Una historia cruda en la que la protagonista es una agente policial de nombre Erin Bell (Nicole Kidman), que arrastra un penoso pasado. Su aspecto es de fastidio, abatida, antipático, desalineada, madre de una adolescente rebelde Shelby (Jade Pettyjohn), quien le reprocha sus desatenciones por estar abocada a su trabajo y ambas no logran comprenderse. Nicole Kidman interpreta a una mujer vencida, llena de culpas, con una vida tormentosa y con algunas heridas, para su personaje logra una interesante transformación física usando una peluca, su rostro bajo una capa de maquillaje y la acompaña un buen elenco secundario integrado entre otros por: Scoot McNairy, Bradley Whitford, Sebastian Stan, Toby Kebbell y Tatiana Maslany. La construcción de la trama va y viene todo el tiempo a través del flashback para que el espectador entre y salga todo el tiempo, pero está un poco sobrecargada y con algunos saltos temporales, escenas que se alargan, sin sorpresas, aunque tiene una duración de dos horas pareciera que dura mucho más y no se ve nada distinto de lo que hayamos visto en un thriller policial.
La película desde el comienzo tiene una interesante fuerza narrativa, David Dunn (Bruce Willis) busca incansablemente a Kevin Crumb (James McAvoy, el protagonista de “Fragmentado”- 2016), quien secuestró a cuatro adolescentes animadoras. David (tiene un poder sobrenatural cuando toca a una persona logra conocer su pasado), se choca con Kevin y de esta manera logra liberar a las jóvenes ante una increíble lucha. Ante tal situación ambos son encerrados en un psiquiátrico de máxima seguridad; allí se encuentra la Dra. Staple (Sarah Paulson, “Carol”) quien los unirá al proyecto Elijah Price o Don Cristal (Samuel L. Jackson) quien tiene los huesos frágiles como el cristal y es muy inteligente. Todos ellos tienen sus temores, secretos, se conocieron el pasado y en la actualidad. Con este film se cierra la trilogía de superhéroes (“El protegido, 2000”, “Fragmentado, 2016” y ahora “Glass”), con un buen elenco, incluyendo otros personajes secundarios que son clave: el hijo de David, Joseph Dunn (Spencer Treat Clark), la madre de Elijah (Charlayne Woodard) y Casey Cooke (Anya Taylor-Joy, “Fragmentado”), quien fue víctima de Kevin. Dentro de los personajes principales esta sensacional Bruce Willis, Samuel L. Jackson muy interesante y sobresaliente el personaje que construye y James McAvoy que compone 24 personalidades, con cambios de voz, su postura, su actitud, todo lo físico, en un mismo plano hace varios personajes, es excelente, merece un Premio. El film por momentos es algo lenta, con escenas que se alargan un poco y le sobran unos 15 minutos, pero a pesar de esto resulta ser solvente con buenos giros en el guión, toques de terror psicológico, una llamativa paleta de colores, con momentos muy épicos, con buenos movimientos de cámara, con primerísimos primeros plano y planos cortos bien aprovechados en su desarrollo, visualmente potente y donde se le hace un gran homenaje al comic.
Todo comienza con el reencuentro entre Ariel Bloch ( Shai Avivi ) y su ex novia Ronit Hilou (Assi Levy ) quienes hace veinte años que se separaron . Ronit le cuenta que tuvieron un hijo llamado Adam que falleció hace algunas semanas en un accidente automovilístico. A raíz de esta triste noticia Ariel comienza a reconstruir los 19 años de vida de un hijo que no pudo disfrutar (aunque él nunca quiso ser padre por ciertos traumas de su pasado), conoce a su amigo Miki (Ori Laizerouvich) que viene a pedirle dinero, a su profesora Yael (Neta Riskin), de quien estaba enamorado pero ella marcó las diferencias, el director de dicha escuela y una novia que ahora tiene quince años pero estuvieron juntos durante tres años, entre otros personas. Ariel vive momentos intensos, conoce a distintos personajes, que le cuentan hechos penosos, duros y otros agradables y tiernos. Todo se transforma en una historia tierna, conmovedora, delicada, sombría y poética, con ese padre al que lo invade la nostalgia, que intenta sentir a su hijo a través de distintas situaciones hasta ese encuentro en el cementerio con otro padre que ante otras circunstancias también ha perdido a su hija y juntos intentan darle a estos jóvenes una mejor vida después de la muerte según una ritual oriental, porque a pesar de todo se le puede sonreír a la muerte.
El actor, comediante y artista francés Franck Dubosc dirige su primera película y es el realizador, guionista y protagonista. Trabaja junto a la actriz francesa Alexandra Lamy quien fue nominada a los premios Globos de Cristal como mejor actriz por este film. Vemos los momentos que vive un donjuán, exitoso en los negocios que aprovechando una confusión se hace pasar por discapacitado para conquistar a una mujer. Es una historia sencilla, simpática, divertida, llena de enredos, con un ritmo dinámico, algunos elementos dramáticos y un humor ácido. Te interpela acerca de: ¿que sos capaz de hacer por amor?, además cuenta un elenco secundario conformado por Elsa Zylberstein y Gérard Darmon que logran una muy buena interpretación. Si bien es previsible, tiene algunos clichés y resulta un buen pasatiempo.
Vemos a Rocky Balboa (Stallone, Aquí es además co-guionista. Es sólido y entrañable) enfrentándose nuevamente a Ivan Drago (Dolph Lundgren, "Rocky IV", 1985. En su interpretación logra lucirse) a través de sus boxeadores: Adonis Creed (Michael B. Jordan) y Viktor Drago (Florian Munteanu), ellos vivieron momentos desdichados, Apollo Creed (Carl Weathers), padre de Adonis, falleció en una pelea contra Ivan, quien a su vez perdió en otro enfrentamiento con Rocky Balboa. Ahora Creed es campeón mundial, tiene una vida tranquila, está muy enamorado de Bianca (Tessa Thompson, "Creed: La leyenda de Rocky”), pero todo se complica cuando es retado por Drago Jr a defender su título. Si bien la película no aporta nada nuevo, es predecible pero está bien construida desde las relaciones familiares, los afectos, los sentimientos, los valores, hay buenos matices, buenos mensajes, secuencias de entrenamientos y un buen desarrollo de los personajes, que además algunos son un gancho para los espectadores. Buenos planos y plano secuencia, cuenta con una buena puesta de escena, los combates visualmente están increíbles, llenos de adrenalina, tensión, emoción, tiene buenos guiños y está bien elegida la banda sonora, por lo tanto resulta entretenida y le da a los espectadores todo lo que esperan dentro del mundo de Rocky. Podría llegar su tercera parte en Noviembre de 2021.
Nos encontramos con la adaptación de las novelas de Philip Reeve y de la mano de Christian Rivers llega esta última entrega producida y co guionada por Peter Jackson. Podemos destacar: los efectos visuales, un gran despliegue, las increíbles maquinas gigantescas, armamentos y robots, buen diseño de arte, hay alguna pincelada de humor, un elenco destacado y mundo utópicos post-apocalípticos. Tiene algunos toques a Terminator y Star Wars, entre otras. Pero narrativamente es floja al igual que el montaje, los flashbacks no aportan, hay personajes que no tienen mucho sentido, otros aparecen apenas unos minutos, como por ejemplo: Katherine Valentine (Leila George) la hija del villano Thaddeus Valentine (Hugo Weaving, correcto), posee momentos absurdos, aburridos y repetitivos que agotan y entretienen en pocas ocasiones.
La trama gira en torno a un adolescente llamado Miles Morales (Voz original de Shameik Moore) quien gana una beca y debe estudiar en un colegio privado, su padre lo presiona y él comienza a sentirse más cómodo con su tío Aaron (Voz original de Mahershala Ali, “Luz de luna”) que lo ama, además por ciertas características del personaje de Morales los espectadores empatizaran rápidamente, porque tiene grandes valores. Un día sale a pintar un grafitti junto a su tío en el subterráneo, pero Miles es picado por una araña radioactiva que justo se había escapado de un laboratorio que está a cargo del millonario Wilson Fisk, alias Kingpin (Liev Schreiber), obviamente este será el villano de turno, aunque con el correr de la cinta irán apareciendo otros. A partir de ese momento Miles descubre que tiene poderes arácnidos y además ira encontrando otros como él. Cuenta con una buena animación clásica que la mezcla con la animación de historietas aportando una interesante paleta de colores, imágenes oníricas y colores hipnóticos. Es visualmente sólida, haciéndolo muy atractivo, con imagines de la ciudad en diferentes panoramas y ángulos, la banda sonora es muy buena, incluye canciones pop y los infaltables toques cómicos, es muy dinámica, hay un destacado homenaje a los films de Sam Raimi, a los cómics, es creativa, dejando varios mensajes y enseñanzas. Posee una gran dirección de arte y es muy creativa, aunque es algo reiterativa y algunas escenas se estiran un poco. Hay que estar atentos porque nos encontraremos con algunas sorpresas y cameos. Dentro de los créditos finales hay escenas extras. Este film recientemente fue ganador del Globo de Oro a la Mejor Película Animada y tiene las mismas aspiraciones para el Oscar.
Un film de gran actualidad sobre la violencia, la discriminación, la desigualdad, las clases sociales, rodado por la cineasta brasileña Lúcia Murat que sabe lo que está contando porque ella participó en los movimientos estudiantiles y guerrilleros contra la dictadura militar en Brasil en los años 1960-1970. Fue encarcelada y torturada por agentes militares; esa experiencia ejerció una fuerte influencia en su trabajo. Nos encontramos frente a un thriller duro y oscuro, que muestra psicoanálisis frente a las inquietudes y los trastornos de una paciente, sobre la violencia, gran parte de esto se desarrolla en una sala, allí están por un lado, Camila (Joana de Verona) una joven psicóloga que estudió sobre la violencia en el país y Gloria (Grace Pass, estupenda interpretación) que sufre la indiferencia de la sociedad y de un duro pasado. Esta ascensorista se encuentra encerrada en su pasado y su presente, casi similar como su ámbito laborar, ese lugar asfixiante, la violencia, la soledad, la tristeza, los prejuicios, la invaden y sufre cuando visita a su hermano Jonas (Alex Brasil) en la cárcel, y también está la relación con Samuel (Dígale Ribeiro), un vecino y enamorado.
Resulta una cinta sencilla, una historia clásica, dirigida por Peter Segal (“Cincuenta primeras citas”), narra los momentos que vive una trabajadora de un negocio, habla de las segundas oportunidades, de una mujer a los cuarenta años que sin tener una carrera es conocedora del mercado y puede llegar al éxito, solo es cuestión de actitud. Su desarrollo en un principio resulta bastante acertado y un buen pasatiempo, pero con el pasar de los minutos se vuelve predecible, sin sorpresas, poco creíble y por momentos absurda. Quien tiene mucho carisma para la comedia es Jenifer López, intenta sobrellevarla, otra es la actriz Vanessa Hudgens tiene gancho y juntas tienen muy buena química.
Por lo general tener como director y protagonista a Clint Eastwood, con sus 88 años, es todo un disfrute. esta trama se encuentra inspirada en los hechos reales y su personaje es Leonard Sharp, pero acá su nombre es Earl Stone, comienza en 2005, este tiene sus bienes hipotecados, está viviendo una penosa situación económica a su avanzada edad, veterano de guerra, su vida da un vuelco cuando le ofrecen un trabajo, transportar unos paquetes, y día tras día se convierte, en un traficante de drogas para un cártel mexicano, conoce muy bien la ruta, por su avanzada edad no resulta sospechoso y nadie desconfía de este viejo indefenso. Earl Stone es un ser complicado con su familia, a través del flashback se va conociendo su pasado (sus problemas con su ex esposa, su hija y nieta), sus errores y sus características, goza de cierto carisma con algunas personas y especialmente con las mujeres es un conquistador. En esta road movie el protagonista se va cruzando con distintos personajes, entre el grupo de los traficantes comienza a ser respetado, hasta el jefe Laton (Andy García, un actor de carácter que sabe muy bien construir personajes) desea conocerlo, otros intérpretes están correctos: Ignacio Serricchio, Michael Peña, como agente de DEA Bradley Cooper, Alison Eastwood es su hija en la vida real y en esta ficción, entre otros. Resulta ser una cinta interesante, está bien contada, muestra los problemas sociales, políticos, toca temas relacionados con la inmigración, racismo, vejez, culpa, dolor, soledad, familia y arrepentimiento. El espectador está pendiente de su desenlace, entretiene, emociona y tiene buenos toques de humor, sublime el momento entre Eastwood y Bradley Cooper, como así también Andy García, para reflexionar y se destaca el trabajo de fotografía de Yves Bélanger (Brooklyn).