ESPERANZA COLECTIVA "El Director y Guionista Juan Pablo Lepore, nos presenta en esta oportunidad, un documental que reivindica, el derecho a la tierra y a la dignidad de los pueblos trabajadores, comunidades organizadas en función del bien común. Del otro lado, el odio, la concentración de la riqueza indiscriminada y el desprecio encarnado en la violencia que ejercen sistemáticamente y muchas veces en complicidad con los gobiernos de turno" COLECTIVO DOCUMENTAL SEMILLAS PRESENTA En tiempos de acompañamiento a las normativas sanitarias vigentes a raíz de la pandemia por COViD-19, los invitamos a este ESTRENO NACIONAL La vuelta al campo...luchas campesinas por el buen vivir, 2020 En un contexto neoliberal marcado por la pobreza y la exclusión, la redistribución de tierras junto con la producción de alimentos forma parte de La vuelta al campo. Los campesinos que fueron desalojados por el avance de la frontera agropecuaria vuelven a la ruralidad construyendo una alternativa frente a tanta desigualdad. GANADORA en el “V FESTIVAL DE CINE ETNOGRÁFICO DE ECUADOR” y en el “FIORENZO SERRA FILM FESTIVAL” de Italia, ambos durante 2020. MENCION ESPECIAL en el “LIFE AFTER OIL” de Cerdeña, Italia. El largometraje "LA VUELTA AL CAMPO, luchas campesinas por el buen vivir" es el quinto documental dirigido por Juan Pablo Lepore. Su estreno mundial fue en el Festival Internacional de Cine Ambiental FINCA 2020. Luego de esa presentación el film fue seleccionado por 20 festivales internacionales. Entre ellos, el WIP 2018 (Work In Progress) del 51° FICVIÑA Festival Internacional de Cine de Viña del Mar. En 2019 fue selección oficial para el Santiago Festival Internacional de Cine SANFIC NET 15. ESTRENO NACIONAL EN CINE.AR JUEVES 20 DE MAYO - 18:00 HS Repite: Viernes 21 de Mayo 06:00 hs y 12:00 hs MOTIVACIÓN PALABRAS DEL DIRECTOR JUAN PABLO LEPORE "La idea de este proyecto surge de la necesidad de hacer visibles las dificultades que ocurren en el campo profundo, en los territorios de los agricultores, donde el agronegocio avanza y obligan a las comunidades a abandonar sus tierras. Este documental muestra que es posible regresar al campo y recuperar esas historias, ese estilo de vida, construyendo un futuro mejor para sus hijos. El largometraje evidencia que la vuelta al campo es una herramienta de transformación social, se trata de hacer visibles los conflictos y trata de ver más allá de los problemas, ofreciendo una alternativa concreta, que plasma el trabajo de las organizaciones rurales que han estado produciendo alimentos saludables durante muchos años e invitando a la recuperación del territorio para proporcionar a la población alimentos locales y saludables." JUAN PABLO LEPORE / DIRECTOR Nació en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina el 10 de Abril de 1982. Estudió en la Universidad de Buenos Aires, en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido. Se desempeña como productor, guionista y director de sus películas. "La Vuelta al campo" es el 5to largometraje de Lepore. Los trabajos anteriores estrenados comercialmente son "Sin patrón, una revolución permanente" (2014), "La Jugada del Peón, el agronegocio letal" (2015), “Olvídalos y volverán por más, megaminería y neoliberalismo” (2016) en competencia oficial a Mejor Largometraje Nacional en el Festival de Cine Político (FICIP) 2017. Agroecología en Cuba, estrenada el 24 de agosto de 2017, ha sido seleccionada en competencia para 10 festivales internacionales y proyectada 150 veces por todo el país. "Buena oportunidad para reflexionar y plantearnos, quizás sobre la crisis del paradigma neoliberal, que socava y atomiza a las sociedades, provocando rupturas y rencores. La pregunta entonces sería ¿Queremos una sociedad para pocos o una más justa y equitativa? Clasificación: 8/10 FICHA TÉCNICA Título original: La vuelta al campo...luchas campesinas por el buen vivir Género: Documental País: Argentina Duración: 73 minutos Guión, dirección y producción: Juan Pablo Lepore Dirección de Fotografía: Catriel Marmo Montaje: Juan Pablo Lepore - Mónica Simoncini - Omar Neri - Yasmín Dávalos - Jessica Gherscovic Cámara y fotografía: Juan Pablo Lepore - Catriel Marmo - Nicolás Van Caloen -
En un contexto marcado por la pobreza, la exclusión y la redistribución de tierras junto con la producción de alimentos son los elementos centrales de este documental que transita con fuerza y calidez la pobreza y la esperanza de esos pobladores que sobreviven a fuerza de coraje y de esperanza. En torno de estos elementos aparecen los campesinos que fueron desalojados por el avance de las más modernas tecnologías y que, empecinadamente, vuelven a sus tareas rurales construyendo una audaz alternativa frente a tanta desigualdad. El director Juan Pablo Lepore (Sin patrón, una revolución permanente; La jugada del peón, el agronegocio letal) supo, con su cámara inquieta, lograr la necesidad de hacer visibles las dificultades que ocurren en el campo profundo, donde el negocio de los grandes terratenientes avanza y obliga a las antiguas comunidades a abandonar sus tierras. No escaparon tampoco para el realizador las similares condiciones de vida de los campesinos brasileños, quienes se muestran aquí siempre dispuestos a reunirse en cooperativas unidas por la tenacidad y el esfuerzo cotidiano. A través de las palabras de varios de esos trabajadores y de quienes se convirtieron en sus amigos se evidencia que es posible la vuelta al campo y que se puede retornar al estilo de vida que ayuda a construir un futuro mejor para sus hijos.
Prácticamente a un siglo del Grito de Alcorta, donde curas y comerciantes se unieron a socialistas y anarquistas en defensa de los chacareros, y un siglo justo de la primera ley de arrendamientos rurales, consecuencia de ese Grito, este film retoma el sueño último de aquellos hombres: “la tierra para el que la trabaja”. Y pone el acento en la llamada usucapión, o posesión veinteañal, forma jurídica mediante la cual una persona o grupo que ocupe, trabaje y mejore una propiedad abandonada, pagando además todos los servicios e impuestos, puede reclamarla para sí al cabo de veinte años. El concepto se ilustra con la actividad de unas cooperativas rurales de Jocolí, Campo de los Andes (ambas, Mendoza), Dique Chico (Córdoba) y Jáuregui (Provincia), sus diversas producciones, luchas y expectativas. También, el aporte de un abogado (“la ocupación pacífica es un derecho, violenta es una usurpación”), fragmentos de viejos documentales de Abelardo Cabrera y Raymundo Gleyzer, el modelo brasileño del Movimento Sem Terra y los encuentros convocados por diversas asociaciones locales que insisten en el desarrollo de mercados regionales, el rechazo de agrotóxicos (la consigna es “comer sano, seguro y soberano”) y la vuelta al campo de quienes hoy se amontonan en villas miserias. Esto último suena un poco idealista. En todo caso, el registro de una toma de tierras donde un chico bienintencionado proyecta “una escuelita de boxeo, clases de murga” no parece ir en el mismo sentido de las cooperativas rurales destacadas en primer término. Autor, Juan Carlos Lepore (“La jugada del peón”, “Agroecología en Cuba” y otros).
Podríamos ser piadosos con este documental si pasamos por alto lo mal filmado y editado que está en el estricto sentido cinematográfico. Pero una vez tolerada la mediocridad estética del mismo, debemos caer en el sinfín de manipulaciones y testimonios lamentables que el realizador acumula para corroborar lo que el piensa. En esencia la película es una defensa sin matices de la toma de terrenos y las usurpaciones. A esto le suma la idea infantil de que el campo puede volver a ser el que era varios siglos atrás. Es insólito que alguien que estudia un tema termine haciendo una película tan básica, torpe y aterrada de poder mostrar algún matiz de complejidad o contradicción. Algunas perlas es cuando alguien menciona a un abogado con corbata como sinónimo del mal o un abogado que dice que las personas son como los animales, en teoría apoyando la teoría de que pueden por eso ocupar las tierras. Tiene la música y las canciones de un cine abandonado y olvidado en todo el planeta desde hace más de cuatro décadas. Un nivel de negación de la realidad mundial y una malintencionada denuncia contra los sistemas que han sacado a más gente de la pobreza en toda la historia de la humanidad. Un cine de barraca que no le sirve a nadie porque como ya sabemos, el mal cine es mala política. Después mezcla temas de manera torpe y forzada, lo que por momentos da pena, ya que seguramente hay causas nobles perdidas en este cambalache. Volviendo al comienzo, si las ideas del film fueran correctas -no logra demostrarlo- y el director tuviera un poquito de coraje y un mínimo de inteligencia para darle complejidad a su tema, no podríamos igualmente dejar de notar lo más filmada que está. Con el apoyo del INCAA en medio de un cine argentino destruido y silenciado. Como broche de oro la película tiene la arrogancia de sumar imágenes de Raymundo Gleyzer, un cineasta con más talento y valentía que este documental irrelevante y mal filmado.
“La Vuelta al Campo” de Juan Pablo Lepore. Crítica En un contexto neoliberal en la era macrista marcado por la pobreza y la exclusión, la redistribución de tierras junto con la producción de alimentos forman parte de la vuelta al campo. Los campesinos que fueron desalojados por el avance de la frontera agropecuaria vuelven a la ruralidad construyendo una alternativa frente a tanta desigualdad El documental muestra la lucha de organizaciones sociales rurales que trabajan la tierra, pequeños productores que luchan porque se le reconozca como propietarios de tierras que no eran trabajadas. También registra experiencias con el Movimiento sin Tierra de Brasil, con los trabajadores rurales en Mendoza y con la Unión de Trabajadores de la Tierra, la cual viene marcando una agenda a partir de las acciones que llevan adelante como los verdurazos. Una lucha de trabajadores rurales que ha tomado relevancia en el marco de la crisis provocada por el gobierno de Macri El film es importante para mostrar mostrar la lucha por la tierra y la reforma agraria, herramientas históricas de luchas de clases y la que genera la posibilidad de pensar que puede existir un futuro distintos para poder ganarle a agronegocio que han traído tantos problemas a las poblaciones de Latinoamérica. En momentos álgidos, donde se debate las retenciones a las exportaciones agrarias y el hambre ha vuelto pegar duro en la Argentina, el documental “La Vuelta al Campo” resulta una luz de esperanza en la lucha por lograr la soberanía alimenticia. Una muestra de las disputas territoriales y de la necesidad de repensar que modelo alimenticio queremos promover, el industrial o el mercado de la agroindustria familiar, que venden productos sanos y creados a partir de trabajo digno. Puntaje: 90
“La vuelta al campo”. El valor de lo propio, Critica. El documental de Juan Pablo Lepore ganador en el V Festival de Cine Etnográfico de Ecuador y en el Fiorenzo Serra Film Festival de Italia, muestra la lucha por las tierras de distintos grupos marginados. El largometraje da visibilidad y acompaña a los colectivos sociales que se oponen día a día a las injusticias de las políticas económicas neoliberales, al desarraigo, al avance de la frontera agrícola proponiendo una perspectiva concreta de producción de alimentos con la finalidad de abastecer de comida sana, sin la utilización de venenos, a las ciudades y centros poblados. La construcción de su relato muestra buenas elecciones a la hora de cómo contar la historia, para convertirse en una verdadera obra de arte. Con un narrador selectivo logra conectar a las distintas situaciones que se viven desde agrupaciones tanto en Argentina como en Brasil, y además da más sentido a la argumentación ya que permite acceder a información inaccesible o poco natural de otra manera. Con la ayuda de testimonios destacados como el de Osvaldo Bayer (historiador, y escritor periodista), Federico Alieaga (abogado de derechos humanos), Sofia Gatica (activista medio ambiental), y Paula Luz (Maestra – educadora popular). Con la suma de distintos grupos sociales como Colectivos de Territorios y Derechos Humanos, Movimiento de los trabajadores sin tierra (MST), Cooperativa de Produccion Agropecuaria Charqueada (COPAC), y Union de Trabajadores de la Tierra (UTT), lograron exponer otra perspectiva del deterioro del alimento y de la vida en los grandes centros urbanos. El tema de la agroecologia es un tema que toma fuerza día a día, y su lucha contra los grandes monopolios se hace más evidente. El director, en su quinta producción, trae una gran narrativa que permite al espectador profundizar aun mas en este hecho. El cual, ante un planeta sumido en una crisis medioambiental es algo que toma mucha importancia. En conclusión se trata de un film muy bien logrado, desde la selección de testimonios y lugares, hasta la selección del narrador son elementos que contribuyeron para el armado de un gran relato que nos permite ver la perspectiva de aquellos a los que se categoriza como “marginados”.
“La vuelta al campo” de Juan Pablo Lepore. Crítica. Estreno nacional en Cine Ar el 20 de mayo a las 18 hs. Es el quinto documental dirigido por Lepore. Su estreno mundial fue en el Festival Internacional de Cine Ambiental FINCA 2020. Ha sido ganadora en el V Festival de Cine Etnográfico de Ecuador, en el Fiorenzo Film Festival de Italia y mención especial en el Life After Oil de Cerdeña Italia. Por Nito Marsiglio. El film comienza con unas fotografías en blanco y negro de vallas policiales y policías golpeando a campesinos, aparece un cartel indicativo “Represión en Constitución – 15 de febrero de 2019 Buenos Aires Argentina”, mientras se escucha en off gritos y sonidos de golpes. Esa manifestación se llevó a cabo por agrupaciones de pequeños productores agrícolas que llevaban sus productos, como verduras, frutas, etc. El motivo de la misma era los bajos ingresos que reciben a pesar del alto costo que paga el consumidor lo que deja en claro el gran negocio de los intermediarios. En todo momento una voz en off va explicando los motivos de la protesta. Continúa planteando el derecho a la tierra y los problemas de los latifundios. Aparece Osvaldo Bayer hablando del tema de la reforma agraria. A partir de allí el tema central por donde gira el documental es sobre los distintos casos de tomas de tierras ocurridos en la última década. Se entrevistan a distintas personas que participan de las tomas como también a miembros de distintas organizaciones populares que promueven la toma pacífica de tierras no ocupadas. Se muestra como se van organizando los barrios, como van construyendo las viviendas y los lugares comunitarios.
TIERRA Y PANFLETO El documental de Juan Pablo Lepore plantea el problema de la tierra como base para los grandes conflictos que atraviesa la humanidad, desde su distribución igualitaria y el derecho a la propiedad hasta el calentamiento global; desde la desocupación y los métodos de producción agrícola, pasando por la reestructuración social que permitiría el regreso de buena parte de la sociedad a la zona rural. Claro que hay buenas intenciones y bastante voluntarismo en La vuelta al campo, pero también la exposición de temas con demasiada liviandad o generalidad (como cuando se habla de la ocupación de tierras, por ejemplo), sin confrontar puntos de vista ni aportar otras miradas más allá de la que el realizador pretende reforzar y subrayar. Mientras avanzan los minutos uno comprende que La vuelta al campo es en definitiva un panfleto antes que una película, un film para convencidos que busca sumar a la militancia por determinada causa. El cine nacional tiene antecedentes más que valiosos en materia de cine político (por allí se cita alguna película de Raymundo Gleyzer), y si bien aquellas películas podían incurrir en discursos encendidos, había un conocimiento de las herramientas cinematográficas que le aportaban una energía relacionada puramente con la acción de fondo. En el caso del film de Lepore esto no sucede, y lamentablemente naufraga en un mar de deseos y conveniencias partidarias, como en el recorte cronológico que hace de los reclamos por la tierra en el país. En el amontonamiento de temas y propuestas que hace sin demasiada organicidad, la película de repente encuentra un punto interesante cuando exhibe el trabajo que llevan adelante los campesinos brasileños. Son esas instancias -donde se comprueba desde lo empírico- en los que el documental descubre un rumbo posible, y nos muestra que corriéndose de algunas urgencias había un tema interesante que merecía un mejor tratamiento.
La vuelta al campo es un documental urgente que nos hace ver uno de esos temas que a pesar de tenerlo frente a nosotros, no solemos ver en profundidad. Que todavía en el SXXI la tierra, su reparto y las formas de explotación sean un tema candente parece mentira, pero efectivamente, es bien candente y diríamos que urgente si realmente tomáramos el tema en su verdadera complejidad. La tierra y su explotación no es tema de chacareras o cuecas setentistas que hablan de latifundios y explotación, es un tema bien concreto que no solo interesa a cientos de miles desheredados de la tierra que buscan una parcela para sembrar, sino que hace a la alimentación de todos nosotros. El monocultivo impulsado por las empresas de agrotóxicos configuran un negocio que daña a los pueblos fumigados con productos cancerígenos y nos perjudica a quienes consumimos esos alimentos que nos llegan después de un proceso que encarece el producto de la tierra y que además, tenemos a disposición después de un proceso donde los únicos que ganan son las grandes empresas. El 36 por ciento de los alimentos de la tierra son producidos por el uno por ciento de los propietarios de las tierras. La iniciativa toma como ejemplo los movimientos de los “Sin tierras” que en Brasil lograron que desde 1988 la reforma agraria sea un tema aceptado por la constitución. No es que ese solo derecho constitucional haya arreglado las cosas en Brasil pero es un espaldarazo para todos esos movimientos sociales. En la Argentina la lucha no es menor existe una puja por el control de la tierra y de las estructuras de producción que buscan solucionar el problema de esas cooperativas de gente que necesita que se les reconozca la propiedad de sus parcelas en disputa sino que también esas unidades productivas logren que sus producción sea aceptada en las ciudades y pueblos de cercanía. El proceso de deterioro ambiental es innegable pero quizás a pesar de todo estemos a tiempo de lograr que las organizaciones populares saque a la gente de las ciudades y de sus periferias donde se amontonan en barriadas, donde ya no hay más espacios a menos que el proyecto sea el de alimentar el proceso de marginación. La reforma agraria que muestra este documental como proyecto social económica tiene propuestas para una explotación más racional que devuelva a los trabajadores de la tierra a sus orígenes. Un proyecto alternativo de vida que se opone a los agrotóxicos y a la explotación de las tierras sin un proyecto social. La batalla que muestra la película de Juan Pablo Lepore no es fácil ni es nueva pero vale la pena conocer su existencia y valorar su existencia. Reseña publicada en oportunidad del estreno en Cine.Ar Tv el 20 de mayo de 2021. LA VUELTA AL CAMPO La vuelta al campo. Argentina, 2020. Guión, dirección y producción: Juan Pablo Lepore. Dirección de Fotografía: Catriel Marmo. Montaje: Juan Pablo Lepore, Mónica Simoncini, Omar Neri, Yasmín Dávalos, Jessica Gherscovic. Cámara y fotografía: Juan Pablo Lepore, Catriel Marmo, Nicolás Van Caloen, Yasmín Dávalos, Alejandro Díaz Odiard. Sonido: José Carlos Albornoz. Etalonaje: Alejandro Díaz Odiard. Música: José Carlos Albornoz. Foto Fija: Alejandro Díaz Odiard, Natalia Bernhttps://youtu.be/OcnfKj8SmCQades. Duración: 73 minutos.
Complicada propuesta en donde el límite entre el panfleto y el documental se transforma en la medida de una película como esta. Independientemente de algunos puntos que pueden ser considerados en la siniestra e inescrupulosa explotación de la fuerza laboral y materias primas, no hay cine en su factura.