El impecable cineasta francés Luc Besson, nos vuelve a traer un thriller de acción que se desarrolla entre París y Moscú , donde el personaje principal vuelve a ser una mujer como lo hizo con Anne Parillaud en“Nikita” (1990) y Scarlett Johansson en “Lucy” (2014), entre otras. La protagonista es la bella y joven de 27 años, actriz y modelo ruso Sasha Luss como Anna Poliatova. La protagonista luego de una serie de desaciertos termina en una misión especial para obtener su libertad. El film tiene mucha acción y un ritmo frenético, a toda adrenalina, con varias persecuciones, tiros, luchas bien coreografiadas y llena de peligros. Además se toma su tiempo para darle un toque romántico formando un triángulo entre Anna (Luss, «Valerian y la ciudad de los mil planetas»), Alex Tchenkov (Evans, “Ma”) y Lenny Miller (Murphy, «Dunkerque»). También hay que destacar la actuación de Helen Mirren («El cascanueces y los cuatro reinos») su personaje es Olga y es la jefa de Anna en la KGB. Los espectadores irán recopilando información a través del flashback, aunque esto por momentos al igual que otras situaciones son un tanto reiterativas, sin sorpresas y algunos hechos resultan tediosos, pero no deja de ser un buen pasatiempo con una buena banda sonora a cargo de Éric Serra (Lucy) y la fotografía de Thierry Arbogast («Valerian y la ciudad de los mil planetas»).
Recordemos que la primera entrega recaudó 352,3 millones de dólares. Le ponen todo su talento con sus voces: Rachel Bloom (Silver), Leslie Jones (Zeta) y Awkwafina (Courtney) Jason Sudeikis (Red) y Josh Gad (Chuck), entre otros. La cinta se encuentra llena de personajes y en esta oportunidad los villanos son unos cerditos de color verde. Cuenta con un buen ritmo, situaciones y música retro, visualmente es bastante colorida, ideal para disfrutar en familia, hace hincapié en la amistad y nos va dejando mensajes positivos. Tiene momentos muy divertidos, buenas coreografías, llena de clichés y por momentos un poco reiterativa, con una narración entretenida, atractiva, entrañable y emotiva. Además en esta nueva aventura se decidió impulsar una campaña contra el bullying en las escuelas.
Una historia ambientada en la localidad bonaerense de Alsina, Argentina, en el 2001 donde un grupo de conocidos y amigos tienen un importante proyecto, formar una cooperativa para que vuelva a funcionar una acopiadora de granos. A lo largo del film van venciendo obstáculos y logran juntar el dinero necesario, casualmente el encargado de negociar con el banco es Fermín (Ricardo Darín). Al otro día ocurre la catástrofe, se decreta el “corralito” y no pueden sacar el dinero. Pero como el tiempo a veces da revancha descubren ciertas maniobras y llega la odisea para poder recuperar su dinero. Se van mostrando distintos personajes y clases sociales, tiene buenos toques de un humor sarcástico, hasta ese del neorrealismo italiano. Se maneja muy bien la comedia, la acción y la aventura. La cinta además muestra las diferencias políticas, la amistad, el amor de padre e hijos y habla de esos giles a los que la vida le da revancha y cuando tenes la posibilidad de triunfar y luchar hasta el final. Algunos espectadores se van a sentir identificados. La película está basada en el libro homónimo de Eduardo Sacheri “La noche de la usina”, en la dirección Borensztein (“Un cuento chino”), en la producción quienes también forman parte del elenco: Ricardo Darín y el Chino “Darín”, ambos por primera vez trabajando juntos y haciendo de padre e hijo, acompañados por las destacadas actuaciones de: Verónica Llinás, como la mujer de Ricardo en la ficción, Luis Brandoni (un rebelde anarquista), Rita Cortese una empresaria y madre de un joven que no puede encarrilar, una vez más compone un buen personaje Marco Antonio Caponi, Carlos Belloso, Daniel Araóz y el actor colombiano, Andrés Parra, entre otros. Muy bien seleccionada la banda sonora que acompaña las distintas escenas. Cuando este film llegue a su fin no te muevas de tu butaca porque hay escenas post créditos.
Marta Show describe una ciudad, cuenta parte de su vida, su lucha y muestra sus shows callejeros. Marta Bruneta es una persona que vive en situación de calle, tiene sueños y a pesar de todo vive su mundo. Por allí van circulando distintos personajes, muestra su forma de vida y el contacto con la actualidad. Un estilo de vida que a los más sensibles va a conmover.
Este documental casualmente posee ciertas situaciones en común con “La casa de Wannsee” pero en este caso es la búsqueda del pasado de los abuelos de la directora, donde también están los hechos históricos, la guerra y la política y aquellos inmigrantes en el Buenos Aires de 1940. Todo narrado con la voz en off de la directora Lucía S. Ruiz muestra una sucesión de fotos, documentos, filmaciones, testimonios y entrevistados que nos acompaña en un viaje a la nostalgia. Es conmovedora sobre todo para aquellos que mantienen vivo el recuerdo de sus abuelos inmigrantes.
El documental muestra las inquietudes que tienen ciertas personas cuando buscan su identidad y sus orígenes. En este caso nace la curiosidad cuando el hijo de la directora se identifica con la religión judía. Ahí comienza la investigación en la que encuentra documentos, fotos de 1885 y otros años, filmaciones, los viajes que realizó toda su familia, hechos y situaciones históricos que le sirven para reencontrarse con el árbol genealógico de una familia judía alemana y su interior.
La protagonista Rita Pauls (“Historia de un clan”, “Inseparables”) logra transmitir muy bien a los espectadores todo lo que siente por fuera y por dentro a través de sus miradas, gestos, silencios y movimientos corporales; su cuerpo también se expresa y hace notar esa inseguridad y hasta cierto equilibrio antes de casarse con Marcelo “el Gringo” y el rol de la madre de la novia (María Fiorentino, excelente). La cámara sigue a cada uno de los personajes, situaciones y también los fuera de campo con un elenco acorde a su narración. Como en todo pueblo surgen los chismes, los celos, supersticiones, los deseos reprimidos, las traiciones, las mentiras y los secretos. Esta es la opera prima del director cordobés Luis María Mercado, con un relato sutil e intimista, muestras situaciones que pueden suceder en cualquier lugar, mostrando temas sociales y el patriarcado, además mezclando el melodrama y su entorno.
Esta historia cuenta con la gran interpretación de Marcello Fonte al que observamos cómo se comporta con sus vecinos y sus amigos, su dedicación al trabajo (cuida perros, los baña, los alimenta y le pone toda su entrega), el amor a su hija y esos momentos de relax junto a ella mientras comporten ciertos lapsos de tiempo y el buceo donde la paz la encuentra en esos instantes. Su personaje está lleno de matices y buenos tonos como así también el tratamiento desde lo corporal. La vida de Marcello es monótona: una vez a la semana tiene un partido de fútbol con sus vecinos además comparten comidas y noches de bar, vende cocaína y se relaciona con un hombre grandote y peligroso llamado Simoncino (Edoardo Pesce, muy bien su papel, consigue lo que se propone) un cocainómano, inescrupuloso, irresponsable y algo peligroso. Su relato resulta intimista, realista, creando interesantes atmósferas y climas, donde se va mezclando el melodrama con thriller y con toques de western. El director Matteo Garrone (“Gomorra”) nos trae una historia basada en hechos reales pero con algunos cambios que conmocionó a Italia a fines de los ochenta.
Casi es una garantía para la película que se encuentre producida por Morgan, Johnson, Statham y Hiram Garcia, bajo la dirección del cineasta David Leitch (Deadpool 2”, “Atómica”) con base en el guión del creador de la saga de Rápidos y Furiosos, Chris Morgan. Tiene como protagonistas a Jason Statham y Dwayne Johnson quienes se complementan muy bien, son desiguales físicamente, divertidos, cómicos y logran hacer cualquier peripecia de acción que les pidan. Cada uno con su estilo, se lucen y tienen mucho carisma. Su desarrollo es clásico: Luke Hobbs (Dwayne Johnson, “Terremoto: La falla de San Andrés”, “Rápidos y furiosos 7”), Deckard Shaw (Jason Statham, “Rápidos y furiosos 6, 7 y 8”) y Hattie (Vanessa Kirby, «Misión imposible 6») deben cuidar un supervirus que es capaz de arrasar con toda la humanidad si cae en manos equivocadas y para ello tendrán que luchar contra un terrible villano cibernético de nombre Brixton (Idris Elba, “La torre oscura”) y sus hombres. Visualmente impactante, contiene mucha acción, tiros, saltos, persecuciones, derrumbe de edificios, secuencias con un helicóptero increíble, autos volando, motos y momentos exagerados. Posee sus toques emotivos en algunos diálogos entre Shaw con su hermana acerca de su alejamiento y Hobbs con su hermano y hasta vemos el ritual de los samoanos. Nos encontramos con personajes muy graciosos, cameos y otros desaprovechados como los casos de Helen Mirren, Eiza González y Eddie Marsan. Uno de los problemas es el guión flojo, repetitivo y previsible pero salvo ese detalle, la película tiene mucho ritmo, es entretenida y pochoclera. La acción transcurre en Los Ángeles, Londres, Chernobyl y el bello paisaje de Samoa. Hay que ver hasta el final de todos los créditos porque hay escenas extras.
El director Ulises De la Orden («Tigre», «Mujer entera» «Chaco», y «Desierto verde»), vuelve a mostrar su compromiso con temas sociales y políticos, inteligentemente muestra los problemas de la basura que lleva años, sin culpar a ningún gobierno, todo está más relacionado con la aprendizaje y el compromiso de la sociedad. Se citan distintos momentos del país como en 1976, 1977, 2001 y 2002 donde la gente buscaba comida en los basureros, el vivir de la basura, como fueron apareciendo las ollas populares, los cartoneros, dada la devaluación y a las personas sin trabajo, también se veía chicas abusadas hasta madres que entregaban a sus hijas para subsistir. Un grupo de personas empujadas a la miseria por el capitalismo, la lucha ante tanta desigualdad y el querer incorporarse a la sociedad. Así escuchamos los testimonios y la mirada de los integrantes de la Cooperativa Bella Flor, que son trabajadores que hacen tareas en el CEAMSE. También aportan datos antropólogos, sociólogos y expertos en la materia de la importancia del reciclado y todo explicado de forma didáctica. Es un documental de lucha muy interesante que muestra una realidad, para pensar y reflexionar, que debería ser de visión obligatoria en escuelas, universidades, clubes y todas aquellas instituciones que tengan llegada a la comunidad en general.