La sala colmada contó con la presencia de Osvaldo Bayer, los documentalistas de ADN, y un público amplio de jóvenes y trabajadores. Una delegación de obreros de la gráfica Madygraf, telefónicos, estatales y docentes estuvieron presentes en esta primera proyección. Con las palabras del famoso poema de Bertolt Brecht leído en alemán comienza este nuevo documental sobre el clasismo cordobés. La preguntas dan paso a las respuestas en imágenes. Gregorio Flores, protagonista de esta película, es el obrero que lee y nos responde muchos interrogantes. El director comentó al comienzo de la función que el proyecto comenzó a filmarse en 2007, y no solo llevó muchos años de trabajo, sino que también se encontró con enormes dificultades y tristezas. La muerte de Gregorio en 2011 modificó los planes. Director y protagonista comenzaron esta película con una historia previa de amistad, y fueron cómplices en esta aventura. La finalización del documental es un gran homenaje para que las respuestas de Gregorio sigan llegando a cientos de jóvenes trabajadores que necesitan conocer y reconstruir su propia historia. Al finalizar la proyección algunos testimonios dieron cuenta de las impresiones que dejó el documental: "La película tiene un material valiosísimo, de un valor histórico impresionante. Por los diversos aspectos que tuvo el Cordobazo, realmente muy valioso, estoy muy contento. El que vivió todo eso realmente ve acá un documento histórico precioso. Van a aprender mucho los jóvenes que no saben nada de esta historia." Osvaldo Bayer "Es una película para que vean muchos trabajadores, para poder debatir sobre la experiencia de los ´70 y poder sacar conclusiones para las futuras luchas. Porque nosotros estamos todos los días en las peleas cotidianas tratando de aprender, pero tenemos que partir también de lo que han hecho las generaciones pasadas, con sus aciertos y sus errores, como lo planteó Flores. Me parece una película muy interesante y muy bien llevada, con un comienzo que parecía escéptico y un cierre que cambia eso mostrando la continuidad." Pollo, trabajador de Madygraf Pasaron 80 años desde que Bertold Brecht escribió su poema, y 45 desde la fundación de los sindicatos clasistas en Córdoba, las preguntas se repiten en el tiempo, y nuevos obreros que leen responden los interrogantes para cambiar esta historia.
Almorzando con el enemigo Desde las primeras escenas, la ambientación de la película nos sumerge en el clima de la época. Mientras suena un tango en la calle, un grupo de tareas secuestra al escritor Haroldo Conti y destruye su casa. Es el 5 de mayo de 1976, en Argentina la dictadura genocida persigue, mata, secuestra y tortura día a día. Los militares patrullan las calles con y sin uniforme, se han instalado centros clandestinos de detención, hay represión cotidiana y censura. El 19 de mayo, Haroldo Conti ya está hace 14 días desparecido, y el general Videla invita a un almuerzo a distintas personalidades del mundo literario. Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Horacio Ratti (SADE), el Padre Castellani, son los elegidos para el encuentro, y especialmente para la foto, un documento que deje constancia que a los responsables del terror les interesa la Cultura, y por otro lado, mostrar que para un sector de la intelectualidad nacional, la Junta Militar está compuesta por gente respetable. La película recorre desde los preparativos, el evento al interior de la Casa Rosada y las repercusiones posteriores. La acción se alterna en un montaje paralelo con la situación de Conti, desde su secuestro, hasta sus días en el centro clandestino, como también se siguen los pasos de su compañera, Marta Scavac, y su bebé, refugiados en la embajada de Cuba. El elenco está conformado por destacados actores. Entre los invitados, Jean Pierre Noher como Borges, Lorenzo Quinteros es quien interpreta a Sábato, Roberto Carnaghi es Horacio Ratti, el directivo de la SADE, y Pompeyo Audivert el padre Leonardo Castellani. En el otro lado Alejandro Awada, personifica al asesino Videla y Arturo Bonín es uno de sus colaboradores. El director Javier Torre, explica que se detuvo mucho en el trabajo de investigación apelando a archivos periodísticos, televisivos e Internet. Más allá del menú que comenzó con whisky, jerez y jugo de frutas para seguir con "budín de verduras con salsa blanca, ravioles y ensalada de frutas con crema o dulce de leche, con vino tinto Bianchi 1887 y San Felipe blanco", todo difundido en la prensa de la época, es difícil reconstruir lo que sucedió fehacientemente puertas adentro de la Casa Rosada. Según algunos testimonios el presidente de la Sade habría planteado el tema de los escritores desaparecidos, en la película se recrea este momento cuando Ratti transmite, tímidamente y entre otros temas, su preocupación por Miguel Angel Bustos, Roberto Santoro y más de quince escritores, por su parte el padre Castellani habría pedido a Videla por Haroldo Conti, solo y al final del almuerzo. Lo cierto es que no hay un registro al interior de este almuerzo, pero sí se registraron las opiniones posteriores. Una de las fuentes que documenta este hecho es una entrevista al padre Castellani aparecida en la revista Crisis, que intentó conversar con los protagonistas, y un mes más tarde del almuerzo publicó la nota. Otra fuente habitualmente citada es la investigación del tomo III del libro La Voluntad, de Anguita y Caparrós en donde se detallan algunas anécdotas y se citan textuales las declaraciones a la prensa de los protagonistas. Si bien en la película se rescatan sólo algunos fragmentos, un recorrido más completo por éstas y otras declaraciones, nos da cuenta de la actitud funcional y servil de un sector de la intelectualidad nacional. La investigación de Anguita y Caparrós rescata algunos momentos: "Le agradecí personalmente el golpe del 24 de marzo, que salvó al país de la ignominia, y le manifesté mi simpatía por haber enfrentado las responsabilidades del gobierno. Yo nunca he sabido gobernar mi vida, menos podría gobernar un país", dijo Jorge Luis Borges, y los periodistas de Casa de Gobierno se sonrieron: ya tenían un titulo para sus notas... "Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el presidente de la Nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación. Hubo un altísimo grado de comprensión y de respeto mutuo...". Dijo, a la salida y a la prensa, Ernesto Sábato. Después le preguntaron su opinión sobre Videla: "El general Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la cultura del presidente". Dijo Ernesto Sábato, y los periodistas volvieron a sonreír: ya tenían un cierre. Ya en 1978, Sábato explicaría su posición en un artículo de la revista alemana Geo: "La inmensa mayoría de los argentinos rogaba casi por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder. Todos nosotros deseábamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos...Sin duda alguna, en los últimos meses, muchas cosas han mejorado en nuestro país: las bandas terroristas han sido puestas en gran parte bajo control". A estas palabras de Ernesto Sábato pueden sumarse otras, publicadas en una valiosa investigación de la revista Sudestada. Allí se da cuenta que ya desde varios años antes el escritor tenía como costumbre elogiar los golpes militares. "Creo que es el fin de una era. Llegó el momento de barrer con prejuicios y valores apócrifos que no responden más a la realidad. Debemos tener el coraje para comprender (y decir) que han acabado, que habían acabado instituciones en las que nadie creía seriamente. ¿Vos creés en la Cámara de Diputados? ¿Conocés mucha gente que crea en esa clase de farsas? Por eso la gente común de la calle ha sentido un profundo sentimiento de liberación...Ojalá la serenidad, la discreción, la fuerza sin alarde, la firmeza sin prepotencia que ha manifestado Onganía en sus primeros actos sea lo que prevalezca, y que podamos, al fin, levantar una gran nación", Sábato en entrevista de de revista Gente 1966. Años más tarde, y luego de festejar el mundial 78, tendrá la capacidad de acomodarse a los nuevos tiempos, y cambiando radicalmente su repertorio comenzará a cuestionar a la dictadura. Su "actuación" es exitosa y se integra a la CONADEP, será también el responsable del prólogo al informe sobre la desaparición de personas, el "Nunca Más". Allí escribió “la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda”, y con estas palabras se difundía masivamente la nefasta "Teoría de los dos demonios". Por eso si completamos la historia de Sábato con su derrotero anterior y posterior, el personaje de la película tiene una caracterización algo benévola. Pero más allá de los matices, El Almuerzo, expone ante el público un hecho que merece ser debatido y cuestionado. Develar el conjunto de las complicidades civiles con el golpe militar sigue siendo una tarea pendiente.
Después de Sarmiento: educación y conflictos actuales ¿Cómo surge el proyecto Después de Sarmiento? Francisco Márquez: Estaba trabajando en el Colegio Sarmiento, me habían convocado junto a otro grupo de jóvenes que no veníamos de la docencia tradicional y que nos dedicábamos a distintas disciplinas (cine, teatro, había físicos, sociólogos, diseñadores de videojuegos, etc…), la idea era que nos vinculáramos a docentes de la currícula tradicional para construir en conjunto recorridos pedagógicos novedosos. Al poco tiempo de entrar al colegio empecé a pensar que allí debía hacerse un documental. Ubicado en plena Recoleta y con un origen de Colegio tradicional y de elite, el Sarmiento hoy cuenta con un estudiantado que vincula a chicos de clases medias trabajadoras y habitantes de la villa 31 de Retiro. Allí, había una rectora que encabezaba un proyecto de transformación que buscaba hacer de la escuela un lugar significativo y que junto a un grupo de docentes buscaban darle las armas para que su cursada les dé herramientas para poder transformar la realidad. Obviamente un proyecto así recibe muchas resistencias y de diversos actores. El Estado: en la película se ve como el gobierno de la Ciudad ni siquiera trata un proyecto que elaboran junto a otras escuelas con entusiasta participación estudiantil. Muchos docentes que se ven puestos en cuestión en sus propias prácticas y prefieren cuestionar a los chicos por su falta de disciplina que pensar que es lo que ocurre que sus clases no los convocan. En este punto también habría que decir que el Estado tiene su responsabilidad, porque muchas veces ese derrotismo docente se debe a años de trabajo sobrecargado y en varias escuelas para poder llegar a fin de mes. Las direcciones sindicales que no se plantean el problema político de la cuestión como si los docentes solo fueran un salario y un estatuto y no personas que necesitan realizarse plenamente en sus trabajos, y eso también significa que su tarea tenga un sentido y poder salir del aula sin las frustraciones que muchas veces implica no poder conectar con los estudiantes. Es decir que era un colegio donde los conflictos y desafíos que vive la educación pública se podían manifestar abiertamente. ¿Qué transformaciones surgen a través de la experiencia de "observación"? Nosotros elegimos un tipo de registro observacional, es decir que la cámara se introduce en el espacio como una mirada que no interviene en los sucesos que acontecen. No hay entrevista, no hay voz en off, no hay ficcionalización. Eso, obviamente, no quiere decir que no haya punto de vista, sino que apelamos a que el público tenga una experiencia activa durante el transcurso de la película y que el sentido total se termine de completar en el debate (en grupo idealmente o consigo mismo). Nosotros no nos impusimos esa forma de registro, sino que fue la que entendimos que podía transmitir de mejor manera, las sensaciones, que queríamos producir. No somos especialistas en educación y no podíamos hacer una película propositiva, tampoco nos interesaba abordarlo desde la lógica televisiva de algunos documentales educativos progresistas donde por la voluntad los conflictos que hay en la escuela son superados. Queríamos hacer una película que plantee interrogantes, que no cierre un sentido, que deje fisuras por donde el público pueda entrarle y generar debates que son muy enriquecedores. Es interesante lo que me dijo una estudiante después de ver la película: “Entendí mucho sobre mi misma.” Eso, probablemente, no lo hubiésemos logrado con entrevistas tradicionales, porque allí, generalmente, se expresan los pensamientos procesados, digeridos, uno expone sus certezas. En la clave de registro de “Después de Sarmiento” en donde las personas se expresan a través de sus acciones, creo que pueden verse a las personas y sus contradicciones. ¿Cuál fue el papel de la "comunidad del Sarmiento" en la elaboración del documental? En un primer momento hubo algún reparo en que hagamos el documental, es difícil que una cámara se meta en una Institución, sobre todo en espacios áulicos que son de cierta intimidad y de mucha exposición. Nosotros siempre dijimos que nuestra intención era hacer un documental que exponga los conflictos y los problemas, y no que los oculte y que haga un relato idílico de la escuela pública. Como había trabajado allí, tenían confianza en mí y finalmente me lo permitieron dejándonos trabajar con total libertad. Los chicos primero se mostraron muy entusiasmados, pero luego las cámaras dentro de la escuela dejaron de ser la novedad y no nos prestaban más atención salvo para informarnos cuando había reuniones del Centro, estaban muy contentos con que registremos como se organizaban. Por el tipo de registro no hubo una participación activa en las decisiones estéticas o narrativas. ¿Qué elementos destacás de los debates registrados? Hubo algo que fue muy revelador para mí en el debate de los chicos en la organización del Centro de Estudiantes. A medida que avanza la película podemos ver que el turno mañana, con mayoría de clase media y el turno tarde con mayor estudiantado de la Villa 31, no pueden ponerse de acuerdo en la organización de un centro que nuclee a los dos turnos. Los de la mañana querían que haya un presidente, un estatuto, etc… los de la tarde planteaban una organización más horizontal porque planteaban que no querían que nadie se erija como autoridad, desconfiaban de la idea de que alguien figure “como el que manda”. Creo que si podemos prestar a atención a esos debates más allá de la cuestión de forma, se puede vislumbrar los vínculos de cada clase social con esta democracia. ¿Cuáles son los interrogantes pendientes? Creo que hay un interrogante que está por encima de todo y que la película no puede responder. ¿Qué sentido tiene la escuela hoy? Es algo que actualmente está en pugna. La inclusión escolar puede empezar con el aumento del porcentaje de PBI invertido allí y con la obligatoriedad de la educación secundaria, pero de ninguna manera termina allí. En primer lugar porque no puede pensarse la educación de manera autónoma a lo que ocurre en el conjunto de la sociedad. ¿Qué tiene para decirle la escuela a los chicos que vuelven a sus barrios y no tienen las necesidades mínimas satisfechas o la policía los persigue y además protege a los transas? Y digo que el sentido está en pugna porque hay docentes, como vemos algunos en la película, que luchan por una escuela transformadora que se convierta en algo significativo para poder transformar sus vidas, y otro sector que prefiere mantener un statu quo de, como dice otro docente en “Después de Sarmiento”, una escuela que hoy no sirve más.
El Clan, crímenes y taquilla La última película de Pablo Trapero (Mundo Grúa, Carancho, Leonera, Elefante Blanco) se basa en un caso real, los crímenes y asesinatos protagonizados por la familia Puccio en años 80. Ficción y realidad conquistan la taquilla. La publicidad de la última película de Pablo Trapero, El Clan, lleva el slogan "la realidad supera la ficción". En este caso la película hace posible una inmersión en un caso policial famoso de comienzos de los años `80. Detrás de una típica familia de San Isidro, dueña de un local comercial y con hijos que juegan al rugby, se oculta una banda criminal dedicada al secuestro y asesinato. El objetivo es económico, la búsqueda de recompensas millonarias por parte de las adineradas familias de las víctimas. La acción familiar está a tono con el contexto social. Afuera de la casa de los Puccio, transcurren los últimos meses de la dictadura genocida, responsable de secuestros masivos, desapariciones y asesinatos. Crímenes privados y estatales comparten métodos y entrelazan colaboraciones. ¿Cómo plantear una historia en la que los espectadores conocen su desarrollo y su final? Más allá de quienes no fueron contemporáneos, decenas de notas periodísticas y programas de investigación abordaron estos hechos, entonces ¿Cómo contar una historia que mantenga el suspenso, que atraiga toda la atención? La ficción de Trapero desarrolla la trama a través de la construcción de los personajes. La narración emerge y crece a través de los distintos movimientos al interior de la familia. El suspenso pasa por descubrir hasta dónde llegará cada uno, cuáles serán sus grados de cinismo y complicidad. Una mesa servida, el mantel de tela, la clásica discusión entre hermanos, la comida de mamá. Un padre que prende la tele, reza en la mesa, da las indicaciones para todos, barre la vereda, saluda a los vecinos. Una familia normal. Un hombre es llevado en el baúl del auto, encierro, ojos vendados, llamadas extorsivas, disparos, millones de dólares. Es esta misma familia normal. Esta doble realidad de los Puccio es la que moldea la construcción de los personajes de El Clan. Arquímides y Alejandro son los principales protagonistas, y el clan se completa con Epifanía, la esposa y sus otros cuatro hijos: Guillermo, Maguila, Silvia y Adriana. Todos son parte de un mecanismo de encubrimiento y barbarie. Conscientes, cómplices o confundidos, sólo un hijo logra huír del mandato paterno. Guillermo Francella se destaca en la interpretación de Arquímedes Puccio, el padre de El clan, el patriarca que dirige el negocio familiar. El personaje está omnipresente para imponer su orientación. Conquista cómplices y logra obediencia perfecta. Tiene lazos con integrantes del gobierno militar y sus bandas afines. Las miradas, los detalles y comentarios dirigidos a cada uno de los integrantes de la familia aportan siempre al mismo fin, "el clan unido como pantalla del horror". En la trayectoria del famoso actor encontramos distintos "padres de familia", esta interpretación contrasta con todas las anteriores que lo tuvieron como protagonista de tiras cómicas y livianas. Como ya había sucedido en El secreto de sus ojos, en esta ocasión, se puede destacar en otro tipo de papel que valoriza su trabajo como actor. Peter Lanzani interpreta a Alejandro, el hijo de Arquímides, un personaje complejo, un cómplice con sentimiento de culpa que participa en las operaciones con su padre. El desarrollo de esta relación padre-hijo es un eje central de la película. El actor, conocido por sus papeles en programas para adolescentes, logra una buena interpretación del joven campeón de rugby que esconde una vida de crímenes familiares. El trailer de difusión de la película presenta una escena central que retrata a la familia. Arquímides Puccio, abraza a su esposa y toma una bandeja con comida recién hecha. Está en pijama y camina por su casa seguido por un gran travelling. Le habla a sus hijos, organiza la vida y camina con la bandeja. Como si todos o nadie supieran hacia donde se dirige, sube las escaleras hasta abrir la puerta de una oscura habitación en donde un joven secuestrado intenta gritar o pedir ayuda. Rodeado del calor familiar, un joven espera su muerte. Travellings y acciones paralelas son recursos utilizados en la estructura narrativa. Más allá de las valoraciones técnicas, en algunos momentos los montajes alternados se vuelven reiterativos o forzados. La ambientación de época, está muy bien lograda, sin olvidar que cuenta con un presupuesto millonario. La inversión en éste área, junto a la elección de actores famosos, y un amplio despliegue de publicidad son los factores en donde se asienta este nuevo éxito de taquilla. Otro recurso que busca la empatía del público es la utilización de música de época, en este sentido se tiende a una reiteración de videoclips que no aportan al conjunto de la película. Al igual que en Relatos Salvajes, muchos secretos detrás del éxito se pueden medir al contado y por millones. Su estreno en 267 pantallas instala esta historia en todos los rincones del país y contrasta con los estrenos de cine independiente a los que se destinan tan sólo 1 o 2 pantallas por película. La utilización de archivo televisivo aporta al contexto temporal. Trapero retrata el final de la dictadura en la historia de esta familia. Los criminales de estado caen y poco después cae en desgracia el Clan Puccio. Las imágenes de archivo de la democracia coinciden con la caída del clan. Como toda película es siempre un recorte, si ampliamos la mirada histórica, el caso Puccio es también un ejemplo de lazos entre crimen y estado, que hasta el día de hoy persisten. Las denuncias de las redes de trata, narcotráfico y múltiples crímenes que actúan con complicidad de fuerzas policiales, intendentes, funcionarios y sectores de la justicia están presentes en las noticias de estos días para recordarlo.
Pasaron más de 10 años de la masacre de Cromañón, y pasaron cientos de imágenes. Noticieros con columnistas que estigmatizaron a los jóvenes, programas de opinión que diluyeron culpas de funcionarios, sonrisas burlonas de los responsables, fotos de las víctimas en pancartas, zapatillas colgadas como una imagen-símbolo de la tragedia, imágenes en vivo y en directo de marchas, charlas y festivales para pedir justicia, transmisiones de las distintas instancias judiciales, cortos y fotos para apoyar la lucha. Vimos cientos de imágenes, y ahora Mayra Bottero presenta una película que ayuda a ordenarlas, a reflexionar y a profundizar en sus sentidos. La directora señala "Cromañón tuvo una cobertura periodística incansable. Creemos en que todo fue dicho, mostrado, y narrado. Sin embargo, las causas de la tragedia de Cromañón son tan complejas como la conformación de nuestra sociedad, y entonces necesitamos de un tiempo distinto para pensarlo otra vez. El cine puede darnos ese otro tiempo" La lluvia es también no verte, es el primer documental sobre Cromañón. Está contado desde adentro, por quien fue parte de los lazos de las víctimas y se sumó a la lucha por justicia, con cámara en mano, desde los comienzos de esta historia. La voz en off de Mayra acompaña momentos de reflexión. La directora perdió a su amigo Federico González esa noche de diciembre, y durante diez años acompañó las distintas instancias de lucha. Los familiares y sobrevivientes son los protagonistas y tienen la palabra a través de un relato que recorre la denuncia y la experiencia en la búsqueda de justicia. El archivo documental, aportado por una familia que minuciosamente grabó en VHS cada aparición mediática referida al tema, repasa todos los capítulos. Desde el humo y la enorme tristeza de las calles ennegrecidas del 30 de diciembre de 2004, con restos de ropa, zapatillas, sonidos de sirenas y gritos, hasta las últimas sentencias del caso, para luego volver a otra masacre, también en el barrio de Once, pero en febrero de 2012 y esta vez con los trenes de protagonistas. El archivo no miente, las víctimas y los responsables son los mismos. La película explica los hechos para dejar claro las responsabilidades. Puertas de salida cerradas, ventanas tapiadas, una enorme sobreventa de entradas que triplicaba la capacidad del local, material inflamable, coimas a funcionarios, falta de ambulancias e infraestructura para la atención. El relato deja claro que no se trató de un accidente. La voz de los familiares y los sobrevivientes apunta a los empresarios y remarca especialmente la responsabilidad del estado y sus funcionarios. El repudio a Aníbal Ibarra se repite en cada testimonio. Las reflexiones contestan al sentido común sobre la idea del "estado ausente", y aclaran que el estado está muy presente para garantizar la corrupción y la impunidad. En el mismo sentido de los testimonios que registra, Mayra Bottero agrega "En este punto es que el Estado se convierte en protagonista del crimen social que ha significado la muerte de casi doscientas personas". Las idas y vueltas de la justicia se muestran con una detallada cronología. El lugar del grupo Callejeros también es parte de la reflexión. Familiares que buscan que quede claro su responsabilidad y fans del grupo que los defienden. La polémica también está presente, desde un lugar que recuerda que el grupo tuvo la seguridad a su cargo y que se animaron a pedir indemnizaciones millonarias. La juventud, estigmatizada por los medios, objetivo de negocios para los empresarios, destinataria de represión y censura por el estado, es la protagonista. El documental destaca la solidaridad: el 30% de los muertos fueron jóvenes que volvieron a entrar para ayudar a otros. La joven directora, parte de la generación Cromañón, reflexiona "En nuestro país la policía mata jóvenes todos los días. La juventud es un negocio infinito. Por omisión o complicidad nos servimos de ello bajo los códigos de la impunidad." Mayra cuenta que una de las referencias para el título de la película es la "lluvia" de las imágenes de archivo de los viejos VHS. La lluvia del archivo no deja ver el fondo de la historia, pero aporta un registro imposible de olvidar como a un Omar Chabán que dice "yo culpo a los 3 tipos que tiraron la bengala, el pueblo es el culpable". La imagen deteriorada del archivo se contrapone con la cámara comprometida de Mayra que descubre relaciones de imágenes que trasmiten mucho. Los rostros de las víctimas de Cromañón y de la tragedia de Once en pancartas son parte de esta reflexión audiovisual acerca del mundo que miramos todos los días. Sobre el final, la voz en off nos recuerda que Cromañón no es el único, junto a la desaparición de Luciano Arruga, la tragedia de Once y las inundaciones, cada mes del año tiene un crimen social para recordar. Las distintas formas de lucha y organización tienen el valor de un registro directo que es parte de este colectivo, y así la cámara puede descubrir entre la enorme tristeza, las convicciones, la fuerza que surge de estar juntos, o la ternura de una madre murguera que le canta a su hijo. Entre las motivaciones de la película la directora expresó "Cromañón quedó plasmado en los memoriales más angustiantes de nuestra historia, entonces la película se pregunta acerca de aquello que todavía nos mantiene en vilo, acerca de ese tesoro que nos impulsa a creer en que hay mañana después de tanta muerte. La búsqueda de justicia se vuelve entonces una razón para continuar".
La llegada a las pantallas argentinas de la última película de Christian Petzold es una buena noticia. Según los últimos datos disponibles del 2013, en ese año se estrenaron solamente tres películas alemanas en nuestro país, y más allá de algunas variaciones esta cifra parece mantenerse hasta estos días. Si bien ésta ya es una razón de peso por la cual ir a ver Ave Fénix, la película aporta muchos elementos que la destacan de la oferta cinematográfica actual. La historia, escrita en común entre Christian Petzold y el fallecido Harun Farocki, es una adaptación de la novela "Retour des cendres", de Hubert Montelhet, que tuvo anteriormente dos versiones cinematográficas. El régimen nazi acaba de ser derrotado. Dos mujeres viajan en auto por una oscura y cerrada noche alemana. Las detienen en un puesto de guardia militar en donde les piden documentos y al notar que una de ellas está con la cara completamente vendada desconfían e insisten en que les muestre su rostro. Ella es sobreviviente de un campo de concentración y con sólo correr unos milímetros el vendaje la guardia militar se aleja, no puede seguir mirando. Con esta primera escena comienza Ave Fénix, y esconder las heridas, mirar para otro lado o cerrar los ojos ante el destrozo será una acción presente a través de distintas formas a lo largo del film. En Ave Fénix, Nelly Lenz (Nina Hoss) es una cantante judía que sobrevive a los campos de concentración nazis y a su regreso, con la cara totalmente desfigurada, se somete a una cirugía estética que cambia su rostro dejando un resultado distinto, con algunas huellas de su aspecto anterior. Su amiga Lene (Nina Kunzedorf) es quien la acompaña en este regreso e intenta convencerla para emigrar a Palestina, pero Nelly sólo está motivada por un objetivo, encontrar a Johnny (Ronald Zehrfeld) quien fuera su marido. Mientras su amiga intenta convencerla que fue él quien la delató y traicionó, y que pretende heredar su fortuna, Nelly se prepara para un encuentro en donde pueda averiguarlo por sí misma. En el transcurso de ésta búsqueda Johnny no la reconoce, pero quiere reconstruir en ella la imagen de quien considera desaparecida. Nelly entra en el juego y en ese camino descubre nuevas verdades. La narración se construye con elementos de drama, thriller y cine negro, que sostienen la atención en forma permanente a través de una ambientación y fotografía de época. Se destacan la construcción de los personajes y su interpretación, especialmente la dupla Hoss-Zehrfeld, quienes ya habían protagonizado Bárbara, la película anterior de Petzold. Las imágenes de paisajes sombríos, las ruinas de una Alemania destrozada, las cicatrices, actúan como el espejo del mundo interior de una sociedad despedazada y abatida moralmente. Después de la tragedia y el horror, emergen también la indiferencia, las miserias personales y el cinismo, y este clima se trasmite a través múltiples detalles de la trama. Christian Petzold tiene una filmografía que abarca distintos momentos de la historia alemana, y dentro de su obra las dos últimas películas, Bárbara y Ave Fénix actúan casi como en espejo descubriendo dos momentos históricos diferentes moldeados por los resultados de la segunda guerra. La primera situada en Alemania del este en los años ´80 cuestionando aspectos del régimen burocrático, y Ave Fénix en la inmediata posguerra de Alemania bajo control del ejército norteamericano. En sus historias son los dramas personales y la complejidad de las relaciones humanas las que encabezan un relato que devela también el peso de las coordenadas sociales e históricas en la construcción de los sentimientos y psicologías personales. Esta última película, la más alejada en los tiempos históricos, está también construída por una mirada particular desde el presente actual. Según Marc Ferro, que investiga sobre las relaciones de Cine e Historia, "el cine nos informa del presente, incluso si se trata del pasado"; mientras que para Caparrós Lera “las películas hablan sobre todo de cómo es la sociedad que las ha realizado”. Entonces, ¿cuáles son las huellas del presente en Ave Fénix? En un país como Alemania en donde en los últimos meses se han realizado movilizaciones de miles organizadas por el movimiento xenófobo Pegida, y a su vez contra-movilizaciones para enfrentarlas, junto al desarrollo de un movimiento de refugiados apoyado por sectores de la juventud, volver a poner en foco y cuestionar la indiferencia de grandes sectores de la sociedad ante la barbarie, la discriminación y el horror contiene también un llamado de atención hacia tiempos actuales. En Ave Fénix las imágenes se suceden a través de una sólida construcción narrativa donde todos los elementos se combinan para recorrer una historia que logra conmover e inquietar. Entre muchos de los logros de esta película se destaca el final, una música justa, Speak Low de Kurt Weill (músico alemán colaborador de Bertolt Brecht) acompaña las imágenes justas, sin necesidad de decir mucho más.
El patrón, radiografía de una clase La nueva película de Sebastián Schindel, (Mundo Alas, El rascacielos latino, Rerum Novarum, Que Sea Rock, Germán, Cuba Plástica), es un thriller de denuncia social basado en un caso real narrado en el libro de Elías Neuman que aborda su experiencia como abogado. Los nombres propios de los personajes de esta historia no son obstáculo para identificar una realidad extendida en el mundo de las relaciones laborales. El Sr. Latuada (Luis Ziembrowski) es un empresario exitoso, dueño de una cadena de carnicerías y conocedor de todos los secretos capaces de acrecentar sus ganancias. La receta es sencilla: superexplotación laboral de sus empleados y estafas a los clientes. Hermógenes Saldívar (Joaquín Furriel) es un hachero santiagueño que viaja a Buenos Aires con su esposa Gladys (Mónica Lairana) para conseguir un trabajo mejor, y termina en uno de los locales de Latuada, sometido a una brutal situación de esclavitud. La narración fluye a través de dos tiempos paralelos, uno es el presente judicial, en donde el abogado Marcelo di Giovanni (Guillermo Pfening) pasa de ser un indiferente en busca de éxito personal a comprometerse con la defensa de Hermógenes Saldívar, el asesino de su patrón. La búsqueda de las causas detrás del crimen dan paso al otro tiempo de la historia, el pasado de sometimiento, humillación y explotación sin límites que subyace al caso policial. La estructura se apoya en destacadas interpretaciones, especialmente la de Luis Ziembrowski, quien construye un patrón engreído, violento, machista, que logra despertar el rechazo del público. También aporta el rol de Germán de Silva, que interpreta a un especie de capataz encargado de trasmitir a Hermógenes los gajes del oficio, los trucos para poder vender carne podrida. Los planos que nos acercan al mundo de la carne son tan contundentes que parecen aportar al cine la posibilidad de transmitir olores. No pocos espectadores sienten náuseas ante el estado de putrefacción que se presenta en la pantalla. La experiencia documental del director se trasmite a través de la cámara en mano en el detrás del mostrador de las carnicerías y en el trabajo de investigación del medio en el que basó la construcción de las escenas. Lo más débil de la película se encuentra en el personaje del abogado y su línea argumental. En un buen marco de denuncia de un sistema judicial ajeno a los intereses de los explotados, este profesional logra sensibilizarse y comprometerse hasta conseguir la libertad de Hermógenes. Más allá de que éste sea el recorrido de la historia real, basada en el desarrollo del proceso judicial, el peso de este elemento en la película trasluce la confianza en cuanto a que acciones honestas e individuales pueden enfrentar las consecuencias de profundas injusticias sociales. "El patrón, radiografía de un crimen" acierta en situar en la actualidad este relato sucedido hace más de 30 años. El retrato de Latuada no es un caso particular. Una radiografía de clase deja ver que detrás del cuerpo del sistema existen múltiples ejemplos de maltrato, humillación y opresión. Las denuncias sobre las condiciones de esclavitud en los Talleres textiles de la ciudad de Buenos Aires, el trabajo rural, la precarización o la xenofobia hacia los inmigrantes son muestra de las condiciones que imponen "los Latuada". Es este el verdadero crimen, que no podrá resolverse tan sólo con buenos abogados.
Una antigua estrella de Hollywood, famoso por interpretar a un superhéroe alado éxito de taquilla, decide redimir su pasado montando una obra de teatro seria y reflexiva. Michael Keaton, quien fuera el actor de Batman, interpreta ahora a Riggan Thomson, el actor que hace veinte años fuera Birdman. No parece casualidad (aunque quizá lo sea), lo cierto es que Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia) es una película sobre el mundo de las películas, el comercio del espectáculo, el teatro, la fama y la decadencia, los egos y las estrellas, la realidad y la ficción, y en medio de estos cruces y laberintos se construye esta comedia negra que puede reírse de sí misma y de su mundo. Para alejarse del universo de los superhéroes Riggan Thomas eligió una obra de Raymond Carver "De qué hablamos cuando hablamos de amor", y en el proceso de ensayos entabla un debate consigo mismo, en la piel de Birdman, su antiguo personaje. A través de una voz que sale de su interior o por medio de la imagen corpórea del hombre pájaro, este alter ego no deja de cuestionarlo, burlarse o recordarle constantemente que no puede descartar su pasado así nomás. Los compañeros de ruta en el proyecto teatral son Mike, un actor de moda que puede garantizar el éxito en la obra a la vez que quemar los nervios de todo el equipo; Sam, su propia hija, con quien tiene una conflictiva relación; las actrices, un amigo productor, su ex-esposa y una ácida crítica teatral. En cada cruce y diálogo se traslucen las dudas y angustias del "antihéroe", padre ausente arrepentido, actor para consumo masivo que está en el fondo tratando de remontar. Los personajes y situaciones se construyen a partir de un guión escrito por el propio Iñárritu junto a dos argentinos (ambos primos y nietos de Armando Bo), Nicolás Giacobone y Armando Bo (director de la muy recomendada El último Elvis). La música tiene el peso de otro personaje, con una batería que sacude, acompaña la locura y las reacciones salvajes. No deja claro si está ahí, si brota de las catacumbas del teatro, hasta que podemos verla, sin comprender si siempre estuvo ahí, o si la estamos imaginando como Riggan a Birdman. El mundo del teatro por dentro es recorrido por una increíble cámara que no descansa. Un plano secuencia que se presenta como continuo (aunque en verdad no lo sea) y que recorre con una fluidez increíble todos los escenarios, pasillos y camarines que se le presentan, dando lugar y rodeando a uno u otro personaje, según los planos vayan descubriendo. La cámara recorre el detrás de escena y el cine muestra la vida del teatro tomando parte de sus códigos, escenas largas, sin descanso, sin cortes, todo ahí, expuesto. El director de fotografía Emmanuel Lubezki es el responsable de este gran trabajo técnico que es una de las varias dimensiones de la película. Los actores demuestran su capacidad en largas tomas que exigen su máxima concentración y acercan la actuación cinematográfica a las exigencias del teatro. La película de Iñárritu ofrece múltiples dimensiones. En la analogía con la realidad no sólo se encuentra Keaton, sino también Edward Norton, un famoso actor que interpreta a un famoso actor, y que en la vida real también pasó por productos envasados de Hollywood como El increíble Hulk. La oposición Hollywood vs Brodway, producto de entretenimiento (o genocidio cultural como lo define Mike en la película) vs una obra teatral seria (también diseñada para hacer estallar la taquilla), no escapa a la dimensión de una producción artística presa de las exigencias del mercado. La misma película critica y se burla de la superficialidad del sistema que la produce, pero esto no es nuevo, es parte de una estrategia de las majors de permitir renovaciones y críticas para que la rueda siga girando y el negocio rindiendo. La productora de Birdman es una división de la 20th Fox (Fox Searchlight Pictures) que se especializa en películas independientes. Ningún género o estilo queda por fuera del negocio. Finalmente, son las imágenes que se destacan y suceden dando lugar a un mundo propio. Con planos que revelan a Riggan a través de las arrugas en la cara de Keaton, con corridas en calzoncillos por el medio de Brodway y el refugio de una licorería escondida en medio de un enjambre de lucecitas de colores, hay un mundo de Riggan/Birdman que no se encuadra en la realidad pero tampoco en el sueño, que está en el límite y que no es necesario encasillarlo. Si en la película, la crítica de Nueva York describe la puesta de "De que hablamos cuando hablamos de amor" como un "nuevo realismo", nosotros, los espectadores de Birdman, podemos descubrir con gusto un poco de surrealismo en las pantallas.
La nueva película de Clint Eastwood, Francotirador (American Sniper), es la historia de Chris Kyle, un francotirador del ejército norteamericano, que viajó a Irak en 2003 y se dedicó a asesinar 160 personas según el Pentágono, o 255 según reporta él mismo. Cualquiera de las cifras para este personaje se trataba de eliminar "malditos salvajes". Así describe Kyle a sus víctimas en la autobiografía que sirvió de libro para la película que retrata su vida interpretada por Bradley Cooper. En la primer semana de estreno la película tuvo una recaudación récord en Estados Unidos, consiguió más de cien millones de dólares en los cuatro primeros días y ya tiene 6 nominaciones para los premios Oscar. El New York Times señala este fenómeno "mientras la intelectualidad americana se ocupa en conversar sobre los dramas con poco público como Boyhood y Birdman, cada día los americanos corren en masa a ver un film patriótico y pro-familia, interpretado más como una megaproducción de superhéroe de verano que como un puntual drama bélico con 6 nominaciones al Oscar". La gran maquinaria de Hollywood, en acuerdo con los militares y los sectores de poder, se encarga de instalar los temas necesarios en cada momento. Desde los atentados a las torres gemelas en septiembre de 2001, rescatar héroes militares americanos, exaltar un orgullo guerrerista y demonizar a la población árabe y musulmana, son temas siempre presentes en la filmografía de Hollywood y los premios Oscar. Pero los primeros días del estreno no sólo destacaron los éxitos de taquilla sino también voces polémicas que se hicieron escuchar. El documentalista Michael Moore comenzó con un twitt: "Mi tío fue asesinado por un francotirador en la Segunda Guerra Mundial. Nos enseñaron que los francotiradores eran cobardes. Te matan por la espalda. Los francotiradores no son héroes. Los invasores son peores". Ante esto salieron a responderle sectores del ejército, los medios y la derecha norteamericana. La política republicana Sarah Palin fue una de las primeras. Ella acusó a "los izquierdistas de hollywood que escupen en las tumbas de los luchadores por la libertad y jamás podrían calzarse las botas de Kyle" . Para dejar clara su postura, se tomó una foto que difundió por twitter con la leyenda "Fuck you Michael Moore". Rupert Murdoch, el magnate empresario de los medios y cabeza de la corporación que maneja la Fox también sumó su voz a través de twitter: "Izquierdistas de Hollywood destrozan héroe americano, muestran cómo están completamente fuera de contacto con América. ¡Bravo Clint Eastwood!". Ante las críticas a Moore por atacar a las tropas, él respondió: "Al final, de lo que estoy más orgulloso de haber hecho por las tropas fue haber sacado la cabeza afuera hace 12 años y convertirme en un opositor a Bush y a la guerra. Traté de salvar muchas más vidas de lo que un francotirador podría esperar, en primer lugar, previniéndonos de ir a la guerra...¡Entonces, Fox News y otros medios, dejen de decir mierdas sobre mí, suenan ridículos!". Otras críticas a la película lanzó también Bill Maher, presentador de televisión, actor y periodista. En su programa de HBO se refirió a Francotirador como "la historia de un psicópata asesino". Leyó en vivo extractos de la autobiografía de Kyle, también llamada "American Sniper", en donde dice que disfrutó la guerra y trata a sus objetivos como salvajes: "Me encanta matar chicos malos -incluso con dolor, yo amaba lo que estaba haciendo-", "tal vez la guerra no es muy divertida, pero sin duda lo estaba disfrutando". Para sumar voces al debate Noam Chomsky se refirió al libro en el que se basa la película: "American Sniper enseña a odiar a los ’malditos salvajes’ que Estados Unidos asesina todos los días" , y, para reafirmarlo, cita también el texto de Kyle que dice: "Salvajes, despreciables, demonios, eso era lo que estábamos combatiendo en Irak... En realidad no había otra manera de describir lo que nos encontramos allí". Chomsky plantea que la ideología que expresa American Sniper es lo que explica "por qué es tan fácil ignorar lo que es claramente la campaña terrorista más extrema de la historia moderna. La campaña mundial asesina de Obama, la campaña de aviones no tripulados, que oficialmente está dirigida a asesinar personas de las que se sospecha que tal vez algún día planifiquen hacernos daño". Además de estas personalidades, múltiples críticas aparecieron en las redes sociales cuestionando el racismo y la islamofobia de la película, y poco antes del estreno, un gran cartel publicitario fue intervenido en Los Angeles con la leyenda "Asesino". Desde otro ángulo, la película también sumó cuestionamientos, ya no en un sentido político: el tema es que esta megaproducción, que tiene un respaldo de millones de dólares, utiliza un bebé de plástico para ahorrar presupuesto. Esta graciosa crítica aportó un video en youtube que sumó 2 millones 300 mil vistas y fue bajado por la Warner antes de que siga creciendo. Periodistas de medios internacionales como The Independent, Liberation y otros más también apuntaron contra la película. Pero más allá de todas las voces que se alzan para desnudar esta burda propaganda norteamericana, no podemos dejar de ver que esta producción, que costó 58 millones, ya tiene a la fecha una recaudación récord de 204.583.784 dólares tan sólo en dos semanas y en Estados Unidos. En Argentina, la película se estrenó una semana después, en 116 pantallas, y ya está segunda en los números de taquilla semanal con más de 100 mil espectadores. El sistema de dominio mundial imperialista tiene su imagen, y está en Hollywood. No quedan dudas de la necesidad de cuestionarlo.
La película de René Ferét cuenta la historia de Nannerl, la desconocida hermana de Wolfang Amadeus Mozart, quien también se dedicó a la música pero no tuvo las mismas posibilidades que su hermano menor. ¿Cuántas compositoras de música clásica conocemos? La lista de nombres más reconocidos está compuesta por hombres, pero esta situación lejos de ser natural es la consecuencia, en el terreno particular de la música, de siglos y siglos de opresión de la mujer. La historia de la hermana de Mozart está desarrollada en al menos cinco libros durante los últimos diez años y la reciente película de Ferét amplía la difusión. La película está ambientada en la gira por Europa que emprende la familia Mozart en 1762 para dar conciertos interpretados por el padre y sus dos hijos presentados como prodigios. Las cartas que el padre Leopold Mozart escribió a Lorenz Hagenauer, el financista de este viaje, sirvieron como argumento para el guión. Estos documentos aportaron parte de la historia, y otros elementos y personajes, como la relación con las hijas de Luis XV, son parte de una elaboración imaginaria basada en un estudio de la época. Se trata de una producción histórica, sin los gastos de las superproducciones del género, pero con buena ambientación y clima de época. En los primeros minutos de la película, Nannerl comienza a tocar el violín y esto desata una discusión familiar. "Padre: Nannerl, te prohíbo tocar el violín Nannerl: Cuando yo tenía su edad (refiriéndose a su hermano) me destacaba con el violín, ¿por qué me lo prohibió de repente? Madre: Sabes bien que ese no es un instrumento para niñas, tu padre te lo repite sin cesar..." El tono de este diálogo se repite en otras situaciones. Mientras el padre da clases de composición a Wolfang, prohíbe a Nannerl presenciarlas. "Nannerl: Papá, ¿Me permitirías asistir a las clases de composición que impartes a Wolfang? Padre: Mi pobre niña, se deben conocer los secretos de la armonía y del contrapunto, resulta incomprensible a mucha gente, sobre todo a las mujeres..." Las ideas familiares eran la expresión de las ideas de la época en donde las mujeres tenían prohibido asistir a las Academias de Música. Su lugar en la sociedad estaba destinado al trabajo doméstico y el cuidado de su familia. La película refleja esta problemática a través de distintos personajes. La situación de opresión de la mujer y la discriminación ante la producción artística es un tema abordado en diversas obras, una de ellas es Un cuarto propio (1929) de Virginia Woolf, un ensayo que relata muchos aspectos similares a la historia de Nannerl. En este texto la autora hace el ejercicio de imaginar ¿Qué hubiera pasado si Shakespeare hubiera tenido una hermana?. La respuesta, al igual que en la película, relata que a esta hermana imaginaria-Judith- nadie le hubiera permitido escribir, estudiar o realizar cualquier actividad creativa como la desarrollada por su hermano. "Entretanto, su dotadísima hermana, supongamos, se quedó en casa. Tenía el mismo espíritu de aventura, la misma imaginación, la misma ansia de ver el mundo que él. Pero no la mandaron a la escuela. No tuvo oportunidad de aprender la gramática ni la lógica...". En fin , al igual que la hermana de Mozart, hoy nadie la conocería. Además de la opresión de género, el texto remarca la opresión de clase como un elemento central que impide el desarrollo artístico. "El poeta pobre no tiene hoy día, ni ha tenido durante los últimos doscientos años, la menor oportunidad... Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos...Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía..." Woolf plantea la necesidad de la emancipación económica de las mujeres y la importancia de tener "un cuarto propio", un espacio fuera del impuesto lugar familiar, en donde poder desarrollar su propia creatividad. Ni la real hermana de Mozart, ni la imaginaria hermana de Shakespeare pudieron desarrollar su producción artística. El patriarcado se ha sucedido a lo largo de distintos sistemas de explotación en la historia, obstaculizando la producción artística de las mujeres y las clases explotadas. Una lectura de la película Nannerl, la hermana de Mozart de René Ferét puede también dejarnos el interrogante: ¿Cuántos artistas anónimos han quedado en el camino? ¿Cuántos hombres y mujeres hoy siguen excluidos de la posibilidad de producir arte?