Si el espectador va a ver una película de boxeo, de deporte, verá eso. No hay expectativas de otro tipo si sabemos que la premisa es así. La historia se centra en la vida de Billy “The great” Hope, un boxeador y campeón junior de peso medio. Cuando un tragedia personal golpea su vida tendrá que luchar más que antes, y dar la última pelea. Jake Gyllenhaal (Hope), como siempre, perfecto en cualquier rol que interprete, compenetrado en su totalidad, más allá del entrenamiento físico que realizó durante meses para prepararse. Y Whitaker, acompaña muy bien en el rol de entrenador, con los típicos sabios consejos que lo ayudarán a salir adelante. Algo más que golpearse y sangrar, debe pasar en una película de este tipo, y de dos horas de duración, y sí, hay una historia de amor, hay una familia, hay emoción. No, Jake no gritará “Adriannn”. El trabajo actoral es lo que se destaca en este film.
La película reconstruye lo que fue la familia Puccio. Una familia que parecía “perfecta” para la sociedad, para el paquete barrio de San Isidro. El film cuenta la historia de todos los integrantes, y en donde toda la familia era cómplice del secuestro y asesinato de personas en la década del ´80. Se cree que los Puccio mataron a docenas de personas, pero la película -explicó Trapero- se concentra en cuatro casos de 1982, 1983, 1984 y 1985. “Eso significa que abordamos los dos últimos años de la dictadura y los dos primeros de la Democracia”, aclara. El film pone el contexto histórico para que las nuevas generaciones también vean lo que sucedía en la Argentina y para otros, rememorarlo. Trapero muestra a la perfección ese momento, y en todos los aspectos: vestuario, una imagen con colores que nos llevan a esa época, porque Trapero está en los detalles. También hay que destacar los parecido físicos que lograron los personajes. Son excelentes las interpretaciones de Guillermo Francella (Arquímedes Puccio), que no se reconoce en pantalla: frío y extraño, poco sociable, distinto en su totalidad, metido en la piel de Arquímedes. Y Peter Lanzani (Alejandro Puccio, hijo mayor), luciéndose y sorprendiendo a los espectadores, un impecable papel, que le cambiará el curso de su carrera. ÉI interpreta a aquella estrella del club de rugby CASI, y jugador del seleccionado Los Pumas. También se someterá a la voluntad de su padre para identificar posibles candidatos, sirviéndose de su popularidad para no levantar sospechas. La música también cumple un rol importante dentro del film, canciones de la época que atenúan un poco las intensas y dramáticas escenas. Un guión difícil a la hora de escribir y describir qué hacían los Puccio puertas adentro ¿Cómo funcionaban dentro de esas cuatro paredes, mientras en el sótano tenían a víctimas secuestradas? Como dice el slogan: la realidad supera a la ficción.
El Papa Francisco lo dijo, así empieza la película de “terror”… Vendrá el anticristo, caminará entre nosotros. Simulará ser Jesús. Una película con todos los clichés, graciosa por momentos. El film nos aclara que Ángela (que buen nombre eligieron) es hija de una prostituta, y a lo largo de la historia se citan y recuerdan todos los pecados que tienen los humanos… y que uno puede ser poseído. Muy buena actuación, correcta de Kathleen E. Robertson. Suma puntos por el final, un final distinto. Y tal vez… ¿con secuela?
Regresan los Griswold, la “desequilibrada” familia que tratará de unir sus lazos durante un viaje que durará una semana. Y la idea, otra vez será ir en auto a Walley World. La saga comenzó en 1983 y luego las secuelas en 1985 y en 1989 como “¡Socorro! Ya es Navidad”; y en 1997 “Vacaciones en Las Vegas”. En este caso, Ed Helms (el padre de familia) se destaca por sobre todos los actores. Los chistes funcionan. Regresar a los 80? siempre es divertido (tal vez más para quiénes tuvieron su adolescencia en esa época). Un guión que entretiene de manera equilibrada durante todo el film… Y volver a ver a Chevy Chase puede emocionar.
La historia de una mujer de más de cuarenta, tan pero tan (pero tan) hot que un joven de 19 años (en la ficción) se enamora y obsesiona hasta la demencia total… Y llena las paredes con fotos de ella, en el sótano… (jamás vista esta escena, no?) Se sabe todo lo que pasará en el “film”, predecible escena por escena. JLo, quién también la produjo, hizo que la cámara la favoreciera siempre. Y se olvidó de actuar. El guión sin sentido y repetitivo deja a la audiencia atónita, no se sabe si es una comedia o están cargando al público. Recuerdo “Atracción fatal”, eso si que daba miedo… eso si que era una obsesión…
Una historia de amor. En un pueblo, un poco aislado, comienzan a conocerse, a recordarse, estos dos amigos de la infancia. Con poco diálogo transcurre una historia chica e íntima. Con muy buenas actuaciones de Manuel Vignau y Mateo Chiarino, que transmiten ternura. El erotismo y la tensión sexual, es marcado con el cuerpo y las miradas, y más silencios que se llenan de ellos. Una película que no muestra a los personajes con tecnología, como celulares o internet, tampoco tienen que estar fumando de todo, ni embriagándose para “vivir”. Una historia pura, con nostalgia y recuerdos. En los silencios, hay exceso de música que mucho no se condice con lo que está pasando. Pero tampoco eso importa mucho.
¿A qué público apunta? Adolescentes en especial. Igual algunos jovenes y adultos pueden disfrutar este film de ciencia ficción, a pesar de los conceptos trillados y obvios, donde se tratará de ver a un robot “sensible”, y a los humanos insensibles. Se nota la influencia de las anteriores District 9 y Elysium. Las actuaciones de los Die Antwoord (Yolandi Visser y Watkin Tudor Jones) son como ellos mismos, pero caen bien, simpáticos, aunque no hagan otro personaje. Me recordó a Short Circuit, por eso le sumo un punto.
El guión sólo pudo ser escrito por una mujer, y eso se nota, con diálogos profundos, intensos, crudos y sin filtro. Ambos actores, Pilar Gamboa y Juan Barberini, salidos de las tablas del teatro, dan vida real y contundente a estos personajes que desde el minuto uno manifiestan, no solo con las expresiones del rostro y la profunda mirada de los ojos, sino con el todo, desborde, depresión, agresión e insatisfacción. No todo es color de rosas ni verde como los dólares.
Dentro del género ciencia ficción y acción, Mad Max cumple a rajatabla lo que un espectador quiere ver en pantalla grande. Adrenalina pura: ni un minuto de descanso tendrán tus entrañas. Un reboot donde la protagonista es ella, una mujer, furiosa, Theron, que junto a Hardy, forman un equipo perfecto, explosivo, enloquecido e incansable por una carretera infernal, con una fotografía impecable. El personaje Nux (Nicholas Hoult) también se destaca por su gran actuación en altura a los protagonistas. La música está a cargo de Junkie XL y eso también es un acierto.
¿Es también una película para quienes no sabe nada sobre el maravilloso mundo de los super héroes? Si (aunque algunos tips tienen que decirte si querés entender todo) En una película de este género todo está permitido, todo se puede hacer, lo ridículo o absurdo, tiene increible sentido, no existe un ” NO, no se puede, es imposible”. Con esta película de casi dos horas y media de duración los fans hablarán durante meses. Un film que viene envuelto en una caja de regalo, y al abrilo estallará todo lo que uno deseaba ver, todos quedan satisfechos y los buenos siempre ganan. Los muy buenos actores, felices de poder mostrarse todo el tiempo en ese papel, ya son “héroes” en Hollywood y con esto, super héroes… (Ambos Chris y Scarlett, ya perfectos…) Por supuesto hay un emotivo cameo a Stan Lee, el creador de todo, con sus 92 años, orgulloso de ver sus creaciones a su lado.