Diferente reparto, misma esencia Todos esperaban a las grandes estrellas de Hasbro con una nueva película, el momento llegó para reanudar el declive que tuvo esta franquicia tras sus dos secuelas estrenadas en 2009 y 2011 respectivamente. ¿Quién mejor que el mismo director para eso? Michael Bay, queriendo emular el salvataje que cometió Bryan Singer con los X-men, parece que se quedó en el camino, aunque tiene sus efectos positivos. Por empezar haber cambiado a los protagonistas tras el insufrible Shia LaBeouf por Mark Wahlberg y Nicola Peltz fue un gran acierto, ya que uno brinda la acción necesaria mientras el segundo aporta juventud y belleza, de hecho quedan mejor parados que sus predecesores, aunque también su introducción y conflictos es uno de los puntos débiles del film. En otro orden, los 165 minutos del film destinan casi una hora en presentarlos y eso hace que el film se haga demasiado extenso gratuitamente. Claro que después vendrán el esperado Optimus Prime junto a los Autobots, Decepticons mejorados y unos Dinobots completamente desaprovechados que, pese a los afiches, se lucen en los minutos finales. Sin embargo, no todo es tan malo en esta nueva entrega y como es de costumbre, Michael Bay se despacha con las excelentes escenas de acción que tanto lo caracterizan; las peleas entre los Transformers son espectaculares y la persecución que se da al principio simplemente es brillante. Pese a que personalmente le quitaría media hora al film, destaco que al menos los Transformers tienen mucho más protagonismo y eso no se había dado en los films previos. No obstante, hay muchas subtramas que confundían al espectador. De hecho si la película está pensada como el inicio de una nueva trilogía no debieron tirar tanta información de golpe e ir mechando subtramas. En conclusión: Transformers 4, La era de la extinción es una película que brinda grandes efectos especiales, un excelente reencuentro de viejos personajes con nuevas caras pero no deja de ser la misma fórmula. Esperemos que las próximas secuelas -si es que se concretan- reparen estos errores.
Una rareza argentina Cuesta creer que un argentino como Juan Pablo Buscarini realizara una película de esta magnitud, pero la co-producción con otros países, como Italia, España y Canadá, fue crucial para ello. No es que desperdicie esta película, sino todo lo contrario, ya que la misma logró tener un estilo propio, por empezar, la escenografía hace recordar a las obras del Dr. Seuss por su gran colorido o el hecho que el protagonista tras la desaparición de sus padres pasa por diferentes lugares, hecho similar a Una serie de eventos desafortunados. La realidad es que esta historia está basada en el libro de Pablo de Santis, que cuenta cómo el pequeño Iván Drago (que nada tiene que ver con el emblemático personaje de Rocky IV), encuentra su pasión inventando juegos de mesa, pero las cosas se vuelven más oscuras cuando sus padres desaparecen. Desde ahí, el joven se embarcará en una aventura que incluirán una niña invisible, una escuela ubicada sobre un pantano y una ciudad fantasma para llegar al siniestro responsable de esa oscuridad. Tanto escritor (de Santis) como el director ya habían participado en adaptar una historia literaria, previamente lo hicieron con El ratón Pérez en 2006 y mal no les fue, Buscarini sabe cómo entretener al público infantil y preadolescente, porque no toma a su público por tontos como muchas propuestas infantiles que hoy en día se estrenan. Es sorprendente como con un corto presupuesto de 6 millones de dólares hayan podido sacar provecho y hacer una delicada escenografía como la Ciudad de los niños transforma en Zyl, el lugar de origen de los inventores de juegos. Como parte del elenco, destaca el protagonista David Mazouz, quien transmite un excelente mensaje en el film sobre cómo enfrentar la vida. Este joven tuvo una excelente performance con la serie Touch, pronto lo veremos encarnando a un joven Bruce Wayne en la serie Gotham, así que habrá Mazouz para rato. Tom Cavanagh, Ed Asner y Alejandro Awada acompañan al protagonista. Mientras que Joseph Fiennes logra un villano infantil muy entretenido, algo así como un Willy Wonka malvado. El inventor de juegos es otro gol de la producción argentina con el respaldo internacional, con una duración justa y un universo paralelo, pero a su vez no muy distinto al que vivimos nosotros. Es una excelente propuesta para ir a ver en vacaciones de invierno.
Cuando crecer ayuda Dreamworks vuelve al ataque con una de sus más grandes producciones, Cómo entrenar a tu dragón 2 (How to train your dragon 2, 2014), después de exprimir éxitos previos como Shrek (2001-2010) o Madagascar (2005-2012), parece que Cómo entrenar a tu dragón será la nueva franquicia mimada de Dreamworks. Esta productora se caracterizó por derribar una de las mayores supersticiones del mundo del cine: las secuelas nunca son buenas, algo que inició con Shrek 2 en 2004. Esta nueva aventura de Hipo transcurre 5 años después de la primera película, donde los dragones y vikingos conviven en paz. Con la carga de su padre que quiere dejarlo como líder, Hipo se embarcará en una aventura que lo encontrará con nuevos dragones e incluso su madre a quien creía muerta. Realmente el estilo de animación mejoró muchísimo con respecto a los últimos años, de hecho esta producción es la primera en iniciar una nueva era en la que los tiempos para la realización son mucho más cortos, los escenarios de la tierra de dragones son alucinantes e incluso parecen reales, me animaría a decir que está a la altura de los films de Pixar. La historia en sí, es simple y el protagonista cumple el camino del héroe a rajatabla, es beneficioso que sea apto para todo público, aunque habiendo temáticas sensibles como la muerte queda en manos de los padres la decisión de llevar a los niños más pequeños. En sí, la película avanzó muchísimo con respecto a su antecesora tanto en la historia como en la evolución de su personaje principal, quien es mucho más valiente y decidido. Con esto sumo otro de los mitos derribados, que ya animaciones anteriores habían puesto en tela de juicio, como por ejemplo que los dibujos jamás envejecen. Funcionó con Toy Story 3 (2010) e incluso en La era de Hielo 3 (Ice Age Dawn of Dinosaurs, 2009). Cabe destacar el personaje de la madre de Hipo, que tiene mucho para explorar y que esperemos que en la tercera -y ¿última parte?- puedan dar un buen cierre a esta gran historia basada en los libros de Cressida Cowell.
Una pareja muy dispareja Cuando los comediantes suelen cambiar de género, la sorpresa por parte del público es positiva, pasó con Jim Carrey en Número 23 (Number 23, 2007) o Ashton Kutcher en El efecto mariposa (Buterfly effect). Esta es una de las pocas excepciones donde el cambio no favoreció, no porque no lo haya podido hacer sino porque se confunde al espectador, una actuación indefinida que está entre ser gracioso o serio. Este resultado trae como consecuencia que el personaje no tenga credibilidad y no esté a la altura de otros personajes anteriormente encarnados, de los cuales ahora se me viene a la mente el de Virgen a los 40 (Virgin 40, 2004) o Ligeramente embarazada (Break-up, 2005). Realmente este no es uno de sus mejores trabajos y termina siendo un personaje completamente plano que sólo debe acatar lo que un guión pobre dice. Por otro lado, tenemos a Zac Efron, una joven promesa que muchos lo proyectan como el nuevo Leonardo Di Caprio. Sin embargo, este trabajo lo aleja más del protagonista de Titanic. En esta película, Efron encarna a un universitario insufrible que solamente piensa en cómo va a ser la siguiente fiesta, nada más que eso. El personaje sufre los mismos síntomas que el de Seth Rogen, vacío y completamente plano, sin matices por explorar. A Efron se lo nota actuando de mala gana y que quiere mostrarle contantemente al público que ya no es ese chico Disney, grave error, renegar de tu pasado no es una de las mejores formas para expresarlo al menos frente a las cámaras, y eso es evidente. Su personaje no sólo es un estereotipado universitario sino que parece un nene caprichoso cuando no tiene fiesta. Creo que parte del problema se debe a la pobre idea del director Nicholas Stoller, quien tuvo sus bolos en Cómo sobrevivir a mi novia (Forgetting Sarah Marshall, 2008) y su secuela Cómo sobrevivir a un rockero (Get Him to the Greek, 2010). Esta nueva producción, Buenos vecinos (Neighbors, 2014) ya cuenta con una idea vacía desde el vamos que gira en torno a una pareja de padres primerizos (Rogen y Rose Byrne), quienes deben soportar a sus nuevos vecinos: la fraternidad Delta-Psi, liderada por Teddy (Zac Efron) y Pete (Dave Franco). La convivencia que empieza bien, pronto se tornará insostenible debido a las reiteradas fiestas de la fraternidad en horarios nocturnos. La duración del film es justa y necesaria (97 minutos), falta desarrollo en personajes, que es como se sostiene una historia así. El director encara el argumento sin sub-tramas, que muchas veces son importantes para un mejor desarrollo de la historia. En este caso no lo hizo y como conclusión estamos ante una producción olvidable por parte de un maestro en la comedia o sátira como Seth Rogen o un joven que tiene un futuro por delante como Zac Efron. Resulta inexplicable el éxito en su país de origen, tanto que inclusive se está evaluando hacer una secuela.
Revolucionarios mediáticos La Gran Noticia, tiene como eje La revolución de los Claveles, que tuvo lugar en Portugal durante la década de los 70, donde tres intrépidos periodistas cubrirán el suceso, en el que desembocarán las situaciones de lo más sexuales (lesbianismo, homosexualidad, bisexualidad y orgías, son algunas situaciones del paquete). Una producción de Portugal, con colaboración de Suiza y Francia, donde se combina el género road movie con comedia trágica. El director Lionel Baier, a quien se lo pudo conocer con films como Un autre homme o Como los ladrones (Al este) sabe jugar con estos géneros y da como resultado una película satírica que resulta simpática y a diferencia de muchas de este género, esta ofrece muy buenos mensajes que detallaré a continuación. La historia empieza casi seria -cuando el espectador sabe que la misma no puede tomarse como tal-, hasta que se van presentando los protagonistas que irán a la aventura por cumplir el pedido de su jefe. Sin embargo, ellos buscarán otra forma de informar y aquí se pone en jaque la ética periodística. Los personajes encargados de obtener esta gran noticia son: una joven periodista que ansia con obtener mayor popularidad (Julie, Válerie Donzelli), un camarógrafo que ama a su camioneta VW como si fuera su esposa (Bob, Patrick Lapp) y un periodista reconocido que está en decadencia (Cauvin, Michel Vuillermoz). A ellos se sumará un joven fanático de Marcel Pagnol, que oficiará de traductor de francés (Pelé, Francisco Belard). Esta road movie explora la evolución y el autodescubrimiento de los personajes, además de situaciones de lo más desopilantes como la que se dan en los momentos finales en plena revolución, la cual incluye un musical en medio de la persecución. Una excelente escena desde que comienza hasta que finaliza la música. Más allá de los toques de comedia que se desarrollan en los 85 minutos que dura el film, se explora también la profesión del periodista, lo difícil y costoso que es obtener una noticia, pero pese a las detracciones por muchos acerca de esta profesión la cual empatizo, que no es para cualquiera y solo los buenos no son los que hacen lo que les piden sino que buscan una diferencia con respecto a informar. La Gran Noticia es una excelente comedia retro que no puede pasar desapercibida y tras una oleada de films hollywoodenses que estamos acostumbrados a ver, esta tiene lo suyo también y de seguro no saldrán defraudados.
Una remake floja Una de las últimas películas de Paul Walker, antes de su muerte, pudo haber consolidado al actor en el género de películas de acción. La historia se sitúa en una apocalíptica Detroit en 2018 donde las antiguas mansiones de ladrillo albergan a los delincuentes más peligrosos, por lo que la policía para resguardarse construye un muro de contención. Por un lado está el agente secreto Damian (Walker) quien lucha contra la corrupción y Lino (Belle) quien busca una vida honesta. Ambos deberán unirse para detener a Tremain (RZA) quien secuestró a la novia de este último y además tiene un plan siniestro para acabar con toda la ciudad. Como remake de la francesa Distrito 13 Brick mansions sólo ofrece un guión previsible y actuaciones discretas, con la excepción de Paul Walker quien se luce y se lo ve en su salsa en lo que a acción respecta. Una mención aparte merece David Belle, quien protagonizó la versión gala y repitió el rol, esta vez acompañado de Walker, con quien formó una gran dupla. Destaco además que los personajes están mejor desarrollados en esta versión americana que en la francesa, en líneas generales. Las secuencias de acción están muy bien logradas y se nota el arduo trabajo que debieron hacer los actores para que queden perfectas, al igual que los tiros que predominan en el film sumadas las persecuciones. Sin embargo, como todo film, tiene sus cosas malas y la realidad ahora es que sin Walker esta película iría a parar directo a DVD, porque no aporta nada nuevo comparada con su antecesora, de hecho es una versión resumida, donde parece que el guionista Luc Besson, quien trabajó previamente en la saga El transportador y Taken (Búsqueda implacable), sólo se molestó en traducir el guión literalmente sin cambio alguno. Creo que las excelentes escenas de acción y las interpretaciones de Walker junto a Belle, es lo único rescatable de este film. En conclusión, esta peli es recomendable para ver sólo porque se trata de uno de los últimos films (para no decir el último) que Paul Walker pudo grabar al 100% sin necesidad de ser suplantado por dobles o por medio del CGI como es el caso de Rápido y furioso 7, Sólo eso, el resto simplemente acompaña para hacer amena esta historia.
Una película hecha con el corazón Con su debut como director, Becky Garello nos brindó un gran film retro, que tardó siete años en realizarse entre idas y vueltas de ideas. La labor del director no se limitó a la dirección, sino que también se involucró en el guión. Lo bueno de esta película, El secreto de Lucía, es que al ser de un director nuevo, éste tuvo más libertades de hacer la película que quiso y eso se refleja en el film. Además de contar con un trabajo sincero donde parece que nadie pensó en aquello que pudiera generar más o menos marketing para así conseguir un producto honesto. El trabajo de realización me pareció impecable, de principio a fin y fue una buena elección haber escogido a Chacabuco como locación para recrear la década de los 60, donde todo era prácticamente campo y apenas se podían ver las típicas casas antiguas que caracterizan a pueblos como este. En cuanto al casting, hay que destacar a Tomás Pozzi, quien interpreta al enano, un actor argentino casi desconocido, que vivió gran parte de su vida en España, tuvo su lucimiento, acompañado por el experimentado Carlos Belloso, quien combinó la bondad extrema de sus personajes previos, así como la maldad de ellos. El resultado es a simple vista espectacular, siendo el personaje más interesante del film, con lo que el espectador verá tanto su ascenso como caída. Claro que también en su debut cinematográfico lo acompañó Emilia Attias, quien con su belleza brindó una actuación decente que enamoraría a cualquier espectador y además las mejores escenas fueron las que compartió con Pozzi, las cuales le dan romanticismo y toques de comedia de a ratos. Lo bueno de esta película es que todos los personajes pudieron lucirse por igual ya que parecía que el protagónico era una antorcha en una carrera de postas, pues en 94 minutos se iban alternando entre Belloso, Attias y Tozzi. El resto de los personajes sumó mucho, como la participación de Roberto Carnaghi, Adrian Navarro como narrador y parte de la historia, quien tuvo más relevancia en su rol como narrador que como actor ya que el personaje era el típico ex novio que quería recuperar a su amada haciéndose el buenito. Por otro lado, lo del Turco Nahim fue discreto, salvo por un detalle. El encuentro de Nahim y Attias es el único cabo suelto que queda en la película, cuando la vean y observen el diálogo sabrán a lo que me refiero. Sin embargo, como anteriormente cité, este film refleja el compromiso, la buena onda y entretenimiento desinteresado que nos brindaron. Sin dudas, una película recomendable. Gracias Becky por esta joyita que nos ofreciste.
Sex and the city en versión masculina ¿Cómo sería la serie televisiva Sex and the city pero protagonizada por chicos? Las novias de mis amigos es el resultado. Zac Efron, quien además es el narrador de la película hacia la escena introductoria y el final, es el protagonista que derrocha un gran magnetismo con las chicas; algo así como la versión masculina de Carrie en lo más literal: éxito económico, fracaso amoroso. Este es el nudo de la historia, donde los tres protagonistas hacen un pacto de soltería que termina siendo sólo palabras. No obstante, el bueno de Efron no está solo, sus amigos de apoyo lo acompañan. Por un lado está el médico, Mikey, interpretado por Michael B. Jordan, quien intenta salvar su matrimonio luego de que su esposa (Jessica Lucas) le pidiera el divorcio y por otro lado el graciosísimo Daniel, encarnado por Miles Teller, quien es un término medio de ambos. Como todo buen elenco masculino, también existe un gran elenco femenino: Imoggen Poots, a quien recientemente pudimos ver en la adaptación cinematográfica del videogame Need for speed tiene una carrera por delante y su introducción le aportó el romanticismo necesario al film. Sin embargo, quien me gustó mucho más y me generó mayor empatía es el personaje de Chelsea (Mackenzie Davis) quien tiene mucha más personalidad que su compañera y participa de las escenas más graciosas junto a Teller. Y ya que mencioné a Teller, es el turno de los chicos que como dije en el párrafo anterior eran una versión masculina de Sex on the city (basándome en su ropa de última moda, la misma ciudad y sus enredos amorosos). Tanto Teller como Jordan le aportan gracia a la película y me cuesta pensar que estos muchachitos no muy pronto harán lo suyo en el polémico reinicio de Los cuatro fantásticos que llegaría a los cines en 2015. La historia en si está plagada de gags sexuales pero discretos, ya que apenas hacen reír y acá radica el error del debutante director Tom Gormican, quien parece temerle a este género y termina siendo un término medio que es lo que le da la debilidad al film. Otro punto que quedó en la nada fue la historia de Mikey, ya que tenía mucho más potencial para ser explotado y sobre el final parecía que el director tenía la duración contada y debió terminar el film abruptamente. De todos modos, esos puntos no fueron tan graves, ya que compensa que el film mantuvo un guión sólido durante los 94 minutos tratándose de un director debutante, quien seguramente en los próximos films corrija los pequeños errores mencionados. Las novias de mis amigos es una comedia romántica que no aporta nada nuevo a lo ya visto aunque es entretenida, atenti a la escena de Zac con el consolador que es una de las mejores y con respecto a los créditos, el director encontró una forma de hacerlos mucho más divertidos, así que no se muevan de sus butacas.
Una obra francesa Con Lo mejor de nuestras vidas termina la trilogía de Cédric Klampisch, que comenzó en 2002 con Piso compartido (2002) y continuó con Las muñecas rusas (2005), durante estos films vimos el ascenso y caída de Xavier (Romain Duris) que pasó de ser un aspirante a escritor hasta cumplir su sueño y encontrar el amor de su vida. En este film, el protagonista logra formar una familia pero el conflicto comienza cuando su mujer lo abandona y se va a vivir a Nueva York. Nuevamente, Klampisch recurre a la fórmula de los viajes para darle un golpe al protagonista y en este caso cruza el nuevo continente con paisajes alucinantes de la ciudad norteamericana. Lo interesante de esta película son las alucinaciones momentáneas que tiene el protagonista, un recurso que recientemente pudimos ver en La increíble vida de Walter Mitty, el film de Ben Stiller, donde situaba al protagonista en busca de una fotografía, la cual debía salvar su trabajo. Aquí es donde encuentro algo más en común, en esta ocasión Xavier no sólo viajará para inspirarse y así terminar su novela sino que también el viaje le servirá para reacomodar su vida, donde pasará por situaciones de lo más disparatadas, como cuando debe casarse con una oriental para obtener la ciudadanía americana y poder conseguir un empleo digno. Con respecto a las películas anteriores, ésta es mucho más independiente, ya que el espectador que no vio sus precuelas podrá entenderla de igual modo, claro que los protagonistas hacen referencias a las películas previas y podrían pasar tranquilamente como un flashback. De hecho, al inicio sitúan al espectador para conocer más del protagonista mediante recuerdos y escenas que a lo largo del film se van conectando con una animación original. En relación al resto de los personajes, a Wendy (Kelly Reilly) al principio la odiás (del mismo modo que lo hace el protagonista) por las situaciones que lo hace vivir pero a medida que transcurre la película se la quiere. Isabelle (Cécile de France), la mejor amiga del protagonista, es el personaje más interesante de todos y el más explotado, en materia diálogos y situaciones de lo más desopilantes. En tanto, Martine (Audrey Tautou) en este film tiene una vida muy parecida al protagonista y es difícil de creer que pueda entablar una relación con él, pero a su vez esto es lo que genera una sorpresa al espectador. Sin embargo a pesar de ello su personaje no genera prácticamente nada. En conclusión: Lo mejor de nuestras vidas es un drama de aventuras disfrutable y que debido a la gran cantidad de escenas te obliga a prestar atención en cada detalle. Aunque no defrauda el capítulo final de esta trilogía, en la que sólo faltó el cameo del director como en las anteriores aventuras.
La nueva moda de las narco películas Breaking bad, El patrón del mal y ahora, El infierno. Una serie, una novela y una película, donde el tema en común es el narcotráfico. El infierno hace honor a este nuevo subgénero que hoy la está rompiendo y cada vez crece más este recurso. El director Luis Estrada narra en 2 horas la historia de Benny, un pueblerino que se va a vivir a EE.UU y es deportado 20 años después. Regresa a su ciudad natal encontrándola completamente cambiada: el escenario es el caos y la corrupción, donde el conflicto mayor es la muerte de su hermano en manos de un narcotraficante y la posterior misión de que su sobrino siga los pasos de su padre. Así de simple es esta película de acción donde el director demuestra su influencia de las películas americanas que tanto nos tienen acostumbrados, aunque no abusa de estos elementos. De hecho en un punto tiene similitudes con la trilogía El Padrino, donde más allá de la mafia lo que en ellos prevalecía era la familia. En esta película es lo mismo, pues el protagonista intenta mantenerse en su margen pero la venganza por su familia es lo que se mantiene intacto en este western de acción, que poco se parece a la mítica serie Breaking Bad, pero sí en un punto a través del film vemos elementos como lo peor de los seres humanos: la ambición, la venganza, pero también la búsqueda de justicia por parte del protagonista. El infierno además tiene sus toques de comedia para aquel público no familiarizado con los modismos mexicanos como por ejemplo chingón, chingada. Palabras graciosas al escucharlas de parte de los personajes pero creo que la idea original no era esa y confunde al espectador. Sin embargo, la película se vuelve mucho más amena pese a su duración de 2 horas que se pasan volando, sumado un muy buen trabajo actoral por parte de Daniel Alcázar en la piel de Benny y el de Elizabeth Cervantes como la esposa del difunto hermano del protagonista. Sin lugar a dudas, la película no deja de sorprender a cada minuto por las buenas escenas de acción, una buena producción cinematográfica por parte de los mexicanos donde se destacan los escenarios desérticos. Eso demuestra que no sólo son buenos produciendo telenovelas, sino que también pueden realizar una buena producción a la altura de la calidad de Hollywood. El infierno es un trabajo impecable de origen azteca.