Gran parte de su desarrollo es en un parque de diversiones dedicado al terror, de ahí el título de la película. En un paseo por distintos laberintos y casas del terror, un grupo de jóvenes que solo buscan diversión, son perseguidos por un asesino enmascarado (al estilo Michael Myers de Halloween) que va tomando sus víctimas en este lugar y los visitantes creen que es parte del show. Se irán descubriendo ciertos enigmas dado que todo se encuentra referenciado bajo una idea simple, poco original, predecible y algo repetitiva, las actuaciones resultan correctas, por momentos mantiene cierta angustia y dramatismo, todo acompañado por una buena fotografía (José David Montero), es visualmente atractiva, técnicamente resulta interesante y entretenida para los fanáticos del género.
Su narración se presenta a través de la voz en off del director y se va mezclando un valioso material de archivo, imágenes de los lugares donde sucedieron los hechos, interesantes entrevistas y quienes fueron protagonistas. El país vivió momentos de tensión, donde podría encontrarse en peligro la democracia y de forma muy didáctica se va haciendo un recorrido a través de imágenes de archivo y testimonios, entrevistados y una tensa charla con Rico, también tenemos unas pinceladas de humor. Es un documental que tiene un gran valor desde lo histórico, llega de la mano del crítico, ensayista, guionista, documentalista y ex director artístico del BAFICI Sergio Wolf (codirector con Lorena Muñoz de “Yo no sé qué me han hecho tus ojos” y realizador de “Viviré con tu recuerdo”) resulta muy didáctico, logrando mantenernos viva la memoria, y aquellos que no lo vivieron por distintos motivos conocer algo de nuestra historia.
Se encuentra basada en hechos reales, Spike Lee (“Malcolm X”), filma como los dioses. Nos encontramos con las fuertes declaraciones del Dr. Kenneth Beauregard (Alec Baldwin) en un violento primer plano. El espectador rápidamente se va metiendo en la historia: el Detective afroamericano en el Departamento de Policía de Colorado Springs Ron Stallworth (John David Washington, el hijo de Denzel) logró infiltrarse en “la Organización” con el fin de investigar al Ku Klux Klan y contará con la ayuda del detective judío Flip Zimmerman (el KKK también odia a los judíos porque “mataron a Cristo”) interpretado por Adam Driver, (“Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi”), este una vez allí deberá averiguar todo, asistiendo a las distintas reuniones. Es increíble ver cómo se maneja esta organización, las influencias que tienen con el poder político y económico. Está presente la hipocresía y el odio, tiene toques de sátira, se encuentra muy bien narrado, con momentos de suspenso, tensión, acción e intriga, una banda sonora apropiada, con varios mensajes entre ellos está el racismo de los años 70 y las situaciones que se suceden en pleno siglo XXI, incluyendo imágenes del actual presidente de Estados Unidos (Donald Trump), un film de denuncias, para pensar y analizar.
Este film se encuentra basado en el libro “Amando a Pablo, odiando a Escobar”, escrito por la periodista colombiana Virginia Vallejo. Allí cuenta la relación amorosa que mantuvo con el líder del famoso Cartel de Medellín en la década de los 80. En la dirección y como coguionista se encuentra el realizador español Fernando León de Aranoa (“Los lunes al sol”, “Familia”) y Javier Bardem cumple como protagonista y productor. Su trama va mostrando solo una parte de la vida de Pablo Emilio Escobar Gaviria (1949-1993) de cómo se va entrelazando Colombia y Estados Unidos con el tráfico de drogas. Todo comienza mientras va viajando en un avión a Estados Unidos la presentadora colombiana Virginia Vallejo (Penélope Cruz, está muy simpática, entrañable, es una gran actriz se entiende muy bien con quien es su esposo Bardem. Esta correcta), junto a miembros de la DEA que la acompañan. Luego el film da un salto temporal hacia atrás para encontrarnos en la casa de Pablo Escobar (Javier Bardem, muy bien caracterizado está muy parecido a Escobar y hasta engordó. Es excelente digno de varios Premios), cuando aun no era jefe del cartel de Medellín, casado con Maria Victoria Henao (Julieth Restrepo) y a través de los cuales vamos viendo sus actividades. Se encuentra muy bien narrada parte de la vida de Escobar Gaviria, su vinculación con el narcotráfico, los negocios, la política, la corrupción y la mafia. Es obvio que evita los momentos más oscuros y por supuesto se encuentra más centrada en el romance. Dentro de los rubros técnicos resultan maravillosos: la fotografía de Álex Catalán, el diseño de producción de Alain Bainée (“Blancanieves”), el diseño de vestuario de Loles García Galeán (“Palmeras en la nieve”), el maquillaje obra maestra de Ana Lozano (“Volver”), la banda sonora por Federico Jusid (“Neruda”, “El secreto de sus ojos”) y la dirección correcta. Los desaciertos los colombianos que hablan en inglés con acento colombiano, la voz en off de Cruz y la actuación desaprovechada de Peter Sarsgaard (“Enseñanza de vida”, “Kinsey, el científico del sexo”).
Todo comienza de manera espectacular e impresionante debido a los efectos especiales, con el Escape de Grindelwald (Depp nuevamente en una atrapante interpretación, es un creador de personajes, a la vez es carismático y tiene un magnetismo especial con la cámara), este gran villano que se traslada a una París ambientada en los años 20, luego la acción va y viene por otras locaciones como: New York, Londres, Austria y Francia. En esta epopeya todo gira en torno a sus buenos personajes que van generando intriga, tensión y las luchas, con: Albus Dumbledore, quien regresa, él es Jude Law (tiene mucha presencia y se luce), Leta Lestrange (Zoë Kravitz), enigmática y misteriosa, Jacob Kowalski (Dan Fogler), Tina Goldstein (Katherine Waterston), Credence Barebone (Ezra Miller), Queenie Goldstein (Alison Sudol) y Theseus Scamander (Callum Turner), además siguen acompañando al protagonista las criaturas fantásticas. Se encuentra llena de personajes queribles y enmarcado dentro de una banda sonora, fotografía y una paleta de colores estupenda, se mantiene la magia y la fantasía, por momentos te conectas con la trama y en otros eso no se logra, porque su ritmo es algo irregular, las primeras secuencias son rápidas, luego cae la intensidad y nos encontramos ante momentos aburridos con un ritmo lento, y escenas demasiado largas con demasiados efectos, eso no siempre rinde. Esta es una de esas películas pensadas para los fans y con final abierto; nos resta esperar “Animales fantásticos 3” en el 2020, podría aparecer como niño el personaje de Hogwarts Rubeus Hagrid y de las ciudades elegidas podría ser Rio de Janeiro. Sigue “Animales fantásticos 4” en el 2022 y “Animales fantásticos 5” en el 2024, siempre bajo la dirección de David Yates (“Harry Potter 5 y 6, 7 Parte 1 y 2”).
El film está construido entre la historia (unitarios, federales y la guerra de la Triple alianza), la leyenda y algunos elementos de la ficción; contiene un interesante desarrollo desde lo visual, bajo interesantes locaciones y acordes musicales apropiados a partir de los cuales se van relatando los distintos acontecimientos a través de la voz en off, también se utiliza el flashback y una buena paleta de colores. Todo se va entremezclando entre las pasiones, el erotismo, el adulterio, la venganza, la podredumbre, la desgracia y la tragedia. Las actuaciones resultan desparejas, con interpretaciones, formas de expresión y movimientos físicos que no condicen con lo gauchesco. Tiene alguna similitud pero no con ánimo de comparar a: “Aballay” de Fernando Spiner o algún film de Leonardo Favio.
Un documental bien construido que muestra la lucha de las madres argentinas y kurdas, ambas sufrieron la pérdida de sus hijos y ellas están luchando juntas por justicia porque como dice el dicho la unión hace la fuerza. Momentos de gran emoción viendo las caras de esas madres, bajo una geografía llena de dolor, acompañan acordes y canciones muy apropiadas para mostrar a este pueblo. Esta es una cinta de denuncia, para pensar y reflexionar. Alejandro Haddad fue docente, periodista, falleció en 2014 con tan solo 35 años, víctima de una grave enfermedad. Una persona comprometida, este es su primer largometraje documental, finalmente este estreno significa un buen homenaje a su desaparecido realizador.
Este es un documental bien construido que nos introduce en el mundo de las palabras. El director de cine y palindromista Tomás Lipgot (“Moacir”) hace un recorrido por cuatro países, hasta llegar al Club Palindromista y a lo largo de su camino va obteniendo varios testimonios, ilustra la cinta con imágenes de animación y locaciones bien seleccionadas. De forma muy didáctica te va explicando que es ser un Palindromista y como se construye un palíndromo, palabra o frase leída igual hacia delante que hacia atrás. Como invitación Lipgot nos da su saludo final que es ¡Arriba la birra!”.
La trama abre un abanico de situaciones ante el encuentro circunstancial de dos jóvenes, cuando uno ingresa a la vida del otro y ambos vienen de mundos diferentes. Lorenzo vive con su familia alejado de sus familiares y amigos porque están en la Patagonia y Caíto viene de una convivencia difícil sus padres están separados y cada uno rearmó su vida. La cinta toca varios temas: el amor, la amistad, el deseo, la discriminación, la marginalidad, los prejuicios, la tolerancia, el despertar sexual, entre otros, algunos menos explotados que otros, pero aquí el tema principal está en la amistad de estos dos adolescente, desnudando su interior, donde uno aprenderá del otro. El director maneja muy bien la sutileza, con buenos planos y una estupenda fotografía, incursionando bien en el mundo adolescente y sin acudir a los golpes bajos. Con respeto a las actuaciones: Moro Anghileri y Guillermo Pfening, están correctos y ambos explotan buenos momentos emotivos; Ángelo Mutti Spinetta está bien en este protagónico, pese a que es poco expresivo pero junto a Lautaro Rodríguez en su debut actoral es creíble y juntos tienen muy buena química.
Esta es la opera prima de Juan Pablo Kolodziej, la protagonista es Mia Siero (Juana Viale), una ex atleta olímpica destituida de una competencia internacional por consumo de drogas no permitidas, a partir de ese momento se alejó de todo, familia, pueblo y amigos. Ahora vive una relación violenta con su pareja, su marido Bruno (Antonio Birabent) uno de los problemas es que ella no pude tener hijos. Un día recibe un llamado en el que le informan que su padre Eduardo Siero (Hugo Arana) está muy grave y necesita un trasplante de riñón, a partir de esto viaja a su ciudad natal a enfrentar su pasado. Vemos como Mía revive sus frustraciones, salen a la luz distintos malestares, todo su reencuentro con el pasado y con su primer amor Diego (Javier Drolas, “Gilda, no me arrepiento de este amor”). Todo se encuentra envuelto en un drama familiar que se va mezclando con una trama policial, donde habla de los vínculos familiares, de las pérdidas, de la adopción, el maltrato, la corrupción, las situaciones no resueltas, las segundas oportunidades y la posibilidad de volver a empezar una nueva vida. Filmada en Villa La Angostura, en locaciones de gran belleza, con ciertos silencios que esconden distintos sentimientos y la buena música de Fito Páez que con sus acordes es un protagonista más, aunque te anticipa lo que va a suceder. Cuenta con buenas actuaciones Arturo Puig es el villano; Geraldine Chaplin compone un personaje oscuro y otras inconsistentes. Uno de los problemas que tiene son sus diálogos poco creíbles, al igual que algunas situaciones, toca temas interesantes pero no están del todo explotados, hechos que quedan sugeridos, ante un ritmo irregular por momentos se hace aburrida y levanta los últimos treinta minutos de la cinta.