Choque de generaciones El Cuento de las Comadrejas (2019) es una película de comedia negra dirigida por Juan José Campanella (El Secreto de sus Ojos, Metegol), que co-escribió el guión junto a Darren Kloomok. Coproducida entre Argentina y España, el filme funciona como remake de Los Muchachos De Antes No Usaban Arsénico (1976). El reparto incluye a Graciela Borges (La Quietud), Luis Brandoni (Mi Obra Maestra), Oscar Martínez (El Ciudadano Ilustre), Marcos Mundstock, Clara Lago (Tengo Ganas De Ti, Ocho Apellidos Vascos), Nicolás Francella (Los Padecientes) y Luz Cipriota (El Maestro). En una gran casona alejada de Buenos Aires, la ex diva del cine Mara Ordaz (Graciela Borges) convive con su marido Pedro (Luis Brandoni), ex actor devenido en pintor que en el pasado sufrió un accidente que lo dejó paralítico. Además de la pareja, allí también se alojan el guionista Martín (Marcos Mundstock) y el director cinematográfico Norberto (Oscar Martínez), los dos amigos de Pedro. Con la repentina llegada de los jóvenes Francisco (Nicolás Francella) y Bárbara (Clara Lago), Mara será manipulada para vender la propiedad, lo que acarreará más de un problema. Estamos ante una película que se vale de la relación entre sus personajes para divertir y atrapar al espectador. Con un humor negro particular, no se puede negar que son varias las veces en la que el filme consigue hacer reír; sin embargo, los diálogos se sienten artificiales debido a que se nota demasiado que detrás de lo que los actores están diciendo hay un guión que se tuvo que seguir a rajatabla. La vasta casa logra ser una protagonista más de la historia, por lo que la locación elegida fue más que una buena opción. Con sus impotentes escaleras, cuadros y una flamante mesa de billar, el lugar es el perfecto hogar para una actriz premiada y reconocida en la época dorada del cine. Graciela Borges otorga a su Mara Ordaz una gran presencia y carácter, lo que fácilmente nos hace recordar al papel que tuvo en La Quietud con la excepción de que aquí es ultra manipulable. Por otro lado, Brandoni, Mundstock y Martínez constituyen a un grupo de amigos que se unen más con el objetivo de destrozar los planes malintencionados de la aparente pareja perfecta conformada por Francisco y Bárbara. El tire y afloja que se da entre estos dos bandos de diferentes generaciones sin dudas entretiene durante la mayoría del metraje. Párrafo aparte para la actuación de la española Clara Lago, que tiene tal grado de compromiso con su trabajo que en ningún momento nos damos cuenta de que no es de nacionalidad argentina. Individualista, soberbia y persuasiva, cada vez que Bárbara está en pantalla es imposible sacarle los ojos de encima. Con un guión que tiene plena consciencia del formato cinematográfico (por ejemplo, un personaje aclara cuándo comienza el conflicto o cuándo la pantalla lentamente debe pasar al negro), El Cuento de las Comadrejas se convierte en un filme disfrutable pero que, con el paso del tiempo, pocos recordarán.
Únicos e irrepetibles UglyDolls, Extraordinariamente Feos (UglyDolls, 2019) es una película animada de aventuras dirigida por Kelly Asbury (Spirit: El Corcel Indomable, Shrek 2) y escrita por Alison Peck. Basada en la marca homónima de muñecos creada por los dibujantes Sun-Min Kim y David Horvath, la cual fue lanzada en febrero de 2001, el filme cuenta con la producción de Robert Rodríguez. Las voces originales son puestas por Kelly Clarkson, Nick Jonas, Janelle Monáe, Blake Shelton, Gabriel Iglesias, Leehom Wang, Charli XCX, Emma Roberts, entre otros. Las voces dobladas incluyen a Tini Stoessel, Sofía Reyes, Mario Bautista, Katja Martínez, Mariel Percossi, Carolina Kopelioff y Pitbull. En la Villa Fea, los juguetes que fueron desechados por ser imperfectos conviven felizmente unidos. Sin embargo, la rosada Moxy anhela algo más para su vida: ella quiere dirigirse al Gran Mundo y ser amada por una niña. Junto a sus amigos Suertudo, Ugly Dog, Wage y Babo, Moxy se irá de su hogar para finalmente descubrir qué hay más allá del oscuro y silencioso túnel. Estamos ante una cinta plenamente infantil, de esas que serán completamente disfrutadas por niños de entre cuatro y diez años. Llena de colores fuertes, luces y despliegues musicales, el diseño de la Villa Fea logra ser atractivo pero son los personajes los que más llegan a destacarse, en especial Moxy. La muñeca protagonista es un encanto ya que está llena de energía, valentía, esperanza y dulzura, lo que hace imposible no sentir empatía por ella. A pesar de que la cinta no cuenta con un sólido guión, son los propios juguetes y sus respectivas expresiones faciales los que hacen que la historia se vuelva disfrutable. En cuanto a las voces, la actriz Tini Stoessel sorprende gratamente en su primer trabajo como doblajista, al punto de que solo cuando canta logramos reconocer que esa es su voz. No sucede lo mismo con Pitbull: su Ugly Dog siempre que abre la boca nos recuerda al compositor en vez de al personaje animal. Aunque la cinta en determinados momentos recuerda mucho a Toy Story 3 (2010) y en menor medida a Monsters, Inc. (2001), son las moralejas (ultra marcadas para que los más chicos las comprendan al 100%) las que hacen que este filme sea especial. Salvo cierta parte donde el mensaje no está bien transmitido ya que se asegura que lindos y feos deben unirse en vez de dejar en claro que no tiene que existir esa clasificación, UglyDolls celebra las diferencias y particularidades de cada uno. Graciosa, divertida de a ratos y con un personaje principal hermoso tanto por dentro como por fuera, no hay dudas de que los más chicos de la casa disfrutarán de esta producción y luego querrán tener un peluche de la marca.
El poder del arte Tolkien (2019) es una biopic dramática dirigida por Dome Karukoski y co-escrita por David Gleeson y Stephen Beresford. Protagonizada por Nicholas Hoult (Mi Novio Es Un Zombie, Jack El Cazagigantes), el reparto se completa con Lily Collins (Cazadores de Sombras, Stuck In Love), Anthony Boyle, Patrick Gibson (The OA, Mentes Poderosas), Tom Glynn-Carney (Dunkerque), Derek Jacobi, Laura Donnelly (Jenny Fraser en Outlander), Pam Ferris (tía Marge en Harry Potter y el Prisionero de Azkabán), Craig Roberts, entre otros. Basada en la infancia, adolescencia y posterior madurez del inglés John Ronald Reuel Tolkien (Nicholas Hoult), uno de los escritores más queridos y aclamados que llegó a ser considerado el padre de la literatura fantástica moderna, el filme ahondará en su paso por la casa de la señora Faulkner (Pam Ferris) a partir de quedar huérfano junto con su hermano. Allí conocerá a Edith Bratt (Lily Collins), joven pianista también huérfana. Los dos pasarán de ser grandes amigos a desarrollar una historia de amor, siendo Edith una de las grandes inspiraciones de los libros de Tolkien. Además, la película nos mostrará la consistente amistad del escritor con el pintor Robert Gilson (Patrick Gibson), el poeta Geoffrey Bache Smith (Anthony Boyle) y el músico Christopher Wiseman (Tom Glynn-Carney), aparte de exponer cómo el haber participado en la Batalla del Somme durante la Primera Guerra Mundial expandió la imaginación de Ronald en el plano de la fantasía. Casi todos conocemos los libros y películas de El Hobbit o El Señor de los Anillos, pero muy pocos sabemos qué fue de la mente maestra que estuvo detrás, por lo que ya de por sí la vida de Tolkien, que tuvo varios momentos difíciles, resulta más que atrapante. Con esta cinta, Dome Karukoski fue capaz de armar una bellísima carta de amor al que fue creador de más de una lengua élfica ficticia así como también de un sistema de escritura que incluso puede ser utilizado en el ámbito realista. La esencia de Tolkien está presente durante todo el filme, y esto se da gracias tanto a la labor de Nicholas Hoult como a un guión genuino que emociona a la vez que hace sonreír. Lily Collins no se queda atrás y, como nos tiene acostumbrados, otra vez da una gran interpretación. La química con Hoult traspasa la pantalla y cada escena que comparten resulta una delicia llena de magia y amor. Edith es la encargada de recordarle a Ronald que las palabras son importantes por su significado y el sentimiento que nos producen, ella sueña con ser libre y desde los ojos de la actriz el espectador puede sentir todas las ganas que la joven tiene de salir al exterior y vivir. Por otro lado, la importancia de la amistad está presente durante toda la película. Aquí no hablamos de una amistad cualquiera sino de una hermandad, representada en el grupo T. C. B. S. (Tea Club Barrovian Society). Cada uno de los cuatro adolescentes que se conocieron en la escuela de Birmingham se especializaba en una rama artística diferente y, aunque tenían sus diversas peleas, ellos se entendían, respetaban y apoyaban el uno al otro. Por otro lado, las escenas de guerra están súper bien retratadas ya que no solo se quedan en la destrucción, el frío y la pérdida, sino que también nos muestran desde los ojos de Tolkien qué es lo que él vislumbró en Somme. Además seremos testigos del paso de Ronald por Oxford: su insistencia hacia el profesor Wright (Derek Jacobi) para convertirse en estudiante de filología nos otorga charlas muy interesantes donde se puede ver la magnífica inteligencia que tenía John en sus primeros años de vida así como sus verdaderas ganas de aprender. Con un desenlace completamente emocionante, Tolkien llega al corazón del espectador y se convierte en una de las mejores películas biográficas del año gracias a la forma en la que toca tópicos universales tales como el amor, la amistad y la pérdida. Un precioso homenaje para no dejar pasar en la pantalla grande.
Una madre dispuesta a todo Regresa a Mí (Ben is Back, 2018) es una película dramática dirigida y escrita por Peter Hedges (La Extraña Vida de Timothy Green). Protagonizada por Julia Roberts y Lucas Hedges (Manchester Junto al Mar, Boy Erased), el reparto se completa con Kathryn Newton (No Me Las Toquen, Big Little Lies), Michael Esper, Courtney B. Vance, David Zaldivar, Rachel Bay Jones, Mia Fowler, Jakari Fraser Alexandra Park, entre otros. En vísperas navideñas, Holly Burns (Julia Roberts) lleva en coche, de regreso a casa desde la iglesia, a su hija adolescente Ivy (Kathryn Newton) y sus niños Lacey (Mia Fowler) y Liam (Jakari Fraser). Su sorpresa es enorme cuando, antes de llegar, ve a través del vidrio que su hijo Ben (Lucas Hedges) está en el porche. Debido a su adicción a las drogas, Ben pasó los últimos meses en rehabilitación y aún no debería haber salido de allí. Sin embargo el joven le dice a su madre que su sponsor le recomendó pasar las fiestas con su familia ya que reconectarse con ellos le hará bien. Alegre como también preocupada, Holly intentará estar lo más alerta posible con respecto a las acciones de su hijo, sin embargo eso no será suficiente y Ben volverá a estar metido en problemas. Con un tópico similar al de la reciente Beautiful Boy: Siempre Serás mi Hijo (2018), Regresa a Mí nos muestra de una forma muy auténtica cómo es convivir con un familiar que fue adicto. Las preocupaciones, el estricto control, el no poder confiar del todo en el otro y los miedos están ultra presentes en el personaje de Julia Roberts, una madre que mantiene las esperanzas y se pone firme cuando la situación lo requiere. La ambientación navideña e invernal es la perfecta atmósfera en la que podría desarrollarse la historia: arrepentimiento por los errores del pasado, el perdón de los demás y la necesidad de unión se mezclan en esta alegre festividad. Lucas Hedges (hijo del director) ya viene demostrando lo inteligente que es al elegir sus papeles dramáticos. En esta ocasión, la dupla de Julia Roberts y él como madre e hijo constituye el alma del filme, y si no fuera por sus buenas actuaciones habría sido muy posible que la película no llegara a buen puerto. Desde el comienzo el director nos sumerge dentro de la familia Burns, haciendo que sea muy fácil para el espectador empatizar de inmediato con los protagonistas. A su vez, Kathryn Newton en el rol de la hermana de Ben hace una digna labor a la hora de ser la voz de la razón de su madre. No obstante, la película se siente como si pudiera ser dividida en dos partes, ya que por sobre la mitad el drama pasa a convertirse en un thriller. Aunque el interés sigue estando presente, es imposible obviar los hechos inverosímiles o las situaciones puestas a favor del guión, lo que nos hace llegar a la conclusión de que menos es más: si se quedaba en el terreno de lo dramático, el filme hubiese sido más satisfactorio. Con unos minutos finales donde Julia Roberts está inmensa en su papel, consiguiendo que su desesperación traspase la pantalla, puede que el desenlace de Regresa a Mí sea considerado por muchos como muy abrupto. Sin embargo, no deja de ser realista, lo que convierte a la película en un claro ejemplo de lucha día tras día.
En búsqueda de su padre Pokémon: Detective Pikachu es una película cómica de misterio y aventuras dirigida por Rob Letterman, que también se ocupó del guión junto a Dan Hernandez, Benji Samit y Derek Connolly. Basada en el videojuego homónimo de 2016, la cinta es la primera producción de acción real/animada dentro de la franquicia Pokémon creada por Satoshi Tajiri. El reparto incluye a Justice Smith (Cada Día, Jurassic World: El Reino Caído), Kathryn Newton (Big Little Lies), Bill Nighy (Cuestión de Tiempo), Ken Watanabe, Rita Ora, Suki Waterhouse (Los Imprevistos Del Amor), Karan Soni, Chris Geere, Omar Chaparro, entre otros. En cuanto al personaje de Pikachu, la voz es puesta por Ryan Reynolds. A partir del accidente automovilístico que tuvo su padre, el joven vendedor de seguros Tim Goodman (Justice Smith) decide viajar al departamento de Ryme City para seleccionar las pertenencias que no quiere desechar. Para su sorpresa, Tim se encuentra allí con Pikachu (Ryan Reynolds), pokémon de su papá que sufre de amnesia pero asegura que su dueño sigue vivo. Con la ayuda de la pasante periodística Lucy (Kathryn Newton) y su pokémon Psyduck, Tim y Pikachu irán siguiendo las diversas pistas que los llevarán a descubrir qué es lo que realmente sucedió cuando el auto cayó del puente. Diseñada para que tanto los fanáticos del videojuego como los que veían la serie de animé en la televisión disfruten de esta historia que viene a ser como una continuidad de lo que ya está establecido, Pokémon: Detective Pikachu funciona de igual manera para los espectadores que no conocen nada sobre la temática. Entretenida y llena de acción, el filme contiene un par de aspectos positivos y otros tantos que no logran funcionar del todo. Por empezar, la ciudad urbana de Ryme City mezcla detalles de la isla de Manhattan en Nueva York con otros tantos de Tokio, capital de Japón, país de donde es originaria la saga. Las calles de este lugar donde los animales conviven pacíficamente con los humanos son muy lindas de ver, en especial por la cantidad de luces de neón que se encienden cuando llega la noche. Por otro lado, los pokémones están súper bien hechos por computadora, lo que genera que sea muy fácil sumergirnos en este mundo fantástico. No obstante, la criatura amarilla protagonista aquí cambia la personalidad que tenía en las otras producciones y esto se debe en gran medida a la voz de Ryan Reynolds, la cual no encaja con lo adorable que lucía el personaje animado. En muchas ocasiones la manera de ser de Pikachu nos recuerda a Deadpool (sin pasarse de la raya para que los chistes sean aptos para todo público). Aunque en el trailer y en el principio de la película la voz no convence del todo, a medida que la historia se desarrolla el espectador termina aceptando la nueva faceta del animalito eléctrico. Con respecto a la trama, el misterio de qué es lo que pasó con el padre de Tim capta y mantiene la atención gracias a las revelaciones que se van haciendo en el trayecto. Sin embargo aproximadamente a la mitad de la película las aventuras se vuelven demasiado exageradas para dar paso a secuencias de acción súper pochocleras. El guión cae en el cliché al meterse con los laboratorios científicos, los cambios genéticos y los empresarios con malas intenciones. Sin que ningún actor se destaque y con un desenlace que resultará disparatado para muchos, Pokémon: Detective Pikachu se convierte en una reinvención decente si se la compara con otras fallidas adaptaciones de videojuegos tales como El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo (Prince of Persia: The Sands of Time, 2010) o Assassin’s Creed (2016). Con una secuela ya en desarrollo, no hay dudas de que el filme vendrá a contrarrestar el tremendo éxito en taquilla de Avengers: Endgame.
Una frase que se repite Muere, Monstruo, Muere (2018) es una película de terror fantástico dirigida y escrita por Alejandro Fadel (Los Salvajes). Coproducida entre Francia, Chile y Argentina, el reparto incluye a Víctor López, Esteban Bigliardi (El Futuro Que Viene, Familia Sumergida), Romina Iniesta, Tania Casciani, Jorge Prado, Sofía Palomino, Francisco Carrasco y Stéphane Rideau. Filmado en la provincia de Mendoza, el filme fue seleccionado para participar en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes. Por la zona de los Andes nevados, varias mujeres aparecen decapitadas. Todo apunta a que el culpable es David (Esteban Bigliardi), esposo de Francisca (Tania Casciani), por lo que éste es enviado a un hospital psiquiátrico. Sin comunicarse demasiado, David tiene algo en claro: en su cabeza se repite una y otra vez, con una voz tenebrosa, la frase “Muere, Monstruo, Muere”. Cruz (Víctor López), oficial de la policía rural y amante de Francisca, tratará de resolver el caso pero pronto se dará cuenta que lo que está sucediendo es más oscuro de lo que se aparentaba. Sin un ápice de ritmo y con una flojísima construcción de personajes, Muere, Monstruo, Muere es una experiencia casi insufrible dentro del cine, una que pone a prueba la paciencia del espectador y en reiteradas ocasiones lo hace dudar sobre si no es más productivo retirarse de la sala que quedarse a ver algo que en ningún momento genera interés ya sea por las actuaciones, el guión o la manera de hablar utilizada. La película se torna indescifrable en varias ocasiones, mezclando motociclistas de montaña, movimientos extraños con las manos y una frase reiterativa que más que aportar algo significativo a la trama, resulta un sinsentido. Desde el aspecto técnico, el filme cuenta con un buen contraste de oscuros e iluminación. Se logra crear una atmósfera en la que se sabe que algo maligno acecha el lugar, a la vez que las cabezas de las mujeres decapitadas lucen extremadamente reales. No obstante la cinta nunca logra generar miedo. Por el contrario, lo único que consigue es ser demasiado desagradable y asquerosa. Una vez que el monstruo del título aparece en pantalla, su aspecto grotesco no aporta nada nuevo ya que, a pesar de que puede llegar a impresionar (en especial por el diseño de su cabeza y cola), nos recuerda de inmediato a las criaturas creadas por Guillermo del Toro. Muere, Monstruo, Muere falla en lo primordial que tiene que tener una película para enganchar al espectador: el contenido. Con un mejor guión quizás se hubiese podido construir una trama misteriosa sobre un monstruo mata humanos, no obstante el resultado de esta producción deja muchísimo que desear; además, sus múltiples horribles escenas hacen que la cinta no pueda ser recomendada casi a nadie.
La importancia de la familia Mirai: Mi Pequeña Hermana (Mirai no Mirai, 2018) es una película japonesa animada de fantasía y aventuras dirigida y escrita por Mamoru Hosoda (La Chica que saltaba a través del Tiempo, El Niño y La Bestia). Las voces originales son puestas por Moka Kamishiraishi, Haru Kuroki, Kaede Hondo, Kumiko Aso, Gen Hoshino, Masaharu Fukuyama, Koji Yakusho, Yoshiko Miyazaki, entre otros. El filme estuvo nominado en la categoría Mejor Película Animada de los premios Óscar y los Globos de Oro, además de que fue seleccionado como Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Francia. La historia se centra en Kun (Moka Kamishiraishi), un niño de cuatro años que vive con su mamá, su papá y su mascota Yukko. Kun pasa su tiempo divirtiéndose con sus trenes bala de juguete, sin embargo la dinámica familiar cambia de repente cuando su madre regresa al hogar con un nuevo integrante en sus brazos: la beba Mirai. Con la llegada de su hermanita, los celos de Kun se irán acrecentando y para él será insoportable ya no ser más el centro de atención. Cuando el nene sale al patio trasero, se encontrará con una sorpresa: allí está parada una adolescente que resulta ser la versión de su hermana Mirai en el futuro. Junto a ella, Kun tendrá varias aventuras donde viajará al pasado de varios integrantes de su familia. Con una animación llena de colores cálidos que transmiten una hermosa sensación de armonía, en esta ocasión Mamoru Hosoda toma como eje para su nueva película el cómo le afecta a un hijo único la llegada de un hermano. El director plasma con sabiduría esta etapa donde el chico llega a sentirse reemplazado y hasta no querido. Berrinches, gritos, bronca y tristeza abundan dentro y fuera de Kun, lo cual resulta totalmente normal y a más de uno lo hará sentirse identificado. Pero la trama no se queda solo en eso, sino que a partir de su toque fantástico nos sumerge en un viaje enternecedor que nos hace dar cuenta del por qué de muchas de las decisiones que toman los padres o de la importancia de los pequeños detalles para que el árbol genealógico se haya dado de esa forma. Por otro lado, el director demuestra que no solo la vida de Kun da un giro de 180 grados, sino también la de sus progenitores. La madre, una señora de negocios que trabaja afuera día tras día, ya no puede encargarse de los quehaceres de la casa y es el padre, un arquitecto, el que debe empezar a cocinar, limpiar y llevar a su hijo a la escuela. Aunque en ciertas partes la cinta se vuelve demasiado imaginativa, el abordaje de la temática funciona tanto en chicos como en adultos, dejando una simple pero bella enseñanza sobre el amor familiar. Mirai: Mi Pequeña Hermana rebosa de ternura. No solo deja pensando al espectador, sino que lo hace sonreír en más de una ocasión y hasta puede llegar a emocionar a los más sensibles.
Uno brillante, otro loco Entre la Razón y la Locura (The Professor and the Madman, 2019) es una película de drama biográfico dirigida por P. B. Shemran, que también se encargó del guión junto a Todd Komarnicki. Está basada en el libro de Simon Winchester titulado The Surgeon of Crowthorne: A Tale of Murder, Madness and the Love of Words. Protagonizada por Mel Gibson y Sean Penn, el reparto se completa con Natalie Dormer (Juego de Tronos, El Bosque Siniestro), Eddie Marsan, Ioan Gruffudd (102 Dálmatas), Jennifer Ehle (Una Serena Pasión), Stephen Dillane, Steve Coogan (Philomena), Shane Noone, entre otros. Londres, Inglaterra, 1872. William Chester Minor (Sean Penn), retirado capitán cirujano del ejército de Estados Unidos, es sentenciado a pasar sus días en una celda del asilo de Broadmoor ya que es considerado un criminal demente por haber matado a George Merret (Shane Noone), padre de familia que estaba en pareja con Eliza (Natalie Dormer). Por otro lado, el escocés y autodidacta James Murray (Mel Gibson) es convocado para ser editor del nuevo diccionario de inglés de Oxford. Con un gran conocimiento léxico de idiomas, literatura y dialecto, la tarea de James de albergar a todo el lenguaje era tan amplia que junto a su equipo decidió buscar voluntarios. Para ello Murray redactó una carta con el pedido de ayuda y la colocó dentro de variados libros. Uno de éstos llegó a Minor, el cual rápidamente se puso manos a la obra, enviándole a James (la primera vez) más de mil palabras con sus respectivas citas. A través de la correspondencia, se irá formando una amistad entre los dos hombres sin que, en un principio, Murray sepa nada sobre la locura de Chester. Con buenas actuaciones y una correcta ambientación de época, el director iraní Farhad Safinia, bajo seudónimo, se mete en una historia real no tan conocida pero no por eso menos interesante. El proceso de creación del nuevo diccionario de inglés de Oxford, formado por 12 volúmenes y más de un millón de citas ilustrativas, requirió más de 60 años de trabajo por lo que es muy fácil presentir que este relato no era el adecuado para ser llevado a la pantalla grande, en especial por su gran contenido histórico. Sin embargo, Safinia tomó la acertada decisión de centrarse en las múltiples relaciones humanas que se dieron mientras James Murray estuvo a cargo de la edición del libro. A pesar de que el guión sea un tanto pesado con las diferentes palabras y sus respectivos significados, la profundidad con la que se diseñó a cada personaje logra que el espectador se mantenga atento las dos horas de metraje. Sean Penn compone con maestría a William Chester Minor, un hombre perturbado por los hechos que vivió en la guerra, acontecimientos que inevitablemente lo sumergieron en la demencia. Lo atractivo de su personaje se basa en que William, por más de que es un asesino, también es una buena persona y, gracias a la interpretación de Penn, fácilmente nos damos cuenta de que él no tuvo la intención de matar a George Merrit, más bien debido a su enfermedad se sintió perseguido y creyó acabar con la vida de su agresor. La inteligencia de Minor y su aporte al diccionario asombra al punto de que, por Murray, fue considerado un salvador, ya que al duplicar el progreso los roles se invirtieron, siendo Murray el que tuvo que seguirle el ritmo al preso. La pasión por las palabras y los significados que compartieron estos socios traspasa la pantalla y da gusto de ver. Además, Natalie Dormer se destaca en el papel de Eliza, madre de seis hijos que quedó sola y empobrecida luego de que Minor mató a su esposo. Eliza evoluciona a medida que avanza el metraje, cambiando el odio inicial por redención y amor. Por otro lado, también seremos testigos de la relación entre Murray y su esposa Ada (Jennifer Ehle), mujer que fue un pilar fundamental en la vida del autodidacta y, con paciencia, lidió con que Murray esté menos presente en la familia debido a su arduo empleo. Es así como Entre la Razón y la Locura se convierte en una historia de misericordia, comprensión, amistad y esfuerzo para registrar la evolución del idioma inglés. Aunque puede tornarse extensa, conocer los aportes históricos de William Chester Minor y James Murray no tiene desperdicio.
El Hijo es un thriller psicológico nacional dirigido por Sebastián Schindel (El Patrón, Radiografía de un Crimen) y escrito por Leonel D’Agostino. Basado en la novela Una Madre Protectora de Guillermo Martínez, el reparto incluye a Joaquín Furriel, Martina Gusmán (Leonera, La Quietud), Heidi Toini, Luciano Cáceres, Regina Lamm, entre otros. La producción corre por parte de Buffalo Films y DirecTV. El pintor Lorenzo (Joaquín Furriel) está en pareja con la bióloga noruega Sigrid (Heidi Toini), con la cual pretende tener un nuevo comienzo ya que las cosas no terminaron bien con su familia anterior, ahora residida en Canadá. Cuando Sigrid queda embarazada, ésta rápidamente contrata a Gudrum (Regina Lamm), una señora nórdica que se instala en la casa con motivo de brindar ayuda los meses previos al parto. A medida que pasan los días, Lorenzo quedará más y más relegado de las conversaciones que mantiene su esposa con Gudrum. En contra de las cesáreas y las visitas al médico, las acciones de Sigrid desconcertarán a Lorenzo tanto durante como después del nacimiento, haciendo que el pintor recurra a su amiga abogada Julieta (Martina Gusmán) para velar por la seguridad del pequeño Henrik. Con claras influencias de El Bebé de Rosemary (1968) y más de una película de Darren Aronofsky, Schindel utiliza a su actor predilecto para construir una historia intensa, atrapante y ambigua sobre la paternidad. Con una tensión que va in crescendo, el mérito de este filme radica en que el director nunca subestima al espectador, más bien lo deja interpretar lo que quiera utilizando su imaginación, claro ejemplo de que no es necesario mostrar todo lo que está sucediendo para generar miedo. La atmósfera creada y la música son un gran aporte a esta cinta que no está contada de forma lineal, aspecto bien utilizado ya que desde un principio se puede reconocer cuál es el presente y pasado del personaje principal. Por otro lado, resulta una excelente decisión haber elegido a una actriz noruega para interpretar el papel de Sigrid. El idioma escandinavo no está subtitulado, por lo que como espectador también nos quedamos afuera, al igual que Lorenzo, de qué es lo que están planeando Sigrid y Gudrum. Inyecciones, cuadros sangrientos, libros sobre la evolución del feto y un misterioso sótano son solo algunos de los elementos que consiguen hacernos dar cuenta de que algo extraño está pasando en el hogar. A su vez, ya desde un primer momento se puede notar que la pareja de Lorenzo y Sigrid no está en la misma sintonía. La diferencia entre una persona nórdica y otra argentina está latente todo el tiempo, y tanto Furriel como Heidi Toini nos hacen preguntarnos qué es lo que llevó a estos dos individuos a estar juntos. Los actores demuestran que pueden tener una faceta para con el otro pero a su vez por dentro ser completamente distintos. Luciano Cáceres, que interpreta al marido de la abogada, tiene un par de escenas para alivianar la oscuridad del relato y, gracias al guión y su actuación, lo consigue con éxito. Además, la seriedad y mirada vigilante de Regina Lamm logra incomodarnos siempre que aparece en pantalla. El Hijo se convierte en un más que buen exponente del género en Argentina. Sin ser original, la película demuestra que tanto con buenas actuaciones como con un buen guión se puede armar un producto cinematográfico súper interesante donde la ambigüedad es la clave para el disfrute.
El fin de una era Avengers: Endgame (2019) es una película de superhéroes dirigida por Anthony y Joe Russo. Co-escrita por Christopher Markus y Stephen McFeely, esta producción constituye el vigésimo segundo filme dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, siendo el desenlace de la Saga del Infinito. El reparto incluye a Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Karen Gillan, Scarlett Johansson, Paul Rudd, Josh Brolin, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Gwyneth Paltrow, Brie Larson, entre tantos otros. Luego de los trágicos eventos ocurridos en Avengers: Infinity War (2018), en donde Thanos (Josh Brolin) con solo chasquear sus dedos logró eliminar a un 50% de los seres vivos del planeta, los superhéroes restantes se encuentran devastados. Con una última esperanza de revertir lo acontecido, ellos diseñan un plan: juntos irán en busca de Thanos, le robarán el guante y usarán las Gemas del Infinito para que sus seres queridos regresen. Sin embargo, al estar cara a cara con el déspota originario de Titán se toparán con algo sumamente inesperado. Todo llega a su final y este es el momento de la saga que comenzó allá por 2008 con la primera entrega de Iron Man. En aproximadamente diez años conocimos las historias en solitario de diversos héroes tales como el Capitán América, Hulk, Thor, Ant-Man, los Guardianes de la Galaxia, Spider-Man y la más reciente Capitana Marvel. Además, tuvimos las películas de los vengadores, donde éstos unieron sus fuerzas para derrotar al enemigo de turno. No obstante ninguno fue tan fuerte y poderoso como Thanos, por lo que la continuación de Infinity War se esperaba con muchas ansias teniendo en cuenta también que la cinta marcaría la culminación de una etapa dentro de Marvel. Se podría hablar largo y tendido sobre esta película pero al hacerlo los spoilers serían inevitables y arruinarían la experiencia cinematográfica. Lo que sí se puede afirmar es que Avengers: Endgame está hecha para los fanáticos que crecieron con estos filmes y se encariñaron con los diversos héroes. Con un cierre sumamente digno a los superhéroes iniciales, lo que genera que otros tantos casi ni tengan tiempo en pantalla, las tres horas de duración nunca llegan a sentirse ya que el espectador logra estar metido en la historia en un 100%. La película hace un bello homenaje a sus filmes y personajes antecesores, así como despliega un humor que encaja a la perfección con la personalidad de cada héroe. Entretenida a más no poder, el filme consta de un buen equilibrio entre escenas muy épicas de acción, división de tareas en grupos y momentos emotivos que traspasan la pantalla. Sin decir más, Avengers: Endgame es una cita obligada al cine para todos los que ya vieron las aventuras de este grupo de héroes que llegó a convertirse en familia. El asombro, las risas y las lágrimas están garantizados.