Una verdadera pavada Poca imaginación y una notable falta de rumbo son los elementos que prevalecen a lo largo de todo el desarrollo del debut del estudio de animación Real Fx, Dos pavos en apuros, que convocó para su versión original las voces de Owen Wilson y Woody Harrelson, un plus que pocos espectadores disfrutarán en el estreno local con enorme cantidad de copias dobladas. La premisa sin resultar una genialidad es apenas simpática y apunta al rescate del héroe colectivo, en este caso los pavos nativos de la época que conmemora el día de acción de gracia, tradición popular enteramente norteamericana que muy poco tiene que ver con la idiosincrasia de estas pampas o latitudes. Sin embargo, la penetración cultural del tío Sam fue lo suficientemente amplia como para que cualquier niño de estas tierras -o por lo pronto su padre- supiese algo sobre la celebración donde se le perdona o indulta la vida a un pavo mientras millares de estas aves son ajusticiadas para formar parte del plato principal de la mesa de los norteamericanos. Hábito del consumismo exacerbado o sencillamente el respeto por la tradición, lo cierto es que los protagonistas de esta película, dirigida por Jimmy Hayward también guionista junto a Scott Mosier, intentarán torcer el rumbo de la historia remontándose al pasado gracias a una máquina del tiempo justo el día antes de la primera celebración en que los nativos y los colonos británicos compartieron la cena en el año 1621 donde los pavos corrieron la peor suerte. Así las cosas, Reggie (Wilson) y Jake (Harrelson) en misión libertadora de sus congéneres tratarán de convencerlos de que la unión hace la fuerza para enfrentarse a los temibles humanos. El interés amoroso de Reggie es una hembra, Jenny, un tanto aguerrida, así como para Jake el antagonista de turno será el pavo real alfa Broadbeak. Algunos gags visuales y referencias a la cultura pop norteamericana como guiño al público adulto no son suficientes para arrastrar al film lejos de la pendiente al vacío en la que cae desde el minuto quince en adelante y la falta de creatividad de sus realizadores no hace más que confirmarlo en un desenlace vergonzoso que por motivos obvios no revelaremos aquí. Como producto animado para toda la familia simplemente podemos decir que si bien cumple con sus características formales, es decir la animación es prolija pero no deslumbra a nadie, defrauda en todos los otros aspectos incluidos uno de sus puntos en apariencia fuertes que debería haber sido el humor: humor de pavos.
Nadie podría esperar gran cosa de Dos pavos en apuros luego de las aberrantes calificaciones que recibió en Estados Unidos, su país de origen. Quizás con las expectativas al límite es la manera de esperar al film animado de Jimmy Hayward - conocido por Horton y el mundo de los Quién y la fallida Jonah Hex - una alocada aventura que tiene como objeto experimental un par de pavos que le hacen honor a su especie y llenan la pantalla con hora y media de idioteces varias que, curiosamente, disfrutarán más los adultos acompañantes que los pequeños de la familia. ¿Qué puede surgir de la combinación de un grupo de pavos y viajes en el tiempo? La respuesta está en la divertida e inesperada trama tejida durante hora y media a golpes de humor y personajes carismáticos e inquietos. Las sombras de Pollitos en Fuga - compañera de categoría de buena animación y mejor historia - se dejan ver durante varias instancias de Dos pavos en apuros, pero el potencial de la película corre por parte del desenfadado guión de Hayward y compañía, repleto de guiños a los viajes en el tiempo y chistes alguna que otra vez subidos de tono, pero enmarcarados de forma convincente para que los infantes no queden traumados de por vida con algunas bromas que rayan el humor negro. De no se porque las voces nos llegan dobladas al castellano neutro, hubiésemos disfrutado a raudales de personalidades como las de Owen Wilson como Reggie, el protagonista, o la suavidad del Jake de Woody Harrelson, y hasta el interés romántico en la Jenny de Amy Poehler, quienes de seguro quedan mejor una vez que la imagen mental se arma en la cabeza de uno al saber este dato. La proficiencia técnica de Dos pavos en apuros funciona, es colorida y detallada, aunque su 3D apenas se sienta. La historia comienza con una potencia increíble, pero poco a poco va perdiendo fuelle y, en el final, termina resultando una interesante aventura para chicos bien pasatista.
Así como San Valentín nos invade en cientos de comedias románticas o Halloween hace lo propio dentro del terror, el día de acción de gracias, si bien es una festividad exclusivamente Norteamericana, el cine se ha encargado de que el resto del hemisferio sepa de que se trata y al menos los adolescentes y adultos lo sabemos, no tan así los más pequeños, que es a quienes va dirigido el film. En "Free Birds" ("Aves libres", cuyo título es bastante más apropiado que la traducción local) el director de "Horton y el mundo de los quien" y "Jonah Hex", Jimmy Hayward, nos trae una historia tan colorida y por momentos entretenida, como exclusivamente pensada para el público estadounidense, quien cada año espera ansioso para reunirse en familia a celebrar esta tradición. Reggie (voz en Inglés de Owen Wilson) es un pavo diferente al resto y lo sabe. Mientras los demás se la pasan todo el día comiendo maíz y mirando el sol, el sólo observa a sus dueños para darse cuenta de como éstos aman todo tipo de fiestas y uno de los motivos por el cual lo hacen es porque les encanta comer. Pero hay un problema con una de estas fiestas y es el menú, ya que Reggie es lo suficientemente listo como percatarse de que el plato principal en la mesa del día de acción de gracias es justamente "PAVO". Desesperado, intenta advertir al resto del sus compañeros de que los están engordando con maíz para servirlos en la mesa, pero dado que éstos son bastante menos listos que él, no le creen y para cuando se den cuenta que es cierto, enojados, excluirán a Reggie del grupo dejándolo librado a su suerte. Pero como es tradición que el presidente de los Estados Unidos perdone la vida a un pavo previo a la celebración, nuestro protagonista tendrá la suerte de ser el escogido por su pequeña hija y será llevado a la casa blanca donde vivirá todos tipo de lujos que nunca imaginó. Hasta que el intrépido Jake (Woody Harrelson), una especie de líder de resistencia que logró escapar de una muerte segura y lucha por la liberación de los pavos, intente convencerlo de que hay una máquina del tiempo con la cual deben viajar al pasado (más precisamente a 1621, año en que se llevó a cabo la primer celebración) y así poder salvar al primer pavo que fue servido en una mesa y cambiar el destino de todos los pavos del mundo. Si bien Reggie se rehúsa a seguir sus pasos e intenta engañarlo para escapar de él, accidentalmente terminarán encontrando la máquina y viajarán a la fecha indicada. Hasta aquí y transcurrida la primera media hora, se puede decir que el film entretiene tanto a grandes como a chicos, sin embargo lo que sigue da la impresión de que los guionistas olvidaron de a quienes va dirigida la película, ya que parecen enfocarse más en entretener a los papis que a sus hijos a través de varios guiños cinéfilos que los más pequeños difícilmente puedan captar. En su viaje al pasado, Reggie aprenderá sobre el amor (sí, hay un innecesario interés romántico de por medio), la amistad, la lealtad y efectivamente cambiará el curso de la historia, ya que en su regreso al presente el significado de la palabra "Gracias" a la hora de la celebración ya no será el mismo. En cuanto a la animación, si bien no sorprende ni deslumbra, no hay nada que reprocharle al film y se nota que su director tuvo una buena escuela, ya que colaboró durante años con los estudios Disney-Pixar en títulos como las primeras dos Toy Story, Monsters Inc.,Bichos y Buscando a Nemo, entre tantos otros. El problema es que por momentos la trama se vuelve un poco compleja para el público infantil, sobre todo en los últimos veinte minutos y allí donde los más grandes disfruten las referencias a películas como "Volver al futuro", "Harry Potter y el prisionero de Azkabán" o "Corazón valiente", los más chicos se pueden llegar a desorientar bastante, ya que como ocurrió el año pasado con Monsters University y las fraternidades, el Día de Acción de gracias resulta completamente desconocido para ellos. Y por más que el film mantiene un ritmo acelerado en gran parte de los casi noventa minutos que dura, difícilmente logre que los más chicos no se aburran y llenen de preguntas a los adultos que los llevan a ver una historia que fue pensada para un público en particular, y no es precisamente por estos lados donde lo va a encontrar.
Dos pavos en apuros es una película con personajes agradables, modesta, divertida, simpática y, para hacer honor a los protagonistas, bastante pavota que sólo vale la entrada al cine si vas con chicos. La premisa no es mala y tiene un simpático desenlace, pero el transcurso de la historia no tiene el carisma, la gracia ni la frescura indispensables para divertir a...
“Mi destino es comer pizza y quedarme en la cama”, dice Reggie cuando es llamado a la aventura por otro pavo con delirios (al menos por ahora) de viajes en el tiempo y un gran pavo (una especie de dios de los pavos). Y es que Reggie tras varios años de lograr escapar para no ser cocinado en el Día de Gracias, consigue un hogar donde está muy cómodo pero se siente solo, y aunque se diga a sí mismo que le gusta estar así, sabemos que a nadie le gusta. El primer problema que vamos a encontrar con Free Birds, es que tiene como tema central una festividad que nos es totalmente ajena, Acción de Gracias. El segundo, es que muchos no vamos a poder disfrutar en sala la película como corresponde, es decir en su idioma original, y esto no es sólo un detalle ya que actores como Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler pusieron voces a los personajes. Obviando esas cuestiones, Free Birds es una película simpática, sin muchas pretensiones, sobre la historia de un par de pavos que viajan al pasado para impedir que su especie sea el plato principal de cada Acción de Gracias. Si bien está destinada hacia un público infantil, tiene ciertas referencias y humor que un adulto bien podrá apreciar y disfrutar. El director Jimmy Hayward, quien ya dirigió Horton y la fallida y nunca estrenada en pantallas grandes en nuestro país Jonah Hex, ha trabajado como animador de varias películas reconocidas como las dos primeras entregas de Toy Story, Monsters Inc y Finding Nemo, no obstante esta es la primera vez que además se pone en el lugar de guionista. Y si algo notamos al ver el film es que quizás este sea uno de los puntos más flojos. Mientras el film empieza prometiendo una gran aventura, es cierto que a medida que se va desarrollando uno puede comenzar a perder interés, se torna casi aburrida, y al final todo resulta demasiado efectista. Es que la premisa de la que parte se percibe fuerte y atractiva, pero se va perdiendo un poco a lo largo del film. Sin duda, es una película que con un poco más de entusiasmo podría ser menos olvidada pero su simplicidad le juega a favor por momentos, logrando que pueda atrapar tanto a niños como a adultos, que serán quienes encontrarán las referencias y captarán algún subtexto que un niño no. Al fin y al cabo no es más que otra película sobre la amistad, con alguna historia de amor, y moralejas subrayadas, sin desmerecerla.
Uno de los más grandes misterios de la crítica y la prensa especializada en cine (en este caso en Estados Unidos) es cómo se bastardeó a esta verdadera joya de la animación. Sinceramente no se entiende el humor de los norteamericanos, a veces tan buenos en ello y otras tan malos. Es de suponer que el primer error de Dos pavos en apuros (mal título para Free birds) es el cómo se lo vende dado a que es una película que disfrutan mucho más los adultos que los chicos por su acidez y chistes con doble sentido. Un niño no capta ni el 80 por ciento de lo que ocurre en la trama y solo se ríe cuando hay una situación física que le llama la atención. Ahora bien otro de los errores es a nivel artístico porque si estaban haciendo ese tipo de película tendrían que haber ido hasta las últimas consecuencias y no camuflar el largometraje como una propuesta infantil para poder hacerla. Otra cosa no menor para destacar es que si nos encontráramos con un estreno proveniente de Disney o Dreamworks, la película sería un éxito. Pero bueno, no solo no lo es sino que compite con Frozen… Aclaradas estas cuestiones es hora de pasar a la película en sí. Su director Jimmy Hayward, quien viene del desastre que fue su adaptación del comic Jonah Hex (2010) pertenece al mundo de la animación e incluso fue el responsable de Horton en 2008. En esta oportunidad el realizador logra mostrar su potencial y entrega una de las películas animadas más bizarras que se han llegado a la pantalla grande y con el chiste doble sentido más zarpado de la historia del cine de animación (sin spoilear, se hace mención a gusanos). La delirante idea de que unos pavos viajen en el tiempo para cambiar la tradición del Día de Acción de Gracias no solo es magnífica sino que sienta un tono estridente de disparates que se mantiene en toda la película y que nunca baja. Y como si esto fuera poco es muy cinéfila dado a que toma a Volver al Futuro como fuente de inspiración y homenaje para construir todo el relato. Los personajes son espectaculares y bien individualizados para cumplir su función determinada, y la versión original cuenta con las voces de Owen Wilson (Reggie), Woody Harrelson (Jake), y Amy Poehler (Jenny). Una buena comparación para hacer sería emparentar a este estreno con la primera Shrek (2001), por lo diferente y por el humor. Pasa que la película del ogro verde contaba con todo el aparato Dreamworks detrás, con una identidad más clara y mejor marketinizada, Es un misterio cómo le irá a esta película en el mercado argentino, seguramente seguirá el camino del fracaso que distó su país de origen. Aún así tiene grandes chances de convertirse en un film de nicho a lo largo de los años. Es por ello que si quieren reírse mucho y delirar en el cine, asistan a esta verdadera fiesta en el fin de semana de su estreno.
Volver al futuro, con alas Reggie es un pavo que siempre se sintió incomprendido por sus compañeros, diferente al resto, y que cuando trataba de reflexionar junto a ellos sobre la vida y la finalidad de los pavos de granja lo tildaban de loco, parecían no entender sus razonamientos. Finalmente la suerte parece estar de su lado, cuando el presidente de la nación concurre a la granja donde vive para el acto del "pavo indultado" y Reggie resulta elegido, gracias a la intervención de la pequeña e histriónica hijita del presidente. Mientras Reggie disfruta de las comodidades de la vida presidencial, una tele con muchos canales y un delivery diario de pizza, un día es secuestrado por Jake, un extraño líder del movimiento “El Frente de libertad de los pavos” del que parece ser el único miembro. Jake lo arrastra hacia un laboratorio del gobierno y lo convence de viajar juntos al pasado en una maquina experimental para volver a los tiempos de los colonos y así cambiar la historia y evitar que el pavo sea el plato principal del día de acción de gracias. Ambos llegan al año 1621, días antes de la celebración, y se encuentran con un grupo de pavos muy diferentes a los del presente; son organizados, fuertes y están dispuestos a luchar para no ser atrapados por los cazadores. Ademas de vivir toda clase de aventuras, conocer nuevos amigos y enamorarse, no todo sale bien, y alterar la historia puede traer sus consecuencias en el presente, como ya hemos visto en muchas películas. "Dos Pavos en Apuros" es una película de animación que va a lo seguro, con una estética accesible, personajes muy bien diseñados y un prolijo 3D. La historia tiene todos los condimentos necesarios para entretener, y nada mas que eso: aventuras, moralejas, y algún que otro chiste más accesible para los padres que para los niños. Evita por todos los medios profundizar demasiado en algunos temas que toca de modo superficial, como el engorde de animales, o nada menos que la situación de los pueblos originarios durante la colonización. Por otro lado, tiene como tema central el día de acción de gracias, algo con lo que los niños que viven fuera de los Estados Unidos no están familiarizados y pueden sentirse un poco fuera de tema.
Si bien, contiene un registro argumental muy localista, la cinta animada, se presenta como una de las más originales de los últimos tiempos. Y además fusiona lo mejor de los géneros clásicos, así nos encontramos con elementos narrativos y cinematográficos que remiten a la ciencia ficción, al western, e incluso a la “buddy movies”. Divertida, colorida, una de esas películas animadas que los grandes disfrutan, a la par de los niños.
VideoComentario (ver link).
Módica fórmula para divertir a los chicos Se ha querido relacionar este dibujo con "Pollitos en fuga", memorable joyita británica de plastilina y acción coral. Nada que ver. Esto va más bien por el tipo de humor, estilo y espíritu de "Open Season", que aquí se subtituló "Amigos salvajes". El protagonista principal, un pavo nada pavote, sospecha de las verdaderas intenciones del granjero, por más comida que reparta y cielo que les prometa a todas las aves del corral. Y otro, nada pacífico, encabeza el Frente de Liberación de Pavos, hasta el momento constituido por él solo, pero ya captará un adepto, aunque sea a la fuerza. Antes de seguir, recordemos un par de cosas. En 1621 los colonos de Plymouth, Massachusetts, inauguraron la sana costumbre de celebrar la cosecha anual con una linda reunión social y familiar alrededor de un pavo asado. A eso se llama Dia de Acción de Gracias. Y en 1969 George Bush instauró la tradición de otorgarle a un pavo el indulto presidencial. Así en vez de comerlo se lo llevan invitado a Mount Vernon para que viva la vida loca por unos meses. Pues bien. Al primer pavo lo indultan, le toma el gusto a la fresca vidurria viendo televisión y comiendo pizza del delivery, en suma, lo pasa bomba hasta que el otro lo convence de unirse a su Frente y viajar en la máquina del tiempo hasta las vísperas del primer Thanksgiving, como le dicen, y hallar a sus ancestros, que entonces eran salvajes y menos pavos. Había que cazarlos. Por eso, ayudarlos a escapar de los cazadores con alguna estrategia moderna podría hacer que la tradición del Dia de Acción de Gracias naciera con otro menú, lo cual salvaría además a todos los futuros pavos de América del Norte. De eso va la historia, la primer aventura ucrónica con dos héroes pavos. Superándolos fácilmente en inteligencia y valentía, se agrega una pavita muy resuelta y guerrera (no podía faltar la parte "políticamente correcta" del cuento). Hay suficientes disparates, animalitos de colores, voces alteradas, chistes, persecuciones, salvaciones, tiros, indios, y demás cosas que hacen que los chicos salgan contentos del cine, aunque probablemente ésta no sea la película que más recordarán de su infancia. Y eso es todo. Responsables, el director Jimmy Hayward, que ha hecho cosas mejores, los productores y guionistas Scott Mosier, especialista en comedias, John Strauss, libretista de las continuaciones de "Santa Cláusula", y David Stern, precisamente el libretista de las continuaciones de "Open Season".
"Dos Pavos en Apuros" es una película 100 % para los mas chiquitos de la casa. Hay películas animadas que son para toda la familia, pero esta definitivamente es para los niños. El director es el mismo de "Horton y el mundo de los quien", una gran historia animada que disfruté años atrás. Con esta nueva peli el director se queda un poco en el camino, y no logra ser lo que se esperaba. Algunos gags funcionan (algunos pocos), quizás marea alguna que otra secuencia pero lo que sí vale destacar son los detalles de animación, que son geniales. Una película, como dije antes, despareja, pero que los mas chiquitos van a disfrutar (vos te vas a aburrir un poco).
"Ni una pluma de tontos" Lo que hace divertido y entretenido el mundo de las películas animadas es que si bien existe un apabullante rival a vencer (Disney), el resto de los estudios que desarrollan esta clase de películas optan casi siempre por luchar con productos distintos y originales que se alejan de las clásicas y repetidas formulas que ofrece la casa del ratón, construyendo así un panorama de ofertas más que llamativo. Por eso la balanza no siempre se inclina hacia un solo costado, sino que al contrario, a veces la equidad de esta áspera e interminable competencia ofrece resultados interesantes que provienen de lugares imprevistos. “Dos pavos en apuros” es la cuarta incursión en el mundo de la animación de la productora Relativity Media, que en el 2009, 2008 y 2006 presentó las correctísimas “Número 9” de Shane Acker, “Despereaux: Un pequeño gran héroe” de Sam Fell y Robert Stevenhagen y la nominada al Oscar “Monster House: La casa de los sustos” de Gil Kenan, respectivamente. Ese contexto pinta de pies a cabeza el nuevo trabajo del director Jimmy Hayward quien, luego de su estrepitoso fracaso en el mundo de carne y hueso de la mano de la patética “Jonah Hex”, vuelve a la animación para contar una divertida y original historia que atrapa a grandes y chicos por igual sin volar demasiado alto. Un pavo llamado Reggie es el único que conoce su verdadero destino dentro de una tranquila y colorida granja: Tarde o temprano llegará el momento en el que él se convertirá en el plato principal del día de acción de gracias. Por obra y magia del destino, Reggie recibe un indulto del mismísimo presidente de los Estados Unidos y tiene la oportunidad de comenzar una nueva vida, alejado completamente de las preocupaciones y los problemas que tienen los de su raza, los cuales se reducen a uno solo: Convertirse en comida para los humanos. Sin embargo, otro pavo mucho más loco y paranoico que Reggie llamado Jake aparece en su camino para ofrecerle una aventura que incluye un viaje a través del tiempo para evitar ni más ni menos que los pavos sean, históricamente, el alimento predilecto de todas los norteamericanos durante el día de gracias. Hayward contó esta vez con un presupuesto más chico que el de su primera incursión en el mundo de la animación (dirigió la muy recomendable “Horton y el mundo de los quién”), pero sin embargo ofrece un resultado que en aspectos técnicos no dejan nada que desear. Las secuencias de los viajes en el tiempo están increíblemente logradas, y no solo son la justificación perfecta para ver esta película dentro de una sala de cine (y en 3-D) sino que también son la clara muestra de que la calidad en términos de animación está lejos de emparentarse con lo económico y depende casi exclusivamente de la dedicación y calidad de los realizadores involucrados. Inevitablemente hay que destacar dos puntos que perjudican el resultado final que ofrece como película infantil “Dos pavos en apuros” y son las innumerables vueltas que da su historia a medida que avanza el relato (lo cual provoca que los más chicos se pierdan y que los más grandes se pregunten a cada rato “¿Cuál es el hilo de la historia?”) y su inseparable contexto que hace referencia constantemente a una fecha conmemorativa e histórica que se celebra solo en los Estados Unidos. De todas formas, mencionar esto puede parecer un acto de hilar demasiado fino, para un producto que cumple con creces su único y verdadero propósito: Entretener a los más chicos de principio a fin gracias a su galería de personajes divertidísimos y su llamativo apartado técnico. El resto, definitivamente, es moco de pavo.
No todo lo animado es oro Dos pavos en apuros cuenta una historia absurda y lo sabe, así que aclara que todos los hechos son ficticios, excepto lo de que los pavos hablen. Un pavo termina, niña mediante, convirtiéndose en huésped, momentáneo, de la Casa Blanca. La vida le sonríe, come pizza y mira una telenovela mexicana en televisión. Pero las cosas se le vuelven un tanto adversas cuando otro pavo le dice que debe acompañarlo al pasado. Claro, como podíamos imaginar desde siempre, en la Casa Blanca hay una máquina del tiempo. ¿El objetivo? Viajar y evitar que se coma pavo el primer Día de Acción de Gracias de la historia. Un objetivo complejo, difícil, pero que podría salvar cientos de miles de pavos. Problemática trama que en su centro elige salir a combatir una de las fiestas más importantes de la cultura norteamericana. Y si bien los tiempos cambian, la película se mete en un problema desde el vamos. Más problemático aún es que no funcione casi ningún chiste y que el timing general sea más bien torpe. Los chistes son tan mediocres y rutinarios que da la sensación de estar viendo nuevamente alguna película mala de los últimos años. Es una pena que se atrape al público con películas como esta, que le quitan al cine de animación todo el prestigio que el género ha sabido ganar con años de propuestas originales que lograron superar el encierro de ser sólo films para chicos.
Aunque parezca mentira, la ceremonia de indulto presidencial del pavo existe en los Estados Unidos. Es una tradición en el país del Norte y es también el nudo argumental de esta película en la que están involucrados algunos de los productores de Shre k, el exitoso film de animación digital que ganó un Oscar en 2001. En noviembre de este año, el Día de Acción de Gracias de Obama arrancó con el indulto de Popcorn, un pavo de criadero que, como es habitual, pronto fue trasladado a la finca de Mount Vernon, Virginia, donde en su momento residió George Washington. Popcorn, igual que muchos de sus antecesores, murió al poco tiempo: los pavos de criadero, engordados artificialmente para que lleguen a pesar hasta quince kilos, el doble de lo que pesan los salvajes, suelen tener problemas cardiorrespiratorios que sólo les permiten vivir una octava parte de los doce años de media de la especie. En el caso de Reggie, el protagonista de esta película de animación que su versión original en inglés cuenta con las voces de estrellas como Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler, el indulto llegará casi de casualidad, por solicitud de la pequeña hija del presidente, una chiquita simpática, caprichosa y alienada por la TV. Salvado de milagro del sacrificio, Reggie se encontrará con Jake, un pavo de mayor porte, engreído y obsesionado con la misión de cambiar la historia. Jake dice haber recibido una especie de orden superior para terminar con las matanzas de pavos en el Día de Acción de Gracias y embarca al temeroso Reggie en un disparatado viaje al pasado llevado a cabo a través de una poderosa máquina creada secretamente por el gobierno norteamericano. De comer pizza y mirar televisión en la residencia presidencial, Reggie pasa a enfrentarse con una serie de amenazantes enemigos del siglo XVII decididos a todo con tal de usarlo de banquete. La película tiene más de una referencia destinada a los adultos (al dúo humorístico Cheech y Chong, a la serie británica de ciencia ficción Doctor Who ), pero para los más chicos la trama se termina complicando innecesariamente con torpes apuntes bienpensantes. Y los personajes carecen de carisma, una falla imperdonable para este tipo de historias que podría achacarse en principio a Jimmy Hayward, parte del departamento de animación de buenas películas como Buscando a Nemo , Toy Story y Monsters Inc. , pero con menos experiencia en el campo del guión y la dirección, aunque su debut en ese terreno, con Horton y el mundo de los Quien , era algo más alentador.
Rebelión en la granja Si a Estados Unidos le faltó difundir, mediante el cine, alguna otra celebración de su larga historia en exclusiva, llega Dos pavos en apuros, que se encarga del Día de Acción de Gracias. En clave animada, el director Jimmy Hayward situó a dos plumíferos para viajar al pasado y liberar a sus colegas de ser condenados a ser servidos en la mesa familiar como festejo. El protagonista es Reggie, un pavo incomprendido, inteligente y con agallas. “El granjero no es tu amigo”, les advierte a sus colegas, mientras son engordados para su cruel destino. De forma inesperada, Reggie queda indultado para ser comido, siguiendo la costumbre instaurada por George Bush (padre) en 1989, donde un ave es salvada del degüello e invitada a Camp David para vivir como un verdadero monarca. En este caso, el protagonista se la pasa a puro delivery de pizza. Por el doblaje, se pierde la chance de escuchar a Owen Wilson (Reggie) y Woody Harrelson (Jake), en la voz de un ave que lidera el Frente de Liberación de Pavos y que secuestra a Reggie para llevarlo hacia el pasado y evitar una masacre aviar. La profundidad del 3D tiene una escasa presencia. El humor es otro tema polémico del filme, ya que difícilmente los niños capten el mensaje de la mayoría de las bromas. ¿Entonces a quien apunta esta realización? A los adultos, ya que es una película demasiado hablada, con un argumento que se torna complejo desde la segunda mitad en adelante y en donde la acción y morisquetas de sus protagonistas serán el único lazo de gracia con los más pequeños. Todo un desafío, ninguna pavada.
Cine chorizo relleno de pavos Con el cine de animación está pasando algo similar al cine con actores: Hollywood (o al menos ciertas instancias de Hollywood, si tenemos en cuenta que mucho cine indie tampoco llega) no deja casi lugar para nadie más en el calendario semanal de estrenos, y espacios que podrían ocupar películas de otras nacionalidades son ocupados por productos menores como este, que apenas tienen como objetivo ser eslabones en la cadena de producción anual. Digamos que para sostener el estreno Disney, el estreno Pixar, el estreno Dreamworks (cuando sale bien), la industria se vale de productos intrascendentes pero indispensables: aunque el problema de Dos pavos en apuros de Jimmy Hayward no es que se trata de un producto menor y utilitario, sino que encima es una película rutinaria, plagada de chistes mediocres y con apenas un par de buenas ideas totalmente desaprovechadas. Una de las buenas ideas está en la premisa. Dos pavos viajan al pasado para evitar que se inaugure el Día de Acción de Gracias con la tradición de comerse un pavo, y así salvar a cientos de miles de su especie a lo largo de la historia de los Estados Unidos. Es una idea, si se quiere, hasta subversiva: meterse con las costumbres y las tradiciones de aquel país, caricaturizarlas y ridiculizarlas. Incluso, si los pavos son metáfora más que evidente de los aborígenes perseguidos y exterminados por el blanco en el suelo Americano. Pero esto no es más que un guiño, una excusa para generar interés. Digamos que la crítica se convierte apenas en una acción sustitutiva de materia prima, y lo que amenazaba con ser una afrenta a las tradiciones se queda en el mero chiste simpático. Dos pavos en apuros, pues, prefiere los chistes de pareja despareja (uno de los pavos es medio ídem, el otro es voluntarioso y un tanto neurótico) y la historia de auto-superación antes que la sátira (al arranque en la Casa Blanca le falta timing), y ese es su mayor pecado. Si nos aplicamos a lo que la película es en vez de a lo que podría haber sido, hay que decir que por momentos funciona -cuando el humor surge como un sucedáneo de lo absurdo-, pero por otros es aburrida y escasamente graciosa. Tiene cinco o seis chistes que dan en el blanco, pero intuyo que esos se los deben repartir cuando ingresan en la larga línea de producción de cine animado norteamericano.
Reggie (doblaje de Luis Daniel Ramírez) siempre se sintió distinto, rechazado, incomprendido. Le pasó desde que era un pequeño pavo azulado rodeado de cientos de sus pares amarillos. Al comienzo de “Dos pavos en apuros” la simpática narración nos pone en situación. “Los pavos son pavos” dice, pero él sabe la verdad de lo que sucede en la granja. Advierte a todos sus compañeros que los están engordando para después matarlos y comérselos. Claro, todo esto sucede en el marco de la víspera del Día de Acción de Gracias a celebrarse, como siempre, en noviembre en los Estados Unidos. Reggie es “salvado por la pequeña hija del presidente (pese a él), quién lo elige para quedárselo”. Por razones, que no vienen al caso, conoce a Jake (doblaje de Raúl Anaya), un pavo con pinta de “Marine” quien, luego de enterarse de la existencia de un proyecto secreto del gobierno en fase experimental, decide viajar en el tiempo. Más exactamente a 1621, al día en que nació la tradición de sentarse a comer un pavo asado u horneado con toda la familia. Según el manual de tercer grado los colonos de Plymouth, Massachusetts andaban con las alacenas vacías, al borde de la desesperación, hasta que los indios del lugar les acercaron alimentos en un hermoso acto de bondad. También se celebra la buena cosecha, en fin… la idea es impedir el nacimiento del ritual que acabará con todos los ascendientes de Reggie y Jake calentitos y bañados en salsa de arándanos. Como se ve, estos pavos distan mucho de hacer honor a su nombre. Por supuesto que el aparato para realizar el viaje tiene forma de huevo, además de llamarse S.T.E.V.E. y tener una impronta al Hal de “2001: Odisea del espacio “(1969). Una vez en el pasado habrá oportunidad de plantear los escollos típicos del cine de aventuras. En el guión de Jimmy Hayward y Scott Mosier aparecerán los antepasados de las aves (con quienes deberán congeniar) empezando por el Jefe Pico Ancho (doblaje de Blas García) y la hermosa Jenny (doblaje de Leyla Rangel), encargada de instalar el elemento romántico de la historia. Por otro lado están los humanos hambrientos a los que un temible cazador debe proveerles comida, o sea matar a las aves a como dé lugar. “Dos pavos en apuros” tiene buenos argumentos para convertirse en un producto convencional en su planteo pero sin dejar de ser entretenido gracias al buen diseño de los dos personajes principales ya que, a pesar de sus diferencias, deben unirse en pos de sacar el pavo al horno del menú del Día de Acción de Gracias. Con respecto a esta fecha en particular, muy lejos de las tradiciones del resto del mundo, el director encaró con claridad la tarea de no dar nada por sabido aunque es cierto que la explicación se dosifica para no dejar de lado (ni alargar) la idea principal. Un buen acierto porque sin eso los chicos quedarían a mitad de camino para entender el contexto y la importancia cultural que le da peso específico al argumento por tratarse de una fecha exclusiva de Estados Unidos y Canadá. Por lo demás, no se escatima en efectos visuales, diseño estético, la homogeneidad del doblaje en español; pero más que nada la película cuenta con un buen ritmo narrativo y una dosis de humor que despierta risas en los momentos en los que la narración lo necesita, con un desenlace desopilante a la hora de plantear el reemplazo del menú. Pochoclos bien justificados.
A borrarse del menú Si pagó o va a pagar la entrada para comparar esta película con la genial Pollitos en fuga, aténgase a las consecuencias. El que busca el pelo en la leche muchas veces lo encuentra, y si no, se le cae dentro en el intento. Después de todo, ojos que no ven corazón que no siente, y además las bacterias de un cabello no son algo que el organismo humano no esté preparado para repeler con sus defensas. Ahora bien, si no va a estar midiendo cualidad por cualidad y defecto este filme con la genialidad en plastilina de Nick Park, puede que su actitud se vea premiada. La película protagonizada por un puñado de pavos es buena. Antes que nada, es entretenida. Al común de los niños probablemente les gustará. Luego, tiene algunos otros méritos que referiremos más abajo. La anécdota de la película surge de una linda ocurrencia (aunque un poco ajena a nuestra cultura sudamericana): desde el siglo XVII en Estados Unidos se celebra el Día de Acción de Gracias el cuarto jueves de noviembre, según una tradición traída desde Europa, cuyo sentido original es celebrar el final de las cosechas dentro de las comunidades. Y claro: parte de esa tradición es comer pavo durante las reuniones familiares, lo cual da pie a la aventura de este filme, en la que un par de pavos encuentran el modo de viajar al pasado para tratar de torcer el rumbo de la historia; o sea, para borrarse del menú. Mucha dinámica, un uso aceptable del 3D (sólo se exhibe en este formato), personajes queribles, buen humor, momentos de mucha acción y música muy agradable y pegadiza. El guionista y director principal de este largometraje animado es un muchacho con serios antecedentes, llamado Jimmy Hayward, que empezó como animador en filmes como Toy story 1 y 2, Bichos o Buscando a Nemo, y que se lució como autor integral debutante en Horton y el mundo de los quien.
Es una pavada que se las trae Es divertida, aunque no hilarante, con un planteo original. Rescata el valor de reunir a los afectos. Es tradición, en los Estados Unidos, que las festividades que reúnen a la familia, ganen el clímax al momento de rebanar un pavo. De esto tiene clara consciencia Reggie, el único miembro de la pavada que se niega a comer maíz para evitar ser engordado. Incomprendido por su entorno, siempre hambriento y anhelante de ser agarrado de las patas y llevado “al paraíso de los pavos”. El Día de Acción de Gracias se avecina, y Reggie insiste en alertar a sus congéneres. Y tanto es el rechazo que genera que, de entrada, los demás pavos lo expulsan para que lo sacrifiquen. Para bien el héroe, otra tradición dentro de la festividad, le permite a Reggie convertirse en “el pavo indultado” e ir a convivir con el mismísimo presidente de los Estados Unidos. Pero cuando Reggie cree que comenzará para él una vida de lujos y placeres, otro miembro de su especie, más fortachón y poco cuerdo, lo embarca en una misión: cambiar la tradición de comer pavo en esa fecha. Sin la espectacularidad visual de Horton y el mundo de los quién, película que dio renombre al director de Dos pavos en apuros, el realizador desarrolla un relato lleno de gracia y con algún mensaje respecto del valor de reunirse con los afectos, sin importar lo que se sirva en la mesa. Es una película que reparte gags para todos, sin desatender la historia del héroe y el infaltable cuento de amor.
Dos pavos deben salvarse y salvar a sus pares para no formar parte del banquete en “Día de acción de gracias”. Ante las altas temperaturas que estamos sufriendo es muy buena opción acompañar a los más pequeños al cine. Aire acondicionado, una buena pantalla, los infaltables pochoclos y sobre todas las cosas disfrutar con los niños una película de animación, y además tenes una opción que pocas veces se da depende de la edad de quien te acompañe, la podes ver subtitulada o doblada al español en el primer caso escucharás las voces de actores como: Amy Poehler, Owen Wilson, Woody Harrelson, entre otros. La historia es muy sencilla, el protagonista es Reggie (Owen Wilson) un pavo de buen corazón, alegre y valiente, quien quiere salvar a sus pares impidiendo que sean parte del banquete en el primer “Día de Acción de Gracias” pero un día una nena que es la hija de Presidente lo elije para que viva con ella y de esta forma consigue salvar su pellejo porque es indultado, ahora de golpe se encuentra viviendo con ciertos lujos junto a esta niña juguetona, simpática, de ojos grandes, antojadiza y que le encanta ver televisión. Pero una noche es secuestrado por otra ave de nombre Jake (Woody Harrelson), este es robusto, pertenece al movimiento “Frente de Liberación de Pavos”, y de golpe ambas aves son parte de un interesante proyecto: viajar al pasado y cambiar el futuro para que los pavos no estén más en el menú de los humanos. Ellos lo hacen a través de una máquina del tiempo y viajan a noviembre de 1621 tres días antes del “Día de Acción de gracias” para evitar la primera celebración. Es el momento de escenas cómicas y con buenos efectos especiales, ellos se encuentran en otra época y con otro tipo de costumbres, allí se encontrarán con una serie de personajes buenos y malos. El simpático Reggie conocerá el amor cuando se encuentre con una hembra, Jenny (Amy Poehler), se va armonizando con escenas románticas y los temas musicales son un encanto, no falta el villano que es un temible cazador Myles Standish (Colm Meaney), entre otros personajes. Es divertida y atractiva, con buenos colores, graciosa, contiene peleas entre aves con buenas coreografías, ellos transmiten el sentido de la amistad, lealtad y el amor, hay intriga, tiene varias referencias para los adultos para que puedan disfrutarla mejor donde podrán recordar películas como "Volver al futuro" y la serie “El túnel de tiempo”. Esta cinta irá introduciendo de a poco a los más pequeños a la ciencia ficción, entre otros géneros. Contiene algunos golpes bajos como el incendio de su refugio y la muerte del padre de Jenny, entre otros.
Si uno no se concentra en que el punto de partida del largometraje es algo particular y no universal, y que se enfoca en una fecha de festejo particular de un país, “Dos Pavos en Apuros” (USA, 2013) de Jimmy Hayward (“Horton”) tiene un humor particular que la acerca más al público adulto que al infantil. Ya desde el vamos los tres protagonistas (en su versión original), Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler, le otorgan su particularidad a las aves que les tocó interpretar desde las voces. La historia es sencilla, un pavo llamado Reggie (Wilson), el más despierto de toda la parvada, decide cuestionar el orden establecido de la granja en la que vive. Sabe que el dueño de la misma los está engordando para luego venderlos como el principal alimento del banquete del día de acción de gracias. Pese a que año a año le dice a cada uno el destino que tendrán, es excluido del grupo por sus ideas “excéntricas” y un día es “indultado” por el presidente de EE.UU, en otra de las tradiciones previas al festejo, perdonarle la vida a un pavo, y lo llevar a vivir con él a la casa blanca. Allí Reggie conocerá la TV, la pizza y la sociedad de consumo, una sociedad que en el zapping y el comer a toda hora, lo hará sentirse mucho mejor que en la granja. Pero una noche, en la que su telenovela latina preferida (que cuenta el emporio que un excluido logra armar, y que él espera poder imitar) está en lo mejor de la acción, es secuestrado por el pavo Jake (Harrelson), para acompañarlo en una riesgosa misión, viajar al pasado para eliminar a los pavos del menú de la cena del día de acción de gracias. Inmiscuyéndose en una máquina de viaje en el tiempo (S.T.E.V.E, curiosamente con la forma de huevo) llegan a 1621 y terminan encontrándose con una parvada, que a fuerza de intentos terminará por incluirlos como propios hasta el punto de que Jennie (Poehler) se convertirá en el amor de Reggie y por el cual renunciará (o no) a su vida en el “futuro”. Nuevamente la historia de pertenecer a algo (el año 2013 trajo varias historias con este disparador: “Monster University”, “Caminando con dinosaurios”, “TURBO”, etc.) como disparador de acción y tópico principal para contar una historia de amistad y trabajo en equipo. Lo interesante de la tradicional propuesta radica en que Hayward dota al trío protagónico de particularidades (el ojo que se vuelve “loco” ante alguna situación tensa, los músculos como protección frente a las inclemencias externas, la razón por encima de la mera suposición) que hacen más interesante un relato lineal y que en cuestiones de animación se plantea como simple. Valor, coraje y el “nunca rendirse por más obstáculos que se presenten en el camino” como moraleja, hacen de “Dos pavos en apuros” una película dinámica y que hará reír más a los grandes que a los pequeños.
Como se sabe, el día de Acción de Gracias (fiesta estadounidense) tiene como centro la cena de un pavo. Todos los años, el Presidente “perdona” uno. Esta es la historia de cómo un pavo perdonado y uno “revolucionario” viajan al pasado para que nunca más se coma pavo en Acción de Gracias (claro que se puede comer en otros días, por cierto). El film es animado, es en 3D, tiene algunos buenos gags y no aburre. En inglés (Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler mediante) es muchísimo mejor.