Mercedes lleva en apariencia una vida tranquila, salvo por el hecho de que quiere subir imperiosamente al altillo de su casa. En otro lugar de la ciudad, Adrian llama a cuatro amigos que no ve hace tiempo. Esta reunión no es para celebrar nada en particular, sino por todo lo contrario, es para que cada uno cuente sus experiencias sobrenaturales y asi poder ayudar a un alma en pena, mediante el juego de la copa. Nos llega una nueva producción argentina de terror, 5 AM, esta vez centrada en el siempre interesante contexto del juego de la copa, y todos los rumores y mitos que eso conlleva, y lo mucho que se puede construir y contar alrededor de ello. Y por desgracia quizás sea lo más interesante que ofrezca 5 AM, el mundo que intenta explorar. Bueno, eso y la mas que acertada dirección a cargo de Ezio Massa, ya sea por saber utilizar el aire a cine independiente que transmite 5 AM durante todos su metraje, como por utilizar una fotografía que hasta llega a incomodarnos por momentos. Es una lástima que su trabajo como guionista no esté a la par de su dirección, ya que el film se enreda constantemente en intentar sorprender a base de giros, siendo que quizás si se contaba algo mas simple y lineal, se hubiera obtenido un mejor resultado. También es irregular el trabajo actoral. Ya que si bien Cristina Alberó y Adrian Spinelli están a la altura de sus roles protagónicos, logrando crear empatía pero también transmitiendo misterio e incertidumbre; el resto del elenco está por debajo de ellos. Ya sea por los actores mismos, o porque los personajes no estaban demasiado trabajados, este es quizás la gran pata floja de 5 am. De todas formas al ser un producto argentino, sin el apoyo de una gran productora detrás, estamos ante una película que tiene más de una cosa destacable, y que si bien dista de ser una buena película, tampoco está al nivel de algunas producciones vistas el año pasado, que mejor no nombraremos. Para los amantes del género del horror seguro disfrutaran un poco mas de ella que el espectador no tan aficionado, pero tampoco es para ir con muchas expectativas.
A jugar con la muerte El juego de la copa es conocido por todo espectador familiarizado con el cine de género, pero en Argentina no ha sido tan explotado desde las propuestas cinematográficas y 5 A.M. Cinco ante el miedo es un caso atendible por tratarse de una apuesta a escaparse de los relatos convencionales, en función de sorprender al espectador con una historia compleja a nivel narrativo. Tanto en La Plata como en Buenos Aires se entrecruzan dos historias, donde la invocación a los difuntos es el nexo entre los personajes. Por un lado, Adrián (Adrián Spinelli) convoca a sus amigos, a quienes aparentemente no ve hace tiempo, para pedirles ayuda y así exorcizar -de cierta manera- su vínculo del pasado con una presencia que lo persigue desde que es pequeño. Por otro, Mercedes (Cristina Alberó) percibe anomalías en el altillo de su casa y sus ojos de espanto transmiten que hay algo del pasado también presente en ese lugar. A partir de allí, los rituales se ejecutan de forma habitual aunque con un procedimiento con reglas que no pueden alterarse como por ejemplo que haya 5 personas en la invocación. Tanto en un espacio como en el otro, la idea de reunión inesperada es el elemento del suspenso, además el contacto entre los relatos orales y el pasado, a modo de ejercicio lúdico y fuera de campo de leyenda urbana entre pares, todos testigos o partícipes de alguna experiencia cercana con la muerte. Muchas veces cuando se habla del término “cine independiente” no se piensa en otra cosa que en los diferentes modos de producción frente a la idea de cine comercial. Sin embargo, el rótulo independiente se debería extender también en lo que a propuesta se refiere por asumir riesgos no relacionados con los aspectos comerciales. Y en ese sentido 5 A.M. … elige ese rumbo desde su historia construida en base a un guion que por momentos desorienta pero que gracias a un buen trabajo de montaje logra sobreponerse y mantener al público atento al desarrollo de los acontecimientos. La inteligencia de 5 A.M. … es precisamente explotar el artificio de la puesta en escena para correrse de a poco de lo convencional teniendo presente que el trasfondo de toda la historia no es otro que el conocido juego de la copa y sus derivados psicoemocionales. Ezio Massa escribe y dirige a conciencia y con absoluta seguridad en lo que quiere contar, no busca atajos para llegar a buen puerto y pese a ciertas falencias en el guion sale airoso en la idea integral.
5 AM: Juego macabro…y fallido. El director Ezio Massa regresa al cine de género en una cinta que tiene una propuesta interesante pero falla en varios aspectos. Mercedes, esta obsesionada con subir al altillo de su casa … Ese lugar esconde un misterio. En otro lugar cuatro amigos reciben un llamado de Adrián, un amigo que no ven hace tiempo. “Yo se algo de ustedes cuatro que entre ustedes desconocen”… Con estas palabras, Adrián manipula a sus cuatro amigos, para jugar por última ves un juego de invocación. Mercedes finalmente ingresa a ese oscuro altillo. El juego que va a unir estas historias, se llama 5AM, se juega cinco minutos antes de la media noche, y algo se manifiesta. Este nuevo film de género argentino tenía todas las chances de ser un nuevo clásico pero se queda a medio camino entre lo bizarro y lo naif. Hay varios aspectos a destacar y muchos en contra, con lo que el resultado final deja un sabor agridulce: con respecto al apartado técnico (si bien es bastante escueto), la fotografía de Adriel Rodríguez Cosco es impecable, con una iluminación en interiores que nos permite sentir el miedo profundo en ese altillo misterioso y tétrico. También la secuencia inicial, con esa toma aérea por la ciudad de La Plata, es un trabajo que creo es digno de una gran superproducción (dicho sea de paso, centrar la acción del film en esta ciudad, centro neurálgico de tanta actividad paranormal, es un gol de media cancha de Massa). Pero si estos aspectos son lo positivo, el nuevo opus de Ezio Massa falla en lo que mejor debería destacar: en la ejecución del guión. En una historia donde lo sobrenatural, y donde los relatos del juego de la copa son esenciales en el desarrollo, el realizador elige (quizás por falta de presupuesto) que los jugadores cuenten su propia experiencia de una forma poco cinematográfica, que la vuelve cansina y pesada; y esto es lo que más le resta a la historia, que debería ser fluida y, obviamente, visualmente impactante. También los actores son poco diestros en el manejo del léxico y la interacción entre ellos (exceptuando a Adrián Spinelli, siempre correcto y una gran Cristina Alberó) que junto a las fallas en la edición de sonido es otra ficha más para restar al producto final. En conclusión, 5AM es un intento fallido por generar miedo, ya que lamentablemente, en la función de prensa, se oyeron más carcajadas que sustos. Una pena.
El juego de la copa El director argentino Ezio Massa (Doble Filo, 2006) regresa con su nuevo film 5 AM: Cinco ante los Miedos (2016), a las fuentes del terror con una historia que utiliza elementos de la idiosincrasia nacional con los clásicos efectos de las nuevas historias del género. Adrián convoca a su productora de cine en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a cuatro de sus más entrañables amigos para una reunión un tanto extraña, en la que cada uno relata historias sobrenaturales. El joven les propone invocar a un espíritu a través del juego de la copa, emulando otros intentos de parientes suyos. Mientras tanto, a unos kilómetros, en la ciudad de La Plata, Mercedes sube al altillo de su casa convencida de que su hijo la necesita. Las historias de los narradores son muy buenas y las actuaciones de destacan en esta propuesta de terror nacional, pero todo queda en la nada debido a un guión demasiado confuso y a un guión que nunca logra construir una coherencia interna. A medida que se desarrolla, la argumentación se va deshaciendo en un relato abigarrado que debe incurrir en argucias para asustar. A diferencia de las nuevas producciones de terror como Resurrección (2015), de Gonzalo Calzada, Ataúd Blanco: El juego Diabólico (2016), de Daniel de la Vega, o de las propuestas de terror psicológico español como Musarañas (2014), de Juanfer Andrés y Esteban Roel, 5 AM no plantea un conflicto, busca sorprender con algo que es obvio en lugar de crear una narración en la que los conceptos enriquezcan el relato y generen un interés en el espectador. A pesar de esto, Massa logra que los actores se adentren en la historia, intentando salvar con sus interpretaciones la falta de profundidad del guión, pero a la larga no es suficiente para remontar la incoherencia del film y las escenas innecesarias. 5 AM queda como una propuesta fallida, incapaz de crear escenas de terror, ofreciendo tan solo sucedáneos que guardan relación con el argumento. Por suerte, todo traspié es un puntapié para nuevas historias y mejores films y el cine argentino y Massa tienen una buena base para regresar pronto con un opus que supere las expectativas.
Fallido acercamiento al género por parte de Ezio Massa, en una película dividida en dos claras partes, diferentes no sólo por su calidad y producción, sino, principalmente, por su nivel actoral. Un misterio que a pocos minutos de presentado se revela, y que rápidamente, también, genera cuestionamientos sobre elecciones estéticas, como el fuera de foco y la falta de encuadre, que resienten aún más a una película a rescatar por una interpretación lograda de Cristina Alberó en su regreso al cine, y actores como Rodrigo Guirao Diaz y Ximena Fassi.
El cine argentino de género independiente pide a gritos ser considerado en serio, y en muchos casos se elevó a niveles que nada tienen que temer frente a grandes realizaciones con otras características de producción. Pero también, satisfactoriamente, siguen existiendo películas más pequeñas, que representan los orígenes de esta nueva movida de género nacida en la total independencia; 5 AM, es un digno estandarte de estas. Cita a lo desconocido: El director Ezio Massa (lee nuestra entrevista él y la actriz Ximena Fassi AQUÍ) realizaba en 1996 su ópera prima Más Allá del Límite, y con aquella marcaba un hito dentro del cine independiente que apostaba a las historias de género, un elenco de nombres fuertes, un policial de importante factura, y el anhelado estreno en salas. Pero luego de eso, volvió a inclinarse por proyectos chicos (en cuanto a producción, no resultado) como Cacería, Villa, y 2/11 El día de los muertos, que respiraban del buen cine hecho a pulmón; convirtiéndose en un nombre insignia. Por eso, cada estreno suyo despierta curiosidad y expectativa. 5 AM se inscribe en ese camino recorrido por sus últimos proyectos, en especial el último, al repetir el género de terror (aunque esta vez más ligado al misterio) y lo fantástico. Dos historias se cuentan en paralelo; por un lado, Mercedes (Cristina Alberó) se encuentra perdida, sumida en el dolor, dentro de su hogar en La Plata. Sufre por la muerte de su hijo, con quien tenía una extraña conexión; y en un altillo parece encontrarse con sus recuerdos. La mujer que la acompaña llamará a su sobrina, Fabi (Ximena Fassi), quien acudirá junto con Agustina (Victoria Maurette), una amiga. La historia de Mercedes, seré contada en paralelo con la de un personaje extraño (Adrián Spinelli) que convoca a cuatro amigos, también unidos por una extraña característica, todos tuvieron alguna experiencia paranormal al intentar conectarse con el más allá mediante diferentes “juegos”. Hay un propósito, 5 AM no son las cinco de la mañana, son Cinco Antes de la Medianoche… De este modo, 5 AM propone una estructura fragmentada en la que, cada personaje (con rostros muy reconocidos de nuestro genero independiente como el director Fabián Forte) contará su historia a los demás y a cámara, y de mientras, la narración de Mercedes nos va envolviendo. Todo hasta arribar a una conclusión que cierra correctamente y enlaza cada tramo. La creación de un clima ominoso, de extrañeza, que nos lleva a preguntar qué es lo que ocurre y qué tiene que ver un plano argumental con el otro, será lo mejor de esta propuesta que irá mejorando paso a paso hasta arribar a una media hora final muy interesante. El hecho de que cada historia narrada en primera persona a cámara haya sido realmente experimentada por el actor que juega el personaje, le añade más misterio aún. La experimentada Cristina Alberó compone un personaje desde los detalles, misterioso, y con una capa profunda de tristeza, su labor es meticulosa y lograda. Un apartado también para una escena planteada en otro plano temporal, en la que podremos rencontrarnos con rostros queridos como los del dúo dinámico del género argentino Chucho Fernández y Germán Baudino; convirtiéndose en una de las mejores secuencias del film. Massa y el asistente de dirección y montajista Tetsuo Lumiere aprovechan los recursos que tienen y hacen buen uso de los espacios reducidos y la creación artesanal. La estructura fragmentada será en definitiva un buen aporte para lograr resultados técnicos concretos sin necesidad de un despliegue mayor. Conclusión: 5 AM es un producto de género hecho a pulmón y a consciencia de los recursos limitados, pero bien aprovechados. Ezio Massa vuelve a demostrar que se puede hacer cine de género desde la independencia, con una estructura simple y concreta, y lo mejor, convence.
La hora de los espíritus Ezio Massa es un director curtido dentro del género de Terror. Hace dos años estrenó 2/11 Día de los muertos (2014) y este año regresa con 5 A.M. Cinco ante los miedos (2016), una película que involucra historias paralelas, hechos sobrenaturales y una impronta ominosa palpable en cada fotograma. El relato de una mujer obsesionada con algo misterioso encerrado en el altillo de su casa se entrecruza con la historia de cinco amigos que se reúnen para jugar al juego de la copa. El constante salto de una línea argumental a la otra por momentos se vuelve algo caótico y confuso, pero también eleva el nivel de intriga que va generando en el espectador, a la espera de que todas las piezas caigan en su lugar y echen algo de luz sobre el núcleo del conflicto. La producción cuenta con algunos intérpretes destacados de nuestro cine como Cristina Alberó, Ximena Fassi, Victoria Maurette y Rodrigo Guirao Díaz. Justamente Adrian y sus cuatro amigos serán 5 ante los miedos (5 AM) y jugarán un juego 5 minutos antes de la noche que tendrá consecuencias devastadoras en cada uno de los involucrados. Sin una estética particularmente destacable, sumada a una fotografía que intenta acompañar el tono oscuro del relato pero sin darse cuenta que por momentos no cumple con su función básica, 5 A.M. Cinco ante los miedos puede sintetizarse como una historia con ribetes sobrenaturales cuya mayor fortaleza es entretener a medida que ata todos sus cabos argumentales.
Cine independiente y de género que siempre es bienvenido. En este caso con guión y dirección de Ezio Massa, que se inscribe mas en lo fantástico y paranormal que en el terror. Dos historias se desarrollan en paralelo, una madre que perdió a su hijo, (bien Cristina Alberó) y alguien que convoca a cuatro amigos que hace tiempo no ve para que intervengan por ultima vez en el juego de la copa. Algo que para ellos es riesgoso porque todos han tenido experiencias paranormales en el pasado y no quieren repetirlas por temor a lo desconocido. Prácticamente todo el film esta construido con pocos recursos pero con pericia, y logra un clima ominoso y de gran tensión por momentos, que atrapa al espectador. El tema es que la construcción del suspenso tiene reglas fijas y cuando se logra no se puede tener un final demasiado débil que es lo que ocurre en este caso.
TRASNOCHE PARANORMAL “Este juego se juega a corazón abierto y en carne viva” se escucha decir al comienzo. El problema principal de 5 A.M., una producción que destila independencia pero pocas ideas sólidas, es el carácter trillado de ese juego, una ensaladera de lugares comunes dentro del género del terror que, salvo algunos destellos visuales, difícilmente conmueva. Sobre todo porque recurre a decisiones argumentales que bien podrían pensarse en un imaginario adolescente ya que el supuesto gancho narrativo pasa por la repetida modalidad de la copa y la comunicación con los muertos. La historia transcurre en dos espacios diferenciados por cortes continuos. Durante el inicio, una serie de planos generales muy lavados digitalmente nos instalan en La Plata mientras se escuchan las campanadas de catedrales. Luego, el detalle de unos juguetes conducen a la mirada perdida de Mercedes (Cristina Alberó) dirigida a una puerta. El otro ámbito, poco riguroso visualmente, consiste en una reunión en un departamento de Bs.As. en el que Adrián (Adrián Spinelli) convoca a unos amigos para transmitirles un tormento. La ayuda sólo puede hacerse efectiva a través del juego propiamente dicho. A partir de ese momento habrá una alternancia un poco caprichosa entre los dos marcos cuya resolución parece sacada de otras películas harto conocidas. Lamentablemente, el decente trabajo con el sonido intenta suplir las falencias en las imágenes, y fundamentalmente los pronunciados baches que surgen como producto de las actuaciones de los personajes secundarios. Si uno de los rasgos del género es mantener en vilo al espectador, crear una atmósfera adecuada para capturarlo en la pantalla, la poca empatía que generan las voces gastadas y los gestos inverosímiles de los personajes poco contribuyen a mantener el misterio propuesto, a tal punto que ciertos diálogos pueden producir el efecto contrario. Parece una subestimación innecesaria de un género que se alimenta justamente de los movimientos corporales, los tonos de voz y las expresiones faciales como parte indispensable de su dinámica (recuerdo la extraordinaria escena de Blow out de Brian De Palma en la que Travolta busca gritos decentes para los films en los que interviene como sonidista). Lo llamativo es la diferencia en la manera en que se encaran los dos ámbitos desde el punto de vista estético. Cuando vemos la azotea en la que se encierra Mercedes, el trabajo con la luz (un tanto exagerado) devela una voluntad por encuadrar que seduce por unos minutos o al menos manifiesta un rigor bien pensante. Todo lo opuesto al registro movedizo que impera en la reunión de los amigos, con un montaje fragmentado cuyos resultados sacan de clima constantemente, incluidos unos efectos poco logrados. Cuesta entender que no haya un plano de conjunto logrado en esa conversación de tránsito adolescente de fogón. Tal vez, un poco más de pimienta en el guión y algo de originalidad en la puesta en escena podrían haber elevado esta película a un escalón más decente que el de la trasnoche paranormal.
Llega una nueva película de terror argentina a las carteleras: 5 AM (Cinco ante los miedos) dirigida por Ezio Massa. Se avecina una tormenta mientras un joven, Adrián (Adrián Spinelli) decide reunir en un departamento que funciona como productora a algunos amigos suyos. No es azarosa la reunión ni la elección de aquellas personas: todas tienen en común alguna experiencia fuerte con el juego de la copa. Por otro lado, en otro lugar de la ciudad, una mujer, Mercedes (Cristina Alberó), acompañada por su sobrina (Ximena Fassi) y una amiga (Victoria Maurette), se encuentra repentinamente sobresaltada por la atracción que genera algo en su altillo al mismo tiempo que una pérdida del pasado le trae aún mucho dolor. El film dura apenas poco más de una hora, pero durante la primera mitad no se hace más que situar y enfatizar en la situación ante la cual nos encontramos. Estos amigos reunidos después de mucho tiempo rápidamente son notificados del motivo y cada uno comienza a dar testimonio de la experiencia que los marcó con ese juego peligroso. Recién en la segunda mitad comienzan a pasar cosas, se juega y se van revelando otras aristas, incluso otro tiempo y otro lugar en el medio, pero todo se sucede de un modo apresurado hasta la resolución. A pesar de ser una película chiquita y totalmente independiente, 5 A.M. logra desenvolverse en los rubros técnicos, su problema radica más que nada en un guión que quiere ser complejo y profundo pero termina prestando confusión, aunque los actores hacen lo que pueden con lo que tienen a mano.
Poca acción para un relato sobrenatural Surgida de un ejercicio de improvisación actoral y filmada en apenas ocho días, esta película del formoseño Ezio Massa, notorio cultor local del cine de género, tiene el popular juego de la copa como eje de una serie de relatos de tono sobrenatural que van hilvanando sus protagonistas y que se cruzan con otro, también muy dramático, de una mujer (interpretada por Cristina Alberó) que sufrió la pérdida de su hijo. En principio, el proyecto de Massa era editar un libro con esos relatos. Y ese origen queda en evidencia en este film de bajo presupuesto que necesitaba que la acción se impusiera sobre la palabra, algo que desafortunadamente terminó sucediendo con cuentagotas.
Una historia de fantasmas a la criolla Varios amigos se reúnen en una casa por pedido de uno de ellos, que sabe que todos guardan en su pasado una historia ominosa relacionada con el juego de la copa que los marcó, de alguna manera, al conectarlos con algún espíritu. La reunión es en una casa donde muchos años atrás otro grupo de amigos también jugó a ese juego, que van a repetir esa misma noche. Al mismo tiempo, en otro lugar, una mujer que hace tiempo ha perdido a su hijo no quiere salir de su altillo, donde espera una misteriosa llamada, lo que preocupa a su sobrina. Por supuesto, ambas historias están conectadas en la nueva película de Ezio Massa, un director que desde décadas esta interesado antes que nada en el cine de género. Aquí Massa logra contar con bastante fluidez una historia clásica de fantasmas que perfectamente podria salir de alguna serie tipo "Dimensión Desconocida", para lo que va metiendo al espectador en clima con cada uno de los relatos de los asistentes a la reunión de espiritismo. Esto es lo mejor de un film que queda un poco chico en varios aspectos, tanto en metraje como en intensidad, puesto que sólo logra tensión en forma intermitente. Sin embargo sus buenos momentos sobrenaturales aprovechan al elenco y la escenografía para generar la inquietud que requiere el caso. Y la verdad, con mucho menos presupuesto y efectos especiales no tiene mucho que envidarle a las dos peliculas de la saga de "La Ouija".
LA CULPA LA TIENE LA COPA Dos relatos paralelos construyen las imágenes de 5 A. M. Por un lado, Mercedes (Cristina Alberó), en un hogar en La Plata, padece la muerte de su hijo pero presiente una futura conexión con el más allá. Allí, un altillo y su correspondiente función espacial dentro de las coordenadas genéricas, tomará protagonismo en más de una escena. Por otra parte, un grupo de amigos y quien los convocó para una noche particular, Adrián (Adrián Spinelli), disertarán sobre actividades paranormales –vividas o imaginadas- a través del re-conocido juego de la copa. Es innegable que la construcción narrativa de 5 A. M. posibilita encontrarse con dos capítulos sobre un mismo tema que, cerca del final, confluirán como un único motivo argumental. En ese punto, Massa maneja con cierta elegancia algunos climas perturbadores, en especial, cuando su cámara descansa en la presencia del personaje de Alberó, sostén de una de los (falsos) episodios. Sin embargo, otra clase de problemas tampoco tardan en aparecer en una película genérica como 5 A. M. (el título completo no refiere a la marca horaria sino a “cinco antes de la medianoche”). Las historias empiezan a perder interés, la narración fluctúa entre el amateurismo climático de película “entre amigos” y el afán por correrse –sin suerte- de las convenciones del género y los tropiezos del relato se manifiestan entre subrayados retóricos e insospechados baches argumentales, en tanto, algún instante de tensión se esfuerza a más no poder para evadirse de la puerilidad y la inocencia conceptual. Sorprende, en algún punto, que un experimentado cineasta como Mazza (Más allá del límite, Cacería, Villa, entre otras) no haya fijado la atención en esos desequilibrios de forma y contenido que gobiernan a las escenas luego de la presentación de ambas historias. Eso sí, los planos que se dirigen a ese altillo protagonista –con cámara subjetiva o no- siempre pagan bien. 5 A.M. CINCO ANTE LOS MIEDOS 5 A.M. Cinco ante los miedos. Argentina, 2016. Dirección y guión: Ezio Massa. Producción: Oscar Azar, Ezio Massa y Magalí Nieva. Fotografía: Adriel Cosco. Montaje: Tesuo Lumiere y E. Massa. Sonido: Diego Franco. Intérpretes: Cristina Alberó, Rodrigo Guirao Díaz, Adrián Spinelli, Ximena Fassi, Victoria Maurette. Duración: 75 minutos.
El director Ezio Massa (2/11 Día de los muertos) revisita un tema clásico del cine de terror: el juego de la copa y la invocación a los muertos. En este caso, es un llamado conjunto, el de una mujer que guarda, y se guarda, un secreto en un altillo y un hombre que invita amigos a jugar al juego que siempre termina por traer tantos problemas. Entre anuncios de tormentas como las que cayeron en Buenos Aires esta semana se alternan recuerdos, visiones e imágenes tenebrosas que dan cuenta del mundo psicológico de los personajes. El resultado no es todo lo sólido que debiera para convencernos ni asustarnos, pero tiene más de un momento logrado, lo que para una propuesta de género made in Argentina, no es poco.
Esta es una historia coral que se encuentra divida en dos partes, una la de una mujer atormentada por un terrible pasado y la otra por un grupo de jóvenes que han vivido situaciones tocadas por la tragedia. El guión resulta bastante flojo pero cuenta con las buenas interpretaciones (que hacen lo que pueden) de: Cristina Alberó, Rodrigo Guirao Diaz y Ximena Fassi.
Este bien podría haber sido un ejemplo vernáculo de un género cinematográfico poco transitado por estas playas, pero no, termina por presentarse como un producto que degeneró. Digamos que no produce el efecto deseado, sea por la inoperancia narrativa subdividida en dos relatos que transitan en paralelo, para finalmente confluirse; sea por las diferencias de sostenimiento de ambos texto a partir de sus protagonistas. ¿De queéva la historia? Por un lado una madre en pleno duelo por el fallecimiento de su hijo, el otro, en otro espacio, los amigos del muerto se reúne para “jugar” el juego de la copa y convocar el espíritu del muerto. El filme muestra constantemente sus costuras y la hilacha, se nota el bajo presupuesto desde la producción, la indivisible performance del desenfoque para no permitir percibir y generar algo, en este caso nada, o el común fuera de cuadro que aquí se traduce como desencuadre accidental, y simultáneamente el origen del o los relatos que la conformaron haciendo hincapié mas en las palabras que en las acciones. Sólo Cristina Alberó saca sus papas fuera del incendio. Hasta el juego del doble intento de sentido del titulo, “5 AM” no se refiere, por lo visto a esa hora de la madrugada estipulada en inglés, sino a 5 minutos antes de la medianoche, esto también es fagocitado por el fuego.
Tetsuo Lumiere y Ezio Massa son co-guionistas de esta historia. Mercedes está obsesionada con el altillo de su casa en La Plata , lo sube y sus sobrinas se inquietan. Cuatro amigos son convocados por Adrián a jugar al juego de la copa en un departamento en la ciudad de Bs As. Por medio de este juego se conectaran con el mas allá, afectará y relacionara estas dos historias, entrecruzándolas, por momentos confundiéndonos, pero revelará elementos de manera sorpresiva. La tía en el altillo está muy consciente que algo está por suceder y llega a la casa un representante de la iglesia para aclarar algunos conceptos y creencias que la perturban. Mercedes (Cristina Alberó) la tía obsesionada, por recuerdos de ese altillo , pero muy consiente que algo está por suceder, cumple con su interpretación . Adrián (Adrian Spinelli) el amigo que invita, desempeña su rol correctamente. El sacerdote (Rodrigo Guirao Diaz) bien en su papel. Historia de género de terror, con climas bien logrados, gracias al montaje y los efectos sonoros, pero lenta en el desarrollo de la historia. Con una fotografía que no acompaña el tono del film y por momentos no cumple con lo básico del relato. Casi íntegramente filmada en primeros planos, lo que sirve al relato opresivo y de espanto.
Ezio Massa es un cineasta con mucho talento y podría decirse que es, además, uno de los promisorios exponentes de género del indie local. Sorprendió allá con su primer gran realización (en 1996), "Mas allá del límite", un policial muy interesante y con un elenco de primeras figuras locales, todo un logro para un director novel y luego siguió con algunos trabajos potentes que señalaban su ductilidad para moverse con presupuestos acotados y efectivizar al máximo sus propuestas. De hecho, a mi en particular me gustó mucho "2/11 El Día de los Muertos" y esperaba con ansias este "5 AM" a ver cuál era el enfoque para abordar una temática muy común en el género (las invocaciones por copa o tablero). Sin embargo, a pesar de contar con muchos puntos a favor en esta realización (que iremos desgranando), "5 AM" no logra el voltaje que Massa nos tiene acostumbrados en anteriores propuestas. Si bien el escenario que monta promete desde el momento cero, lo cierto es que algunas deficiencias del guión empujan al film a transitar caminos poco favorables y en los cuales no alcanza los buenos aportes de algunos protagonistas y la realización técnica para avanzar en pos de una trama sólida que apele al espectador. Aquí tenemos dos historias en puntos geográficos distintos. Por un lado, está Mercedes (una recuperada y solvente Cristina Alberó), una mujer atrapada por el dolor y la angustia que vive en La Plata, cuidada por una sobrina (bien Ximena Fassi) y personal doméstico. Ella siente atracción por pasar tiempo en el altillo de su casa, donde abundan los recuerdos de alguien que ya no está... En el otro lado, en nuestra ciudad, hay una reunión extraña convocada por un jóven productor en una oficina (Adrián Spinelli) en la cual cada invitado compartirá una historia que será el nexo para completar el pedido del anfitrión de conectar con algo que él, siente que tiene que hacer esa noche. El pibe quiere que cada amigo / colega traiga una historia relacionada con el juego de la copa (o alguna variante) para una invocación un tanto extraña y su gente, responde en consonancia con su pedido. "5 AM" ahí se vuelve algo así como una pequeño cuadro teatral donde lo que prima es la palabra. Ambas historias parecen que no tienen relación aunque uno sospecha cuál podría ser la conexión ya desde los primeros minutos. A contramano del inicio (excelente la intro del film y las tomas áereas de La Plata), en lugar de que cada historia sea contada con imágenes, se elige hacerlo desde el relato, lo cual hace que la tensión nunca termine de absorber al espectador. Y el juego de misterio que se propone, parece mostrarse más verbal que efectista. Con una austera puesta en escena, a medida que la historia avanza, la convicción de las interpretaciones se van quedando cortas para dar voltaje al clímax. Se valora el hecho de dar batalla en el género con los recursos que se poseen dentro de los cánones de nuestro cine independiente, desde ya. Pero eso no entra en el análisis del público corriente, más acostumbrados al mainstream americano, que maneja otra filosofía y tiene otro poder de fuego. Dato, a tener en cuenta. Quizás la mayor debilidad del film es centrarse en escenificar desde la voz, (y vuelvo al tema porque me parece central) los relatos que van preparando el estallido del juego de la copa, a cinco minutos de la medianoche. Eso no quita que haya que valorar el esfuerzo de la realización pero si señalar que quizás este guión necesitaba otra vuelta de tuerca para brllar. No lo hace y cuando cierra la cinta, nos queda una sensación agridulce al salir de sala. No termina por ser "5 AM" una historia que apasione, lo cual es extraño, viniendo del gran laburante que es Massa.