“Amor de Película” es una cinta protagonizada por Natalie Pérez, Nicolás Furtado, Guillermo Pfening, Vanesa Butera, entre otros. El film se estrena comercialmente este 7 de noviembre en nuestras salas argentinas. Tal como sucede con la gran mayoría de las comedias románticas, lo importante siempre es mostrar desde una perspectiva fílmica pero también real las segundas oportunidades, las primeras impresiones y la re-construcción del amor. Estos parámetros sin dudas los cumple la película de Mega Díaz. Por ende, caemos en la repetición y lo cliché de todas estas situaciones que ya sabemos cómo van a terminar, cómo van a suceder, quién terminará con quién, y así sucesivamente durante la hora y media de metraje. Y esto afecta tanto a la trama como a los personajes principales. Las personalidades de los intérpretes son simples, la trama es sencilla y sin vueltas, así que no tenemos por qué esperar mucho tampoco. Puede volverse densa, pero en sí, la historia es bastante ligera. Y posiblemente “Amor de Película” no se torna aburrida gracias al dúo protagónico de Furtado y Pérez. Por más romance que contenga un largometraje, si los protagonistas no tienen química y no demuestran ese amor, nos queda un producto audiovisual muy seco y carente de lógica. Pero aquí no sucede eso, realmente uno como espectador llega a sentir la impresionante química y trabajo que tienen tanto el personaje de Nico como el de Natalie. Sin dudas ellos dos se roban el show. Igual los roles secundarios no se quedan tan atrás. Si bien pueden sentirse muy innecesarios por momentos, las interpretaciones de Burtera y Pfening sirven bastante en momentos donde el espectador necesita relajar después de tanto melodrama y disfrutar un poco de la comedia que se nos presenta gracias a estos personajes. Lo demás, tanto la banda sonora como la ambientación típica comedia romántica están decentes. Pero en resumidas cuentas, “Amor de Película” se posiciona en la lista de típicas películas románticas que ya hemos visto y que aportan muy pocas cosas buenas, pero que llegan a rozar lo aceptable gracias a un elenco y sobre todo un dúo protagónico que saca adelante a la historia como puede.
Como en el cine, pero mejor Sí, es predecible y además resume un conjunto de estereotipos y clichés. Sin embargo, eso no significa en absoluto que Amor de película, dirigida por Sebastián Mega Díaz, sea una comedia romántica fallida. Todo lo contrario, fluye, entretiene y encima cumple con una de las reglas o postulados para este tipo de películas: la pareja protagónica es verosímil desde sus emociones y conservan la química necesaria para ese pendular de atracción y rechazo que define el rumbo de toda historia de amor. Química, verosímil y humor es lo justo -tampoco hay que olvidarse de gotas de melodrama- y necesario para que valga la pena el visionado, con el plus de dos estrellas televisivas en ascenso como Nicolás Furtado y Natalie Pérez (uno como Diosito de la serie carcelaria adquirida por Netflix, El marginal, y la otra en la palestra de los medios por su rol en Pequeña victoria, tira emitida actualmente por el canal Telefé). El tráiler es sumamente clarificador para concentrarnos en la historia y si a eso le sumamos el afiche queda en evidencia que existen en la trama dos planos, el de la realidad de un guionista y una actriz, cruzado con el de los personajes de un cortometraje, quienes viven las peripecias de una historia de amor. Como en el cine, pero mejor.
Amor de Película: Un coqueteo visual de 30 minutos. «Amor de Película» es como tu crush de la adolescencia, de pibe la viste como una diosa griega pero de adulto te desilusionaste al ver que cambió. ¿Recuerdan el gag de los dibujos animados donde salen corazoncitos alrededor del personaje enamorado sólo para estallar en mil pedazos cuando éste se topa con una decepción? Bueno, algo así sucede durante la primera media hora de esta cinta titulada Amor de Película (2019) dirigida por Sebastián Mega Díaz donde se empieza por una historia que está dentro de otra historia. La “macro-trama” debe ser la más emocionante por abarcar más duración, pero aquí fue al revés, como si el director hubiese disparado todas sus balas al principio para quedarse corto de munición después. Este filme trata sobre Martín (Nicolás Furtado) y Vera (Natalie Pérez) que al principio nos son presentados como “chico” y “chica”, él es un tipo tímido aficionado a la escritura y ella una cantautora en una relación tóxica que se conocen gracias a un corte de luz en el café donde se encontraban. La química entre ambos surgió tanto dentro como fuera de la pantalla ¿por qué por fuera?, pues porque todo lo anterior se trata de un cortometraje grabado por Martín, allí fue donde conoció a Vera e iniciaron su noviazgo. Este cortometraje se muestra de manera tal que nos convence de ser la película en cuestión, no sólo por ser lo primero en mostrarse sino por toda la calidad que exhibe. Ahí hay un diálogo hilarante entre “chico”, “chica” y hombre disfrazado de panda que ambos confunden con su interlocutor. También ofrece, en una de las escenas, iluminación parcial con dos colores bien contrastados, el azul y el rosa, una parodia del estilo usado en muchos audiovisuales del último par de años, de igual forma, Furtado y Pérez dan sus mejores actuaciones en ese cortometraje. Cuando Nicolás Furtado se pone en los zapatos de “chico” luce como un atolondrado, pero no de caricatura, sino uno de verdad, cómo se comportaría cualquier hombre inexperto en el amor cuando se le presenta la oportunidad de salir con alguien como la “chica”. Por su parte, Natalie Pérez se presenta adorable, coqueta sin caer en lo trillado de “guiñar el ojo” para demostrar interés, no, ella lo hace de forma sutil, elegante, valiéndose de miradas curiosas, indirectas y una torpeza fingida para atraer la atención de “chico”. Aquí los dos pasan por situaciones donde el tan esperado beso se acerca y se aleja como si fuera la bellota de la Era del Hielo, todos desean verlos besándose pero “chico” mete la pata una y otra vez mientras el público siente la verdadera impotencia que una película de romance o comedia romántica debería provocar en esos casos. Lo bueno llega a su fin cuando se nos revela a Martín y a Vera viendo el corto en su televisor, de ahí en adelante toda la magia anterior se esfuma. Furtado y Pérez caen en una actuación repetitiva. Ambos viven un amor de ensueño hasta que él decide irse a México a dirigir algunos capítulos para una serie, lo trágico acá es su viaje colisionando con el estreno de una obra estelarizada por Vera. A partir de aquí, ella no hace más que llorar, él no hace más que llorar, los dos se meten en un ciclo de melancolía eterna sin que otra emoción vea la luz del sol. Por si fuera poco, el supuesto antagonista, el director de la obra de teatro interpretado por Guillermo Pfening, no se confronta con Martín en un clímax donde ambos tratarán de quedarse con la chica, más bien, se le trata como cero a la izquierda en este punto, revelando así que no hubo otro antagonista más que el sueño de Martín. A todas estas, no se puede dejar de mencionar el bombardeo de clichés en las escenas finales, Martín bajándose del taxi de camino al aeropuerto con música inspiradora de fondo, Vera brillando en su actuación mientras el dramaturgo la sobrevuela cual buitre, el novio irrumpiendo en el teatro… en fin. Sólo se puede concluir que todo el empeño se puso en la “primera parte” del filme, lo demás se construyó muy a la ligera, como si ese primer esfuerzo los hubiese dejado tan exhaustos a todos que decidieron simplemente “salir del paso” en lo que quedó por grabar.
El amor después del amor entre Natalie Pérez y Nico Furtado. Antes que nada, es grato saber del estreno de una comedia romántica en nuestro país, ya que no es habitual. Amor de película se trata de la ópera prima de Sebastián Mega Díaz, protagonizada por dos jóvenes actores que gozan de gran popularidad: Natalie Pérez y Nicolás Furtado, si el Diosito de El Marginal, aquí con todos los dientes alineados y portando carnet de galán. La trama sigue a Vera y Martín, una pareja de años, ella actriz en ascenso y él un director de cine que la yuga. Ambos se conocieron en el rodaje del primer corto de Martin, y a partir de allí nunca separaron. Pero el paso del tiempo muchas veces nos va poniendo en distinta posición, y los intereses en común se diluyen. Ella necesita ser escuchada y contenida… él está tratando de hacer algo trascendente para impresionarla (e impresionarse). Resultado: adviene la crisis y el pedido de tiempo de rigor. Nos encontramos ante una comedia romántica dramática. Es que los personajes sufren la separación… en muchas ocasiones con amar no alcanza. Vale destacar la química entre la dupla protagonista, ambos lucen naturales y espontáneos (les creemos todo). Y también la primera parte de la película, la más interesante, que propone una dinámica metadiscursiva: cine dentro del cine… ficción dentro de la ficción. En esta instancia la narración nos sumerge en el cortometraje de Martín, que también gira en torno al amor y los tiene a ellos como protagonistas; para después de un fundido a negro mostrarnos a Vera y Martín, mirando en la TV la ficción en la que se enamoraron. Un juego de espejos atractivo. Pero después de aquí, situados en esta nueva realidad, el film deviene en un melodrama y recorre el síntoma de esa crisis que parece no tener una razón suficiente de ser. Justo hablamos de síntoma, y aquí es cuando decae el relato. La historia se torna algo previsible, y lo dramático cuesta sostenerse. Es decir, la pareja la pasa mal y es convincente gracias a lo que generan en pantalla, pero no hay conflicto o este es demasiado leve para causar tanto penar. Teniendo también en cuenta que la tortuosa separación es solo de pocos días. Claro que estamos “hilando fino”, diría el refrán. Por lo demás Amor de Película está muy lograda técnica y musicalmente hablando, y mantiene el ritmo gracias a las hipnóticas actuaciones de Natalie y Nico. Solo aptos para adictos al romance.
Tu amor por siempre La fascinación de estar enamorado y el miedo a descuidar a tu pareja es la idea a transmitir por Sebastián Mega Díaz, director y co-guionista, en Amor de película (2019). Comedia romántica protgonizada por Vera (Natalie Pérez) y Martin (Nicolás Furtado), quienes se conocieron hace 7 años filmando un cortometraje, se enamoraron y desde ese día estan juntos. Ahora Vera es una actriz famosa y Martin un director que no consiguió triunfar. Pero llega para él una gran oportunidad profesional que lo lleva a ausentarse de Argentina, coincidiendo con el tan esperado estreno de la última obra de Vera. La relación que venía medio estancada sufre una crisis existencial y ahora Martin deberá hacer todo para recuperar al amor de su vida, aunque estén en diferentes sintonías. Sebastián Mega Díaz relata esta historia desde su punto de vista, se involucra en la película con una voz en off y postula la trama como previsible, al igual que todas las comedias románticas. Interrumpiendo, quizás, vivir nuestra propia experiencia, lo cual considero un desacierto ya que esta herramienta predispone al espectador, su estilo puede ser de carácter algo pretencioso y aburrido. Sin embargo, la simpatía de los protagonistas y la buena contrucción de ambos personajes consiguen "endulzarnos" y lograr nuestra empatía y atención. La dirección acompaña al dinamismo y humor de las escenas, mientras que la música, es atinada para generar una atmósfera romántica. La química entre los actores es muy buena, contribuyendo a la conexión entre el espectador y la magia de los enamorados. Cabe destacar que el film está dirigido a cierto público adolescente, generando credibilidad a pesar de las incoherencias y otorgándo más fuerza a lo predecible, sin relatar algo novedoso ni profundo.
La comedia romántica es un género con fórmulas determinadas a fuerza de reiteración: todos sabemos que, en el 99 por ciento de los casos, cuando una chica conoce a un chico (o al revés), terminarán juntos más allá de todos los imponderables previos. El problema con Amor de películano es la replicación de los tópicos habituales, sino el aire cansino con que los recorre. La primera escena de la película de Sebastián Mega Díaz muestra el primer encuentro de Martín (Nicolás Furtado, en un registro radicalmente opuesto al de su Diosito en El marginal) y Vera (Natalie Pérez) en un bar. Mejor dicho, lo muestra y lo narra con una voz en off que explícita el uso de los códigos del género. Siete años más tarde, Vera es una cantante y actriz exitosa, mientras Martín sigue siendo un director que persigue sus sueños de grandeza. Lo hace aun cuando implique descuidar su relación. Harta de los desplantes constantes, ella propone tomarse un tiempo para evaluar su situación sentimental, todo ante la presencia de un director de teatro (Guillermo Pfening) que intentará sacar su tajada de la separación. Más allá de algunas secuencias humorísticas logradas, Amor de película no llega a construir un relato verosímil, así como tampoco una química entre una dupla protagónica que se mueve en registros actorales distintos. El resultado, entonces, es una película amena aunque fallida, disfrutable solo por momentos.
Será porque el género tiene sus reglas básicas muy establecidas, porque se repiten o porque esta película no presenta nada original -tampoco lo pretende, y eso es un punto a favor-, pero Amor de película se ve sin que se impulse el disfrute. A una voz en off que explica y subraya lo que pasa en imágenes, con la anuencia de que lo que se cuenta es una comedia romántica y se intenta esclarecer los “secretos” de las mismas, le sigue luego que se acalla la trama en sí. Porque lo primero que vemos es un corto interpretado por Martín y Vera (Nicolás Furtado y Natalie Pérez), que son pareja en la vida real de la película. Ella es una actriz exitosa; él, un director de publicidades sin tanta suerte. Hay ciertas diferencias entre ellos, que se explican desde los diálogos y no por las situaciones. Y la gota que rebasa se produce cuando Vera está por estrenar un unipersonal y a Martín le ofrecen ir a dirigir a México. Y debe viajar el mismo día que ella estrena. Sebastián Mega Díaz, con un pasado como editor, hace su debut como realizador. La química entre el actor que es Diosito en El marginal y la actriz de Pequeña Victoria existe, es palpable, y ayuda. Siempre, en las comedias románticas, los personajes centrales se apoyan en los secundarios, que sirven para descomprimir y demostrar en los protagonistas otras facetas. No sucede lamentablemente aquí, y no porque Vanesa Butera (la amiga de Vera) no esté bien -todo lo contrario-, pero Guillermo Pfening está como adocenado y reiterativo como el director de la obra de teatro. Si hay clisés en la película, la mayoría los tiene el personaje de Pfening. La comedia romántica tiene sus reglas, de acuerdo, pero para ser comedia tiene que tener gags o cierto humor, y pese a los esfuerzos, que se notan, la cosa termina fatigando.
Las reglas de la comedia romántica y su magia pero también su distancia con la naturaleza del amor en la vida real son parte central de Amor de película. La historia que cuenta tiene las características de un romance típico del cine pero también se ocupa de contrastarlo con la no tan glamorosa cotidianeidad y encontrar el valor en ese amor con menos fuegos artificiales pero con otras cualidades más duraderas. La película de Sebastián Mega Díaz comienza con un repaso de las reglas del género, a través de un corto en el que se conocen los protagonistas, para luego alejarse de esa ficción y entrar en su vida de pareja en crisis. Mientras Martín ( Nicolás Furtado) está intentando avanzar en su carrera como director de cine, Vera ( Natalie Pérez) está despegando en la suya como actriz. Así, el film se inscribe en la tradición de la comedia de "rematrimonio", en versión juvenil, en la que los protagonistas descubren lo que necesitan para seguir adelante como pareja y también recuperan algo de esa magia inicial. La fuerza y originalidad del planteo del comienzo se pierde un poco en buena parte del desarrollo, al dejar en un segundo plano al aspecto más de comedia, terreno en el que tanto el guión como las interpretaciones funcionan mejor (en ese sentido, la participación de Guillermo Pfening como un director de teatro poco confiable es una gran contribución). También hubiese sido interesante un desarrollo más profundo del conflicto interno del protagonista y del proceso que lo lleva a cambiar ciertas actitudes. Con detalles que refieren a comedias románticas como ¿ Puede una canción de amor salvar tu vida? o Letra y música, Amor de película le rinde un entretenido y sincero tributo al género, demostrando su admiración por él, aún con sus clichés.
Vera Marino (Natalie Pérez) y Martín Rivas (Nicolás Furtado) se formaron por el audiovisual tanto profesional como sentimentalmente. Resulta que ambos protagonizaron un cortometraje escrito por él mismo, cuyo título declara los principios del film que nos concierne: “Chico conoce chica”; además, para certificar más su postura, nos dejan muy claro que la película favorita de la pareja es ‘Alta fidelidad’ (2000), uno de los grandes pilares del género en los últimos tiempos. Siete años después, y a raíz del impacto que tuvo dicho trabajo, Vera obtuvo su lugar en elencos de cine, teatro y televisión, pero Martín solo llegó a dirigir publicidades. Con un perfil de realizador de cortos y largos en rubros como asistente, camarógrafo, fotógrafo, montajista y productor, Sebastián Mega Díaz se lanza de lleno en la dirección de su ópera prima comercial. “Amor de película” cuenta con las mencionadas estrellas jóvenes del streaming, un despiadado Guillermo Pfening en un rol secundario y con -el cada vez más talentoso- Mariano Suárez (‘Aterrados’, ‘Claudia’) como director de fotografía.
La crisis de pareja “Amor de película” (2019) es una comedia romántica nacional que marca el debut como director de Sebastián Mega Díaz, que también se ocupó del guión junto a Sebastián Caulier. Filmada en CABA y en Vicente López, la obra está protagonizada por Nicolás Furtado y Natalie Pérez (es la primera película de ella). Completan el reparto Guillermo Pfening (Cromo) y Vanesa Butera (Simona), entre otros. En una tarde lluviosa, una compositora conoce a un muchacho en un bar. Cuando se corta la luz, se inicia la conversación. Luego, él se acerca a su mesa y le ayuda a terminar de escribir una canción. Así es como comienza “Chico conoce a chica”, el cortometraje dirigido por Martín Rivas (Nicolás Furtado). En esa producción que se grabó siete años atrás, Martín conoció a Vera Marino (Natalie Pérez), actriz de la que quedó perdidamente enamorado. Tal es así que cuando terminó el rodaje los dos iniciaron una relación. Mientras que la carrera de Vera continuó en ascenso, Martín aún no pudo dar el gran salto como director. Sin embargo, la oportunidad le llega cuando le ofrecen la propuesta de dirigir una miniserie en México. Esperanzado y ansioso, Martín pareciera solo tener ojos para su trabajo. Cuando Vera se entera que su novio tendrá que viajar el mismo día en el que ella tiene el estreno de su obra teatral unipersonal “El vivero real”, la relación penderá de un hilo. Fresca, tierna e híper sencilla, la primera película de Sebastián Mega Díaz gustará tanto a chicos como a jóvenes adultos. A pesar de contar con algún que otro cliché típico del género, esta producción tiene la ventaja de narrar una historia distinta a todas las demás. Esto sucede porque acá el conflicto no va sobre los inconvenientes que tienen que atravesar dos personas que recién se conocen para poder estar juntas, sino que el problema central está enfocado en qué es lo que pasa después, cuando la pareja ya lleva años siendo estable. ¿Qué pasa cuando ya se da por sentado el amor que te tiene la otra persona? ¿Puede la falta de atención destruir una relación? ¿Cómo afectan los cambios de personalidad al romance? Todas esas incógnitas plantea el filme, dándole una cuota de originalidad necesaria como también atractiva de ver. En cuanto al guión, no hay mucha profundidad con respecto a la personalidad de los personajes principales más que la descripción de cualidades que cada uno tiene dentro del cortometraje donde se conocieron (sus roles dentro de la película llegan a ser bastante parecidos a los que ellos están actuando dentro del corto). Sin embargo, los protagonistas salen bien parados gracias a la buena química que construyeron. Teniendo en cuenta que éste es su primer largometraje, Natalie Pérez se destaca por su naturalidad y su bellísima voz (canta “Un salto al vacío”, tema musical compuesto especialmente para el proyecto). Con un buen equilibrio entre escenas graciosas y momentos dramáticos, “Amor de película” se convierte en una producción agradable sobre las segundas oportunidades. Dulce y romántica, el filme retrata con éxito cómo es que la persona que tenemos al lado puede no estarlo por siempre si se la descuida.
Un “corto” para enamorarse. Crítica de “Amor de película. Escrita y dirigida por Sebastián Mega Díaz, esta comedia romántica pone en perspectiva fílmica la vida en pareja después de muchos años, los desencuentros y la posibilidad de reconstruir a partir de emociones verosímiles. (Por Andrea Reyes). Sebastián Mega Díaz realizó su ópera prima, “Amor de película” con el debut protagónico en la pantalla grande de Natalie Pérez y Nicolás Furtado. En el elenco también participan Guillermo Pfening y Vanesa Butera, entre otros. Con el respaldo del INCAA, producida por Diego Kolankowsky (DK Group) y Silvia Rodríguez (Te Digo Qué Producciones), “Amor de película” es una comedia romántica que cumple con los parámetros de mostrar en un film las primeras impresiones, las segundas oportunidades, y la reconstrucción del amor. Ya desde el título la película explica de qué va la historia. El vínculo entre Vera (Pérez) y Martín (Furtado) nace a partir de un cortometraje en el que ambos participan y se enamoran. Siete años después, ella logra convertirse en una actriz reconocida mientras que él no tiene suerte como director de cine, entonces trabaja en la dirección de publicidades. La rutina de la convivencia y las exigencias laborales de ambos, provoca desencuentros en la pareja; pero la gota que colma el vaso es el estreno de Vera en un unipersonal, al tiempo que a Martín se le cumple un sueño: ir a dirigir a México. El problema es que él tiene que viajar el mismo día que ella debuta en el teatro y esto trae consigo una difícil decisión que puede torcer el curso de este amor de película. Si bien es un film simple, no hay dudas que es una historia de amor para enamorarse que atrapa desde la química de sus protagonistas, haciendo creíble el cuento de principio a fin traspasando la pantalla. De esta manera, podríamos decir que las actuaciones de Natalie Pérez y Nicolás Furtado, dos estrellas televisivas en ascenso, son de lo más sobresaliente en esta comedia romántica que entretiene y es verosímil desde sus emociones. Una de las cuestiones poco resueltas son las transiciones temporales que se desarrollan en la película. Por otro lado, se destaca las actuaciones de los personajes secundarios como así también el tema musical “Un salto al vacío” que fue compuesto especialmente para el film y es interpretado por Natalie Pérez. En resumidas cuentas, “Amor de Película” es una propuesta que apunta a la cotidianeidad de las relaciones de parejas. Puntaje: 75/100.
Amor de Película tiene una problemática primera parte que condiciona todo lo que vendrá después. Hay una serie de escenas narradas por el personaje de Nicolás Furtado, que aspiran a desentrañar los mecanismos de una comedia romántica tradicional. Chico conoce a chica. Es una introducción que se extiende de más y la gracia de la explicación en off se desvanece rápido, pero ahí está él y Natalie Pérez dando muestras de su química, uno de los fuertes de este proyecto. Pero esa historia se termina y es hora de que la película empiece en serio, su problema es que ya arrastra varios minutos a cuestas de una curiosa elección que se condice con todo lo demás.
Nuestro cine no logra acercarnos grandes comedias románticas, lamentablemente...y aquí tampoco se produce la excepción. El film protagonizado por Natalie Pérez, Nicolás Furtado, Guillermo Pfening y Vanesa Butera relata la historia de Vera Marino (Pérez) quien comienza siendo un proyecto de actriz, para luego convertirse en una muy exitosa y famosa y su novio Martín Rivas (Furtado), un director que busca hacerse un lugar en el medio. La pareja se conoce gracias a un corto que filma Martín al comienzo, se enamoran y pasan siete años que incluyen la convivencia. El film dirigido por Sebastián Mega Díaz presenta a los personajes como “chico” y “chica” cuando Martín debe filmar con Vera como protagonista, y en ese punto es original. La química de la pareja se nota, pero el guión no ofrece demasiadas sorpresas. El problema aparece cuando a Martín le ofrecen dirigir una serie en México y justo debe viajar el mismo día que Vera estrena su unipersonal, (“El Vivero Real”) dirigida por Alejandro Montferrá (Pfening), quien también tiene un interés amoroso por su actriz. El viaje origina el distanciamiento de la pareja, y ahí entra en acción su amiga Simona (Butera) que aporta humor y distiende el drama, que tampoco es tal, porque ya sabemos lo que va a pasar. Las actuaciones son buenas, la música es agradable, está bien filmada, se nota que se dirige a un público adolescente/joven, aunque el guión se queda en la superficie y no otorga profundidad a ninguno de los personajes, ni un conflicto real/válido o de verdadero peso. ---> https://www.youtube.com/watch?v=WpuCysH49gA ACTORES: Natalie Pérez, Nicolás Furtado. Guillermo Pfening. GENERO: Romance , Comedia . DIRECCION: Sebastian Mega Diaz. ORIGEN: Argentina. DURACION: 88 Minutos CALIFICACION: Apta para todo público con reservas FECHA DE ESTRENO: 07 de Noviembre de 2019 FORMATOS: 2D.
En el debut en largometraje, el director Sebastián Mega Díaz decidió que esta historia de amor, con vueltas de tuerca, tenga el estilo de un clip musical alargado, con una edición inquieta, con muchas escenas amorosas y de llanto, entre la pérdida del sentimiento y su segunda oportunidad que ya se preanuncia desde su poster. Pensada para un público juvenil que convirtió en famosa a Natalie Pérez que despliega todo su magnetismo, y con Nico Furtado por primera vez en un rol romántico, con todo el prestigio que acumuló en trabajos anteriores muy distintos. Una pareja que se conoció en la filmación de un corto, siete años después siente que la magia termino. Con ella como una actriz consagrada, y él como un director que todavía no consolidó sus sueños. La falta de tiempo, la necesidad de ella, la indiferencia de él, la oportunidad de un viaje al exterior, precipita una crisis. Más que profundizar en cada personaje, el acento puesto en las situaciones, con corte televisivo, el film tiene el claro objetivo de la frescura y el entretenimiento. Y eso se logra con una formulación liviana pero efectiva.
Una película de jóvenes y para los jóvenes. De esas que hablan del amor, de los proyectos, de los desengaños, de las cosas tontas que también hacen linda la vida. Alguien cuenta en off lo que después se transforma en pura acción, y luego los actores representan la vida que pasa. Es la historia de Martín y Vera que va y viene en el tiempo, desde aquel momento en que estaban en el mismo bar pero sin conocerse. El intentaba escribir ficciones y ella componer letras de canciones. Martín, tan tímido que no encontraba el modo de presentarse, y ella que, más audaz, aprovecha la oportunidad de un corte de luz para hablarle y conocerse. No sabían que el amor es una cosa que se construye y se deconstruye para volver a construirse de a dos y que habrá fracasos y triunfos, intentos y logros casi felices, hasta el triunfo de ella o el estancamiento de él, momentos de la vida en que nuevas circunstancias ayudarán al cambio y a solidificar los deseos del comienzo. "Amor de película" tiene un elenco de gente joven, en su mayoría profesional, que supo ganarse al público, especialmente en el mundo de la televisión, como Natalie Pérez y Nicolás Furtado, o en la comedia musical, como Vanesa Butera. En este caso se repite el fenómeno y Natalie Pérez ("Pequeña Victoria"), a quien se puede disfrutar en su papel de cantante, en pareja con el actor uruguayo Nicolás Furtado (Diosito de "El marginal") se calzan los roles de Vera y Martín. Y a pesar de un argumento nada original pero con la necesaria cuota de humor, los actores, con autenticidad y simpatía, logran meterse en el bolsillo a los espectadores.
Chico conoce chica y se enamoran en una tarde de lluvia. Es el plot de la película que une a una pareja, él director ella actriz, pero que a ella, cuando terminan de verla, le provoca una crisis de llanto. Amor de película empieza bien, como un juego entre la ficción, la vocación y la vida real de una pareja. Pero todo su sentido del humor y su promesa lúdica parece agotarse ahí. Como una introducción simpática para un derrotero de comedia de manual, demasiado parecida a eso de lo que parece reírse, en el principio, con inteligencia. Hay una separación, un tercero en discordia, secundarios irrelevantes, interiores de sitcom, y un ritmo de telenovela. Situaciones que suceden sin que se transmita o quede claro por qué, mientras se suceden las escenas tan anodinas como previsibles. Con dos protagonistas galanes, fotogénicos y populares (el uruguayo Nicolás Furtado y Natalie Pérez, sin demasiada química), que seguramente convocarán a sus públicos. Amor de película es agradable, amable. Pero la sensación de piloto apurado, de película resuelta sin pensar demasiado (ni qué contar, ni cómo), se la lleva puesta.
Este filme que marca el debut detrás de cámara, como director, abre con algo del orden de lo promisorio, no por original sino por infrecuente, no sólo en el cine nacional. Una voz en off nos va dando señales de lo que vamos viendo en la pantalla, algo así como el intento de mostrar los hilos invisibles que van tejiendo los elementos de lo que se supone es una comedia romántica. Subvirtiendo las reglas del género, el tema “chica conoce un chico”, (modifiquemos por los tiempos que corren). Que en este mismo incipiente riesgo narrativo se produzcan algunos fallos en su estructura, no sería tan grave sino fuese que le idea no continua y se constituye en el prólogo de una historia de amor. Terminamos por saber que eso que acabamos de ver es sólo un cortometraje, casi se puede suponer que realizado como trabajo practico de la facultad. Martín (Nicolás Furtado) es el director y protagonista de ese corto, Vera (Natalie Pérez) la actriz. Pero, fundido a negro, y elipsis temporal incluida, nos encontramos siete años después, son una pareja en plena convivencia, ella realizo un recorrido ascendente en la actuación, mientras Martín se desempeña como director de publicidades, esperando la oportunidad para saltar a la gran pantalla. El filme peca de falta absoluta de desarrollo de los personajes, la estructura es clásica por sonde se la mira, esa ruptura del principio empieza a sentirse inmediatamente como alargada e innecesaria. Todo termina siendo un gigantesco lugar común, ni siquiera podría verse como una sumatoria de los mismos, de pronto hay un conflicto en la pareja, más por reclamos de Vera que por lo que se ve en pantalla, se le suma un tercero en discordia, Alejandro (Guillermo Pfenning) el director de teatro del próximo estreno de Vera, personaje que pretende ser el excluyente. En realidad la mayor cataratas de clichés las posee éste personaje, que en la composición de Guillermo termina hasta por ser gracioso Que el estreno sea justo el día en que, gracias a mal azar, Martín tiene la oportunidad de su vida, hacer el salto que tanto buscaba, que ella reclame por esta situación y que esto derive para Martín en una elección de vida, en su vida, aparece como un poco exagerado o podría verse como un poco egoísta por parte de ella, aunque también es un cliché eso de aura de estrella que le endilgan a algunos actores. No todos. La tan mentada química entre ellos no se nota, ni desde el primer plano, ni el ultimo. Transitando ambos por registros diferentes, mientras Natalie Pérez despliega su capacidad histriónica como nadando en un mar ya transitado, a Nicolás Furtado se lo ve incomodo, como navegando en aguas desconocidas. Se agradece sobremanera el evitar caer en lo que actualmente se despliega como políticamente correcto, en tanto producción audiovisual que se precie de tal, no se sabe si porque sólo se circunscribe al relato central. Pero estamos frente a un texto que más allá de la previsibilidad en la que termina cayendo en aguas estancadas, no produce nada más que el promisorio debut protagónico de Natalie Pérez. En realidad “Amor de Película”, termina siendo olvidable, o sea una película del montón.
Considerando lo que una comedia de factura promedio local puede ofrecer, y dado que muchas de las realizadas en el último tiempo han mejorado su nivel al eliminar de su desarrollo expresiones de humor chabacano (no confundir con humor sencillo de resolución ágil y efectiva), podemos decir que en un porcentaje alto es posible que las comedias de origen local, sobre todo las románticas, llegan al resultado esperado. Por lo general una comedia del estilo que nos ocupa debe tener un contexto bien delineado, en el marco del mundo que se ha creado para los personajes, una pareja protagónica versátil, que no solamente se vea bien en cámara. También es menester que la química sea clara. Y convincente, que dicho universo lleve los tiempos narrativos de la historia de manera adecuada y que los personajes secundarios o satélite tengan el peso justo y no otorguen ni más ni menos de lo que es necesario para que no se desarme el equilibrio. Nicolás Furtado Y Natalie Pérez generan, en la interpretación de los personajes que encarnan en “Amor de película”, la química de la que hablo. Un universo bien planteado en el que un mundo ficticio, representado a través de un cortometraje, sirve para la unión de los personajes y resulta ser, a la manera de un mundo paralelo, el lugar en que ambos pueden reencontrarse una y otra vez, de manera poética, a la hora de verse cara a cara y saber qué es lo que sienten, casi como una divertida anécdota para contar a unos nietos que el futuro eventualmente puede darles. Un excelente contrapunto se produce con la figura del malvado director del unipersonal de Vera (Pérez), muy buen compuesto por Guillermo Pfenning, en este film dirigido por Sebastián Mega Díaz quien lleva, bajo su coordinación, al elenco por un camino bien trazado en el contexto de una comedia romántica de definición sencilla, divertida y concreta. Otro punto a favor aparece encarnado en Vanesa Butera, de trabajo más que correcto en el personaje de la amiga, en quien la protagonista se apoya en los pequeños y divertidos intercambios entre ambos personajes. El resultado es entretenido y sirve a la hora de pensar en una comedia que define una buena historia romántica con personajes de trazo sencillo pero reconocibles y certeros en dicha construcción.