tranquilamente podría haber tenido un muy buen destaque, pero no fue así. Claro que aparecen los actores John Malkovich y Jim Parsons, quienes le agregan aún más nivel a toda la película. Al final todo cierra bien pero no como uno espera – o al menos yo -, dejando una sensación de que algo falta para cerrar el círculo.
“La viuda”, dirigida por Neil Jordan, es una historia que te pone la piel de gallina por el sólo hecho de pensar que lo que sucede en la película es algo que podría llegar a pasar en nuestra cotidiana realidad. En esta oportunidad, Chloe Grace Moretz interpreta a Frances, una joven de pueblo recién mudada a la ciudad de Manhattan junto con su mejor amiga de la universidad. Todo estaba en orden hasta que en un viaje en subte se encuentra un bolso. No logra ver a nadie que se hiciera cargo de él, por lo que encuentra dentro del mismo el documento de identidad de la dueña. Así conoce a Greta (Isabelle Huppert) una señora solitaria, sin esposo ni hijos. Ante la reciente pérdida de su madre, Frances le toma mucho aprecio y la considera una amiga. Ahora bien, ¿no es un poco apresurado considerarla una amiga? Sí. Y este es el desencadenante para que el vínculo se transforme en una relación enfermiza entre ellas, donde no hay escapatoria y cosas oscuras salen a la luz. Si bien la trama es prometedora, la película no tiene mucho desarrollo ni intriga. El personaje de Moretz podría haber sido aprovechado mucho más, no se llegó al 100%, pero en combinación con el papel de Huppert, todo encuadra mucho mejor.
“Anna” es una película dirigida por Luc Besson y protagonizada por Sasha Luss. Las historias de espías siempre son entretenidas, y este caso no es una excepción. Besson ha tenido algunos fracasos en su carrera, como “Valerian”, pero con esta película, el director nos remite al film “Nikita” de 1990. Una modelo llamada Anna (Sasha Luss) se convierte en una espía muy temida. Emprende un camino donde deberá luchar con todas sus fuerzas por un secreto que esconde y allí se encuentra con Alex (Luke Evans), Lenny (Cillian Murphy) y Olga (Helen Mirren). Una película que pasa por casi todos los géneros – thriller, acción, humor – y créanme que el gran elencto tiene mucho que ver para que esto suceda durante todo el film. Sin embargo, a medida se va contando la historia, se pueden percibir ciertos errores en la trama, logrando así se generen momentos de confusión desde la mirada del espectador. Igualmente, “Anna” es una buena película de espías que tiene todas las características necesarias para que sea llevadera y entretenida.