El espejo del cine. Uno de los grandes estatutos del arte orientado a la reflexión ombliguista dictamina que el mismo proceso de creación debe ser puesto en primer plano con el fin de revelar los hilos detrás de la ilusión, bajo la cual -a su vez- se esconde una industria como cualquier otra dentro del entramado capitalista. El cine no escapó a esta estrategia retórica y desde épocas remotas nos ha regalado un sinfín de obras que analizaron los sinsabores que caracterizan a la “cocina” de los films, con clásicos de la talla de 8½ (1963), El Desprecio (Le Mépris, 1963), La Noche Americana (La Nuit Américaine, 1973) y El Estado de las Cosas (Der Stand der Dinge, 1982), todos ejemplos dramáticos con muchos detalles de índole satírica. Ahora bien, con el transcurso de las décadas la entonación promedio fue mutando desde la melancolía hacia el cinismo exacerbado, con propuestas amargas en la línea de Barton Fink (1991), Las Reglas del Juego (The Player, 1992), Ed Wood (1994), La Sombra del Vampiro (Shadow of the Vampire, 2000), El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002) y Una Guerra de Película (Tropic Thunder, 2008). Si bien la bandera del subgénero continúa siendo El Ocaso de una Vida (Sunset Boulevard, 1950), una de las tantas obras maestras de Billy Wilder, lamentablemente nunca faltan los bodrios vacuos que divagan a nivel narrativo con el único propósito de celebrar la frivolidad, como es el caso de la mísera Entourage (2015). Esta adaptación de la serie televisiva de HBO, que duró 8 temporadas emitidas entre 2004 y 2011, retoma la historia de Vincent Chase (Adrian Grenier), un actor hollywoodense en eterna complicidad con su grupo de amigos de la infancia, hoy transformados en eslabones de su cadena profesional. Cuando el señor quiere dirigir su primera película, de inmediato consigue el visto bueno por parte de Ari Gold (Jeremy Piven), su ex agente reconvertido en CEO de estudio. Chase se pasa del presupuesto asignado y debe soportar la opinión del principal financista Larsen McCredle (Billy Bob Thornton) y de su hijo Travis (Haley Joel Osment), quien desea eliminar de cuajo la participación del hermano de Vincent en el film. Lo que a priori parecía una oportunidad para llevar más allá un show simplón, rápidamente muta en un cúmulo de escenas anodinas en torno a la levedad reflejada de determinado sector del mainstream actual; para colmo sin autocrítica y por supuesto con un montón de cameos sin sentido (Jon Favreau, Pharrell Williams, Liam Neeson, Mark Wahlberg, Mike Tyson, Jessica Alba, Armie Hammer, etc.). Quizás la mayor paradoja la encontramos en ese objetivo -muy difuso- centrado en la “defensa” de la integridad artística del opus desde la más pura superficialidad, léase sin argumentos de ningún tipo, amoldándose de lleno a los parámetros de la industria y ensalzando la estupidez suprema de todos los responsables…
Entourage es una película fallida donde los seguidores de la serie puede ser que la pasen bien, pero gran parte del resto de los espectadores se va a aburrir bastante. Si bien el público se podría llegar a entretener tratando de descubrir a los cameos (en la sinopsis vas a encontrar la lista completa) la mayoría de los argentinos van a encontrar a....
Hollywood cabe en un cameo. No es novedad que los grandes estudios apuestan a lo seguro con muchos reboots y demasiadas secuelas en esta época de pocas ideas dentro del cine comercial. Por ende no es extraño que algunos formatos televisivos se crucen a la vereda cinematográfica y le ahorren algunos dólares a los estudios, evitando contratar a alguien que se siente a pensar algo nuevo. Como consecuencia coyuntural de esto, hoy llega Entourage (2015), una película basada en la serie televisiva de HBO que culminó en 2011 tras 8 temporadas. La serie se centraba en Vince Chase, una estrella en busca de fama en Hollywood, así como en las curvas y contracurvas de un delicado ecosistema compuesto mayormente por representantes turbios, ostentación del orden material más elevado, drogas accesibles y mujeres aún más accesibles. El largometraje funciona como una extensión de la serie, de la forma más básica imaginable. Tenemos la sensación de estar frente a un episodio de treinta minutos que fue estirado hasta los 104 actuales a fuerza de puros cameos. El meollo de la cuestión es que Vince (Adrian Grenier) ahora es uno de los actores más solicitados de la industria y aprovecha el momento para dirigir y protagonizar su nueva película. Ari Gold (Jeremy Piven) es el hombre al mando del estudio detrás de la producción y quien fuese también su representante en sus inicios. Vince y Ari se pondrán el proyecto al hombro para defenderlo de inversionistas malintencionados, ejecutivos inescrupulosos y otros personajes prototípicos de la industria. Johnny (Kevin Dillon), Turtle (Jerry Ferrara) y Eric (Kevin Connolly), al igual que en la serie, serán parte de la “mesa chica” de Vincent y siempre estarán para darle una mano o complicar aún más la cuestión. El director Doug Ellin (también creador y director de la serie original) no encontró aparentemente otra forma para rellenar la trama simplona y televisiva que no fuese colocando -literalmente- alguna celebridad en cada escena, en especial para hacer chistes internos sobre la industria o la localidad californiana meca del cine norteamericano. Ese mecanismo, que intenta ser un guiño simpático, se torna bastante tedioso conforme avanza el film, logrando que todas las apariciones especiales no hagan otra cosa más que demorar la resolución del conflicto. Que no se malinterprete, disfrutamos las breves apariciones en pantalla de Kelsey Grammer, Ronda Rousey o Emily Ratajkowski (entre muchísimos otros) tanto como cualquiera. Pero el gag se agota muy rápido. Sumado a una historia con personajes bidimensionales y un guión que no pone a nadie a prueba, el film sólo puede ofrecer un final tan de manual como podrán imaginar. Esto no quita que los fans de la serie disfruten un poco más la aventura en pantalla grande de estos personajes televisivos, pero la susodicha no aporta nada novedoso ni expande de forma considerable el universo ficcional en comparación con lo ya expuesto durante ocho temporadas en la pantalla chica.
Ombligos Sucios Hay películas malas y películas innecesarias, Entourage es el cabal ejemplo del segundo grupo, porque no aporta absolutamente nada nuevo al lastre televisivo que se extendiera por ocho temporadas en la prestigiosa cadena HBO. No hace falta tomar contacto con ninguna de las temporadas de la serie Entourage si es que se toma la decisión de darle una chance a su arribo cinematográfico, de la mano de su creador Doug Ellin, quien resume prácticamente el meollo del asunto en los primeros minutos. Introducción de manual para que nos empapemos de un puñado de personajes unidimensionales y rápidamente lleguemos a la conclusión que esta película, lejos de partir de una idea crítica o sarcástica sobre el mundillo hollywoodense, no hace otra cosa que regodearse en el estereotipo de la hoguera de vanidades en la panacea patética y artificiosa llamada industria del cine. Es estéril repasar la historia sin dejar de mencionar que el derrotero delentourage protagonista, Vince Chase -Adrian Grenier- y su séquito de amigotes transita por los andariveles de toda producción mainstream, donde capitalistas ignorantes -Billy Bob Thorton junto a su hijo Haley Joel Osment- que no saben absolutamente nada de cine procuran invadir su integridad artística y así tomar el timón de su mega película, una promesa en la que su hermano actor Johnny -Kevin Dillon- se destaca por primera vez, pero que a los ojos de las máximas autoridades del estudio debe dar un paso al costado. El resto del film suma cameos sin sentido -como el de Jessica Alba- subtramas sin desarrollo ni resolución y un sinfín de torpezas en el guión que sería irrelevante remarcar pues, nada salva a este despropósito, ni siquiera el rentable costado nostálgico para aquellos que disfrutaron las ocho temporadas, antes que en 2011 diera sus hurras finales. ¿Negocio redondo? Lo cierto es que el ombliguismo de la retórica parece querer convencernos que esos ombligos sucios en realidad no son tales y que siempre existe la posibilidad de una nueva manera de lavarlos, con fórmulas desgastadas como la que precede a este proyecto.
Otra muestra de cine ombliguista La película basada en la serie de HBO termina validando los peores lugares comunes sobre la industria de Hollywood. A estas alturas nadie puede sorprenderse demasiado con una película (de y) sobre Hollywood. Mucho menos si ella retrata a los distintos componentes de su industria como una serie de personajes con vidas tan lujosas como vacías, hombres y mujeres compuestos por partes iguales de vanidad, lujuria y egolatría. Sobre esto hablaba la serie Entourage, emitida durante ocho años (2004-2011) en HBO, y también, claro, su adaptación a la pantalla grande. El film retoma la historia de Vincent Chase (Adrian Garnier), uno de esos galancetes juveniles populares y renombrados en el gossip, y su grupo de amigos de la infancia devenidos en parte de su séquito laboral (su representante, su chofer y hermano actor) cuando el primero quiere dar el gran salto ocupando el rol del director, algo que su ex agente devenido en CEO de un estudio no ve con buenos ojos, hasta que empieza a hacerlo. El problema es que Chase se pasa del presupuesto y deberá incluir en la arquitectura financiera el dinero de un magnate cuyo hijo quiere involucrarse en el proceso creativo. La película acompañará el derrotero de Chase en su flamante participación en el submundo de la producción, dando paso a varios cameos de actores renombrados (desde Jon Favreau y Liam Neeson hasta Mark Wahlberg y Jessica Alba). Habrá, como en Polvo de estrellas y la aquí inédita The Canyons, de Paul Schrader, por nombrar a dos films recientes, una buena dosis de bilis y crítica a un universo cada día más preocupado por los números que por las películas en sí. El problema del film de Doug Ellin es que a lo anterior se le suma una mirada sobre la cotidianeidad de Chase. La preocupación del entorno por el sexo, la imagen y la percepción del otro es una validación de los peores lugares comunes sobre la vida en Hollywood, convirtiendo a los personajes menos en personas que en caricaturas de sí mismas y limitando a la película a una (otra) muestra de cine ombliguista.
Un séquito para esquivar Esta película bien podría haber sido el capítulo doble de despedida de la serie en televisión, pero en cambio sus productores decidieron que esa despedida debía llevarse al cine. Y aquí está, para que la padezca quien se lo merece. Porque nosotros la vemos por un tema de laburo, pero ustedes no tienen por qué someterse al tedio que proponen Wahlberg y Doug Ellin. La historia es que Vince, actor exitoso que para no perder su "esencia" se llevó con él a Hollywood a sus amigotes de toda la vida, ahora además de actuar quiere dirigir una película. Su representante, el insoportable y gritón Ari -que salva algunos momentos del filme-, debe lidiar con uno de los financistas de la película que intenta modificar algunos de sus aspectos. No hay mucho más. No esperen de esta propuesta algo paródico respecto al sistema; por el contrario, es absolutamente complaciente y promocional de lo peor que Hollywood puede ofrecer, que es su onanismo y vacuidad en lo social. Los conflictos que pretende instalar carecen de importancia ya que no es posible empatizar con tanto snob suelto. Los puntos más ridículos del filme y donde exhibe su mayor cuota de autocomplacencia suceden cuando hay algún cameo. Algunos de esos personajes son tan irrelevantes que otro tiene que gritar el nombre del invitado para que se sepa quién es. Ari pretende que todos crean que el filme que Vince dirige y protagoniza es una maravilla, pero nunca lo vemos demasiado, solo hay una pequeña escena que alcanza para sentir vergüenza ajena. De manera que todo está alineado, la ficción dentro de la ficción es tan horrenda una como la otra.
Sobre el éxito de la serie políticamente incorrecta, de la joven estrella y su entorno de amigos y familiares, con todo a su favor en Hollywood, este largometraje pierde un poco su encanto en una trama que cae en los lugares comunes de los supuestos divos de la industria y sus arbitrariedades. Para los seguidores, un plato apetecible, para los demás, un entretenimiento amable.
Antes que nada, debo aclarar que probablemente esta crítica sea poco justa. La verdad es que nunca vi la serie, no me interesó demasiado. Por otro lado, creo que una película, no importa nunca en qué esté basada, debería funcionar además como obra por sí sola. Si para entender una película tengo que leer un libro, ver otra película, conocer cierta historia, hay algo que para mí está fallando. Así que hablaré de Entourage como una película olvidándome que está basada en una serie de ocho temporadas. Sobre todo porque si la serie se parece a esta película, no me equivoqué en pasarla por alto. Entourage, producida por Mark Wahlberg (quien hasta se da el gusto de ser protagonista de uno de los incontables cameos de famosos), pretende ser un retrato sobre Hollywood, esa tierra tan atractiva desde lejos y tan agrietada desde adentro. Pero este retrato se termina tornando superficial, machista, y, lo peor (siempre lo considero el peor defecto en una película), aburrido. El conflicto principal de este film es el de un joven (Adrian Grenier) pero exitoso actor que tras un fallido y muy breve matrimonio, decide sentarse en la silla del director. Para eso tiene que conseguir el presupuesto que su idea impresionante necesita, el problema es que su mayor inversor es un texano que deja en manos de su hijo dicha inversión. El padre es Billy Bob Thorton y el hijo, Haley Joel Osment, sí, siempre recordado como el nene de Sexto sentido que ve gente muerta. En el medio, Jeremy Piven intenta controlar sus nervios y su matrimonio a la vez que conseguirle a su actor la película que él se merece. Pero claro, la película no se centra sólo en este actorcito (y menos mal) y a su alrededor está su grupo de amigos que forman parte de la industria también, destacándose Kevin Dillon como el actor fracasado que no puede salir de papeles pequeños y olvidables, y claro, no consigue chicas aunque parezca que, además de ser actor (e incluso quizás más), es lo único que le interesa. Nada de la trama, ni la línea principal ni las secundarias, resultan lo suficientemente atractiva como para querer seguir viéndola, porque ni siquiera se logra empatizar con sus protagonistas. Emily Ratajkowski tiene su aparición, que es algo más que un cameo, pero deja en evidencia que en Entourage, como en Hollywood, las mujeres son todas jóvenes y bonitas y no parecen ser mucho más interesante que para tener sexo, salvo al final, cuando se deciden sentar cabeza, contradiciéndose un poco con la primera parte y pareciendo el film más ingenuo de lo que suponíamos. Entourage es entonces una película evidentemente dedicada a su público más fiel (aun sin haberla visto uno puede imaginar dónde aparecen algunos de los guiños, aunque también es cierto que es probable que nos perdamos unos cuantos), menos divertida de lo que se cree que es (creo que no me reí en toda la película) e incluso bastante menos ingeniosa. Entre tanto gag y metáfora sobre lo sexual, al final se percibe vacía.
Es curioso como la necesidad por terminar de cerrar historias inconclusas por parte de la industria pueda generar un producto híbrido entre la TV y el cine que funciona, porque, justamente, entiende ambos lenguajes y produce algo nuevo y diferente “Entourage: La película” (USA, 2015) eleva la propuesta que hace años inundó con glamour y mucho histeriqueo la durante ocho temporadas la pantalla de HBO con su dosis de humor y acidez necesaria para erigirse como la propuesta masculina de la señal en tiempos en donde “Sex & the city” arrasaba con las audiencias y se multiplicaba. “Entourage…” retoma la historia de la mega estrella Vince Chase (Adrian Grenier) y se posa en el momento en el que decide dar un cambio de rumbo a su carrera. Agotado por participar de productos menores, decide junto con Ari Gold (Jeremy Piven), o al menos lo intenta, tomar el control total de su última producción hasta el punto de querer dirigirla. Luego de algunas idas y venidas la producción se inicia y gracias al apoyo de su “séquito”, Johnny (Kevin Dillon), Turtle (Jerry Ferrara) y Eric (Kevin Connolly), Vince podrá cumplir su sueño de conducir una mega producción, con su particular mirada y expertise. Pero cuando el hijo de uno de los productores (Haley Joel Osment), comienza a cuestionar algunas decisiones de Vince en la película, todo se complicará, porque en un mundo en donde los celos y las poses se exponen, se terminarán por boicotear las buenas intenciones con las que el actor intentó girar su camino. “Entourage…” funciona porque los actores logran dotar nuevamente del espíritu coral que marcó a fuego a la serie. Y además porque vuelve a tocar el tema de la farándula desde un lugar diferente, en donde las apariencias son más importantes que la sobriedad y los roles, y en donde queda en evidencia, una vez más, que con dinero se puede comprar todo. La industria se ríe de sí misma con un filme que no intenta ponerse solemne, sino, todo lo contrario, porque “Entourage…” se ríe hasta de la serie que antecedió a esta puesta cinematográfica, y como dato curioso el director es el mismo que el de la serie, Doug Ellin, así que tiene mucho material para contar. Uno de los hallazgos, además de la solidez del guión, es el poder expandir el universo de “Entourage” hasta límites insospechados, sumando cameos de grandes estrellas (Kelsey Gramer, Liam Neeson, Jessica Alba, entre otros.) para generar más verosímil, potenciando además el lujo y el brillo de Hollywood con una puesta en escena soberbia y llena de excesos. Piensen en un yate lleno de modelos exuberantes, bellas, desbordadas y extasiadas por la separación de una mega estrella, en medio de un mar cristalino y bajo el sol, que invita a los placeres y pecados más ocultos de la farándula. Con esa imagen, acompañada de música estridente, arranca la versión cinematográfica de “Entourage”, y ya desde esa primera escena marca su posición frente al devenir que luego se sucederá de la acción. Claramente los fanáticos del envío serán aquellos que podrán disfrutar más de este producto, pero para aquellos completamente ajenos al universo de “Entourage” es “Entourage: La película” un buen acercamiento al universo de Vince y sus amigos, un mundo en el que nada ni nadie tiene asegurado su futuro y destino, tan sólo la posibilidad de aprovechar las oportunidades que la industria les va poniendo y relajarse al lado de una bella mujer.
Un entorno que agobia y aburre Ocho temporadas al aire estuvo Entourage, la serie. Noventa y seis episodios y varios premios probaron que este programa de HBO dejó su marca en la televisión. Aquella serie se basaba, en parte, en la experiencia de Mark Whalberg y su llegada a Hollywood. Wahlberg es uno de los productores de la serie y la película. Vince Chase (Adrian Grenier) es un joven que se abre paso en el mundo de Hollywood y para avanzar en el escarpado camino de la fama continúa siendo acompañado por sus amigos y su agente. La serie, en clave de comedia satírica, no exenta de amargura, era un descarnado retrato de la industria. La película continúa ese comentario y el desfile que fluctúa entre la crítica y la apología de una forma de vida superficial, obscenamente lujosa, cargada de misoginia y desprecio general por cualquier clase de valor. Demasiados planos de autos lujosos, yates, mansiones y mujeres jóvenes en bikini para imaginar siquiera que se trata de una crítica. No es lo que muestra, sino como lo muestra. Y la historia, con Adrian protagonizando y dirigiendo su ópera prima, es el centro alrededor del cual giran las demás historias. Pero ni Jeremy Piven (como el agente Ari Gold), ni Kevin Dillon (Johnny "Drama" Chase, el hermano no exitoso de Vince), los actores más premiados por esta serie, pueden sostener la historia, solo repetir sus personajes ya agotados. También, y como era de esperarse, hay muchos cameos y apariciones especiales. Algunos un poco graciosos, otros solamente para sumar caras conocidas. Si la serie se había agotado hace rato, la película solo será un instante de nostalgia para los que disfrutaban de las historias de estos personajes poco queribles, en general patéticos, con casi ningún destello de humanidad, más aun en este paso a la pantalla grande. Esperemos que no se vuelva costumbre el llevar al cine series solo para prolongar una experiencia ya terminada. Porque acá no se trata de una nueva versión, sino de una extensión más cara, más larga, más lujosa y más superficial que la serie en la que se basa. No hay nada nuevo en Entourage, solo una reunión de hombres adultos que actúan como adolescentes y repiten sus chistes sin gracia.
Nuevamente Hollywood Hollywood como tema: Cautivos del mal, de Vincente Minnelli; Sunset Boulevard, de Billy Wilder; El último magnate, de Elia Kazan; The Player, de Robert Altman; Get Shorty, de Barry Sonnenfeld; Inland Empire, de David Lynch; Maps to the Stars, de David Cronenberg, y muchas más. La mayoría de las veces, miradas críticas, sardónicas y hasta corrosivas. Sin embargo, la demolición absoluta no es tan común: la fascinación por la meca del cine, por la concreción a lo grande del sueño americano, por su delirio de riqueza, por sus costumbres, sus lujos y su lujuria siempre se hace presente. La serie Entourage (2004-2011) de HBO planteó estos temas junto al de la amistad entre un cuarteto liderado por el chico que sería estrella más el manager con olfato y adicto al trabajo. En Entourage-La película, Vince, la estrella; su medio hermano eterno aspirante a actor Johnny Drama, más sus amigos Eric y Turtle empiezan en una fiesta en el agua en Ibiza y enseguida vuelven a Hollywood porque Ari Gold regresa de su retiro para manejar sus propios proyectos en un estudio. El primer proyecto será, claro, una película protagonizada por Vince, que además quiere debutar en la dirección. Entourage-La película será el derrotero de la producción (sobre todo de la posproducción), el enfrentamiento con los inversores y los vaivenes amorosos y sexuales del cuarteto. El ritmo vertiginoso de las situaciones se materializa si uno acepta los planos industriales de la pantalla chica "de calidad", y los chistes empiezan a acertar cuando uno se acostumbra a cierto exceso televisivo de los actores (menos uno). Hay algunas dosis de chicas desnudas (aunque con momentos de ridícula conciencia de la cámara, con sábanas que tapan lo que no debieran), adocenados planos de "fiesta" y lo que se espera como marca del producto (que incluye muchas marcas de lujo). También hay estrellas diversas en pequeños papeles y hasta en cameos. Y también una de las variantes contemporáneas de la acidez cómica: chistes que revientan la corrección política porque se hacen desde la conciencia del zeitgeist contemporáneo occidental; por ejemplo, los chistes homofóbicos y racistas se profieren mientras se organiza la boda gay del oriental Lloyd. Si todo finalmente fluye y divierte se debe en gran parte a que Ari Gold, como en la serie, es interpretado por Jeremy Piven, uno de esos eternos secundarios brillantes (Heat, Grosse Pointe Blank, Malos pensamientos, entre decenas) que ha encontrado la oportunidad de brillar en un personaje que le ha permitido liberar su energía cómica y su talento para la velocidad.
Chicas, autos, fiestas y cameos La serie de TV de HBO salta a la pantalla grande, desde donde había terminado. Sólo para fanáticos. “Realmente obtenés lo que esperás al decidir ir a verla. O sea, chicas, autos, fiestas y cameos, por supuesto”. No hay mejor síntesis de Entourage: la película que la que hizo Adrian Grenier, el protagonista, en la entrevista difundida por la distribuidora Warner. Es decir: los seguidores de la serie que tuvo ocho exitosas temporadas (entre 2004 y 2011) en televisión seguramente quedarán satisfechos con este salto a la pantalla grande. Los demás, probablemente no. Inspirada libremente en algunos aspectos de la vida de Mark Wahlberg -productor ejecutivo de la serie y la película, en la que protagoniza el cameo más gracioso-, la serie mostraba el crecimiento de un actor que se abría camino en el competitivo mundo de Hollywood y obtenía acceso a todos los privilegios y tentaciones del estrellato, siempre con la ayuda y compañía de su hermano, dos amigos de toda la vida y un fiel manager: el entourage (séquito, entorno) al que hace referencia el título. La película tiene una garantía clave de fidelidad al tono de la serie: es la presencia de su director y coguionista, Doug Ellin, que fue el guionista principal del producto televisivo, además de haber sido uno de sus creadores y director de algunos capítulos. Aquí retoma la historia donde había terminado la octava temporada, siempre con el espíritu de inquebrantable camaradería masculina. A la pandilla le sobra el dinero y Vince (Grenier), además de ser una estrella, está por estrenar su opera prima como director, pero necesita más presupuesto y los financistas (Billy Bob Thornton y Haley Joel Osment, el crecido nene de Sexto sentido) quieren imponer ciertas condiciones para aumentárselo. Cada uno de los otros personajes tiene, además, su propia subtrama laboral y/o romántico-sexual. Todas las historias conspiran para que aparezcan, como bien señaló Grenier, chicas en bikini, autos lujosos, situaciones más o menos eróticas y diálogos sobre sexo. Y los cameos, esos cameos -Jessica Alba, Jon Favreau, y siguen las firmas- tan de moda en las comedias de un Hollywood cada vez más autorreferencial. Y cada vez menos gracioso.
Vincent y su equipo (Eric, Drama, Tortuga y su ex-representante Ari Gold) vuelven a las andadas cuando el consagrado actor busca hacer su debut como director. Nuevos horizontes Vincent Chase ya es una mega estrella mundial, Ari está al frente de un importante estudio de Hollywood, Eric espera su primer hijo, Tortuga la pego con una empresa de tequila y Drama, bueno, sigue esperando el papel de su vida. Pero Vince siente que tiene más para dar y por eso busca realizar su primera película como director; todo bajo su característico sello de la joda. Bienvenidos a Entourage, la película. Minitashhh Entourage vio la luz por el ya lejano 2004 y de a poco se fue ganando un lugar entre los televidentes, extendiéndose hasta llegar a ocho temporadas. Y es que algunos se divirtieron con las aventuras partuseras de Vincent Chase y sus amigotes, mientras el primero intentaba ir escalando posiciones hasta ser el actor de fama mundial que terminó siendo. Pero si digo que solo algunos se divirtieron, es porque otros vimos una historia con un gran potencial, pero totalmente desperdiciada. Y eso mismo pasa en Entourage, la película, que sale cuatro años después de la finalización de sus emisiones en HBO. Esta viene con las mismas virtudes que atrajeron a los espectadores durante tantos años, y los mismos defectos que alejaron a otros de la vida de Vincent Chase. El tiempo pasó tanto para nosotros como para los personajes. De hecho en los primeros minutos los vemos como empiezan a intentar encausar sus vidas como adultos, formando familias y estableciendo negocios a largo plazo; pero también teniendo problemas para dejar su costado adolescente de lado. Por eso es que la película está plagada de las mismas fiestas tan características que sucedían en la serie. Por eso para quienes no éramos seguidores del programa, vamos a ver de nuevo como una interesante idea, que podría haber dado una buena comedia de todas formas (el hecho de de que un actor quiera probar suerte como realizador, y lo que le cuesta financiar la producción) se termina diluyendo entre tanta joda, chicas en bikini, y el libido a full de todos los involucrados. Otro sello importante de la serie y que veremos también en la película son los cameos, que acá obviamente no se hacen espera. Casi desde el primer minuto veremos un desfile de actores conocidos (y no tan conocidos fuera de USA) por la pantalla, paseándose por la poco más de hora y media de metraje. Es una pena que la mayoría de las apariciones se limiten a no más de un puñado de segundo y ya. Hubiera sido bueno que al el guionista (y también director) Doug Ellin se tome la molestia de darles una escena bien escrita a cada celebrity. Conclusión Entourage, la película claramente apunta a los seguidores de la serie original, con muchos chistes internos que remiten a las temporadas vistas en televisión, y que suma si uno conoce a los personajes y el mundo donde se mueven. Pero el espectador casual, solo vera una película de cuatro fiesteros y una buena idea desperdiciada entre tanta joda y cacería de chicas, y seguramente pasará como una película más, que no es ni buena ni mala, y que no logra conectar con quienes nunca se interesaron por el programa.
Entourage, la adaptación de la serie televisiva de HBO, retoma la historia de Vincent Chase un actor de Hollywood y su relación con sus amigos de la infancia hoy transformados en parte fundamental de su vida profesional. El show de tv, resultó divertido y original en sus primeras temporadas, pero la calidad de guiones fue decayendo con el pasar de los años, hasta llegar a esta versión fílmica realmente floja, aburrida y difícil de digerir si no se es fanático de la serie o parte de la industria fílmica. Chistes "localistas", cameos gratuitos de estrellas de Hollywood y una estética televisiva que no ayuda a diferenciarla de un capítulo doble para la pantalla chica.
La serie de HBO empezó en el 2004 y terminó en el 2011, luego de ocho grandiosas temporadas la serie llegó a su fin y desde ese momento nació la posibilidad de volver para darle un cierre a las historias de Vincent Chase y su séquito. A cuatro años del final volvieron, el grupo completo vuelve para formar parte de un nuevo proyecto en el cual Vince quiere, además de protagonizar la película, dirigirla. Un Ari Gold (Jeremy Piven) que trata de no estresarse debe juntarle plata a Vince para terminar con su film. Para esto deben convencer a Billy Bob Thornton (Fargo – 2014) y Haley Joel Osment (Sexto Sentido-1999) para que ponga la plata que necesitan. Si no viste la serie, la película te presenta a cada uno de los personajes y no quedan dudas de cada una de sus personalidades. Pero es preferible haberla visto antes ya que se disfrutó más el camino y se pueden quedar afuera de algunos chistes si no lo hicieron. Para los que no vieron la serie: La película se puede analizar sin haberla visto. Son un grupo de amigos, Adrian Grenier (Vince) un actor estrella, Kevin Dillon (Drama) el hermano, que es un actor malo, un típico “hermano de”. También está Kevin Connoly (Eric) en productor copado, bueno, respetuoso y Jerry Ferrara (Turtle) el amigo que llegó muy arriba haciendo de chofer del grupo. La película está llena de cameos a estrellas de cine y televisión, la gran mayoría son divertivos y podemos ver la vida de lo más TOP en el mundo de Hollywood, respondiendo a todos los estereotipos que tenemos en nuestras mentes Doug Ellin es el director y guionista de la serie y ahora utiliza “Entourage: La Película” para cerrar bien con la historia de los personajes, pero no aporta nada nuevo. El que lleva la trama es Ari Gold, el resto de los personajes va de un lado para el otro haciendo cosas sin importancia, organizando fiestas, yendo a citas, haciendo nada. Lo que más se destaca es la química que tiene todo el grupo, que hacen que sus diálogos sean lo mejor de la película, pero no alcanza.
Ese viejo problema de cambiar de pantalla Seriexploitation: así se podría definir a Entourage, la película. Un capítulo largo que intenta sacar un poco más de jugo a la sitcom homónima que tuvo un espacio en la TV estadounidense durante ocho temporadas entre 2004 y 2011. Un producto televisivo que su creador y en este caso también director, Doug Ellin, no consigue convertir en cine, aunque técnicamente encaje en la definición. Más cerca del concepto de capítulo doble (o triple) y al contrario de otros casos de series convertidas con éxito en películas (con Misión: Imposible, cuyo episodio cinco aún está en cartel, como ejemplo perfecto), en donde los códigos del original consiguieron ser adaptados con eficacia al formato cinematográfico, Entourage nunca se aleja de su zona de confort. En lugar de eso vuelve a habitar los espacios que le son conocidos, cómodos, creyendo que el simple hecho de hacer más largo, más grande y más caro aquello que dio pruebas de contar con el favor del público alcanza para justificar el paso de una pantalla a la otra. Pero en este caso ese salto no se presenta como una instancia de ampliación o superación del universo creado para la televisión, sino como una continuidad morosa y magnificada. Así las cosas, Entourage parece haber sido pensada antes como negocio que como película, sin reparar en el hecho básico de que para hacer negocios en el mundo del cine primero hay que pensar una película.Sin embargo, todo esto no significa que quizá no se lo haya intentado. Por lo pronto la película tiene un punto a favor: no es indispensable conocer la serie para entender el universo que propone. Tomando como centro la figura de un actor joven que, convertido en estrella, no se ha olvidado de sus orígenes ni de sus amigos del barrio, a quienes se llevó de Nueva York a vivir con él a Los Angeles, Entourage intenta dar una mirada juguetona del cine desde el corazón mismo de la industria. Si la serie se encargó de seguir el vertiginoso camino de la Cenicienta que llevó a Vince Chase de chico de barrio a súper estrella, la película no hace más que dar el siguiente paso lógico. Vince ahora quiere actuar y al mismo tiempo debutar como director en una megaproducción que adapta a la ciencia ficción la novela de Robert L. Stevenson, El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde, acentuando el chiste de cine dentro del cine que ya se explotaba en la serie. Desde ahí Entourage remite a otras películas en donde el mundo del (negocio del) cine era retratado de manera mordaz e irónica, como Las reglas del juego (1992), de Robert Altman, o El nombre del juego (1995), de Barry Sonnenfeld, a las que incluso parece haber tomado de inspiración. Claro que le falta el estilo y la gracia de aquellas y le sobra un humor básico y ramplón que comparte muchos de los vicios de ese objeto del cual pretende reírse.
No se entiende mucho, pero tiene gags eficaces Quien no haya visto la serie de TV puede perderse con las andanzas hollywoodenses de los protagonistas de “Entourage” , pero aun así hallará motivos para reírse La serie producción de HBO "Entourage" no tuvo demasiado éxito en la Argentina. Ahora se estrena la película que empieza más o menos donde terminaba el show para la pantalla chica sobre unos chicos de Queens que de golpe pueden darse la gran vida como si fueran celebridades de Hollywood. Ahora la pandilla de Vince (Adrian Grenier) apuesta más fuerte dado que quien fue el galán de las aventuras anteriores está empecinado en dirigir su propia película, disparate total ya que si no sabe actuar, mucho menos podrá dirigir. La parodia de Hollywood en realidad no supera demasiado sus orígenes televisivos, aunque esta vez se intenta agrandar algunas situaciones, como por ejemplo, una fiesta en un yate lleno de chicas en bikini o una sorprendente pelea en una jaula de kickboxing contra una chica con muy pocas pulgas, más la presencia de numerosos cameos de figuras famosas a veces insertados un poco a la fuerza, aunque algunos funcionan mejor, incluyendo los de Jessica Alba, Liam Neeson y Mark Wahlberg (que aparece un poco más, probablemente debido a que también es el productor de la película). También hay un buen papel para Billy Bob Thornton, hecho a su medida ya que hace de petrolero texano. Si bien el guión intenta por todos los medios que el público que nunca vio o no recuerda demasiado la serie entienda de qué va la trama de esta "Entourage" para la pantalla grande, lo cierto es que el espectador desprevenido puede andar medio perdido en medio de estas andanzas hollywoodenses que tienen a su favor el buen ritmo y una razonable andanada de gags bastante eficaces.
Si fuiste fan de la serie, estoy seguro que "Entourage" te va a gustar... si no lo fuiste, podés ir a verla igual pero te vas a quedar un poquito en el camino con algunas historias/personajes/chistes. Chase, Eric, Turtle, Johnny y Ari la rompieron durante sus ocho temporadas por la pantalla de HBO y ahora llegan, después de algunos años, al cierre definitivo pero en pantalla grande. ¿Queres ver participaciones actorales de casi todo Hollywood en un film? Ok, está es tu película, aparecen toooodos y tooooodas. ¿Nunca viste la serie? No te hagas problema, los primeros minutos sirven para disfrutar de una especie de documental, que te pone en fojas 1. El elenco está más que aceitado, sobre eso no caben dudas, pero lo que me faltó fue algo más en la trama, una vuelta de tuerca con mucho más power. Comprate pochoclos y sabé que no deja de ser una peli simpática y exclusivamente realizada para fans.
Nunca vi Entourage, un dato que se supone podría afectar la mirada sobre la película. Quizás el hecho de ver alguna de las temporadas de esta serie de HBO podría llegar a cambiar la percepción que se tiene de este paso al cine, pero no la opinión sobre el resultado. El proyecto se piensa para los fanáticos que hayan visto las ocho temporadas del programa, quienes se alegran de tener nuevamente en pantalla a este cuarteto de amigos que hacen de las suyas en Los Ángeles. El resto de los mortales, por el contrario, están frente a un film decididamente fallido, que abusa de sus limitados recursos y que está más concentrado en autocelebrarse que en plantear lo que podría ser una divertida sátira sobre la industria. El primer pensamiento que se viene a la cabeza es cómo puede ser que el mencionado canal puso fin después de cinco temporadas a la increíble The Wire –uno de los mejores shows de la historia, sin duda-, pero le dio dinero a Doug Ellin como para hacer esto desde el 2004 al 2011. Tiene que haber algo más en el programa que la película fue incapaz de reflejar. En vez de aspirar a plantear una comedia punzante sobre la vida en Hollywood o un bromance de los que tanto gustan, lo que se hace es un superficial reflejo sobre los problemas banales del séquito del título. Y como plato fuerte hay todo tipo de cameos de figuras del cine o el deporte, muchos de los cuales no tienen otro sentido más que inflar de nombres el proyecto. No es difícil entender la dinámica del grupo de amigos y rápidamente se comprende cuál es el rol que ocupa cada uno. Llama la atención desde el primer momento que el nombre de Kevin Connolly aparezca en los títulos antes que el de Adrien Grenier, cuyo Vinnie Chase pareciera ser el protagonista. Pronto queda claro que su personaje es el menos interesante, uno que no tiene nada que ofrecer y al que todo le sale bien, mientras que Eric tiene que lidiar con algunas cosas más –que se resuelven de inmediato, claro-. Está Jerry Ferrara como Turtle, quien quiere salir con Ronda Rousey y eso le insume la totalidad de la película, y Kevin Dillon como Drama, el más idiota de los cuatro pero el que tiene más potencial dentro del film, más allá de que se lo desaproveche. Afortunadamente está Jeremy Piven haciendo de sí mismo, lo que da lugar a un agente devenido en cabeza de estudio propenso a los insultos y a los ataques de ira, para lo que su metralleta verbal viene útil. Sin haber visto la serie, puede decirse que Entourage básicamente parece un largo episodio de 104 minutos. Como si se tratase de un especial televisivo planeado para mostrarle a los seguidores en qué andan sus personajes favoritos, en caso de que el final del programa no los hubiera dejado satisfechos. Las buenas ideas parecen haberse agotado hace algunos años –si todavía las tuvieran, las hubieran puesto en práctica en el show- y no queda más que tratar de disfrutar de un juego de quién es quién o de ver un poco de gente linda pasándola bien en Hollywood. Es como el espantoso paso de Sex and the City a la gran pantalla, pero con tipos.
Si “Sex and the City” tuvo su película -no una sino dos- tiempo después de finalizada… ¿por qué no “Entourage”? La estrella de cine Vince Chase (Adrian Grenier) y su séquito de amigos, Eric (Kevin Connolly), Turtle (Jerry Ferrara), Johnny (Kevin Dillon) y Ari Gold (Jeremy Piven), regresan en eesta continuación de la exitosa serie de HBO que tuvo 8 temporadas en el aire y que narraba el ascenso de este actor mientras navegaba el caprichoso, y a menudo despiadado, mundillo de Hollywood. Doug Ellin, creador de la serie que ha sido producida por Mark Wahlberg (el actor también produce la película y hace un cameo), dirigió y escribió el guión de esta esperada versión cinematográfica que resulta ser, nada más ni nada menos, un episodio extendido (en vez de 30, 104 minutos). Se trata de un film dedicado principalmente a los fanáticos de la serie que disfrutarán de esta propuesta que mantiene el tono satírico sobre la meca del cine, aunque no deja de ser entretenida y graciosa para aquellos que no han sido asiduos espectadores entre 2004 y 2011. Para esa porción del público, durante los primeros minutos hay una pequeña introducción presentada por el británico Piers Morgan, cuyo cameo es el de un periodista que entrevista al grupo de Vince y la historia de su ascendente carrera. Pero puede que igualmente, algunos se sientan un poco perdidos dado que hay muchos chistes, situaciones, referencias y, por sobre todo, elementos característicos que están relacionados con cosas que han pasado durante esos años en la pequeña pantalla. La trama es simple y retoma las historias de estos personajes, unos meses después de lo sucedido en el “series finale”. Chase, nuevamente soltero tras divorciarse, es uno de los actores del momento y debuta como director cuando Ari, quien fuera su manager, le ofrece protagonizar una película, la primera como jefe de un gran estudio. Con “sólo protagonizar” no le es suficiente. Como buen director primerizo, Vince se pasa del presupuesto, forzando a Ari a pedir más dinero al inversionista Larsen McCredle (Billy Bob Thornton), quien envía a su trastornado hijo Travis (reaparición de Haley Joel Osment, el niño de “Sexto Sentido”) a supervisar en qué se gastan los billetes. Por supuesto que a lo largo de la película, como era de esperarse, los amigos se mueven en pandilla. En lo que respecta a Turtle, éste siguió cosechando éxito con su empresa de tequilla, y además logra tener una cita con la luchadora de la UFC Ronda Rousey (vista hace muy poquito en “Rápidos y Furiosos 7?, además estuvo en “Los Indestructibles 3?). Por su parte, Johnny Drama espera que su participación en la película de su hermano signifique el salto definitivo a la fama (tal vez no sea por su trabajo actoral sino por un video sexual viralizado). Por último, entre idas y vueltas, Eric se acuesta con cualquiera mientras Sloan (Emmanuelle Chriqui) está a punto de dar a luz a su propio hijo. Además, es el co-productor de la nueva peli de Vincent. Mientras el quinteto, entre fiesta y fiesta, recorre las calles y los lugares cool de Los Angeles, vemos que cruzan su camino con estrellas como Liam Neeson, Jessica Alba, Armie Hammer, David Arquette, Gary Busey, Bob Saget, Jon Favreau, Mike Tyson, Pharrell Williams, Kelsey Grammer, Chad Lowe, Ed O’Neill y David Spade.
Quienes conocen la serie del mismo nombre, una comedia sobre “el otro lado” de Hollywood realizada para HBO, verán con alegría a todo el cast original nuevamente en la Meca del cine. Quienes no la conozcan, verán una serie de lugares comunes cómicos sobre lo que se supone que es la producción de cine, etcétera. Hay momentos más cómicos, otros menos, y un discurso un poco trivial sobre la amistad.
Cómo es Entourage, la película derivada de la serie de HBO que sigue a un grupo de amigos que se abren paso en Hollywood. La vida de Playboy que todos le conocemos a Leonardo DiCaprio, de yate en yate y rodeado de modelos, cobra sentido en Entourage. La serie de HBO que fue cancelada en 2011 sigue la vida del actor joven Vince Chase (Adrian Grenier), quien le pegó en la industria de Hollywood y se convierte en un bon vivant dedicado a despilfarrar en ocio los millones que ha ganado. El escenario remite a lo obvio: fiestas en embarcaciones lujosas, mujeres bellas y curvilíneas, sexo casual, autos de alta gama y mucho glamour. Hasta allí un cliché, pero Chase es solidario e invita a su hermano y amigos pelmazos Eric, Turtle y Johnny "Drama" a compartir su excéntrico estilo de vida. De ahí el título del programa (Séquito, en español) basado, según contó el productor y actor Mark Wahlberg, un poco en lo que fue su vida como estrella ascendente de cine allá por la década de 1990. La película retoma, precisamente, donde dejó la serie y encuentra al séquito de fiesta en Ibiza. En breve retornarán todos a Los Angeles porque Chase debe encarar un proyecto nuevo para el cine, en el que además quiere hacer su debut como director. El problema llega cuando se quedan sin dinero y sin poder terminar el filme, y el productor Ari Gold (Jeremy Piven) debe recurrir a un sponsor (Billy Bob Thornton) para que le oficie como financista. El segundo inconveniente para el grupo de amigos se producirá cuando el hijo de ese financista (un simpaticón y crecido Haley Joel Osment) se haga cargo del negocio aunque con algunas objeciones. Entourage no es la primera serie de HBO que llega a la pantalla grande a modo de cierre en versión extendida. Al camino ya lo había pavimentado Sex and the city, que encontró también al clan de Carrie Bradshaw mostrando qué pasó luego de que la protagonista y el Señor Big dejaran colgando a la audiencia con un “y vivieron felices para siempre” como despedida. De la misma manera, la película escrita y dirigida por Doug Ellin apela a un público seguidor del programa y conocedor de las aventuras de Vince y su comitiva. Para el neófito, como historia de amistad masculina es más insulsa que ¿Qué pasó ayer?, y cómo adalid para la pasión fierrera se queda, sin nafta, detrás de la saga Rápido y furioso. En definitiva, Entourage oficia como una suerte de guía turística por una ciudad de Los Angeles a los que pocos privilegiados acceden y en la que se pone de relieve la histeria que rodea al ecosistema de las celebridades. Paseos en auto, cameos de famosos, piscinas con modelos y hasta videos prohibidos que salen a la luz enmarcan las charlas insustanciales de los protagonistas. Eso sí, todo musicalizado con buenas melodías.
Probablemente “Entourage: La película” sea de las pocas series cuya versión cinematográfica se estrena con escaso tiempo de diferencia luego de su salida del aire. “Sex and the city” sería otro ejemplo. Hay una razón fuerte para que esto ocurra: las temporadas de éste producto televisivo han sido exitosas (duró 8 años al aire) pero estarán lejos de ser un clásico. Es más, esta es la creación de Doug Ellin y cuenta la historia de un actor y su séquito (de ahí el título) que lo sigue por todo Hollywood viviendo la vida loca entre sets de filmación, proyectos nuevos, alcohol, drogas y minas en “tarlipes". Hay tantos gags referenciales a la industria y la farándula que habría que ser coleccionista de la versión californiana de la revista Paparazzi para pescar los chistes que, encima, van a velocidad de ametralladora. A esto hay que agregarle un guión pensado para los fans de acuerdo a la cantidad de diálogos que evidentemente se relacionan con uno o varios capítulos. Por suerte hay también cierta piedad para los que nunca supieron de la existencia de la serie, y si bien los personajes son presentados con brocha gorda, la historia y quién es quién se entiende. El fuerte que sostiene toda esta propuesta (así en la tele como en el cine) es Vincent Chase (Adrian Grenier), un actor de secuelas tipo súper héroes que además de exitoso y fachero es pedante, egocéntrico y cancherito. Ahora se le ocurrió dirigir una mega producción para desmedro de la salud de su representante Ari Gold (Jeremy Piven, lejos lo mejor de “Entourage: La película”) La impronta remite a una mezcla entre “Spring Breakers” (Harmony Korine, 2012) por las festicholas, y ”El nombre del juego” (Barry Sonnenfeld, 1995) por lo autoreferencial de la industria. Eso es lo que hay: mucho yate, lujos, culos para los espectadores, abdominales para las espectadoras, y la certeza de que todo va a salir tan bien como se anuncia en el comienzo. ¿Aclara, cierra o aporta algo que quedó pendiente de lo visto en la tele? No. ¿Era necesaria entonces? Depende si la pregunta está dirigida al sentido común o al bolsillo del productor. Los que vieron la serie podrán ir tranquilos entonces.
Los sábados de 16 a 18 hs. por Radio AM750. Con las voces de Fernando Juan Lima y Sergio Napoli. Un espacio dedicado al cine nacional e internacional. Comentarios, entrevistas y mucho más. ¡No te lo pierdas!
El film, continuación y cierra de la serie de HBO que concluyó en el 2011 con un buen recibimiento por parte del público luego de ocho temporadas, está centrada en la vida de Vincent Chase (Adrian Grenier), joven y exitoso actor de la inagotable ciudad de Los Ángeles , y su sequito de amigos: Ari Gold, Johnny “Drama” Chase, Turtle y Eric Murphy, que lo acompañan en cualquier negocio o fiesta que Vincent desee iniciar. Cronológicamente ubicada inmediatamente después de la octava temporada, Vincent (fiel al estilo hollywoodense) se ha divorciado de su reciente esposa y decide volver al mundo cinematográfico con la idea que lo hara llegar al maximo estrellato, protagonizando y dirigiendo su propio film. El conflicto surge cuando el inversor (interpretado por el grandísimo Billy Bob Thornton), un ranchero con pocas ideas sobre el mundo del cine pero muchas en cuanto a lo que ganar dinero concierne, tiene como condición para seguir aportando los millones para la producción del film que su hijo, el reaparecido Haley Joel Osment –sí, el chico de sexto sentido-, dé el visto bueno del primer corte de la película. El problema radica en su dudoso gusto cinéfilo y la encarnizada necesidad de apoderarse del set de filmación, arruinando así la consagración artística de Vicent. Se mantiene, a lo largo de las casi dos horas de duración de la película, el tono humorístico que caracterizaba a la serie. Es decir, un desfile interminable de cameos a celebridades norteamericanas que van desde Pharrell Williams hasta Liam Neeson interpretandose a ellos mismos, chistes de referencias a diálogos o situaciones de películas y excentricidades millonarias. Los Ángeles riéndose de su estilo de vida, o riéndose de aquellos que no lo tienen. La banda sonora es de lo más destacable: Tame Impala, Rolling Stones, Jane’s Addiction y The Who, entre otros, quienes mantienen bien arriba el ritmo que caracteriza a este tipo de films naif. A fin de cuentas Entourage cumple con su premisa, sin pretensiones de aparentar lo que no es, se muestra a cara lavada en esta comedia high class y entretiene. Si fuiste fanático de la serie, tanto como si nunca viste un capítulo, la vas a disfrutar si sabes lo que vas a presenciar: una comedia bien lograda sin ánimos de ser presuntuosa.
Esta producción se presenta como una resurrección de la exitosa serie que tuvo su fin en 2011, logrando juntar a los personajes originales de la misma, algo no muy fácil, para una nueva aventura. Usando un recurso ya visto, la historia da comienzo cuando Vincent Chase (Adrian Greiner) realiza una fiesta en un lujoso barco donde sus viejos amigos, Eric Murphy (Kevin Connolly) - Turtle (Jerry Ferrara), y su hermano, Johnny "Drama" Chase (Kevin Dillon), asisten y entre charla que va y viene le cuentan a Vincent que Ari Gold ( Jeremy Piven), el excéntrico agente cinematográfico, esta de nuevo en el ruedo y con ganas de realizar una nueva y gran producción para retirarse definitivamente con la gloria. Vincent no duda un minuto en llamarlo para el rol protagónico, pero la cosa no queda ahí, sino que le manifiesta el principal requisito, también dirigir la película, siendo esta la primera en su carrera. La película cuenta a lo largo de la misma con una historia floja, lenta y predecible, donde el origen del problema principal es decepcionante, además de que varias situaciones que transcurren durante el film no terminan de encajar o cerrar, sino más como un relleno para alargar la misma. Por esto es que se ve a la historia solo como un recurso usado como una excusa para esta nueva producción, que tiene como objetivo principal generar una nostalgia en el publico por el reencuentro del viejo equipo, donde cada uno mantiene fielmente sus características, y constantemente se ve la lealtad entre ellos, destacando la de los hermanos Chase. Escenas de sexo, descontrol, fiestas, un excelente nivel de fotografiá y decenas de escenarios dentro de Los Angeles y Texas con una dimensión y calidad impresionante es lo que mas abunda en la película, donde en contraparte tenemos un uso prácticamente nulo de los recursos propios del genero "comedia", por lo que no esperen una producción que los haga saltar de la butaca a carcajadas, salvo alguna que otra situación. El nivel de actuación, acompañado de un extenso guion en donde abundan las groserías, se lleva el premio mayor ya que no hay fallas en un film que respeta fielmente las caracteristicas de los personajes principales y donde además aparecen decenas de figuras de Hollywood y grandes artistas, con mayor o menor participación o importancia, como Ronda Rousey ("Rápido y Furioso 7"), Emily O'Hara Ratajkowski ("Gone Girl"), Liam Neeson ( "Una noche para sobrevivir"), Pharrel Williams, Mark Wahlberg (Ted 2) y varios más. La banda sonora es otro punto alto, utilizando distintos estilos musicales que encajan perfecto con las escenas, que van desde bandas como Royal Blood, The Who o hasta el rapero Mase, entre otros/as. Veredicto final Entourage es una película que no es ni buena ni mala, recomendable principalmente para los seguidores de la serie, que van a saber apreciar y disfrutar una producción por todo lo bueno que tiene, y que es mucho, gracias al nostalgio que presenta luego de varios años de finalizada la serie. Por otro lado, si no tienen la mas mínima idea de que serie estoy hablando, simplemente no se las recomiendo ni para pasar el rato con algo de comedia, y ese quizas es el motivo por el cual solo duro una semana en la mayoria de los cines de Argentina, mas allá de que tenga un buen puntaje en las distintas web, en comparacion con Ted 2, que me parece una peor pelicula, y ya lleva 2 semanas fija en las salas. ¡Esas cosas raras del cine!
La película de Entourage, retoma la historia de este grupo de chicos “normales” en el momento que termina el último capítulo de la serie. Ari no soporta el retiro, Y Vince no esta hecho para la vida de casado. Con esto en mente, la mega estrella protagonizada por (Adrian Grenier) le propone a Ari, ahora nuevo director del estudio, que va a protagonizar su película, con una condición inamovible: quiere dirigirla. Ocho meses después, nadie vio la cinta y están pasados de presupuesto, llevando al estudio y a Ari a el borde del colapso. Y así, transitamos nuevamente la vida de esta gente, con todas las cosas que nos gustaban de la serie. Cameos de famosos, fiestas, lujos, excesos, situaciones bizarras, y tal vez, una mirilla para espiar la que asumimos que es la vida de las estrellas de Hollywood. Cabe destacar el trabajo de Haley Joel Osment y Billy Bob Thorton como padre e hijo, y el encuentro con el verdadero Entourage guiado por el productor de la serie, y básicamente en quien esta basada, Mark Whalberg. No hay mucho mas que eso, los que vieron la serie van a disfrutar de reencontrarse con estos entrañables personajes, y los que no, se reirán un rato y la olvidaran enseguida.
La tv que debería seguir en la tv "Entourage" es una película que se desprende de la exitosa serie de HBO que entregó entre 2004 y 2011 nada menos que ocho temporadas. En este caso me parece que sucede algo que le pasó a "Sex and the City" cuando pasó de la tv a la gran pantalla. Hay series cuyo espíritu y dinámica están concebidos sólo para tv, por lo cual su versión forzada para juntar unos mangos en los cines resulta un error garrafal. Eric, Vincent, Drama, Turtle y Ari eran personajes que llegaron a ser muy queribles, cuya amistad y aventuras resultaban muy atractivas de ver en la serie, pero al igual que sucedería con una versión cinematográfica de "Friends", "Will & Grace" o incluso "Sex and the City" se pierde esa dinámica constante y regular de los programas de tv, esa cohesión que se va tejiendo de a poco, detalladamente, hasta llegar a hacer que el televidente se sienta identificado e involucrado con los protagonistas y la historia. En la traducción del formato se pierden estos elementos que no son menores. La historia que tiene lugar para una película de hora y media no nos involucra como la que atraviesa varios capítulos del producto en cuestión. "Entourage" es un relato para tv, que funcionó bien ese formato y no es apto para cine. Además nos sinceremos un poco, la temática no es de lo más interesante. La frivolidad de Hollywood llevada a una serie que la criticaba a través del humor. En esta versión para cine se pierde esa crítica y se la da rienda suelta a la misma frivolidad que en la serie criticaban. Hay varios cameos que quedan super colgados, la historia amorosa con Emily Ratajkowski es un fiasco y el conflicto que plantean con el hijo inútil y mafioso de un productor no tiene nada de gracia. Un producto que debería haberse quedado en la tv. No recomendable.