El exótico Hotel Marigold es un film agradable para disfrutar en el cine solo o con amigos. Una de las buenas cualidades de esta película es que desarrolla historias sobre personajes de la tercera edad, sin ser un dramón como es bastante habitual en este tipo de temática. El guión brinda un buen relato, pero con un ritmo tranquilo que posiblemente no sea...
Un viaje transformador Un mundo diferente y posible es retratado en la nueva película de John Madden, el realizador de Shakespeare Apasionado, quien en boca de uno de los personajes asegura que el "fracaso se aproxima si no hay intentos". El exótico Hotel Marigold sintetiza esa idea y muestra a un grupo de jubilados que decide disfrutar su retiro en un hotel de Bangalore, una exótica población de la India, pero lo que encuentran es la sombra de lo que alguna vez fue un paraíso: un lugar derrumbado manejado por un joven heredero. El film cuenta con un elenco inglés de lujo: Judi Dench (rostro reconocible de los films de Bond) en el papel de una viuda; Maggie Smith (actualmente en la serie Dowtown Abbey), una rígida anciana en silla de ruedas; Tom Wilkinson, un juez soltero que revelará su secreta historia, y Bill Nighy y Penelope Wilson, que forman un matrimonio apacible pero en crisis. El relato coloca el choque de culturas en primer plano, pero también desliza los contrastes y diferencias sociales que existen en la misma India. Cada personaje irá descubriendo un mundo personal que tenía oculto y afronta un proceso de transformación. A estas historias se suma el conflicto amoroso que tiene el joven que maneja el hotel, una madre dominante y una novia fogosa que pertenece a otro ámbito social. La película, que habla sobre la vejez y las segundas oportunidades, se toma sus tiempos (casi dos horas) y queda claro que el mayor atractivo pasa por su reparto. El marco que le imprime Madden también es contrastante, entre exótico y sombrío.
El seleccionado británico juega en la India En las primeras escenas vemos la triste realidad de los múlitples protagonistas: Graham (Tom Wilkinson) es un ejecutivo al que jubilan; Evelyn (Judi Dench) lida contra la soledad tras la muerte de su marido; Muriel (Maggie Smith) es una mujer xenófoba y malhumorada que debe operarse de la cadera; Douglas y Jean (Bill Nighy y Penelope Wilton) son un patético matrimonio que sólo se mantiene unido porque no tienen las agallas para separarse. Estos y otros personajes se encontrarán en el hotel del título, en la India. Ellos creen que es un lugar esplendoroso, lujoso (las publicidades en Internet suelen engañar), pero en verdad es un edificio decadente regenteado por el joven y entusiasta Sonny (Dev Pattel, visto en Slumdog Millionaire). No conviene adelantar demasiado de lo que le ocurre a cada uno, pero lo cierto es que encontrarán allí la posibilidad de reinventarse, de una nueva existencia cuanto pensaban y sentían que la suya ya estaba consumida. John Madden (Shakespeare apasionado) y su dream-team de viejas glorias del cine británico nos regalan una comedia simpática, amable, pintoresca sobre las segundas oportunidades. No es nada del otro mundo (hay bastante de fórmula aquí), pero este canto a la vida -un crowd-pleaser en la jerga de la industria-se termina disfrutando. Como sostiene el dicho popular, nunca es tarde...
Mejor acompañado que mal solo Las películas actuales (o bien las que con más facilidad consiguen pantalla) están protagonizadas y dirigidas a un público adolescente. Los protagonistas de este film, así como el público al cual se dirige (aunque no excluyentemente) se encuentran en un rango etario olvidado por muchas historias contadas por estos días: los mayores de 60 años. Con esta premisa generacional, El exótico hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel, 2011) propone algo distinto para reflexionar sobre la naturaleza humana. Siete personajes con vidas independientes y disímiles son presentados al inicio del film. Cada uno de ellos en un momento de crisis de sus largas vidas, determinado, principalmente, por la soledad. Debido a diferentes circunstancias, todos emprenden el mismo viaje de Inglaterra a la India y (¡oh casualidad!) terminan hospedados en un mismo lugar: el exótico hotel Marigold al que alude el título del film. Al ser los únicos huéspedes, sus vidas inevitablemente se conectarán de distintas maneras: amistades, enemistades, vínculos amorosos y demás situaciones modificarán a estos seres, quienes, al promediar el film, ya no serán los mismos del comienzo. Cualquier película que se filme en la India y sepa sacar provecho de ese mundo tan peculiar, de gran exquisitez visual, corre con una ventaja. La gente, la ciudad, el idioma, los olores, la comida, las costumbres, todo, absolutamente todo, resulta extraño. Depende de cada uno encontrar lo positivo o negativo de ello. En este film, todos los personajes, a su manera, toman contacto con ese alrededor que se les presenta al principio ajeno pero que luego se tornará un personaje más entre ellos. El director consigue una forma armoniosa de incorporar el ambiente al relato, como si este fuera parte natural de la historia. Logra esto a través de resaltar sus particularidades y diferencias; convirtiéndolo en un escenario visualmente estimulante. El argumento del film gira en torno de la búsqueda del amor, la soledad, la muerte, la amistad, la ancianidad, la esperanza; construyendo estos tópicos por medio de las pequeñas historias conectadas que muestra la película. Pero muchas partes se abusan de ciertos recursos en extremo sentimentales. Esto se percibe con mayor nitidez hacia final, donde todo resulta un poco artificial en el uso exagerado de la coincidencia abusiva (aunque sin desentonar con la progresión dramática buscada). La obra es, igualmente, ágil y entretenida. Muchas escenas tienen diálogos que incorporan el humor, mayormente un humor naif, simple, sin búsquedas rigurosas. Si bien por momentos resulta forzado, a los fines del argumento, esta comicidad le otorga a los personajes la jovialidad que necesita el relato -la historia de Sonny (Dev Patel), el joven dueño del hotel, soñador y enamoradizo, se acopla con este sentido a la totalidad-. A pesar de cierta obvia demagogia, la calidad del producto final es incuestionable. El director John Madden logra una película ampliamente disfrutable, y con impecables actuaciones.
Un comer, rezar, amar… pero con onda Un grupo de jubilados decide realizar un viaje a un paradisíaco hotel en la India. Al llegar descubrirán que han sido estafados y que el hotel está aún en ruinas. Ese contexto desafiante estimulará una serie de aventuras personales que los cambiará para siempre. El relato se presenta desde el comienzo como una estructura cómica tradicional (pasaje de un contexto a otro e inadecuación de los componentes de un contexto en el otro), sin embargo, no desarrolla dicha veta cómica, reorientándose a mitad de camino hacia una especie de melodrama con unos pocos momentos de comedia romántica. Como resulta esperable, toda la película está centrada en los personajes y sus historias individuales, aquellas vicisitudes que han impulsado en cada uno las decisiones del viaje. Esto en sí mismo no es una debilidad, siempre y cuando el relato repose en una estructura sólida que pueda articularse con dichas historias, cosa que no ocurre. El nexo articulador es la historia de Sonny, dueño del hotel, enamorado de Sunaina, una muchacha hindú de mentalidad moderna y liberal. Todo su objetivo en la vida es triunfar con su hotel y cumplir al mismo tiempo con cuatro objetivos de un plumazo: alcanzar la fortuna; mostrar a su madre y hermanos su talento para los negocios; cumplir con el sueño de su padre, y llegar a ser un hombre digno para su amada. Esta historia se verá obstaculizada por la presencia de la madre, una mujer inflexible, conservadora y tradicional que buscará impedir la consecución de todos los objetivos que su hijo se ha planteado. El principal problema, a mi juicio, de este nexo está en el planteamiento de base. Todo el contexto se da en la confrontación entre una India que pretende modernizarse con la vida liberal, y otra India más tradicional, conservadora de las costumbres, anti-individualista. Dicha confrontación está diseñada sobre un maniqueísmo tan elemental que resulta inverosímil, impidiendo que dicha historia aporte la conflictividad suficiente para sostener dramáticamente el relato. Esta torpeza resulta análoga a la que se sucede cuando los dramaturgos modernos reponen Romeo y Julieta, pero sin reflexionar previamente cómo tornar verosímil una historia cuyo conflicto ya no podemos entender desde nuestra modernidad tardía, puesto que la concepción superindividualista es nuestra anteojera, y ésta se nos impone como lo obvio y evidente. Así, y cualquier cosa que se oponga a ella carecerá siempre de argumentos válidos y genuinos. La película transcurre entre historias que se esfuerzan demasiado por ser conmovedoras, y metáforas excesivamente literales y elementales, como la idea de que todo está a medio hacerse, desde el hotel, hasta la vida de los personajes. De allí la frase recurrente de Sonny, que podría haberse pergeñado en la factoría de cualquier estudio norteamericano de Hollywood en los años 50: Al final todo sale bien, si todavía no está bien, es porque todavía no terminó. El Exótico Hotel Marigold es un relato torpe en lo narrativo, de una concepción excesivamente irrespetuosa sobre la diferencia cultural, e insuficiente desde el punto de vista de las actuaciones, no por falta de personalidades sino por ausencia de contextos de motivación suficientemente dramáticos.
El lugar donde descansan las horas Entre la comedia y el drama es el registro en el que John Madden muestra una etapa de la vida: la vejez, y El Exótico Hotel Marigold, es el lugar indicado para transitar ese momento, por lo menos así lo demuestra las imágenes que aparecen en la web. El director inglés trabajó con actores de su misma procedencia para darle ese toque de refinamiento y acento sofisticado en una ciudad tan ruidosa como lo es Jaipur, India. Judi Dench, Tom Wilkinson, Bill Nighy, Maggie Smith, son algunos de los actores que convergen es este hotel ya sea por soledad, tristeza o amor, pero una vez instalados en la tierra del curry serán ellos los que comiencen a darle valor y sentido a sus vidas, y que desde sus desgracias o pesares ayudaran al pobre Sonny (Dev Patel), hijo heredero del hotel en ruinas. En El Exótico Hotel Marigold no van a encontrar una pileta llena de piedras rejuvenecedoras, acá cada personaje tiene sus arrugas y sus malestares físicos. Simplemente es un grupo de personas que antes pensaban que sus días habían llegado a su fin pero que pronto entenderán y se demostraran así mismos que todavía son capaces de seguir adelante. Entre momentos agradables y tristes va intercalando Madden cada situación generando angustia y sonrisas. El único personaje forzado entre todo ese plantel de británicos es el actor Dev Patel ya que su interpretación se denota sobreactuada y de poca comicidad.
En busca del tiempo perdido Un grupo de jubilados británicos se instala en la India. En la primera parte de esta comedia dramática de John Madden ( Shakespeare apasionado ) vemos a varios ancianos (término que los subtítulos y casi todos solemos suavizar, absurda, incorrectamente con la palabra “abuelos”) acechados por la soledad y la rutina de la vejez. En la segunda, asistimos al intento de ellos, que no se conocen entre sí, de romper este cerco: al viaje que hacen a la India, en donde se instalan -a modo de retiro- en un hotel que les prometía más de lo que es. En el último tramo, el más flojo, recibimos una serie de lecciones de vida, algunas redentoras, como si se tratara de un filme aforístico. Felizmente, El exótico... (adjetivo que anuncia un pintoresquismo, ay, inevitable) tiene como contrapeso un humor por momentos ácido, irónico, bien británico. Personajes que, angustiados, melancólicos, lúcidos, vitales, hablan de la conversión en “los rehenes que los secuestradores liberan primero”. O que consideran que para ciertos aniversarios de casados, digamos cuarenta años mal llevados, la ceremonia más propicia es “un minuto de silencio”. O que se revelan, en algún caso, gays, “aunque en la actualidad de un modo teórico”. En una película coral, de historias cruzadas, el hilo principal es llevado (escrito) por el personaje de Judi Dench, una viuda reciente, que se abre a la vida cuando la suya se encamina hacia la recta final. En este caso, sin que nadie lo subraye, queda claro lo que todos sabemos aunque rara vez pensamos: que uno puede padecer una contravida de inercia durante los años de esplendor biológico, o alcanzar la intensidad y la pasión cuando el tiempo ya ha hecho gran parte de su tarea erosiva. Con una suerte de dream team británico (Bill Nighy, Tom Wilkinson, entre otros), esta película resulta amable, agridulce, emotiva, aunque a veces algo mecánica y previsible. Lástima que se vuelva tan ampulosa al final: alcanzaba con hacer visible lo invisible.
El hotel Marigold no será demasiado suntuoso, pero está en la India, en los alrededores de Jaipur, lo que, más allá de su precario estado de conservación, lo vuelve un poco exótico, y además suma un atractivo extra: los precios accesibles -al alcance de presupuestos bastante limitados- a cambio de los cuales ofrece a venerables jubilados británicos de clase media no la hospitalidad de un geriátrico sino un albergue cordial y la promesa de aventuras para disfrutar, entre pares, de los que pueden ser sus mejores años. Hay un poco de todo -en especial, bastante soledad-, en ese grupo de pasajeros que serán los inminentes huéspedes del hotel y que están ahora ahí, reunidos en el aeropuerto y más pálidos que nunca en medio del exuberante colorido de la multitud. La escena expone también uno de los rasgos poco comunes de esta historia placentera, liviana, convencional e inofensiva que John Madden ( Shakespeare apasionado ) dedica al público maduro: en el elenco principal, nadie tiene menos de sesenta años. Lo cual termina siendo también una de sus fortalezas. Nada más útil que la experiencia de Judi Dench, Maggie Smith, Tom Wilkinson o Bill Nighy (por sólo mencionar a algunos) para sostener el atractivo de la película cuando la historia hace agua o cuando, atenta a que la clave está en la suma de grandes actuaciones y finales felices, se desentiende de cualquier credibilidad o recurre a los más clásicos clichés. Que lo diga Maggie Smith: sólo ella puede hacer posible que la amargada intolerante del comienzo se transforme milagrosamente en la comprensiva y cariñosa ejecutiva del final. Como todos, ella tiene sus razones para estar ahí: la operación de cadera por la que en su país habría de esperar meses o años, podrá hacérsela en la India sin demora y a mucho menor precio, así que deberá tragarse sus prejuicios. A Judi Dench, la viudez la obligó a trabajar, de modo que puede seguir con su blog desde cualquier parte (y de paso, poner alguna ilación en el relato); para Tom Wilkinson, el viaje es un regreso: debe cerrar una historia que vivió de estudiante y que no ha olvidado. Es quizá el personaje más interesante. Hay quienes buscan amor, o al menos un buen partido, como Celia Imre (en un papel que iba a ser de Julie Christie), y si no hay amor, por lo menos un poco de diversión, como Ronald Pickup (que reemplazó a Peter O'Toole). Y hay por fin un matrimonio desavenido (Bill Nighy y Penelope Wilton) que llegó al Marigold en plan de reducir gastos. Cada uno encontrará un remate para su historia: Madden (y probablemente también la novela These Foolish Things en la que se basó) ha sido en ese sentido muy justiciero. Todos tendrán su premio, inclusive la parejita joven, integrada por Dev Patel, el protagonista de Slumdog Millionaire , y la joven modelo Tena Desae, que ya ha hecho su debut como actriz en Bollywood. Si bien Madden capta con su cámara el caótico fluir de la vida y recoge aquí y allá apuntes vistosos y pintorescos, el ambiente no es un aspecto que preocupe al film salvo en la medida en que proporciona exotismo y color. El costado romántico, unas pizcas de emotividad y bastante humor (nada demasiado inspirado, aunque hay algunas réplicas verdaderamente ingeniosas) contribuyen al liviano entretenimiento. Pero lo fundamental, ya se ha dicho, está en los intérpretes. Ellos son la verdadera fiesta.
La aventura de gozar la vejez El nuevo filme de John Madden, el director de "Shakespeare enamorado", muestra que vivir ls vejez puede ser una aventura. "El exótico hotel Marigold" es una comedia deliciosa, sobre un equipo de ingleses, que viajan a la India, por distintas razones y descubren que siempre hay tiempo para recomenzar la vida. Evelyn (Judi Dench) que acaba de quedar viuda y tuvo que vender su departamento para pagar deudas, decide tomarse unas vacaciones, en lugar de irse a vivir con su hijo. Navegando por internet descubre un lugar paradisíaco, en Jaipur, India, llamado hotel Marigold y se atreve a tomar un avión hasta esa ciudad que parece un decorado parae "Las mil y una noches". LAS SORPRESAS Graham (Tom Wilkinson) es otro de los personajes. El es un juez de la Corte y viaja con la intención de reencontrar un viejo amor. Mientras que Muriel (Maggie Smith), es de la partida para operarse de la cadera, porque según le han dicho en India tienen un método muy rápido y eficaz, a diferencia de su país, en el que los médicos le dijeron que tendría que esperar varios meses para la intervención. A ellos se unen Madge (Celia Imrie) y Norman (Ronald Pickup), dos románticos solteros, que en la vejez están ávidos por vivir una aventura romántica. Mientras que la pareja de Douglas (Bill Nighty) y Jean (Penélope Wilton) juntos desde hace varios años, hacen todo lo posible para soportarse. Todos coinciden en la agitada y pintoresca ciudad de Jaipur con sus valijas y bolsos, pero la gran sorpresa es que al llegar al lugar que "compraron" mediante atractivas fotografías en la web, descubren que es un viejo edificio casi abandonado. LOS SENTIMIENTOS Resignados y dispuestos a no desanimarse cada uno de los del grupo, a su manera, va adaptándose a las nuevas costumbres de la ciudad, ayudados por el entusiasta y joven dueño del lugar, que lo heredó de su padre. A lo largo de la película el espectador va siguiendo con interés a cada uno de estos personajes, en su soledad, sus alegrías y se diría que hasta comparte sus miedos, pero lo esencial es que unos y otros, lentamente, van animándose a vivir algo nuevo, acompañados eso sí, por el entusiasmo de los otros. Esta "comunidad" de ancianos descubre que la edad no es un impedimento para atreverse a experimentar nuevas sensaciones y hasta enamorarse como la primera vez. Decir que unas actuaciones son mejores que otras, no sería demasiado justo, no obstante los personajes a cargo de Maggie Smith, Judi Dench y Tom Wilkinson resultan entrañables. El filme también permite asomarse a un país que resulta curioso y atractivo a la vez a partir de su gente y su arquitectura.
La verdad es que los que somos fans del cine británico, estabamos esperando esta cinta. En ella, hay una verdadera selección de los mejores intérpretes que esa filmografía ha dado en muchos años y verlos todos juntos, generaba mucha expectativa. "The best exotic Marigold hotel" es una comedia dramática de buen nivel, cuyo atractivo mayor está dado no sólo por la calidad de sus intérpretes (y lo que producen) sino por el escenario donde se instala la acción: India. Todos sabemos de la relación del Reino Unido con su colonia asiática. Las dos culturas se han enriquecido mutuamente a lo largo de los años y es por eso que se ve natural que un grupo de adultos mayores ingleses, en quiebra, intente pasar sus vacaciones en la India, donde todo es barato y encuentran una población servicial a todas luces. Ya sabemos que desde lo visual, esa tierra es muy fotogénica y pintoresca y cualquier historia que se de entre sus monumentos, templos y ruidosas calles, algo de atención concitará. Este es un relato coral donde hay 7 protagonistas. De movida, en las primeras escenas, ya respiramos la fina ironía británica en los motivos que impulsan a los viajeros a recorrer medio mundo para buscar refugio ante el oscuro panorama que se les avecina. Ellos son Graham (Tom Wilkinson), funcionario judicial que se acerca al retiro; Evelyn (Judi Dench), viuda que ve peligrar su único bien mueble -donde vive- por las deudas del finado; Muriel, (Maggie Smith), ex ama de llaves que debe operarse de la cadera urgentemente; Norman (Ronald Pickup), un picaflor venido a menos; Madge (Celia Imrie) también solitaria mujer buscando pareja y el matrimonio conformado por Douglas y Jean (Bill Nighy y Penelope Wilton) quienes quedaron en la ruina porque su hija invirtió sus fondos de pensión en una empresa de internet. Todos están pasando un mal momento y encuentran en un aviso de la red, la posibilidad de pasar un tiempo alejados de los problemas. El hotel del título es un espacio...derruído. El mentor del engaño es un viejo conocido...Sonny (Dev Pattel, el chico de Slumdog Millionarie), quien es un gran charlatán de feria y tiene serios problemas para convencer a su madre de que lo suyo, llevando adelante el hospedaje, es posible. Encima esta de novio y la familia de su amada, no pertenece a su casta y está enrolada en la "nueva generación", jóvenes que rompen las históricas barreras sociales indias (enfrentados a quienes sostienen los valores de antaño)... Una vez que los protagonistas lleguen al lugar del título, ya no tendrán escape. Sólo les quedará adaptarse al medio y tratar de pasarla lo mejor posible...en una tierra que se presenta exótica, y hostil. Los temas sobre los que gira la cinta, son la soledad, el paso del tiempo, el choque cultural, las segundas oportunidades, la amistad entre desconocidos, la muerte. Todos manejados con soltura por John Madden, quien conduce el film a un ritmo pausado y sin mayores sorpresas. Los puntos fuertes de la propuesta se apoyan en el esperable nivel interpretativo de este grupo, donde todos lucen parejos y aprovechan su momento para transmitir calidez y fina ironía. Su duración es discutible y quizás la sentimos en exceso didáctica (aunque necesaria, debido al desconocimiento de los valores hinduistas) pero es disfrutable. Tiene momentos coloridos y el típico charme británico. No defrauda.
Perdidos en India En los últimos años, distintas producciones británicas o estadounidenses han situado sus films en India, desde la poesía y el excéntrico universo visual de Viaje a Darjeeling de Wes Anderson, la olvidable y sobrevalorada ¿Quién Quiere Ser Millonario? de Danny Boyle, hasta El Exótico Hotel Marigold, intrascendente nueva obra de John Madden. Esta reciente película del realizador de Shakespeare Apasionado narra la historia de un grupo de jubilados ingleses que emprende un viaje a Bangalore para pasar su vejez en un publicitado complejo. La cuestión es que cuando se encuentran en el lugar se dan cuenta de que todo no era como pensaban y, a partir de ahí, surgen varios inconveniente así como distintos vínculos entre los ancianos. Al dispar grupo de jubilados lo componen principalmente Evelyn (Judi Dench), viuda tras el fallecimiento de su marido; Graham (Tom Wilkinson), un hombre que tras su retiro confiesa su homosexualidad y se dirige a India en busca de un viejo amor de la juventud; Douglas (Bill Nighy) y Jean (Penelope Wilton), un matrimonio desgastado; y Muriel (Maggie Smith), una desagradable ex trabajadora doméstica que viaja para hacerse una operación. A pesar de tener personajes relativamente interesantes y bien desarrollados para lo que propone el guión, el mayor inconveniente de El Exótico Hotel Marigold es que adolece de la mayor cantidad de lugares comunes posibles. De hecho, si hay algo que se nota en esta película es que, a medida que avanza, todo se torna obvio y reticente a presentar alguna sorpresa o un interesante golpe de efecto en la narración. Todo en este film termina siendo tan trivial que –por momentos– ni causa gracia. El Exótico Hotel Marigold es una comedia fallida, otra más del irregular universo de Madden; a pesar de sostenerse gracias a un importante elenco y especialmente a la gran actuación de Smith -que mantiene la escasa comicidad del film-, se pierde en su encadenamiento trillado y no puede expresar con profundidad el conflicto de cada uno de sus personajes y el complicado contexto social de la India en el que interactúan.
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Todos tienen su segunda oportunidad Buenos actores en manos de un director confiable le dan vida a esta película que proyecta diversas fantasías de superación personal. Claro que estas certezas no alcanzan para darle vuelo a una historia que transita los lugares comunes del “florecimiento tardío”. Trátese de El monte de las viudas, Chicas de calendario o, ahora, El exótico Hotel Marigold, la fórmula es siempre la misma: media docena de rostros conocidos, reconocidos y prestigiosos, dando vida a un grupo de veteranos que experimentan un florecimiento tardío. Cuestión de ratificar, una vez más, aquello de “viejos son los trapos”, generando la previsible empatía en un espectador que “se ve reflejado”. Cada uno a su turno, todos se superarán a sí mismos, logrando ser mejores de lo que fueron hasta entonces y/o consumando finalmente deseos postergados durante toda la vida. ¿A quién no le gusta verse reflejado en ese espejo mejorador? Al espectador que se dé cuenta de que está todo armado justamente para halagar sus fantasías de superación. Pero esos suelen ser los menos, así que bienvenida sea El exótico Hotel Marigold a su exitoso destino local. Lo que en un caso es Joan Plowright, Mia Farrow o Natasha Richardson, y en otro Helen Mirren y Julie Walters, ahora pasa a ser Judi Dench, Tom Wilkinson, Bill Nighy y, faltaba más, Maggie Smith (da la sensación de que si en una película de éstas no ponen a Maggie Smith, Queen Elizabeth in person podría llegar a denunciarlos en público). Y Penelope Wilton y Celia Imrie, a quienes tal vez no se reconozca por los nombres. Pero quienes hayan visto Match Point, ambas Bridget Jones y la propia Chicas de calendario reconocerán de inmediato. Y Dev Patel, a quien ¿Quieres ser millonario? convirtió en Embajador Cinematográfico de la India en Occidente. Porque El exótico Hotel Marigold transcurre en la India, ese lugar tan lleno de pobres y enfermos, en el que los turistas ingleses de tercera edad gustan revivir una vieja tradición británica: la de sentir que no hay país del mundo donde se tome un té tan bueno como at home. En algún caso más justificadamente que en otro (a Maggie Smith, que tiene que operarse de la cadera, el Servicio de Salud la deriva a un hospital más económico... que queda en Nueva Delhi), media docena de + de 60 van a parar al hotel del título. Ruina familiar, que un muchacho tan torpe como fabulador e inexperto (ansioso, gritón y con los ojos muy abiertos, Dev Patel parece Roberto Benigni haciendo de Peter Sellers en La fiesta inolvidable) trata de sacar adelante. Cuestión de demostrarles a los suyos, y de paso a sí mismo, que no es tan torpe, fabulador e inexperto como ellos (y él) creen. Su mezcla de entusiasmo, pusilanimidad, ingenuidad y atropello convierten al muchacho en el equivalente más perfecto de la criada negra de Lo que el viento se llevó que el cine haya producido en los últimos 73 años. Con la diferencia, claro –¡son tiempos de no-discriminación, qué tanto!– de que al final él también tendrá su segunda oportunidad. Porque aquí segundas oportunidades no se le niegan a nadie. Ya se trate de la mujer que no conoció otro hombre que el marido (Dench) como del gay que se pasó toda la vida en el closet (Wilkinson), el viejo verde (Ronald Pickup, el menos conocido del elenco), la soltera ligerona (Imrie), la racista de manual (Smith), el pobre tipo que hace siglos viene soportando a la bruja con la que se casó (Nighty) y, claro, la propia bruja (Wilton). A los actores les sobra clase (y no parecen estar dando clase de actuación, que es el peligro en estos casos), el guión le tiene pánico a los imprevistos y John Madden se confirma, después de Shakespeare apasionado y La prueba, como eso que los productores llaman un director confiable. En otras palabras, uno que jamás va a salirse de la rutina.
Flemáticos ingleses y serviciales hindúes La película dirigida por John Madden reúne un gran elenco que eleva la calidad de la cinta, que narra el viaje a la India de personajes arquetípicos que buscan vivir nuevas experiencias para sacudir sus acomodadas existencias. Pregunta: ¿hay sujeto más arrogante que un inglés en un país del Tercer Mundo? Respuesta: sí, dos ingleses en un país exótico descubriendo las tradiciones de un lugar desconocido. Ni hablar, entonces, como se cuenta en la película, si los ingleses son siete, tienen entre 60 y 70 años y recalan en un supuesto paraíso llamado Hotel Marigold. Ejemplo de principio a fin de comedia británica con actores de extensa experiencia en teatro, televisión y cine, que remite a la mordacidad de las películas de los años ’50 de los estudios Ealing (El quinteto de la muerte; Ocho sentenciados), El exótico Hotel Marigold presenta personajes arquetípicos que viajan a la India para vivir nuevas experiencias en las últimas curvas de sus acomodadas existencias. La mujer que acaba de enviudar (Dench), la señora que anda en silla de ruedas y espera operarse de la cadera (Smith), el señor que vuelve a la India luego de 40 años quizás buscando un viejo amor (Wilkinson) y la pareja inestable con el marido pusilánime y la esposa que toma decisiones (Nighy, Wilton), son algunos de los personajes-entidades que John Madden reparte durante la trama. Allí, en el nuevo país mirado de reojo y con chistes xenofóbicos, se producirá el consabido choque de culturas, o en todo caso, de acuerdo a la levedad del argumento, la conformación de un país “extraño” por medio de imágenes turísticas frente a la flema y la arrogancia inglesa, siempre dispuesto a manifestar su autoridad moral y económica. En el Marigold, como contrapunto, habrá personajes simpáticos, serviciales y colonizados que darán consejos y sugerencias al septeto arrugado que proviene del primer mundo. John Madden ganó el Oscar por una película horrible (Shakespeare apasionado) y luego concibió su versión en cine de una pieza teatral de prestigio (La duda). Esta incursión en la comedia dramática, donde se habla del paso del tiempo y de la búsqueda de la felicidad en el último rincón de la vida, es la mejor película de un cineasta menor procedente de la BBC televisiva. Pero, parafraseando a Borges cuando comentó un viejo film argentino, esto no implica que El exótico Hotel Marigold sea una comedia de un humor leve e inofensivo, sostenido en las frases graciosas de los “extranjeros” y la ingenua torpeza de los serviciales y atolondrados hindúes. Demás está decir que la tradición actoral británica del septeto protagónico eleva un poco la calidad general de la cinta.
Anexo de crítica: -Aunque cada vez sean más escasas las propuestas cinematográficas encaradas para un público o franja etaria de mayores de 60 años como El exótico hotel Marigold -sin duda lo peor de John Madden- no puede dejar de subrayarse los puntos negativos que hacen de esta comedia dramática coral, que convoca a un dream team de experimentados actores y actrices británicos, uno más que promociona la rentable filosofía del libro de autoayuda filmado con una sesgada mirada occidental ante una cultura tan rica como la de la India.-
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Bueno, es así: jubilados británicos sueñan con un retiro barato pero con mucho placer en la lejana y alguna vez colonia India. El núcleo de esta historia es un hotel bastante venido a menos, pero lo que sigue es una lección de vida donde lo exótico es la cura de todos los males y hay amor y buenas ondas para todos. Es decir, una lección de autoayuda que, sostenida por buenos actores, resulta de todos modos falsa e impostada.
Entrañable comedia con genuino humor británico animada por un elenco sin fisuras La semana pasada estaba decepcionado con “Los padrinos de la boda” (2011), no sólo porque carece de casi todo signo de ese gran humor inglés, hecho a base de una sólida elaboración de personajes y costumbres para llegar al punto irónico que lo caracteriza; sino porque, además, pretende imitar la fórmula que llena de dólares las boleterías en Estados Unidos y lo hace mal. Pero el cine, como el fútbol, siempre da revancha. Ha llegado a nuestras costas una de las mejores comedias inglesas de los últimos años: ¡Con ustedes: “El exótico Hotel Marigold”! Algo no se le puede negar a John Madden: Sabe presentar su idea integrando todos los componentes de una obra cinematográfica. Puede gustar más o menos, pero el hombre responsable de “La mandolina del Capitán Corelli” (2001), “Su majestad, Sra Brown” (1997) o “Shakespeare apasionado”, con la que le arrebató el Oscar a Steven Spielberg en 1998, conoce el paño en el que juega. Así, desde el primer segundo de proyección la música, la fotografía, la edición y los restantes rubros se presentan armónicamente. Como una sinfonía bien afinada en su ejecución. En los primeros minutos nos presenta a los personajes como si estuviéramos en una reunión familiar. Todos son de la tercera edad, viven en Inglaterra y tienen motivos para no seguir haciéndolo. Evelyn (Judi Dench) ha realizado una operación inmobiliaria que la dejó sin techo; Muriel (Maggie Smith) quiere operarse de la cadera pero es bastante xenófoba y además quiere pagar poco; Graham (Tom Wilkinson) no da más del trabajo en la corte de justicia y quiere volver al lugar en donde vivió sus años felices; Madge (Celia Imrie) y Norman (Ronald Pick Up) no son pareja, pero andan buscando tener una; finalmente el matrimonio Ainslie (Bill Nighy y Penelope Wilton) sólo conviven en una aparente estabilidad y con problemas en su economía familiar.. Cada uno de estos personajes tiene una razón para hacer caso del brochure sobre un lugar en India que se presenta como un paraíso. El guionista en complicidad con el realizador los reúne en un aeropuerto de Inglaterra. A partir de ese momento, la visión del mundo a la edad planteada genera grandes diálogos y situaciones a cual mas graciosa. Esta gran comedia sobre la vitalidad, el amor, la convicción, la posibilidad de cambiar sin importar la edad y, especialmente, el no renunciar nunca a ser feliz, se sostiene a partir de la ratificación del tipo de trama que el espectador sospecha que va a ver, desarrollo que encuentra su mayor apoyo en los estupendos trabajos de todo el elenco. Gracias a estos talentos tenemos la posibilidad de asistir a verdaderos duelos actorales donde se destacan dos características: La apropiación de los personajes y el profesionalismo para hacer lo que le conviene a la película y no a la estrella. El realizador invita a conocer a estos abuelos, con sus mañas, ñañas, y toda la experiencia a cuestas, sin buscar redimirlos ni juzgarlos, sino explorarlos para encontrar un humor muy profundo. Una comedia entrañable sobre la que no conviene adelantar nada más que el hecho de poder salir del cine con una amplia sonrisa y el corazón emocionado.
Viejitos Piolas Evidentemente en los tiempos que corren, tener más de 60 años, ya no puede considerarse "ser viejo". El concepto de la tercera edad ha cambiado notablemente: en este mundo tan globalizado, con la ciencia que avanza en forma permanente, con los cambios tecnológicos que hacen que 20 años parezcan que hayan pasado siglos en cuanto a los avances, saltos cuánticos enormes que incorporamos naturalmente en el día a día. Y el desafío es adaptarse, subirse a la ola de los cambios y disfrutar todo lo que se pueda, hasta el último soplo. Este mensaje ya había sido captado por la española "La vida empieza hoy" de Laura Mañá en donde un grupo de jubilados demuestra que el amor, el sexo y las ganas siguen tan vigentes como a los 20. En el último BAFICI pudimos disfrutar una joyita deliciosa, la francesa "Et si on vivait tous ensamble...?" donde un grupo de septuagenarios planea vivir juntos, "comunitariamente", sus últimos años disfrutando a pleno todas las vueltas de la vida -tanto lo bueno como los sinsabores- con un elenco que reúne a Jane Fonda (espléndidaaaaa!), Geraldine Chaplin y ciertos "popes" del cine francés como Claude Rich, Guy Bedos y el inolvidable Pierre Richard en un rol absolutamente querible. En este caso, acompañados, como el representante "jóven" del equipo por Daniel Brühl (el protagonista de "Goody Bye, Lenin!"). Asi como el dreamcast francés nos contó su forma de ver la vida pasando lejos los 60, en el caso de "El exótico Hotel Marigold", un seleccionado de primera linea de lo mejor del cine inglés, que cualquier director soñaría reunir, se amalgaman en esta comedia con todos los condimentos para disfrutar desde las primeras imágenes y deleitarse -ya que estamos- con el exótico e hipnótico paisaje de la India. Cautivados por el aviso detallando todas las comodidades que ofrece el hotel -y hechizados sobre todo por el precio y la posibilidad de que el gobierno subvencione el pasaje-, se embarcan por separado y cada uno por sus razones personales a la aventura de pasar una larga temporada en tierras lejanas Obviamente, nada es lo que parece en los avisos, pero tal como fuese dicho la gracia estará en saber dejarse llevar por el encanto de la ciudad y saber adaptarse a las cosas que la vida ofrece. Alli los espera dispuesto a darles la bienvenida el joven que regentea el hotel (en este caso la sangre joven del equipo está a cargo del protagonista de "Slumdog Millonaire" Dev Patel -con algunos momentos de enorme sobreactuación y gesticulación a granel, otros más contenido-) que es quien pondrá la pizca romántica con una historia de un típico amor que va contra las estrictas reglas de una cultura tan particular. Si bien la duración es extensa y hay situaciones que se alargan o se reiteran, nada atenta contra al excelente manejo del humor que tiene el guión (con diálogos a la velocidad de sitcom plagados de ironía y fino humor inglés) y el lujo de ver en pantalla a un equipo de excelencia. A la cabeza Judy Dench es la narradora de la historia, que va llevando una especie de diario via blog y tendrá sus intervenciones con la voz en off que son sumamente acertadas dando un toque literario a la historia. Una actriz que ya ha trabajo anteriormente con este director (en "Mrs. Brown" y en "Shakespeare Apasionado" por la que ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto) y que hace alarde de una belleza otoñal, un hermoso vestuario y una amalgama seductora y cautivante con el paisaje raramente exótico de Mumbai. Una historia de amor trunco que tiene que retomarse a cargo de Tom Wilkinson ("El sueño de Cassandra" de Woody Allen, "Michael Clayton" o "El escritor oculto" entre otras) y una amarga flemática inglesa que va a operarse a la India para no tener que esperar seis meses a cargo de la invencible Maggie Smith para esos papeles, forman parte del conjunto. Lo completan Celia Imrie (una de las "Chicas de Calendario") a quien le encantaría volver a enamorarse y si bien Ronald Pickup (un simpatiquísimo y pícaro "bohemio") también esté buscando su media naranja y tratar de "quemar sus últimos cartuchos" entre sábanas hindúes, quizás la suerte les llegue por caminos separados. Finalmente, una pareja completamente a disgusto, soportándose cuando no queda otra alternativa, con visiones completamente opuestas del disfrute de la vida a cargo de Bill Nighy (en un tono justo entre la comedia y la caricatura, otro buen trabajo del actor de "Realmente Amor") y Penelope Wilton (quizás la que tenga el papel menos agraciado y las líneas más esquemáticas y menos creativas del todo el grupo). John Madden, el director de "Al filo de la mentira (The Debt)" no estrenada en nuestro país, la multipremiada "Sheakespeare Enamorado" y las adaptaciones de "Su majestad, la Sra. Brown" y el exito de Broadway "La prueba" sabe indubitablemente conducir a este brillante elenco que tiene oficio y soltura para desenvolverse tanto en las situaciones de comedia como en aquellas más serias, pero por sobre todo sosteniendo en todo momento un tono simpático, agradable y contagioso. Aún con algunos lugares comunes en la trama y sobre todo algo discursiva en el planteo de la historia del jóven indio enamorado de aquella que para su madre es la chica equivocada, aún como ya fuese dicho con algunas situaciones que podrían haberse resuelto con más síntesis, "El exótico hotel Marigold" cumple con creces lo que se propone. Un entretenimiento con una lujosa producción, con un equipo de actores sobresalientes y como plus un paseo por Mumbai, un lugar lleno de color, de misterio, de "ruido" y con un encanto particular. Una bocanada de aire fresco que se convierte en una toma de posición sobre como enfrentar la vida, pasando los 60 a cargo de un grupo de "viejitos piolas" que sabe enseñarnos como hacerlo.
Un grupo de ancianos ingleses de clase alta deciden disfrutar de su jubilación en un exótico hotel en la India. Un film que muestra un contraste cultural sostenido por grandes actuaciones. Viene de la reconocida escritora la británica Deborah Moggach ,que cuenta con varias novelas, cuentos, como asi también guiones para películas, muchas de estas fueron destinadas a la TV., cabe destacar que realizó el guión “Orgullo y prejuicio”, que protagonizó Keira Knightley y basado en la famosa obra de Jane Austen. Esta comedia dramática dirigida por John Madden (“El ave negra”, “Shakespeare apasionado”, entre otras), cuenta con las actuaciones de Judi Dench, Tom Wilkinson, Bill Nighy, Dev Patel, Maggie Smith, entre otros. La historia gira en torno a siete jubilados británicos que toman la decisión de ir a disfrutar de su retiro a la India después de ver la publicidad del Hotel Marigold de Jaipur, un lugar histórico que fue restaurado. Cuando estos llegan al lugar como es de prever, no se encuentra en las condiciones que se mostraba, se muestra una pintura del lugar y de su gente, ellos pese al entorno aceptan esta nueva experiencia y vivirán momentos increíbles. El dueño de hotel es un joven Sonny Kappor (Dev Patel- Actor de “Slumdog Millionaire, 2008”), lo heredo de su padre, todo está muy venido abajo, pondrá todo su empeño para conquistar a sus nuevos inquilinos, para él no deja de ser una bendición caída del cielo. Estos personajes, se irán conociendo e intercambiando sus experiencias de vida, está el Juez atormentado por su pasado; La abuela cascarrabias y racista; un Hindú que vuelve para reconciliarse con su pasado, para volver a ser feliz; esta el hombre bueno y amable (el personaje de Bill Nighy) quien no es capaz de hacerle daño a una esposa, aunque ambos saben que no son felices; algo antipática Jean Ainslie (Penelope Wilton); esta la elegante bella y viuda Judi Dench; Madge Hardcastle y Norman Cousins (Celia Imrie y Ronald Pickup) quienes buscan la felicidad. No es una gran historia, es divertida, entretenida y con un humor bien ácido, se muestra una vez más que nunca es tarde para las segundas oportunidades, ellos irán descubriendo una vida diferente estos hombres y mujeres de más de 60 años, cuando se encuentra de por medio el amor, la amistad, la soledad, la muerte y la esperanza; con grandes actuaciones cada uno tiene su tiempo sublime y su escena estrella.
Una comedia sencilla y emotiva que centra su atractivo en el tema de la tercera edad y sus actores. Un grupo que decide vivir su retiro en un hotel en la India, que mucho promete y poco cumple. Aunque cada uno de ellos encontrará su mejor camino. La fuerza reside en los maravillosos actores: Judi Dench, Bill Nighy, Pelelope Wilton, Tom Wilkinson y Maggi Smith, y el joven actor de Slumdog millonaire. Ellos le ponen el cuerpo y el alma a sus delicadas criaturas.
El ritmo de la vida (cuando está por terminar) Como gran parte de las películas corales, El exótico Hotel Marigold comienza describiendo apresuradamente la vida de múltiples personajes, intercalando sus personalidades y haciéndolas confluir en un momento de unión que, en este caso, representa la decisión de hacer un viaje a la India. Y si bien –y tal como en esa mayoría de films– ningún otro fragmento volverá a tener esa dinámica de síntesis rápida y precipitada, posteriormente el mecanismo se trasmitirá a muchos otros elementos. La película de John Madden podrá definirse, a partir de entonces, en términos similares: predominio de las figuras y sus personalidades y una forma de mirarlos bajo la condensación y el atropello narrativos. Pero no sólo el formato coral representará esa presión sino que también lo hará la misma situación argumental, que les obliga a soportar tanto el peso de la edad (todos tienen más de sesenta años) como el desafío de adaptarse a la cultura hindú. Pasados los primeros minutos, Evelyn (Judi Dench), Graham (Tom Wilkinson), Douglas (Bill Nighy), Jean (Penelope Wilton), Muriel (Maggie Smith), Norman (Ronald Pickup) y Madge (Celia Imrie) se internan dentro del paisaje inquieto y colorido de la India. Aquí Madden despliega los recorridos de cada uno de ellos, cómo y qué lugares visitan, y las relaciones que entablan entre sí. Además y a la par, articula la historia de Sonny (Dev Patel), joven dueño del Hotel Marigold, que intenta superponerse a la crisis económica así como a la rigidez de su madre, que le prohíbe casarse con su novia. Con excelentes actuaciones, algunos buenos momentos de humor y mucho dinamismo, El exótico Hotel Marigold focaliza su desarrollo en torno a la vejez y sus grandes dilemas: la soledad, el miedo, la necesidad de liberarse o cambiar, etc. El temor a que la vida termine ofrece entonces el sostén para la acción narrativa, que se mueve tan ligera y livianamente como el pueblo hindú y como la cámara que lo atraviesa captando sus rincones movedizos. Hacia el final, la soltura con la que la película de Madden se desenvuelve puede verse claramente en una resolución mágica y abrupta que, sin embargo (y es probable que gracias al contrapeso de las actuaciones), no consigue estropear el resto. Pero, en realidad, hay algo que es irreprochable del desenlace y es que, para estos personajes, la cercanía de la muerte impide el querer vagar por aquellas cosas sin fin, sin solución o sin sentido. Por eso es que la frase que articula el film promulga que si no está todo bien, aún no es el final: no importa que la vida siguiese después del happy ending que se nos muestra; basta con haber llegado a esa estabilidad ideal de las cosas resueltas, que uno asume le gustan al cine, pero también a la vida real. En el ejercicio de esa libertad, El exótico Hotel Marigold cierra un relato sin muchas pretensiones más que la de captar esas fluctuaciones que se dan hacia el fin de la vida, y que en un país como la India parecieran ocurrir casi al ritmo de lo cotidiano.
Otra forma de viajar y ver a la India La película se puede pensar como un viaje crepuscular que abre un espacio a una nueva oportunidad, a ese segundo acto sobre el que tanto se ha escrito. El director eligió el formato de la comedia, y la transita con variedad de matices. No es, en esta oportunidad, respecto de la relación de los espacios geográficos que el film ubica, un film como lo fue la última obra del siempre reconocido y galardonado David Lean, Pasaje a la India, estrenado en 1985 en el ex-cine Radar de nuestra ciudad; ni tampoco es una realización James Ivory, quien, conjuntamente con el aporte de su guionista, Ruth Prawer Jhabwala y de su productor Ismail Merchant, en gran parte de sus films ofrecía una gran perspectiva crítica en su mirada sobre la cultura India. En este film de John Madden, que se puede pensar como un viaje crepuscular que abre un espacio a una nueva oportunidad, a ese segundo acto, sobre el que tanto se ha escrito, el formato que su director ha elegido es el de la comedia; pero claro está, una comedia que transita mostrando una variedad de matices, según la conducta de sus personajes, quienes desde el prólogo del film son presentados antes del despegue del avión, ante ciertos hechos particulares que cada uno de ellos, sea en soledad o en pareja, están atravesando. No voy a describir aquí los rasgos de cada uno de ellos. Esa tipología que van asumiendo frente al espectador merece ser contemplada en el devenir mismo de los hechos. Y no porque la sorpresa nos saldrá al cruce, sino porque podríamos caer en la ligereza de transformar en un estereotipo a estos personajes, a la hora de abreviar. Todos ellos tienen más de sesenta años y algunos orillarán los ochenta. Y todos ellos, cada uno con sus historias a cuestas, han visto que allá, en los alrededores de Jaipur, en la lejana India, (así Internet lo promociona), un fascinante y refulgente hotel los invita a hospedarse, a un muy bajo costo. Y más aún, con una tarifa más económica para jubilados. Se cruzarán en la sala de espera y se conocerán en los pasillos de ese Hotel Marigold, a cargo de ese joven que el público recordará por haber sido aquel actor de ¿Quién quiere ser millonario?. Sin lugar a dudas, este es un film de la industria, pero no por eso menos honesto. Y si esto lo podemos subrayar, es porque ya aquí el talento actoral está al servicio de la proyección de esos sueños postergados, de esos deseos de reencuentros con una antigua historia de amor y de algunos replanteos. Los viajeros ingleses que han llegado allí, movidos por esa imagen casi fabulesca, se abrirán a sus pequeños secretos, temores y alegrías. Y entre notas de humor, enojos y algunos desencantos transcurrirán las horas. Mientras tanto, ahí en el centro, la figura del Hotel Marigold se debate y resiste al paso del tiempo. Como lo hace el mismo joven que lleva adelante, día a día el funcionamiento del mismo, ante la inminente amenaza de los que ofrecen más. Y entre los nuevos mandatos, tanto familiares y económicos, se van escuchando otras voces. Como esa expresión que se asume como el mismo leit motiv del film y que este joven hará que llegue al oído de todos: "Finalmente se solucionará todo. Por lo tanto, si todavía esto no es así, es porque aún no es el final". Admirable es el elenco del film que lleva la firma de un director que no sólo tiene en cuenta a las jóvenes estrellas de hoy. Y más que destacada es la presencia de estos actores que no esconden las arrugas de sus manos. Nombrar a Maggie Smith, Tom Wilkinson, Judi Dench, entre otros, ya de por sí es una invitación a velada artística, a una manifestación de eximio talento. En el proyecto original, los roles que cubrieron Celia Imrie y Ronald Pickup los iban a interpretar Julie Christie y Peter O'Toole, pero por cuestiones de contratos previos no lo pudieron hacer. De todos ellos, Maggie Smith es la actriz más veterana. Nacida en Ilford, en el 34, bajo el signo de Capricornio, en más de una oportunidad compuso a esa viajera inglesa que se abre a otros espacios y se permite vivir otras aventuras. Desde Londres, a punto de partir para Nueva York, se cancela un viaje y todos sus pasajeros deben permanecer en ese International Hotel, nombre de este film de 1963 de Anthony Asquith en el que Maggie Smith, en el rol de una secretaria, actúa junto a Elizabeth Taylor y Richard Burton, Orson Welles, Louis Jourdan y Elsa Martinelli, entre otros. Diez años después, será la tía Augusta quien, junto a su sobrino, siguiendo la letra de la novela de Graham Greene, se lanza tras una riegoso y amoroso itinerario en Viajes con mi tía, bajo la dirección de George Cukor. EN EL 78, compartirá una de las habitaciones de California Suite, en el rol de una actriz nominada al Oscar, junto a su marido, Michael Caine, bajo la dirección de Herbert Ross y en un lujoso hotel de Beverly Hills. A mediados de los 80 viajará junto a su prima a Italia en los primeros años del siglo, modeladas ambas en la rígida y severa educación victoriana, según la novela de Forster, A room with a view, conocida aquí como Un amor en Florencia, de James Ivory. Ahora, presa de un malestar, sentada en una silla de ruedas, viaja a la India para ser operada con cierta urgencia ya que en su país deberá esperar algunos meses más. Y desde ese lugar, con su particular malhumor, Maggie Smith, al igual que los otros viajeros llegados de Inglaterra nos proponen mucho más que un ligero y exótico divertimento. En ese ir y venir por esas calles o desde algún silencioso ángulo del gran patio del Hotel Marigold algo diferente podremos llegar a escuchar. No todo está dicho desde los lugares comunes, todo dependerá de cómo se vuelva a ver.
Vidas que se encuentran en un mismo destino, con diferentes objetivos, pero con muchas cosas en común, reconciliandose con el pasado y con los diferentes problemas que con los años fueron apareciendo. De eso trata esta interesante y muy bien actuada propuesta, que se destaca por su elenco y por su humana e inteligente historia.
El paraíso de la tercera edad El exótico hotel Marigold propone a un grupo de personajes memorables en medio de historias más o menos edulcoradas y la India como paisaje de fondo. ¿Hay un paraíso? ¿Hay un limbo? ¿Hay un infierno? ¿A dónde van a parar las películas con mensajes positivos? El exótico hotel Marigold se parece demasiado a un manual de autoayuda para la tercera edad. ¿Pero quién acusaría al realizador John Madden (Shakespeare enamorado) de promover que las personas grandes disfruten la última etapa de su vida? En todo caso, se podría objetar que haya elegido el cine para tan nobles propósitos. Sin embargo, en medio de esa filosofía afirmativa, hay una serie de personajes inolvidables, encarnados por los mejores actores ingleses de la generación de 1930 y de 1940: Judi Dench, Tom Wilkinson, Billy Nighy, Maggie Smith, Penelope Wilton, entre otros. Todos ellos están metidos en una historia coral que converge en un viaje a la India. La India es para los ingleses antes que nada una colonia perdida, y con esa mirada de postal nostálgica se nos muestra el universo colorido y multitudinario que de pronto estalla antes los ojos de los jubilados: exotismo, repugnancia, incomprensión y cierta sospecha de que no hay nada más ridículo que un inglés blanco en el trópico. De modo queEl exótico hotel Marigold sólo merece ser vista por los personajes que presenta. El mejor elogio sería decir que es una película donde uno conoce gente muy interesante. Y aquí el calificativo "interesante" no es un sinónimo de raro, inteligente o sensible. No, simplemente alude a que son individuos y no estereotipos. Evelyn Greenslade (Judi Dench) es una viuda que nunca hizo nada por sí misma; Graham Dashwood(Tom Wilkinson) un juez homosexual que pasó la juventud en la India donde dejó al gran amor de su vida en medio de un escándalo; Douglas y Jean Ainslie (Billy Nighy y Penelope Wilton) son una pareja que invirtieron el dinero de su retiro en el proyecto digital de una hija y sólo les alcanza para vivir en el Tercer Mundo; Muriel Donnelly (Maggie Smith) es una ama de llaves retirada, humillada y racista que debe operarse la cadera; Norman Cousins (Ronald Pickup) y Madge Hardcastle (Celia Imrie) son veteranos en busca de amor o de fortuna. A ellos se les suman dos protagonistas jóvenes: el dueño del hotel (Dev Patel) y su amada Sunaina (Tena Desae). Sostenidas por actuaciones estupendas, tanto en el registro de la comedia como del drama, todas esas historias individuales se van cruzando entre sí de manera más o menos esquemática y previsible. Pero incluso a pesar de las deficiencias narrativas, los personajes cumplen su destino, no como una pauta del guión, sino como una necesidad interna, como un verdad que llevan adentro y les da sentido a sus vidas.
Ser feliz después de los 60 "El Exótico Hotel Marigold" abre sus puertas para el hospedaje de 7 artistas gigantes de la Gran Bretaña y por supuesto, nosotros los cinéfilos, contentos como perro con dos colas. El director John Madden logra ensamblar a un grupo espectacular de actores que ofrecen entretenimiento asegurado, muy buenas actuaciones y un carisma que rebalsa la gran pantalla, sobre todo Tom Wilkinson que sorprende con un rol al que no nos tiene acostumbrados, el de tipo sensible y factor de unión entre un grupo de veteranos mañosos que andan en busca de su lugar en el mundo. Su actuación es maravillosa y emotiva, agregando un plus a la historia que definitivamente subió el nivel del film. Otra que se lució muchísimo fue Judi Dench, con una presencia elegantísima en pantalla y una interpretación que exudaba un aura hipnótica. En realidad, todos estuvieron bárbaros, pero no quería dejar de remarcar la labor de estos 2 artistas que para mí se destacaron. Para los que no tienen idea de que trata la peli, la trama es simple: 7 personas entradas en edad que por diversas vueltas de la vida deciden realizar un viaje de redescubrimiento nada más y nada menos que a la India. A través de distintos medios, se enterarán de la existencia de un hotel "exótico" que promete hacerles pasar el mejor momento de sus vidas... al menos eso prometen las fotos. Cuando llegan al destino se encuentran con que el hotel no está ni cerca de las expectativas que tenían y que además deberán aprender a conocerse mucho más a sí mismos y a los demás huéspedes de este particular alojamiento. Los menos positivo de la cinta tiene que ver con algunos desenlaces torpemente encarados como por ejemplo, la repentina valentía de Sonny (Dev Patel) para defender a su amada ante su conservadora madre, la decisión final del matrimonio entre Jean y Douglas Ainslie, y alguna que otra cosilla más. Por momentos tiene una narración infantil y con algunos huecos, pero si nos dejamos llevar por la buena vibra de la historia la vamos a pasar 10 puntos. Lo mejor fue sin dudas el grupo de talentos reunido y las actuaciones que ofrecieron, seguido de una trama con temática universal acerca de las decisiones que tomamos en la vida y como éstas afectarán nuestro futuro. Muy recomendable para pasar un momento de alegría y emociones que dejarán un gustito que afirma que es muy lindo estar vivo.
Distinguido club de corazones solitarios Una amable comedia inglesa que entretiene con buen gusto, interpretada por un elenco que combina experiencia y feeling, eso se puede apreciar en “El exótico Hotel Marigold”, dirigida por John Madden, con guión de Ol Parker, sobre un libro de Deborah Moggach. Todos los protagonistas son individuos de la tercera edad, a quienes por diferentes circunstancias, el destino los reúne en un aeropuerto londinense, para viajar a la India. Cada uno ha contactado a través de Internet con una oferta promocionando un hotel de bajo costo para jubilados en la ciudad de Jaipur, el Hotel Marigold. En la sala de preembarque se encontrarán Evelyn (Judi Dench), quien después de cuarenta años de matrimonio ha quedado viuda y debió vender su casa para pagar deudas, y que parece buscar nada más que otros horizontes; Graham (Tom Wilkinson), un juez de la Corte que va con la intención de reencontrarse con una parte de su pasado muy importante para él, algo así como el amor de su vida; Muriel (deliciosa Maggie Smith), una anciana cascarrabias que decide operarse de la cadera en India, a pesar de sus prejuicios xenófobos, para no tener que someterse a una espera de más de seis meses en Inglaterra; Madge (Celia Imrie) y Norman (Ronald Pickup), dos solteros acostumbrados a las conquistas circunstanciales que van por más aventuras amorosas; y una pareja desavenida que no disimula sus íntimos desencuentros integrada por Douglas (Bill Nighty) y Jean (una agria Penélope Wilton). En Jaipur, las cosas no serán como las vendían las fotografías de la publicidad en Internet. El exótico hotel es un viejo edificio en no muy buen estado de conservación, que está en manos de un joven con más fantasías que habilidades para los negocios. Este personaje, Sonny, está a cargo del actor Dev Patel, conocido por su protagónico en “¿Quién quiere ser millonario?”, que está de novio con una joven, Sunaina (Tena Desae), romance no aprobado por la madre del muchacho. Sucede que Sonny es el tercer hijo de una mujer viuda y el hotel es lo que queda del patrimonio familiar. Los otros dos hijos tienen un buen trabajo y un buen pasar, mientras que Sonny parece lidiar con proyectos de difícil realización y siempre a punto de quebrar. Con fina sensibilidad En ese ambiente, las historias de los protagonistas se irán entrecruzando, conformando un relato en el que cada uno hará una suerte de proceso expiatorio, de donde saldrán transformados y dispuestos a encarar una nueva etapa en sus vidas. Algunos tienen que resolver duelos, otros se atreverán a cambios antes impensados o a cancelar una vieja deuda afectiva. La experiencia no dejará a nadie indiferente, incluso Sonny y su familia serán influidos por este grupo de huéspedes, de manera que tenderán a resolver sus conflictos y seguir hacia adelante. La propuesta de Madden es una narración amena, de fina sensibilidad y contenido humanitario, que si bien no es demasiado profunda, no se puede calificar de liviana. Produce un delicado placer al espectador, quien percibe que es invitado a participar de un entretenimiento que destila cierta nobleza. Los protagonistas de “El exótico Hotel Marigold”, a punto de iniciar un viaje desde Londres a India que cambiará sus vidas.
Publicada en la edición digital de la revista.