En esta secuela regresa a la aventura y la diversión, con los mismos personajes y nuevos, con el mismo hilo conductor. En esta ocasión Ralph (John C. Reilly) y Vanellope (Sarah Silverman) ingresan al mundo de Internet para conseguir un nuevo volante para Sugar Rush porque, si no lo consiguen, Litwak queda fuera de juego y Vanellope pierde su casa. El espectador debe prestar atención a cada secuencia, logra llamar la atención, para reflexionar sobre: el compañerismo, el respeto, el bulling y la pertenencia. Contiene algunas metáforas, referencia a otras películas y de esta manera resulta más atractiva para los adultos, buena paleta de colores, hay humor negro y está bien construida. Dentro de los créditos finales tenes dos escenas extras.
En esta ocasión los personajes secundarios que no logran destacarse, son: Memo (Jorge Lendeborg, “Spider-Man: Homecoming”), que está enamorado de Charlie (la protagonista que es el centro de la historia, junto a B-127, es una actriz y cantante estadounidense, Hailee Steinfeld) y quien debe guardar el secreto, el Agente Burns (John Cena) y el Dr. Powell (John Ortiz), dejan entrar al enemigo de manera accidental. Están Otis el hermano menor de Charlie, Sally la madre y Ron (Stephen Schneider) el padrastro, que no aportan mucha a la historia. Una trama sencilla, ambientada en los 80, con una bella fotografía, visualmente es atractiva, llena de efectos especiales, tiene momentos épicos, espíritu de aventuras, llenos de acción, con varios momentos para la nostalgia, bien de los ochenta, tiene un toque más familiar y varios mensajes. En la producción ejecutiva está Steven Spielberg que es toda una garantía.
Narra los momentos que vive Marita (María Laura Aleman, logra una buena interpretación) transexual, madre, abuela y escribana que vive en un pueblo (infierno grande) y que por esta decisión de cambiar su sexo, ya nadie quiere atenderse con ella. Para colmo Mercedes (Esther Goris, en una correcta actuación), su ex esposa, quiere vender su parte de la escribanía para desvincularse de Marita, se siente incómoda con esa relación con una trans, hasta la acompañó a operarse, pero está llena de dolor y heridas que no cicatrizan. El dolor de Marita no termina aquí, su hija (Belén Blanco) acepta su condición, pero esta le cuenta que en el colegio hicieron un pedido que no retire más a los niños, además el marido termina alejándose por esta razón. Marita sufre el rechazo y la incomprensión de todos los que viven a su alrededor, pero ante la adversidad es una mujer muy valiente que lleva todo el peso de su pasado. Por otra parte vemos a Sensei (Chang Hung Cheng) que al igual que Marita es una persona incomprendida por su origen, es un ser solitario, trabaja en un supermercado, solo tiene una clienta a quien le hace masajes en sus horas libres y le saca fotos a esta prostituta. El film es interesante por su planteo, con varios planos secuencias con diálogos agiles e inteligentes, con toques de documental detallando estadísticas sobre la discriminación, los inmigrantes, entre otros temas, varias secuencias que están filmadas con cámara en mano que le da otro toque, se encuentra dividida en episodios, pero por momentos no logra convencer del todo.
Vuelven a trabajar juntos Daniel Auteuil y Gérard Depardieu, en una comedia de enredos con toques teatrales, acompañados por la sensual y bella Adriana Ugarte cuyo personaje hace fantasear al personaje que compone Auteuil aunque es la novia del otro protagonista, Gérard Depardieu y despierta los celos de la esposa de Daniel (Auteuil), interpretada por la estupenda actriz y cantante francesa Sandrine Kiberlain. Su trama es ligera, al espectador no le produce demasiadas risas espontaneas, es reiterativa, entretiene por momentos, posee una buena fotografía, un guión flojo y poco efectivo y un final débil. Daniel Auteuil es un actor francés muy reconocido y esta es la cuarta película que dirige en cine.
Este film llega de la mano del cineasta iraní Jafar Panahi cuyas películas han recibido numerosos premios entre los que se destacan el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia y el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. Aquí muestra las tres caras de esas mujeres que se escapan de la tradición. El primer disparador es una historia fuerte, una adolescente filma a través de su celular las causas de su desaparición, cuando llega este vídeo de Marziyeh, a las manos de Behnaz Jafari, popular actriz de televisión que se interpreta a sí misma (esta es otra de esas caras) y en esa dolorosa investigación la acompaña el mismo Jafar Panahi, juntos recorren los pueblos del nordeste buscando un señal. La tercera cara es la de otra a actriz y su retiro. En este road movie nos encontramos con distintos personajes e historias, entrelazados con temas sociales, culturales y políticos, por ejemplo una mujer guardando su tumba que es el lugar donde va a pasar la eternidad, las caras de una realidad, los conflictos de las mujeres y la aridez del paisaje, todo acompañado por buenos diálogos y se complementa con algunas metáforas y símbolos acompañados por unas pinceladas de humor.
En junio de 2016 se estrenó en nuestro país la película Noruega "Bølgen" que acá se titulo "La última ola" dirigida por Roar Uthaug, ahora llega “Terremoto” (“Skjelvet”), secuela de aquella. La trama es la misma y los mismos protagonistas un geólogo Kristian Eikjord (Kristoffer Joner, "Misión Imposible 6: Fallout"), vive en Geiranger, se entera que un colega muere en un túnel subfluvial, cree saber que está sucediendo, ahora en Oslo investiga y es el lugar donde va a ocurrir la catástrofe. Su compañero y amigo dejo datos, la hija de este, Marit Lindblom (Kathrine Thorborg Johansen), lo ayuda a Kristian Eikjord a encontrar la verdad, juntos tienen que salvar a millones de personas, a pesar que él viene de vivir un pasado tormentoso, por ese motivo se encuentra distanciado de su esposa Idun Karlsen (Ane Dahl Torp), de su hijo adolescente Sondre Eikjord (Jonas Hoff Oftebro) y de su hija pequeña Julia Eikjord (Edith Haagenrud-Sande). Lo que sigue ya se percibe, edificios destruidos, todo lleno de escombros, horror, gritos, muertes, heridos, tensión, repletos de clichés y bien apocalíptico. Su director es el noruego John Andreas Andersen, fotógrafo de cine, quien además trabajo en la dirección de algunos episodios de la serie "Occupied".
Inspirada en hechos reales, sucedió en el 2005. Tres jóvenes adolescentes Avi (Michelle Mella), Estefany (Javiera Orellana) y Cindy (Dominique Silva), esta última está embarazada, ellas tienen carencias, afectivas y económicas, juntas roban revistas y dulces, entre otras cosas, pero un día deciden ingresar a distintos departamentos y robar todo lo que este a su alcance, además disfrutan del lugar, pero en cada intento arriesgan sus vidas saltando de balcón en balcón. Dirigida por Guillermo Helo, “Niñas Araña” muestra la vida de estas adolescentes que no escapan de la realidad actual, un grupo de personas que viven en terrenos tomados y otras en modernos e importantes edificios, las diferencias económicas están bien marcadas. Contiene un ritmo ágil, adrenalina y tensión. Tiene una mirada crítica al consumo y por ende al capitalismo desmedido, pasando por las diferencias sociales entre ricos y pobres, los seres marginados y cómo actúan los medios de comunicación. Además ellas a través del delito lo que hacen es sacarles a esas familias desconocidas, un poco de felicidad, usándole sus cosas, invadirlas e incomodarlas quitándoles un poco de su bienestar. Una vez más este tipo de película deberían ser subtituladas, algunos modismos chilenos no se comprenden, con parlamentos que no se entienden, las actuaciones resultan desparejas y algunas situaciones un tanto superficiales.
El protagonista es Marcelo Vergara (Jorge Sesán), poco sociable, esta de novio con Natalia y es locutor, un día pierde ambas cosas y comienza a transitar la crisis de los cuarenta. Lo que vemos aquí son los momentos críticos que pasa un hombre, en lo afectivo, laboral, social y el deseo de ser padre. En esta oportunidad desde los puntos citados se habla del hombre y no de una mujer y la mirada esta puesta en Marcelo Vergara (Jorge Sesan, “Pizza, birra, faso”). Cuenta con un humor ácido, una buena paleta de colores y está bien musicalizada. Otros de los personajes son: Laura (Maria Celia Ferreto), Juan Pablo (Lautaro Borghi) Daniel (Adrian Garavano), entre otros.
Un documental bien narrado, digno de ver una interesante investigación de quienes luchan por su tierra, se rescataron buenos testimonios, crudos, desgarradores y de un contenido fuerte, cuenta con buena fotografía, buen ritmo, producción y dirección impecable. Su desarrollo es profundo, para reflexionar y debería proyectarse en las escuelas. Este film se encuentra rodado en las localidades de: Formosa, Salta, Chaco, Santiago del Estero, Buenos Aires, Bolivia y Paraguay, y hablada en: Qom, Wichí, Pilagá y Castellano.
En 1998 llego la primera entrega y luego se transformó en una saga. Esta es remake con nuevos actores y director, este último es protagonista, se mezcla la comedia y la acción, con un ritmo acelerado nos encontramos con un desarrollo lleno de persecuciones, explosiones, torpezas, carrera de autos increíbles, un humor escatológico, algunos chistes pocos efectivos, diálogos fuertes (para adultos) pero tontos, chabacana, vulgar y bien musicalizada. Su final nos deja la pauta que podemos tener una sexta entrega. No le busques mucha profundidad es una historia básica, un guión bastante flojo, entretenida por momentos, pensada para nuevas generaciones.