Para reírse en casa Las comedias argentinas generalmente toman como punto de partida el amor y la amistad, por separado o en conjunto. Pocas veces se innova con una temática distinta, y cuando esto sucede es para prestar atención. Las Ineses (2016) se convierte entonces en una interesante mezcla de comedia y drama, en la cual su protagonista es el misterio y su guion lo más atrayente.
El retorno del costumbrismo Cuando el costumbrismo en el cine argentino parecía haberse ido para no volver, el director de Buenos Aires 100 kilómetros (2004) y La vieja de atrás (2010) recupera este formato en el cual el mate, los modismos en el habla y las confusiones, están a la orden del día. La misma premisa de Las Ineses (2016) surge de un enredo: en 1985 dos bebas recién nacidas, una rubia y otra morocha, son cambiadas al nacer por sus familias, generando más de una situación cómica al respecto. Ambas familias vecinas y de apellido García, los rubios Pedro (Luciano Cáceres) y Carmen (Brenda Gandini), y los morochos Ramón (el brasilero André Ramiro) y Rosa (Valentina Bassi), están hartos de ser confundidos en el barrio e interpretan el color de piel “no esperado” de sus hijas como un error del personal del hospital. Por eso, ante la angustia post parto no dudan en trucar a las recién nacidas. Los hechos se precipitan entre enredos tragicómicos y prejuicios familiares. Esta coproducción entre Argentina y Brasil cuenta con varios rostros habituales de la televisión en su reparto, asociados a este género de mayor éxito en la pantalla chica que en el cine, siendo emblemático el caso de María Leal, eterna mujer bondadosa y familiera desde la recordada tira Grande Pa, repitiendo rol en el papel de la abuela de tez blanca. El director Pablo José Meza retoma un cine anclado en los vínculos, con acento en las asperezas que surgen de la fusión de personajes arquetipos. Tanto en sus anteriores películas como en Las Ineses, el humor surge de momentos incómodos desplegados en rutinas “cotidianas”. Los conflictos no surgen, sino que se presentan casi por azar acrecentando la fricción entre las personas. En su tercera película (la más cómica de todas) el realizador tiene dos puntos a su favor: por un lado, su corta duración –apenas 70 minutos- que hacen fluida y breve a la jocosa trama, por el otro, su intención de sostener el humor en todo momento para eludir golpes bajos que bien podrían desprenderse de las situaciones trágicas, tan cliché en el género costumbrista. Sin embargo, el resultado final deja sabor a poco, en una película que deambula entre varias circunstancias simpáticas pero que toma el tema de la identidad, los prejuicios, el machismo, los silencios, o la religión superficialmente, para centrarse en la comedia pasatista sin reflexionar sobre aquello que narra.
Las ineses es una película rara de definir y clasificar por varios motivos pero por sobre todo porque es bastante atípica en el cine argentino moderno. Primero que nada llama mucho la atención su corta duración (74 minutos) y luego el tipo de comedia negra que no llega a ser tal y queda un especie de híbrido raro. ¿Esto es algo malo? La verdad que no porque el film funciona muy bien en lo que plantea y te hace reír (pero no tanto). Sin dudas su mayor atractivo es el ensamble actoral con una María Leal fantástica y sin desperdicios y un Luciano Cáceres lejos de galán/tipo duro y más campechano. Brenda Gandini sorprende para bien y te deja con ganas de ver más trabajos de ella en la pantalla grande. El director y guionista Pablo José Meza, responsable de una de mis películas nacionales preferidas (Buenos Aires 100 kilómetros, 2004) vuelve a establecer un “setting” muy certero y entrañable en todo sentido, desde la recreación de los diferentes períodos históricos mediante detalles hasta diálogos muy significativos. Pero sin dudas una de sus mayores habilidades es dirigir niños y aquí son muchos y están todos muy bien. Es raro que algo así suceda. Lo único que no me gustó (pero que entiendo) es el final abrupto básicamente porque es una película que te deja con ganas de más de esos personajes. Las ineses es un film con mucho corazón y que te hace reír, una verdadera joyita del 2016.
CAMBIADAS AL NACER Es una comedia fresca, con mucho ritmo sobre un tema que podía ser dramático pero que se resolvió con humor y picardía en la línea de las comedias blancas y de enredos. Con la dirección de Pablo José Meza y con guión de Victoria Mammoliti y Meza, la comedia transcurre en 1985, en un pueblo no determinado, donde dos vecinas que tiene el mismo apellido de casadas, (García) dan a luz en la única maternidad del lugar casi al mismo tiempo. El problema es que por un lado están los rubios (Gandini, Caceres, Leal) y por el otro los morochos (Bassi y su marido brasileño) y en la entrega de los bebes hay una supuesta evidente equivocación. Con sentido práctico las dos nenas serán bautizadas con el mismo nombre. Con vueltas de tuerca graciosas y personajes bien pensados, especialmente el encarnado por María Leal una verdadera experta en el ritmo que necesita el género. Igual de efectivos resulta un elenco bien elegido de buenos actores que aportan lo suyo para que el divertimento llegue a buen puerto.
Comedia ramplona de chistes oxidados Las Ineses parte de una premisa forzada: dos vecinas con el mismo apellido de casadas dan a luz el mismo día en la misma maternidad y sospechan de un presunto intercambio de las bebas. Y la sostiene como puede a lo largo de una historia que avanza a los tropezones, mayormente a expensas de una suma de arbitrariedades que el guión hilvana sin culpa ni control. Las situaciones, el registro de actuación y la sobrecargada banda sonora remiten a los procedimientos más ramplones de la comedia televisiva. La insistencia con el oxidado chiste de la suegra transformada en bruja no ayuda demasiado: se podría pensar que es el personaje que le toca en suerte a Luciano Cáceres, quien estigmatiza al de María Leal, pero no: la película ratifica su condición de "yeta" vinculándola despreocupadamente con la desgracia de Maradona en el Mundial 94.
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Las mujeres de dos familias que viven en casas linderas van el mismo día al hospital y dan a luz a dos bebas. Cuando se las entregan, parece claro que la morochita que le dieron a la rubia (Brenda Gandini) y la blanca de ojos claros que le acercaron a la mamá más "marrón" (Valentina Bassi), son fruto de un error del hospital. Las madres deciden llamarlas Inés, en medio del griterío en el que todos opinan: la suegra omnipresente (María Leal), el marido (Luciano Cáceres) y las otras hijas. En clave de comedia blanca y costumbrista, Las Ineses guiña al cine argentino de otro tiempo y observa a estas familias del interior, clanes en los que las mujeres eran multimadres sin cuestionamientos. El oficio de sus actores le aporta fluidez y credibilidad al folclorismo argumental, pero habrá cambios de tono desconcertantes, acaso en la búsqueda de provocar emociones.
Disparatada comedia sobre bebés cambiados por error al nacer. Situados en algún lugar del interior del país, en los años ’80 dos familias de apellido García, embarazadas ellas, una rubia y una morocha, (siendo vecinos) cuando van a dar a luz, los bebés son cambiados al nacer… o después? Con un muy lindo elenco, la pareja protagonista conformada por Luciano Cáceres (Pedro) y Brenda Gandini (Carmen) muy bien caracterizados. La suegra Dominga, desopilante trabajo de Maria Leal. La otra pareja: Valentina Bassi (Rosa) y André Ramiro (Ramón) y muchos niños donde se destacan las “Ineses” Fiona Pereira (la morocha) y Brisa Medin (la rubia). Con un guión muy divertido y un colorido elenco se presentan desde este jueves 13 en las salas de cine “Las Ineses” una historia entretenida para ir a ver con toda la familia.
Pueblo chico, infierno grande El director y guionista Pablo José Meza apuesta, una vez más, a llevar a la pantalla grande los secretos ocultos en los pueblos del interior de Argentina. Sin duda, esta temática con que debutó y brilló en su primer largometraje en coproducción con Francia (Buenos Aires 100 Kilómetros, 2004) lo inspiró a llevar adelante Las Ineses (2016). En ambas películas, la trama gira en torno a descifrar la psicología de los vínculos humanos; en aquella oportunidad, entre adolescentes, y aquí, entre adultos que, a raíz de sus prejuicios, se comportan como niños. Su tercer trabajo, Las Ineses, es una comedia blanca que cuenta la historia de dos bebas que se apellidan García y, según sus padres, fueron cambiadas, erróneamente, el día de su nacimiento en el hospital. Así comienza esta increíble historia protagonizada por un elenco de primera que tiene como figuras centrales a María Leal, Brenda Gandini y Luciano Cáceres, cuya actuación se destaca porque sale del estereotipo del trillado villano para el que lo convocan directores como Daniel Capasoro (100 Años de Perdón, 2016). Aquí se ve Cáceres atípico, renovado y fresco, que incursiona impecablemente en el protagónico de un Pedro bondadoso e ingenuo. El film transcurre en 1985, cuando aún no era habitué realizar pruebas de ADN para determinar la paternidad de un niño; la llave para entender los códigos presentes en la trama la marca el pulso de la artística de las escenas. Allí se exhibe la combinación perfecta entre montaje, arte y vestuario, que permite recrear aquel entrañable cine argentino costumbrista, cuya locación era un pueblito lejano de Buenos Aires quedado en el tiempo. Comprender esto resulta crucial para poder reír con las situaciones tragicómicas que empapan al guión y dan vida a sus personajes. Es a través de este recurso, en conjunto con los modismos de sus personajes y la musicalización del film –crédito aparte para Jader Cardoso y Leo Henkin-, que el director logra eficazmente sumergir al espectador en esta premisa peculiar, donde dos familias aseguran, post-parto, al ver la tez de sus niñas que no les pertenecen: “Ésta beba es Morochita, y si usted se fija doctora, todas mis otras nietas son rubias como sus padres”, exclama, aterrada, la abuela Dominga (María Leal), mientras señala a su hija Carmen (Brenda Gandini) y su yermo Pedro (Luciano Cáceres). Entretanto, se escuchan los gritos desconsolados provenientes de la sala de parto de al lado, donde daban a luz sus vecinos, brasileros, los García. El negro Ramón (André Ramiro) acusa de infiel a su mujer, Rosa (Valentina Bassi), al ver que su niña era rubia y de ojos claros. A grandes rasgos, el guión avanza unidireccionalmente: busca resolver esta supuesta confusión de origen bajo el lema principal “La familia no se elige. O si…”. En este sentido, su corta duración (apenas 70 minutos) resulta acorde, y la trama funciona hasta que las niñas -interpretadas por las debutantes Fiona Pereira y Brisa Medina- van creciendo. Pero pasan los minutos y el eje pareciera no llegar a encausarse. Mientras las pequeñas se hacen amigas inseparables, sus familias atraviesan un híbrido de situaciones y peripecias que no se terminan de resolver. En conclusión, Las Ineses, abre demasiados frentes que no consigue cerrar en su plenitud y deja con ganas de ver una segunda parte ¿Estrategia de marketing? Tal vez.
UNA MARAÑA COSTUMBRISTA Las ineses, de Pablo José MezaPablo José Meza, director de La vieja de atrás (2010), apuesta en este nuevo film a una estructura con muchas condiciones y aspectos que ya hemos visto en otras comedias y ficciones de enredos. El plural del sustantivo propio de Inés es acertado puesto que los embrollos nunca son singulares, siempre se necesita más de uno para enmarañarse y, si la comedia se enredó lo suficiente, logrará hacer brotar, del centro del nudo, algo de risa, cuando menos una mueca. La trama, ambientada en los 80 y 90, es sencilla y recuerda a grandes éxitos de taquillas de aquellas décadas a los que inevitablemente guiña, particularmente Big Business (estrenada en Argentina como Sopa de gemelas) y Twins, ambas de 1988. Por supuesto, la complicación no es la misma entre una y otra, así como entre estas y Las ineses. Pero el film de Meza conserva el incordio básico de la confusión de la identidad y la ligazón hereditaria; más allá de si la cuestión radique en la mezcla de bebés o bien en el distanciamiento entre hijos y padres dada tal confusión. Los García son dos familias vecinas y amigas. Por un lado, los rubios de ojos claros (Cáseres, Gandini) y, por otro, los morochos (Ramiro, Bassi). El enredo parece elemental así como sus implicancias en un momento en el que los estudios genéticos, para determinar los lazos sanguíneos, no existían. Pero Meza trabaja para hacer de lo primario y evidente algo que esté un poco más allá de una simple historia de confusiones adornada con elementos locales. Las madres, los padres y la abuela -interpretada por María Leal- configuran hipótesis que arman y desarman en función de los diversos sentimientos encontrados que van padeciendo y en función de cómo la duda escala en cada familia. Como solución provisoria las madres deciden ponerles el mismo nombre, aprovechando que las niñas poseen el mismo apellido. Como parte de la misma lógica, las bautizan el mismo día y cada madre es la madrina de la otra niña. Si Meza adiciona algo relativo a esta temática (“bebés mezclados al nacer”) es la pluralidad, además del costumbrismo. Las confusiones a veces no son de dos, sino que pueden ser de muchos más implicados. Y, aquí uno de los mayores aciertos, los embrollos pueden resolverse parcialmente como no hacerlo jamás. LAS INESES Las ineses, Argentina / Brasil, 2016 Dirección: Pablo José Meza. Guión: Victoria Mammoliti, Pablo José Meza. Intérpretes: Luciano Cáceres, Brenda Gandini, María Leal, Valentina Bassi, André Ramiro. Música: Jader Cardoso, Leo Henkin. Fotografía: Carla Stella. Montaje: Claudio Fagundes, Mauris Hansen. Duración: 73 minutos.
Su trama resulta sencilla, entretenida, tierna, con algunos enredos y momentos tragicómicos. Es realista porque muchas de las situaciones que muestran pueden llegar a suceder, como así también los hechos y costumbres. Bien ambientada, contiene una buena gama de colores y al ser un film de pocos minutos la favorece. Los protagonistas están muy bien cada uno en sus roles. Se destacaMaría Leal en un papel para descostillarse de risa.
Crítica emitida por radio.
Crítica emitida por radio.
Las Ineses es una comedia con tintes de humor negro dirigida por Pablo José Meza (Buenos Aires 100 Kilómetros) y protagonizada por Brenda Gandini, Luciano Cáceres, María Leal y Valentina Bassi. Cosa ‘e mandinga: Carmen y Rosa son amigas y vecinas –vive una al lado de la otra–. Por esas cosas de la vida, ambas mujeres fueron madres el mismo día, en el mismo hospital del pueblo donde viven. La sorpresa les llega en el momento en que ambas reciben a sus respectivas bebas, dándose cuenta que sus hijas parecen haber sido cambiadas por error luego del parto. Algo que podría haber sucedido tranquilamente, ya que ambas mujeres tienen el mismo apellido y compartían hasta la misma habitación del mismo hospital. Es entonces cuando ambas deciden ponerle Inés a las dos nenas y solucionar el tema sobre la marcha. A pesar de su secuencia de títulos de apertura extremadamente larga, Las Ineses es una película demasiado corta, algo que llama la atención –inclusive para un comedia–, cuenta con unos escasos 74 minutos de metraje, algo que le sienta demasiado bien a esta cinta que busca ser una comedia familiar pero con pinceladas de humor negro. Brenda Gandini es una de las protagonistas de la historia, encarnando a Carmen, la madre de la “beba rubia”, pero quien definitivamente se roba todas las escenas es María Leal, interpretando a Dominga, la madre de Carmen. Tampoco se queda atrás Luciano Cáceres, quien compone un hombre común de campo, lejos de esos estereotipos arcaicos que suele encarnar en sus roles televisivos. Aun con su corta duración, Las Ineses cuenta con ciertos altibajos, los cuales se sienten, pero esto es debido a que la mayoría del tiempo los personajes están sumergidos en situaciones cómicas –sobre todo el personaje de María Leal–, y es entonces cuando se siente esa falta de comicidad. Esto no quiere decir que la película aburra, en una comedia es imposible contar con una gracia perenne, por más efectiva que sea. Los personajes son entrañables, por lo que cuando termina la película nos quedamos con ganas de saber algo más sobre ellos y sobre su particular historia, algo que demuestra que sí se puede hacer en el cine argentino una comedia familiar sin caer en los mismos clichés aburridos de siempre, sólo hacen falta ganas y una historia con una pizca de originalidad. Pero no se dejen engañar, definitivamente lo más flojo de Las Ineses es el póster de la película. El cartel de la cinta parece diseñado en los 90, y su diseño tan anacrónico no concuerda con lo que actualmente podemos ver en las películas que suben a cartelera. Que esto no sea una razón para dejar de verla. Conclusión: Las Ineses es una comedia con tintes de humor negro. Los chistes no faltan, los personajes son entrañables, las actuaciones están muy bien logradas, y la historia no se anda con vueltas: directamente a los bifes. Algo que le sienta bien a esta película que a pesar de ser chica, deja una sensación agradable: se puede hacer comedia de forma diferente en nuestro país. No la dejen pasar porque es absolutamente disfrutable.
No está mal esta pequeña comedia de enredos con algo de grotesco -el grotesco es lo que le quita méritos- sobre dos familias distintas con nombres similares y, quizás, bebés cambiados. Reflexión sobre prejuicios y modelos, tiene actuaciones que nos acercan a aceptar como real el mundo que plantea en la pantalla, aunque a veces se pase un poco con el didacticismo y la buena intención.
Separadas al nacer Antes que nada: aléjense de ese poster y por un momento olvídenselo. Ahora sí, comencemos. En 1985, cuando aún no era habitué realizar pruebas de ADN para determinar la paternidad de un niño, surge algo inesperado: dos niñas con el mismo apellido nacen el mismo día. Y todo indica que hubo un cambio no premeditado de los bebés. De esta forma comienza esta comedia blanca marcada por la artística de las escenas, una pincelada de humor negro y un elenco con definida interpretación de sus personajes. Tenemos como figuras centrales a María Leal (impecable trabajo y la que más se destaca), Brenda Gandini y Luciano Cáceres (en un papel muy atípico para él y alejado de los estereotipos que suele encarnar en televisión). Y luego secundarios que no por eso no se hacen notar: Valentina Bassi es otra actriz a la cual por alguna razón se la ha encasillado y no acostumbramos ver en comedias, y en el film participa de muchas de las situaciones cómicas. El arte, vestuario y escenarios nos permiten sumergirnos en ese ambiente costumbrista, ese pueblo alejado de Buenos Aires y alejado en el tiempo. Para quien no entienda ese conjunto es muy probable que no llegue a largar carcajadas con las situaciones tragicómicas que dan vida los personajes y 74 minutos de película les parezcan largos. Pero quienes lo tomamos de esa forma, nos quedemos con ganas de saber algo más sobre estos individuos. El director y guionista Pablo José Meza logra construir con detalles diálogos muy significativos de ese entorno. Lo único a destacar como altibajo es la musicalización. Aún comprendiendo el contexto campestre, se abusa en demasía con la temática a cada momento. Como que los climas pierden su propia gracia por el estallido de la música. Queda demostrado con Las Ineses que es posible hacer buenas comedias familiares en el país. Es necesario buscar la originalidad y encontrarle el ritmo para que no termine cayendo en el grotesco y el cliché. ¿Ven por qué les decía lo del poster al comienzo? Es lo malo que tiene esta película y por lo cual muchos no le presten la debida atención. Pero tiene que darle una oportunidad, disfrutarla y salir con una sonrisa de la sala.
La familia no se elige La trama comienza en abril de 1985, cuando Carmen y Rosa van juntas a dar a luz al hospital de un pueblo. Cuando una película parte de una premisa endeble y forzada los resultados nunca son buenos. Y este es el caso de las "Las ineses", la tercera película del director Pablo José Meza ("Buenos Aires 100 kilómetros", "La vieja de atrás"). La trama comienza en abril de 1985, cuando Carmen y Rosa van juntas a dar a luz al hospital de un pueblo. Las mujeres son vecinas y sus maridos, Pedro y Ramón, se apellidan García. Cuando los García conocen a sus hijas la sorpresa es grande. Pedro cree que la beba morochita que reciben de la enfermera no se parece a nadie de su familia, en la cual todos son rubios, y lo mismo sucede con el morocho Ramón, que jura que la criatura rubia y pálida que le acaban de entregar a su mujer no les pertenece. Los padres afirman que sus bebés fueron cambiadas en la sala de partos, pero las madres tienen sus dudas. Así y todo se impone el criterio de los hombres, que sin escuchar a los médicos trucan a las recién nacidas con el consentimiento de las confundidas madres. Los años transcurren y las niñas crecen como amigas, pero con el paso del tiempo las dudas igual persisten. "Las ineses" es una típica comedia de enredos familiares, pero su humor se apoya más en el costumbrismo, lo que a esta altura ya suena un tanto oxidado. En ese sentido abusa de los personajes arquetípicos (aunque María Leal se luce como una suegra metida) y los chistes de trazo grueso sólo hacen reír en algunos pasajes aislados. Lo que se agradece es que no vire nunca hacia lo melodramático, y que mantenga el tono de comedia hasta el final, aún a los tumbos.
UNA COMEDIA ENCERRADA EN SU PREMISA Es 1985. Dos familias vecinas de apellido García tienen una hija, el mismo día y en el mismo hospital. Unos, que ya tienen dos hijas rubias como la madre, se sorprenden porque la niña es “morochita”. Los otros, primerizos y con madre morocha y padre brasileño y de piel morena, se impactan de igual manera cuando reciben una beba rubia. En verdad, son los hombres de la casa los más shockeados, crisis machista filtrada inteligentemente en el film escrito y dirigido por Pablo José Meza. No hay premisa mala, se dirá, sólo malas elecciones en el abordaje. Y la premisa de Las ineses puede parecer forzada por momentos, pero no es lo que falla en el film, que tampoco es demasiado despreciable aunque sucumbe ante la imposición del costumbrismo y un grotesco aligerado como única forma de acercarse al humor. Meza ya había experimentado con el cine de premisa en la igualmente fallida La vieja de atrás. Ahí había jugado a implosionar un universo asfixiante de puertas adentro, habitado por la señora Adriana Aizenberg y el joven Martín Piroyansky. En Las ineses, que es más abierta y utiliza más exteriores, la asfixia se siente igual. La película nace a partir del dato del intercambio de las niñas y las decisiones que toman sus personajes, y no puede avanzar más allá de ese origen, repitiendo la temática y los chistes en un loop algo molesto a medida que avanzan lo minutos (que tampoco son tantos: apenas 75). Es como si ese mundo de personajes simples, de gente de pueblo y de barrio, careciera de matices y niveles que le permitieran más complejidad y vuelo al relato. Por allí sobrevuelan cuestiones como las diferencias a la hora de afrontar la maternidad y la paternidad, la construcción de una identidad, las distancias culturales y sociales en la Argentina pegada al fin de la dictadura. Pero nada es demasiado profundo, y Las ineses se detiene demasiado en el juego de tensiones que se dan entre sus personajes (padre, madre, suegra, vecinos) con la repetición en los prejuicios que ya quedaron claros desde el arranque, a la vez que pone demasiado el foco en una de las familias, desbalanceando el interés por el retrato grupal. Pero como decíamos, tampoco Las ineses es una película que moleste. Es una comedia amable, simpática, por momentos efectiva, aunque algunos pasajes de humor negro carezcan del timing necesario como para ser graciosos antes que incómodos, y es llamativo el montaje que recurre a elipsis algo abruptas, sobre todo a la hora de las definiciones. Y otro detalle que se relaciona con lo del abordaje: si la comedia cinematográfica argentina ha ido construyendo algún tipo de identidad, la misma se da a partir de la recurrencia del costumbrismo y el grotesco. Este año Angelita, la doctora fue una exponente clara de ese acercamiento a las tradiciones, aunque con la salvedad de ciertos frenos a la hora de exagerar en la coloración y los tonos. Esa autoconsciencia está más difusa en Las ineses, donde por momentos gana lo chillón. En todo caso, se trata de una búsqueda filiatoria con el pasado filtrada con las necesidades expresivas del presente. Algo germina, pero no termina de nacer. Como este film.
Encrucijada de la filiación Las Ineses nos presenta a Carmen (Brenda Gandini) y Rosa (Valentina Bassi), dos vecinas y grandes amigas. Ambas están a punto de dar a luz justo el día que Ramón García (esposo de Rosa) está de viaje, por lo que Pedro García (Luciano Cáceres), marido de Carmen, las lleva a ambas al hospital, donde al parecer muchas otras mujeres del pueblo también están en trabajo de parto. Con el hospital colmado, ambos bebés nacen -recordemos que la historia se sitúa a mediados de los ochenta, cuando aún no era tan frecuente saber el sexo de los bebés durante el embarazo-, pero en vez de generar alegría, traen incertidumbre a ambas familias. ¿El motivo? Tanto Carmen como Pedro son rubios, y tienen hijas rubias, pero reciben una beba de piel y cabello oscuro. Mientras que Rosa y Ramón, conocen a su hija, una pequeña algo pálida, con cabellos color oro, que para nada se parece a ellos. Todos, en especial los padres y una de las abuelas (María Leal) rapidamente notan el error: al tener todos el mismo apellido, en la sala de partos se ha producido una confusión, y las bebas han sido cambiadas. Las madres, en cambio, dudan bastante, y los médicos aseguran que no hay error, pero les sugieren ir a casa, y esperar algunos meses, para ver el crecimiento físico de las niñas. Ante este panorama, resuelven llamar a ambas pequeñas Inés (recordemos que se apellidan García, aunque no tienen parentezco), por si acaso en un tiempo, deben intercambiarlas. De esta forma, Las Ineses plantea, en tono de comedia de enredos, un tema delicado y sensible como es la filiación, y la necesidad de identidad. Con un elenco simpático, en el que se destacan María Leal y todos los niños actores: la película de José Pablo Meza, brinda un relato simpático y divertido, a la vez que invita a la reflexión.
Crítica emitida en Cartelera 1030-sábados de 20-22hs. Radio Del Plata AM 1030