La trama comienza en 1999, luego pasan 20 años, la protagonista es la joven Sveta (Alexandra Drozdova) que tras una dura experiencia familiar vive atormentada y con momentos asfixiantes, varios secretos debe descubrir, finalmente decide concurrir a un Instituto de Somnología buscando que la contengan, la protejan y participa con otros pacientes de un tratamiento, pero en cada amanecer hechos terribles le suceden, el lema sería algo así como «Tranquilo llega el alba”. La trama de la película gira en torno al terror psicológico, al suspenso y posee toques de tensión, cada situación que atraviesa esta joven es terrorífica. El film se encuentra lleno de fantasmas, junto a distintos personajes se van generando diferentes climas y se va mezclando con locaciones de la vieja URSS, además va encontrando algunos giros interesantes y no faltan los sobresaltos. Pero como sucede con la mayoría de las películas de terror, es previsible y para aquellos espectadores que ya tienen sus ojos entrenados pueden imaginarse su final.
La pareja protagonista tienen muy buen carisma y química: Charlize Theron (actriz y modelo sudafricana nacionalizada estadounidense ganadora del Oscar por “Monster” – 2003) y Seth Rogen (“Buenos vecinos 2”), le dan simpatía, dinamismo, velocidad, acompañada con una serie de situaciones absurdas, disparatadas, torpes y con toques de sátira política, dentro de la trama se tocan temas relacionados con la política, sociales y del medio ambiente. Es una típica comedia romántica clásica, entretenida y sencilla, a lo largo de la cinta deja varios mensajes relacionados con la naturaleza, el amor, cuando los sentimientos son auténticos pueden superar cualquier contratiempo y no importa la edad que tengas. Dentro de los personajes secundarios: June Diane Raphael, O’Shea Jackson y Bon Odenkirk están estupendos y el resto solo correcto, mantiene un humor mordaz, música maravillosa apela a la nostalgia, se referencia a otros films, aunque su desenlace es predecible los espectadores pueden aprovechar un buen momento en el cine, aunque le sobren algunos minutos con 90 estaba bien.
La historia está contada a través de la voz en off de la joven Chantal creció en un hogar poco convencional, su madre paso toda una vida de sacrificios, enamorada, fiel, deslumbrada por un hombre que siempre quiso ser su amante, egoísta, altanero y despreciable. Un manipulador que nunca quiso casarse y tampoco la dejaba que hiciera su vida. Rachel, frágil, sumisa, de gran corazón, siempre se mantuvo a la sombra, ella conservo una relación por varios años con la esperanza a que Philippe y juntos tener un hogar. Esta es una historia de amor dolorosa a través de la cual vamos pasando por distintas etapas de la vida desde el comienzo de esa relación hasta que Chantal tiene 33 años. Se tocan temas muy fuertes e interesantes para analizar y debatir, el guión tiene un giro que devela un secreto duro: como se sobrelleva el ser madre soltera, vivir desprotegida, los vínculos de padres e hijos, el sexo, el deseo, el abuso, el padre ausente, la familia, el machismo, la rendición y el rechazo social. Cuenta con una muy buena ambientación, diseño de arte, buenas actuaciones, un film logrado y recomendable.
Se encuentra ambientada en 1990 en Roma, donde se muestra esa Italia en un mundial que tenía como figura al jugador Salvatore Schillaci que pierde por penales ante la Argentina y al mismo tiempo que se hecho un auto cae al rio Tíber, quien se encontraba en ese vehículo es un famoso productor de cine italiano Leandro Saponaro (Giancarlo Giannini), quién fue asesinado y a partir de eso todo se viene a pique. Comienza una investigación policial, donde hay varios sospechosos, entre ellos, tres jóvenes aspirantes a guionistas Luciano (Giovanni Toscano), Eugenia (Irene Vetere) y Antonino (Mauro Lamantia), por lo tanto todo se va develando y apreciando a través del flashback, donde ingresamos un poco en el mundo de los actores, guionistas, directores, productores y otras figuras que son parte del cine. También está presente la lucha de los valores entre las nuevas generaciones y las viejas y nos encontramos con muchas referencias al cine italiano. Esta es una comedia negra que rinde homenaje a la época de oro del cine italiano, con diálogos irónicos, rápidos, vivaz e inteligente, con una muy buena construcción de personajes (aunque algunas actuaciones resultan desparejas) y de época, vestuario, colores y se va generando buenos climas. Aunque le sobran algunos minutos, tiene un director como Paolo Virzì (El capital humano) que sigue brillando a través de sus cintas.
Esta es una historia sobre supervivencia, lo que vemos a la largo del film es a una persona que tras un accidente queda varado en medio de la nada con una temperatura que llega a los -70° C. Uno no sabe bien lo que sucedió, solo lo imaginamos, no conocemos su pasado, pero con el trascurrir de los minutos rápidamente el espectador se da cuenta. Este hombre lucha contra la naturaleza para salvarse, se alimenta con lo poco que encuentra en el lugar y busca constantemente ser rescatado. En un momento se acerca una gota de esperanza, un helicóptero que acude a la señal que él fue enviando, pero por las malas condiciones meteorológicas se termina estrellando, el piloto (Tintrinai Thrikhasuk) muere y solo queda mal herida su compañera, otro piloto joven (María Thelma Smáradóttir), a lo que se le suma algunos elementos valiosos y un viaje de a dos aunque ella no pueda ayudarlo en nada, solo su compañía en esta la lucha para ambos. El actor danés Mads Mikkelsen (Casino royale, La cacería, Doctor Strange, Van Gogh, a las puertas de la eternidad) no tiene casi diálogos, sus miradas, sus movimientos, su desesperación, su perseverancia, lo dicen todo y su actuación resulta muy sólida y siempre está la lucha por vencer todos los obstáculos, nunca bajar los brazos y seguir adelante. La tensión y el suspenso que generan resultan inquietantes. Cuenta con la estupenda fotografía de Tómas Örn Tómasson. La podríamos asociar a otros films como: El viejo y el mar (1958), Náufrago (2000) y 127 horas (2010), entre otras.
Los Hombres de Negro siempre han protegido la Tierra, Will Smith y Tommy Lee Jones fueron los protagonistas de las tres primeras películas entre 1997 y 2012. Ahora estos personajes no están más y tenemos dos agentes: la Agente M (Tessa Thompson, Vengadores: Endgame) y el Agent H (Chris Hemsworth, Vengadores: Endgame, Thor: Ragnarok). Todo comienza en las alturas de la Torre Eiffel con una gran batalla épica con el experto Agente T (Liam Neeson) y el Agente H (Chris Hemsworth) hay planes oscuros bajo una amenaza interplanetaria llamada “La Colmena” que cambia de tamaño, forma, color y estado físico. En esta gran aventura intergaláctica, el director se va tomando sus tiempos para ir presentando a cada uno de los personajes, está el personaje de Agent O (Emma Thompson) que se relaciona rápidamente con la nueva Agente M (Tessa Thompson) y junto con el Agente H investiga la presencia de alienígenas malvados en la Tierra y en esa gran aventura además introducen elementos de otras franquicias. Las imágenes son muy atractivas, es visualmente impactante y posee efectos especiales superlativos. La película sigue manteniendo el alma de la franquicia, con una nueva pareja de agentes secretos, continúa siendo puro entretenimiento, conserva la música de Danny Elfman y está llena de humor, posee un elenco sólido, mantiene en todo momento su ritmo, con monstruos de todo tipo, bichitos simpáticos, su guión es básico, lineal y sin sorpresas y nos encontramos frente a su relanzamiento cuyo presupuesto se estima en alrededor de $ 110 millones dólares. Por lo tanto la posibilidad de un “Men in Black 5” es probable.
El documental va mostrando las desventuras y los caminos que deben seguir las mujeres e hijos de los prisioneros de la cárcel de Sierra Chica, donde está presente el dolor, el amor, la esperanza, los afectos, la distancia y una serie de situaciones que viven presos y familiares.
La trama está relacionada con un transporte de caudales y con la persona que lo conduce a diario, Luna (Gabriel Peralta, después de Román y Ruleta Rusa, vuelve a trabajar con el mismo director Eduardo Meneghelli) un ser perturbado después de haber vivido una tragedia familiar, vuelve a sus actividades, él recibí mensajes a través de lo que escucha en su mente, un programa radial y de lo que sueña, después del pecado él puede ser el vehículo protegiendo a una mujer y a su hijo y para eso idea un plan. El film tiene un buen manejo de cámara en sus escenas aéreas, una buena fotografía y su música acompaña, los rubros técnicos logrados, algunos temas quedan sin desarrollar o profundizar, los relacionados con la violencia de género, no se conoce más allá de lo que se muestra del protagonista y casi nada del resto. Dentro del elenco secundario Luciano Cáceres se luce en pocos momentos, porque su personaje no está del todo aprovechado, como así también el de Luis Ziembrowski, Lautaro Delgado, Adriana Aisenberg y Gonzalo Urtizberea.
Su narración mezcla thriller, suspenso, drama y romance, la historia va y viene casi todo el tiempo a través del flashback (desde 2002 a 1968), así se van descubriendo muchas situaciones de un pasado tormentoso del padre de la protagonista, salen a la luz hasta los secretos mejor guardados, donde va jugando un rol interesante su ambientación y fotografía. Cuenta con la prolija actuación de Eduardo Blanco y en el caso del resto del elenco las participaciones oscilan entre correctas y desparejas, cayendo en algunos clichés y tornándose bastante previsibles y poco creíbles. Finalmente el film logra su propuesta y entretiene.
Con algunas modificaciones es una historia real que sucedió en Suecia y cuenta las alternativas de un equipo de natación sincronizada. Narra los momentos que viven un grupo de hombres de mediana edad que se encuentran en crisis y a través del cual vamos viendo las dificultades de cada uno de ellos, los fracasos que tuvieron en sus actividades o los problemas afectivos que acarrean, o de depresión, entre otros conflictos. Observamos como sus vidas cambian cuando el encuentro casual de una noche los lleva a seguir un curso de natación sincronizada. Por un lado esta Bertrand (Mathieu Amalric) desempleado y que desayuna antidepresivos; Laurent (Guillaume Canet) que todo lo quiere ver perfecto de lo contrario se pone histérico y lo terminan abandonando; Marcus (Benoît Poelvoorde), un empresario con problemas; Simon (Jean-Hugues Anglade ) que vive en un tráiler, no se lleva bien con su hija adolescente y quiere ser músico de rock, y también está Thierry (Philippe Katerine ) un empleado tímido y temeroso de la piscina municipal. Tambien están Basile (Alban Ivanov) y Avanish (Balasingham Thamilchelvan) y al equipo lo ayuda Delphine (Virginie Efira), ex campeón de natación sincronizada, que tuvo algunos problemas en el pasado. Por momentos tiene cierta similitud a la comedia inglesa «Todo o nada» su título original “Full Monty” (1997). La cinta es previsible pero hay que destacar las buenas interpretaciones de estos siete actores hombres que merecen ser mencionados cada uno de ellos y el buen personaje de Amanda (Leila Behkti), la entrenadora del equipo, esta genial, entre otros. Toca temas muy interesantes relacionados con: alcoholismo, maltrato, enfrentar los miedos, rencor entre familiares, entre otras cuestiones. Es una clásica comedia francesa; divertida, reflexiva, con un toque de esperanza y buenos mensajes.