Es la producción que los fans se merecen, con la que soñaron y posiblemente ninguna peli de superhéroes pueda ser mejor. Esta tercera parte de Los Vengadores puede considerarse como "La película de superhéroes definitiva". Antes de hacer cualquier tipo de análisis, aclararamos que esta será una review SIN SPOILERS. Durante los últimos diez años, el estudio que comanda Kevin Feige, ha brindado historias complementarias para introducir el argumento definitivo de todo el universo cinematográfico de Marvel. Aquel primer vistazo a Nick Fury (Samuel L. Jackson) en Iron Man (2008), es un poco el fiel reflejo de esto. La famosa “Inciativa Avengers”, ponía a pensar en qué gran villano vendría a la Tierra para hacer a piacere lo que quisiera. En este gran camino, han pasado buenos villanos: Red Skull, Loki, Hela, y otros no tanto, como Ultron o Malekith, pero de una u otra manera, todos fueron transmitiendo que “lo peor estaba por venir”. Junto con ese mensaje que estaba escrito entre líneas, también fueron presentando las famosas Gemas del Infinito, estas piedras preciosas que, utilizadas todas juntas, la realidad podría moldearse a puro gusto por quien las posea. Esta imagen de gran villano, fue develado al final de la primera Avengers (2012), cuando apareció por primera vez Thanos (Josh Brolin) sentado en su trono luego del gran fracaso de Loki y los chitauri. El Titán Loco, al que solo se le comparar su poder con su locura, tuvo en todo este tiempo entre ceja y ceja a los Vengadores y también a los Guardianes de la Galaxia. Volviendo a las famosas gemas, todas han tenido su aparición a lo largo de 18 películas. Algunas más, otras menos, pero de todas se sabe su ubicación y poseedor. Las últimas pelis en solitario de nuestros héroes favoritos, no han retomado ese arco argumental en particular, ya que la última vez que mencionan una gema, fue cuando conocimos al Dr. Stephen Strange y su famoso “Ojo de Agamotto”, que en realidad es la gema del tiempo. Diez años después de aquella primera aventura de Tony Stark, se verá finalmente el plan de Thanos (Josh Brolin) para aniquilar todo lo que conocemos. Junto con él, la Black Order, conformada por Corvus Glaive, Proxima Midnight, Black Dwarf, Supergiant y Ebony Maw, serán los encargados de encontrar todas las gemas del infinito que se encuentran desparramadas por la galaxia. Obviamente, los héroes más poderosos del mundo, deberán unir fuerzas una vez más y limar aquellas asperezas que los distanciaron en su Guerra Civil. Junto a los Vengadores fundadores, se sabe que Los Guardianes tomarán cartas en el asunto. Lo mismo para Spider-Man (Tom Holland) y Dr. Strange (Benedict Cumberbatch), más el regreso a primera plana de Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo) y Black Panther (Chadwick Boseman), quienes enamoraron al mundo entero en sus últimas apariciones. Lo primero que se puede decir de Infinity War, es que es la mejor película de MCU por escándalo, superando ampliamente a todas las anteriores. Esta tercera parte de Los Vengadores puede considerarse como “La películas de superhéroes definitiva”. A lo largo de sus dos horas y media, que termina siendo poco tiempo, la película no para nunca, no da un respiro. No les van a quedar uñas que comerse y posiblemente miren la peli al borde de su butaca porque es lo que el film transmite. Los hermanos Russo, Anthony y Joe, vuelven a estar detrás de las cámaras y se nota claramente. No es por querer desvalorizar al bueno de Joss Whedon que nos dio una Avengers hermosa, pero si había alguien para hacer esta película, una verdadera aventura épica de superhéroes, eran los hermanos favoritos de Marvel. Con plot twists por doquier, la película no deja de sorprender. Luego de los avances, muchas teorías salieron a la luz y cuando estas no se hacen realidad, esto implica un gran manejo por parte de los directores de los pedidos de los fans. Por momentos es totalmente indescifrable y por eso termina siendo mejor a entregas anteriores, ya que todas terminaban siendo bastante predecibles. Esta es una autentica película indescifrable. Con cada personaje desarrollado con suficiencia en las otras entregas, solo faltaba explorar un factor, nada menor por cierto. Lo que faltaba introducir era al villano, y damas y caballeros agarrense de sus asientos, porque Thanos es sin dudas el mejor villano del MCU. Esta es su película, conocemos sus motivos, su poder, que lo llevo a ser cómo es y por qué obra de la manera que lo hace. Los villanos han sido siempre el “problema” de Marvel, muchas veces con poco enfoque y solo siendo malos porque sí, Thanos demuestra que desde su punto de vista, bastante sádico por cierto, él tiene los motivos y las razones para hacer lo que hace. El humor nunca falta en el MCU y esta no será la excepción a la regla. En esta oportunidad el humor abunda, todos participan y todos tienen su momento. Algo que si hay en abundancia y no pasa demasiado en las anteriores, es que finalmente los héroes sufren. Pero sufren de verdad. El gran Titán no les va a hacer nada fácil defender la Tierra y en cada momento lo hace saber. Cuesta mucho ver padecer a los héroes de Marvel, porque a través de los años, se los ha llegado a querer más que a algún tío lejano, pero ya era momento de que alguien les haga poner los pies sobre la tierra y hacerles entender, que en todos estos años no han visto nada. Un aspecto que parece mejorar película a película, es el aspecto visual. Después de ahorrar unos pesitos en Black Panther, los realizadores visuales vuelven con todo en esta oportunidad para hacer de esta aventura espacial, titánica, pueda llevar el mote de ÉPICA de verdad. En un despliegue técnico tremendo, las pantallas verdes no podrían haber sido de mejor calidad. Hay exceso, dirán muchos, pero vamos, ¿de qué otra manera se podría hacer un homenaje tan claro a las viñetas si no fuese con un CGI de primer nivel? Como habrán notado, varias veces debemos recurrir al pasado para analizar cosas de esta mega película y es un poco el legado que estos primeros diez años del MCU nos ha dejado. Algo que se construyó con tanto trabajo y dedicación, está cerrando una etapa. Pero como dice el dicho, donde se cierra una puerta, se abre una ventana, una ventana por donde pueden entrar muchísimos personajes más. Una cosa a la que Marvel acostumbró, fue siempre esperar algo más luego de los créditos, esa maniobra que hoy es moneda corriente en todas las películas, no era así hasta que vimos aquella primera vez a Nick Fury. Es necesario y obligatorio quedarse en la sala hasta que el acomodador de su cine lo saque de su asiento, esa escena, vale la espera. Para finalizar, uno de los slogans promocionales de la película fue “It’s all been leading to this”, algo así como “Todo nos ha llevado a esto” y no podrían haberlo dicho mejor. Es la peli que los fans se merecen, con la que soñaron y posiblemente ninguna peli de superhéroes pueda ser mejor. Bueno, veremos si esto posible el año que viene, cuando en mayo, se entrene Avengers 4.
Rampage es un claro ejemplo del cine pochoclero de nuestros tiempos pero, ¿por qué caer en lugares comunes y humor sin sentido? ¿No puede haber acción y aventura con aires de cambio y frescura? Basado en el clásico arcade de los años 80, esta nueva adaptación gamer trata de darle un sentido y una historia al juego emblema de Midway Games en el que los jugadores toman el control de monstruos gigantes tratando de sobrevivir contra los ataques de fuerzas militares. Esta adaptación está bajo la dirección de Brad Peyton, quien llevó a la gran pantalla dos películas de aventuras visuales de gran calidad como San Andreas (2015) y Journey 2: The Mysterious Island (2012). Ambas producciones tuvieron varios puntos en común pese a sus diferencias argumentales. La decepción en taquilla y en críticas generales como de especialistas, fueron las más rotulantes. Otra de sus similitudes fue la del actor que trabajó como protagonista, Dwayne “The Rock” Johnson. En este nuevo proyecto del cineasta, el buenazo de “La Roca” vuelve a ponerle el pecho a las balas para intentar remontar un poco, el flojo palmarés de su amigo director. Davis Okoye (Dwayne Johnson) es un especialista en primates de reconocido prestigio que mantiene un vínculo muy importante con un singular gorila albino llamado George, un animal que posee una inteligencia extraordinaria y al que lleva cuidando desde su nacimiento. Cuando este gorila es víctima de una peligrosa modificación genética, su ADN mutará rápidamente y de manera incontrolada. Será entonces cuando George crezca de forma exponencial y se convierta en un monstruo violento. Su tamaño, rapidez, agilidad y violencia estará fuera de control. Pero este gorila no es el único animal que ha mutado, Okoye pronto descubrirá que hay otros animales que tienen el mismo problema, y que destruyen todo lo que encuentran a su paso. Para frenar esta amenaza y recuperar a su entrañable compañero, Okoye deberá enfrentarse a los responsables de esta mutación que está sembrando el pánico en el mundo, pues el primatólogo es el único capaz de frenar a estos monstruos y su amenaza Así de raro como suena su premisa, la película cumple con un primer objetivo tan simple como clásico, que es el de entretener. Sin ser original del todo en su guion, la película tiene los tres actos bien marcados y el director, junto con su grupo de escritores, supo a cuáles darle más o menor valía e importancia. Con un exagerado número de personajes presentados y después, poco y nada desarrollados, el film está un 80% centrado en Dwayne Johnson, cuando hubiese sido mejor desarrollar un poco mejor el argumento principal, que en una primera impresión, es bastante interesante. Cabos sueltos por doquier e investigaciones que nunca se terminan, resultan ser moneda corriente en la filmografía de The Rock. Algo muy extraño que sucede con el elenco, es que aquellos personajes que son poco desarrollados, son los que mejor impresión terminan dando. Salvo por Dwayne y un Jeffrey Dean Morgan, que pareciera actuar siempre de lo mismo pero con una onda tremenda, nadie del reparto engancha. El villano establecido, no tiene un plan para llevar a cabo y todo se da de manera accidental todo el tiempo. A la hora de los “monstruos”, están bien logrados visualmente, pero da la sensación de que ya se han visto antes. Hay secuencias que parecen sacadas del King Kong de Peter Jackson (2005) y otras de la saga original de Jurassic Park. Hablando del clásico de Steven Spielberg, la similitud con su historia no sólo se ve en los animales gigantes, sino también en conceptos de la ingeniería genética que la película transmite. Sin dudas Rampage, es un claro ejemplo del cine pochoclero de nuestros tiempos pero, ¿por qué caer en lugares comunes y humor sin sentido? ¿No puede haber acción y aventura con aires de cambio y frescura? Mientras intentan descifrar estas interrogantes, lo que si es seguro, es que la agenda de La Roca, seguirá llenándose de estos proyectos sin alma, como su billetera con millones.
Con una muy compleja premisa, el labor de John Krasinski detrás de las cámaras en sensacional. El terror que quiere imprimir se logra a la perfección desde la primera imagen del film. Dirigida, escrita y protagonizada por John Krasinski, (Jim de The Office 2005-2013), Un Lugar en Silencio (A Quiet Place, 2018) es una película que transcurre en un futuro bastante cercano, en un desolado Estados Unidos, más precisamente en un pueblo de Nueva York, en donde unas criaturas ciegas, pero con muy buen oído, cazan a la gente que anda haciendo disturbios por ahí a lo largo de todo el mundo. Junto con su esposa Evelyn (Emily Blunt, quien en la vida real es la esposa de John) y sus hijos Marcus, Regan y Beau, la familia Abott deberá mantener el mayor silencio para no perder sus vidas en manos de estas criaturas. Cuando se dan obras de gran calidad en tantos aspectos diferentes, es para celebrar. En primera instancia ver la evolución actoral de John Krasinski es sorprendente. Hace varios años, y más desde que terminó la serie que lo puso en los primeros planos de Hollywood, que él ha estado tratando de sacarse de encima el estigma de “solo puede hacer comedias”, y la verdad que cumple con creces. El dramatismo y la emoción que consigue transmitir es alucinante y se nota que el papel que él mismo escribió, junto con Bryan Woods y Scott Beck, le gusta de tal manera que hace un trabajo perfecto. Su esposa -por partida doble- Emily Blunt, se luce también como co-protagonista especialmente en escenas de mayor temor. Los gestos faciales de la actriz reflejan la definición precisa de lo que llamamos terror. Los niños del film, si bien no destacan al igual que los dos mas grandes, cumplen su rol y papeles de una manera como para que en un futuro los grandes estudios los tengan en cuenta. A la hora de la dirección, Krasinski se luce. Con una muy compleja premisa, el labor de John detrás de las cámaras en sensacional. El terror que quiere imprimir se logra a la perfección desde la primer imagen del film. La edición de sonido es un detalle no menor, porque tiene un papel fundamental en la obra y estos sonidos son incluso, por momentos, más personajes dentro de la historia. El guión esta muy bien y lo mejor que tiene es que no se deja llevar por obviedades. Si bien, tiene apenas dos o tres momentos que parecen sacados de los “libros” de como hacer películas de miedo, son escenas que deben estar para que todo cierre de la mejor manera. Uno de los mejores aspectos de la peli, es que el director y protagonista, se dedica a hacer una historia que tiene un principio, un desarrollo y un final. Aunque parezca tonto aclarar este ítem, entre tanta saga y franquicia, no esta mal que cada tanto vengan estas obras en donde no hay que concentrarse en easter eggs o referencias. Lo mejor que se puede hacer con esta peli es, aprovechar alguna función de trasnoche en su cine favorito y verla con ese ambiente, casi desolado, en silencio y con la oscuridad como única compañía, como la familia Abbott.
Una historia básica, con una narrativa bastante tradicional y aunque tenga algunos fallos en ciertos momentos, en especial en saltos temporales, todo se da a entender. En épocas donde la nostalgia inunda las pantallas de cine y TV de todo el mundo, muchas grandes series de décadas pasadas aprovechan este movimiento actual para tratar de resurgir de las cenizas y enganchar a un público nuevo. Este es el caso de Mazinger Z: Infinity (2017), la nueva película del famoso anime de principios de los 70, donde la sociedad estaba protegida por unos robots gigantes llamados Mazingers. Basándose en el manga de Go Nagai, esta película funciona como continuación directa de “Great Mazinger” (1974). El de Mazinger es un caso muy particular, porque si bien pareciera que todo el mundo conoce su nombre y sus aventuras, no todos han visto su serie original. Y es un problema para quienes no la hayan visto y se acerquen a las salas, porque prácticamente el film está diseñado para los fanáticos de verdad. Sin ningún tipo de presentación de personajes, la peli nos envuelve en un contexto de absoluta paz, luego de la “época” de los mazingers y en donde el principal héroe de esta pasada época, Koji Kabuto, ahora se dedica a la protección de la tierra, pero desde otro lugar, siendo un reconocido científico que busca formas alternativas de alimentar al mundo. Para quienes no hayan visto nunca ningún capitulo de esta gran serie, sabrán entender los problemas que esto conlleva; Falta de desarrollo, uso excesivo de batallas y explosiones, un humor bastante bizarro y un recurrente uso de imágenes de mujeres voluptuosas, propias del anime clásico. Fuera de esto, el hilo de la peli es muy fácil de seguir. Es una historia básica, con una narrativa bastante tradicional y aunque tenga algunos fallos en ciertos momentos, en especial en saltos temporales, todo se da a entender. Lo que si, no esperen muchos flashbacks sobre las antiguas aventuras ni nada que nos muestre la gran mitología de este héroe mecánico. Si son fanáticos de las aventuras del gran protector Mazinger, no duden en acercarse a las salas, porque sin dudas podrán disfrutar de una mejora en la calidad técnica del viejo guerrero.
Una película que solo puede ir a verse para pasar el rato y al mismo tiempo aprender, que la enorme erogación de dinero, sin una base argumental solida, casi nunca termina siendo un producto confiable. Siguiendo con la corriente de adaptar novelas a la gran pantalla, esta vez le tocó a Disney Studios encargarse de traspasar las emociones del famoso best seller americano “A Wrinkle In Time“. Esta novela es de las más conocidas y queridas en Estados Unidos y por eso, al confirmarse de que la empresa del ratón se haría cargo de su largometraje, muchos se pusieron contentos. La trama cuenta la historia de Meg, una niña que junto a su hermano menor, emprende una aventura a través del tiempo para rescatar a su padre, un científico que fue secuestrado por oscuras fuerzas en otro planeta. Una premisa bastante recurrente en los últimos tiempos y con una estética llamativamente similar a Tomorrowland: El mundo del mañana (2015). Los líderes de Disney designaron a Ava DuVernay para que se encargue de dirigir este ambicioso proyecto, una directora que viene con buenos palmarés en cuanto a reconocimientos en diferentes festivales de cine indie. DuVernay, quién dirigió Selma (2014) y recientemente fue designada para llevar a los “New Gods” de DC a la gran pantalla, contó con un elenco mixto. La mayoría de las luces se las llevan dos de las fichitas más solicitadas y reconocidas de Hollywood, como lo son Chris Pine (Wonder Woman) y Reese Witherspoon (Big Little Lies). Junto a ellos, la ¿próxima candidata a presidenta de los Estados Unidos?, Oprah Winfrey, Mindy Kaling, Zach Galifianakis y Michael Peña completan el elenco de los más grandes. Dentro del grupo juvenil, Storm Reid, Levi Miller y Deric McCabe fueron los encargados de transmitir la esencia de la historia original a esta adaptación. Habiendo aclarado esto, en donde no quedan dudas sobre lo talentoso que pueden ser las estrellas que protagonizan este proyecto, hay que decir que es una película totalmente absurda. Desde sus primeras escenas, ya se puede ver que no será una gran película, pero ni hasta el más pesimista podía prever un posterior desarrollo tan malo. Con baches argumentales durante todo el relato, los protagonistas no dan la talla para “bancarse” la película. Con un corte final de una hora y cuarenta y cinco minutos, al que le sobran 25 minutos, la peli es totalmente previsible y aburrida. El argumento principal, que es lo más interesante del todo el film, tiene un desarrollo muy malo. Explicado como si los viajes interdimensionales fueran tan fáciles como dar un paseo por el parque, el guión no sostiene ese primer interés que se despierta de forma instantánea. Si bien el uso de realidades y mundos paralelos, esta siendo moneda corriente, las nuevas formas de explotar esa idea siempre llaman la atención. Las actuaciones dejan muchísimo que desear en todo el elenco. Es llamativo como actores de renombre en la industria, aceptaron un trabajo con tantas fallas en cuanto a la estructura. De la mano con su flojo trabajo, los efectos visuales no los ayudan demasiado. Hay momentos donde el CGI parece de segunda mano y el “viaje” que nos plantean, se ve obstruido por los propios realizadores.
Peter Rabbit se ganará el corazón de varios, como lo viene haciendo hace mas de 100 años en el viejo continente. Basada en la obra literaria, de nombre homónimo, de la escritora inglesa Beatrix Potter, llega a los cines de Argentina “Las travesuras de Peter Rabbit” (Peter Rabbit, 2018). Peter, quien nada tiene que ver con Roger (Who Framed Roger Rabbit?, 1988), es un conejo que vive a las afueras de la gran ciudad de Londres con sus tres hermanas y un primo suyo lejano. Ellos pasan sus días intentando y, casi siempre logrando, saquearle el jardín de frutas y verduras de un viejo gruñón del campo, vecino de donde está su madriguera y de su amiga humana protectora Bea (Rose Byrne). Todo cambiará cuando a la casa que usualmente saquean, se mude un joven maniático y controlador llamado Thomas McGregor (Domhnall Gleeson) que hará lo imposible para detener a los temerarios y esponjosos conejos. Entre toda la abundancia de los últimos años por hacer diferentes transposiciones del mundo literario ingles a la pantalla grande, Peter Rabbit no dista mucho de lo último que se pudo ver en Paddington 2, si bien las historias no se asemejan demasiado, la relación fábula-moraleja, es constante en estas historias. En el caso puntual de esta peli, el mensaje es muy simple y al mismo tiempo, muy bien llevado a cabo por su director Will Gluck. Si bien el film está destinado casi exclusivamente a los más chicos, no hay razones para que los que son más grandes se pongan a recapacitar y por qué no, cambiar algunos aspectos de su cotidianidad. Uno de los puntos positivos que tiene la peli, es el tremendo elenco que presenta. No solo por sus protagonistas de carne y hueso, sino por aquellos que prestaron sus voces para la versión en idioma original. Entre todos estos, hay actores y actrices de primer nivel como Sam Neill, Margot Robbie, Daisy Ridley y James Corden, entre otros. De la mano con su maravilloso trabajo prestando sus voces, los aspectos visuales de la película están muy bien. Por muchos pasajes de la historia, los conejos parecen que son de verdad y sin exagerar. Es bueno destacar estos aspectos porque los efectos visuales, no siempre resultan teniendo un nivel de ejecución tan alto, como fue el caso de El Pájaro Loco. De hecho, en muchos momentos, las imágenes actuales se mezclan de una manera muy fluida con fragmentos de los libros y dan una vuelta de tuerca a la animación, para familiarizarnos con el material original. Esta comedia para chicos termina resultado efectiva y entretenida para todo el público que se acerque a verla, con mucho humor y un buen mensaje. Peter Rabbit se ganará el corazón de varios, como lo viene haciendo hace mas de 100 años en el viejo continente.
El hilo fantasma es sin dudas una obra de arte, que hasta al más elegante hará sentir burdo y desalineado. La película lo tiene todo y es un enorme reconocimiento de la academia que la hayan nominado a los pasados Oscars. Del director y guionista Paul Thomas Anderson, llega una nueva historia original de su puño y letra llamada El Hilo Fantasma (Phantom Thread, 2017). En este drama ambientado en los años 50, la historia cuenta las experiencias como modista de Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis), un obsesionado y dedicado diseñador de vestidos que viste las personas más importantes de toda Europa. Bajo el nombre de “Casa Woodcock” el y su hermana Cirryl (Lesley Menville) son la cabeza de una de las mejores casas de costura de Inglaterra en la postguerra. Pero la historia no será vista desde su perspectiva, sino que desde la mirada de la “musa” y fuente de inspiración del mismo Reynolds, Alma (Vicky Krieps), una chica a primer vista común y corriente que solía ser camarera en un una casa de Té de un pequeño pueblo. En esta nueva película de Anderson, las palabras pueden quedar corrientes, escasas y sin lugar a dudas no se podrá describir todo lo que la obra produce. Esta historia está contada de tal manera, en que cada mirada, cada diálogo e incluso los silencios dicen más de lo que parecieran. La misma finura que se ve en el vestuario (para los despistados, ganó el Oscar en ese rubro), se puede notar en los movimientos de cámara. La peli tiene una delicadeza tremenda, nada queda desubicado y, hablando en términos de costura, cada toma no parece filmada, sino bordada. Uno de los fuertes del film es sin dudas la actuación de Daniel Day-Lewis. El actor transmite mil y un sentimientos de un tipo al que, en la historia, parecería no tener corazón alguno. Miedo, respeto, admiración, amor, amistad, todo eso produce un Reynolds Woodcock, que vive y ama para su trabajo de tal manera que no se puede dar lujos como amar a una persona. Un hombre definido de esta manera podría catalogarse como “alguién que no tiene alma” y ahí es donde Vicky Krieps toma una importancia preponderante. De forma sumamante poética, Alma cae en los brazos de alguién que no tiene tiempo para el amor y ella intentará cambiar esa manera de ser para transformarlo en su hombre ideal. En esta película cargada de dramatismo, otro punto a favor, es la elección de momentos en donde relajar un poco. Es una hermosura literaria que en los peores momentos de la historia, Anderson se las ingenia para que los personajes hagan reír al espectador. Los protagonistas son tan complejos y difíciles de descifrar que nunca se ve venir cuál puede ser su próximo paso en el relato. La banda de sonido no se queda atrás y al mismo tiempo que los diálogos, las notas musicales van de la mano de una manera soberbia con todo lo que sucede. Para aquellos que no les guste el cine más allá de los grandes blockbusters de Hollywood y deciden ver esta genial película, tengan en cuenta que es to es cine de autor puro. La mano de Anderson se nota en todo momento y posiblemente estemos hablando de su mejor trabajo hasta el momento. De la mano con esto, hay que estar preparado para soportar el ritmo de la película, un ritmo cargado de situaciones, personajes y acciones que hacen que se estire bastante, pero que sin ellas no sería un film redondo y sin plotholes. El hilo fantasma es sin dudas una obra de arte, que hasta al más elegante hará sentir burdo y desalineado. La película lo tiene todo y es un enorme reconocimiento de la academia que la hayan nominado a los pasados Oscars. ¿Que le faltó para poder ganar? Posiblemente le jugó en contra el hecho de estar nominado junto con las obras de Del Toro y Peele, pero sin dudas si otro hubiera sido el panorama, Anderson se hubiera llevado algún otro galardón a su casa.
Los debotos al videojuego, sin dudas disfrutarán de la película por sus referencias, guiños y situaciones. Si la película, llega a recaudar la cantidad de dinero que se espera, tendremos Tomb Raider para rato. Hace más de una década atrás, Angelina Jolie se encargó de personificar a uno de los personajes femeninos más fuertes de la industria de los videojuegos, cuando se encargó de interpretar a Lara Croft en Tomb Raider (2001) y en su secuela, Tomb Raider: La cuna de la vida (2003). Teniendo altos y bajos, se pudo considerar a estas dos primeras adaptaciónes como aceptables, sobre todo por la gran forma de combinar la aventura y el dramatismo logrando una película bastante fiel y con guiños al juego, pero también para atraer al público ajeno a los videojuegos, sentando algunas bases bastante originales que quedaron muy bien. Ahora, 15 años después de su última participación en cines, la aventurera londinense regresa con un reboot que promete mucha más acción y momentos épicos que la saga pasada. De la mano del director noruego Roar Uthaug, llega Tomb Raider: La aventuras de Lara Croft (Tomb Raider, 2018). En esta oportunidad, planteando una historia de origen totalmente novedosa, Lara Croft (Alicia Vikander), es una joven de cuna de plata cuyo padre está desaparecido y presuntamente muerto. Deberá luchar contra viento y marea para conseguir la verdad sobre su padre. Mientras tanto, deberá combatir contra las fuerzas armadas de la corporación TRINITY, una organización secreta que de manera encubierta, se encarga de buscar y saquear tumbas de antiguos mitos y leyendas, para apoderarse de los poderes sobrenaturales que estas poseen y así conseguir el completo y total control del mundo. En el medio de su cruzada para detener a TRINITY, Lara deberá enfrentarse a la posibilidad concreta de no encontrar a su padre y de que sus miedos de quedarse sola, se concreten. Algo que hay que decir sobre esta nueva primera entrega de una de las franquicias de videojuegos más longevas que hay, es que en este caso, es una película para aquellos que aman, siguen y juegan a las aventuras de Lara Croft. Esta peli tiene guiños por doquier hacia el título en demasiados pasajes del relato y para aquellos que hayan pasado horas y horas jugando a sus últimas ediciones, encontrarán esta cinta bastante amena. Para el grupo que no vive el día a día con el videojuego, posiblemente sea mucho más difícil para ver. ¿Porque será más difícil para ver? Prácticamente es una historia que no tiene alma. Este es un elemento que suele suceder con las adaptaciones de juegos, pero este caso es súper notorio. Hay más de un par de situaciones donde los problemas se resuelven casi de casualidad y solos. Quitando que todo lo que sucede es muy predecible, el guión tampoco ayuda para nada. Diálogos absurdos, tomas por demás rebuscadas y una elección del elenco bastante normalito, hacen que la película aburra a pesar de sus grandes escenas de acción. Lo único rescatable de la película, es el gran trabajo de su protagonista principal. Se puede reconocer que Alicia Vikander hizo un trabajo especial previo a la filmación y que en él, dejó la vida. Demuestra fuerza, inteligencia, valor y sobre todo muchas ganas de sobreponerse a las adversidades. El aspecto físico logrado por Vikander para el papel, tiene un nivel de semejanza con el personaje animado que sorprende. Desafortunadamente para ella, el resto del elenco está solo para acompañarla, nadie se destaca, nadie. De hecho, en un 95 por ciento del corte final, ella está en escena y se siente una sobre explotación del personaje.
Si tienen ganas de reír un buen rato con una película que cuenta el primer gran partido de fútbol, acerquense a su cine más cercano que no será ningún error. Más allá de que por momentos peque con un poco de prejuicios y caiga en los estereotipos de algunas culturas, los realizadores juegan con el sentido de pertenencia de los personajes para hacer cada vez más verídico el relato que quieren transmitir, sin caer en ningún tipo de racismo. Las películas de stop motion, siempre han sido de llamar la atención. Ya sea por el trabajo que tienen los realizadores que las hacen, intentado lograr la semejanza hasta casi un 100%, la combinación de paisajes por computadora con los protagonistas hechos de otros materiales o por los mensajes que suelen tener estas pelis. Algunos más sencillos que otros, se las han arreglado siempre para entretener a grandes y chicos por igual. El estudio británico Aardman fue el que impulsó a otro nivel la repercusión de esta difícil técnica artística, llevando a conocimiento de todos: Pollitos en Fuga (Chicken Run, 2000). La peli dirigida por Nick Park y Peter Lord, fue un hitazo en el Reino Unido y también consiguió un alto reconocimiento mundial. Ahora, este estudio vuelve a juntarse con Park, para traer una nueva aventura localizada temporalmente, unos años luego de la caída del meteorito que aniquiló a los dinosaurios de la Tierra con El Cavernícola (Early Man, 2018). La historia se centrará en Dug, un hombre de las cavernas que junto a su amigo el jabalí Hognob deciden participar en un partido de fútbol para salvar su hogar del malvado Lord Nooth, quien quiere acabar con la Edad de Piedra para darle inicio a la de Bronce. En su versión original, la película cuenta con voces de actores y actrices de primer nivel como lo son Eddie Redmayne, Tom Hiddleston y Maisie Williams, entre otros. Desde un primer momento, se puede notar que la peli está muy bien lograda y no era de esperarse menos. Suele decirse que para definir si una película es buena o mala, en los primeros cinco minutos uno puede descifrarlo y en esta ocasión, hay que darle la derecha a esta teoría. La introducción de los personajes y la problemática son introducidos a una velocidad y con una calidad, que van de la mano. Se toman el tiempo justo y necesario, ni más ni menos, para presentar un escenario donde a nadie le puede quedar ni una sola duda. Si se quiere, esta sí es una película para chicos, lo que no la hace exclusiva para ellos. Por los problemas que se desarrollan, a más de un grandulón lo hará reír y porque no, hasta largar alguna carcajada. Si bien es predecible y el guion sigue la formula clásica del héroe que tiene que defender su pueblo de la amenaza, se las arregla para que no se torne aburrida en lo más mínimo. En este aspecto, el tiempo del corte final juega un papel fundamental, porque dura lo justo para este tipo de historias, con una hora y media.
Pantera Negra es la película distinta, la que más transmite y podría tranquilamente considerarse como un antes y un después en el universo cinematográfico de Marvel. Durante sus años de vida, en el afán por proteger a su pueblo y al resto del mundo, Pantera Negra ha sido parte de algunos de los grupos de superhéroes conocidos en el universo de Marvel Comics. Fue parte de Los Vengadores, luego de su primer encuentro con el Capitán América, trabajó a la par de Los 4 Fantásticos en más de una ocasión pero su participación mas preponderante se dio cuando junto a Namor, Tony Stark y Dr. Strange, entre otros, dependiendo la época, formaron el grupo conocido como Los Iluminatti. Ahora, luego de tantas aventuras e importancia tomada en los comics, y después de lo que fue su debut en el MCU en Civil War (2016), Ryan Coogler es el designado a llevar al rey de Wakanda en su primer aventura en solitario en la gran pantalla. Con la vuelta de Chadwick Boseman en el papel de T´Challa/Pantera Negra, esta primera historia en singular del personaje, introducirá un mundo del que poco se sabe. En esta oportunidad, luego de los eventos de la guerra civil, el Rey T’Challa regresa a su hogar como nuevo monarca, luego de la muerte de su padre, pero se verá desafiado por otras tribus para poder conservar el trono. No solo eso lo tendrá atento, ya que dos enemigos se harán aliados para conspiran y poder derribar su reinado. T’Challa deberá formar un equipo con las amistades y aliados que le quedan y deberá como Pantera Negra, junto con la ayuda de el agente de la CIA, Everett K. Ross (Martin Freeman) y miembros de las fuerzas especiales de la Dora Milaje, la guardia real de Wakanda, evitar una guerra que destruya a su nación por completo. Más allá de que su estructura sea muy similar a las anteriores entregas del MCU, esta película número 18 del universo de Marvel da un paso al frente y demuestra poder transmitir una idea y un mensaje mucho más profundo que sus predecesoras. Da la sensación que esta peli, no podría haberse estrenado en otro momento ya que queda justo con los tiempos sociopoliticos que atraviesa el mundo y el mensaje de trasfondo de unión queda perfecto. Después de todo, mucho se le recriminaba al estudio que comanda Kevin Feige, para que tuvieran una mayor participación en cuanto a ideales y posturas, debido a la gran cantidad de público que acceden a sus películas. El mismo Ryan Coogler (Creed, 2015), quien definió a esta película como su trabajo más personal, demuestra que estaba en lo correcto y realiza una tarea soberbia. Empezando con la elección del elenco, un 90% integrado por actores y actrices de tez negra, cada personaje está llevado de la mejor manera. Con un reparto que entre sus filas tiene a, entre otros, Michael B. Jordan (Creed, Fantastic Four), Lupita Nyong’o (12 Años de esclavitud, Star Wars), Danai Gurira (The Walkind Dead), Forest Whitaker (Rogue One: Una Historia de Star Wars) y Daniel Kaluuya (Get Out), la química en pantalla es admirable y no solo de aquellos que poseen más minutos en escena, sino de todos en particular. Al trío protagonista, conformado por Nyong´o, Gurrira y Boseman, no se le puede adjuntar ningún tipo de critica, sus actuaciones son perfectas para los papeles que representan. El trabajo de Chadwick del que ya se tenía un buen concepto, vuelve a demostrar de lo que esta hecho y demuestra que nació para interpretar al monarca. Del lado femenino de este trinomio, los mismos elogios. Ambas muestran un poder femenino tremendo dejando en claro que no sólo los hombres pueden servir para los ejercitos o para infiltrarse en misiones casi suicidas. Más allá de estos tres, hay dos personajes en particular que destacan sin lugar a dudas. Por el lado de los buenos, una jovencita Letitia Wright, a quien se la verá mas adelante este año en Ready Player One, la rompe toda. Interpretando a la hermana menor de T´Challa, la princesa Shuri desafía a todos los pronósticos y se queda en el podio de las mejores interpretaciones de esta peli. Otro que se redime totalmente con el mundo comiquero es Michael B. Jordan. El ex Johnny Storm en Los 4 Fantásticos del 2015, es el encargado de ponerse en la piel del antagonista principal, Killmonger y lo hace de tal manera que se lo puede comparar tranquilamente con el Loki de Tom Hiddleston. Si, quizás el mejor villano del universo Marvel, hasta que se conozca a Thanos en mayo en Avengers: Infinity War, ya tiene un competidor que dispute el trofeo a mejor antagonista de las películas de Marvel. Por el simple hecho de tener un plan verídico, dentro una película de superhéroes, un propósito claro y una forma de llevarlo a cabo en donde nadie se le interpondrá, el trabajo de Jordan cumple con las expectativas de los fanáticos y del propio actor, quien declaró que él se debía una revancha, después de la decepcionante primer incursión en las historias de superhéroes. La parte visual siempre ha sido un elemento a destacar en las películas de Marvel y esta vez no será diferente. Todo el CGI utilizado produce una sensación de realismo y sorpresa que a estas alturas del partido no es fácil de lograr, teniendo en cuenta que ya hace 10 años que vienen utilizando siempre tecnología de primer nivel. A la hora del vestuario, los diseños del mismo tienen todo el estilo que pretenden tener, combinando atuendos de varias culturas africanas, el resultado es óptimo. Éste, junto con la gran paleta de colores y tonos que se utilizan terminan creando una fotografía final impecable. Otro toque distintivo que viene teniendo el MCU, sobretodo en las dos Guardianes de la Galaxia y Thor: Ragnarok, es la importancia que tiene el soundtrack. Curado y producido ejecutivamente por Kendrick Lamar y Anthony “Top Dawg” Tiffith (CEO del sello Top Dawg Entertainment), la banda de sonido está conformada por 14 canciones que le imprimen la frutilla del postre a la estructura técnica de la película. Esta décimo octava película del MCU lo tiene todo. Sentido de pertenencia, respeto hacia las tradiciones culturales y un orgullo hacia ellas, pero sobre todas las cosas, un mensaje que suena fuerte y claro, que va más allá de la aventura comiquera en sí: La unión de un pueblo y una cultura en general, que se han visto oprimidas durante mucho tiempo y desmuestran que es el momento para unificar lazos y dejar de construir muros que los separen de los demás. Es muy difícil determinar que película de todo este universo enorme es la mejor, pero definitivamente Pantera Negra es la distinta, la que más transmite y podría tranquilamente considerarse como un antes y un después en este universo tan amplio.