Es un thriller psicológico, una joven fue raptada hace poco y ahora por las noches trabaja de camarera, desconfía de todo, vive aterrada o está loca. Se desarrolla en Portland, Oregon, la cámara sigue constantemente a Jill (Seyfried), mientras corre en todo momento, esta toma algunos datos en el recorrido y al llegar a su casa vemos a su hermana Molly (Emily Wickersham, actriz de “Soy el número cuatro”) quien se encuentra estudiando, el director va marcando las distintas situaciones cotidianas y el espectador esta sobre aviso que algo va a suceder a través del movimiento de cámara. Rápidamente notamos que Jill vive alterada y tiene sus razones: fue secuestrada un año antes, la tuvo cautiva en un pozo, colmada de huesos de otras víctimas, ella logro escapar y la policía nunca encontró el pozo, ni tampoco pudieron dar con el desconocido, sigue denunciándolo y vive alterada porque aun piensa que su secuestrador viene a buscarla. Parece que las cosas suceden como ella lo piensa hace tiempo porque una noche llega a su casa cansada de su trabajo como camarera y al ingresar a la misma nota que su hermana Molly no se encuentra y vertiginosamente deduce que fue secuestrada por el mismo hombre que lo hizo hace un tiempo con ella y como no la encontró se llevo a su hermana en su lugar. Ella está convencida de todas sus conjeturas, la policía piensa que está loca, que es una fabuladora, y no están dispuestos a utilizar todo su equipo en buscar a un fantasma. Temerosa de que Molly esté muerta para el atardecer, Jill se verá sola con una persecución a toda velocidad para encontrar al asesino, exponer sus secretos y salvar a su hermana, como lo indica el título del film solo le quedan horas y el pasado influye. El director brasileño Heitor Dhalia desarrolla un thriller psicológico con una dosis de suspenso y nerviosismo, pero previsible con un flojo guión de Allison Burnett ("Otoño en Nueva York, 2000"), actuaciones flojas y desaprovechadas como: Amanda Seyfried (La chica de la capa roja); Wes Bentley (Los juegos del hambre); Jennifer Carpenter (El exorcismo de Emily Rose), Sebastian Stan (El Cisne Negro), Socratis Otto (Matrix recargado) y Daniel Sunjata (Sólo por dinero), la historia podría adaptarse muy bien para la televisión con pequeños momentos de tensión y suspenso.
Una historia que contiene suspenso y tensión, el hombre debe enfrentarse una vez más con la naturaleza, todo en medio de un maravilloso paisaje. Resulta ser un drama de acción que entretiene. Desde el comienzo hay que estar atento con el plano donde el único protagonista es la naturaleza y luego nos va introduciendo en la planta industrial, para relatarnos una gran aventura de supervivencia. Éstos son datos que nos ofrece el director norteamericano Carnahan (42), conocido por dirigir películas como “Blood, Guts, Bullets and Octane”, “Narc calles peligrosas”, “La última carta”, “Brigada A”, y es el hermano del guionista Matthew Michael Carnahan. La historia gira en torno a John Ottway (Liam Neeson) quien trabaja en Alaska para una compañía petrolera y protege a los trabajadores de dicha planta de los lobos salvajes, este grupo de trabajadores se dirigían a su casa para descansar y tomarse dos semanas de vacaciones, ellos están agotados, realizan su viaje en avión, pronto se encuentran en una terrible tormenta, escena terribles de turbulencias y se estrellan en la tundra de Alaska, algunos de los pasajeros sobrevivientes y deben encontrar un camino a la civilización. Ellos quedan en la nada, quedando al mismo tiempo en medio de un hermoso paisaje y temperaturas heladas, la cuestión ahora es sobrevivir, no solo por el frio, tienen pocos alimentos, su seguridad es mortal, se encuentran rodeados por lobos hambrientos y existen muchas dificultades para rescatarlos. Deben encontrar pronto un camino a la civilización, pero nada les será fácil ellos se ven obstaculizados por una jauría de lobos misteriosos, acechándolos constantemente, sus aullidos, sus ojos y sus dientes dan miedo y temor, en medio de esa desolación blanca. La narración se apoya en el flashback, esta la tensión, la acción, el suspenso ynumerosos obstáculos a la supervivencia, cuenta con un gran elenco: Liam Neeson (Chloe), Dallas Roberts (Johnny & June - Pasión y locura), Dermot Mulroney (Zodíaco), James Badge Dale (Shame), y Frank Grillo (Minority report: Sentencia previa), entre otros; le da buen efecto la música de Marc Streitenfeld (Gladiador), el montaje (Roger Barton y Jason Hellmann) y la fotografía de Masanobu Takayanagi (Babel), el guión es predecible, hay algún giro sorprendente y algo importante: hay que ver una extensa lista de créditos hacia el final para poder ver la última escena de la película.
Todo comenzó allá por 1999 con American Pie, luego American Pie 2, 2001; American Pie: La Boda, 2003; esta es la cuarta entrega (hay dos más pero con otro elenco) ahora llega “American Pie: El reencuentro” con la presencia de los mismos personajes y los mismos actores, pero todos más maduros. En un principio era divertida y bastante tonta, pero eran otros tiempos, y era tal vez para pasar un grato momento para quienes les guste este tipo de humor, todo comenzaba cuando en el verano de 1999, cuatro jóvenes se encontraban para perder su virginidad. Algo muy similar paso con “Porky's (1982)”que estaba ambientada en 1954, donde un grupo de estudiantes de secundaria de Florida buscan perder su virginidad, y una serie de situaciones divertidas para aquellos años. Aquí todos los protagonistas de la saga han crecido, pasó más de una década, y aquel grupo de estudiantes de East Great Falls eran: Michelle (Alyson Hannigan), Jim Levenstein (Jason Biggs), Heather, Oz (Chris Klein), Kevin (Thomas Ian Nicholas), Vicky (Tara Reid), Finch, Steve Stifler (Seann William Scott). Y como muchos egresados organizan una reunión para reencontrarse y saber que es de la vida de aquellos que por muchos años no se ven, pero esta especialmente se convertirá en la excusa perfecta para volver a las andadas. En la primera secuencia vemos a dos de los protagonistas del pasado, Jim (Jason Biggs) y Michelle (Alyson Hannigan), casados y con un hijo Evan (George Christopher Bianchi) de dos años, notamos rápidamente que su vida sexual no está bien, ellos deciden ir a la casa del señor Levenstein, ahora viudo, juntos recuerdan situaciones del pasado, también muy cerca de Jim se encuentra la tentación con la provocativa vecinita de 18 años, Kara (interpretada por Ali Cobrin). Entre los demás personajes están Kevin (Thomas Ian Nicholas) es arquitecto y con Vicky (Tara Reid), ahora están separados, está el romance disimulado entre Finch (Eddie Kaye Thomas) y la recién llegada Selena (interpretada por la dominicana Dania Ramírez); en cambio Oz (Chris Klein) es el conductor de un programa deportivo y con Heather (Mena Suvari) hay todo un juego mucho más atractivo, no faltan las locuras de Stifler (Seann William Scott), pero no te hace matar de la risa. Toda la trama intenta divertir, las locuras del personaje de Stifler al estilo de Jim Carrey, a través de sus distintos gags, un humor escatológico, el sexo también está de por medio, las nuevas caras lindas de Heather y Vicky (Mena Suvari, Tara Reid), y como subtrama están los diálogos adultos de Jennifer Coolidge, la madre de Stifler, y el papá de Levenstein (Eugene Levy), el guión es muy débil, por momentos aburre porque es más de lo mismo, creo que es solo para sus seguidores, después de los créditos hay yapa, y queda abierta para otra entrega.
Se desarrolla en Paris en 1962, vemos un matrimonio que lleva una vida armoniosa y estable ellos son Jean-Louis Joubert (Fabrice Luchini) quien se dedica a las finanzas, ella Suzanne Joubert (Sandrine Kiberlain) vive sumergida en las actividades sociales, y tienen dos hijos Bertrand Joubert y Olivier Joubert (Camille Gigot y Jean-Charles Deval) pupilos en un colegio. La vida de ellos cambia cuando su empleada domestica decide irse luego de una discusión, pero muy cerca vive un grupo de mucamas españolas que para escapar del franquismo y la pobreza ahora trabajan en Francia, ellas son las mujeres del sexto piso del edificio. Ahora Suzanne no sabe qué hacer con su casa, y contrata a María González (Natalia Verbeke, actriz argentina, de “Apasionados”, “El hijo de la novia”), acaba de llegar de España y sin ninguna experiencia laboral, pero quien la recomienda es su tía Concepción Ramírez (Carmen Maura), una de las mujeres del sexto piso, entre todas esta mujeres existe la solidaridad y se ayudan entre sí. Inesperadamente, Jean-Louise lentamente va dejando de lado su vida burguesa, entablando un vínculo muy especial con María y el resto de las mujeres, irá descubriendo sentimientos y emociones, se va contagiando de esa alegría española, relacionando con todas ellas, conociendo sus problemas, sus historias y sus inconvenientes. Así lentamente su espíritu adormecido recuperará la alegría, dándole otra visión a su vida, un nuevo giro, y llega lo previsible se enamora de María, aunque conoce muy poco de ella en un principio y todo se complicará. Es una comedia muy simpática, sencilla y previsible, aunque está bien contada y actuada, es todo el tema lo de las diferencias sociales, como se van estableciendo las migraciones en diferentes países y según sus épocas, vemos a estas mujeres inmigrantes españolas que buscan una vida mejor y trabajan como amas de casa para las familias ricas de Francia en el mismo edificio, pero con cierta ironía en un piso más arriba.
Se desarrolla en Buenos Aires en el año 2002 oportunidad en la que muchos debieron afrontar una etapa de crisis económica que provocó la quiebra de un importante número de empresas y que sirvió para que otros aprovecharan y realizaran el vaciamiento de otras tantas. Muchos argentinos quedaron sin trabajo y como consecuencia de esto algunos perdieron sus viviendas. En ALURMAR, una fábrica de autopartes, los trabajadores se resisten a perder su único medio de vida, Juan Ralde (Carlos Portaluppi) es uno de esos empleados que tiene más años en dicha empresa, es donde aprendió todo y no sabe hacer otra cosa, además ya no es tan joven como cuando ingresó, hace más de ocho meses que no percibe su salario, solo algo de dinero a cuenta, que no le alcanza para nada, está casado, tiene una hija pequeña de nombre Micaela (Fiorella Indelicato) y su esposa Laura (Aymará Rovera- actriz de “Luna de Avellaneda”) está embarazada, tienen deudas y estas le hacen ver un futuro muy negro. Todos los empleados deben tomar una determinación, no pueden seguir viviendo de promesas y esperar que la empresa realice negocios con los Brasileros (como ellos dicen), Daniel Alanis (Eduardo Cutuli), no les cree nada y es quien discute constantemente, en cambio uno de sus compañeros Osvaldo (Pedro Kochdilian) decide renunciar y no tiene fe de cobrar, prioriza su salud y piensa que esta situación no da para más. Sigue pasando el tiempo y comienza la desesperación, nadie puede sostener mas esta situación. Aquí es cuando Juan, su mejor amigo y compañero, Daniel Alanis (Eduardo Cutuli), y el resto de los empleados comienzan a organizar una cooperativa de trabajo por consejo de un abogado. Dado que la fábrica se encuentra abandonada por sus dueños, deciden montar una de las tantas fábricas recuperadas que se dieron a conocer en aquellos años. El director y guionista realizó una amplia investigación sobre el tema y a través de esos datos trabajó este guión. Los protagonistas Carlos Portaluppi y Cutuli, son excelentes actores y componen muy bien sus personajes, además Díaz Iacoponi los conoce muy bien porque filmaron un cortometraje (“Costo argentino - Historia: Mastering, 2004”); el elenco sabe sobre llevar las situaciones como: Aymará Rovera, Celina Font, Daniel Valenzuela, Manuel Vicente y Soledad Silveyra, pero los giros de algunos personajes son previsibles. El relato provoca cierta nostalgia al recordar esta etapa de nuestro país, las situaciones y los diálogos con la desesperanza de muchos, no tiene golpes bajos, se encuentra bien realizado, la música bien aplicada, pero no logra mantener el ritmo y por momentos decae recurre a algunos cliché, y como conclusión podemos sostener que a pesar de todo el capitalismo sigue vivito y coleando haciendo de las suyas.
El actor y director estadounidense Robert Redford (75) ganador de los premios Óscar y Globo de Oro, nos va introduciendo en el atentado contra Abraham Lincoln (Gerald Bestrom), (12 de febrero de 1809 – 15 de abril de 1865) quien fue el decimosexto Presidente de los Estados Unidos y el primero por el Partido Republicano; vamos conociendo a cada uno de los personajes; a raíz de este asesinato siete hombres y una mujer son detenidos y acusados de conspirar para matar al Presidente, al Vicepresidente y al Secretario de Estado. En este caso la única mujer procesada, Mary Surratt (Robin Wright), de 42 años, es la dueña de la casa de huéspedes donde John Wilkes Booth (Toby Kebbell) y otros se reunieron y planearon los ataques. Estos no son los mejores momentos de Washington que recién se encuentra saliendo de la Guerra Civil, y el abogado Frederick Aiken (James McAvoy), un soldado de la Unión, de veintiocho años de edad, acepta de mala gana defender a Surratt ante un tribunal militar que quiere la horca. En un principio cuenta con la única ayuda de la hija de Mary, Anna (Evan Rachel Wood), pero a medida que va avanzando el juicio y Aiken va investigando sacando sus propias conclusiones, se va dando cuenta de que su cliente puede ser inocente y que se la está utilizando de forma engañosa con el fin de capturar al único conspirador y que a pesar de una intensa persecución logró escaparse que es John Surratt (Johnny Simmons) el hijo de Mary Surratt. Cuenta con una ambientación, vestuario, fotografía y reconstrucción de época impecable, con un buen movimiento de cámara, tiene intriga, suspenso y tensión,el lenguaje es más bien clásico, contiene tal vez algún registro parecido a cierto films de los dirigidos por Clint Eastwood, resulta ser un film sólido y profundamente critico. Contó con un maravilloso elenco: Alexis Bledel, Justin Long, Evan Rachel Wood, Norman Reedus, Stephen Root, Danny Huston, Kevin Kline, Toby Kebbell y Tom Wilkinson.
Historia ambientada en la década del 30 en los emiratos árabes que gira en torno de un príncipe árabe dividido entre la lealtad a su padre conservador y a su moderno y liberal suegro. La historia gira en torno a cómo llegó a Arabia a principios del siglo XX la explotación petrolífera, fiebre inicial por el oro negro. Se encuentran dos sultanes en el campo de batalla, rodeados por los cuerpos de sus combatientes, donde resulta ganador Emir Nesib de Hobeika (interpretado por Antonio Banderas), surgen las condiciones de paz a su rival El sultán Amar, de Salmaah (Mark Strong) ellos realizan un acuerdo sobre la propiedad de este perímetro, que sería la franja amarilla llamada la "tierra de nadie". Según las costumbres del lugar, el rey de Hobeika es quien se lleva a los hijos de Amar, luego de este perder la guerra, ellos son Saleeh (Akin Gazi) y Auda (Tahar Rahim), es la forma de garantizar el tratado. Pasan algunos años y el hijo mayor del sultán se convierte en un guerrero ávido de escapar del reino de Nesib para volver a la tierra de su padre, en cambio su hermano Auda, el más joven, pasa la mayor parte de su tiempo en la biblioteca, sólo está interesado en los libros y la búsqueda del conocimiento. Pero a la zona no tarda en llegar el capitalismo, con Thurkettle (Corey Johnson), quien descubre en Nesib en esa franja amarilla oro negro, el más preciado “el petróleo”, (esta sería la traducción del film “oro negro”). Llegan los tiempos de negociar para ello se debe arreglar el matrimonio entre uno de los hijos de Amar el Príncipe Auda (Tahar Rahim) y la bella hija de Nessib la Princesa Leyla (Freida Pinto), pero todo no termina ahí, ahora el Príncipe Auda debe encontrarse con El sultán Amar (su padre)y cuando se produzca dicho encuentro surgirán una seria de conflictos inesperados para Emir Nesib. El film tiene un romance apasionado (que queda a mitad de camino), aventura y acción, un líder inesperado, traiciones familiares, muchos extras, la escenografía y el vestuario están bien, el film tiene mucho del cineasta Jean-Jacques Annaud (Siete años en el Tibet, La guerra del fuego, El amante, El nombre de la rosa, entre otros), pero su narración queda a mitad de camino. Los diálogos no son atractivos y no llega a sostenerse, resulta larga y un tanto aburrida, con actuaciones deslucidas, un Banderas que no convence en absoluto (parece sacado de una publicidad), y muchos nostálgicos recordarán la obra maestra de la película, “Lawrence de Arabia” (1962) protagonizada por Peter O'Toole y Anthony Quinn.
Uno de los cuentos más queridos de todos los tiempos, decenas de adaptaciones al cine y ahora cobra vida en “Espejito Espejito”, un relato divertido del clásico cuento de hadas, protagonizado por Lily Collins, como Blancanieves, y la ganadora del Oscar Julia Roberts como la malvada Reina y Armie Hammer, como el Príncipe. Esta historia se encuentra dirigida por el director indio Tarsem Singh (Inmortales, La celda), en esta ocasión quien comienza relatando el cuento es la malvada Reina (Julia Roberts), esta vanidosa mujer quiere ser la más bella de todo el territorio, pero vive con su hijastra la hermosa Blancanieves (Lily Collins, hija del cantante Phil Collins), acaba de cumplir 18 años de edad, la mantiene escondida en el palacio para no atrae la atención de nadie. Pero todo se complica cuando Blancanieves atrae la atención de un príncipe azul y rico, es cuando La Reina celosa, envía a matar a la joven, asi deshacerse, como ya lo hizo con el Rey, después de esto esta despiadada mujer puede controlar todo el reino. Cuando la joven Blancanieves se encuentra sola en ese horrible y temeroso bosque, es encontrada por un grupo de enanos de buen corazón, ellos son: Napoleón (Jordan Prentice), Half Pint (Mark Povinelli), Grub (Joe Gnoffo), Grimm (Danny Woodburn), Wolf (Sebastián Saraceno), Butcher (Martin Klebba) y Butcher (Ronald Lee Clark), estos en algunas ocasiones se camuflan de gigantes para robarles a los ricos una especie de Robin Hood. Ahora con el apoyo de sus nuevos amigos y el entrenamiento que estos le ofrecen, pone todo en marcha para reclamar sus derechos, recuperar el amor del Príncipe Alcott, este se encuentra bajo el hechizo de La Reina y rescatar al pueblo de la miseria. Es una buena idea, con una buena animación en el comienzo, sale únicamente con copias dobladas, en el relato Lily Collins haciendo de Blancanieves resulta insulsa al igual que Armie Hammer, como el Príncipe, el ritmo es algo lento los primeros 30 minutos, luego va levantando, no encuentra demasiado trabajado el guión: Melisa Wallack y Jason keller, inspirado en el relato de los hermanos Grimm y hay que ver los créditos ya que contienen un gran show musical. La película tiene muchos efectos especiales, un bellísimo vestuario, una gran coreografía en las luchas, mucho humor, como los personajes que nos ofrecen Nathan Lane como Brighton, el personaje del Príncipe, La Reina cuando para un tratamiento de belleza le ponen en su cara excremento de aves y otras cosas, se atreven a algunas burlas, hasta intentar ponerse un apretado corsé, para de esta manera ponerle todo el brillo y la fantasía, y contar con la imaginación del público.
La trama gira en torno a lo que le sucede a una pareja de músicos enamorados Martín (Diego Torres) y Sol (Julieta Zylberberg), ellos se encuentran en quiebra, a duras penas llegan a pagar el alquiler de su departamento, él tiene el piano embargado y ella justo queda embarazada, pero esto él aun no lo sabe, para subsistir realizan shows en distintos hoteles para turistas, lugares donde surgen algunas situaciones cómicas, el borracho que nunca falta, y aquí hay una escena muy similar al film “Los Fabulosos Baker Boys (1989)” protagonizada por Jeff Bridges y Michelle Pfeiffer. Como suele pasar en los edificios, viven diferentes personajes, las paredes a veces parecen tan finas que se escucha todo, aquí los hechos que suceden es como en aquellas comedias de la década del 50; ellos escuchan ruidos extraños en el piso de arriba, donde vive su vecino Emilio y todo los va llevando a sospechar de que alguien fue asesinado y una serie de situaciones los dejará convencidos de tal situación. De esta forma los dos protagonistas se convertirán en extravagantes investigadores y se irán metiendo en toda clase de enredos y equívocos; comienza a salir la comedia salpicada con momentos de intriga y sospechas entrando en la humorada, el policial y el suspenso. En el relato se van incorporando personajes como el portero, el político (Ludovico Di Santo), la tierna anciana de la puerta de al lado y una seductora vecina, todos están bajo sospecha; pero después están los otros protagonistas los padres de él (Daniel Ravinovich y Betiana Blum), quienes no tienen una gran participación; un productor musical (Fabián Vena) que los puede sacar del pozo y la ex novia de Martín que solo crea conflictos. La historia se apoya bastante en sus protagonistas que son torpes detectives, van mezclando comedia, thriller y romance, una forma de homenajear a la comedia llevándolo al policial negro, hacen referencias a algunos films de Woody Allen “Un misterioso asesinato en Manhattan, 1993” y de Hitchcock; también se atreven a poner un guiño visual que alude a la figura de la madre del protagonista a Lolita Torres. El film es ameno y un buen pasatiempo que habla de las apariencias, los engaños, la ingenuidad y de los sueños, la pareja protagonista: Diego Torres y Julieta Zylberberg logran transmitir su gracia y hacen buena química, aquí Torres escribe y canta la única canción de la película, llamada "Nuevo día”; unos de los problemas es que quizás es previsible y los actores secundarios estan poco aprovechados.
Es una historia bien intimista sobre los días de tres hermanas :Teresa (Eugenia Guerty), Amanda (Vanesa Weinberg) y Ema (Nora Zinski), que se reencuentran en la casa de su infancia después de la muerte de su madre y deben decidir el destino de la propiedad a la que ellas llamaban "la quinta", Una de las hermanas vive en Europa y está a punto de volverse, otra tiene problemas económicos; la menor, tiene otras preocupaciones; en un momento sucede algo inesperado, accidentalmente quedan encerradas en esa casa, es cuando la directora comienza a darle forma a la narración y va marcando los encuentros, desencuentros y la personalidades de tres seres diferentes a los que solo los une la sangre o el vinculo. Todo se va desarrollando dentro de la casa como asi también en otros lugares como el jardín con pileta, y niños que viven lindante a la casa, los cuales se divierten haciendo travesuras; y se van intercalando con distintas situaciones que van reflotar del pasado, aparecen los recuerdos, la madre hoy ausente, los miedos, los reproches y salen a la luz los secretos que guardan cada una de ellas. En medio de tanto encierro los personajes pueden transferir al espectador esa sensación de claustrofobia, esta la tensión constante, se van creando distintos climas, jugando con el absurdo, la comedia y al mismo tiempo el drama, todo el film se encuentra en blanco y negro, tiene algo de Chejov, tiene algo del “El juego de la silla”, de Ana Katz, su narración tiende a ser muy teatral, le falta ritmo, a pesar que se encuentra interpretada por buenas actrices, por momentos la propuesta se diluye, le falta fuerza para conmover a la platea, no llega a inquietar demasiado y termina siendo un film fallido.