La propuesta de Primavera es atractiva desde un principio por lo que pone en juego. Una familia fuera de los canones tradicionales, rescatando personalidades y tipos de relaciones distintas a lo que uno puede llegar a conocer. Un cambalache hermoso cuya referencia más clara está en los universos que Pedro Almodóvar sabe crear. Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta) es el hijo de dos padres separados sentimentalmente: Greta (Catarina Spinetta) y José (Nahuel Mutti), porque éste último asumió su homosexualidad y mantienen su relación como una gran amistad. Ambos tienen sus respectivas parejas (Mike Amigorena y Esteban Meloni), pero Greta mantiene su relación por el hecho de esperar un hijo, mientras el hermano de José, Pedro (Chino Darín) insiste en conquistarla. José es productor teatral y se apoya en una financista (Moria Casan) para llevar a cabo su nueva obra teatral que tiene problemas por los aires de diva de su actriz principal, interpretada por Luisa Kuliok. El film no se centra en ninguna de todas estas historias para desarrollar la trama (y no expuse todas), básicamente una primavera es el eje porque la narración transcurre durante la estación, el inicio es el comienzo de la película y coíncide con el cumpleaños de José. Esta familia es el centro y Leopoldo es el narrador y el ser más lúcido de los protagonistas. Primavera como film es alegre y divertido, a nivel dirección muestra recursos interesantes y la fotografía demuestra toda la estrambótica explosión de color. Sin embargo, los recursos cómicos no se destacan a pesar de desplegar muy bien todos sus artificios para lograrlo. La película tiene todo para ser una gran comedia pero no intenta serlo, su intención es narrar la historia de un grupo de personas en un determinado momento de su vida. Las actuaciones tampoco ayudan, porque la sensación de sobreactuación es constante y todo se satura demasiado con tanto dialogo y grito. En eso Moria y Luisa Kuliok le dan el faro de luz al film, ahí están los puntos fuertes a nivel actoral porque justamente son el espíritu de la película, algo que contrasta bien Leopoldo, pero no llega a ponerlo con peso. A pesar de todo, el mensaje de fondo de Primavera es interesante. Porque toma con naturalidad una familia no tradicional, no intenta presentarlo como algo excepcional, simplemente es. Porque expone que los problemas de sus personajes no se solucionan con lo que se pone en juego, sus personajes van a volver a caer con la misma piedra en la supuesta continuidad del universo narrativo del film. Y porque tiene un código propio que supo desarrollar. Por desgracia no se tomo más en serio la comedia.
Primavera es una película nacional de comedia dirigida por Santiago Giralt. En ella recurre a una historia nacida en el seno familiar pero este escapa al cotidiano popular. La película entretiene porque desde el inicio nos plantea una familia rara y alocada formada por artistas. Leopoldo (narrador en off), un niño de 11 años, nos cuenta su vida, la de sus padres y la de la comunidad de artistas en la que fue criado mientras la cámara sigue incansablemente a su madre a lo largo de toda la escena. Así, comienza la nueva película de Giralt, contagiando a través de los movimientos de cámara el enojo de un niño demasiado sabio para su edad. A lo largo de esta primera escena se nos presentan personajes cada vez más interesantes, bizarros y divertidos que nos sumergen en su universo. Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta) es el hijo de Greta (Catarina Spinetta) y José (Nahuel Mutti) dos padres separados, luego de que este último asumiese su homosexualidad. Leopoldo convive naturalmente con ellos y sus respectivas parejas (Mike Amigorena y Esteban Meloni), pero Greta mantiene su relación únicamente porque espera un hijo, mientras el hermano de José, Pedro (Chino Darín), insiste en conquistarla. A medida que se presentan nuevos personajes se abren nuevas tramas pero no se profundiza en ninguna; sin embargo, podríamos decir que el hilo conductor es la historia de José. Él es un director de teatro que se apoya en una financista (Moria Casan) para llevar a cabo su nueva obra teatral que tiene problemas por su actriz principal, interpretada por Luisa Kuliok, a esto se le suma una propuesta de casamiento inesperada que moviliza a todos de diferentes maneras. La historia transcurre de inicio a final durante la primavera y Giralt representa al film con la alegría, la diversión y los colores característicos de esta estación. Para ello utiliza recursos muy interesantes, destacando la fotografía con sus brillantes contrastes pictóricos, el movimiento frenético de cámara en pos de una composición de cuadro alucinante como la puesta en escena de los actores. El punto débil de la película es la presentación de la comedia, generada en su mayoría por diálogos muy directos y por momentos forzados. Deja a entender con sus chistes que es una película creada por argentinos para argentinos sobre todo en el personaje de Moria Casan y el niño que lo acompaña religiosamente a todas partes. La película investiga también su parte reflexiva con los protagonistas enfrentados por sus diferencias socio-económicas, se habla esporádicamente de la lucha de clases y el capitalismo sin ser demasiado directo. Nos presenta los casos de la financista y su chofer o Greta y el hijo que espera ante las ganas de dos hombres por hacerse cargo para decir “Es mío”. Sin hacer hincapié en este punto, se refiere finalmente a postulados socialistas como un viejo dicho africano que dice "Se necesita toda una comunidad para criar un niño". De esta forma, nos hace plantear nuestra visión sobre la propiedad, un ser que normalmente está visto como propiedad es planteado ahora como un ser comunitario sin dueños. Por otro lado, resulta lastimoso que se hayan olvidado de investigar y ahondar en el humor que termina quedando muy relegado. Santiago Giralt es además productor, actor y guionista de proyectos propios y de otros directores, elegido en los Premios Konex como uno de los más destacados guionistas de cine de la última década. Este proyecto es producido por su compañía productora Los Griegos, BD CINE, AZ Films, y Sudestada. Con todo este respaldo Giralt dirige una orquesta enorme sin dejarse seducir por el elenco categórico que lo acompaña para contar la historia que quiere con el tono preciso.
Colores que saturan Tras su paso por el BAFICI 18, llega a las salas comerciales el nuevo opus de Santiago Giralt, que cuenta con un elenco de figuras importantes entre quienes se destaca Moria Casán, Luisa Kuliok, Catarina Spinetta, Nahuel Mutti, Angelo Mutti Spinetta, Mike Amigorena y Chino Darín . Algo de kirsch, algo de comedia de enredos y mucha desmesura, tanto en las actuaciones como en la forma, con un reparto variopinto en el que resalta la figura de Moria Casán y un poco menos la de Luisa Kuliok, Primavera (2016) asume desde su título la impronta festiva y donde el cambio de estación da lugar al amor, al despecho y a una serie de conflictos de los personajes en torno al mundillo teatral y de los actores y sus egos disfrazados de autenticidad.
Clonazepam y circo Luminosa y radiante es Primavera (2016), la nueva comedia de Santiago Giralt sobre una familia que debería brindar con clonazepam en cada reunión. No hay un solo miembro de los Kleiman que no esté al borde de un ataque de nervios a todo momento. Y esa es la gracia que mueve a toda la película. La premisa es ver una crónica de las reuniones familiares y los eventos sociales de los Kleinman y su círculo íntimo, empezando con un cumpleaños y terminando con una boda. También hay que estrenar una obra de teatro, celebrar la Navidad, recitar poesía, dar a luz a un bebé y descubrir quién es el padre. Primavera es como un compendio de situaciones delirantes, aisladas entre si, pero que le terminan dando forma de arco a una historia que juega con lo absurdo, la parodia y el grotesco. El ecléptico universo de personajes que componen Primavera parece sacado de un folletín y eso lo vuelve gracioso pero también atípico dentro del (nuevo) cine argentino actual: Greta (Catarina Spinetta) y José (Nahuel Mutti), dúo dramatúrgico, son los padres de Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta) pero se separaron cuando José salió del closet; la nueva pareja de José es Esteban Meloni y la de Greta es Mike Amigorena, aunque también es cortejada por el hermano de José, Pedro (Chino Darín). Leopoldo, narrador de la película, está obsesionado con la estirpe social de Bernardo (Alejandro Paker), el chofer de Reina (Moria Casán), la socia de José. Silvina Acosta y María Marull deambulan por ahí como las escuderas de Greta. Todos los personajes principales tienen en común el atributo de la histeria, que sale a relucir a raíz del otro único atributo que los define. Greta es una histérica porque está embarazada, José es un histérico porque es flamantemente homosexual, Ramiro es un histérico porque es un músico vanidoso, Reina es una histérica porque es alcohólica, etc. La virtud de Giralt es delinear personajes borders pero reconocibles. La diva que compone Luisa Kuliok es imposible no asociarla a una serie de actrices de la farándula vernácula. Escrita y dirigida por Santiago Giralt, la película tiene una estructura coral o grupal; gracias a su estereotipado (vale aclarar que buscado) elenco de personajes snobs, que viven la vida de a raptos de histeria. Todo supone que Primavera es una comedia pasatista, simplona, sin grandes pretensiones más que las de hacernos pasar un buen rato. Y eso está logrado.
Histriónico, recargado, bizarro, cínico, eufórico. Así es el mundo del cine y el teatro (sus bambalinas, más precisamente) que a Santiago Giralt le gusta retratar en sus películas. No es la excepción Primavera, que integró la Competencia Argentina del último BAFICI (también pesentó Jess & James, de próximo estreno).
Tras su estreno en el último BAFICI, llega a las salas comerciales la nueva película del director de Las hermanas L., Toda la gente sola, Antes del estreno y Anagramas. El prolífico e incansable Giralt regresó con una comedia coral de reminiscencias almodovarianas que se disfruta tanto desde lo formal (narrada con sofisticados planos secuencia que aportan movimiento y ligereza) como desde su espíritu lúdico y desprejuiciado. Hubiese querido que el humor funcionara mejor (los intérpretes parecen por momentos sobreactuar una euforia y un delirio que la película no siempre transmite), pero eso no quiere decir que Primavera carezca de hallazgos y de momentos alegres y hasta entrañables. Narrada desde el punto de vista de Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), un niño de once años que además es dueño de la voz en off, la película es una reivindicación de la diversidad sexual, de las familias no tradicionales y del matrimonio igualitario. Y lo hace sin caer jamás en la bajada de línea militante sino a partir de la naturalidad con que se relacionan los disímiles personajes. Por un lado está Greta (Catarina Spinetta), madre de Leopoldo y ahora embarazada (no se sabe bien de quién) que debe lidiar con un ex marido ahora gay (un director de teatro interpretado por Nahuel Mutti) que está a punto de casarse con su actual pareja, un futuro ex novio bastante insufrible (Mike Amigorena) y un hombre más joven (el tío Pedro) que la persigue para declararle una y otra vez su amor (Chino Darín). El clan de Giralt está integrado también por Moria Casán (una suerte de matriarca y financista de los proyectos artísticos del grupo), Luisa Kuliok (notable como una diva con ínfulas), Alejandro Parker, Silvina Acosta, Esteban Meloni, María Marull y hasta un cameo de Vicky Xipolitakis. Hay caóticos ensayos teatrales, bailes de disfraces, recitales de poesía y una fiesta de casamiento al aire libre. Hay también sensibles momentos en que se aborda el despertar sexual preadolescente (Leopoldo se enamora de una chica tres años mayor), música de Virus (ese clásico inoxidable que es Una luna de miel en la mano) y una efervescencia de espíritu, claro, primaveral que -aunque no todos sus momentos de humor funcionen con la misma eficacia- se agradece y se celebra.
Primavera, la última película de Santiago Giralt es una comedia con renombrado y enorme elenco. Toda familia es un mundo. Incluso Wes Anderson, desde el póster de Los excéntricos Tenenbaums, definió a la familia no como una palabra, sino toda una oración. Y ese mundo de incontable posibilidades es el que eligió Giralt para su última película, Primavera. Desde el punto de vista de un niño de once años (interpretado por Angelo Mutti Spinetta, hijo de los frecuentes y aquí también presentes colaboradores de Giralt, Nahuel Mutti y Catarina Spinetta), la película retrata momentos tan caóticos como divertidos como bien pueden ser cumpleaños, casamientos, fiestas de disfraces e incluso el mundo del teatro desde bambalinas. Giralt no sólo recurre a temáticas (la mencionada del teatro) sino también a recursos audiovisuales que ya demostró saber manejar en películas anteriores, por ejemplo los largos planos secuencias, acá más difícil de lograr entre galería tan extensa de personajes. Personajes como la mamá embarazada e histérica por los cambios hormonales (Cata Spinetta), un novio/ex novio (Mike Amigorena), su ex marido gay (Nahuel Mutti), un muchacho más joven que la coquetea constantemente (el Chino Darín), una especie de hada madrina financiera (acá entra en escena Moria Casán con todo lo que eso implica) y una actriz con insoportables aires de diva (Luisa Kuliok) son sólo una parte de esto que es Primavera. Al tener un punto de vista específico, el guión también se permite ahondar en temáticas más propias y personales como ese primer amor que el protagonista empieza a vivir con su consecuente despertar sexual. Más allá de algunas virtudes de realización (Giralt dirige y filma muy bien), el film no puede evitar sentirse berreta, grasa (con algún cameo final que no hace más que intensificar esta idea). No obstante, lo cierto es que estamos ante una comedia que apuesta más al tono kitsch que a otra cosa, con algo de Almodóvar incluso. El principal acierto de Primavera probablemente sea el hecho de que retrata este mundo lleno de curiosos personajes del modo más natural, es una oda a la diversidad sexual. Pero también es cierto que no presenta ningún conflicto específico (sólo algunos pequeños que sirven como excusa para que el film se desarrolle como tal) y a la larga se termina pareciendo a una larga sucesión de sketchs televisivos, algunos mejores que otros. Divertida, arriesgada en su retrato, pero también despareja, Primavera apuesta al exceso: muchos personajes, muchas situaciones, sobreactuaciones, enredos. Sirve para pasar el rato.
Un mundo ideal. Primavera, de Santiago Giralt (Antes del Estreno, Toda la Gente Sola), se presenta como una película coral, con la familia Mutti Spinetta como protagonista y acompañada por un vasto y diverso elenco, el cual pareciera funcionar como una tribu, tanto dentro como fuera de pantalla. La historia comienza justamente en la época primaveral y concluye en Navidad, y está relatada desde el punto de vista de Ángelo, un niño poeta de once años, cuyos padres están amistosamente separados. Su madre, embarazada de otro hombre e insegura de la paternidad de la criatura, coquetea con su ex cuñado. El padre, ya declarado homosexual, recibe la propuesta de casamiento de su novio. El niño es interpretado por Ángelo Mutti Spinetta y sus padres en la vida real, Catarina Spinetta y Nahuel Mutti, hacen lo propio en la ficción. Los integrantes de la pareja, que encuentran en su separación la mejor convivencia posible, también trabajan juntos: él es director de teatro y ella produce sus obras, tanto es así que no solo se está gestando una vida por venir, sino también una obra por estrenar. Estamos ante un universo almodovariano, no sólo en cuanto a las características y el tratamiento de los personajes, sino también en lo que respecta al impecable trabajo de dirección de arte desde la escenografía y el vestuario, destacando siempre lo colorido y lo excéntrico. El niño protagonista, quien lleva adelante la historia, podría presentarse como el personaje más maduro dentro de esta “aldea”, como él llama a su familia, donde nació y donde se crió, rodeado de artistas, de gente sin prejuicios, donde el mensaje más fuerte tal vez sea que el amor puede unir y que posiblemente desde las diferencias es de donde más se pueda aprender. Como en un cuento mágico, es muy acertada la decisión de plantear el relato desde la voz de Ángelo: este mundo que construye el director se siente como una utopía; pero en cada línea argumental, en cada diálogo y en cada resolución de conflicto se aprecia el trabajo por dejar un mensaje de esperanza y de poder dar testimonio de la aceptación de las diversidades, sean de género, de ideas o de intereses. Si bien hablamos de un film con muchos personajes, el director sabe darle lugar a cada uno, es así como cada historia -por menor que sea- construye y aporta a lo que se cuenta. Cada actor se luce brillante en su rol, desde una Moria Casán muy Moria, encajando perfecto, hasta María Marull como la profesora de poesía del protagonista, en un personaje realmente entrañable. Giralt es un director fresco y se destaca el trabajo de cámara que plantea en diversas tomas secuencia, donde queda expuesto lo bien que maneja los tiempos actorales y la naturalidad que prioriza en cada cuadro; la escena de la fiesta de disfraces ejemplifica este concepto y nos recuerda de alguna manera a ciertas partes de la obra de Shakespeare Sueño de una Noche de Verano. Primavera transita por temas profundos como los vínculos, la familia, sus nuevas variantes y la búsqueda del amor en todas sus formas, pero también es una excelente comedia. Lejos de los estereotipos clásicos y del chiste fácil, no busca complacer al espectador con lo que sabe que funciona, sino que logra justamente -y sin intencionalidad alguna- destacarse por ser diferente, genuina y original.
A José (Nahuel Mutti) se le ocurrió organizar su casamiento, luego de la propuesta por parte de su novio (Esteban Meloni) en el medio de los preparativos del lanzamiento de su última obra teatral, que para colmo de males, cuenta con el protagónico de una diva del cine (Luisa Kuliok) un tanto intolerante. Además de lidiar con todo eso, su particular situación familiar, aun convive con hijo (Angelo Mutti Spinetta) y ex mujer (Catarina Spinetta) y lidia con la invasión de su hermano (Chino Darin) y un grupo variopinto de personajes que no hacen otra cosa que complicarle mas todo y entrelazarse entre sí configurando un grupo singular y a la vez universal. "Primavera" (Argentina, 2016) de Santiago Giralt ("Anagramas", "Antes del estreno") es una fresca propuesta que habla de nuevas identidades y vínculos a partir de la construcción de familias que entienden el amor y la amistad mas allá de rótulos, etiquetas y estereotipos, y que pueden disfrutar plenamente de sí mismos. Giralt una vez más vuelve a trabajar con temas ya trabajados en sus películas anteriores, pero en esta oportunidad, les ofrece una vuelta de tuerca al concentrarse mucho más en el complejo de relaciones y postas entre los personajes. “Primavera” le debe mucho al timming que le impregna su dinamismo, y que termina dotando al filme de cierta similitud con filmes clásicos de la comedia americana y francesa en la que prima mas eso que otro aspecto, en donde puertas se abren y se cierran y un personaje interactúa casi sin quererlo con otro. Cada intérprete es una pieza esencial para la continuidad del otro y el equívoco y la confusión pasarán a ser parte del mecanismo narrativo irreductible para ese entonces. Mientras la acción avanza en los conflictos de los adultos (trabajo, dinero, paternidad, maternidad, etc.) la mirada que Giralt le otorga a Leopoldo (Mutti Spinetta), brinda, además cierta frescura al relato y a la dinámica positiva del filme. "Primavera" es una comedia coral inteligente que supera algunas falencias de producción por el oficio con el que Giralt y los actores se brindan, a los que los coloca en una serie de situaciones descontracturadas plagadas de un registro inverosímil que potencia lo ridículo y exagerado de algunos planteos. La fluidez de las imágenes, gracias a la utilización del plano secuencia, además, ofrece dinamismo al relato, el que avanza a fuerza de humor pero sin el gag al que el cine más comercial nos tiene acostumbrados. Giralt se consolida con una propuesta novedosa y diferente, que respeta al espectador porque tiene en claro el producto que quiere presentar, logrando un filme empático y comprometido con aquello que narra. Además, en las posibilidades narrativas que bucea, repasa desde el cine algunos puntos relacionados con la producción artística y cultural, como hecho en sí y que multiplica la significación total de “Primavera” como obra.
Una avalancha de niños disfrazados de grandes. Promedia el metraje de cuando José (Nahuel Mutti) pone en palabras ante su hijo Leopoldo (Ángelo Mutti Spinetta) y su pareja (Esteban Meloni) aquello que las acciones previas ya permitían inducir: “¿Vos ves a alguien maduro acá? Son todos niños vestidos de grandes”. No es casual, entonces, que gran parte del nuevo largometraje de Santiago Giralt transcurra en fiestas (de cumpleaños, de disfraces, casamientos o sin motivo aparente) ni que el realizador y también guionista se apropie de ese tono para maximizarlo a todos los componentes del relato, incluidos los intérpretes. La quinta película en soledad de uno de los codirectores de UPA! Una película argentina deja atrás las elegíacas y contenidas aproximaciones al cine de John Cassavetes que había ensayado en Antes del estreno y Anagramas para construir un remedo tardío de la etapa más explosiva y burbujeante de Pedro Almodóvar. El relato es, como la primera parte de la obra del manchego, colorido, intenso, kitsch, artificioso y abrumador. Quienes los habitan, también: al padre e hijo se le suman la hormonal y embarazadísima Greta (Catarina Spinetta), ex del primero y mamá del segundo; su actual pareja (Mike Amigorena); el ex cuñado de ella y posible pretendiente (Chino Darín); una suerte de madrina artística de José (Moria Casán en plan Moria Casán); un chofer que no se saca su traje celeste ni para bañarse (Alejandro Paker) y la actriz de una flamante obra a punto de estrenarse (Luisa Kuliok). Los famosos entre paréntesis muestran que si algo no le falta a Primavera es elenco. Lejos de apichonarse, Giralt los maneja con soltura y logra equipararlos en una misma clave interpretativa regida por la desfachatez y la exageración. Todos confluyen una y otra vez durante las innumerables fiestas que organizan desde los inicios de la primavera hasta Navidad, encontrándose y desencontrándose al ritmo de los ensayos teatrales, subtrama que le permite al realizador volver, aunque sea de forma lateral y deliberadamente caricaturesca, al mundo de la creación artística, quizá el gran tema de su filmografía. Filmada en gran parte mediante virtuosos y orquestados planos secuencia, a estas alturas uno de los recursos predilectos de Giralt, Primavera es también una celebración chillona y glam –allí está el uso de “Una luna de miel” en la mano como leitmotiv musical– de las familias ensambladas y la diversidad sexual. Sus personajes han forjado vínculos que trascienden la volatilidad de los sentimientos y los rótulos, constituyendo una auténtica cofradía. Giralt es consciente de ese carácter celebratorio, e imprime a esta comedia de enredos una levedad y un espíritu lúdico innegociables aun cuando no le hubiera venido mal algún momento de silencioso respiro ante tanto movimiento, personajes y escenas huracanadas.
Tierna y alocada comedia familiar Un narrador tierno y más sabio de lo que se espera a su edad, Leopoldo es un preadolescente feliz aunque algo molesto porque los novios de su mamá y su papá se olvidaron de llevarlo a una de las tantas fiestas en las que su madre embarazada no larga el teléfono ni para de caminar o saludar mientras la cámara la sigue. Una mariposa social con todas las de la ley. Así comienza el nuevo film de Santiago Giralt (Antes del estreno), una película fresca, liviana (en el mejor de los sentidos), con aires que recuerdan a Almodóvar y una energía que por momentos es demasiado nerviosa, pero nunca deja de ser contagiosa. Un film alocado, divertido y repleto de personajes adorables. Entre los más destacados están el pequeño gran protagonista Angelo Mutti Spinetta como el precoz Leopoldo; sus padres (en la ficción y la realidad), Catarina Spinetta y Nahuel Mutti; Moria Casán interpretando a una mecenas del arte; María Marull y una inspirada Luisa Kuliok como una diva al borde del ataque de nervios. Varios planos secuencias celebran la emoción de los encuentros de la excéntrica y expresiva familia de Leopoldo, su papá director de teatro recientemente salido del closet; su mamá, una productora siempre a mil con más enredos amorosos que sensatez, y los muchos amigos que completan un cuadro colorido y alocado. Pero sobre todo sensible y querible. Los personajes de Giralt pueden exagerar a veces alegrías y angustias, pero su recorrido los hace tiernos aunque su despiste pueda producir alguna herida. Especialmente en el joven protagonista que debe lidiar con unos padres inmaduros y su propio pasaje de niño a adolescente, un tránsito nunca sencillo y que sin embargo Leopoldo encara con un sentido común del que los adultos a su alrededor carecen. El ritmo que imprime el director a la historia aparece en cada secuencia. No hay muchos momentos de calma en Primavera y tal vezel relato se habría beneficiado con algunos más como aquel en el que Leopoldo practica una especie de dulce hipnosis a la diva que está volviendo loco a todo el mundo. Una pequeña bella pausa. Muy parecida a la primavera.
VIVA LA DIVERSIDAD Una película que reúne a un gran elenco de notables, que se resuelve en largos planos secuencia y festeja la idea de las diferentes formas familiares y la idea de integración a una comunidad donde todos tienen libertad para expresarse. Contada desde el punto de vista de un niño (Angelo Mutti Spinetta) ahí estarán en un marco eterno festivo pero también al borde de un ataque de nervios la mamá a punto de dar a luz que reparte su atractivo entre su pareja actual (que no es el padre de su futuro bebe) con un nuevo amor, mas su amistad con su ex a punto de concretar un matrimonio gay y el estreno de una obra teatral. Como una troupe de famosos alocados y felices en un mundo colorido bochinchero y atractivo. La familia Catarina Spinetta y Nahuel Mutti con dos de sus hijos, Mike Amigorena, Moria Casan, Luisa Kuliok, Chino Darin, María Marull, Esteban Meloni y siguen los nombres. Escrita y dirigida por Santiago Giralt una grata celebración.
Colorida, y efervescente, con un elenco variopinto encabezado por el clan Spinetta-Mutti, la nueva película de Santiago Giralt es una suerte de screwball comedy, en la que los personajes hablan todo el tiempo mientras entran y salen de escena y sucede de todo a la vez. Hay enredos, juegos y ternura, desde la voz en off del bellísimo Angelo, que cuenta la fiesta de casamiento de su papá con su novio, mientras su mamá a punto de parir no sabe si su actual pareja es en verdad el padre de la criatura y sufre "antojo de vicio: quiero fumar, quiero tomar". Hay también una actriz diva difícil interpretada por Luisa Kuliok, y Moria Casán convocando a tomar un drink a todo el mundo cuando las cosas se ponen complicadas. Desprejuiciada, con guiños al Almodóvar under y grandes dosis de buen humor, un estreno oportuna y cabalmente primaveral.
Seguimos incondicionalmente a Santiago Giralt, nos gusta su desenfado y su sentido del humor agitado, pero simpático, por eso nos dispusimos con mucha energía ir a la privada dePrimavera, su nueva película.Upa 1 y 2, Anagramas, sus anteriores metrajes, nos gustaron mucho y el clima festivo, gracioso, nos llevó a madrugar para hacerle el aguante al director argentino en su última experiencia cinematográfica. Los créditos iniciales de Primaveranos trasmitió alegría: manteles colorinches repletos de comida – el inicio es muy almodovoriano- una musiquita popera y la interrupción de la voz de un niño, Angelo Spinetta revelación absoluta, quien se convierte en la voz en off responsable de contar las peripecias de su familia – absolutamente disfuncional – a lo largo del mes de septiembre. Leopoldo es el único hijo de una pareja de artistas que ya no están juntos pero que mantienen una amistad de “amigas”. Leopoldo, el niño, quien parecería ser el único racional, describe a su familia moderna: Papá (Nahuel Mutti) decidió salir del closet y mamá (Catarina Spinetta) filirtea con su pareja, un excéntrico músico interpretado por Mike Amigorena, pero también le quiere “entrar” al hermano de su ex marido (muy bien el Chino Darín). Dentro de la ensalada familiar están el novio de su padre, los amigos de sus padres y hasta una muchachita que le saca el sueño al adolescente. Primavera, película coral, absolutamente kitsch, empieza con todos los platillos: gritos, histerias, chistes resultones acerca del amor y de los conflictos de familia. La primera secuencia, que se va a repetir incansablemente a lo largo de la película, muestra a una familia colorida pasar un día de campo en la casa de una señora adinerada, esa “señora” no es otra que la gran Moría Casan. La incorporación en el elenco de celebrities como La Casan y la gran Luisa Kuliok, funciona como un elemento interesante dentro de esta comedia absurda, pero falla en la repetición constante de muletillas propias de las actrices. “Desdramaticemos” repite Moria a lo largo de todos los parlamentos, haciendo que el chiste inicial se convierta en fastidio promediando la película. La ostentosidad de la película – la escena del teatro símil Birdman de Iñarritú es demasiado pretenciosa- sumado a la compulsión de Giralt por mostrar una y otra vez los mismos conflictos, convierten a Primavera en una película un tanto tediosa. Hay buenos chistes, y las actuaciones – la exageración es parte del contrato de lectura- son buenas, los colores son hermosos – Giralt filma bien- pero eso no logra superar la monotonía de algunos parlamento. Con una línea final acorde a la lógica camp, Primavera es una película divertida pero se queda a mitad de camino.
Familia disfuncional Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta) tiene 11 años, es hijo de Greta (Catarina Spinetta) y José (Nahuel Mutti). Hasta acá parece todo normal en Primavera, pero hay algunos detalles: José es gay y está a punto de casarse con Edgar (Esteban Meloni); Greta está embarazada pero sospecha que no es de Ramiro (Mike Amigorena), su actual pareja; además hay algo con Pedro (Chino Darín), su ex cuñado. Entre todo esto se aproxima el estreno de la nueva obra de teatro de José producida por Greta y financiada por Reina (Moria Casán), una viuda que heredó una fortuna de su esposo, y los tres tendrán que lidiar con Mecha, (Luisa Kulliok) una veterana actriz con aires de diva. La nueva película de Santiago Giralt (que se pudo ver en el BAFICI este año) es un caos organizado donde todo está exagerado al extremo. El director sabe desenvolverse en las historias de los personajes y aunque está narrada desde el punto de vista del niño, es un relato coral donde cada uno tiene su historia. Y aunque hay algunas que no cierran del todo, tienen su parte divertida. Algunas actuaciones caen en la exageración por demás pero el clan Mutti/Spinetta realiza un buen trabajo y Luisa Kulliok se roba sus minutos en pantalla. En los rubros técnicos hay que destacar la dirección de arte a cargo de Marianela Fasce y la fotografía de Martín Velasco. Primavera es una colorida y divertida película que toma mucho de las comedias de Pedro Almodóvar. Una historia diferente que se mete con el concepto de familia y lo pone más acorde al siglo XXI
desopilante historia de una familia peculiar. Habitualmente cuando ves una película en un festival, contemplás y te quedas pensando con las historias que miras. Pero muy pocas veces uno se cruza con una película que consigue todo eso y aparte resulta ser entretenida. Primavera es eso: una experiencia entretenida sobre las cómicas vicisitudes de una familia poco habitual. Secretos de Familia. Primavera es contada desde el punto de vista de Leopoldo, un chico de 11 años que fue criado en el seno de una familia de artistas (su padre es un autor y director teatral), la cual entre el 21 de Septiembre y el día de Navidad experimenta una serie de enredos tales como el inminente matrimonio igualitario entre su padre y su compañero, el ensayo de una obra de teatro con una actriz difícil, la verdad sobre la figura paterna de su hermanito por nacer y, finalmente, una naciente historia de amor entre él y una chica que conoce en una clase de poesía. El guión de la película goza de sendas situaciones cómicas, cuyo desarrollo y remate consiguen tener al espectador pendiente de lo que va a ocurrir y como va a terminar la historia; no obstante, cabe aclarar que si llega a tan buen puerto narrativo es por obra y gracia de una galería de personajes deliciosamente delineados e incluso queribles. El aspecto técnico de la historia no se queda atrás. La imagen de Primavera está compuesta de sendos planos secuencia realizados en Steadicam con una precisión, una exquisitez coreográfica, y una riqueza de composición de cuadro que es digna de estudio. Pero lo más sorprendente de todo es que no se nota; un truco de magia sutil que vale la pena aprender. Sobra decir que la película descansa en los hombros de los actores, y todos en el reparto estelar de Primavera destacan sin importar la longitud de tiempo que tengan en pantalla. Eso sí, de todo el reparto destaco en particular a Catarina Spinetta, como la madre próxima a parir de esta familia; una interpretación caricaturesca y enternecedora que hace acordar a las capocómicas de antaño. Conclusión. A pulso de una puesta en escena impecable y un desarrollo de personajes atento y detallado, Santiago Giralt trae como resultado una comedia tremendamente entretenida. Pocas veces se van a reír tanto en una sala de cine.
Una película coral con mucho color, diversos personajes y sin prejuicios. Primavera cuenta la vida de Leopoldo, un nene que creció rodeado de artistas que de alguna manera u otra participaron en su educación. Todo el film transcurre desde su mirada y es una buena elección contar desde la sencillez del mundo infantil la vida de unos adultos que tienen un tipo de vida diferente, que podría ser juzgado por cualquier adulto. Leopoldo no juzga, él lo vive con naturalidad y todo ese mundo se muestra así. Quizás lo más rescatable de la mirada de su director, Santiago Giralt, es eso, mostrar familias ensambladas y personajes coloridos, sin prejuicios, sin juzgar, haciendo que el espectador se sienta cómodo en ese ambiente, que quiera estar jugando un ping pong con esa familia. Primavera no es una película comercial, viene de participar en el BAFICI y tiene mucho ese espíritu de festival independiente. Un film para adentrarse en una familia diversa, con mucho color y muchísimos actores. Podrán ver a: Nahuel Mutti, Catarina Spinetta, Moria Casán, Alejandro Paker, Mike Amigorena, Chino DarínEsteban Meloni, Silvina Acosta, María Marull y Luisa Kuliok.
Alegría familiar Santiago Giralt nos propone una película y un mundo. Que al principio sea costoso entrar al mundo lúdico de Primavera y sus personajes libertinos puede deberse al contraste con este oscuro afuera. A este invierno desesperanzado como contexto. Claro, podemos encontrar algunos baches incluso actorales en la película de Santiago Giralt, que disfruta las primaveras con actores que son familia, como ya vimos en Antes del estreno, o en Anagramas, dos de sus títulos anteriores. Pero estamos en Primavera, donde Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), cuenta su vida, la de sus padres y la de la comunidad de artistas en la que fue criado. Una mirada joven para una familia de locos. Greta (Catarina Spinetta), su mamá en la ficción y en la vida real está embarazada de un hombre que no es su marido, el personaje de Mike Amigorena. Y José (Nahuel Mutti), su padre gay en la ficción está a punto de casarse de nuevo, mientras sufre su obra de teatro y el excesivo divismo de la actriz que interpreta Luisa Kuliok. Moria bebe y divierte a todos, Silvana Acosta y María Marull aportan seducción e histeria a esta quinta de amor, poesía, flores y delirio. Una experiencia lúdica en la que es posible adivinar la sintonía de los actores, que se mueven en ese mundo inventado. ¿Inventado? En tono paródico, exagerado, desprejuiciado, teatral, Giralt vuelve a jugar con los límites de la dirección de actores. Muchos actores en el jardín de su casa. Y arma una orquesta desentonada a veces que necesita la mirada de este niño sabio para poner las cosas en su lugar. Desde allí se filtran imágenes, diálogos, enredos y por qué no renovados prejuicios de las nuevas formas de familia que bailan viejos temas de Virus. La clave está allí, en esa imagen de familia, y en algunos dislates del mundo actoral. Los aires del personaje de Kuliok, el vedetismo ramplón del de Amigorena. De manera natural, parece un llamado a la vida en comunidad, en un mundo donde siempre es primavera.
El film se encuentra narrado a través de la mirada de un niño de once años Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), que vive en una familia disfuncional, donde se habla de las nuevas familias, porque su padre José (Nahuel Mutti) es director de teatro, tiene una nueva pareja a punto de casarse que es de su mismo sexo Edgar (Esteban Meloni), con su ex esposa Greta (Catarina Spinetta) se lleva bien, son confidentes, se quieren, se cuidan y son amigos, esta se encuentra embarazada de su nueva pareja Ramiro (Mike Amigorena), pero ella también coquetea con su ex cuñado Pedro (Ricardo “el chino” Darin). Ellos se reúnen en un lugar al aire libre para celebrar la primavera, entre mentiras, secretos, hipocresías, la primera desilusión amorosa, algunos chismes y muy colorida. Otros personajes son: Moria Casán, Reina millonaria, bebe mucho y divierte (un papel a su medida), Silvana Acosta y María Marull histeriquean; además Paker, Luisa Kuliok, entre otros aporta lo necesario en esta película coral que comienza en primavera y finaliza en navidad.
El cine de Santiago Giralt va por ahí fundando familias y desparramándolas en torno al cine y el teatro. Primavera es su película más ambiciosa: el director inventa un caleidoscopio narrativo que incluye un casamiento, un estreno y un nacimiento inminente. Alrededor de esos eventos-guía se arraciman una multitud de personajes en busca de amor y éxito: un dramaturgo que se pasea en pijama, una diva en plan de estrella, una productora dura pero generosa y una madre nuevamente embarazada, entre muchos otros, interpretados por gente tan improbable como Moria Casán, Nahuel Mutti o Luisa Kuliok. Todo podría haber sido una sátira un poco malvada sobre el mundo del espectáculo, pero con esos materiales Giralt consigue una fábula kitch, casi un cuento de hadas en falsete. Los largos y elaborados planos secuencia disimulan su propio virtuosismo y dejan ver un cariño enorme por los personajes. Todos no paran de hablar y de moverse, aunque no siempre sepan qué decir o a dónde ir: ni la cámara ni los actores saben estarse quietos. La teatralidad y el exceso se ostentan hasta neutralizar cualquier posible burla, y así la película adquiere un tono maravillado que replica el de su narrador, un chico de doce años que recita poesía y que asiste encantado a una singular crianza comunitaria.
PONTS: 6 Featured in the Argentine competition of this year’s BAFICI and now commercially released, Primavera (Spring) is the new film by Santiago Giralt (Jess & James, Anagramas, Antes del Estreno, Upa! Una película Argentina). It’s a very unusual and amusingly irreverent ensemble comedy that tells the story of Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), an 11-year-old kid who has grown up surrounded by artists of different sorts. When spring begins, he falls for a pretty girl, a poetry classmate, and thus a coming of age experience begins — heartbreak included. Being around so many free-spirited relatives and friends, you can imagine how inventive and open-minded Leopoldo is. Primavera is narrated from his point of view, with the use of a voiceover, so it makes sense that it’s equally unbiased in its outlook. And it puts into play an assorted array of colourful characters. First and foremost, there’s Leopoldo’s mother, Greta (Catarina Spinetta), who’s pregnant yet doesn’t know who the father of her baby is; José (Nahuel Mutti), her ex-husband and Leopoldo’s dad, who fathered him before coming out of the closet; Edgar (Esteban Meloni), José’s boyfriend and future husband; Ramiro (Mike Amigorena), Greta’s current better half; Mecha (Luisa Kuliok), a high-and-mighty diva; and last but not least, Reina, played by showwoman Moria Casán. The one and only. These and other histrionic characters — who can be as overwhelming as they are affectionate — mingle among rehearsals for a much desired play, while the arguments, secrets and lies all families have explode time and again, all of it laced with the sense of humour and outrageousness of late period Almodóvar — one of Giralt’s favourite filmmakers. On the one hand, you have the chief assets of Primavera which lie on Giralt’s handling of some key aspects of the language of cinema. A carefully constructed mise-en-scene, spotless camerawork, glamorous and attention-grabbing art direction, and a very neat sense of editing make up a cohesive film from the first frame to the last. Long takes and dolly shots convey the ongoing, feverish pulse of the film while the director’s finely tuned gaze focuses on both the big picture and the tiny details. On the negative side, when it comes to the coaching of his actors, the panorama is sometimes uneven: some excel in their roles while others are over the top — and I’m not sure this is intentional. It’s hard to accomplish good ensemble acting and you can see Giralt does his best, which in some parts of the film pays off whereas in others doesn’t. And as regards the screenplay, it’s fair to say it’s well oiled and keeps the story moving forward in many stretches, but it’s equally true that when it gets too digressive some narrative focus is lost. All in all, Primavera deserves enough credit for its ambitions and mostly for what it gets right. Its festive and exuberant tone is contagious and speaks of a good dose of healthy creative freedom. Considering this type of comedy is rare in local cinema and is not easy to pull off, Primavera is more than a good place to start experimenting. Production notes: Primavera (Argentina, 2016) Written and directed by Santiago Giralt. With Catarina Spinetta, Nahuel Mutti, Angelo Mutti Spinetta, Mike Amigorena, Chino Darín, Luisa Kuliok, Moria Casán. Cinematography: Tincho Velasco. Editing: Eliane Katz, Andrés Tambornino. Running time: 76 minutes. @pablsuarez
A razón de una película por año (o más) desde la aparición de UPA! –además de un par de novelas–, el prolífico Giralt presenta dos filmes en este BAFICI. De los dos, PRIMAVERA es el que está en competencia. La película intenta combinar una situación similar a la de OPENING NIGHT, de Cassavetes (los días previos a un estreno en planos largos y de compleja coreografía, algo que ya había intentado conANTES DEL ESTRENO) con una comedia coral de características kitsch y neo-almodovarianas en la que esa obra es uno de los elementos de una historia familiar. Narrada por el hijo de los protagonistas (Angelo Mutti Spinetta), cuyo padre ahora es gay y está por casarse (Nahuel Mutti) y su madre (Catarina Spinetta) está embarazada pero no sabe de quién (Mike Amigorena es un candidato posible mientras que el Chino Darín es un pretendiente), la película organiza una serie de desencuentros y confusiones relacionados siempre con los ensayos de la pieza teatral que no funciona (Luisa Kuliok es la protagonista y Moria Casán, una manager/hada madrina) y conflictos familiares de todo tipo y color. El tono ampuloso y kitsch de la puesta en escena y de las actuaciones seguramente requerirán de un público afín a este tipo de propuestas, pero lo cierto es que la película funciona como celebración de las familias no convencionales y sustitutas que se forman en la vida de los protagonistas. Especialmente agradable es la naturalidad con la que las distintas opciones sexuales son puestas sobre la mesa en una narración coral en la que todos se cruzan con todos y hasta el pequeño protagonista y narrador tiene su propio romance preadolescente. Con música de Emisor, un tema inoxidable y de múltiples lecturas de Virus a modo de leit-motiv (“Luna de miel en la mano”) y un espíritu festivo que la recorre de punta a punta (con fiesta de casamiento, disfraces, globos y otras yerbas) esta suerte de celebración glam que es PRIMAVERA tiene los excesos propios de un festejo privado para los protagonistas y el placer un tanto más mitigado que, desde afuera, se desprende al observar la alegría del conjunto.
FLORES MARCHITAS La primavera es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas de nuestro planeta, posterior al invierno y anterior al verano. El término prima proviene de “primer” y vera de “verdor”. Astronómicamente, esta estación comienza con el equinoccio de primavera (entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, y entre el 21 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur), y termina con el solsticio de verano (alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur). En la zona intertropical del hemisferio norte comienza el 21 de marzo hasta el 23 de septiembre. En la zona intertropical del hemisferio sur va desde el 23 de septiembre al 21 de marzo. Con una descripción semejante se inicia Primavera, film dirigido por Santiago Giralt, en el que Leopoldo, un niño de 11 años, cuenta su vida, la de sus padres y la de la comunidad de artistas en la que fue criado. Hijo de una productora de teatro y un director teatral, es un chico que ha crecido rodeado de actores y locos, en medio de ensayos, bambalinas y disfraces. Leopoldo descubre el amor en una joven compañera de su clase de poesía y vive su primera desilusión amorosa. A su alrededor, un variado grupo de personajes vivirán amores y desamores en la estación de las flores. Desde su inicio, el film propone mucho colorido y una estética bien determinada que será un rasgo durante todo el metraje. Muchas situaciones transcurren al aire libre en virtud de la época del año, referenciada en su título, lo que le aporta una particular fotografía. No obstante, el film de Giralt intenta sostenerse en los roles principales de Catarina Spinetta y Nahuel Mutti, los cuales nunca logran encajar con sus personajes, resultando exagerados, desequilibrados, en un tono diferente al que va el film, provocando que cada situación resulte extraña y -por momentos- inentendible. Tal vez las tareas de los actores secundarios, donde se destaca Moría Casán, logran que la película no desbarranque del todo, ya que transmiten cierta calidez y gracia en sus roles, circunstancias que no se dan en los protagonistas. A su vez, la trama de Primavera no contiene ningún punto atractivo, ya que todo se cuenta en un mismo tono: los pseudo-inconvenientes se solucionan con una liviandad desesperante, pasando velozmente a otro tema sin siquiera detenerse a pensar en lo dicho anteriormente. Tampoco resulta divertida, la mayoría de sus chistes no causan gracia mayormente por impericia del elenco. Sólo Casán, conocedora de la comedia, logra sacar una sonrisa entre tanto gag mal construido. En definitiva, Primavera resulta un producto fallido, que nunca logra transmitir sensación alguna: todo es pasatista, vacío y sin alma. Una oportunidad perdida.
UN INUSUAL FILM: HONESTO PERO CON ANTIFAZ Tal como su nombre lo indica, el film transcurre durante los tres meses de la estación del florecimiento, la renovación y el amor. Coincidiendo con esta circunstancia, Primavera (aquí la entrevista a Santiago Giralt) está narrada desde el punto de vista de Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), un niño de 11 años criado en un ambiente atípico y rodeado de personajes a los que no les faltan las complicaciones, las desilusiones y fundamentalmente el deseo de amor. Leopoldo vive y aprende, escucha e interpreta, se contacta con su medio y pocas veces teme al fracaso o a las implicancias, que el accionar de los adultos que lo rodean, podrían impactar en su vida cotidiana. El film se inicia el 21 de septiembre y, tal como señala Leopoldo en una voz en off, esta fecha es importante para su núcleo familiar, no solo por lo que implica esta estación anual sino porque coincide con el día del cumpleaños de su padre, quien ha tenido ya hace tiempo su propio despertar. José (Nahuel Mutti), ya separado de la madre de Leopoldo, ha salido del closet, se encuentra en una pareja establecida con otro hombre y vive sus deseos sin fronteras. Leopoldo, quien vivencia esta situación con total naturalidad, también se enfrenta a las escenas críticas de su madre (Greta, interpretada por la genial Catarina Spinetta), quien al principio parece tener meros desórdenes hormonales, debido a su avanzado embarazo, pero al tiempo Leopoldo descubrirá que su madre duda de la paternidad de su inminente nuevo hermano y de su deseo en general. ¿Es ese bebé hijo de un negro producto de un revolcón en Brasil o bien hijo de Ramiro, su actual pareja (Mike Amigorena)? ¿Están su madre y su tío (Chino Darín) enamorados? A este desorden afectivo -aunque hay que decir que por momentos es inusualmente una situación de extremo equilibrio amoroso-, se suman los pormenores de la obra teatral que el padre y la madre de Leopoldo (director y productora) intentan montar. El equipo y familia tienen que lidiar con una gran estrella, una Luisa Kuliok -en el papel de Mecha- brillante, desestabilizada y poco colaborativa, al tiempo que solapadamente se deben a las demandas de aquella que ha invertido una fortuna en la producción: Reina, interpretada por Moira Casán, o bien a la inversa, porque la cautivante de Reina es que es Moira y Moira es Reina, nada más ni nada menos. Por supuesto, algunas escenas o vínculos secundarios se van adosando a estas escenas centrales pero lo más importante es que el film comienza prometiendo ser una comedia de enredos en su primera secuencia pero el enredo en cuanto tal no es inexistente sino más bien culmina siendo un telón de fondo que acompaña una puesta en escena que despliega fundamentalmente personajes y no tanto una historia en la que poco y nada sucede. Efectivamente no hay demasiada progresión en la acción pero poco importa porque no es ese el mérito de Primavera, sino el de construir, en principio, su propio verosímil de realidad y, en segundo término, el de generar una estructura en la cual el despliegue del personaje es lo esencial. Podría decirse que es un film de personajes, un film en el cual la micro historia se cuela en esa piel y desde ahí establece algunas relaciones con los restantes. Así que no hay que dejarse engañar por los gritos iniciales de Greta, los caprichosos pijamas de José, ni por las botas de Reina, porque algo honesto se teje debajo de ellos. ¿Qué cosa? Bueno, es tarea del espectador encontrarla. PRIMAVERA Primavera, Argentina, 2016. Dirección y guión: Santiago Giralt. Intérpretes: Catarina Spinetto, Nahuel Mutti, Angelo Mutti Spinetta, Moira Casán, Mike Amigorena, Luisa Kuliok, Chino Darín. Duración: 76 minutos.
La primavera es la estación preferida de gran cantidad de personas. Será por eso que se dice “Felíz Primavera”, pero nunca lo mismo del verano, otoño o invierno. Quizás porque todo renace, el calor vuelve y las plantas florecen. Dentro de este grupo de admiradores está José (Nahuel Mutti), un director teatral que tiene como tradición festejar su cumpleaños y el comienzo de la estación. Su hijo Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), es el pequeño narrador de la historia, quien presenta a su familia poco tradicional. Su madre es Greta (Catarina Spinetta), una embarazada a punto de parir que comparte techo con su ex pareja (Mike Amigorena como Ramiro) sólo para salvar las apariencias. Mientras que José vive junto a su novio, quien le acaba de pedir casamiento.
Crítica emitida en Cartelera 1030-sábados de 20-22hs. Radio Del Plata AM 1030