Mismo concepto, más diversión. En 1996 llegó a los cines un filme de baloncesto bajo el slogan del “juego del siglo”. La novedad era Michael Jordan interactuando con los Looney Tunes, algo que para aquel entonces se había visto poco (por ejemplo en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?). La película fue un éxito en taquilla, aunque no de crítica. Aun así los planes de una secuela estaban en marcha pero fueron siendo descartados; en sus enfoques se tantearon otras disciplinas como el fútbol, el skate o el golf. Algo que luego decantó en 2003 con Looney Tunes: de nuevo en acción donde la trama nada tenía que ver con los deportes. En 2014 al anunciarse su secuela, esta vez con LeBron James, la expectativa era enorme. ¿Cómo sorprender a un nuevo público? ¿Cómo contentar a los fans de la primera entrega? La respuesta fue sencilla: si en la primera entrega nos deleitaron con la interacción entre Jordan y Bugs Bunny junto a sus amigos, en esta la vara se amplió más a un multiverso en el que icónicos personajes de Warner Bros. viven en un mismo universo. Ya no se trata de un mundo subterráneo sino de un mundo virtual al mejor estilo Ready Player One. La película no solo se encargó de amplificar su universo abriendo un abanico de posibilidades sino otras tramas como la de LeBron James con su familia o la del villano, algo que en el filme anterior apenas se trabajó. La propuesta resulta entretenida y visualmente me atrajo, pero algo que no me terminó de convencer del todo es el hecho que fuera una secuela independiente. Tal vez el hecho de volver a ver de nuevo la misma premisa contada de otra forma fue lo que me molestó más. Pero ese detalle comparativo es el que hace que las secuelas no funcionaran y analizando desde otro punto tal vez fue independiente sí (indagando un poco, los cortos de los Looney Tunes nunca se rigieron por una continuidad) pero como detalle antes a su vez se encargó de ampliar el concepto y corregir otros. Sumado a Space Jam, tenemos también un filme animado con los Teen Titans Go, que interactúan con los Monstars (algo que compensa su ausencia en este filme). En definitiva, Space Jam 2: una nueva era es una entrega para disfrutar sin caer tanto en las odiosas comparaciones y recordándonos que hay dando vueltas otras cintas de los Looney Tunes con humanos.
La viuda más deseada. Junto a Hawkeye, Black Widow fue blanco de memes por el solo hecho de no tener su propia película. Sin embargo, los amagues de su cinta en solitario siempre fueron constantes. Quizás por las dudas que se tuvieron -o por el hecho que sabemos sobre su destino en Endgame– que la película por un lado me hizo sentir que llegó demasiado tarde a los cines. De haberse estrenado luego de Civil War, la historia hubiese sido diferente y tal vez hubiese hecho una diferencia en aquel entonces. De todos modos, con el filme en curso lejos de juzgarla traté de disfrutarla como un filme independiente lejos de la cohesión con el UCM. ¿Qué obtuvimos? Un filme de espías, que remite al 007 y Misión: Imposible mezclado con los superhéroes. No es una mala mezcla, pero a veces hay ingredientes que pueden estropear el filme. En este caso es la comedia –respeto que es el sello de Marvel para decir “hey chicos, es un filme Marvel”– pero también deberían saber cuándo usar los chistes porque arruinan bastante las escenas. Por otro lado, debo decir que tanto David Harbour como Florence Pugh prometen más y espero verlos en futuras entregas, sobre todo Pugh que fue la mayor sorpresa de la propuesta y se me hizo que la introducción de Scarlett Johansson fue más una estrategia de marketing para incorporar al personaje nuevo que otra cosa. Y hablando de Scarlett no es nada que no hayamos visto antes de Black Widow, su personaje está bien en solitario, aunque sabemos su destino, no lo sentí como la despedida que se merecía. En definitiva, Black Widow es un filme que se pidió más por la actriz antes que por su personaje. Lo siento Marvel, en esta no me sorprendiste.
Vuelta de tuerca. Considero que junto a la saga de Misión: Imposible, la serie de películas de Rápidos y furiosos es una de las pocas franquicias de acción que a lo largo de las entregas siempre ha logrado sorprendernos. ¿Viajes al espacio? Sí. ¿Un hermano perdido, giros inesperados al mejor estilo de los culebrones? También. La saga ha recorrido un largo camino y parece lejos de terminar su trayecto (pese a que Vin Diesel confirmó que la 11va. película será el final). Esta aplazada entrega -un detalle a destacar ya que la espera fue la acorde para darle un descanso a la saga de tantas entregas seguidas- suma sus puntos con la incorporación de John Cena. Su participación se siente orgánica y su actuación estuvo correcta. Su inclusión en la familia Toretto es un giro a los orígenes del protagonista y permite empatizar con él. Esperemos ver mucho más para futuras entregas o algún spin-off en desarrollo. Y hablando de la familia Toretto, tenemos también el regreso de Jordana Brewster, luego de su ausencia en la octava entrega. Tras la muerte de Paul Walker, era un regreso que debía plantearse bien. La trama se siente familiar, sí, pero tampoco se olvida de las escenas de acción y los excelentes paisajes a los que nos tienen acostumbrados. En cuanto a los villanos, tenemos el regreso de Cipher (Charlize Theron) y la incorporación de Thue Ersted Rasmussen. Aunque el personaje de Theron logra salir airosa luego de dos entregas y contrario a otros antagonistas (como el caso de los Shaw que se redimieron) la villana promete seguir su pelea contra el equipo de Toretto desde la otra vereda en futuras entregas. Como dije antes uno de los giros inesperados que tomó por sorpresa a los fans fue el regreso de Han luego de su muerte dudosa y atenti a ese detalle porque a mitad de créditos tenemos una escena adicional. Como objeción voy a resaltar que el recurso de ir al espacio (algo que muchos decían en broma) me pareció exagerado, y creo que en las entregas restantes deberían centrarse más en mantenerse en tierra que sobrepasar la estratósfera. Banco que tanto la saga como otros de los filmes del género violen las leyes de la física, pero ya del espacio es demasiado. En definitiva F9 es una digna entrega para disfrutar como de costumbre.
Fuera de época. El viudo Ed (Robert De Niro) es persuadido por su hija Sally (Uma Thurman) para que se mude con su familia compuesta por su esposo y sus tres hijos. A la hora de saber dónde dormirá, el lugar elegido es la habitación de Peter (Oakes Fegley), su nieto del medio de 12 años. Una decisión que lo hará entrar en guerra con su abuelo. A primera vista el filme parece una falta de respeto hacia los adultos mayores (hay que considerar que se basa en un libro homónimo publicado en 1984). Incluso Robert De Niro sugiere constantemente que la guerra es algo que está mal. El espectador siente más empatía por Ed antes que por su arrogante nieto a quien decide seguirle la corriente accediendo a aquella “guerra” donde termina disfrutando de pequeños momentos como jugar a los quemados junto a su tropa (compuesta por Christopher Walken, Jane Seymour y Cheech Marin) contra los niños, donde los típicos chistes sobre la vejez no pueden faltar. El resto de las situaciones me parecieron genéricas, aunque como cité antes, el mensaje de alguna puede resultar un tanto ofensiva hacia los mayores. No obstante, el director Tim Hill (conocido por Alvin y las ardillas o Garfield 2) lo aborda bien, al fin y al cabo. Lo dicho, si uno lo ve desde la perspectiva de Ed se puede notar que hasta para el protagonista puede resultar absurda la idea; si lo vemos desde la perspectiva de Peter, que intenta ser una especie de Daniel el terrible o Kevin McCallister (Mi pobre angelito) puede generar algo distinto y esperar a que aprenda a compartir. Claro que, como toda comedia, sabemos el final; empero lo que objeto es que pese a abrirle la puerta a una secuela, la misma escena a la vez manda al tacho toda la película. En definitiva, ver En guerra con mi abuelo puede ser entretenido y tal vez el filme hubiese pasado desapercibido si Robert De Niro o Uma Thurman no formaran parte del mismo.
Fatality a los espectadores. El comienzo de la nueva década trajo un aire esperanzador en las adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande, habiendo comenzado en su momento con Resident Evil y luego con Sonic a principios del año pasado. Mortal Kombat copia la fórmula del primero y la fidelidad del segundo. El prólogo de la historia es un espectáculo crudo plagado de golpes, efectos especiales y mucha sangre. Una vez iniciado el filme nos presenta a Cole Young, un joven luchador de la MMA que se gana la vida recibiendo palizas para mantener a su familia. Un detalle para destacar es que Cole tiene una extraña marca de dragón que atraerá tanto a aliados como enemigos. Esa marca no es casual, sino que lo tiene como uno de los elegidos para un torneo mortal con fuerzas sobrenaturales. Al igual que vimos en Resident Evil, el protagonista no proviene de ningún videojuego y sirve no sólo para guiar a los espectadores que no están familiarizados con los fichines, sino que también lo vemos interactuar con los clásicos personajes que en esta entrega son Jax, Sonya, Liu Kang, Kano, Lung Lao y Raiden. Contrario a otras propuestas que intentan replicar los videojuegos y muchas veces parece que estamos ante un mix de escenas del juego sin conexión alguna o que al intentar darle un nuevo aire a veces se alejan demasiado. Mortal Kombat logra un gran balance entre la historia y las excelentes secuencias de pelea y sangre que tanto nos tienen acostumbrados. Sub Zero como villano es un derroche total de acción, el tipo es intimidante y realmente lo hacen difícil de vencer. Incluso puedo destacar una perlita: es el único de los luchadores que usa barbijo (algo que en los tiempos que corren no dejaba de pensar que parecía un mensaje subliminal relacionado a “si te cuidas sos re poderoso”) Tal vez lo objetable sea algún que otro trato con algunos personajes, pero no mucho más. En definitiva, Mortal Kombat se perfila como una de las mejores adaptaciones gamers a la pantalla grande, va a al hueso y no tiene problema en mostrar escenas sangrientas o ir hasta los límites de la corrección política que tanto restringe la libertad creativa hoy en día. Seguramente si sos quisquilloso vas a recriminar la ausencia de algún que otro personaje, pero sin duda la escena final es un regalo para los fans.
Desastre sanguíneo. Reconozco que a veces el público pretende que las producciones de superhéroes ajenas a Marvel repitan los mismos elementos que la compañía de Disney. Sin embargo, Bloodshot pudo haber sido un desaire a un género que disminuyó apenas su exposición. Lamentablemente esta vez la cuestión de fondo no tiene que ver conque no se parece a un filme de Marvel, sino con el hecho de que Bloodshot no ofrece nada nuevo. Si viste Soldado Universal (el cómic surgió como homenaje en aquel entonces) o Robocop la película toma esos elementos sobre un hombre que luego de un trágico accidente es mejorado y busca venganza. La misma fórmula, una y otra vez. El problema no es ése: a la falta de originalidad debe sumarse la actuación en piloto automático de Vin Diesel que, desde ya, no ayuda en lo absoluto. En esta clase de filmes el villano siempre tiene un rol fundamental. En esta ocasión, Toby Kebbell, actor que hizo un olvidable Dr. Doom en la versión 2015 de Los 4 fantásticos, nos brinda un antagonista sin desarrollo ni motivaciones claras. Seguramente muchos se lo olviden en cuestión de segundos al salir del cine. En cuanto a la heroína, tampoco se entendió la química con el protagonista: el guión la explica “por que sí”. Con respecto a las escenas de acción, y dejando de lado el CGI espantoso que se utilizó, reconozco que al menos Vin Diesel sale airoso en esa oportunidad. El clímax es lo mejor del filme. Vin Diesel anunció secuelas en numerosas entrevistas. No deja de ser una oportunidad para poder corregir todos los errores cometidos.
Otro copy- paste de Alien. Tal como leen, el filme remite directamente a la obra maestra de Ridley Scott en casi todos sus aspectos. ¿Qué quiero decir con esto? Simple, que Amenaza en lo profundo no busca ser original ni colgarse del éxito que supo tener Alien en aquel entonces. ¿Objetivo? Apenas si brindar una propuesta entretenida. Como dije antes, el filme es un refrito de la saga Alien con un grupo de investigadores que se enfrentan a unos monstruos marinos. Bien, pero la imitación a la saga de Scott es tal que comete los mismos errores. Si bien Alien tuvo un enorme éxito, no fue por los bichos (aunque ayudó) sino que el atractivo eran los personajes. Estamos más familiarizados con Ripley que con los aliens mismos. Acá pasa lo mismo de manera efímera con el personaje de Kristin Stewart (dicho sea de paso redime la bochornosa Ángeles de Charlie). El resto de los personajes seguramente te los vas a olvidar ni bien salgas de la sala, al igual que los bichos. Sin embargo destaco que el director William Eubank es nuevo en esto de encarar una gran producción. Seguro va a tener tiempo para desarrollarse. Les recomiendo ver The signal (2014) y Love (2011) que siguen la misma línea: solo entretener a base de refritos. En definitiva Eubank fue claro a la hora de dirigir: homenajear éxitos pasados y a su vez entretener sin innovar en nada.
Corriendo a la mala fama. ¿Qué tienen en común Pikachu con Sonic? ¿Que ambos forman parte del universo de Nintendo? Sí, seguramente, pero no es eso. ¿Que tuvieron sus adaptaciones a la gran pantalla? Casi, casi, pero no apunto a eso. ¿Que a pesar de ser adaptaciones gamers uno esta más asociado al animé y que tanto uno como el otro rompieron con la maldición de llevar a la gran pantalla sus respectivas áreas? ¡Exactamente! Si bien hubo adaptaciones que no resultaron tan horrendas, ninguna se compara con las de ambas personajes. En el caso de Sonic, la adaptación a la pantalla grande era una asignatura pendiente. Si bien hubo algunos amagues en los 90, me cuesta imaginar lo que hubiese sido en aquel momento una película del erizo azul. Por suerte y gracias a los avances en efectos especiales pudimos disfrutar de Sonic en el cine. Luego de su controvertido rediseño (¿estrategia de marketing?) las expectativas eran altas por un lado, aunque algunos desconfiaban un poco que parte del rediseño era una excusa no sólo para atraer más publico, sino también para disfrazar la posible historia poco atractiva que brindaría. Afortunadamente el rediseño ayudó y mucho, la historia correcta y sumado a los easter eggs junto al equilibrio entre comedia y acción debo decir que Sonic es una adaptación digna de ver. Más allá del diseño de Sonic, sobre el cual me voy a explayar más adelante, me pongo de pie para aplaudir a Jim Carrey que, pese a diferír del aspecto del Dr. Eggman (Mostachon para los que seguían la serie a mediados de los 90), brindó su faceta de comedia como en los viejos tiempos. Por otro lado, James Marsden, el protagonista y sidekick de Sonic, no estuvo mal y se sintió que el lento desarrollo de su personaje en la trama tuvo como finalidad no eclipsar al erizo y está bien. El tipo obedeció a rajatabla lo que exigía el guión. Alabo, por un lado, que después de ver numerosas películas donde los personajes de color siempre están emparejados con alguien de color, en esta ocasión eligieron a Tika Sumper como su esposa. Por último y no menos importante, la película captó en esencia lo que era Sonic en el videogame: energético, optimista y gracioso por momentos. Los easter eggs afines a la velocidad, sean de Flash, Rápido y furioso, Máxima velocidad y Quicksilver de los X−men (excelente escena la del bar) fueron muy bien colocadas. Tal vez objete que por momentos no le hubiese venido mal una pulida al CGI de Sonic, aunque eso no quite que las ventas en los peluches del erizo se disparen, en especial su versión infantil. En resumen, Sonic es una propuesta que ofrece la dosis justa de elementos del videojuego además del argumento del filme (no así la espantosa Need for speed). Quédense en sus butacas que esto sigue y ruego que la taquilla acompañe porque una presunta secuela va a dejarlos con ansias de más.
Mujeres al poder. Filme protagonizado por mujeres, con una directora mujer. Ok, en los tiempos que corren puede parecer un filme hecho para ser políticamente correctos. No se siente así y si hay algo que diferencia a DC de su competidora es eso. El hecho de ser calificación R es un plus donde también las libertades hacia la violencia son casi ilimitadas. Dicho esto, Aves de presa es un show que se disfruta por doquier: Margot Robbie es sin duda Harley Quinn, nació para el papel y se nota en pantalla. La película presenta a una recién separada Harley Quinn buscando su emancipación del Joker. En el camino conocerá a tres heroínas y juntas se unen para enfrentarse a un villano en común: Roman Sionis/Black Mask (interpretado por Ewan McGregor). Pese a que un grupo de chicas confronta a este villano caricaturesco, sin duda es Harley Quinn quien se roba la película y por momentos sentí que Aves de presa, como tal, solo tenía el nombre. Sin embargo no es nada malo y dependerá de la taquilla para que se realice una potencial secuela (incluso dado que el filme rompe la cuarta pared al mejor estilo Deadpool, se puede sacar provecho). "La fabulosa emancipación de Harley Quinn" hubiese sido el titulo más correcto, obviando a las aves de presa, que estuvieron correctas cada una en su rol. Ese es el punto más débil del filme donde sentí que fueron solo presentaciones de cada una (Cassandra Cain, La cazadora y Black Canary), aunque espero verlas de nuevo en un futuro no muy lejano. Si viste Crisis de Tierras infinitas (aquel crossover entre las adaptaciones de CW) que incluyó el cruce entre ambos Flash, cualquier cambio que se vea, aunque incluso existan errores de continuidad, está más que justificado. Aves de presa es un filme entretenido que, salvo el aspecto en el que Harley Quinn eclipsa a sus compañeras, se disfruta de todos modos. A los fans del comic les digo que de todas las adaptaciones que se hicieron (la serie del 2002 o el capítulo de Arrow dedicado a ellas) esta versión sale airosa y toma la formación de los comics más recientes. Por esos detalles y por el hecho de sorprendernos con propuestas con mujeres protagonistas o con filmes al estilo Joker, que están ligeramente basados en los comics, le doy mi voto de confianza al universo DC del cine, que supo dejar en el pasado sus fallas en Liga de la justicia o Escuadrón Suicida. Por lo pronto espero que la taquilla ayude y ruego por ver Gotham sirens en cine. ¿La próxima aparición de Harley? The Suicide Squad, dirigida por James Gunn. Solo resta esperar.
Lo último de Fox. El hecho de ser el último filme previo a la compra del estudio por parte de Disney generó más expectativas sobre qué cambiaría de la propuesta original y qué no. Contrario al mal trago que viví con Dark Phoenix, con Espías a escondidas me pasó lo contrario: sentí que el filme tenía su propia personalidad y no era un intento de imitación hacia los filmes de Disney. Sin menospreciar el doblaje, recomiendo verla también subtitulada donde el impacto es mayor hacia los personajes. Me costó no imaginarme un live action protagonizado por Will Smith y Tom Holland cada vez que veía la película. Disfruté mucho los homenajes hacia el género de espías (sobre todo los guiños a James Bond). El villano principal parecía directamente salido de la franquicia mientras que el personaje de Holland era directamente primo hermano de Q. Pero el que se lleva todos los premios es Will Smith, su interpretación (darle la voz en este caso) fue brillante, cada diálogo y expresión sincronizada al agente, remitía a sus trabajos previos. Tenia esa esencia de Hombres de Negro: soberbio y muy seguro de sí mismo. En definitiva, Will Smith volvió luego de algunos tropiezos en su carrera. El conflicto se abordó con simpleza y la resolución fue satisfactoria. En cuanto a las dosis de comedia, que son necesarias en este género, desde la transformación en una paloma, el filme toma otro rumbo sin perder la acción sacándonos unas sonrisas cada tanto. Si hiciera un rating en cuanto a los filmes de Blue Sky, la situaría en tercer lugar, después de La era de hielo y Río (que de hecho el agente convertido en paloma comparte un detalle con su protagonista). Espías a escondidas es una propuesta entretenida para disfrutar en estas vacaciones.