Pilar está en su departamento un sábado a la noche. Todo indica que su plan es estar sola. Habla por teléfono con su madre, lo que nos informa sobre su noviazgo con Marcos y su segundo aniversario que será el domingo. En esa escena inicial ya se nota que la película no va a funcionar. Los planes de Pilar cambian cuando suena el timbre y es su novio, que ha llegado sin avisar. Es la primera visita de la noche, pero no será la última. A los pocos minutos de haber comenzado la película se hace obvio que su duración no podrá ser extensa. La trama no tiene la más mínima complejidad y la anécdota no merece más que media hora, por lo que aun sin llegar a ochenta minutos, la historia resulta demasiado alargada. Ni por un segundo resulta creíble tampoco. Sí, claro que la película parece teatral, como pasa con muchas películas de muchos países, no es un defecto local ni mucho menos. El problema es descubrir la estructura desde el comienzo y sentir que no habrá ninguna sorpresa en la trama, ni siquiera el aire del exterior (qué aquí surge brevemente) que supone el cambio de locación. Cualquier salvavidas sería bienvenido frente al estancamiento dramático que la película tiene. Cuatro personajes principales, más una voz el teléfono, más la breve aparición de un par más. Si hay una comedia acá, no se ve en ningún momento, más allá de que se adivinan los intentos. Y si hay drama, tampoco produce interés alguno, ni hablar de algún tipo de emoción. Todo es, además de lo mencionado, frío y sin conexión con los personajes. Algunos chistes de rodaje en los créditos parecen ser una manera poco sutil de alargar la duración de una película que resulta muy corta y muy larga a la vez.
Y ese timbre que no para de sonar El título de esta nota sería apropiado para una obra de teatro under. Y mucho de teatro o de teatral tiene la puesta en escena de Anoche, un opus fallido dirigido por Nicanor Loreti y Paula Manzone que apela al recurso de los equívocos durante la noche de un sábado cualquiera. La risa nunca llega a crecer (salvo los créditos finales con las pifiadas de los actores en el rodaje) más que en ciertas intenciones del elenco compuesto por Diego Velázquez, Valeria Lois, Benjamín Rojas y Gimena Accardi, sumada la voz fuera de campo de Mirtha Busnelli en el contestador o bien en el celular con altavoces al comienzo del film. Premisa sencilla y nada atractiva por cierto: Pilar (Gimena Accardi) quiere estar sola un sábado a la noche, comer pochoclo y no pensar en nada ni en nadie. Ni siquiera en los dos años de noviazgo con un pesado (Benjamín Rojas) que arruina su tranquilidad y es el primero de un eslabón de presencias inoportunas como su hermana divorciada (Valeria Lois) y el ex de la susodicha (Diego Velázquez). Como suele ocurrir en este tipo de propuestas, una serie de situaciones que deberían ser graciosas y no lo son desencadenan revelaciones que para el caso de esta película se adivinan antes de que suene el timbre y los personajes hagan gestos de preocupación, o desaprobación. Si bien el ritmo de Anoche es sostenido, la trama deja bastante que desear sobre todo cuando trata de indagar un poco más el pasado de los personajes y así generar en la protagonista algunos conflictos internos, los cuales recién al final encuentran algún cauce. No alcanza, a pesar de una aceptable performance de cada actor. Hay elementos en común con la idea de hilvanar cierto subtexto por ejemplo en el rol de las madres en relación a las hijas, de ahí el único sentido de la voz en off de Mirtha Busnelli. No obstante, estamos en presencia de una floja película argentina con el mérito al menos de durar lo justo .
La mentira tiene patas cortas ¿Quién dijo que para hacer cine hay que contar con grandes presupuestos, escenarios inmensos y múltiples locaciones? Cuando hay una idea simple, un elenco convincente y una propuesta, no hace falta más que decir acción y rodar. Tras varias colaboraciones, la pareja conformada por Paula Manzone y Nicanor Loreti se lanzan a codirigir Anoche (2018), adaptación de la pieza homónima de la cual Manzone también es la autora, una comedia dramática protagonizada por cuatro actores (Gimena Accardi, Benjamín Rojas, Valeria Lois y Diego Velázquez) quienes se prestarán a un juego de verdad y mentira durante poco más de una hora. Sintética y austera, la película comienza con la presentación de los personajes, quienes componen dos parejas en crisis que el azar los reunirá en un mismo espacio, un lugar en donde omisiones y solapamientos comenzarán a emerger de una manera inesperada, afectando la continuidad de los sucesos que tal vez querían ocultar y mantener en la clandestinidad. Pilar (Gimena Accardi) se prepara para pasar una noche de angustia, pochoclo, y dulce de leche. Entiende que debe tomar decisiones sobre su futuro porque su relación con Marco (Benjamín Rojas) no va hacia ningún lado. Mientras todo se presentaba de una manera, con lágrimas, música triste y el dolor de tener que cerrar un ciclo, con el correr de los minutos inesperadas visitas cambiarán el punto de vista de la mujer. Anoche posee en su adn aquellas comedias clásicas que desde la sencillez de resoluciones con puertas que se abren y cierran, personajes que entran y salen de cuadro, generan empatía con sus personajes sumándole drama para componer un cuadro de situación generacional sobre parejas de treintytantos que poseen los objetivos cambiados. Si bien está en Anoche el germen de la pieza teatral que adapta, la película busca trascender su origen reforzando su discurso, potenciando el lenguaje cinematográfico con primerísimos primeros planos, algunas escenas que simulan ser rodadas sin continuidad de corte, y el potente escenario en donde todo se desarrolla. Los cuerpos se entrecruzan en escena, se acercan, se alejan, y la cámara es un testigo más, junto al espectador, de las pasiones encendidas y enfrentadas desde donde el guion comienza a urdir, con sapiencia, los necesarios conflictos para que el progreso narrativo aparezca. Los cuatro actores se prestan a este juego de encastre en tempo casi real, y en el cual pueden entretener sin ser limitados por los preconceptos de un relato que bucea en sensaciones vívidas transmitidas de una manera directa. La decisión de conformar el cast con dos actores que provienen del ambiente televisivo, con otros dos que poseen una sólida y larga tradición teatral, además, suman calidad a un film que presenta emociones y juega con elementos cotidianos para configurar a una apuesta simple y efectiva.
Llega una comedia del director de “Kryptonita” y “El Club de los 27”, Nicanor Loreti, que codirige junto a su esposa, Paula Manzone, quien, además, se encarga de adaptar una obra de teatro que ella misma había escrito. “Anoche” es una comedia de enredos con algunos toques de sitcom clásica que se desarrolla en casi su totalidad en una única locación durante una noche de sábado. Pilar (Gimena Accardi) se encuentra en la tranquilidad de su hogar hablando con su madre por teléfono (Mirta Busnelli) quien ya rompió con ese clima de paz. Ni bien termina el llamado suena el timbre y su novio, Marcos (Benjamín Rojas), también viene con planes por el aniversario de dos años que celebra la pareja, no obstante ella no quiere saber nada al respecto. Por otro lado, Ema (Valeria Lois) viene con problemas personales al mismo tiempo que su ex marido (Diego Velázquez) también cae en el departamento para aportar mayor confusión y conflicto al episodio. La dupla directora nos brinda un relato minimalista con una puesta bastante teatral que busca apoyarse principalmente en cuatro personajes bien definidos con motivaciones marcadas que básicamente son el motor de la narración y sus personalidades son las que aportarán la cuota de humor y confusión. Si bien la trama es sencilla y las cuestiones que trata son bastante cotidianas, resulta atractivo ver a estos cuatro personajes interactuar en un entorno acotado y ver cómo confrontan entre ellos. Actoralmente se destacan Valeria Lois y Diego Velázquez que tienen los momentos más hilarantes del film. Por el lado de la técnica, el equipo redondea un trabajo correcto, donde se destaca la música que se encarga de matizar y relucir ciertos momentos o algunas cuestiones internas de los personajes. “Anoche” es una comedia entretenida que se apoya en sus actores y en lo claustrofóbico de la puesta en escena. Quizás algunos momentos resultan predecibles pero no dejan de empañar el producto final.
Pilar planea una noche de sábado tranquila en su casa, pero su meta de verá interrumpida por distintas visitas que irán tocando el timbre con diversas preocupaciones y urgencias. “Anoche” es la nueva película de Nicanor Loreti (“Diablo”, “Kryptonita”) co-dirigida con su mujer Paula Manzone, quien ideó este proyecto primero como una obra de teatro 10 años atrás. Después de estar en cartel durante dos años, surgió el deseo de convertir esta historia en un largometraje. Es por eso que desde su estética la trama está concebida como una pieza teatral y así se la siente durante su hora y diez. Tenemos una sola locación (la cual solo cambia hacia el final del film), que provoca una mayor incomodidad y opresión en las relaciones que se desarrollan durante la velada. Al tener una sola puesta en escena, todas las miradas de la cinta se la llevan las interpretaciones y el guión. En el primer caso, tenemos un elenco de caras conocidas, con Gimena Accardi a la cabeza, acompañada por Benjamín Rojas, Valeria Lois y Diego Velázquez. Estos dos últimos son los que más se destacan dentro de las actuaciones, llevando a cabo los personajes más hilarantes y graciosos. También cabe resaltar la participación de Mirta Busnelli como una voz en el teléfono, que consigue protagonizar unos de los momentos más graciosos del largometraje. En cuanto al guión, el mismo presenta gags divertidos y ocurrentes que lograrán entretener al público durante todo el relato. Tenemos algunas situaciones un tanto previsibles, pero que no se terminan resolviendo de una manera convencional. La música también cumple un rol central dentro de la historia, compuesta especialmente para el film, generando los distintos climas por los que van pasando los protagonistas a lo largo de la noche. Tensión, incomodidad, momentos bizarros, todo esto se termina de coronar con una buena banda sonora que acompaña de una gran manera. En síntesis, “Anoche” nos presenta una historia fresca y entretenida, con una estética teatral muy marcada, que logrará divertir al espectador en todo momento.
Pilar (Gimena Accardi)es una joven de 27 años que planea pasar la noche del sábado sola en su departamento, y se encuentra de repente asediada por un grupo de visitas inesperadas. Al llamado de su madre, en la voz de Mirta Busnelli, que parece fastidiarla, se suma la llegada de su novio, con el que está a punto de cumplir 2 años, (detalle que también parece pesarle) Marcos (Benjamín Rojas). Luego hace su aparición su hermana Ema, (la gran Valeria Lois), que arrastra problemas amorosos con su ex-marido Juan, y finalmente el antes mencionado (Diego Velázquez). El guión no ofrece mucho más que algún enredo y no se define entre la comedia romántica o el drama. Dirigida por Nicanor Loreti y su mujer Paula Manzone, quien también es la autora del libro que fue obra de teatro, deja sabor a poco, por su duración y porque no se desarrollan en forma acertada los problemas de las dos parejas. Todo sucede en el departamento de Pilar y ahí queda, estancado como la problemática de los cuatro personajes, que, aunque ejercen un buena labor, deja gusto a poco. ---> https://www.youtube.com/watch?v=veEIa8vojtU ---> TITULO ORIGINAL: Anoche ACTORES: Benjamín Rojas, Gimena Accardi, Valeria Lois. GENERO: Comedia . DIRECCION: Paula Manzone, Nicanor Loreti. ORIGEN: Argentina. DURACION: 65 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años FECHA DE ESTRENO: 31 de Enero de 2019 FORMATOS: 2D.
Benjamín Rojas y Gimena Accardi vienen de protagonizar el éxito teatral El otro lado de la cama y Rojas es una de las figuras de otro suceso actual como Una semana nada más. Ambos encabezan el elenco de esta película basada en... una obra de teatro. La autora Paula Manzone es, además, responsable del guión y codirectora junto al prolífico Nicanor Loreti (Diablo, La H, Kryptonita, 27: El club de los malditos y la saga de Socios por accidente). Si esta enumeración de datos puede parecer una mera acumulación de información intrascendente en verdad tiene su explicación. Es que Anoche carece de la fluidez, la naturalidad y el encanto de una buena (tragi)comedia romántica concebida para la pantalla grande y, sí, parece teatro filmado. Pilar (Accardi) decide pasar un sábado a la noche sola en su departamento. Más allá de una larga charla telefónica con su madre (la voz de Mirta Busnelli), su plan es hacerse unos pochoclos y seguramente ver algo en la TV o leer un libro. No lo sabremos porque a los pocos minutos toca el timbre su novio Marcos (Rojas), que viene de salir con sus amigos, algo beodo, con un regalo por el inminente aniversario de la pareja y cierta urgencia sexual que ella no parece dispuesta a satisfacer. Para colmo de males, el timbre vuelve a sonar y quien hace su aparición es Ema (Valeria Lois ), hermana de Pilar, que no puede contener la angustia de la crisis existencial que está atravesando. Y, con la llegada del cuarto personaje (Diego Velázquez) todo queda servido para una sucesión de enredos siempre caprichosos, por momentos patéticos y muy ocasionalmente graciosos. La película intenta sintonizar con cierto desencanto femenino en el terreno de las relaciones afectivas y en la inmadurez que tantos hombres mantienen incluso cuando ya entran de lleno en los treintaypico o incluso en los 40 y algo. Pero lo hace apelando al trazo grueso, sin sutilezas, matices ni gracia (tanto en el terreno de las actuaciones como en una puesta en escena elemental), con conflictos superficiales y diálogos demasiado explícitos que no dejan demasiado espacio para que el film conecte con el espectador.
Pilar es una muchacha que desea, en un sábado por la noche, estar sola en su departamento. Esa soledad se verá rota por la llegada de su novio, Marcos, con planes muy distintos. Como si esto fuera poco, se une al dúo Ema, hermana de la joven, quien le contará el mal momento que está pasando con su marido. El sonido del portero eléctrico puntúa una serie de enredos que toman como punto de partida una obra teatral de Paula Manzone. Si bien el film no pierde en ningún momento su origen escénico, tuvo en la propia autora y en Nicanor Loreti dos directores que supieron dar a la trama el ritmo necesario, bien acompañados por las actuaciones de Gimena Accardi, Benjamín Rojas, Valeria Lois y Diego Velázquez.
Anoche: Enredos de sábado por la noche. El 31 de Enero llega una nueva comedia romántica a las salas argentinas, esta vez de la mano del director de cine de género Nicanor Loreti, junto a su pareja Paula Manzone. ¿Es posible ocultar todo debajo de la alfombra?. En “Anoche” te lo responden. Antes de hablar de la película, habría que hablar primero de Nicanor Loreti… Merece un apartado especial. Un realizador (aquí co-director) que desde la independencia supo catapultarse como uno de los directores de cine de género más reconocidos en nuestro país. Su nombre empezó a resonar con “La H (2011)” un interesante documental rockero sobre la banda Hermética. Luego fue con su ópera prima, “Diablo (2011)”, que –junto a otros directores de la época- sentó las bases para la conformación de un cine de género arriesgado pero serio en sus intenciones. A pesar de que en su haber cuenta con películas más comerciales que distan mucho del estilo de su filmografía –“Socios por accidente (2014)” y “Socios por accidente 2 (2015)”-, se puede decir que Nicanor Loreti construye siempre desde el género hecho y derecho. En este caso, Loreti se une a Paula Manzone en la co-dirección de una película atípica en su obra cinematográfica. “Anoche (2018)” está basada en la pieza teatral homónima de Manzone, y es una comedia romántica de enredos, clásica pero efusiva. Nos lleva de la tranquilidad de su protagonista encerrada en su departamento un sábado por la noche hasta el caótico momento de destape de unos secretos familiares. Pilar (Gimena Accardi) está en crisis. Tiene 27 años, vive sola y quiere estar tranquila el fin de semana. Nada salido de lo normal, y una circunstancia para muchos ideal. Pero suena el portero y es su novio Marcos (Benjamín Rojas), con quien ella no está 100% cómoda últimamente, que llega con un regalo por su aniversario y varios planes a corto y largo plazo, que no son los mismos que los de Pilar. Suena el portero nuevamente y esta vez es su hermana Ema (Valeria Lois) que está pasando por un trance emocional. Como frutilla del postre, suena de nuevo el timbre y tal hecho nos anticipa el origen del conflicto: es el ex marido de Ema. En “Anoche”, cada uno de los personajes (bien delimitados, por cierto) tiene su pequeña historia. Y en una sola locación, que es el mencionado departamento de Pilar – conservando la estructura de obra teatral – se irán resolviendo (o no) los hechos recurriendo a un estilo bien costumbrista y dinámico, ganándole así a aquella idea de que “cuatro personajes hablando en un departamento es algo simplista y corriente”. Aquí Loreti parecería volver a sus orígenes en varios sentidos: presupuesto acotado, una propuesta simple pero efectiva, locaciones pequeñas y todo lo que tiene que tener una buena comedia con subtramas a las que conviene prestarles atención. Detalle no menor: un elenco convincente desde el comienzo. Es un gusto seguir viendo cine nacional no ambicioso y del bueno.
Nicanor Loreti junto a su mujer, Paula Manzone, nos traen una adaptación fílmica de la obra de teatro escrita por ella, "Anoche", (2011), trabajo que tuvo buenas respuestas de crítica y audiencia durante su recorrido. "Anoche" presenta entonces una situación típicamente teatral, de cuatro personajes en conflicto. Pilar (Gimena Accardi), Marcos (Benjamín Rojas), Ema (Valeria Lois) y Juan (Diego Velázquez). Ellos estarán instalados en un escenario ambientado en un departamento, a lo largo de una noche que deparará, muchas sorpresas. La historia aranca presentándonos a Pilar, quien charla telefónicamente con su madre (Mirta Busnelli), pero sin demasiado entusiasmo. Es la calma que precede la tormenta. Ella está sola este sábado a la noche, porque su pareja, Marcos, tenía salida con sus amigos. Pilar sólo está dispuesta a comer pochoclos con dulce de leche, de manera relajada. Se la nota preocupada. Agobiada. Claro, no tendrá suerte para desenchufarse. Su familia y su novio, irrumpirán para complicar un poco las cosas. Primero llegará Marcos, quien fuera de agenda se presentará con ánimos de encuentro, muy cariñoso... y al poco tiempo se sumará Ema, hermana de Pilar, quien necesitará hacer catarsis, luego de una revelación que implicará un universo nuevo de ruidos en su relación con el padre de su hija. Ya ahí el escenario se vuelve complejo, pero mucho más cuando Juan decide sumarse al grupo, con un aporte que sumará confusión y tensión a la improvisada reunión. "Anoche" es muy similar a otras de su tipo ("Perfectos desconocidos", "Toc toc"), comedias ácidas (y melancólicas, en cierta manera) sobre adultos en situaciones con cierto voltaje emotivo, diálogos ingenioso cruzados y alguna crisis existencial y amoroso pendiente. Se presenta un universo donde cada uno de ellos contrasta sus visiones sobre las relaciones, y trata de persuadir al resto, de la validez de sus inquietudes y necesidades. Todos somos sujetos deseantes y deseados, y "Anoche" lo pone correctamente en tensión. La puesta puede ser modesta, pero el film es entretenido y está en el registro adecuado. Habrá sorpresas, algo de introspección y cierto debate generado sobre cómo resolver cuestiones delicadas dentro de la pareja. Manzone y Loreti dirigen con oficio y proponen una película que suma, en una escena nacional que no es pródiga en comedias. Hay una sutil pátina de tristeza y desconcierto en la suerte de los personajes, pero es el tono necesario para dotar de significación los momentos de desconcierto que se dan en cualquier proceso de crecimiento personal... Vale la pena acompañar este esfuerzo de producción entonces y destacar la frescura y calidad de los intérpretes, ajustados y con el carisma justo. Sí, es cierto que "Anoche", está acotada por las limitaciones del espacio elegido para el despliegue de su historia (imposible renegarla de su origen teatral) pero eso no impide al público disfrutar de un buen momento a lo largo de su metraje.
“Anoche”, de Paula Manzone y Nicanor Loreti Por Gustavo Castagna Otro cruce entre el teatro y cine, otra tensa simbiosis entre dos lenguajes. Anoche recurre al texto de Paula Marzone, también directora de la película junto a Nicanor Loreti (Diablo; Kryptonita) para describir en un tiempo acotado y en un espacio casi único a cuatro personajes, sus psiquis y fobias, sus miedos y traumas, sus inseguridades y pocas certezas. El desafío es valioso pero casi inválido en sus resultados. Una pareja, un aniversario, la casa de ella (un imponente loft palermitano con exceso de pochoclo y una protagonista con remera de los Ramones… recool todo, che); la hermana de ella que llega con sus mambos a flor de piel (o escupiendo por la boca), como una especie de Judy Davis en la galaxia Woody Allen, y un cuarto “visitante” nocturno a la casa de Pilar… sí, adivinó: el ex de la hermana de la protagonista y algo metejoneado con la dueña de casa. Ah, por supuesto, la pareja de Pilar también está ahí, en ese lugar prolijísimo con luces pero escasamente iluminado de ideas acordes con el cine y el teatro en su compleja relación. La esforzada interpretación del cuarteto actoral neutraliza algunos de los momentos previsibles y escasos de timing de la hora de duración de la película. Como si se tratara de un cuerpo indócil y expuesto al tironeo entre el lenguaje del cine fusionado al teatral, Anochepresenta varios vicios en problemática anexión. Por un lado, la invasión de textos no deja lugar a un momento visual, aun escamoteado, oculto entre tantas palabras. La cámara hace lo que puede – a través de algunos “trabajosos” planos secuencia – para aligerar ese único espacio, amplio de por sí, pero estrangulado por la previsibilidad textual. Pero lo menos logrado es justamente eso: el escaso efecto que producen las situaciones entre los cuatro personajes, el casi nulo impacto que aunque sea permita transmitir un atisbo de simpatía y de complicidad con el cuarteto protagónico. Una hora dura Anoche, algo más con los créditos de cierre (ah, al final se muestran “los errores” de los actores… tampoco sin gracia alguna), sesenta minutos que parecen muchos más, casi interminables desde el errático comienzo hasta el rutinario desenlace. ANOCHE Anoche. Argentina, 2018. Dirección: Paula Manzone y Nicanor Loreti. Guión: Paula Manzone, sobre su propio texto teatral. Fotografía: Leonel Pazos Scioli. Montaje: Emanuel Flax y Nicanor Loreti. Dirección de Arte: Catalina Oliva. Música: Pablo Sala Producción: Oriana Castro, Nicolás Galvagno, Nicanor Loreti, Paula Manzone, Magdalena Schavelzon, Hori Mentasti y Esteban Mentasti. Intérpretes: Gimena Accardi, Benjamin Rojas, Valeria Lois, Diego Velazquez. Duración: 68 minutos.
Es sábado a la noche y Pilar no tiene ganas de hacer nada, quiere estar sola y mirar la televisión mientras come pochoclos. Todo estaba saliendo de maravilla hasta que suena el portero eléctrico, es Marcos su novio, quien la ama demasiado. Las esperanzas de pasar un día tranquilo se esfuman cuando siguen llegando personas. Durante esta noche pasan infinidad de situaciones muy divertidas. Con tan solo 4 personajes esta película logra hacer reír al público y crear una cinta cómica y entretenida. Cada personaje tiene sus características propias y son muy diferentes entre sí.En general las actuaciones están bien, aunque a veces algunas se tornan un poco exageradas. La mayor parte de la película se desarrolla en la casa de Pilar, no hay muchos cambios de escena. Es una película bastante sencilla, pero eso no la convierte en aburrida. Las escenas se pasan volando y para cuando te das cuenta la cinta ya está llegando a su fin. Lo único que no me terminó de cerrar fue el final, es abierto. Yo esperaba que hagan algo más para cerrar todas las situaciones que pasaron durante esa interminable noche. La verdad es que me sorprendió, no esperaba que me gustase tanto. Si tienen ganas de reírse un rato esta película es para ustedes.
Nicanor Loretti luego de frecuentar la acción y la fantasía, en sociedad con Paula Manzone, con guión de ella y la base de la obra teatral, se mete en una comedia de cuatro personajes que transcurre en un departamento. Una farsa alocada de visitas inesperadas y muchas sorpresas evolutivas. Timbres que anuncian lo peor, puertas que se abren y se cierran como un enredo que, poco a poco, deja de ser simpático, cuando el juego se espesa. Cuatro actores y la cámara siguiéndolos, curiosa, espectadora, implacable para captar cualquier indicio que guíe al espectador. Un conflicto de seres de treinta y pico largo que tienen miradas distintas y objetivos cambiados. Una chica en su casa en su vivienda, solo quiere una noche de pochochos y dulces. Necesita pensar. De pronto llega su novio. Ella no lo espera y el se instala como si fuera el deseado. Una pareja que no funciona. Pero no estarán solos. La hermana de ella se impone con sus conflictos personales como una fuerza invasora. Pero todavía queda tiempo para un nuevo visitante. Un film entretenido de mirada inteligente sobre amores, pasiones, costumbres, incomprensiones, planes de futuro y necesidad de vivir el hoy. Todo eso desfila ante nuestros ojos con humor y gracia y una verdad antirromántica que nace de a poco para definir los tantos. Gimena Accardi y Benjamin Rojas como los jóvenes novios, con muy buena química de muchos trabajos compartidos. Diego Velazquez y Valeria Lois con otro estilo pero entre los cuatro tocan la melodía del entretenimiento feroz.
La noche en la que todo sucedió ¿Son el cine y el teatro estructuras irreconciliables? Hace una década Paula Manzone escribía el texto de Anoche, la cual se presentó como puesta teatral con éxito durante dos temporadas. Ahora, uniéndose a su pareja Nicanor Loreti, decide retomar su propia obra para llevarla al cine y hacer su debut como directora habiendo colaborado ya en el guion de Kryptonita, el hito de género dirigido por Nicanor. Hay una palabra clave rondando siempre que hablamos de llevar teatro al cine, “Airear”. Sacar la acción de las cuatro paredes del escenario, descomprimir lo lógicamente estático de una puesta teatral. ¿Es necesario “Airear”? Manzone y Loreti lo ponen a prueba en Anoche, una comedia que, como su título lo indica, transcurre toda en una noche y en el mismo lugar. ¿Quién no tuvo una de esas noches que parecen nunca acabar, en la que todo converge al mismo tiempo? Anoche nos invita a ser parte de una. La mujer propone y las visitas disponen Pilar (Gimena Accardi) atraviesa un momento crucial, se encuentra estancada en varios aspectos de su vida y debe replantearse cómo seguir. Su plan para esta noche es matar sus penas encerrándose en el departamento, relajación, y engordar a puro dulce sin que importe nada de lo que pasa del otro lado de la puerta. Claro, eso es lo que ella quería, pero los planes son falibles y esa noche de tranquilidad y depresión pronto se convertirá en un caos de interrupciones y visitas inesperadas. Una llamada por teléfono de su madre (voz de Mirta Busnelli en la mejor escena de la película), y el timbre que suena por primera vez. Es Marcos (Benjamín Rojas), su novio y uno de los motivos de ese estancamiento, quien tiene planes de celebrar el segundo aniversario y otros planes más a futuro. Futuro, justo esa palabra que Pilar no quiere ni escuchar. No paran de plantearse las cuestiones con Marcos cuando el timbre vuelve a sonar por Emma (Valeria Lois), la hermana de Pilar, que tiene sus propios problemas maritales y viene a desahogarse con la sufrida Pilar. Finalmente, llegará el ex marido de Emma (Diego Velázquez) aportando su cuota de presión al cuadro. ¿Noche de relajación? Sí, claro, que Pilar se vaya olvidando. Situaciones de una noche urbana Cuatro personajes, mucho diálogo y acciones que no paran de sucederse en un mismo lugar (salvo en una escena). Anoche es teatro, no lo disimula, pero a su vez también es cinematográfica. La decisión de Manzone y Loreti (convengamos que parece más una película de ella que del co-director de Socios por Accidente 1 y 2) es otorgarle dinamismo más que en los escenarios, desde los planos y el espacio abierto. La cámara va y viene, juega, corre (sin ser convulsiva, obviamente), aprovecha todos los lugares de ese departamento y pasa la acción de un personaje a otro, a través no solo de los diálogos sino de primeros y primerísimos planos con muchos detalles. En ese juego de crear un lenguaje visual propio y decirle al espectador que observe los gestos, en un montaje ligero y dinámico, es que Anoche se transforma en un evento cinematográfico indudable. Nicanor Loreti ya tenía experiencia en este aspecto con la celebrada Diablo, quizás su mejor película, que también ocurría toda en un departamento en el cual se desataba un violento caos. En ese aspecto, el director parece haber otorgado la experiencia para traspasar una dinámica similar aunque el género y los resultados generales sean diferentes. Anoche gana por poseer un timing casi perfecto, por ser fresca, pasatista, bastante realista e identificable en sus personajes urbanos. Y sobre todo muy divertida. Es muy sencillo tomarle cariño a los personajes por más que estos expongan distintos grados de patetismos. En más de una arista pueden resultar como espejos. ¿Quién la tiene sencilla en la vida afectiva? Los cuatro actores se lucen con mucho carisma y cada uno tendrá sus momentos de lucimiento. Quizás Lois y Velázquez son los que cuentan con los personajes más histriónicos y lo aprovechan. Como dijimos, el aporte de Mirta Busnelli es fundamental y celebrado. Anoche es una comedia simple, ágil, bien planteada y bien interpretada. Paula Manzone y Nicanor Loreti lograron una propuesta que parece ideal para ver en pareja en un día de los enamorados pronto a llegar. Ambos la van a pasar muy bien.
Grata sorpresa me llevé con esta película. Es bien porteña, cosa que a mí me gusta mucho. Salvo por un par de escenas muy cortas, todo sucede en una misma locación (un departamento) y en “tiempo real”. Algo que le da un cierto dinamismo y frescura, pese a no haber inventado nada. Otra cosa que me llamó la atención es la duración. Apenas más de una hora es lo que dura Anoche. Parece poco, pero el tiempo está bien aprovechado y dividido entre los personajes. Y hablando de ellos, el gran valor del film es, sin dudas, Gimena Accardi, a quien tendríamos que ver más en cine y menos en tv. Aquí reluce sus dotes para la comedia, mientras viste un pijama, lo cual me pareció grandioso. Y es en sus gestos donde radica lo mejor. Por otro lado, tanto Benjamín Rojas como Diego Velázquez están bien es sus personajes. Puede que te identifiques con ellos. El papel que menos me convenció es el de Valeria Lois, pero también hay que decir que su personaje es el más difícil y el punto de giro para toda la historia. Con una impronta teatral, pero trasladada muy bien a lo cinematográfico, Paula Mazone y Nicanor Loreti narran una película dinámica y entretenida. Una especie de sitcom pero con una puesta más profesional. Anoche es una buena comedia argentina. De esas para pasar el rato y divertirse.
Esta comedia, dirigida por Nicanor Loreti (Diablo, Kryptonita y El Club de los 27) y Paula Manzone, está ambientada prácticamente en un único escenario y sostenida por el cruce de personajes durante un sábado por la noche. Los vínculos amorosos alterados constituyen el centro de la película, que está basada en la obra teatral homónima de Manzone. Se traslada a la pantalla grande el espíritu de la idea original, sin grandes cambios y con una puesta que potencia las situaciones inesperadas. Pilar (Gimena Accardi) atraviesa una crisis, permanece en su casa y soporta los llamados telefónicos de su madre (Mirta Busnelli, con voz “en off” al igual que en la obra), entre panzadas de pollo y pochoclos con dulce de leche. Su angustia la lleva a una situación de aislamiento que se ve interrumpida cuando suena el timbre y aparece su novio, Marcos (Benjamín Rojas), cuyas expectativas sobre el presente y el futuro de la pareja chocan con las de Pilar. El caos reinará cuando llegue sin previo aviso su hermana Ema (Valeria Lois), que está en una situación límite con su marido, y Juan (Diego Velázquez), el cuñado de Pilar, que torcerá el rumbo de los acontecimientos. Todo sucede a través de encuentros sexuales interrumpidos y confesiones que dejan al descubierto las relaciones del cuarteto. El clima es claustrofóbico (son contados los exteriores de la calle y el ascensor) y la cámara coloca a sus personajes como si se tratara de un western, con una mirada en la que el duelo parece estallar. Se trata de una comedia de estructura sencilla que sobrevuela el conflicto central sin profundizarlo y lo aborda con sarcasmo. En ese sentido, aportan delirio y humor la verborrágica Ema y Juan, quienes imprimen un tono de locura en medio de una historia que, por momentos, parece no tener mucho más para ofrecer. Aunque lo cotidiano es llevado al extremo y no siempre logra el ritmo de las comedias de puertas, el relato es afable y encuentra logrados momentos, entre complejos y desencuentros sentimentales (es el aniversario de la pareja central) en los que se privilegian las actuaciones. El filme, de escasa duración, se reserva además escenas con gags de rodaje durante los créditos.
Costumbrismo y teatro filmado Un departamento, cuatro personajes, conflictos cruzados, secretos, revelaciones. Dos parejas, una de ellas separada, la otra a punto de cumplir dos años de existencia. El tiempo real de una única noche como marco para el relato. Adaptación de la obra del mismo título escrita por Paula Manzone, Anoche ostenta desde el minuto uno todas las marcas de aquello que suele denominarse, usualmente de forma despectiva, teatro filmado. La autora y el codirector Nicanor Loreti (Kryptonita, 27: El club de los malditos) –dupla que además conforma una pareja en la vida real– parecen hacerse cargo de ello con una iluminación del espacio definidamente artificiosa, “teatral”. Pero a poco de comenzar a desenrollar el hilo de la historia cualquier atisbo de reflexión sobre la interacción de ambos espacios –el escenario y el set cinematográfico– es rotundamente dejada de lado para concentrarse exclusivamente en la palabra: la cámara, el micrófono y el montaje transformados en simples herramientas puestas a su servicio exclusivo. En otros términos, teatro filmado. Lo cual no es algo necesariamente malo, pero… Comedia costumbrista elevada a la enésima potencia, con rasgos de puesta en escena televisiva que se suman a la ecuación de origen escénico, Anoche retrata la interacción entre la dueña de casa (Gimena Accardi), su novio (Benjamín Rojas), la hermana de la anfitriona (Valeria Lois) y su ex y padre de su hija (Diego Velazquez). Anfitriona inesperada, ya que el inicio del primer acto la encuentra disfrutando de la soledad de sus dominios personales, a excepción de la voz vehemente, machona, infinita de Mamá a través del teléfono (cortesía sonora de Mirta Busnelli). El teléfono volverá a sonar, como así también el portero eléctrico, sumando uno por uno los personajes necesarios para llegar al cuarteto. Muy pronto el espectador caerá en la cuenta de que el noviazgo de la pareja más joven ha comenzado a mostrar fisuras y que la separación de partes de la otra no ha logrado apagar todos los fuegos, todo ello explicitado por las líneas de diálogo, las miradas o ambas cosas a la vez (la música puntea y subraya cada uno de los gags, por las dudas). Y si bien la película (posiblemente, también la pieza original) parece abrazar a conciencia el concepto de personaje como macchietta unidimensional -arquetipos fácilmente reconocibles, espejos grotescos de zonas grises y negras universales-, no existe ningún elemento formal o temático que reelabore esa categoría y la transforme en posibilidad creativa. Inofensiva y previsible, la revulsión en cualquiera de sus modos no forma parte del juego de caracteres de Anoche, a pesar de algunos de sus temas. La autora declaró tiempo atrás que la obra teatral había sido escrita pensando en el disfrute del actor. Lo mismo podría afirmarse de la película y la secuencia de títulos de cierre -con sus pifies y momentos de tentación actoral- no hace más que reafirmarlo. Es una verdadera pena que ese goce apenas logre transmitirse al espectador.
El martes 29 de enero, en el cine Gaumont, fue la avant premiere de la película Anoche, bajo la consigna Nuncaes tarde para arruinarlo todo. Una deliciosa comedia con las actuaciones de Gimena Accardi, Benjamín Rojas, Diego Velázquez y Valeria Lois La trama es divertida, ahonda en las relaciones humanas, en aquello que no tenemos y deseamos con intensidad pero que al conseguirlo no resulta como esperábamos o cuan poco sinceros somos con nosotros mismos y con el entorno. La historia empieza con Pily, encarnada por Gimena Accardi, en pijama, en la cocina, hablando por celular con su mamá, en la voz de Mirta Busnelli. Mientras charla con su madre, come compulsivamente. Con ese indicio, sabemos que Pily está en problemas. Cuando se despide de su madre, llega de improvisto su novio, encarnado por el actor Benjamín Rojas. Una noche de soledad se transforma en una noche intensa, porque casi en el mismo momento, sin invitación previa, arriba al departamento la actriz Valeria Lois, quien interpreta a Emma, su hermana. La definiría como una hermana intensa que sigue enganchada con su ex marido. En el guión es interesante cómo se enfatiza en el perfil psicológico de los personajes. Dos hermanas sufriendo tensión pero haciéndole frente a las balas, de distinto modo; Pily, introvertida, y Emma, en cambio, extremadamente extrovertida. No vamos a contar mucho más, pero la comedia logra el climax cuando en esa noche toca el timbre un cuarto personaje en discordia: el actor DiegoVelázquez, interpretando al ex cuñado, quien también trae sus mambos. Con estos cuatro personajes en escena, la guionista Paula Manzone explota la capacidad del elenco para lograr una excelente atmósfera de comedia, una dirección con un profesional manejo de la cámara, a la cabeza del binomio Paula Manzone y Nicanor Loreti. Al finalizar el film, se pasa el backstage con algunos bloopers, donde no cabe duda que el rodaje transcurrió en un ambiente agradable y jovial. De esta manera se reafirma la teoría que para lograr una buena puesta depende del clima amable del equipo durante la filmación. Una película para reír, donde Anoche no es lo mismo que hoy, donde los conflictos salen a flote, los trapitos se ventilan a la luz de la luna y el amor lo supera o no. Calificación 9/10 Diana Decunto para La Butaca Web consignas.de.radio@gmail.com
Esta es una comedia dramática donde todo transcurre en una noche de sábado en un departamento, allí esta Pilar (Gimena Accardi), escuchando los pedidos y reclamos de su mamá (Mirta Busnelli, aporta su voz en el teléfono esta genial, ocurrente y divertida) que no para de hablar, ella quiere estar sola pero inesperadamente aparece su novio Marcos (Benjamín Rojas), dispuesto a pasarla bien y darle una sorpresa a su amada novia. Pero la noche viene complicada más aun cuando llega al departamento de Pilar la hermana divorciada Ema (Valeria Lois) en crisis con su ex marido Juan (Diego Velázquez) porque tuvieron una discusión, nada termina acá porque cae Juan, por lo tanto todos se reúnen bajo el mismo techo ocasionalmente. La nueva película de Nicanor Loreti (“Diablo”, “Kryptonita”) co-dirigida con su esposa Paula Manzone, fue una obra de teatro hace unos 10 años, dirigida por ella, estuvo en cartel unos dos años y hace un tiempo surgió la idea de llevarla al cine con otro elenco. La mayor parte de su desarrollo es en el departamento que la hace bien asfixiante, solo dos escenas son fuera la del ascensor y una en la calle. Muestra una vez más como no encontramos frente a la crisis de los treinta y de pareja, bajo un pin pong de diálogos, se van desatando un torbellino de pasiones, hipocresías, intolerancia, mentiras, secretos y confesiones, acompañado con una serie de gags algunos más destacados que otros, las actuaciones algunas se enfatizan más que otras, en esta historia fresca, entretenida y dentro de los créditos finales hay escenas extras que quizás te saquen más de una sonrisa.
Convertir una obra teatral en una película es todo un desafío. Y la dupla Loreti-Manzone, que además son pareja en la vida real, supieron llevar a la ficción los conflictos del amor. La trama se dispara cuando Pilar (Accardi) escucha la voz de su madre en el celular (genial Mirta Busnelli), mientras planea ver la tele sola en su departamento y comer pochoclos con dulce de leche. Es sábado a la noche y nada será como parecía. Primero porque llega su novio Marcos (Rojas) en plan romántico y ella está fría como un témpano. Y segundo porque vendrá su hermana Ema (Lois) para contarle el drama que tiene con Juan (Velázquez), su ex marido, que encima también tocará el timbre de ese departamento para que todo se complique de verdad. La película tiene pasajes risueños e invita a pensar cuánta soledad hay en las parejas que dicen estar acompañadas, al punto que llegan a ser desconocidos. La escena del novio que le regala una play a su novia para el aniversario es una metáfora sobre este punto de desencuentro. El filme dura 60 minutos y es recomendable quedarse después de los títulos para espiar los bloopers del rodaje. Para ver y pensar bien al buscar un compañero o compañera de ruta.
Dirigida por Nicanor Loreti y Paula Manzone, y escrita por ésta última adaptando su propia obra, Anoche es una comedia que gira en torno a una noche de sábado de encuentros y desencuentros entre cuatro personajes. Anoche empieza y termina con la voz de la madre, figura omnipresente a la que se quiere homenajear, aunque esto no se perciba más que como un esbozo que recién la dedicatoria final “A nuestras madres” termina de confirmar. Mirta Busnelli es esa voz que le habla, hasta el hartazgo, a su hija de 27 años, divagando sobre su pareja y su futuro. La hija es interpretada por Gimena Accardi, en su protagónico como Pilar, alguien que se presenta con una personalidad que se percibe apabullada, hastiada. Es una noche de sábado y ella no tiene más planes que quedarse en su casa, en pijama y comiendo lo que se le antoja. Sin embargo, esa llamada de la madre no iba a ser lo que terminaría cambiando el curso de la noche y, quizás, de su relación y su vida amorosa. Pilar está a horas de cumplir el segundo aniversario con su novio, Marcos (Benjamín Rojas, en un personaje que es lo opuesto al que interpreta en una comedia estrenada hace poco: Eso que nos enamora), y ni siquiera planeó pasar el fin de semana con él, quien se suponía que iba a salir con amigos. A la larga, un aniversario no es más que una fecha sin importancia. No obstante no contaba con que él quiere sorprenderla y la visita de imprevisto. Como no estamos ante una noche cualquiera para ninguno de sus protagonistas, pronto aparece la hermana de Pilar, Ema (Valeria Lois), trastornada y verborrágica en medio de una crisis en la relación que tiene con su actual ex marido. Para llenar el cartón, el ex marido en cuestión (Diego Velázquez) llega también y la casa de Pilar termina funcionando como punto de encuentro y desencuentros. Anoche está basada en una obra de teatro de Paula Manzone y, sin dudas, tiene todos los elementos propios de éste: principalmente unos pocos personajes interactuando y una sola locación (con alguna excepción, cuando la protagonista y quizás la película necesitan un poco de aire para escapar de ese ambiente claustrofóbico). Así, el film recae mayormente en diálogos subrayados y se termina sintiendo como teatro filmado (hasta la puesta en escena luce teatral), sin aprovechar más que los recursos básicos cinematográficos, como los constantes primeros planos. Si bien a nivel actoral los intérpretes logran desenvolverse cada uno en su registro, el guion no termina de desarrollar mucho ninguno de los personajes ni las ideas que los rondan. Algunas cuestiones de los personajes, o incluso decisiones, se presentan pero la mayoría no pasan de esbozos: el personaje de Pilar y la relación con la comida bien podría ser un ejemplo, o incluso el regalo de aniversario que le hace Marcos, aristas interesantes que terminan quedando bastante desaprovechadas. En cambio prefiere enredarse con las relaciones que éstos tejen y entretejen, en medio de un relato que no sorprende demasiado en sus vueltas y que se queda en lo superficial de los conflictos. Así llega la resolución, algo apresurada y que dice más que lo que simula a primera vista, con la voz de esa madre que vuelve a los temas del principio pero con otra perspectiva, dejando en claro que esa noche no podía ser una noche más.
DERRIBAR A LOS TRES MONOS “¿Saben cómo me siento? Como si hubiera descubierto un secreto”, declara Juan. Ya sea a propósito, en tanto marcación del guion o como sentimiento personal, esa frase se hace bandera para resquebrajar los blindajes de los cuatro personajes –tres de ellos ligados al yo, mientras que el otro a su ausencia– y habilita los primeros matices del autodescubrimiento. Cada uno empieza a visualizarse y a asimilar las palabras del otro para luego transmitir quién es y qué desea. Porque esa madrugada que parece no tener nada especial –ni siquiera como el aniversario de dos años de Pilar y Marcos–, se transforma en un momento revelador individual para romper con las ataduras que les impedían avanzar, que los estancaban en ilusiones extinguidas o que los mantenía invisibles. Por ese motivo, no es casual que tanto el afiche del filme como el tríptico gigante sobre el sillón reflejen a los llamados tres monos sabios; más bien se trata de subrayar los sentidos vedados de cada uno. Marcos parece un novio ejemplar brindando por ella y su sonrisa, diciéndole que quiere pasar el resto de la vida juntos, pensando en Pilar incluso en la salida con amigos mientras una chica lo miraba con atención, comprándole un regalo para celebrar la fecha o soñando con un bebé. Él cree conocerla en profundidad pero se sorprende cuando ella dice que no quiere hijos aún o toma el vodka sabor melón; incluso, no respeta su caja de recuerdos y hasta le revisa los mails. En realidad está tan ensimismado en un amor obsesivo y avasallador que se olvida de escucharla para descubrirla. Ema, la hermana mayor, no puede superar la ruptura con Juan al punto de que siente que él le oculta información por no entregarle el cuaderno de comunicaciones de la hija de ambos. Tampoco sabe resolver cuestiones simples o cotidianas sola y llama al ex o a la hermana bajo cualquier excusa. Aún menos tiene reparos en minimizar cuestiones que para Pilar fueron complejas o hasta la ridiculiza pensando que es una broma. Ema no puede ver más allá de sí misma y se resiste a quebrar su dependencia para convertirse en una mujer libre. Juan, ex cuñado, decide ir a lo de Pilar para revelarle lo que detectó después de la pelea y separación con la novia. Sin embargo, no consigue poner en palabras sus emociones –la besa o le agarra un ataque epiléptico–, pensamientos o necesidades más allá del arranca impulsivo de la visita. Por último, Pilar se reprime completamente. Cuando Marcos llega de imprevisto guarda los pochoclos y vomita, no puede evitar que la hermana abra su caja, aprieta los puños con fuerza y recibe largos llamados de la madre sin poder cortarle la charla. Ella sólo se expresa a través de gestos casi imperceptibles, de una mirada triste, cediendo en pos del otro o del silencio en una búsqueda de su propia voz. De hecho, los directores Paula Manzone y Nicanor Loreti proponen cierto juego de materialidades ya que al comienzo todos aparecen por primera vez desde la voz en el portero o desde el celular, salvo Pilar, y después entran en escena, mientras que la cámara se detiene unos segundos con cada uno dentro del ascensor, como si la imagen del espejo retratara a ese nuevo yo liberado de la pesada carga y con una cierta verdad manifiesta. La primera escena de Anoche evidencia su marcado registro teatral: la pantalla negra, una voz en off que se vuelve más audible lentamente, mientras que la imagen surge de a poco de esa oscuridad. Entonces revela un fondo con papel floral bordó y una luz que entra de algún lugar no revelado, mientras que al frente se divisan las alacenas de la cocina también oscuras y la protagonista como enmarcada por la barra del desayunador, las banquetas y la pared blanca del living que, a la derecha del cuadro, tiene una lámpara de pie prendida y un cuadro de Marilyn Monroe celeste que equilibran la luz del fondo. La mayoría de las escenas están filmadas de la misma forma e incluso las actuaciones y los diálogos poseen huellas teatrales, por ejemplo, la manera en que cuelgan los abrigos en el perchero, el uso del espacio o las pausas a la hora de hablar. Además, el relato se desarrolla enteramente en las diferentes habitaciones del departamento, salvo la breve caminata nocturna, y la cámara se apropia de los espacios para sumarle otro efecto a la puesta en escena. El secreto se revela de manera fragmentada y singular hacia cada uno de ellos, con la esperanza de que sostengan la búsqueda del nuevo yo, una intención privada y permanente que los aleje de forma definitiva de los atascos o trabas del no ver, no escuchar y no hablar. Por Brenda Caletti @117Brenn