La sombra de Pixar es alargada El cine de animación vive una etapa dorada de la mano de Pixar. Su capacidad para convocar a un público de diversas edades ante un espectáculo cinematográfico es frecuentemente mal interpretado por otras compañías que tan solo tienen ojos para ver sus enormes beneficios y no el trabajo de fondo desempeñado por los socios de Disney. Ése parece ser el caso de Gnomeo y Julieta (Gnomeo & Juliet, 2011), una película que toma como inspiración la famosa creación de Shakespeare para intentar (sin éxito) darle la vuelta. En esta ocasión la archiconocida historia de amor es protagonizada por enanos de jardín que viven en vecindarios diferentes con la correspondiente ración de odios y disputas entre ellos. La transposición entre la familia en la obra de teatro y los vecinos en esta versión cinematográfica se presenta casi como el único atrevimiento de una película sin pretensiones artísticas ni subversivas. Y es que el nuevo cine de animación se equivoca al tomar constantemente como referente los productos Pixar sin percatarse de que el verdadero triunfo de estos radica, precisamente, en su forma de asimilar el cine narrativo norteamericano, en el hecho de que se deben principalmente a unos depurados guiones y a un lenguaje de corte incuestionablemente clásico. Gnomeo y Julieta tan solo se centra en la animación (que es muy buena) y en explotar al máximo el 3D en escenas que son absolutamente prescindibles tanto para comprender la historia como para el desarrollo de personajes. Mientras que una fuga en Toy Story 3 (2010) es un homenaje y una revisión del cine carcelario estadounidense, aquí, el meloso e hipertrofiado encuentro entre los protagonistas es la gratuidad absoluta rayana en lo pomposo y cursi hasta lo vergonzoso. A su vez, esta pieza no tiene problemas en tomar (o más bien robar) sin pudor alguno a la susodicha joya para simplificar su potencia y buscar a los más pequeños de la casa en pos de hacer dinero. Es una lástima ver como los de John Lasseter son capaces de jugar con lo inverosímil (ratas que cocinan, robots con sentimientos, juguetes que tienen vida propia) para voltear lo convencional y hablar de lo humano mientras que otros se aprovechan de sus logros para lucrarse. Sin embargo, más allá de lo bochornoso de algunas escenas y de la puerilidad de la propuesta, a Gnomeo y Julieta hay que reconocerle un dinamismo sustentado, casi en su totalidad, en una gran animación y una potente banda sonora con revisiones de temas de Elton John que proporciona un indudable entretenimiento. Película, pues, sin sorpresas, de planteamiento engañosamente original, que asume su rol de cinta a la sombra de Pixar y de desarrollo tan infantil como predecible. La última propuesta de Disney confirma que los que fueron antaño el referente de la animación hoy no son nadie sin los creadores de WALL•E (2008).
El clásico de clásicos de William Shakespeare ha inspirado todo tipo de transposiciones cinematográficas. La tragedia épico-romántica tuvo su versión pop de la mano de Baz Luhrmann y ahora llega en plan de animación infantil en 3D con gnomos como protagonistas. El director es Kelly Asbury -formado en Disney y realizador de Spirit: el corcel indomable y de Shrek 2- y el resultado es medianamente convincente. Hay un gran despliegue de color, escenas de acción, números musicales con canciones conocidas y gags físicos, pero por momentos todo esa acumulación y esa desesperación por sostener el vértigo (Romeo peleando una y otra vez contra su suegro) esconde una falta de ideas y una escasa capacidad de sorpresa (los siete guionistas involucrados hicieron un trabajo apenas discreto). Las bromas están basados en los anacronismos propios de situar el film en la actualidad, en la presencia de simpáticos animalitos y en ciertos guiños a la cultura pop. Con eso, le alcanzó para convertirse en un sorprendente éxito de taquilla en los Estados Unidos y otros mercados. Pero para los amantes de la animación -habituados a la excelencia alcanzada por tantas producciones recientes- deja gusto a poco.
Para los acompañantes esta película se deja ver bastante bien, aunque se van a entretener más con la primera parte, ya que la segunda es un poco más infantil. Una muy linda fábula hecha especialmente para los más pequeños de la familia. Si querés que pasen un buen rato, no...
La tragedia divertida Shakespeare para niños, en versión libre y con animación 3D. Cualquiera diría que no. Que no hay manera de contarle a un chico la historia de Romeo y Julieta sin provocarle angustia con el destino trágico de los amantes de Verona. Pues bien, Gnomeo y Julieta demuestra lo contrario. El filme animado en 3D, dirigido por Kelly Asbury ( Shrek 2 ), con producción ejecutiva y música de Elton John, presenta la obra de Shakespeare en una versión completamente libre, protagonizada por gnomos de jardín. Riesgosa apuesta, pero la película sale airosa. El guión se las ingenia para ensamblar sin discordancia una serie de elementos heterogéneos. Por caso, un relato comprensible para el público infantil que también atrae a los adultos con sus guiños de humor y las bondades de la banda de sonido. O las escenas de acción con las de neto corte romántico. O el amor difícil entre Romeo y Julieta contado, para chicos, en clave de comedia, sin dejar de explicarles cómo fueron los hechos en la versión original de William Shakespeare, a quien también se lo presenta como una más de las criaturas animadas. Vale destacar una perlita, puro cine: la escena que narra en pocos minutos, sin necesidad de discursos, y utilizando de maravillas la imagen y la música, la historia de amor de un flamenco. Lograda síntesis sobre el enamoramiento y sus circunstancias, difícilmente deje indiferente a ningún adulto. Original e irreverente, Gnomeo y Julieta consigue que el espectador salga del cine divertido y tarareando Hello, Hello . Se diría que las tragedias no son amargas cuando vienen animadas y tienen música de Elton John.
Un film de animación shakespeareano con canciones de Elton John Los años pasan, la tecnología avanza, el cine se entusiasma con el 3D pero algunas cosas permanecen. Entre ellas, el atractivo y las posibilidades narrativas que aporta un relato clásico como Romeo y Julieta, que ahora tiene una nueva reencarnación como film animado en 3D y protagonizado por dos familias de enanos de jardín que viven en casas de la calle Verona. Como los juguetes de Toy Story, que tienen vida y sentimientos más allá de la que sus dueños imaginan, en estos poblados de cerámica el viejo enfrentamiento entre Capuletos y Montescos continúa. Y se agrava cuando el joven Gnomeo conoce y se enamora de la vecinita de enfrente, que da la casualidad que es una Capuleto. Con iguales dosis de ternura y guiños para los conocedores -aunque sea superficiales- de la obra de William Shakespeare, la película cuenta con el valor agregado de las canciones de uno de sus productores: Elton John. A pesar de que el film se estrena en la Argentina doblado al castellano -una verdadera pena porque las voces originales incluyen a Michael Caine, Maggie Smith y Ozzy Osbourne, entre muchos otros-, los temas clásicos de la estrella británica aparecen en su inglés original y sin subtítulos. Y hasta uno de los personajes se sienta al piano con todos los oropeles que hicieron famoso a John. A partir de la muy conocida y versionada historia de los amantes desgraciados, el director Kelly Asbury (Shrek 2) y la casi docena de guionistas del film decidieron tapizar cada escena de él con referencias a la cultura popular que probablemente el público infantil no comprenda. Así se apilan chistes y homenajes que incluyen a Belleza americana, Borat, los Muppets y El tigre y el dragón, entre muchos otros. En esa acumulación que parece pensada para que los padres quieran llevar a sus hijos a ver un film animado, Gnomeo y Julieta pierde algo de la dulzura que compensaba su evidente falta de originalidad.
Gnomeo y Julieta es una loca producción de Elton John que brinda una parodia de la famosa tragedia de Shakespeare, con la particularidad que los protagonistas son enanos de jardín. El film dirigido por Kelly Asbury (Shrek 2, Spirit, el corcel indomable) está orientado al público infantil y tiene algunos momentos graciosos, pero en general la historia está plagada de escenas similares a las que vimos en decenas de estreno de animación computada en este último tiempo. Por momentos es más de lo mismo. Lo mejor del film pasa por la animación, donde trabajaron muy bien a los enanos de cerámica que se ven reales y la banda sonora que prácticamente es un recorrido por los grandes éxitos de Elton John, que incluye un dueto del músico con Lady Gaga. Esa versión del tema “Hello, Hello” sólo se puede escuchar en la película, ya que no se incluyó en la banda de sonido. No es para nada el mejor estreno del género que llegó a la cartelera este año, pero puede funcionar para los más chicos a la hora de elegir un film para llevarlos al cine.
Shakespeare Re Cargado Si alguna persona afirma que William Shakespeare ha pasado de moda, solo debe ver la cartelera porteña y pensarlo dos veces. Porque las propuestas más pochocleras de la semana están inspiradas en obras del gran dramaturgo y poeta inglés del siglo XVI. Si Kenneth Branagh con Thor se inspiró en obras de Shakespeare para crear un mundo de fantasía, en Gnomeo y Julieta, utilizan fantasía para recrear la más popular y acaso, sobreestimada obra de su autoría. Solo que esta vez, adaptada a un público infantil… bastante infantil, por lo tanto, toda referencia sexual, suicida u otros venenos censurables para la audiencia menor de edad, son modificadas. Los que leyeron o conocen el final de la obra, entenderán de que hablo. Lo llamativo, curioso y original de esta propuesta de ex integrantes de Dreamworks Animation instalados en una subcompañía de animación de la Disney (no es Pixar, pero tampoco Disney Animation, o sea John Lasseter no tuvo que ver en nada con esto, y su ausencia es notoria) es que los protagonistas son duendes y animales “inertes” de jardín. Los mismos cobran vida cuando no los ven. No se trata de Una Noche en el Museo, sino más bien y una adaptación de Toy Story. Así que, mezclamos a la idea original de Lasseter con Shakespeare y sale esta propuesta que pinta mejor en el trailer de lo que termina siendo. El principio es bastante divertido. Como en toda obra shakesperana, tenemos un presentador, que introduce el conflicto: la historia de dos familias que se oponen a muerte. Por un lado los duendes rojos que pertenecen a la vecina Montesco, y por otro, los azules que pertenecen al vecino Capuleto. Ambos son humanos, viven separados por una pared en el Pasaje Verona de Inglaterra y se odian mutuamente. Ese odio se transmite en todos sus duendes. La competencia entre ambos se lleva a cabo mediante carreras sobre cortadoras de cesped. El campeón de los azules, es Gnomeo. Sin embargo en una carrera, el forzudo Teobaldo hace trampa y lo deja fuera de competencia. Esto genera una serie de desventuras que terminan cuando Gnomeo, hijo de la jefa de los azules, conoce casualmente en un punto neutro (un tercer vecindario) a la hermosa Julieta, hija del lider de los rojos. Ambos se enamoran perdidamente, y sus respectivas familias harán lo imposible por impedir que se desarrolle esta historia de amor. La primera mitad es bastante ágil y divertida. La meticulosidad con que está creado cada detalle en el aspecto visual de los personajes es notorio, aunque no tanto el carácter de cada uno, que es bastante estereotipado. El problema viene cuando las familias empiezan a oponerse a los amantes y se dan sucesivas, repetidas, monótonas persecusiones que buscan el efectismo y entretenimiento, sin pensar demasiado en un discurso narrativo. En este momento todo se desbarrancá además por falta de ingenio a la hora de escribir el guión. No por nada hay como diez escritores que figuran en los créditos, incluyendo a los que hicieron la historia y la adaptación de la original. Si se hubiesen apegado un poco más a la obra, adaptado solamente los diálogos y cambiado el final, no hubiesen hecho falta tantas personas. No es que no sea entretenida o divertida, pero la imaginación se agota rápidamente, se introducen elementos previsibles que no parecen demasiado sustanciosos y resultan forzozos (especialmente meterlo a Shakespeare en el medio es poco original). Los más chicos la van a pasar bien, viendo como pelean estas dos bandas rivales de gnomos que parecen sacados de los Kinder sorpresa. Para los adolescentes / adultos que los acompañen, en cambio, solo les quedará como alternativa divertirse viendo la versión original subtitulada, adivinando quiénes ponen cada voz (aparecen desde James Mc Avoy, Emily Blunt, Michael Caine, Jason Statham y Maggie Smith en los roles principales, hasta extrañas figuras como Hulk Hogan, Dolly Parton y Ozzy Osborne en pequeños papeles. Sin duda, lo mejor debe ser escuchar a Patrick Stewart como Shakespeare). Musicalmente, en cambio, los fanáticos de Elton John van a estar satisfechos, ya que temas clásicos y nuevos del cantante pop británico acompañan la banda sonora de James Newton Howard. Igualmente, escuchar el estribillo de “Rocketman” constantemente en forma instrumental como si fuese un leit motiv, termina agotando tanto como las constantes persecusiones entra ambas familias. Más cerca de Shrek que de un producto supervisado por John Lasseter, Gnomeo y Julieta es un trabajo infantil que se queda a mitad de camino, y prontamente será olvidado. Ahora bien, si el director, Kelly Ashbury hubiese hecho una versión más fiel, con el verdadero final de la obra, la moraleja sería otra, y los chicos aprenderían mucho más de la vida. Es más fácil mentirles, que Pixar se encargue de la reflexiones.
Enanitos de jardín en conflicto El clásico cuento de Shakespeare sufre un cambio extravagante y estrafalario, llevado a la pantalla grande en formato de comedia animada por Kelly Asbury (Shrek 2), y ahora llamado Gnomeo & Julieta. El argumento se basa, al igual que la obra literaria, en la rivalidad de dos familias, pero claro, esta vez de gnomos rojos y azules. Y los cuales, en similitud a Toy Story, se deben quedar inmutables cuando llega alguien ajeno al clan. La historia resulta entretenida de comienzo a fin, entre vecinos odiosos, un flamenco parlanchín, alucinantes carreras de cortadoras de césped y encuentros románticos con preparativos sin igual. Todo está acompañado con los clásicos y nuevos temas de Elton John (uno de los gnomos se le asemeja), y el film cuenta con las voces de James McAvoy (Expiación, Deseo y Pecado) y Emily Blunt (El Diablo se Viste a la Moda) como Gnomeo y Julieta, quienes tendrán un sinfín de obstáculos por superar cuando quedan atrapados en una contienda entre vecinos. Y más cuando a Gnomeo el propio Shakespeare (estatua) le vaticine el triste final de la historia. También prestan sus voces el dos veces ganador del Premio de la Academia, Michael Caine, como Lord Redbrick, padre de Julieta; Jason Statham como Tybalt, némesis de Gnomeo, Maggie Smith (de los films de Harry Potter) como Lady Bluebury y Patrick Stewart. Gnomeo y Julieta es una buena propuesta para toda la familia, divertida, vertiginosa y muy romántica, pero por sobre todo la mejor manera de acercar un clásico de la literatura (con sus variantes) a los más pequeños.
Los dos enanos de jardín, Gnomeo y Julieta, intentan que su destino fatal no se cumpla. Luchan para que su historia de amor tenga un final feliz a pesar de verse envueltos en una disputa entre vecinos. Es curioso que de la factoría Disney surja una película de las características de Gnomeo y Julieta, tanto que a lo largo de sus 75 minutos de duración en más de una ocasión me pregunté si no se trataría de una película inglesa. Más allá del acento (la gran mayoría de actores que dieron sus voces provienen de Gran Bretaña), su tipo de humor suele no encontrarse en filmes infantiles, basándose por ejemplo en muchos juegos de palabras. El clásico de William Shakespeare, una de las más grandes historias de amor, es adaptado con los pequeños habitantes de dos jardines contrapuestos. Si bien se le puede criticar algunos puntos, es una simpática apuesta que deja un poco de lado la tragedia para hacer más foco en la comedia. El cine de animación trajo algunas semanas atrás su primer gran fracaso a cargo de Marte necesita mamás. La falta de humor, de emoción y la consideración de que por ser infantil la película podía ser tonta fue un combo imposible de digerir para una gran mayoría. A diferencia de ella, la nueva película de Kelly Asbury (Shrek 2), con bajo presupuesto y todo, logró unas enormes ganancias y liderar la taquilla por algunas semanas. Este mercado no se encuentra saturado como se llegó a decir, las propuestas tienen que ser logradas, dado que ya no es suficiente que los protagonistas sean digitales. Más allá de su apreciable sentido del humor, con secuencias muy logradas, la adaptación tiene ciertos inconvenientes que provienen de tomarse enormes libertades en algunos aspectos pero tratar de respetar a rajatabla otros que no la benefician. La mano de Elton John, productor con su compañía Rocket Pictures, se nota a lo largo de la película y, si bien en un principio se toma a bien, hacia el final puede considerarse un exceso. Como ocurriera en Enredados, la corta duración de la película debería ser suficiente como para justificar que no haya tantos musicales. La escena en la que los personajes del título se conocen, acompañada por su correspondiente canción, es de lo más destacable, algo que no se podría decir del resto de los "videos" que se decidieron a incluir. Fuera de estos aspectos, la película funciona y sorprende. El cuidado de los detalles (en cada movimiento de los personajes hay ruido de cerámica) o algunos personajes secundarios, como el flamenco de plástico y su triste historia, acaban por inclinar la balanza a su favor, superando las expectativas que la premisa podría haber generado.
Frágiles, como el amor Debe haber más de una centena de versiones cinematográficas de Romeo y Julieta, el romance más imposible de la historia. Ahora llega una más imposible aún, Gnomeo y Julieta, Shakespeare para enanos de jardín. Si bien todo hace creer que es una película para niños muy pequeños, por esas formas redondeadas y simplonas de los personajes, es otro filme de animación con humor, música y acción destinado a todo público. Quizá no pasará a la historia como una de las grandes versiones de la tragedia inglesa, pero entretiene por unos 85 minutos y cuando ya empezamos a cansarnos de tantos gnomos, se termina. En la calle Verona viven dos vecinos, enemigos íntimos del barrio, de apellido Montesco y Capuleto y en sus respectivos jardines tienen toda una comunidad de enanos y duendes, rojos los Montesco, azules los Capuleto. La historia sigue como la conocemos: uno de ellos, Gnomeo, se enamora de "una roja" (sin alusiones políticas, en este caso) y hace lo imposible para concretar su amor. Si alguno de los dos sale con el corazón roto, será literal. Porque en el caso de estos gnomos de escayola, todo el tiempo corren el riesgo de hacerse trizas. La película está dirigida por Kelly Asbury, el mismo de Shrek 2, y tiene todos los ingredientes de la fórmula: el clásico modernizado, personajes humanizados, canciones pop, parodias de otras películas (desde western a Belleza americana) y mucha acción. En este caso, se suma la composición original y la voz en las canciones de Elton John. El músico es también productor del filme, junto a su esposo David Furnish, y hasta tiene una versión de gnomo con anteojos de estrellas. En esta dimensión de enanos, se destacan los que entorpecen el amor, Teobaldo y los padres de cada uno también; y los que ayudan para que se cumpla, Nanette, una rana de porcelana con rol de celestina y un flamenco de plástico que cumple el rol del desquiciado. Hay personajes colectivos que completan el cuadro, y varias de esas escenas de acción que Hollywood adora. Si bien la banda de sonido con las canciones originales está intacta, y pueden escucharse en sala, lo que nos perdemos como tantas otras veces son las voces originales, que en la versión en inglés original tiene como intérpretes a James McAvoy (Expiación) como Gnomeo y Emily Blunt (La Reina Victoria) como Julieta. También Michael Caine figura como el padre de Julieta y Jason Statham es el malvado teobaldo. De todas maneras, el doblaje al español no está mal.
Amantes sin Verona, balcones ni vecinos No carece de ingenio esta adaptación del drama de Shakespeare jugado por enanos de jardín aunque, creativamente, resulta hoy un poco tardía. Diez años atrás, «Shrek» y sus secuelas (la segunda parte también fue dirigida por el mismo realizador de «Gnomeo y Julieta», Kelly Asbury) explotaron casi hasta agotar este tipo de humor basado en la revisión de leyendas e historias clásicas con acidez moderna y referencias múltiples a la cultura de masas (basta el detalle de la notebook que usa la señora Montesco con el símbolo de una banana, en clara referencia a «Apple», para advertir la similitud). Sin embargo, al público al que específicamente va dirigido el film (menores de 12 años), poco le interesa hallar mayores innovaciones; el nuevo «cuentito» funciona a la perfección y, por añadidura, sirve de divertida introducción a la obra modelo y su autor, cuya estatua en Stratford upon Avon tiene una afortunada participación en la película. Esa escena (Shakespeare dialoga con los gnomos) pone al descubierto el dilema central que deben haber tenido los responsables del film: ¿hasta dónde era posible una parodia más o menos fiel de la obra con ese final trágico en el que mueren ambos protagonistas? Los gnomos le repochan al poeta ese gusto por la muerte: «Pero, ¡es que es una tragedia!», se enoja Shakespeare. De acuerdo, pero ellos ya lo ponen sobre aviso (y también a los espectadores) que acá habrá happy end. En dos casas contiguas cuyos propietarios se odian, los Montescos son los enanitos de jardín azules y los Capuletos los rojos. Patrullajes, peleas y batallas son permanentes, con la consigna de volver de inmediato al mundo inanimado si la mirada humana los descubre (recurso tomado, esta vez, de «Toy Story», otra saga de la que también el nuevo film es deudor). No hay balcones ni vecinos, con la excepción de un flamenco divorciado que le pone la nota más sentimental a un libro que, por fortuna, escapa casi siempre de lo cursi: Julieta es una enana de jardín bien moderna, casi bizarra, y Gnomeo un matoncito que cumple con el mandato familiar de combatir contra los rivales molestos. Pero, tal como en Shakespeare, el amor es más fuerte, y su peligrosa continuidad se logra gracias a una rana cómplice, equivalante de la nodriza original. Buen complemento: la banda de sonido sostenida por canciones de Elton John, quien hasta aparece en una de las escenas bajo la forma de uno de los enanos de jardín. Los chicos la pasarán muy bien.
Una tragedia de jardín Nunca está de más recordar que en el ámbito artístico a veces las buenas intenciones no alcanzan y lo que es peor pueden llegar a convertirse en un signo irrevocable de que el talento debería ir primero. El realizador Kelly Asbury, en su debut en solitario luego de las películas colectivas Spirit: El Corcel Indomable (Spirit: Stallion of the Cimarron, 2002) y Shrek 2 (2004), al momento de entregar su tercer opus se queda en una experiencia sumamente rutinaria que apenas si funciona como un rip-off de Toy Story (1995) y sólo consigue despertar alguna que otra sonrisa sutil a fuerza de autorreferencias continuas. Si bien transformar a Romeo y Julieta de William Shakespeare en una especie de “tragedia de jardín” protagonizada por gnomos de cerámica no es del todo una mala idea, el producto final defrauda esencialmente porque no logra ir más allá de una prolijidad demasiado gris a la que le falta encanto y simpatía. Para colmo el doblaje al castellano no ayuda aunque pareciera que la versión original compensa los fallidos con un ejército de voces famosas; basta con nombrar a Michael Caine, Patrick Stewart, James McAvoy, Emily Blunt, Jason Statham, Jim Cummings, Maggie Smith, Ozzy Osbourne, Hulk Hogan y Dolly Parton. La historia se centra en la enemistad entre dos vecinos humanos, el Señor Capuleto y la Señora Montesco, que desde ya se extiende a la decoración antropomorfizada de los patios de sus respectivas viviendas. Esta cíclica “guerra de guerrillas” basada en eternas venganzas mutuas se quiebra con el amor entre rivales, así de a poco la premura del contexto jugará un papel fundamental en el destino de la unión. Claramente el principal punto a favor del film pasa por el haber convencido a Elton John, cargo de “productor ejecutivo” mediante, para que brindara la autorización con el fin de utilizar sus clásicos. En buena medida la banda sonora dice más acerca de los personajes que el propio guión, circunstancia que nos pinta de pies a cabeza el hecho de que la cantidad de firmas no suele ser proporcional a la calidad (en esta ocasión tenemos siete apellidos detrás de una trama que le puede resultar previsible hasta a los más pequeños). A pesar de que cuenta con un puñado de situaciones jocosas y la animación está bastante bien para un proyecto con un presupuesto moderado, Gnomeo y Julieta (Gnomeo & Juliet, 2011) adolece de un desarrollo narrativo estéril y termina cayendo en esos mismos lugares comunes de siempre.
Anexo de crítica: Si bien no se aparta de una estructura esquemática y no deja lugar común sin pisar, esta relectura animada de la tragedia de William Shakespeare destinada a un público menudo resulta atractiva por su dinámica y su estética visual. Un puñado de chistes y guiños autorreferenciales buscan exaltar todo aquello que se relaciona con Inglaterra empezando por la emblemática banda sonora con clásicos de Elton John, productor ejecutivo del proyecto. Sin embargo, es justo decir que con un grupo de 7 guionistas podría haberse hecho algo mejor.
VideoComentario (ver link).
Un romance en el jardín “Romeo y Julieta”, la obra de William Shakespeare tiene en esta película para niños una versión que no se olvida de los más grandes. La tragedia de los amantes de Verona es trasladada al mundo de los enanitos de jardín, quienes reviven la historia a su manera. Todo comienza cuando Gnomeo se enamora de una jovencita que vive enfrente de su casa. De allí en más los problemas que deberán afrontar los integrantes de la flamante parejita comienzan a sucederse en un mundo mágico que soslaya los sufrimientos y ensalza las mieles de un profundo amor. La versión doblada al castellano conserva las canciones originales de Elton John, uno de los productores de la película, lo que le suma varios puntos al filme que consigue transmutar el drama en una comedia para grandes y chicos.
Cuando Shakespeare y los duendes divierten a los niños El argumento de esta producción está basado en la tragedia (o tragicomedia según algunos investigadores teatrales) “Romeo y Julieta” de quien se considera al más grande dramaturgo del mundo, William Shakespeare; que tomó la historia de una obra teatral italiana (ver información complementaria) y al recrearla logró que perdurara vigente a lo largo de casi 500 años a través de innumerables puestas y adaptaciones en teatro y en cine. La versión realizada en esta película, en la que los personajes son casi todos gnomos, está alejada del género de la tragedia porque se trata de una comedia, con mucha música (nada menos que de Elton John, también productor), dirigida al público infantil. Gnomos en el jardín y en el cine Los gnomos (o duendes) son seres fantásticos ligados a la superstición en el norte de Europa y nada tienen que ver con la mitología de los pueblos originarios de esa zona. Están más ligados a la magia y a los alucinógenos derivados de los hongos silvestres. Se los considera versados en temas de la naturaleza, especialmente sobre la tierra y la minería y que viven en ciudades subterráneas debajo de bosques o de monumentos anteriores a la era cristiana como los menhires. Se afirma que si bien son invisibles, suelen corporizarse y que en más de una oportunidad han podido ser vistos por personas que, incluso, los han fotografiado. En Alemania, alrededor de principios del siglo XIX, se comenzó a adornar los jardines con estatuas de estos pequeños seres en una gran diversidad de formas, tamaños y colores en su vestimenta La costumbre (o moda muy kitch) se extendió a casi todos los países del mundo y las estatuitas de yeso poblaron ornamentalmente muchísimos diseños de jardinería. Era inevitable que estos personajes de simpática imagen llegaran algún día a la pantalla cinematográfica. La técnica del dibujo animado enriquecida por el sistema 3D (el de los anteojos) permitió que se estrenara una película donde los personajes son gnomos. Un Shakespeare recreado y que termina bien El productor Steve Hamilton Shaw quería que los personajes y las situaciones, al ser transferidas a un guión de comedia, conservaran su esencia emocional que los hiciera creíbles para el espectador y consideró que el director Kelly Asbury era el indicado para realizar esta película porque sabría mostrar la emoción de un personaje cómico. Asbury tiene una sólida experiencia en dibujos animados, una de sus películas ("Shrek 2” de 2004) fue nominada para el premio Óscar. El argumento de “Gnomeo y Julieta” nos cuenta que en Stratford-Upon-Avon (donde nació Shakespeare) viven en casas contiguas Mr. Capulet y Miss Montague, aficionados a la jardinería con la cual han entablado una competencia tan feroz que los ha llevado a ser enemigos. En sus jardines, los dos vecinos han colocado gran cantidad de gnomos de yeso que cuando los dueños de casa no están, toman vida. Los del jardín de Mr. Capulet son los “red” y los del jardín de Miss Montague son los “blue” y son enemigos. Gnomeo, un "blue" y Juliet, una “red”, se enamoran instantáneamente cuando se conocen, pero la rivalidad de los habitantes de sus jardines hace que ese amor, en un principio, sea prohibido, arriesgado e imposible. Los enamorados lucharán para que su sentimiento prevalezca sobre todos los prejuicios y odios ancestrales. Y la lucha por defender ese amor será en medio de un montón de situaciones cómicas. Además de la pareja de gnomos enamorados que protagoniza, están en esta historia los demás personajes de Shakespeare , aunque algunos transformados como en el caso de Nannete, una rana que es la versión en dibujos animados de la “nodriza”; Lord Redbrick, el padre de Julieta y rey de los "red": Benny, el amigo de Gnomeo es la versión de Mercucio; Featherstone, un flamenco rosado representa a Fray Lorenzo y Tybalt, sin dudas es el pendenciero Teobaldo, aunque también tiene fuerza dramática Lady Bluebury, la madre de Gnomeo y reina de los "blue" que en la tragedia inglesa no tiene peso en la trama. A la adaptación para esta producción se le ha dado un perfil con una línea subliminal en contra la discriminación de todo tipo y las estériles luchas de los grupos antagónicos que no tratan de converger en una idea que pueda beneficiar a todos, y como mensaje directo está el verdadero amor, que puede vencer al más enraizado odio. Ahora hay un final feliz, no podía ser de otra manera en una realización destinada a los niños, y quizá sea el final que siempre se quiso para el cuento de los dos amantes de Verona, aunque no es la primera vez que a esta historia se le da un final con esa característica (ver información complementaria). Conclusión sobre la película La base argumental comentada quizá sea más apropiada para un público cercano a la pubertad, pero puede apreciarse en la platea que los niños más pequeños quedan atrapados por el colorido de los dibujos animados, por la simpatía de los personajes y también por la música. Es que al hacerla con personajes animados todo resulta una simpática broma cinematográfica con final feliz y todos los espectadores salen contentos porque en esta oportunidad, los amantes son “felices para siempre”.
El territorio está en llamas. Montescos y Capuletos se enfrentan a muerte. O no. O no tanto. O sí, pero ya no los dos adultos que tienen sus casas linderas (y que se ignoran con amarga vehemencia), sino nada menos que los enanos de ambos jardines; los azules contra los rojos, con buenos y jodidos entre sus filas, pero con un joven aventurero de un lado y una bellísima pequeñuela del otro, que harán lo posible para que sus bandos dejen atrás odios y capitulen en nombre del amor. Pero la crisis social enana no termina ahí... Porque el enfrentamiento entre ambas partes adquiere características violentas a poco de estallar, con invasiones de un lado de la cerca hacia el otro y amenazas varias, además de un accidente que termina con la presunta rotura (son enanos de porcelana, al fin y al cabo) de uno de los protagonistas. "¡Se estrelló!", gritan los personajitos cuando uno de ellos cae al suelo destrozado en varios pedazos, constituyendo una forma interesante y original de representar la idea de muerte (atención, maestros, psicólogos infantiles y pedagogos) en medio de un universo conflictivo pero a la vez de remarcado tono festivo. Gnomeo y Julieta, además de desplegar un altísimo nivel de la animación, al borde de cierto hiperrealismo, tiene como otro de sus méritos el reirse de algunos clichés del género de animación para niños, lo cual no es novedoso pero subraya la intención que toda una generación de realizadores viene poniendo en práctica, revitalizando a los cartoons a través de un camino que no parece tener límite. Pero el mayor tilde a favor del film es el buen uso del humor inteligente y con toques de bienvenida acidez (incluyendo la conversación de un gnomo con la estatua de William Shakespeare), a la vez que el logro de abarcar en envase de lujo un relato ameno para los más chicos de la famila.
Una pequeña adaptación La traslación gnómica de la tragedia de Shakespeare a un duelo de jardines y respectivos gnomos jardineros no funciona del todo bien. Esta Romeo y Julieta de cerámica cuenta la historia de Gnomeo, hijo de la gnoma principal del jardín azul y de Julieta, hija del patriarca del jardín rojo (enfrentados por pura extensión de los dueños de sus respectivos casas/patios/reinados) que durante una noche de camuflados colores cruzan caminos en un patio abandonado para obviamente, enamorarse. La película tiene algunos momentos simpáticos, algunos personajes que sacan una sonrisa pero nunca alcanza un gran nivel de emoción o diversión, las canciones no destacan y la acción (como la carrera de podadoras) no se distingue ni siquiera en el aspecto visual. Es por eso Gnomeo y Julieta resulta una propuesta anodina, los escasos destellos a partir de los cuales uno espera que la película de un salto y finalmente se afirme, poniéndose ágil o al menos delirante, jamás suceden. Nunca nos sentimos compenetrados con la historia, inclusive los secundarios que deberían funcionar como comic relief (y de buen corazón, muy all you need is love) resultan más que graciosos, molestos. Así la rana amiga de Julieta no transmite demasiado a pesar de su hiperactividad y el flamenco plástico confidente de su amor no logra ningún vuelo (a excepción en el que recuerda cómo perdió a su compañera en una división de bienes entre la pareja dueña del patio en donde vive). Solo algunos personajes que justamente no hablan, como el honguito mascota de Gnomeo y los conejos de cerámica, resultan atractivos. Quizás uno de las situaciones más divertidas de la película sea aquella en que la estatua de Shakespeare y el enamorado gnomo azul intercambian opiniones acerca de la obra en cuestión. El dramaturgo recuerda su obra y reafirma la genialidad de aquel trágico final, alega que ahí radica gran parte de la mística de la historia. A su vez, el entusiasta azulito (este año se vienen Los Pitufos, esta es un precalentamiento) esta en desacuerdo y se lanza a cambiar el desenlace ya conocido por todos. Viendo el resultado final uno no puede más que estar de acuerdo con la estatua del literato. Ni siquiera hace falta aclarar como termina, ¿no?
Con una brillante calidad de animación digital, muy buenas ideas narrativas y divertidas parodias sobre el cine, Gnomeo & Juliet propone un momento muy entretenido para el público infantil y a la vez fenomenal para los espectadores adultos. Especialmente por su particular recreación de los legendarios Romeo y Julieta de Shakespeare, que se vuelven aquí dos simpáticos enanos de jardín como los que decoran la entrada de algunas casas, pero dotados de pasión amorosa y rivalidad familiar. Con una indisimulable influencia de Toy story, el film de Pixar que resignificó el largometraje de animación en tres dimensiones, aquí también los personajes sólo adquieren movimiento una vez que los humanos los pierden de vista, pero en el film de Kelly Asbury, director de Shrek 2 y Spirit que también participó en la manufactura de, precisamente, Toy story, eso es sólo un detalle. Sólo hay que sentarse a disfrutar de las peripecias de estos gnomos y otras criaturas afines que cobran vida, incluyendo también la estupenda música, ya que el film tiene la particularidad de contar con un puñado de canciones de Elton John, además productor ejecutivo. Es una pena que no se estrenen copias en su idioma original, una mala costumbre reciente que impide escuchar las labores de intérpretes como Emily Blunt, Michael Caine y Julie Walters.
Ser o Gno ser Con Gnomeo y Julieta vuelve la tragedia amorosa de todos los tiempos contada otra vez “pero diferente”, animada y con música de Elton John incluida en el paquete. Desde el prólogo, la película de Kelly Asbury (uno de los directores de Shrek 2) intenta ir por rumbos de la parodia desquiciada, la aventura, la comedia romántica y el musical al estilo Disney, aunque no se define realmente por ninguno. Estamos en un suburbio colorido donde la Señora Montesco y el Señor Capuleto son vecinos de casas contiguas y se odian, en realidad se detestan. Por lo tanto, sus respectivos gnomos de jardín también están enfrentados, los azules de la señora Montesco y los rojos Capuletos. Por diferentes razones, una noche, el azul Gnomeo y la roja Julieta salen de sus respectivos jardines y casualmente se encuentran, y convenientemente se enamoran perdidamente, pero todos sabemos que ese amor es imposible. Partiendo de un buen comienzo, Asbuy despliega un universo particular para las aventuras de los pequeños gnomos de jardín. Enmarcados en animación de buena calidad rápidamente se nos muestra un catálogo de personajes divertidos, algunos lunáticos otros muy queribles, junto al creído pero noble Gnomeo y a la dulce y aventurera Julieta. Sin embargo, no todos los engranajes están lo suficientemente aceitados, por lo cual Gnomeo y Julieta termina siendo un producto entretenido pero un tanto fallido. En primer lugar la música de Elton John nunca encaja demasiado bien. Las canciones son un trámite, que dicen lo de siempre sí, pero sin verdaderas ganas. Como si el ego del bueno de Elton cayera sobre algunas secuencias y gritara ¡miren yo sir Elton compuse la música! y el amor es lo más importante y etc. Quizás si Asbury hubiera visto la gran Enredados, se habría percatado de como se hace una secuencia musical sólida y orgánica con el resto del relato. Un poco del espíritu Pixar merodea por algunos momentos de Gnomeo y Julieta, aunque sólo en la superficie, nunca llega al nivel de profundidad y emotividad que casi siempre logran John Lasseter y compañía en casi todos sus films. Pero es innegable que hay momentos de mucha acción, buenos chistes y un ritmo sostenido. El gran acierto de Gnomeo y Julieta son la cantidad de personajes secundarios “pequeños” que se pasean por toda la película, cumpliendo la misión de la ardilla de la Era de hielo, los minions ayudantes de Gru en Mi villano favorito, o el hamster Rhino amigo de Bolt y hasta los aliens de Toy Story, es decir, son motores de comedia, agregan emoción, ternura y muchas buenas risas. En Gnomeo y Julieta tenemos a los pequeños gnomos rojos que hablan al unísono y la contraparte azul que son un grupo de conejitos de cerámica y al amigo de Gnomeo un pequeño hongo cerámico sin cara ni extremidades pero lleno de expresión y bastante importante en el relato. Gnomeo y Julieta es un film de algunos momentos buenos, que se deja ver y en general entretiene. No tiene mayor pretensión por lo que logra su cometido, pero deja la sensación de que pudo haber sido un poco mas en todos los rubros. Es que existiendo Pixar no queda mas que exigirle al resto de las producciones animadas siempre un poco más y un poco mejor.
Gnomeo y Julieta de Kelly Asbury. Una de animación británica. Y de tema británico: los jardines de unas casitas tienen enanos y parafernalia de jardín. Y un enfrentamiento: Romeo (Gnomeo) es azul; y Julieta es roja, y ellos y los otros enanos de jardín (y conejos, y un flamenco, y hasta los hongos) cobran vida, y Montescos y Capuletos y Shakespeare con humor y canciones. Canciones de Elton John (también productor), quien con gran sentido del humor hasta aparece como enano de jardín con anteojos. Gnomeo y Julieta es muy simpática, breve, amable de ver y escuchar, colorida. Afortunadamente, es imposible fanatizarse, y no parecía haber en la sala (de bajo promedio de edad) fanáticos del gnomo Elton.
Bizarren Shakespeare Gnomeo and Juliet es la nueva producción de los estudios Starz Animation y Rocket Pictures, que vuelve a poner en pantalla la ya conocida historia de amor y tragedia escrita por Shakespeare, con la salvedad de que en este caso, ¡los protagonistas son 2 duendes de jardín!, pertenecientes a los "rojos" y los "azules", que deberán sortear los obstáculos más locos para poder vivir su amor en paz. Entre las voces que dan vida a estos simpáticos duendes encontramos los nombres de grandes figuras como James McAvoy (El Último Rey de Escocia, Se Busca) en el rol de Gnomeo, Emily Blunt (El Diablo Viste a la Moda, La Joven Victoria) como Julieta, y un reparto que incluye a Michael Caine, Maggie Smith, Jason Statham, Ozzy Osbourne y otras estrellas con voces características y espectaculares que nunca podremos escuchar en realidad en el cine de animación, ya que las salas cordobesas se han empeñado en embrutecer al espectador ofreciendo sólo la versión traducida, algo que me tiene bastante indignado por estos días... falta que nos hagan lo mismo que a los pobres españoles que directamente el 80% de las películas que van a ver al cine, están traducidas al gallego... imagínense "El Discurso del Rey" tartamudeando en gallego... tristísimo, pero parece que hacia allá vamos. En fin, más allá de los obvios problemas para traducir fielmente un chiste en idioma original, el film animado se las arregla para divertir casi toda la duración del metraje, exponiendo una graciosa, y por momentos bizarra versión del clásico de Shakespeare, donde se mezcla humor de salón con algunas escenas de humor negro. Los efectos de animación y los colores utilizados para darle vida a los jardines de los Capuleto y los Montesco están muy bien logrados, al igual que la banda sonora que repasa algunos grandes éxitos del gran Elton John, más algunos nuevos temas compuestos especialmente para el film. Quizás lo más criticable es la irregularidad para entretener al público, que en algunos momentos se distraía bastante y parecía no coincidir con la gracia de los chistes que se planteaban, aunque esta situación se dio de manera aislada en ciertos momentos que no fueron muchos. En conclusión, creo que es un buen film animado, con el sello característico del director Kelly Asbury quien también fue el responsable de entregarnos Shrek 2, un film que comparte el tipo de humor que se puede disfrutar en Gnomeo y Julieta. No es de esas animaciones que pasarán a la historia como Shrek, Río o Toy Story, pero definitivamente es una película entretenida, apta para humores que disfrutan de la inocencia, pero también del humor mal intencionado.
Verona se llenó de gnomos! Evidentemente la tragedia del genial William Shakespeare ha dado lugar a las más diversas y creativas adaptaciones. Desde las más clásicas y ajustadas en su puesta a la idea originaria como la de George Cukor en el año 1968, hasta la inolvidable puesta de Franco Zefirelli y la más modernosa de Baz Luhrmann con Leo Di Caprio al frente del elenco pasando por los fragmentos de esta obra que fueron incluidos en "Shakespeare Apasionado". En este caso, llega la adaptación de este super clásico al mundo de la animación de la mano de Kelly Asbury, director de "Shrek 2" y "Spirit: el corcel indomable" y que también había trabajado dentro del departamento de arte de otros proyectos tan importantes como "La Bella y la Bestia", "El extraño mundo de Jack", "Kung Fu Panda" y "Madagascar 2". Asbury evidentemente tiene un conocimiento acabado del mercado, de la técnica y del ritmo de una buena película de animación y todo eso lo pone en juego a la hora de adaptar esta tragedia a los cánones de una película para toda la familia. En este caso los Montesco y los Capuleto son dos vecinos enemistados y así también lo están los enanos de jardín y otros elementos decorativos que pueblan el fondo de sus casas. Tan antagónicos como el Boca y River, imposibles de mezclar como el agua y el aceite, tras una enemistad ancestral estas familias de gnomos, identificadas por el azul y el rojo, que se odian visceralmente, verán cruzarse sus destinos cuando los jóvenes Gnomeo y Julieta se enamoren perdidamente. La historia de amor es ya conocida por todos así que desde la misma presentación un gnomo con un altísimo sombrero intentará darle un curso distinto para poder atrapar de una manera diferente al público familiar al que va dirigida la propuesta. El guión, como ya es habitual en las nuevas producciones animadas, viene plagado de referencias a otras peliculas (la carrera de cortadoras de césped es como una versión de "Rápido y Furioso" o venera a esa carrera de autos que había en "Grease", una enanito se pasea vestido como "Borat" y el hongo compañero inseparable de Gnomeo, parece escapado de la película "Fantasía") y se las ingenia para que las peripecias por las que tienen que pasar estos dos enamorados tengan la cuota de acción, aventura, romance y hasta una pizca de suspenso. Un poco a la manera de "Toy Story" -salvando las distancias, por supuesto-, cada jardín está inundado de simpáticos personajes que cobran vida cuando los humanos no los ven. Y que dentro de cada "bando" de las familias, van acompañando la trama: un inseparable compañero para cada protagonista (en el caso de Julieta la acompaña una rana parlanchina), el malo en cuestión haciendo de las suyas, un candidato para enamorar a Julieta que parece salido de un film de "nerds", y más... Un flamenco de plástico que le contará a los enamorados de Verona su propia historia de amor (y ahí una referencia a la historia de amor de "Up", para quien quiera seguir encontrando similitudes), un ensamble de gnomos diminutos y de sombrero extremadamente largo para el "equipo" rojo -trabajando en equipo junto a un reno- y unos conejitos juguetones para el "equipo" azul completan el team para que los animadores puedan desplegar algunos gags, esquivando el verdadero drama shakespereano. Tecnológicamente impacta la textura de los personajes de cerámica (interesante el video clip con la canción donde se preparan, cada uno de los enamorados, para el encuentro y sacan brillo a sus figuras) y sobre todo el trabajo de sonido en cuanto a transmitir la fragilidad de esos personajes de cerámica que corren peligro de quebrarse en cualquier momento. Como adicional, colores luminosos y el marco de las canciones de Elton John (a quien dedican una autoreferencia en un musical del film) hacen que sea un entretenimiento liviano y divertido, tanto para los más chicos como para los grandes. Minutos antes del final, Gnomeo reflexionará sobre su situación y su destino con la mismísima estatua del propio Shakespeare que cobra vida. Es ahí donde lamentablemente el guión falla, se vuelve enciclopedista y subraya demasiado un final que a todas luces, no iba a coincidir con el original que William tuvo en su cabeza. Pero tampoco había necesidad de explicar ni vehiculizar lo obvio. Sin embargo, pese a este traspie completamente desacertado con el resto del film y que desentona completamente, "Gnomeo y Julieta" divierte, cumple con el cometido de un buen entretenimiento familiar cerrando con un musical del mejor estilo "Shrek". Además, como plus, tenemos la excusa perfecta para que salir del cine y compartir con los chicos el sabor de un buen clásico y hablar de literatura, palabra algo olvidada con toda la parafernalia tecnológica. 'Garrá los libros que no muerden!
A LA SOMBRA DE PIXAR Parodia del clásico literario de William Shakespeare, que le da una vuelta de tuerca escénica y narrativa, en lo que respecta al significado de la tragedia expuesta en el material original, y que, pese a presentar similitudes que no pueden dejarse de lado con tantas otras películas del género, es una propuesta entretenida que encantará a los más chicos. La historia presenta a los ya conocidos Romeo y Julieta, salvo que aquí son dos ñomos de jardín. En un vecindario hay dos casas cuyos propietarios se odian. Uno es amante del color rojo y el otro del azul. Es así, como todas las figuras de decoración mantienen una lucha que ha durado por generaciones y que no parece terminar muy pronto. Gnomeo, del bando de los azules, se enamora perdidamente de Julieta (rojos), por lo que comenzarán una lucha que va más allá del amor y las diferencias y que podría terminar con la existencia de ambos jardines. La película es una adaptación muy libre y paródica de la novela y, pese a que presenta la historia de manera original (el preámbulo es una de las mejores escenas de toda la cinta) y en términos generales respeta la clásica narración, aquí se cambiaron muchas cosas para adecuarla a la identidad de los personajes y al público al que está direccionada. Es por eso que, si bien hay una fidelidad correcta al trabajo de Shakespeare, el gran fuerte de esta propuesta no es el guión, sino la calidad de la animación. El trabajo realizado con los colores y las texturas es increíble, principalmente porque se juega con los quiebres, las tonalidades y los movimientos de cada personaje para crear humor. Es por eso que los dos protagonistas, los pequeños duendes y la rana, logran destacarse del resto, no por lo que dicen o hacen, sino por la creación de los movimientos que poco a poco los va identificando. El humor es inocente y está bien logrado durante todo el transcurso de la narración; hay un planteo muy interesante con las voces y las personalidades de los roles. A su vez, se presenta una banda sonora que acompaña muy bien lo que va sucediendo y, pese a que las referencias físicas a Elton John son varias e innecesarias (hay dos partes en las que diferentes personajes lucen el aspecto del músico), hay momentos en los que las canciones están muy bien implementadas, es el caso de "Hello Hello", que presenta un dúo muy interesante con Lady Gaga. El principal problema de la película cae en la falta de ideas a la hora de rematar y de presentar situaciones que le aporten otros matices a la propuesta. En cierto momento aparece un personaje que tiene un pasado complicado y, copiando el estilo y el dramatismo de, por ejemplo, la vida de Jessie o la pérdida de la sonrisa del payasito en "Toy Story 2" y "Toy Story 3", respectivamente, intenta crear un poco de emoción, pero la referencia es tan fuerte y directa que se ve destruida en segundos. A su vez, se crea una parodia algo burlona sobre el material original, más precisamente sobre el final, que está demás y mantiene una línea narrativa innecesaria y fuera de lugar. La conclusión aquí expuesta está muy bien, el cambio lógico para que los chicos no salgan espantados del cine está muy bien logrado, pero esa aparición de Shakeapeare en forma de estatua y la siguiente discusión con Gnomeo sobre el final está de más. "Gnomeo y Julieta" por momentos parece ser una mala copia de los grandes éxitos de Pixar (la vida secreta de los objetos inanimados; el pasado de uno de los personajes; y la repentina aparición de una muñeca que hace referencia directa a "Toy Story"); con un buen trabajo por parte de cada intérprete bocal; con referencias a otras películas de Hollywood interesante; y un humor que entretiene. Una propuesta muy buena por el lado de la animación, pero que carece de la imaginación, el ingenio y las sorpresas necesarias para convertirla en una buena película. Los chicos saldrán encantados, los grandes encontrarán muchas similitudes con otros trabajos de mejor calidad. UNA ESCENA A DESTACAR: amor a primera vista.
Gnomeo y Julieta pertenecen a dos familias de duendes de jardín enemistadas desde hace años. Los rojos y los azules jamás se mezclan y cuando sus dueños no están a la vista, libran una batalla sin cuartel por obtener el triunfo en cuanto competencia en miniatura ellos se propongan. Durante la cacería de una bella flor, ambos adolescentes se conocen y, cuando descubren que perteneces a clanes opuestos, deciden continuar con su amor en secreto. ¿Vivirán felices o cumplirán con el destino preestablecido del trágico final de sus casi homónimos? Dirigido por Kelly Asbury (“Shrek 2”) esta original adaptación para el público infantil del relato de William Shakespeare es una necesaria puesta al día del clásico de la narrativa mundial utilizando toda la variedad de estatuillas de jardín para la infinidad de personajes secundarios que acompañan a la pareja protagónica. Por más escalofriantes que puedan resultarnos esas impertérritas formas de cerámica en la vida real, aquí lucen tiernas, adorables y amistosas. Además, los clásicos y dos canciones nuevas de Elton John –acompañado por Lady Gaga en la inédita “Hello, Hello”- son un plus para los adultos que acompañen a sus hijos. Ya lo dicen sus responsables en la introducción: “esta historia se ha contado varias veces, pero lo vamos a volver a hacer porque resulta divertido”. No se equivocaron.